Hola a todos. Aquí llega un nuevo episodio.
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Episodio 15. Cita con una espíritu (3ª parte)
Kagaya caminaba por uno de los pasillos de los cuarteles del AST. En sus manos llevaba una bandeja con comida.
Se le había encomendado llevársela a Tomonara, quien seguía castigada en la celda.
Aquella miembro de AST era incapaz de explicarse lo que le había pasado a su compañera. Eran buenas amigas y sabía desde el principio que era algo orgullosa. Pero no se imaginó que fuera capaz de llegar al extremo de querer acabar con la vida de un civil.
Estaba sorprendida de que ese civil hubiera sido capaz de derrotarla, pero eso no justificaba el odio desmedido de su compañera. Tan solo esperaba que no le impusieran un castigo muy severo.
–Tomonara, te traigo algo para comer –dijo mientras entraba.
Pero entonces la bandeja se le cayó al suelo. Adoptó una expresión aterrada.
–Esto es malo. Tengo que avisar a la capitana.
La soldado echó a correr por hacia el despacho de su superior.
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Shido llevó a Tohka a un salón de arcades. Prefirió hacer lo mismo que en el anime, ya que había un regalo que quería obtener para la espíritu.
Una vez dentro, Tohka empezó a ponerse nerviosa al ver tantas máquinas.
–¿¡Q-Qué es este lugar!? –preguntó alterada–. ¿¡Es la base secreta de las chicas mecha-mecha!?
–Por supuesto que no –la tranquilizó Shido–. Es un lugar donde divertirse.
Tohka pareció calmarse, pero no entendió lo que Shido quería decir.
–Ven, hay algo que quiero conseguir para ti –dijo tomándola por la mano.
Caminaron por el local mientras Shido miraba entre las máquinas. Tohka también miraba, bastante asombrada, como si fuera una niña en una tienda de juguetes.
Shido finalmente se detuvo.
–Aquí lo tenemos.
Ambos estaban frente a una máquina de gancho que contenía una gran cantidad de peluches en forma de pan de kinako, el pan de harina de soja que tanto le gustaba a Tohka. Shido siempre se preguntó si en la vida real también existirían de estos. Sin embargo, la espíritu pegó la cara al cristal de la máquina, haciéndosele la boca agua.
–Sabía que te gustaría –dijo Shido sacando monedas del bolsillo–. Vamos a conseguirlo.
El chico probó a mover el gancho. Una vez llegó a la posición que quiso, procedió a darle al botón para bajarlo.
Lo consiguió. Logró atrapar un peluche.
Pero tal como es habitual en este tipo de aparatos, las pinzas terminaron soltándolo antes de que el peluche llegara al cajón.
Shido se frustró un poco. Alguna vez en su mundo había jugado a una de estas máquinas, y aunque no solía dársele mal, nunca antes había probado a conseguir un peluche tan grande.
–No te preocupes –dijo sacando otra moneda–. Vamos a conseguirlo.
Tohka asintió, sonriendo. Estaba claro, no podía defraudarla. Podría haber tomado el camino fácil, pidiendo a alguien de Rataroskr, como Nakatsugawa, que les ayudara a conseguir el peluche, pero declinó esa idea. Tohka podría darse cuenta, y era mejor que lo consiguiera él mismo. Eso le daría más puntos con Tohka.
Así pues, este segundo intento debía ser el definitivo.
–Tohka, lo conseguiremos juntos –dijo con una sonrisa–. Yo me ocuparé del mando. Cuando te avise, aprieta ese botón. Solo tendremos una oportunidad.
–Está bien –ella asintió. Parecía bastante emocionada.
Shido movió de nuevo los mandos de la pinza.
–Aun no… –le dijo a Tohka, que parecía impaciente por querer pulsar el botón.
Movió la pinza hasta que estuvo justo encima del peluche que había intentado atrapar anteriormente. Era el momento.
–¡Ahora! –avisó–. ¡Aprieta el botón, Tohka!
Ella obedeció de inmediato. La pinza se abrió, descendiendo sobre el peluche. Esta vez lo enganchó con más firmeza. Tohka pareció feliz.
