Ice stars

Capítulo 12.

Las finales

Parte 1

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—Neji más despacio… vas muy rápido.

Advirtió por decima vez el entrenador Guy en lo que llevaba del día, y en sí desde días atrás cuando su alumno nuevamente había tomado una posición arrogante ante todos, mostrándose frustrado y molesto en cada uno de los entrenamientos.

El joven patinador resopló con molestia y se detuvo bufando nuevamente por la llamada de atención, y no pasó por desapercibido la mirada reprobatoria de todo su equipo, en especial la de su compañera que, silenciosa, también se mostraba molesta más no lo decía.

—De nuevo, desde el comienzo y ahora más despacio. —instruyó Guy de brazos cruzados.

Neji rechistó ante la instrucción, pero como no había de otra sólo se acercó y juntó manos con su compañera.

—¿Podrías controlarte al menos hasta que pasen las finales? Sólo faltan unos días… —le reprochó Tenten murmurante.

—Cállate, no te metas y limítate a patinar…

Dicho aquello, ambos comenzaron con la danza, y mientras se deslizaban sincronizadamente por el hielo, el Hyuga aun enfurecido, recordó los motivos que lo tenían así.

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Neji más despacio. —pidió un agitado Lee.

¿Por qué caminan tan lento? —cuestionó el aludido con el ceño fruncido. —Pero insistieron en venir… no tienen por qué estar aquí, son unos metiches

Queremos saber cómo está tu prima también. Nos preocupa. —respondió una presurosa Tenten, llevando con ella un ramo de flores.

Habían pasado dos días del ataque a Hinata Hyuga y los medios de comunicación ya habían armado toda una historia alrededor del caso, misma que ocasionó problemas con los Yamanaka, los Uchiha y demás personas de baja categoría, como los tenía clasificado Neji Hyuga, a quien sólo le importaba en ese momento que el nombre de su familia y también prima no fueran juzgados.

Así que ahí iba, caminando por los pasillos del hospital hasta la habitación en donde le dijeron estaba su prima, ansioso por conocer qué demonios era lo que había pasado esa noche y si estaba en sus manos ayudar a que la familia no se viera afectada.

—"Habitación 301, 302… la siguiente" —se dijo mentalmente, aproximándose a la puerta de su destino, cuando esta se abrió antes de que pudiera llegar.

Neji y compañía se detuvieron en seco, al ver que quien salía era Hiashi Hyuga, en compañía del tipo que era el entrenador de Hinata.

¿Qué haces aquí? —reclamó el hombre con prepotencia y semblante molesto en cuanto lo vio.

¿Qué parece? Vengo a ver a mi prima. —respondió Neji con obviedad.

Lee y Tenten por detrás de él se preocuparon, creyendo que esa no era una muy buena manera de comenzar.

Señor… creo que esperaré adentro con la señorita Hinata. — susurró Toneri cerca del patriarca.

Este, asintiendo le concedió su permiso sin quitar la vista de su sobrino, quien arrugando el entrecejo sólo notó como aquel entrenador, aparentemente muy risueño se adentraba de nuevo a la habitación, no supo por qué, pero le dio la impresión de que estaba disfrutando de todo lo que pasaba.

¿Cómo está Hinata?

No muy bien, gracias a ti, a ese a amiguito que le presentaste y a esas tipas qué… —Hiashi se abstuvo de seguir hablando, por todo el resentimiento que aún sentía.

¿Cuáles tipas? ¿De qué demonios hablas? Hinata fue atacada por unos tipos que, según Uchiha Sasuke, son desconocidos de su familia. ¿Ya están investigando quiénes son?

Eso no te importa, ya comencé a tomar acciones por mi cuenta y de una vez te advierto Neji, si estuviste involucrado en algo… te va a pesar como no tienes idea.

¡Oiga, señor! ¿Pues que se cree? —intervino Tenten. Neji no tuvo nada que ver, así como no tuvo nada que ver Sakura, Ino y Naruto.

Jovencita…—se burló Hiashi. —eres realmente ingenua, y no tienes la menor idea de con quién te estás metiendo. —señaló a Neji. —Mi sobrino, que me avergüenza que lo sea, no es más que un mentiroso, egoísta y ladrón.

