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Ice Stars
Capítulo 11
Responsables.
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"¿A quién crees que engañas? Él es lo que tú más quieres, ocultarlo tratas es hermoso lo que sientes…"
"Ououhhhhh"
"No lo disimules, bien sabemos dónde está tu corazón… ouohhh"
Sasuke y Neji estaban que se golpeaban contra los barrotes de la celda, llevaban menos de tres horas encerrados y ya no soportaban a sus compañeros de celda: Gaara y el extraño sujeto que se presentó como Sai, amigo de Ino Yamanaka, el cual minutos atrás había sugerido cantar para matar el tiempo, algo que todo el mundo dejó que hiciera solo, hasta que comenzó a cantar clásicos de películas infantiles y Gaara, impresionado, se le unió haciendo coro con él.
—Aaaaahhh…. Nadie sabrá… no hablaré de mi…. amooooor….
—shurururarara ahhhh…
—Muy bien cantado. —felicitó Sai.
—Es inevitable… esa canción y película son un gran clásico. —opinó el apenado y serio Gaara.
—¿Verdad que sí? ¿Ahora cuál te gustaría cantar?
—¿Viste el rey león?
—Por supuesto… ¿quién no?... ¿Empezamos en el orden de la película?
—Está bien…
—Maldita sea, esto parece el maldito ciclo sin fin. —pensó un irritado Sasuke cuando aquellos dos comenzaron a entonar la canción que tenía dicho nombre.
—Todo es por tu culpa, Uchiha, tú, tu familia y su estúpida fiesta…—rezongó un irritado Neji, recargando la frente en los barrotes.
—¿Culpa de mi familia? —replicó. —¿Quién descuidó a su familiar?
Neji bufó, reprochándose aquella parte de su responsabilidad, pero aun así refutó.
—¿Quiénes son los que tienen conexiones con personas de baja calaña?
—¿De qué hablas? A esos tipos ni siquiera los conocía, y te puedo asegurar que ninguno de mi familia los conoce.
—¡¿Entonces cómo entraron? ¿O es que acaso entregaron invitaciones a lo baboso?!
—¡Oye, idiota! Cálmate un poco, lo que preguntas es algo que también me gustaría averiguar y créeme que así lo hará la familia Uchiha, esto no se quedará así.
—Ah… sí… ¿y cómo?
—Para empezar…
—¡Neji!
—¡Neji, gracias al dios estás bien!
La conversación entre Uchiha y Hyuga se vio interrumpida por la abrupta llegada de Tenten y Lee, que preocupados fueron directamente con su compañero de patinaje.
—¿Ustedes dos? ¿cómo?
—Tenten pagó tu fianza, bueno yo también le di lo poco que tenía, pero ella pagó la mayor parte. —resumió Lee. —En un momento vendrá un guardia a liberarte y también a Sasuke y a ese chico de Suna. —señaló al confundido Gaara que dejó de cantar para unirse a aquella conversación.
—¿Con qué dinero? —preguntó el Hyuga a su compañera, pues recientemente esta le había pagado su mensualidad y no era mucho dinero el que ella tenía, según él.
—Tenía algo guardado. —aclaró esta con una pequeña sonrisa. —No podía dejar a mi compañero aquí.
Neji frunció el entrecejo molesto, sintiéndose más comprometido con ella por tal detalle. No le gustaba deber favores.
—Además que…—interrumpió Lee precavidamente.
—¿Qué?
—Tu tío, Neji…
—¿Mi tío qué? ¡habla!
—Mmm… estaba muy molesto, que molesto ¡Furioso!… gritó ante todos los que estaban allá que te las arreglaras solo y que no quería que te volvieras a acercar a tu prima.
El Hyuga bramó maldiciones por lo más bajo.
—Como si necesitara de ese viejo infeliz… —escupió. —Pero… ¿Y Hinata? ¿Saben cómo está? —cuestionó preocupado.
Ambos patinadores negaron con la cabeza.
—Sólo vimos cuando se la llevó la ambulancia. —contó Tenten.
—¿Y Naruto y Sakura? —preguntó Sasuke, recordando que esos dos estaban con esa chica.
—¿E Ino? —preguntó Sai, también uniéndose a la conversación.
—No lo sabemos con exactitud… no nos quisimos acercar mucho a donde estaban ellos, pero…—titubeó Tenten. —… al parecer el papá de Hinata discutió con el papá de Ino y de Naruto…muy fuerte…
Los que estaban en la celda se preocuparon más, en especial Sasuke que ya se imaginaba en el problema en el que se había metido Naruto, y también se le hizo extraño que la compañera de Neji no mencionara a los padres de Sakura. ¿Acaso no habían ido o intervenido por ella?
—Sasuke…
El aludido levantó la cabeza al reconocer aquella grave voz que correspondía a su hermano, que con la seriedad que se cargaba se dirigía lentamente hacia donde estaban en compañía de un guardia y la hermana de Gaara.