–Todavía no –dijo Shido–. Hasta que no caiga en el cajón, no lo habremos logrado.
La grúa se movió, hasta que dar justo encima del cajón, momento en que se abrieron las pinzas, dejando caer el peluche.
En la cara de Tohka apareció una gran sonrisa.
–¡Cayó! –gritó.
–Ha sido un trabajo en equipo.
Con eso, apareció una nueva notificación.
Afinidad: 85 puntos.
Bien, esto iba por buen camino. Ya solo faltaban cinco puntos para llegar al mínimo para sellar sus poderes.
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Era media tarde. Origami estaba al acecho con su uniforme del AST. Por suerte, los del cuartel le habían enviado a tiempo su equipo.
Todo había sido rápido. Le envió a la capitana las imágenes de Shido con la espíritu, y pese a que Ryouko estaba mostrando interés por él, también se mostró perpleja por la presencia de una espíritu sin que hubieran sonado las alarmas de terremoto espacial. Como era lógico, al principio había creído que se trataba solo de una chica normal, pero al haber empleado los sistemas de reconocimiento facial del AST, se encontró una coincidencia perfecta. Aquella chica era, sin lugar a dudas, la espíritu Princess.
Esto supuso un auténtico mazazo para la capitana. Aquello se salía de todo lo visto hasta aquel momento. No sabía muy bien como actuar, pero le envió el equipo pedido.
Origami había recibido un rifle de alta potencia para eliminar a la espíritu, pero no podía hacer uso de él hasta haber recibido el permiso. Ryouko había transmitido las imágenes a los superiores, los cuales en ese momento estaban discutiendo sobre si autorizar o no que Origami, la mejor tiradora del AST, atacara.
Ella sabía que si atacaba sin autorización, se metería en grandes problemas. Podría provocar el caos en la población, la cual no había sido evacuada, y no podrían hacerlo a tiempo si la espíritu mostraba hostilidad. Por eso, aunque le frustrara, tenía que esperar la decisión de los mandos. Tenía la suficiente paciencia. Y no iba a perder de vista a aquellos dos. Una ocasión mejor que esta no encontraría.
Desde su punto de observación, contempló a la pareja. La espíritu y Shido se encontraban en un punto del parque de Ciudad Tenguu desde el que se apreciaban unas buenas vistas de la ciudad.
Tenía un buen ángulo. Si recibía la autorización, no le sería difícil acabar con aquella amenaza. No llevaba puesto el vestido astral, lo que significaba que sería vulnerable a aquellas armas.
–¿Permiso para disparar? –preguntó a su comunicador.
Pero del otro lado, solo se escuchó estática.
–¿Permiso para disparar? –preguntó de nuevo, frustrada por no escuchar respuesta.
–Me temo que no podrán responderte –dijo una voz de repente.
Origami se levantó de repente, rifle en mano. Tenía ante sí a una chica de su misma estatura, pero llevaba un vestido astral blanco y azul, y un velo le cubría la cara. Una palabra le vino a la boca.
–Espíritu… –dijo con los ojos muy abiertos–. ¿Quién eres?
–Sí, soy una espíritu. Puedes llamarme Ruler –dijo esta con una voz distorsionada–. Y lo siento, pero no puedo permitirte que interfieras en esto.
Origami frunció el ceño.
–Eres una espíritu –dijo preparando el arma–. Si no te apartas de mi camino, terminaré contigo. Aunque también lo haré tras encargarme de Princess.
Pero Ruler no reaccionó.
–Suponía que llegaríamos a esto –dijo extendiendo las manos–. Pues bien, si quieres eliminar a la otra espíritu, tendrás que encargarte primero de mí.
Origami también mantuvo la calma.
–En ese caso, no perderé más tiempo –dijo preparándose para luchar.
No sabía de dónde había salido, pero podría tener la oportunidad de eliminar a dos espíritus en vez de una. Y no iba a desaprovecharla.
