.

Ice Stars

Temporada 2

Capítulo 14

Después de las finales.

.

.

Naruto andaba sin rumbo alguno por las instalaciones de la pista de patinaje; habían pasado ya varios minutos de la premiación de la sección femenil y todos los participantes, espectadores, medios de comunicación y parte del staff comenzaron a retirarse o reorganizar todo el inmobiliario alrededor de la pista, por lo que poco a poco el lugar se fue vaciando.

Con la mínima esperanza de poder encontrarse con Hinata, el muchacho buscó por los diversos pasillos de la instalación, pero entre más anduvo sin un destino fijo (y sin preguntar) más se perdió hasta que llegó un punto en donde no había absolutamente nadie.

—Me rindo, este lugar es enorme, mejor me regreso por donde vine.

Exhausto, pretendió regresar por el mismo camino, cuando en eso, el ruido de un golpe así como un quejido en un corredor lateral llamaron su atención. Intrigado, caminó cuidadosamente pegado a la pared hasta llegar a la orilla que daba vista a aquel pasillo.

Asomándose precavidamente, observó que se trataba de dos hombres, y se sorprendió e intrigó a un más al ver que uno de ellos era Danzou Shimura, quien en ese momento se encontraba aparentemente bajo amenaza por el otro sujeto, pues este lo tenía agarrado del cuello y contra la pared.

No tenía idea de lo que estaba pasando, ni tampoco alcanzó a escuchar de que hablaban, sólo observó que Danzou, en medio del agarre, sacó unas llaves de su bolsillo y se las entregó a ese hombre, fue de esta manera que aquel sujeto dejó de estrangularlo.

Naruto tragó saliva, no le pareció prudente estar ahí, menos después de lo que había presenciado, así que huyó lo más rápido y silencioso que pudo, abandonando no sólo aquellos solitarios pasillos sino también la pista de patinaje y la capital del fuego.

.

.

Suite de los Yamanaka, día siguiente.

Ino no podía dejar de llorar, el día anterior había sido todo un desastre, desastre del que pensó se podría olvidar fácilmente al comenzar un nuevo día, pero no fue así.

Había tenido un amargo despertar, sus padres fueron quienes la habían levantado mostrándole algo que realmente le pareció invasivo a su privacidad. Era un video de ella, en los vestidores, justo en el momento en que hizo un berrinche y desquitó su coraje con sus objetos personales (y del patrocinador). Ahora en las noticias, periódicos y medios digitales no dejaban de nombrarla la reina del berrinche, una que le estaba haciendo competencia a la otra berrinchuda: Sakura, sin que a nadie más le importara quién era él o la imbécil que había filtrado ese video.

Su padre estaba furioso, desde el día anterior lo estaba que tuvo que lidiar con los patrocinadores por la tremenda caída que había tenido y por supuesto por la rotura del brazalete ese que se había puesto, el patrocinador obviamente estaba más preocupado por la imagen de su marca que por ella, y por eso después de ver ese video comenzó a amenazar a su familia con quitarle el patrocinio, mientras que por otro lado Inoichi también estaba lidiando con el asunto de aquel que se había atrevido a filmarla sin su consentimiento.

Sólo problemas y problemas, no podía ver más allá de eso.

—¡PUES VÁYANSE AL DEMONIO, NI MI HIJA NI YO LOS NECESITAMOS!

—Querido, tengo a los del noticiero en la línea.

—Veamos que tienen que decir esos idiotas…

Ino sólo vio como sus padres se intercambiaban teléfonos, tratando desesperadamente de calmar la situación junto con el relacionista público que estaba atendiendo otras llamadas, mientras que ella no podía hacer nada más que llorar, se sentía patética, pero ¿qué podía hacer? Estaba cansada tanto física como emocionalmente.

—Ino…

Reconociendo aquella voz, la patinadora alzó la vista, encontrándose con la preocupada mirada de su entrenador, el cual con tanto problema ni siquiera lo había visto llegar.