—Itachi…
—Ya pagué tu fianza, anda… vámonos… —ordenó este indiferente, cuando el guardia abrió la reja.
—Tú también, Rocky Balboa. —dijo una burlona Temari, incitando a su hermanito a salir. —Ya fue mucho escandalo y no nos concierne este problema, tenemos que volver a Sunagakure de inmediato. El borracho de Kankuro y los demás ya nos esperan en la camioneta que nos llevará al aeropuerto.
—Sí. —asintió el menor con mucha tranquilidad. —Un placer. —se despidió cortésmente de un confundido Sai que vio como todos se iban a excepción de él, pero ni cómo decir algo, después de todo no conocía del todo a esas personas.
Cuando el celador cerró de nuevo con llave, no le quedó de otra más que retroceder, y sentarse en la banca de concreto, en donde hizo cuentas mentales para saber si lo que tenía en su cuenta bancaria era suficiente para pagarse la fianza.
—No… no es mucho. —sonrió. —Ni modo, tendré que quedarme aquí y cumplir las 72 hrs. de encierro.
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—¡Eh! ¡Uchiha! No hemos terminado de hablar. —interceptó Neji a los hermanos cuando finalmente salieron de la estación. —Pese a que no tolero al odioso de mi tío, me consta que los Uchiha le deben muchas explicaciones a los Hyuga.
—Explicaciones que daremos cuando nos den los resultados de las averiguaciones que ya se comenzaron a hacer. —respondió Itachi con tranquilidad, viendo de reojo a Sasuke.
Con aquella mirada, el menor entendió que por averiguaciones se refería a que el comité de anti-delitos deportivos era quien estaba haciendo la investigación por su cuenta y que habían clasificado aquel incidente como un atentado contra la patinadora Hinata Hyuga para dañarla en su carrera, pues estaba a poco tiempo de celebrarse las finales de patinaje artístico. ¿Casualidad? Era algo en lo que no creían los Uchiha.
—¿Y creen que me conformaré sólo con eso?
—Tendrás que hacerlo, Hyuga. —dijo Sasuke indiferente. —Mira, nosotros tenemos nuestros métodos, y créeme, en cuanto sepamos algo, tú serás el primero en saberlo….
—Más te vale… si no afronten las consecuencias.
—Esa amenaza ya la hizo tu tío. —contó Itachi. —Y nos tiene sin cuidado.
Dicho aquello, ambos hermanos le dieron la espalda a Neji y compañía y se retiraron.
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Domingo por la mañana.
—¡Eh! Chico… ¡levántate! —ordenó el guardia, golpeando los barrotes con su macana.
Sai, despertó de un sobresalto, viendo somnoliento que al parecer ya había amanecido y él seguía ahí encerrado.
—Buenos días, señor… ¿cómo amaneció el día de hoy? —saludó, dando un bostezo, mientras se estiraba.
—Que tipo tan raro. —masculló el hombre. —Anda, muévete y largo… ya pagaron tu fianza.
—¡Eh! ¿En serio?
—Sí, sí… así que andando muchacho… vete a menos que quieras quedarte aquí.
—No por voluntad propia, muchas gracias, señor…
El guardia sólo resopló y volvió a cerrar la celda en cuanto el muchacho se retiró.
Sai salió de lo más campante del área de las celdas hasta la recepción de la estación en donde esperó ver a su querida salvadora, pues intuía que había sido Ino quien lo había sacado, pero en su lugar a quien vio fue al cara de amargado de Shikamaru.
—Bien… ya estás libre. —comentó este con aburrimiento cuando lo vio.
—Shikamaru… ¿tú pagaste la fianza?
—Sí, Ino me pidió ese favor.
—Se lo agradezco, le pagaré en cuanto pueda. —sonrió Sai, viendo que indirectamente Ino como quiera había sido la responsable de su liberación.
—No, no creo sea necesario, escucha Sai, Ino me pidió que te dijera algo…
—¿Algo?
—Sí. —Shikamaru resopló. —Mira, antes de decirlo… quiero que sepas que no tengo la menor idea de lo que pasó entre ustedes y no tengo nada en contra de ti… así que… aquí va…
Sai frunció el entrecejo comenzando a confundirse, pues hasta el momento él no sentía que hubiera tenido un problema con Ino.
—"Toma el pago de la fianza como remuneración por las veces que fuiste a la pista, ya no es necesario que vayas. No te quiero volver a ver". Eso fue lo que me pidió que te dijera.
—Parece que Ino no se levantó de buen humor. —sonrió el pintor. — no la juzgo, ayer fue toda una locura.
—Déjate de bromitas Sai, lo que dijo Ino fue en serio, no te quiere volver a ver… así que… con todo el respeto que te mereces, no te aparezcas en la pista, no la busques o te pesará… eso va de parte de su padre.
—Pero… ¿qué hice yo? —trató este de comprender.
—Yo qué sé… pero ya pasé el mensaje así que estás advertido… adiós.
