Extraterrestrial.

Capítulo dos: Encuentros sobrenaturales.

Hitsugaya Toshiro frunció el ceño y guardó la espada en una funda que traía atada en la espalda.

-Cállate, Kurosaki.- dijo completamente fastidiado. Karin solo grito más fuerte cuando dio un paso más cerca de ella, a lo que él suspiró más que exasperado. –Abarai, tranquilízala.- habló con voz de mando.

-Sí, capitán.- de repente, una mano cubrió su boca y otra rodeó su cintura, levantándola del suelo. –Cálmate, Karin. Esto tiene una buena explicación, en serio.- dijo la voz de Renji en su oído. Ella solo se revolvió y lucho por librarse de su agarre, pero era de hierro. –Por favor, Karin, quieta. Si no te calmas no puedo soltarte.-

-Tenemos que irnos de aquí.- Vorarlberna salió de la nada con la vista fija en su consola. –Sus gritos seguramente llamaron la atención, la policía no tardara en venir.-

-¿Pero qué hacemos con la chica?- Hirako Shinji también salió de la nada. –Ella ya conoce nuestras caras, la oscuridad no sirve para disfrazarnos, no podemos solo desmayarla y largarnos como siempre.-

-¡Karin, cálmate, por favor, nadie va a hacerte daño!- el chico pelirrojo de tatuajes estaba teniendo problemas para contenerla.

Las sirenas de policía comenzaron a sonar a la distancia.

-¡Maldición no hay tiempo, tendremos que llevárnosla con nosotros!- Vorarlberna, bastante enfadado como para finalmente dejar su videojuego, la tomó fuera de los brazos de Renji y se la cargó al hombro como costal de papas.

-Vorarlberna, ¿quién te dijo que…?...- la oración de Hitsugaya se quedó a medias cuando Karin volvió a gritar espantada al volver a fijar su vista en el cadáver, que ahora se estaba desintegrando junto con cualquier rastro como la sangre. Las sirenas comenzaron a sonar más cerca. –Muy bien, vámonos.- de repente, los cuatro chicos saltaron con tanto impulso que lograron llegar al techo de un edificio, para luego saltar a otro y a otro.

¿Qué…?...

Karin no entendía nada, todo lo que su mente aterrada pudo procesar fue que estos chicos no eran humanos… antes de desmayarse.

Cuando despertó se sintió casi como si estuviera recostada sobre un malvavisco gigante.

Sus pestañas revolotearon y sus ojos se abrieron enormemente cuando todos los recuerdos de lo que había pasado la llenaron de terror. Miró frenéticamente a su alrededor sin atreverse a levantar el rostro de la almohada, dándose cuenta de que estaba en una habitación lujosa.

En una situación normal ya estaría saltando de la cama y dándole la paliza de su vida a quien se haya atrevido a llevarla a un lugar extraño sin su consentimiento, pero era muy consciente de que ella no estaba tratando con ladrones psicópatas, no, ella no tenía idea de con quiénes estaba tratando, lo único de lo que estaba segura era que no podían ser humanos y eran asesinos, aunque… lo que mataban tampoco parecía humano…

¿Qué demonios estaba pasando? ¿Tal vez solo estuviera alucinando, como todas esas otras personas? ¿Era una víctima más del asunto de la alucinación colectiva? Rogaba con todas sus fuerzas porque sí.

-¿Qué se supone que vamos a hacer con ella?- se congeló ante el sonido de la voz de Hirako y rápidamente cerró los ojos fingiendo aun estar inconsciente. -¡Lo vio todo! Y creo que la traumamos…-

-Pensé que serías más precavido, capitán.- se burló la voz de Vorarlberna. –Siempre nos regañas para que no nos expongamos y fuiste tú el que traumó a una de nuestras compañeras de clase.-

-Oh, cállate, Yukio, tú eras el que debía vigilar. Es tu culpa por no despegar nunca la vista de tu consola.- acusó Renji.