¡¿Qué?! ¿De qué hablas viejo? —exclamó Neji sobresaltado, mientras que sus compañeros se mostraron confundidos, en especial Tenten.

Sólo le digo a esta jovencita la verdad… ¿Crees que soy estúpido, Neji? Me he dado cuenta de los movimientos en la cuenta bancaria de Hinata, mi hija en los últimos meses ha estado disponiendo de una fuerte cantidad de dinero y sé de buena fuente que te lo ha estado dando a ti.

¿No me digas? ¿El entrometido de su entrenador? intuyó el joven Hyuga con una sonrisita burlona.

En efecto, Toneri me informó que un día descubrió una enorme cantidad de dinero en el bolso de Hinata, demasiado para una jovencita que a pesar de sus riquezas vive con modestia.

¿Y qué hacía ese tipo husmeando en las cosas de mi prima?

Eso está de más, el punto aquí es que un día, que fue a dejar a Hinata a donde vives, vio que ella te estaba entregando todo ese efectivo.

Neji rio.

Ella me lo entregó, tú mismo lo dijiste… entonces… ¿por qué argumentas que yo me lo robé?

Porque es obvio que la estabas extorsionando, conozco tus mañas y ambición, sobrino… desconozco con qué la chantajeabas, pero lo voy a averiguar cuando Hinata se encuentre mejor y hayan pasado las finales, mientras tanto… ¡largo! no te quiero cerca de mi hija…

Maldito viejo…—bramó el joven que, de no ser por Lee se le hubiera arrojado encima para golpearlo.

Así que niña… —sonrió Hiashi, dirigiéndose a Tenten. —Ve como son las cosas… tengo entendido que mi sobrino también te saca una buena cantidad de dinero, él no tiene llenadera y te va a dejar en la calle, antes de que él te pueda siquiera llevar a una olimpiada…

¡Ya cállate! —gritó Neji, no soportando más.

Sin embargo, su pariente sólo hizo llamar a seguridad y con el poder que se cargaba lo hizo sacar del hospital así como a sus acompañantes.

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Maldito viejo, me las va a pagar…bramó el patinador, resoplando de la furia que sentía.

Oye Neji… ¿es cierto lo que dijo? ¿chantajeabas a tu prima para sacarle dinero? —cuestionó Lee intrigado.

Eso no te importa…

¡pues a mi sí! —exclamó Tenten, molesta. —¿Te parece poco el pago y la ayuda que te doy que vas y extorsionas a tu propia prima?

El Hyuga resopló molesto.

¡pues sí ¿y qué?! ¿cuál es el problema? ¡soy un patinador bien cotizado, Tenten… las migajas que me das y tu mediocre ayuda no me son suficiente… para este deporte necesitas dinero y si no lo tienes, ¡eres nada! ¡escuchaste! ¡nada! Abre los malditos ojos de una vez… ¡ya me cansé de este juego de los amiguitos y compañeros! ¡sólo quiero que hagas lo que te corresponde, si es que en serio quieres GANAR!

Tenten le arrojó las flores a la cara, completamente molesta.

¡pues entonces yo también espero lo mismo de ti, Neji Hyuga! Si te estoy pagando quiero que hagas tu maldito trabajo y ya que tienes dinero de sobra ¡págame lo que gasté en la fianza!

¡No te ofusques! ¡perdedora! ¡Te lo voy a devolver! En cuanto ganemos las finales! A ver si con eso te motivas.

Vete a la mierda, no todos los leones son de tu condición… pero… bueno… que esperaba de una persona que está ansiosa por cambiarme por una campeona…

Decepcionada, la patinadora Tenten se retiró, acompañada de un silencioso Lee, dejando a un furioso Neji completamente solo.

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—"Malditos todos… yo les mostraré"

—Neji, vas muy rápido… ¡detente!

—"Verán quién es Neji Hyuga"

—¡Neji, con cuidado!

El patinador reaccionó ante la voz de advertencia de su entrenador y para cuando reparó en lo que pasaba vio que prácticamente estaba patinando en automático, y que había lanzado con mucha fuerza (y también ira) a su compañera a la cual sólo alcanzó a visualizar que dio las piruetas correspondientes en el aire, sin embargo la altitud que había alcanzado era demasiada debido a la velocidad y a la fuerza con la que la lanzó por lo que al aterrizar, Tenten, aun impulsada por esa fuerza terminó cayendo de sentón arrastrándose por el hielo hasta que finalmente chocó con la barda que rodeaba la pista.