El indiferente Shikamaru se retiró, restándole importancia al asunto, dejando atrás a un confundido Sai.
El pintor no muy satisfecho, en cuanto salió de la estación y perdió de vista al aprendiz de entrenador se propuso a ir a arreglar ese asunto por su cuenta; sin embargo, en su andar a la casa de su amiga se encontró con un puesto de periódicos en cuyos titulares vio que al parecer se estaba haciendo todo un escándalo del incidente en donde se culpaban tanto a los Uchiha, a los equipos de Hockey y sobre todo a las patinadoras favoritas a las olimpiadas: Hinata Hyuga, Sakura Haruno y su amiga Ino Yamanaka.
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"Hinata Hyuga atacada en plena fiesta de los Uchiha se cree que Ino Yamanaka y su familia está involucrada"
Releyó con tristeza un llorosa Ino, quien sentada en su comedor personal no había probado ni un bocado de lo que le habían llevado, pero ¿cómo hacerlo? Si tenía a un par de mujeres a sus pies que le seguían haciendo curaciones en las piernas, poniendo un ungüento especial en todas las pequeñas heridas que le habían quedado después de haber caído sobre pedazos de cristal. Mientras que su padre, detrás de ella y al teléfono, discutía con el relacionista público que tenían, en un aparente intento de que todo lo que se estaba diciendo de ella se eliminara inmediatamente.
Y es que según las notas, Ino y su familia eran quienes habían orquestado una trampa contra Hinata Hyuga para que esta no participara en las Olimpiadas.
Era injusto, era lo único que podía pensar y más al ver sus piernas lastimadas, consecuencia de haberse agarrado a golpes contra unos sujetos que pudieron también haberle hecho algo a ella o a Sakura.
—"Malditos medios" —pensó enfurecida, apoyándose en su mejilla, aunque pronto dejó de hacerlo al recordar lo hinchada que estaba debido al golpazo que le dio el patriarca de los Hyuga.
—Ok, te lo encargo… mantenme informado…—colgó Inoichi la llamada. —Ino… no te preocupes, en unas horas se retirarán todas esas notas de los medios… aunque el relacionista público también dijo que sería bueno si dieras alguna declaración ante la prensa.
—No quiero hacerlo, capaz y luego se inventan más cosas…
—Sí, es una probabilidad… pero si esto empeora, no habrá de otra…
—Bastará con que Hinata despierte y diga lo que pasó… ¿no se sabe nada de ella? —preguntó preocupada.
—No, ni idea… los Hyuga se están reservando la información… sigo sin dejar de pensar que esto fue ideado por esa familia o en todo caso por esa chica Haruno y su entrenador.
—No, papá. ¿cómo crees? ¡Sakura y yo defendimos a Hinata!
—Y qué casualidad que ella abatiera a uno de esos hombres ¿no? ¿con el tamaño que tiene esa niña? Piensa Ino, ¿qué tal si esa chica Sakura lo orquestó todo para quedar como una heroína?
—No…—Ino negó con la cabeza. —Ella también salió lastimada.
—Pues yo no lo vi así, además… ni Shimura y sus padres hicieron acto de presencia anoche a hacerse responsables… ¿qué te hace pensar eso? Pero como digo… para mí sólo hay dos sospechosos y esas son Sakura y la misma Hinata.
Ino negaba con la cabeza sin poder creérselo.
¿Se atreverían a tanto? ¿Para perjudicarla? Comenzó a mal pensar la patinadora, recordando como estas la envolvieron en sus cosas, en especial Sakura quien generalmente no se la tragaba, el día anterior había sido como una amiga. Muy extraño.
Sin embargo fuera Sakura o Hinata no se lo perdonaría a ninguna, habían manchado su imagen, la habían lastimado no sólo con heridas físicas, sino haciéndole creer que podría haber una amistad entre ellas.
—Las odio a las dos.
—Señorita Ino. —llamó una de sus empleadas precavida.
—¡¿Qué?! —bufó esta molesta, ya no podía ocultar el rencor que sentía por dentro ni fingir que todo estaba bien y estaba tranquila.
—Hay alguien afuera que la busca. —anunció la empleada cohibida.
—Ya dijimos que no recibiríamos a ningún reportero. —comentó Inoichi molesto.
—No es un reportero, señor. Es el joven Sai.
—¿Ese tipo? Ino, creí que habías mandado a Shikamaru a arreglar ese asunto. ¡No lo quiero aquí!
—Lo sé… pero déjamelo, papá… tal vez ese tipo necesita que se lo diga de frente.
Cubriéndose con la bata y completamente desarreglada, Ino salió furiosa de la habitación para atender al recién llegado al cual ni siquiera dejaron pasar y se quedó en las afueras de la mansión de los Yamanaka.
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—¡Ino! ¡Hola! —llamó Sai entusiasta al ver que su amiga se acercaba a recibirlo, aunque aquel ánimo se le desvaneció al notarla sumamente molesta, pero no sólo eso, notó en su rostro y en general su apariencia los rezagos de la pelea de la noche anterior.