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Shido estaba junto a Tohka en el parque, disfrutando ambos de la puesta de sol. Ella sostenía entre sus manos el peluche con forma de pan, al que había dado varios mordiscos creyendo que era comestible.
–Menos mal que no está roto –dijo Shido mientras le entregaba un paquetito a Tohka–. Ten, estos son panes de kinako auténticos.
La espíritu abrió el paquete. Dentro había dos panes recién hechos, que al contemplarlos se le hizo la boca agua. Por suerte Shido había dado instrucciones por el auricular a los miembros del Fraxinus, y uno de ellos pudo entregarle los panes en un momento en que Tohka se distrajo.
La espíritu no tardó en devorarlos, dada su recién descubierta afición por este producto.
–¡Ah, estaban deliciosos! –exclamó alegremente mientras se agarraba la barriga–. Creo que estoy llena.
Con eso aparecieron una serie de notificaciones a Shido.
Misión obligatoria: Pozo sin fondo.
Misión cumplida.
Recompensa de la misión: 50 XP. Nueva habilidad. 10 puntos de afinidad con espíritu.
Habilidad [Estocada] desbloqueada.
¡Subes de nivel!
Nivel: 6
Salud: 160
Ataque: 20
Defensa: 20
Velocidad: 20
Inteligencia: 20
Maná: 0
Espíritu: Princess (Tohka)
Afinidad: 95 puntos
Shido sonrió interiormente. Había sido difícil aplacar el insaciable apetito de Tohka, pero por suerte se había pasado el día comiendo, así que en algún momento su estómago tenía que decir basta.
Ahora había logrado desbloquear [Estocada], una de las habilidades que usó con anterioridad usando [Segunda forma] con su llave espada. Probablemente no sería tan potente como en ese caso, pero le sería de utilidad. Y además había subido de nivel, subiendo sus estadísticas.
Y la guinda del pastel era que la afinidad con Tohka había pasado de 90 puntos. Pero lo más difícil venía ahora.
Estaba en la parte de la historia donde el protagonista al fin sellaba los poderes de Tohka. Sin embargo, sabía que Origami iba a dispararle, por lo que decidió urdir un plan para que no interviniera.
Habló con Rinne para que ella sirviera como elemento de distracción. Dada la aversión de Origami hacia las espíritus, sabía que no dudaría en pelear contra ella si se le ponía por delante. Los poderes de Rinne para crear una barrera que las aislara e interrumpiera las comunicaciones con el AST y un micrófono modificador de voz de Ratatoskr serían los accesorios que completarían el plan.
Aunque al principio Shido estaba preocupado de que Rinne pudiera salir herida si peleaba con Origami, ella le aseguró que aquellas armas no tendrían efecto sobre ella, ya que su vestido astral la protegería.
El plan no solamente era para que pudiera sellar los poderes de Tohka sin interrupciones. También quería proteger a Origami. En la historia original el protagonista presintió el disparo y apartó a la espíritu, recibiendo él el impacto, lo que provocó que Origami quedara destrozada por creer que había terminado con un inocente. Esta vez quería evitarle pasar ese mal rato, ya que también estaba convencido de que si ocurría en este mundo, la desesperación podría convertir a Origami en sincorazón.
–¡Esta vista es increíble! –exclamó Tohka.
Shido miró. La luz del atardecer pintaba de un color rojizo el paisaje de Ciudad Tenguu. Le recordó al paisaje de Villa Crepúsculo que aparecía en algunos de los juegos de Kingdom Hearts. Casi le parecía escuchar la música ambiental que sonaba cuando el jugador se movía por aquel mundo. Por un momento deseó tener consigo un helado de sal marina.
–¡Shidou! ¿¡Cómo se transforma eso!? –preguntó Tohka señalando un tren.
–Son trenes, no se transforman. Aunque hay otros mundos en los que pueden convertirse en robots gigantes –dijo sonriendo mientras recordaba aquellos dibujos de su mundo en los que vehículos de diversas clases se convertían en robots.
–¿Ro… Robots? –preguntó confusa Tohka.
–Soldados mecánicos gigantes –le aclaró Shido.