—¿Cómo estás? —se sentó a un lado de ella y le tomó con delicadeza la mano.

—Debí hacerle caso, entrenador… los dos tenían razón. —respondió ella con dolor.

—Ino…

—Sai ya me lo había advertido, me dijo que lo arruinaría todo, y después usted, también trató de decirme que no llevara todos esos accesorios y no le hice caso… y ahora por mi culpa todo se complicó, mi ejecución en las finales fue vergonzosa, hice un berrinche… gente que me apoyaba ya no lo hace y los patrocinadores ya no me quieren…

—Basta Ino, no te autocastigues así. Sí, fallaste en el programa corto… pero sé que aprendiste la lección y ejecutaste muy bien la rutina en el programa libre, eso demuestra que tienes la capacidad de escuchar y sobre todo de cambiar cuando se trata de mejorar, en cuanto a los patrocinadores, piénsalo… realmente no los necesitas… esos patrocinadores no son más que unos predadores que cuando ya acabaron con una presa se van a buscar a otra, tú, pese a todo, tienes a una familia que te respalda, tus padres te aman, tus amigos también y su servidor por supuesto que también…

Ino rio derramando unas cuantas lágrimas, considerando realmente lo valioso que tenía a su lado.

—Y me atrevo a decir que cierto muchacho también. — insinuó Asuma con una sonrisa,

—¿Se refiere a Sai? —cuestionó Ino, limpiándose las lágrimas con un pañuelo. — Le dije cosas horribles…

—Nada que no se pueda resolver con una sincera disculpa.

—Creo que necesitaría más que eso.

—Entiendo, pero no pierdes nada con intentarlo… claro, sólo si tú quieres…

—Por supuesto… —musitó esta, dando un suspiro.

—Esa es la Ino que conozco y… ¡Ah! antes de que se me olvide… ten… esto es para ti…

La patinadora se confundió un poco, viendo como su entrenador después de esculcar en su bolsillo le hizo entrega de una pequeña cajita.

—Tal vez no son la gran cosa como la de esos patrocinadores. —rio Asuma nerviosamente. —Pero es algo que había querido darte desde hace tiempo.

La intrigada Ino, con la cajita entre sus manos la abrió cuidadosamente viendo que se trataba de unos aretes de perla de bisutería, que en efecto era más sencilla a la joyería del patrocinador, pero que dado de la mano de su entrenador era obviamente algo más invaluable.

—Kurenai me ayudó a escogerlo, espero te gusten… —contó este sonrojado.

—Bromea, entrenador… son preciosos… de una vez le digo que los llevaré puestos cuando me toque patinar en las olimpiadas.

—¡¿Eh?! ¿En serio!? Digo… sería un honor… —se inclinó este apenado.

Ino esbozó una sonrisita, el llanto había cesado y ni cuenta se había dado.

—Muchas gracias, entrenador Asuma… por todo lo que ha hecho por mí.

—Y yo te agradezco Ino, por darme tu confianza… sabes que te estimo como si fueras mi propia hija…

—Sí, ya me lo había dicho…

—Y por eso… cambiando un poco de tema, quisiera que me dijeras algo…

—Mmm… ¿qué?

—Por favor, Ino… dime… ¿alguien te ha estado acosando?

La patinadora ahogó un grito, recordando al acosador que la estuvo molestando meses atrás, ni siquiera había considerado que ese tipo pudiera haber sido el mismo que filtró aquel video.

—Lo digo por el video ese… te grabaron dentro de los vestidores y…

—Debió ser alguna de las patinadoras, o una reportera metiche… —trató de acomodar Ino, lo menos que quería era que su entrenador se preocupara por esas cosas.

—o un reportero… o tipo… —insinuó Asuma.

Ino siguió negando con la cabeza.

—la verdad lo desconozco entrenador, en serio, no tengo idea y… no se preocupe… nadie me ha acosado, no a como han acosado a ya sabe quién…—musitó con molestia, recordando a cierta patinadora de cabello rosa.