-¡Estaba en el último nivel!- se defendió. -¡Y yo no tendría por qué vigilar! ¡Ese era el trabajo de Ulquiorra! Ahora yo tengo que hacer todas sus tareas porque tiene novia y recién me estoy acostumbrando. No es justo.-

-Cierren la boca todos ustedes.- Karin no pudo evitar estremecerse al reconocer la voz de Hitsugaya. –Hasta ahora de todos nosotros Ulquiorra Cifer es el que más exitosamente está cumpliendo con la misión por la que nos mandaron aquí en primer lugar, nuestro deber es apoyarlo y ayudarlo en la medida que nos sea posible. No quiero seguir escuchando quejas al respecto. Solo obedezcan.-

-¿Pero qué vamos a hacer con la chica?-

-Podríamos matarla, ya saben…- Karin casi no se contuvo de gritar al escuchar las palabras de Vorarlberna.

-¡Nadie va a matarla, es mi amiga!- Renji la defendió y sintió un aleteo de esperanza llenar su corazón.

-Y es una chica caliente.- agregó Hirako.

-Oigan, solo estaba bromeando.- Yukio aparentemente tenía un pésimo sentido del humor, al menos en opinión de Karin.

-No hay otra opción, tendremos que decirle la verdad.-

-¡¿Qué?!- los tres se exaltaron ante la sugerencia de su líder.

-Y si insiste en ponerse histérica usaremos el último recurso.-

-¿Matarla?- volvió a hablar el idiota aficionado a los videojuegos.

-No, borrar su memoria.-

-¡Nadie va a borrarle la memoria!- Renji estaba comenzando a caerle aún mejor. –Eso la va a dejar estúpida.-

-Es verdad, puede hacerle un gran daño cerebral a una simple humana tan joven como ella.- dijo Shinji extrañamente serio.

-Por eso dije que era el último recurso. Por mientras, trataremos de hablar con ella. No quisiéramos "dejarla estúpida" siendo la chica por la que Abarai está interesado.- ¿qué?

-¡E-ella no es la chica que me interesa!- chilló algo demasiado agudamente. -¡Solo es una amiga!-

-Aja, claro.- se burló Hirako.

-C-capitán, pido por favor que no diga esas cosas, menos teniendo en cuenta que ella está aquí dormida.- suplicó patéticamente.

-Como quieras, ese no es mi problema. Pero es muy despistado de tu parte no notar que tu chica lleva mucho tiempo despierta, Abarai.- Karin se incorporó de golpe ante las palabras de Hitsugaya, tan rápido que terminó cayéndose de la cama.

-¡Ella no es mi chica!-

-No, no lo soy.- volvió a incorporarse en sus dos pies lo más dignamente posible, pegándose luego a la pared, tratando de alejarse lo más posible entre ellos. Miró a su alrededor, notando una lámpara sobre la mesilla junto a la cama, a lo que de inmediato la tomó y la alzó amenazante, cualquier cosa podía servir como un arma, después de todo. -¡No entiendo nada de lo que está pasando aquí! ¡Pero ni se les ocurra acercarse a mí!- blandió su lámpara.

Los cuatro chicos se le quedaron mirando por un momento, antes de que Hirako estallara en un ataque de risa que lo tiró al suelo, mientras que Renji solo parecía estar haciendo esfuerzos para no reírse, Yukio sonreía burlonamente y Hitsugaya solo se la quedara mirando sin mostrar ningún tipo de reacción en absoluto.

De pronto, Ulquiorra ingresó a la habitación y miró al líder del quinteto ya completo, luego la miró a ella, y después volvió su mirada al albino.

-¿Esa no es una de nuestras compañeras de clase?- preguntó en su tono vacío como siempre que estaba lejos de Inoue-sensei. -¿Acaso ella es la elegida de alguien? ¿Uno ya completo la misión?-

-¿Qué no notas que la chica nos está amenazando oh-tan-intimidantemente con una lámpara?- Vorarlberna milagrosamente dejó su consola de lado. –Ella presenció cuando exterminábamos a un Hollow, nos reconoció fácilmente y ahora creo que ya debe haber adivinado que no somos humanos.- Karin no pudo evitar soltar la lámpara ante la confirmación de sus imposibles sospechas. -¡Oye! ¡¿Quién va a pagar eso?!- se quejó el rubio de ojos verdes al ver los trozos de la lámpara, cuyo foco había estallado.