–¿Mecánicos? ¿Co… Como las chicas mecha-mecha? –Tohka se puso en guardia.
–No tienen nada que ver. Y solo es una historia fantástica, tranquila.
Tohka pareció comprender, relajando el gesto. Aunque parte de Shido imaginaba que si el universo de Date A Live era real, era posible que también existiese uno o más del de aquellos robots.
–¿Sabes más historias fantásticas, Shido? –preguntó entonces interesada–. Me gustaría conocer más.
–Claro que sí. Puedo contarte todas las que desees.
Tohka sonrió. Entonces miró el paisaje.
–Jamás habría pensado que este mundo fuera tan hermoso –dijo.
Era verdad. Contemplar aquellas vistas era algo magnífico. Shido recordó los atardeceres que solía contemplar en su mundo cuando era pequeño junto a su abuelo. Una nueva oleada de nostalgia vino a él.
No, no era el momento de estar triste. Tenía que ayudar a Tohka. Decidió seguir por el hilo que usó el protagonista original.
–¿Viste como nadie trató de matarte?
–Tenías razón –dijo Tohka con gesto aliviado–. Aunque también es posible que fueran subordinados de las chicas mecha-mecha, y estuvieran esperando la oportunidad para acabar conmigo.
Shido soltó una risita. No podía culpar a Tohka por pensar de aquella manera.
–No tienes que temer. Me encargué personalmente de que ninguna de las personas con las que te encontraste tuviera esas intenciones –la tranquilizó.
Eso pareció animar a Tohka.
–Todo el mundo fue amable conmigo –reconoció–. Todo lo vivido hoy me ha parecido casi un sueño. Me gustaría poder permanecer más tiempo en este mundo.
–De hecho, podrías –le dijo Shido–. Hay una manera de que no tengas que regresar a aquel vacío.
Tohka le miró, sorprendida.
–¿En serio? –gritó, casi abalanzándose sobre él–. ¿¡Y como!? ¿¡Cómo puedo hacerlo!?
Llegaba el momento difícil. No tenía muy claro como iba a poder explicarle esto.
–Tengo la capacidad de sellar los poderes de las espíritus. Si hiciera eso con los tuyos, podrías permanecer aquí.
–¿Sellarlos? –preguntó ella, insegura–. ¿Eso no me haría desaparecer de la existencia?
–Por supuesto que no –aseguró Shido–. Seguirías teniendo un cuerpo físico, así que no desaparecerías. Aunque tu poder espiritual se reduciría, ya que lo estarías compartiendo con otra persona.
–¿O… Otra persona? –Tohka pareció aun más insegura–. ¿Con quién…?
–Conmigo –Shido trató de sonar empático–. Parte de tus poderes pasarían a mí. Estaríamos conectados.
Esas palabras parecieron tranquilizar a Tohka, pero no pareció totalmente convencida.
–¿Estás seguro de querer este poder? –preguntó preocupada–. Eres un humano, tu cuerpo podría no soportarlo. Hay veces que hasta yo misma temo todo lo que puedo hacer.
–No te preocupes, soy más de lo que parezco –aseguró él–. Ya viste que también tengo poderes. Unir tus poderes a los míos no será problema.
Tohka sopesó lo que le dijo Shido.
–¿Y cómo lo harías para sellarlos? –preguntó entonces.
–Bueno… –dijo algo nervioso–. Esto es complicado. Veras, tendríamos… tendríamos que besarnos.
–¿Besarnos? –preguntó Tohka, sin comprender muy bien.
Shido no pudo evitar sentirse ridículo. Vale, en la historia el protagonista tenía que ganarse el corazón de las espíritus, y eso era lo que tenía que hacer él. No se trataba de engatusarlas para que le besaran, sino enamorarlas de verdad. El sentimiento tenía que ser mutuo. Por eso estaba preocupado de no ser capaz de sentir amor de verdad por alguien.