El golpe había sido tan severo que hasta los que practicaban hockey dejaron su entrenamiento, viendo preocupados lo que acontecía con el equipo vecino.

Mientras que Neji, con la respiración agitada y semblante de espanto vio como su compañera ahora yacía aturdida y adolorida en el hielo.

—¡Tenten!

—¡¿estás bien?!

Los primeros en acudir con ella fueron los preocupados Guy y Lee, y enseguida se acercaron Kakashi y Naruto así como el resto del equipo de Hockey.

—Guy, ¿cómo está? Sasuke ya fue a la enfermería por el doctor.

—No sé… Tenten…—llamó este, sintiéndose imposibilitado en levantar a su alumna por temor a lesionarla más.

—No se preocupe, entrenador… estoy… bien—respondió la chica con dificultad, queriendo ponerse de pie; sin embargo un dolor en una parte de su cuerpo se lo impidió.

—Tenten… ¿qué te duele?

—La cadera me duele… un poco… pero no pasa nada… ya se me pasará… sólo… denme… una oportunidad…por favor.

—Claro que no, Tenten…. no te muevas todavía, deja que el médico te revise.

—Debo continuar, entrenador, no me puedo lesionar, no ahora… —expresó esta, aguantándose el llorar por la frustración que comenzó a sentir.

—Tenten… has caso… por favor. —se escuchó la voz de Neji entre el grupo.

Todo se volvieron hacia el joven que mostrándose sumamente arrepentido, se abrió paso entre los jugadores para estar cerca de su compañera y compañeros de equipo.

—Perdón…—musitó.

—¡¿Perdón?! —Lo empujó Lee, apartándolo de su amiga. —Le debes más que un simple perdón a Tenten… ¡¿por qué mierdas no te detuviste?

El Hyuga no tenía ningún argumento para defenderse, así que sólo permaneció en silencio.

—Por favor, no se peleen… —pidió la angustiada Tenten, aun viéndose imposibilitada a levantarse.

—Todos, ábranse paso.

Se escuchó posteriormente la voz de Sasuke que, acompañado de un hombre de cabello gris y lentes se adelantó para revisar a la jovencita, junto con otras personas que llevaban consigo una camilla.

La patinadora entonces fue retirada de la pista, y tras unos minutos de revisión en la enfermería fue trasladada posteriormente al hospital en una ambulancia, acompañada del entrenador Guy y Lee, mientras que Neji con la cabeza baja y el ego en el suelo sólo se retiró silenciosamente de la pista.

—Que desastre… Sasuke… ¿crees que esa chica pueda participar en las finales? —preguntó un preocupado Naruto, cuando todo el equipo de Guy abandonó la pista.

—No lo sé… pero no parece ser una lesión leve

—No me puedo imaginar lo que debe estar sintiendo esa chica, tanto esfuerzo para terminar así… antes de siquiera poder competir…

—Creo que es lo peor que le podría pasar a un deportista. —concordó Sasuke. —Una lesión o que alguien se interponga en tu camino. —insinuó retirándose de la pista.

Naruto reflexionó lo dicho por su amigo, comprendiendo la indirecta y a quien iba dirigida, así como a sus implicadas, entre estas una chica en la que no podía dejar de pensar desde aquella noche de la fiesta.

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Centro recreativo.

Un día faltante para las finales.

—Disculpe molestar a esta hora pero… ¿Podría hablar con Hinata? Quisiera desearle suerte para su siguiente presentación. —pidió una ansiosa entrenadora al teléfono.

Ya te dije Kurenai, mi hija en este momento se encuentra muy ocupada… pero no te preocupes, le haré saber de tus buenos deseos cuando la vea, que tengas buena tarde. —fue la apática respuesta por parte del patriarca de los Hyuga que después de dar su respuesta colgó el teléfono sin siquiera decir adiós.

La resignada Kurenai resopló y colgó también el teléfono de la oficina, volviéndose posteriormente hacia un joven que había esperado ansioso y en silencio.

—Lo siento, Naruto… misma respuesta.

—Ush… ¿por qué es así ese viejo? Ni a usted la deja hablar con Hinata.