-Karin, cálmate por favor.- Renji levantó ambas manos.

-¿Qué son ustedes?...-retrocedió espantada hasta la otra punta de la habitación, tratando de alejarse aún más. -¿Qué son?...- su corazón latía desbocado y aterrado en su pecho. Aquello no podía estar pasando. Rogaba estar alucinando.

-Es cierto, Karin, no somos de tu mundo.- reconoció Renji y Karin casi se sintió como si pudiera desmayarse de nuevo, pero temía demasiado por su vida como para permitírselo. –Pero te juro que no te haremos daño, ni somos asesinos. ¿Pudiste notar que la cosa que mató el capitán… quiero decir, Hitsugaya-sama, no era humana, verdad?- aunque vacilante, ella asintió. –Esa cosa tampoco es de tu mundo, no era una persona, ni siquiera era un ser con sentimientos, es un experimento horrible que solo tiene como objetivo matar a los de nuestro planeta.-

-¿Su… planeta?...- sus ojos se abrieron de ancho en el entendimiento. -¿Ustedes son… extraterrestres?...- era ridículo, absolutamente ridículo, pero de algún modo sabía que era cierto… eso o estaba alucinando. -¿Alienígenas?- bueno, ese era un momento en el que realmente no le molestaría volver a desmayarse.

Se sentía como si de un momento a otro ellos fueran a estallar en carcajadas (incluso Hitsugaya y Ulquiorra) y se burlarían de la estúpida conclusión a la que llegó, confesando que todo era una broma, un programa de cámara oculta, un producto de su imaginación o lo que sea… Pero ellos solo la miraron seriamente, y supo que no era ninguna broma, era real, por más imposible que sonará, por más que desafiaba todo hasta lo que en ese momento había creído, sabía que era real.

-Lo somos, Karin, pero como puedes ver, no somos muy diferentes a ti, a los humanos.- Renji seguía intentando calmarla. –Hemos visto sus películas raras sobre vida extraterrestre, pero dudo que existan criaturas tan feas como las que ustedes inventan, no hay mucha diferencia en nuestras apariencias, este no es ningún tipo de disfraz, y por más que nuestra tecnología sea mucho más avanzada, nuestra población no es nada comparada a la de su planeta, y nuestra especie es vulnerable. Venimos aquí porque necesitamos ayuda de los humanos, no somos ninguna amenaza para ustedes. Solo matamos cosas que ni siquiera están realmente vivas, nunca los lastimaríamos. Los necesitamos, y como dicen en sus películas raras, realmente vinimos en son de paz.- entre palabra y palabra, el pelirrojo había estado acercándose a ella cautelosamente, y ahora estaba a solo un par de pasos. –Te lo explicaremos todo, pero tranquilízate.- le sonrió suavemente.

La pelinegra seguía sin entender nada, su mente se sentía a punto de colapsar de tanta información loca sobre-acumulada, estaba confundida y asustada, pero por alguna razón decidió confiar en la sonrisa del que ya no estaba segura de sí era su amigo, y asintió.

Se sentaron en dos sofás que estaban en la habitación lujosa y no había notado antes, ella entre Renji y Hirako y los demás frente a ellos en el otro sofá.

-Entendemos que estés confusa.- dijo el rubio de dientes grandes. –Y tienes derecho, sabemos que a algunos de ustedes la idea de que exista vida en otros planetas les es… ajena o perturbadora, pero realmente no somos muy diferentes.-

-Ahora escucharas algunas cosas que te parecerán imposibles, pero por favor estate atenta y no interrumpas… ni grites, ni te desmayes, contestaremos todas tus preguntas al final.- Renji le puso una mano en el hombro antes de retirarla cuando ella le lanzó una mirada fulminante.