—Entiendo… Ufff…bueno, me siento más tranquilo, pero ya sabes… si alguna vez te ves en una situación así, no dudes en acudir conmigo, con tu padre, con Shikamaru o cualquier conocido… ¿entendido?

—Claro… no se preocupe. —asintió Ino, pensando en cierto muchacho que alguna vez la ayudó cuando ese acosador la acechó.

—Ino, hija… —llamó Inoichi acercándose a ella. —No te preocupes, seguimos trabajando en estos problemas, por lo pronto alístate… nos regresaremos a Konoha, antes de que el mal clima nos alcance.

La patinadora asintió, viendo por la ventana como todo comenzaba a nublarse poco a poco, el pronóstico del tiempo indicaba que para los siguientes días se venían fuertes lluvias para casi todo el territorio del país del fuego, incluyendo Konoha.

.

.

Casa Hyuga.

—¡Felicidades hermanita! —saltó un energética niña de ojos plateados al mismo tiempo que hacía estallar un cañón de confetis por encima de su hermana mayor. —¡Estuviste espectacular! ¡Arrasaste con la competencia! ¡Entrenador Toneri, felicitaciones también para usted.

—Hanabi, muchas gracias… —dijo la sonriente Hinata, agradecida con su pequeña hermana por tremenda y alegre bienvenida.

—Muchas gracias, señorita. —agradeció también el entrenador, sintiéndose de alguna forma ya parte de la familia.

—Sí, pero no hay tiempo para festejos. —habló Hiashi, encaminándose a paso lento hasta donde estaban sus hijas. —Hanabi, limpia ese desorden. —reprendió a la menor que con un berrinche no le quedó de otra más que hacer caso.

—Papá… —musitó la hija mayor, al ver que ni un momento de felicidad se podía tener en esa casa.

—Sí, sí… muchas felicidades hija, lo hiciste bien… pero como te digo… no es tiempo de celebraciones, sino de actuar… me imagino que no has visto los titulares. —le mostró el periódico.

Hinata, aunque no quiso verlo no podía dejar a su padre con la mano estirada así que lo tomó, viendo que ahí estaba en primera plana, una foto de ella, en donde se le ve toda la decepción en la cara después de que la prensa decidió prestarle atención a Sakura, y por supuesto no había faltado que le dieran el título de "sumisa".

—Esa maldita muchacha te robó tu momento y para colmo te hizo quedar mal, pero no te preocupes, hija, seguimos nosotros con el desquite…

—¿Qué quiere decir señor? —cuestionó Toneri intrigado.

—¿A que no adivinan con quienes he estado conversando? —sonrió este maliciosamente.

Entrenador y patinadora no respondieron nada.

—A los patrocinadores de esa tal Sakura o más bien ex patrocinadores, ya la vetaron y ahora quieren trabajar contigo, así como unos patrocinadores de una marca de joyería de gran prestigio.

—¿Los patrocinadores de Ino? —intuyó Hinata sorprendida.

—Así es…

—pero… papá… tú… siempre me has dicho que no es necesario que tenga patrocinadores.

—Eso es cierto. —concordó Toneri, imaginándose que su alumna se tendría que exhibir, "venderse", como esas dos chicas, algo que él no estaba dispuesto a permitir.

—Sí, lo sé… —sonrió Hiashi. —Y es precisamente por eso que quiero que los aceptes… quiero que les des a esas dos donde más les duele…

—¡¿Qué?!

—Como escuchaste… ¿no tienes el valor?

Hinata estaba que no lo creía, una parte de ella pensó que sería toda una experiencia trabajar con esas marcas, había visto lo bien que lo habían hecho sus rivales quienes siempre se mostraron confiadas, pero por otro lado, a como lo pintaba su padre, era algo que pensó que sería muy cruel; porque de tomar esos patrocinadores tal vez para Ino no le afectaría en lo económico, pero si en el ego u orgullo, y a Sakura era obviamente que sería un golpe tanto en lo económico como en el orgullo.