—¡¿Qué quieres?! ¿Qué no te quedó claro lo que te dijo Shikamaru?! —reclamó esta cuando finalmente lo confrontó.
—¿No era broma? —preguntó este inocentemente.
—¡No! ¡No es una maldita broma! ¡Quiero que te vayas! ¡No quiero volverte a ver!
—Pero… ¿por qué? ¿Qué te hice?
—¿Qué que me hiciste? —bufó. —Por tu culpa estoy en esta situación.
—¿Mi culpa?
Con cada cosa que Ino decía Sai más se confundía.
—Si nunca te hubiera hecho caso…—refutó esta llorosa. —Sino me hubieras manipulado para intentar ser una persona que no soy…
—¡Espera Ino! ¡Yo nunca te he manipulado!
—¡Claro que sí! ¡Me hiciste dudar de mí! ¡Me llamaste falsa! ¡intentaste cambiarme porque no te gustaba lo que veías!
—A ver… espera. —trató de tranquilizarse el muchacho. —Yo nunca te dije eso para que cambiaras. Ino, tú eres la que vive en una farsa… en donde te dicen que eres la mejor cuando no es cierto, cuando te hacen creer que te mereces todo por tu nombre y apellido… no por lo que tú crees de ti misma.
—¡NO ES CIERTO! ESTO ES LO QUE SOY YO! ¡ME GUSTA LOS LUJOS, ME GUSTA SER VANIDOSA, SER LA MEJOR DE TODAS! ¡YO SOY LA MEJOR DE TODAS! Y no permitiré que un cretino BUENO PARA NADA como tú venga a decirme que eso esta mal… ¿Entendido? Por tu culpa estoy en este problema, tú eres el que me incitó a sentarme con esas desgraciadas…
—Y tú fuiste la que solita comenzaste a conversar con ellas y te dejaste envolver… ¿por qué? ¡Porque te agradan, Ino! Porque la realidad es que te gustaría tener amigas; amigas con las cuales conversar cosas que sólo entre chicas se dirían… perdóname "si te confundí" —se burló haciendo unas comillas con sus dedos. —Yo sólo quería que te bajaras de tu estúpida nube de lujos e hipocresías y vieras que hay cosas más importantes que TÚ MISMA.
—¡¿Y qué tiene de malo que piense sólo en mí?!
—Nada… es bueno que te quieras a ti misma, no lo niego, pero eso no significa que los demás deban servirte y adularte como si fueras la última botella de agua del desierto, o que tú minimices a los demás como si no valieran nada, así como tú eres importante para ti misma, lo mismo piensan otras personas de si mismas… sólo se trata de encontrar el equilibrio… que es lo que a ti te hace falta.
—¡Vete al diablo, Sai! ¡Vete a decirle esa mierda a quien le interese! —lo empujó Ino para alejarlo.
—Sí, me iré… pero no porque tú me lo digas… sino porque yo quiero, belleza… y ¡ah! descuida… no estoy enojado contigo. —le sonrió. — te seguiré esperando en el puente, todo los días, y estaré ahí para ti cuando la cagues de nuevo en las finales, porque es lo que pasará, y vengas a mi arrepentida de todo lo que has dicho.
—Eso no pasará… yo te enseñaré… ganaré en las finales, y el que se arrepentirá serás tú, Sai, por no aceptarme como soy…
El pintor sonrió y se acercó lentamente a ella, haciendo que Ino retrocediera torpemente, sintiéndose acorralada.
—Yo te acepto y te quiero como eres… aunque a veces seas toda una falsa. — le dio un beso en la mejilla, la cual dejó paralizada a la patinadora. —Porque cuando eres tú misma he visto cosas en ti que los demás no… incluso cosas que tú no ves.
Dicho aquello se alejó lentamente, dejando a una desconcertada, melancólica y a la vez furiosa Ino.
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Lunes, por la mañana.
Una fatigada y pálida Hinata no podía hacer otra cosa más que ver al techo blanco y luminoso de ese cuarto de hospital, había despertado hacía unas horas por la madrugada sin saber siquiera donde estaba, lo único que supo es que la habían internado de emergencia y que su padre, hermana y entrenador esperaban en la sala de espera.
Después de eso, le inyectaron más medicamentos que nuevamente la hicieron dormir; sin embargo, ahora que despertaba de nuevo, sólo esperaba que alguien conocido entrara para darle respuestas.
—Pasen, señores… ya se encuentra más estable. —escuchó decir a la enfermera que la había estado atendiendo.
—Muchas gracias.
Las voces del otro lado de la puerta la pusieron en alerta y a como pudo se acomodó en la cama.
—Hija… que alivio. —fue lo que pronunció su padre en cuanto la vio, y no titubeó en ir con ella para envolverla en un cálido abrazo paternal que rara vez daba.