—Sí, es lamentable… y no hay que ser muy listos para saber el motivo… —insinuó, bajando su mirada al periódico del día, cuyo escandaloso título era:

"HARUNO SAKURA, ¿CULPABLE O INOCENTE DEL CASO HYUGA?"

Naruto fijó su mirada en el periódico cuya fotos debajo del título eran las de sus dos amigas en cuestión, Sakura y Hinata, mientras que a una tercera en discordia (Ino) sólo habían puesto una pequeña fotografía en la esquina.

En el artículo se exponía parte de una carta que Sakura había enviado a los medios, en donde en resumidas cuentas se deslindaba de los hechos y de todo lo que la acusaban sin embargo, para el punto en que la había enviado ya había varias opiniones divididas en los medios, unos que creían fervientemente que ella había sido la culpable, otro porcentaje que había sido Ino y uno en menor porcentaje atribuía toda la culpa a Hinata, la cual por el momento sólo se había limitado a indicar a los medios que su familia se estaba haciendo a cargo de la investigación.

—Es una estupidez lo que dicen esos periódicos, modificaron toda la información, según lo que tú me contaste… —comentó Kurenai. —Y a Hinata de seguro la están asesorando mal, puesto que se ve que la intención no es aclarar los hechos puesto que ya ni mencionan a los tipos que la atacaron, se están enfocando en culpar a estas niñas, no se me hace loable.

—Lo sé, entrenadora, pero hasta que no salga la verdad a la luz… ¿qué podemos hacer?

—Podemos hacer algo. —respondió esta, buscando algo en su bolso. —o más bien tú puedes hacer algo…

—¿yo? Pero ¿qué?

—Simplemente decir lo que viste esa noche…

—Ya se lo dije a la policía… y a Sasuke. —pensó, a sabiendas de la investigación secreta que estaban haciendo los Uchiha.

—Pero no has hablado sobre ello con la persona más importante, con Hinata.

—Eh… pero ¿cómo…

—Ten. —lo interrumpió Kurenai entregándole un gafete.

Naruto lo tomó viendo sorprendido que se trataba de un gafete de acceso VIP a la pista en donde se realizarían las finales del país del fuego.

—Se lo pedí a Asuma… para ti, tiene acceso a todos los lugares de la pista, para que puedas ir y encontrar una forma de hablar con Hinata, y si se puede que se aclare de una vez por todas este asunto.

—¡Oh! ¡Gracias, entrenadora! Me alistaré para salir hoy y llegar mañana temprano a la capital.

—Adelante —sonrió la mujer. —Y Naruto, si ves a Hinata antes de la competencia… dile que la apoyo y que no olvidé divertirse tanto como lo hace cuando viene a este lugar.

—¡Seguro! ¡Cuente con eso! —exclamó el energético Naruto, saliendo rápidamente de la oficina.

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Casa Hyuga.

—Papá… era… ¿la entrenadora Kurenai? ¿Llamó? —se escuchó la sutil voz de Hinata.

—Sí, según ella hablaba para desearte suerte, pero me da la impresión de que no se resigna, no entiende que ya no nos interesa contratarla, pero en fin hija… ¿estás lista para partir? Mañana es un día muy importante…

—Sí… ¿irás?

—No, sabes que no tolero esos lugares repletos de gente, y menos para esta competencia donde hay puras inútiles, porque tú eres la mejor, claro está.

Hinata sonrió levemente ante ese intento de halago de parte de su padre.

—¿Y Hanabi?

—Por supuesto que tampoco irá, tiene escuela, Hinata ya sabes cómo es esto, no te vas a ir por un año, es sólo un día… Toneri te acompañará y cuidará.

—Entiendo… entonces… haré mi mejor esfuerzo.

—Claro, no espero más que eso de ti… que tengas buen viaje, hija…

Dicho aquello, el frío patriarca le dio la espalda a su primogénita y se retiró.

Hinata sólo suspiró, pensando que le hubiera gustado tener más compañía ahora que los medios y las presiones la tenían en la mira, pero no podía pedir demasiado de la familia que le había tocado así que se marchó, con su maleta en mano, hacia el lujoso autobús donde su entrenador ya la esperaba para viajar a la capital en donde se realizarían las finales.

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Casa de los Yamanaka.