Es… es muy cruel… pese a todo… no podría... es… muy cruel —pensó para si misma.

—¿Qué dices Hinata? ¡hagámoslo!

—Señor, creo que…

—Tú no te metas Toneri… Hinata… responde…

La patinadora negó con la cabeza.

—No puedo pensar en eso ahora… estoy cansada, el viaje en autobús fue muy largo…

—Entiendo, hija… bueno… ve, descansa, reflexiónalo y cuando tengas una respuesta me la haces saber, pero recuerda… ninguna de ellas dos se ha apiadado de ti, ¿por qué tendrías que ser condescendiente con ellas?

—Ya lo sé, papá… por favor. —se retiró esta cabizbaja para que no viera nadie lo mucho que le seguía afectando ese tema.

.

.

.

Pista de los Uchiha.

—Llegas tarde al entrenamiento Naruto. —reprendió Kakashi. —Te quedarás una hora más al terminar.

—Sí, sí… lo sé… aunque tampoco me pida que rinda mucho, entrenador, acabo de llegar de viaje…

—¿A dónde fuiste? —preguntó Sasuke al ver como su compañero, todo apurado, se colocaba en formación junto con él.

—Fui a la capital del fuego a ver la competencia de patinaje. —contó este, dando un bostezo. —Ay… me duele todo el cuerpo, viajar en autobús si que es muy incómodo.

Sasuke ya no dijo nada, pero le intrigó aquella información, por lo que al final del entrenamiento se las ingenió para ser él quien se quedara supervisando a Naruto

.

.

La noche pronto llegó, los jugadores que practicaban así como entrenadores se marcharon a sus respectivos hogares, solamente un jugador se quedó entrenando en medio de la pista como parte del castigo, mientras que otro, fuera de la pista, vigilaba que hiciera los ejercicios de forma adecuada.

—Piedad, Sasuke… estoy muy cansado…

—Eso te pasa por trasnocharte, Usuratonkachi.

—sí, sí… ya sé… pero tenía que ir, tenía una misión muy importante.

—Querías apoyar a Sakura, me imagino. —

—¿eh? ¿A Sakura-chan?… pues… en realidad no. —confesó Naruto, golpeando el puck.

—¿Mmm? ¿cómo está eso?

El rubio resopló.

—bueno… una parte de mi quería ver a Sakura-chan ganar, obviamente, pero… para serte sincero… en esta competencia iba más bien por Hinata. —sonrió. —Me alegra que ella hubiera ganado.

—Menuda rutina tan aburrida… la de Sakura fue mejor. —disintió Sasuke con molestia.

—¿Mmm? ¡No es cierto, la de Hinata estuvo increíble! Pero… espera… ¿viste la competencia?

Sasuke desvió su mirada a otro lado.

—Kakashi me hizo verla.

—Sí, claro como no… en fin, como te decía… sí, Sakura-chan estuvo impresionante, no lo niego, pero Hinata le ganó así que ni modo. —alardeó burlonamente, para ver la reacción de su amigo.

—Ya cierra la boca, idiota… eso no significa nada…—gruñó este molesto.

—Pues para mi sí, ay, ¡ya!… Sasuke… admite que te gusta Sakura-chan… y que te encabrona que no haya ganado…

—Eso es algo que no te incumbe… y ella sí ganó, ganó el programa largo y el segundo lugar.

—Y como quiera hizo un berrinche…

—¡Tú qué sabes, idiota!

—No, pues la verdad en eso tienes razón, me disculpo, pero sí se pasó… es decir… la verdad no entiendo que pudo haber pasado para que se pusiera así toda loca.

—¿pues qué más? Debió ser el idiota de su entrenador.

—Probablemente. —consideró Naruto, enseriado. —Oye… por cierto, Sasuke… quiere saber un chismecito de Danzou… para tu investigación. —susurró como si fuera un secreto.

—¿Qué me puedes decir a parte de que es un imbécil?