—Papá…—pronunció ella con voz ronca pero muy conmovida.
—Casi no la cuentas, Hinata, estuviste al borde de la muerte… —reveló Hiashi con dolor.
—¿Qué?
—Tranquila, señorita Hinata… no se agite. —pidió Toneri, llevando un enorme ramo de rosas rojas con él.
—Pero… qué…
—Necesitamos hablar Hinata, de lo que está pasando y los causantes…
La Hyuga no entendía nada de lo que le decían, pero en cuanto se calmó un poco y su entrenador y padre le dieron detalles de lo sucedido, no lo pudo creer.
La habían drogado en la fiesta de los Uchiha, aparentemente con algo que denominaban la droga del desfloramiento, una sustancia que afectaba a todo el cuerpo, en especial al sistema nervioso. Esa droga generalmente la usaban criminales para intoxicar y abusar de sus víctimas, de ahí el nombre, y debido a su fórmula era imposible de identificar con el pasar de las horas, pero gracias a que había sido intervenida rápidamente pudieron identificarla, pero aún así, eso no quitó que esa droga la hubiera puesto al borde de la muerte y no sólo eso, que casi fuera abusada por un trío de agresores.
—Hinata, es importante que me digas ¿qué fue lo que pasó?, ¿qué tomaste? o ¿qué te dieron y quién? Porque te juro que haré pagar al responsable que te hizo esto. —cuestionó Hiashi molesto.
—No… no estoy segura…
—Haz el intento, Hinata… ¿qué es lo último que recuerdas? —preguntó Toneri precavidamente.
—Yo…. estaba bailando… con Sakura Haruno e Ino Yamanaka… cantamos una canción…
—Esas chicas. —refunfuñó el Hyuga molesto. —¡¿Qué te dieron esas tipas?!
—¿Darme?… sólo tomé agua… no recuerdo… haber comido algo
—¡Pero ¿Quién te la dio?! —exigió el padre comenzando a molestarse.
Sin embargo Hinata no podía recordar, no podía recordar más allá de lo que pasó después de que cantó junto con las chicas.
—¿Fue ese chico que te invitó? —insinuó Toneri, sonriendo por sus adentros al notar que no recordaba nada.
—¿Naruto-kun? Él… no sé…—mintió la Hyuga, recordando que él le había llevado una botella de agua, pero también llevó bebidas a los demás, por lo que descartaba o más bien no quería creer que él hubiera hecho algo, lo creía incapaz de hacerle eso.
—Maldita sea… escucha Hinata, no es por presionar… pero quiero que sepas algo…
—¿eh? ¿qué cosa?
—Esto que pasó, no fue casualidad, no fuiste una chica a los que unos bandidos escogieron al azar, fue premeditado…
—¿cómo? —musitó asustada.
—Sospechamos que fueron esas chicas: Sakura Haruno o Ino Yamanaka, obviamente para perjudicarte en este torneo…—informó Toneri.
—No, no lo creo… ellas no…
—O en todo caso ese chico, Naruto… del cual tengo entendido esta muy allegado a esa tal Sakura Haruno y a los Uchiha.
—No, eso es imposible…
—Sé que es difícil, hija… pero es la realidad, esas tipas y ese chico estaban en la escena con esos criminales, y le advertí a ese chico que te cuidara y no lo hizo, además me extraña que de la nada se hubiera hecho tu amigo o que fingiera serlo, cuando muy apenas lo conociste en la reunión que hizo Neji, otro del cual sospecho por el rencor que me tiene…
Hinata siguió negando con la cabeza, no creía para nada que Naruto lo hubiera hecho, empezando porque su padre desconocía el cómo se habían conocido. En cuanto a Neji, también lo creía incapaz, era su primo, además que ellos tenían un trato de por medio.
—También tengo entendido que ese tal Naruto sale con esa Sakura Haruno… es decir… ella es su novia. Para mi que quiso envolverte para luego tenderte una trampa. —especuló Toneri. —De esa manera le daría una ventaja a su novia en las finales.
—No, ¡ellos no son novios! — replicó Hinata alzando la voz, sintiendo que la cabeza le explotaría, en especial cuando se imaginó a ese par juntos, algo que descartó de inmediato pues conocía a Naruto, sabía que él no tenía ninguna novia, y menos Sakura que no le hacía caso.
—Bueno, es lo que me pareció, o a esa chica le gusta él y trató de perjudicarte al ver que él tenía tu atención.
—No, a Sakura-chan le gusta alguien más…
—Bueno, entonces esa chica Ino fue la que planeó ¡todo!, junto con esos idiotas de los Yamanaka…—dijo el padre exasperándose.