-Venimos de un mundo llamado Seireitei.- Karin volteó hacia Hitsugaya, sorprendida de que él diera las explicaciones cuando era tan callado. –Está dividido en trece reinos con un gobierno general que maneja el poder ejecutivo, legislativo y judicial. A sí mismo ellos tienen un rey, que es también el soberano de todo el planeta en general, y da las órdenes supremas. Él mismo en persona tuvo una conferencia conmigo y me ordenó dirigir esta misión y llevarla a cabo por cualquier medio que sea necesario. Estoy tratando de hacerlo por el medio más pasivo y moralmente aceptable según los ideales de tu mundo.- se cruzó de brazos, su tono tranquilo y apático como de costumbre.

-¿Q-qué misión es esa?...- preguntó sin estar realmente segura de querer saber la respuesta.

El quinteto compartió unas inquietantes miradas antes de que todos voltearan a ver a su líder.

-Como ya habrás notado…- continuó. –Su mundo no es el único, ni el nuestro, no son los únicos. Existen otros más.-

-¿O-otros?...- ¿un desmayo ahora sería mucho pedir?

-Sí, otros.- confirmó implacable. –Varios, tantos que no te lo diré por temor a perturbarte.- ¿perturbarla más de lo que ya estaba? ¿Hablaba en serio? –No solemos relacionarnos con esos otros planetas, usualmente uno no interfiere en los asuntos del otro, pero… hubo uno que quiso relacionarse con el nuestro.- oh, oh… ya intuía a dónde iba esto… -Ese planeta quería uno de nuestros recursos más vitales, a cambio nos darían tesoros de su mundo, pero rechazamos la oferta, por lo que trataron de tomar esos recursos por la fuerza, masacrando sin piedad a mucha de la población inocente hasta que nuestro ejército pudo expulsarlos. Nuestros líderes se quejaron ante los de ellos, solo obteniendo como respuesta una declaración de guerra que hasta hoy se sigue efectuando y está matando nuestro mundo.-

La chica se llevó las manos a la frente, tratando de asimilar toda la extraña información. Lo que estaba diciendo el líder del quinteto sonaba a… un asunto sumamente importante del que podría depender toda la vida de un planeta. ¿Qué hacía ella, una simple chica de preparatoria, recibiendo toda esta información?

-No entiendo… ¿qué tiene que ver mi mundo con todo esto?- negó con la cabeza, aún sin salir de su incredulidad. -¿Qué quieren de nosotros? ¿Por qué nos necesitan?-

-El planeta con el que estamos en guerra está también muy… avanzado tecnológicamente, más en tecnología militar y mortífera.- volvió a hablar Hitsugaya. –La guerra realmente no estaba pareciéndonos la extinción de nuestra especie hasta que…- Karin se sorprendió al notar como la voz le temblaba.

Sorpresivamente, Vorarlberna le colocó una mano en el hombro.

-Hasta que desataron una enfermedad entre nuestra gente.- concluyó por su líder.

–No pudimos hallar la manera de encontrar la cura a tiempo.- siguió Hirako. –Y prácticamente la mitad de los nuestros perdieron la vida.- apretó la mandíbula con impotencia, pero ella pudo notar en sus ojos que algo ocultaba, sin embargo pudo ver el dolor y la incomodidad de ellos respecto al tema así que decidió permanecer en silencio, tal vez solo fuera un asunto personal…

-L-lo siento…- susurró ya más convencida de sus palabras, a este punto dudaba que mintieran.

Sus miradas eran tan transparentes… al menos la de los dos rubios y el pelirrojo, e incluso el albino no podía ocultar del todo sus emociones al respecto.

-En cuanto a qué tiene que ver tu mundo con esto,- volvió a hablar el líder del quinteto. –No es nada que requiera un alboroto ni la movilización mundial, solo… requerimos de voluntarios.- se removieron incómodos.