—Ino, rápido… es hora de marcharnos. —pedía un agotado Asuma, viendo como su alumna llevaba más de una hora, hablando con una representante de uno de sus tantos patrocinadores, la cual le mostraba una selección de joyería.

—Esta está preciosa, creo que quedaría muy bien con mi atuendo… el que llevaré para el programa corto. —se miró la patinadora la muñeca, viendo lo bien que le lucía un brazalete con varias incrustaciones de brillantes.

—¡Es precioso, Ino san! Y seguro que con estas joyas lucirá más tu atuendo, al igual que tú. —comentó la sonriente representante. —¿y por la tiara, diadema o peineta ya te decidiste?

—Llevaré esta peineta de cristales. —escogió la rubia, colocándosela por encima de su cola de caballo. —¿Cómo se me ve?

—¡preciosa! ¡definitivamente captarás la mirada de todos! En especial cuando ganes…

—Por supuesto.

—Ino, ya…. basta… es hora de irnos. —llamó nuevamente Asuma.

—Sí, ya voy entrenador, sólo me falta un anillo y…. un collar…

—¿Más? Pero…

—¡Claro que más! Los que sean… un diamante nunca es suficiente para mi niña. —opinó un orgulloso Inoichi acercándose hacia ellos. —Hija, te ves espectacular…como siempre, pero andando… ya tenemos que irnos, el autobús espera.

—Sí, papá… sólo 5 minutos y termino.

Asuma resopló, buscando la manera sutil de decirle a su alumna que se estaba excediendo con los accesorios y en sí en todo lo que había decidido para su arreglo. Extraño, pero no le parecía que estuviera lidiando con la Ino que conocía, y suponía el motivo, su pequeña Ino se había vuelto más engreída desde que había echado a cierto pintor de su vida, parecía que ya no le importaba más que ella y su apariencia.

Trató de decírselo pero con Inoichi ahí, era imposible hablar sobre aquel muchacho y en sí, del comportamiento de Ino, comportamiento que su padre le aplaudía y le enaltecía a su alumna el ego.

—Bien, mañana que Ino gane, cerramos el trato. —dijo la representante estrechando manos con los Yamanaka.

—Por supuesto, la esperamos para la celebración que haremos en la suite que tenemos allá.

Asuma tragó saliva preocupado al ver esas negociaciones, pues si Ino perdía como la vez anterior quedaría en completo ridículo y probablemente sin patrocinadores que le hicieran fiestas y alabanzas.

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Casa Shimura.

Habían sido días pesados, pero estaba completamente seguro de que ganaría, por fin le sacaría provecho a esa jovencita que no hacía más que causarle molestias, y finalmente cuando ganara, no sólo ganaría una muy buena cantidad de dinero, sino que también se ganaría el prestigio y el respeto de todo el comité de patinaje.

"Sólo debes presionar más y más, llevarla más allá del límite" —pensó, abriendo con cuidado una puerta y viendo minuciosamente a quien se había quedado dormida en pleno proceso de coser los adornos de su traje. —Que patética…—pensó burlonamente para sus adentros. — ¡SAKURA DESPIERTA! —llamó empujando ruidosamente la puerta. —¡Es hora de irnos y todavía tienes que terminar eso! ¿Qué no se supone que ya debías tenerlo? te dejé estos días de descanso precisamente para que terminaras tus atuendos.

La chica que se había levantado de un sobresalto no captó a lo que su entrenador se refería hasta que vio su traje en la cama.

—Sí, sí lo terminé… también el equipaje. —señaló con cansancio las maletas que llevaría.

—Pues muévete, súbelas al auto y vámonos… que tengo que manejar hasta allá, agradece que podrás dormir en el auto en lo que llegamos, así que aprovéchalo…

—Sí, sí… —dijo esta exhausta.

—Es tu momento, Sakura… no lo arruines o si no ya sabes qué pasará.

La chica sólo bajó la cabeza y asintió.

—Bien, te espero allá abajo.

Obedeciendo al pie de la letra las órdenes, Sakura guardó su traje y una vez lista con su utilería se fue a encontrar con su entrenador para emprender el viaje a la capital.

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Edificio de los Uchiha

—¿Aún sin novedades? —preguntó un impaciente Sasuke.