—No, no creo… no ellas, Sakura e Ino son buenas personas, papá… también Naruto-kun y Neji-ni…
—Pues yo no lo creo, al menos con esas chicas es de quien más tengo sospechas porque como te digo, hija, esto fue premeditado, alguien buscaba hacerte daño, ¿y quién más estaría interesado en hacer eso? ¡Sólo ellas! Son tu competencia,
—No…
Siguió negando Hinata con la cabeza, se negaba a creer que esas chicas, a las que por una noche consideró sus amigas, las cuales la aconsejaron y le dieron ánimos le hubieran hecho eso.
—Sé que es doloroso, señorita Hinata, pero sólo piénselo… —susurró Toneri, tomando su mano. —esas chicas nunca le habían hablado, y ahora a punto de llegar a las finales ¿se llevan bien con usted? ¿La hacen su amiga de la noche a la mañana?
La patinadora se quedó sin habla, recordando como aquellas dos comenzaron a hacerle conversación, bueno inicialmente Sakura, incitándola a sentarse juntas, luego Ino, queriéndose enterar también de cosas de su vida como si fueran amigas. ¿Coincidencia? Ya no sabía que pensar.
—Es claro que fue con mala intención. —concordó Hiashi. —Acéptalo Hinata, una de ellas o las dos te tendieron una trampa, una muy vil y cruel con la que planearon no sólo sacarte de la competencia, sino deshonrarte e incluso matarte.
Con cada cosa que su padre decía, Hinata sentía que perdía el aliento, a su mente la imagen de sus rivales apareció, ya no como esas sonrientes y gentiles chicas que la acompañaron el día de la fiesta, sino como un par de viles monstruos capaz de hacerle lo más nefasto por tal de quitarla de su camino.
—Te quisieron arruinar, Hinata… por eso tienes que demostrarles que no te vas a dejar, ni de ellas, ni de los medios…
Dicho aquello, el patriarca de los Hyuga se levantó de su asiento y acudió al ventanal de la habitación en donde tomó varios periódicos, los cuales posteriormente mostró a su hija.
Hinata se asustó con los titulares pues estos eran muy escandalosos, unos acusaban a Ino y su familia del atentado, otros a Sakura Haruno, otros más a los Uchiha e invitados, y por último uno más cruel a su parecer era uno en donde la acusaban a ella y a su propia familia en algo que denominaron un autoatentado para llamar la atención.
—Es muy cruel…—lloró, leyendo todo lo que decían de ella, como si ella hubiera provocado o querido lo que le había pasado cuando no tenían la menor idea de lo que había sido, algo que ni ella podía recordar con exactitud pero que muy en lo profundo sólo sentía como algo traumático.
—Quien sea el que te hizo esto, creyó que probablemente podía alterar también tus resultados en el examen de antidoping para que no participaras, pero dice el médico que esa droga ya salió de tu sistema, por lo que Hinata, prepárate… porque mientras yo lidio con este problema y busco al responsable, tú darás la batalla en la pista de patinaje y le demostrarás a estas muchachitas estúpidas…—señaló con desprecio los periódicos donde aparecían ellas. —que nadie se mete contigo ni con tu familia, les vas a demostrar de lo que estás hecha.
—Es tu momento Hinata, no permitas que nadie te lo quite…—agregó Toneri sin dejar de sonreír.
Hinata lloró, pero si era cierto lo que decía su padre y entrenador, si Sakura e Ino tenían algo que ver con lo que había ocurrido, incluso si Naruto estaba involucrado era algo que nunca les perdonaría. Estaba decidida, les demostraría a todos que ya no era la tonta sumisa que todos creían que era.
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Pista de los Uchiha.
Por un llamado de Kakashi, Sasuke se vio obligado a ir a la pista de patinaje, pese a que a todos los jugadores se les había dado una semana de descanso después del juego, pero supuso que con el incidente que había pasado era necesario que todos hablaran.
Al llegar a la pista, vio que en esta sólo estaba Naruto, que vestido con su ropa de entrenamiento, golpeaba el puck con el bastón notoriamente furioso, algo muy extraño de ver en él.
—Buen tiro, Usuratonkachi. —halagó cuando lo vio asestar un gol de un solo golpe a larga distancia.
Naruto no respondió, sólo siguió patinando, guardándose cosas para sí mismo.
—¿Y Sakura? —preguntó cómo no queriendo, para ver si de esa manera su compañero y "amigo", reaccionaba, además para saber también de cierta chica que tampoco se encontraba entrenando como supuso debía estarlo.
Y pensando en ella, tampoco vio a Danzou, ni al equipo del entrenador Guy.
—No lo sé…—respondió Naruto indiferente, como si no le importara. —Pensé que a ti no te importaba saber de los demás.
— "Touché" —pensó el Uchiha, recibiendo algo que podría decirse que era una dosis de su propia medicina, pero aun así, no se dejó intimidar por el Uzumaki e insistió. —Pues ahora sí me interesa… así que responde…
—¡Ya te dije que no sé! —masculló Naruto, golpeando otro puck que no asestó.
—¿Y los otros escandalosos del entrenador Guy?
—¡Ya se fueron! ¡FUERON A VER SI PODÍAN VISITAR A HINATA!