Tenía ese trauma que le provocó Audrey en su mundo. Durante todo aquel tiempo que estuvo destrozado, se creyó incapaz de amar. Que siempre le engañarían y jamás podría confiar en nadie. Fueron momentos muy duros para él. Por eso le costó tanto trabajo invitar a Tohka a una cita. Y lo logró. Pero ahora venía la parte más difícil.
–Besarnos significaría que estamos enamorados, que sentimos algo especial el uno por el otro –explicó él–. El amor también significa unir dos vidas. Compartir recuerdos, emociones y en tu caso, poderes. Incluso es posible que tú recibieras parte de los míos.
Esta última parte era solo una teoría que se le ocurrió de repente. En los juegos de Kingdom Hearts, cuando había más personajes en el equipo que ayudaban al protagonista, estos recibían experiencia y habilidades. Era probable que en este caso, si Tohka se unía a su "equipo" también recibiera habilidades. Claro que en aquellos casos no era un sentimiento amoroso, pero pensó que podría funcionar de manera similar.
La espíritu meditó por un momento.
–Realmente no estoy segura de que es esto de estar enamorados, pero me gustaría averiguarlo –dijo al fin–. ¿Tiene esto que ver con una cita?
–Bastante que ver –afirmó Shido–. Digamos que es el "final bueno" de una.
Tohka sonrió ante la expectativa de que de una cita saliera algo bueno.
–Entonces, hagámoslo –dijo decidida.
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En el puente de mando del Fraxinus, todos los integrantes estaban presentes, observando cada detalle de la cita de Shido y Tohka.
Kotori estaba en el asiento de mando, con una expresión indescifrable.
¿Por qué Shido le había contado todas aquellas cosas a la espíritu? En las reuniones de estrategia que tuvieron con anterioridad a aquel día, le habían aconsejado enamorarla y hacer que se interesaran por él aunque el sentimiento no fuera mutuo, ya que conocía la personalidad de su hermano, y sabía que era casi imposible que se enamorara de alguien que acababa de conocer. Pero él rechazo aquel modo de actuar, diciendo que quería hacerlo bien, no jugar con los sentimientos de alguien, aunque fuese una espíritu.
Eso le hizo preguntarse en qué momento de su vida cambió su mentalidad. Parte de ella se sentía nerviosa, ya que era posible que pudiera dejar de mirarla de la misma manera.
Cambios de personalidad aparte, también estaba monitoreando a Rinne, quien estaba entreteniendo a Origami. Por mucho que desde Ratatoskr hubieran logrado provocar interferencias en las comunicaciones del AST, era un hecho que Origami no se detendría hasta haber exterminado a Princess. Tan solo esperaba que la distracción durara el tiempo suficiente para que Shido sellara los poderes de Tohka.
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Shido se estaba poniendo nervioso. Había llegado el momento clave de la cita. Tenía que besar a Tohka.
La verdad era que la espíritu le parecía preciosa. Era la clase de chica adorable que alguna vez había deseado tener la ocasión de conocer en su mundo.
Desde que la conoció en persona, sintió que debía protegerla. Proteger aquella sonrisa que le cautivó en los días en que empezó a ver el anime.
Sabía de gente que se enamoraba de personajes de ficción. Se preguntó qué pensaría más de uno si le vieran en esta situación. Probablemente le mirarían con envidia.
Pero él estaba ahora ante alguien real. Y aunque aun le duraba algo del trauma, tenía que seguir hacia delante. Demostrarse a sí mismo que era capaz de amar románticamente a alguien.
Tohka no estaba segura de qué hacer, así que él tenía que guiarla. Esto también le resultaba difícil a él. Improvisaría.
Se puso frente a ella y tomó sus manos con suavidad. Poco a poco empezó a acercar su rostro al de ella. La espíritu pareció percatarse también de lo que tenía que hacer. Ella también empezó a acercarse a él.
Ambos cerraron los ojos y fueron acercando sus labios. Estaban a escasos centímetros.
¡Bang!
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Hola de nuevo. Y con esto terminamos este episodio. El final de temporada se acerca, y a partir del siguiente episodio vendrá la acción.
No olvidéis seguir esta historia y dejar vuestros comentarios. Nos veremos en el siguiente episodio.