-¿Voluntarios? ¿Voluntarios para qué?- aquello ya le estaba sonando mal.

-Cómo te decíamos, la enfermedad que nuestro contrincante propagó en nuestro pueblo mato a casi la mitad de la población.- volvió a hablar Yukio. –Así que estamos tratando de reclutar humanos que llenen… ciertos puestos que nos son vitales para garantizar la supervivencia de nuestra especie.-

Karin arrugó la nariz. ¿Por qué sentía que no le estaban diciendo todo?

-¿Y cómo planean hacer eso?- por ahora no insistiría reclamando por la verdad, tal vez solo fueran impresiones suyas, aunque fiarse de seres de otro planeta nunca podría ser algo recomendable, seguía sin parecerle buena idea. No quería hacer enfadar a tipos que podían saltar edificios, muchas gracias. -¿Secuestrando con sus poderes sobrenaturales de alienígenas?- se cruzó de brazos.

-No tenemos tales poderes, Karin, nos entrenamos para fortalecernos, y creo que nuestra atmosfera es algo más pesada.- Renji rió haciendo amago de pasarle un brazo por los hombros, pero ella lo apartó de un manotazo. Después de hoy le costaría trabajo recuperar esa confianza con ella.

-Y no vamos a secuestrar a nadie.- resopló Hitsugaya, tal vez molesto por la interrupción. –Te dije que buscaremos voluntarios, que se presten voluntariamente.- le explicó como si fuera idiota. –Por eso estamos aquí, tratando de integrarnos en su extraño estilo de vida. Tratamos de encontrar seres en lo que podamos confiar para revelarles la verdad sobre nosotros y así estén dispuestos a ayudarnos.-

-Eso es un plan horrible.- no pudo evitar exclamar. -¿Quién creería semejante tontería? ¿Quién querría dejar todo lo que conoce para ir a otro mundo?- la sola idea la hacía palidecer.

-Aunque no lo creas, ya hubo dos personas que lo hicieron.- Vorarlberna sonrió con superioridad. –Solíamos ser siete, cada uno de nosotros debe encontrar un voluntario, dos ya encontraron a los suyos por lo que se fueron de vuelta a nuestro planeta. Y nosotros no podemos volver hasta tener a nuestro elegido.- murmuró con una mueca de obvio desagrado ante la idea.

-Hemos estado haciendo esto por cinco años, por cierto…- murmuró Renji, a lo que Karin dejó caer su boca abierta.

-¿Y no me están contando esto para que yo sea la voluntaria de alguien, verdad?- indagó pálida.

-No, te lo contamos porque eres amiga de Abarai, y aunque no quieras ser su voluntaria esperamos confiar en que no dirás nada o… tendremos que borrar tu memoria.- Hitsugaya no estaba siendo amable al respecto, claramente la estaba amenazando.

-Cómo si fuera a decir algo… ¿Quién demonios iba a creerme?- alzó una ceja, veneno goteando en su voz. –Y no querría que mi familia… ¡Oh, demonios!- el recuerdo la golpeó como una bofetada en la cara. -¡Mi familia! ¡¿Qué hora es?!- si Yuzu ya iba a matarla con o sin secuestro alienígena, ahora iba a despellejarla viva…

-Oh, sí, tu hermana me llamó preguntando por ti hace una hora y eso…- Renji se frotó la nuca con cara del estúpido que era.

-¡Idiota, me lo hubieras dicho antes!- le pisó el pie, sorprendiéndose gratamente de que a pesar que era un alienígena y todo eso aún podía hacerlo chillar como niñita. -¡Mi hermana debe estar deshidratándose en llanto!- se llevó una mano al pecho, la culpa pesando en su corazón.

-Tranquila, le dije que habías ido a comer con nosotros…-

Karin se quedó en blanco por un momento, antes de pisarlo con más fuerza.