—Pues nada más algo que vi, algo raro… quisiera tu opinión.

—¿De qué?

—Pues verás… estaba medio perdido buscando a Hinata, no la encontraba por ningún lado entonces, cuando fui a

—¡Ve al grano, DOBE!

—¡Ay! ya… que delicado… en fin, andando por unos pasillos que me encuentro a Danzou con un sujeto raro, este lo tenía del cuello, parecía que lo estaba amenazando o algo así…

Sasuke se intrigó.

—¿Y eso?

—Ni idea… no alcancé a escuchar de lo que hablaban, pero algo me imagino.

—¿qué?

—Se me hace que le estaba cobrando una apuesta. —rio Naruto burlonamente. —Vi que le dio unas llaves, probablemente le tuvo que pagar con su auto… y eso es todo lo que vi… ¿tú que piensas? ¿Crees que el tipo ese haya perdido una apuesta?

—Tanto entrenadores como deportistas tienen prohibido apostar, esto está establecido en el reglamento de deportes sobre hielo del país de fuego. —respondió Sasuke intrigado.

—¿Eh? ¿no? ¿Por qué?

—Si serás idiota… sólo imagina Naruto, si un entrenador esta metido en eso de las apuestas puede influir en el modo en que sus alumnos patinan o participan en torneos, según le convenga.

El rubio se cruzó de brazos sin entender aún.

—¿Influir?

—Sí, te lo pondré así… imagínate que en un partido de hockey, el entrenador de un equipo apuesta a que gane el contrincante porque pagan más, así que se las ingenia para que el equipo que entrena no gane…

—Entonces él gana la apuesta. —comprendió Naruto, chocando sus puños. —¡Hay un conflicto de intereses!

—Exactamente, es como propiamente se diría.

—pero… entonces… ¿crees que ese tipo…?

—Danzou sería muy estúpido si hace eso… lo podrían vetar como entrenador si lo hiciera… y a Sakura también, si le cooperara.

—Ay, Sasuke… ¿no crees que ella…

—pues algo pasó… eso es seguro… ¿la pregunta es qué?

—Muchas dudas, ninguna respuesta… —meditó Naruto. —¡eh! Sasuke… ¿qué horas son?

El Uchiha miró su reloj

—Casi las nueve.

—¡Mierda, me tengo que ir! ¡piedad, Sasuke! Déjame ir… tengo que ir a un lugar…

—Sí, está bien, vete… pero llega temprano mañana.

—Cuenta con eso, dattebayo… ¡Gracias, gracias! —salió este apresurado de la pista.

—¡Naruto! —detuvo Sasuke antes de que el muchacho se metiera a los vestidores.

—¿Qué?

—No le digas a nadie sobre esto que me dijiste.

—¿eh?... Sí, claro… no le diré a nadie.

—Bien, entonces ya me voy… nos vemos mañana.

—Sí, adiós…—musitó Naruto, sumamente inquieto con tantos misterios a su alrededor.

.

.

Entrando en su auto, el furibundo Sasuke meditó sobre lo que Naruto le había dicho. No se lo había mencionado, pero cuando le contó lo que había presenciado inmediatamente pensó también en una apuesta, un movimiento arriesgado a su perspectiva para un entrenador con trayectoria como Danzou, pero luego, reflexionando sobre lo que había sucedido con Sakura en las finales, múltiples preguntas comenzaron a formularse en su mente.

¿y si Danzou había obligado hacer a Sakura algo que no debía? ¿perder a propósito? ¿Por eso lloraba?

Sin embargo, negó con la cabeza, pues pensar así era como aceptar que Sakura estaba involucrada pero… ¿y si no?

Estaba confundido, tenía que hablar forzosamente con Sakura para atar cabos; pero no tenía ni la más remota idea de donde estaba, por lo que había visto en las noticias, ella era la única que no había regresado a casa, y aparentemente seguía en la capital.