Totalmente frustrado, Naruto golpeó el bastón contra el hielo como si quisiera desquitarse con algo, pero al objeto poco daño le hizo, y eso de alguna manera lo conmocionó que se dejó caer en el hielo con la respiración agitada, sintiendo nuevamente un horrible nudo en la garganta.
Sasuke, aunque lo veía con indiferencia, le extrañó verlo con esa actitud.
—¿Qué tienes?
—Fue mi culpa…—chilló el Uzumaki con la voz entrecortada. —Por mi culpa Hinata casi se muere…
—Naruto… no fue tu culpa…
—¡Yo la dejé sola! —replicó entre lágrimas y furia, patinando hasta donde estaba su rival. —Yo la descuidé… —lo tomó de la camisa para zarandearlo.
Sasuke ni se inmutó, y sin cambiar para nada su expresión le permitió a ese chico desquitarse con algo, o más bien con él.
—Me acobardé porque la escuché decir que me amaba. —recordó con dolor. — y yo… no supe cómo reaccionar… me alejé… me dio pena estar cerca de ella…
—Naruto… entiende… no fue tu culpa. —recalcó Sasuke lentamente.
El chico lo soltó, negando con la cabeza.
—No sabes nada… eres un idiota.
—Hmph… probablemente. —se burló este. —Mira… tal vez no sea de mucho consuelo lo que te diré, pero…
—¿Qué? —musitó Naruto, viendo como Sasuke veía a su alrededor como si quisiera cerciorarse que nadie los estuviera viendo.
—Te voy a contar un secreto…
—¿Secreto?
El Uchiha asintió, y antes de que los demás llegaran, le reveló que él, Sasuke Uchiha, junto con su hermano, primo e incluso Kakashi y otros miembros de su familia y conocidos, conformaban un grupo al cual llamaban el comité de anti delitos deportivos, del cual en resumidas cuentas le dijo que se encargaban de hacer investigaciones sobre casos como el que le había ocurrido a Hinata, contándole aquello, le confió que ya estaban haciendo averiguaciones sobre lo sucedido, pues todo parecía que había sido planeado por alguien que quería perjudicarla.
Naruto se quedó boquiabierto con todo lo que escuchó, tanto por el caso de Hinata como por otros casos que le contó Sasuke, entre estos el de su primo Shisui Uchiha, y también le contó sobre las sospechas que tuvo alguna vez contra Ino Yamanaka y su familia, de Sakura Haruno y su entrenador, quienes ahora nuevamente figuraban como los principales sospechosos del reciente atentado.
—No puedes creer que Sakura-chan… que ella… e incluso esa tipa Ino, no me cae muy bien en las competencias, pero en la fiesta no parecía ser mala persona, fue amable con Hinata…
Sasuke se encogió de hombros.
—En estos casos tenemos que investigar a todos… para ir descartando sospechosos hasta llegar al responsable…
Naruto estaba atónito, le era imposible creer que hubiera tanta corrupción, manipulaciones, intriga e injusticias en los deportes, los cuales se suponían debían ser divertidos, que debían alegrar a las personas y mostrar lo mejor de ellas, no lo que estaba pasando.
—En fin… Naruto, te digo esto porque a pesar de que creo que eres un tonto, confío en ti y eres incapaz de hacerle daño a alguien más, si sabes algo más de lo que ya declaraste a la policía que crees que pueda ser relevante para esta investigación, no dudes en decirlo, sería de mucha ayuda.
—Sí… claro… yo… yo lo haré…
—Sólo me falta hablar con Sakura…—comentó Sasuke, sentándose en una de las bancas, dándole la espalda al muchacho que seguía dentro de la pista. — quiero escuchar de su boca lo que pasó esa noche.
—Sí… es extraño que no haya llegado, ni cuenta me di que no estaba. —comentó Naruto viendo a su alrededor.
Sasuke sonrió de lado, al notar ese detalle en Naruto, el cual por el momento no parecía que le importara Sakura en absoluto, hasta que…
—Me preocupa, Sasuke… también me preocupa ella…
—¿Mhm? ¿Por qué lo dices así? —preguntó, volviéndose hacia él.
—Bueno, ahora con todas las cosas que me dijiste ya ni sé qué pensar, pero esa noche, sus padres ni siquiera fueron por ella, ni su entrenador. Papá y yo tuvimos que llevarla hasta su casa. ¿No crees que es extraño?
—La verdad no sé, ¿Viste a Danzou?
—Sí, fue amable con papá, pidió disculpas por las molestias… pero supongo que fue porque entre viejos se entienden.
—O es pura falsa cordialidad, supongo, ese tipo es así…
—Sí, también puede ser eso.
—Pero… ¿por qué dices que te preocupa?
—No… no sé, imaginaciones mías, supongo. —rio Naruto sin querer especular más, pues ya con toda la información recibida parecía que no podía confiar en nadie.