-¡IDIOTA! ¡Ahora creerá que salgo contigo y no me dejara en paz!- eso era aún peor que ser despellejada. -¡Esto es su culpa, así que llévenme a mi casa inmediatamente!- pisoteó, accidentalmente pisando al chico pelirrojo aunque esta vez sin intención, pero igual no iba a disculparse.

-De acuerdo, yo la llevare.- ofreció Vorarlberna aunque de mala gana.

-Voy con ustedes.- dijo Hitsugaya saliendo de la habitación seguramente ya para ir al auto o platillo volador o lo que sea que estos chicos tuvieran.

-Bien, vamos, señora de las lámparas.- Karin se sonrojó ante el recuerdo de haberlos amenazado con una lámpara, si alguno se lo volvía a recordar lo golpearía.

Salieron de la habitación donde había estado confinada y finalmente pudo apreciar que se encontraban en el Pent-house de un hotel, pero el aficionado a los videojuegos no la dejó ver mucho y rápidamente la adentró en un ascensor.

El viaje hacia el estacionamiento fue sumamente incómodo, al menos para ella, que estaba tratando de reorganizar sus pensamientos y aún conservaba la más leve llama de esperanza de estar alucinando. Él… él solo jugaba con su consola.

Llegaron a un lujosísimo auto donde ya los esperaba Hitsugaya en el asiento del pasajero y, siempre con rapidez, Yukio la metió en el auto, en los asientos traseros y de inmediato emprendió el viaje.

Karin le hubiera indicado donde vivía de no ser porque todo el mundo conocía la clínica Kurosaki, se había vuelto muy popular desde que su padre las obligaba nuevamente a ella y a Yuzu a usar los uniformes de enfermeras. A menudo Hirako se iba a rondar por ahí también junto con sus amigos pervertidos.

Se frotó la frente, la cabeza le dolía. Nunca era bueno tener encuentros extraterrestres, nop, altamente no recomendado.

Llegaron a su casa más pronto de lo que hubiera pensado y antes de que pudiera abrir la puerta Hitsugaya salió de su asiento y la abrió para ella, tendiéndole unas bolsas en cuanto estuvo fuera del auto, las bolsas de sus compras.

Pestañeó mirándolo confundida.

-Las recogí para ti, lamento haberte asustado y que las tiraras.- su tono y su expresión eran los de siempre, pero aun así Karin sonrió y tomó las bolsas sin vacilar, apreciando enormemente el gesto.

-Gracias.- ahora Yuzu tal vez no la matara tan lenta y dolorosamente.

Hitsugaya asintió.

-Seguramente mañana cuando estés más tranquila tendrás más preguntas que quieras hacer. No dudes en buscarnos en el almuerzo, contestaremos todas tus dudas.- sin más volvió al auto y ordenó a Vorarlberna regresar.

Karin avanzó a paso lento hacia su hogar.

¿Tener preguntas para mañana? Las tenía en ese momento, y quería respuestas ahora, como por ejemplo que le dijeran toda la verdad respecto a su misión, se notaba a leguas que, si bien probablemente no mintieron, si omitieron detalles o simplemente no quisieron decirle toda la historia, también había algo raro con respecto a esa guerra y esa enfermedad…

Algo era seguro, esa noche no iba pegar el ojo.

Continuara...

Holaaaa! :D

Hubiera subido esto antes, pero FF ha estado dandome problemas o3o A nadie más le pasó? ? ? O solo fue a mí? o.o

Aquí el segundo capi, espero que esto no les parezca tan fumado xD Y que les guste, por supuesto n.n

Por cierto, este fic probablemente si dé para largo xD Y es muy probable q tenga Lemon o Lime, bueno, no, no es probable, es completamente seguro q lo tendra porq es importante para la trama :P Y sé que no querrian perderse mucho detalle e.e

Ame sus reviews, por favor, sigan comentando y dandome animos, este fic ni siquiera lo cuento para sumar a los numeros HK, es puramente para diversion tanto suya como mía :'D

Actualizare en una o dos semanas, me es muy divertido escribir este fic 8D

Los personajes de Tite Kubo!

COMENTEN! *o*

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!