Entonces consideró contárselo a Itachi, para que su hermano se pusiera a investigar de nuevo al idiota de Danzou, pero… ¿y si lo hacía y descubría algo que no le gustaba?

—Mierda…—musitó echándose en el asiento del auto, cuando de repente el sonido escandaloso de su teléfono lo hizo sobresaltarse y reincorporarse. —Itachi… —observó en la pantalla.

Parecía una mala jugada, como si el destino le dijera que tenía que informar sobre lo que acontecía; algo que no pensaba hacer, no aún, así que fingiendo estar totalmente normal tomó la llamada.

—Hola Itachi… ¿qué…

—Sasuke… tenemos algunas conclusiones sobre el caso de Hinata Hyuga—interrumpió este con seriedad.

Sasuke se alborotó en su asiento, procesando lo que había dicho su hermano.

—¿Qué?... ¿Ya? ¿Y qué averiguaron?

—No puedo decírtelo por teléfono, lo mejor es que vengas a la oficina mañana a medio día, y… trae a Neji Hyuga contigo.

—¿Cómo?

—Nos vemos mañana, hermano.

Y sin más, Itachi colgó el teléfono.

—Ay… maldita sea… —resopló Sasuke exhausto. —espero que con esto se aclare todo.

.

.

.

Capital del fuego.

La puerta de una habitación de hotel se abrió lentamente, mostrando en su interior una penumbra absoluta.

Quien había entrado, lo hizo a paso lento pues andaba en bastón y con la otra mano empujaba un carrito que tenía encima una bandeja con comida. Encendió sin más la luz, viendo que frente a él estaba una cama en donde había una chica acostada, fuertemente abrazada a un gorila de felpa.

—Sakura… no has comido bien desde ayer. —reprendió suavemente Danzou. —Ten… mandé a pedir esto para ti… cómelo todo o te vas a enfermar.

La que estaba en la cama no mencionó nada, sólo esperaba a que le siguiera alguna frase hiriente tal como ¿es lo que quieres? ¿quieres ocasionar más problemas? Deja de hacer berrinches y trágate lo que traje y recuerda estos gastos están saliendo de tu bolsillo.

Pero para su sorpresa, nada pasó, su entrenador sólo se quedó aguardando en el umbral, aparentemente esperando ver alguna reacción por parte de ella y sólo eso.

—Me dijeron que el auto me lo entregarán en un par de días, así que ponte cómoda por lo pronto y descansa… te dejo eso… buenas noches.

Dicho aquello el viejo Danzou salió de la habitación, dejando un tanto desconcertada a Sakura, pues el entrenador después de lo sucedido en las finales y que aparentemente fuera reprendido por el presidente del comité de patinaje había tomado una mejor actitud con ella.

Al principio, pensó que sólo estaba fingiendo ante los demás, y que volvería a ser el mismo después de que se alejaran de todos, pero no pasó, en lo que llevaba de ese día, Danzou se había limitado a dejarla en paz y sólo llevarle comida, la cual sinceramente temía comerla por temor a que después se la cobrara; pero tenía que comer, se dijo así misma, sintiéndose realmente patética, tanto por su situación actual así como por lo que había hecho en las finales.

De tan sólo recordarlo se le salían las lágrimas aunque lo tratara de evitar, estaba muy avergonzada y ya se imaginaba lo que estaban diciendo de ella tanto los medios como sus rivales, las cuales se podría decir que ahora sí la odiaban por todo lo que había provocado.

Entre gimoteos y lágrimas, devoró la comida sin siquiera degustarla, y una vez que terminó volvió a echarse en la cama, esperando por que el siguiente día fuera mejor a ese y al anterior.

.

.

.

Mientras tanto, bajo el cielo nocturno de Konoha…

—¿Naruto…kun?

—Hinata… sí viniste…

Continuará.

Un capítulo corto para iniciar la temporada, pero también dedicado a mi amiguis por su cumpleaños, tú sabes quién eres, jejejeje :D

Muchas gracias x leer.

02 de diciembre de 2023