Sasuke notó su duda, pero ya no insistió, sabía que para alguien que no estaba acostumbrado a sospechar de otros era difícil aceptarlo.
En cuanto a él, también dudaba que esas chicas fueran responsables, en especial Sakura, a la cual vio genuinamente feliz en la fiesta, conviviendo con sus rivales, alguien tan radiante como ella era incapaz de lastimar a alguien, bueno, salvo a los imbéciles con los que se enfrentó con Yamanaka, algo que ella le tenía que contar con detalle sí o sí cuando finalmente se presentara a entrenar.
—Hola, chicos… llegaron temprano…
Se escuchó la voz de Kakashi a un par de metros de ellos.
—Y tú llegaste puntual… hoy va a llover. —bromeó el Uchiha.
—Sí, tal vez… hoy no es un buen día para perderse en el sendero de la vida. Ha habido muchos problemas, como sabrán…
—Sí, que fastidio, de veras, entrenador Kakashi… ¿De casualidad sabe algo de Hinata o de quien inició todo este embrollo? —cuestionó Naruto disimuladamente.
—No, aun no… Naruto, pero… sí tengo noticias de alguien más que estuvo con ustedes ese día de la fiesta.
—¿Quién?
—Sakura Haruno…
Sasuke se irguió discretamente al escuchar ese nombre.
—¿Qué hay con ella? —preguntó tratando de seguir con su careta de indiferencia.
—Con ella y su entrenador., —aclaró Kakashi. —Se fueron. Danzou le pidió un reembolso a tu primo, Sasuke, ya no entrenarán más aquí… por eso no se presentó el día de hoy y desconozco a donde se hayan ido ahora.
—Sakura-chan se… fue…
Tanto Naruto y especialmente Sasuke quedaron boquiabiertos con aquella noticia, el primero lo único que pudo pensar es que todo eso era muy "sospechoso", aunque se rehusaba a creer que alguien como Sakura pudiera hacer algo tan atroz, aunque de su entrenador no podía decir lo mismo, mientras que Sasuke, estaba más que impactado, no podía concebir en qué clase de problema estaba envuelta esa fastidiosa chica de cabello rosa.
¿Debía sospechar de ella de nuevo?
.
.
Días después…
En una residencia, lejos de la pista Uchiha y en sí, alejada de todo escándalo, dentro de un sótano a medio iluminar, sólo se escuchaba los quejidos de una chica que estaba bañada en sudor y lágrimas.
—Sigue así, por 20 minutos más… no pares y ¡no llores! ¡recuerda nuestro trato!
Exigió Danzou, mientras que vigilaba con detalle el ejercicio que le había impuesto a su alumna, el cual más que nada era hacer estiramientos con una liga de lado a lado de manera de que con ese movimiento se adaptara el cuerpo al momento de hacer los saltos.
Sakura hacía el ejercicio sin protestar, pero lloraba, no tanto por la exigencia del entrenamiento que llevaba haciendo desde el amanecer, sino por todos los artículos que su entrenador le hizo leer antes de empezar a entrenar.
Los malditos medios estaban sobre ella. Le estaban echando la culpa de lo sucedido con Hinata, la estaban acusando de algo sumamente horrible cuando ella sólo ayudó o al menos eso intentó.
Entre las muchas cosas que decían, una de estas era que dudaban de su fuerza, de su capacidad para defender a alguien, alegando que todo lo que había ocurrido había sido planeado por ella, su entrenador y familia la cual sólo le había hablado por teléfono para regañarla por meterse y meterlos en problemas.
Y el colmo de todo es que Danzou le comunicó que los Hyuga, incluida Hinata, no iban a desmentir tales hechos, y que los Yamanaka en donde obviamente figuraba Ino, ya se estaban lavando las manos, todo gracias a sus influencias.
Estaba sola y a punto de perder lo poco que había obtenido en base a su esfuerzo pues con el escándalo hasta sus patrocinadores la habían amenazado con dejarla, y lo hubieran hecho si no tuviera aun el contrato con ellos, ahora tenía que ganar sí o sí para conservarlos.
Sus rivales, apoyadas por sus familias la querían hundir, era más que obvio. Y le dolió, pues realmente creyó que esas chicas y ella podían llegar a ser amigas, pero no eran más que un montón de hipócritas, unas viles mujeres que ante el público se vendían como "finas" o "inocentes".
— "Pero no me voy a dejar" — pensó rencorosa, aumentando el ritmo del ejercicio, estaba decidida a demostrarles a todos su destreza en el hielo y sobre todo su fuerza.
Cuando la vieran romper un récord y ganar la competencia, nadie, jamás, volvería a dudar de ella.
—No dejaré que me venzan… ya verán de lo que soy capaz de hacer… Ino Yamanaka y Hinata Hyuga… yo ganaré…
Continuará.
En el siguiente capítulo se llevará a cabo la competencia, ¿quién creen que vaya a ganar el primer lugar?
06 de noviembre de 2023