—No, te dije que íbamos a tardar un poco en sacar conclusiones. —respondió un apacible Itachi. —pero si encontramos algo de interés te lo haremos saber.

—Bien, entonces me voy… no tengo nada qué hacer aquí.

—Por cierto, Sasuke… —llamó Kakashi, quien andaba por ahí leyendo muy entretenido una de sus novelas favoritas. —¿No irás a donde se realizarán las finales?

—No. ¿A qué iría?

—Mmm… pensé que querrías verla, apoyarla…

—¿A quién? —preguntó este sin entender.

—A tu amiga, ¿a quién más?… Sakura…

—Hmph… ella no es mi amiga… sólo es un fastidio.

—Bueno… entonces ven aquí mañana, veremos la competencia por televisión, traeré palomitas.

—Paso, no me interesa. —disintió el irritado Sasuke, retirándose rápidamente del lugar antes de que insistiera más.

—Si que logras fastidiarlo. —se burló Itachi sin quitar su mirada del computador.

—¡Yo qué!… él es el necio y quien juega a ser el indiferente con todo el mundo, cuando es un hecho de que no lo es... —rio el entrenador, retomando nuevamente su lectura.

El Uchiha se mostró interesado con aquello.

—¿lo dices en serio? ¿Sasuke? ¿Mi hermanito?

—Tan enserio… que puede ser que nuestro Sasuke no se vaya a quedar a vestir santos ni a tener una casa con un montón de gatos como lo creíamos, con eso te estoy diciendo todo. —concluyó un burlón Kakashi, dándose vueltas en su asiento, sin quitar su mirada de su libro.

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Mientras tanto, un fastidiado Sasuke salió del edificio hacia el estacionamiento, estaba irritado pues era obvio que las insinuaciones de su entrenador habían provocado que pensara en cierta jovencita; alguien a quien por más quería catalogar como una sospechosa de un horrible crimen no podía, porque para él, ella era inocente de todo, pero antes de que su mente pudiera divagar sobre dichas conclusiones, alguien llamó a su teléfono, al mirar el numero vio que se trataba de una persona que llevaba fastidiándolo también desde días atrás.

—¿Por qué mierdas le di mi teléfono? —resopló rodando los ojos, y tomando con hastío la llamada. —Aún no tenemos nada, Hyuga… sigue el cotejo de las invitaciones y revisión de cámaras de seguridad. —se adelantó a informar.

—Mmm… bueno… gracias. —se escuchó la decepcionada voz de Neji, que sin más colgó al escuchar el reporte.

El Uchiha resopló de nuevo, imaginándose lo mal que lo estaba pasando ese tipo con todo lo que le había sucedido, él también a veces se frustraba al no tener aun información sobre esa noche, y la necesitaba con urgencia para que todo se aclarase y más ahora que los medios habían fijado la culpabilidad de todo en su… ¿Amiga?

—Ay… maldita sea…—se irritó. — eres una tonta, Sakura.

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Hospital de Konoha.

—Neji… listo… ya tengo el alta. —avisó Guy, acercándose a su alumno.

—Bien… ¿cómo… cómo sigue Tenten? —musitó este sin mucho ánimo.

—Mejor que en días anteriores, preocupada por ya no haber podido entrenar lo suficiente, aunque está feliz y ansiosa por competir, al igual que Lee.

—Fue mucha suerte que no haya sido algo de gravedad.

—Así es, aunque el médico recomendó que no se excediera demasiado o si no podría volver a lastimarse.

El Hyuga bajó la cabeza, notando que de cualquier manera sus estupideces habían dejado secuelas en su compañera.

—pero, ya tranquilo Neji… sólo patinen prudentemente mañana y con el corazón… no importa si pierden o ganan, lo importante es no rendirse, ya habrá más competencias… ten eso presente, no será el fin del mundo… también ya se lo dije a Tenten y… ella comprende.

—Claro… por supuesto. —musitó el joven, aunque muy en lo profundo él sentía que esa era la competencia que definiría su destino, así como su vida, pero no sólo el de él, sino también el de su compañera.

Continuará.

Notas: le iba a continuar y de hecho tenía otra parte ya escrita, pero como que iba para largo, así mientras le dejo hasta aquí y aprovecho para pulir el otro pedazo que llevo jejej

Gracias x leer y a los nuevos lectores también.

13 de noviembre de 2023