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Capítulo 74

Es interesante. Parece que la historia de Galo se ha repetido. Karliah me ha proporcionado los medios para deshacerme de ti, y esta antigua tumba se convertirá en tu lugar de descanso final. Pero ¿sabes qué me intriga más? El hecho de que todo esto haya sido posible gracias a ti. Adiós. Me aseguraré de darle tus saludos a Brynjolf. —

Mercer Frey a Edzard antes de apuñalarlo en el Sagrario del Velo de la Nieve.

Edzard se encontraba sentado en su escritorio, rellenando algunos documentos. Estos documentos estaban siendo impresos en hojas que no eran para nada normales, pues eran más pequeñas que las hojas normales, siendo incluso la cuarta parte de una hoja regular.

La mano del Dovahkiin se movía de manera prolija y pulcra, escribiendo rápidamente lo que quería con una letra limpia y ordenada. El joven dragón estaba escribiendo estos documentos en diversos idiomas, siendo estos: italiano, inglés, japonés y uno en Tamrielico. Esto se debía a que iban a ir destinadas a diferentes personas, las cuales hablaban diferentes idiomas.

"Edzard-sama… ¿Por qué tenemos que hacer esto?"

Al oír la pregunta, Edzard dejó de mirar lo que estaba escribiendo y miró al frente. Sentado frente a él, colocando en sobres los documentos escritos y firmados por Edzard, se encontraba un incómodo y cansado Karna, el cual tenía en su mano uno de los sobres. Este sobre era pequeño y tenía decoraciones de tallos verdes con flores de diversos colores.

"Supongo que es mi castigo, y para ti es una prueba por parte de mi esposa para saber si eres de confianza." Respondió Edzard mirando con algo de pena al pobre humano.

Al oír lo que su nuevo jefe le decía, Karna soltó un suspiro y siguió guardando las invitaciones para el cumpleaños doble de las hijas de su jefe. Mientras continuaba guardando las invitaciones para el cumpleaños, el joven comenzó a recordar cómo fue su llegada a este mundo.

Flashback

Los ojos de Karna se abrieron con sorpresa mientras caía al suelo y comenzaba a vomitar lo poco que aún quedaba en su estómago. El joven había sentido uno de los peores vértigos de toda su vida, el cual literalmente lo dejó atontado, pero pese a ello, tuvo fuerzas suficientes como para levantarse.

Cuando se levantó, lo primero que vio fue que ya no estaba en la base destruida de Euclid y por lo que podía observar bien, tampoco estaba en África.

"¿Dónde estoy?" se preguntó Karna mientras miraba a su alrededor, dándose cuenta de que estaba en lo que parecía ser el patio de un palacio muy grande.

"¿Quién eres y qué haces en este palacio?" dijo una voz femenina a espaldas de Karna.

Al oír una voz, el joven humano giró, esperando ver a una humana que le pueda decir dónde estaba. Sin embargo, cuando giró su cuerpo y vio a la dueña de aquella voz, vio que se trataba de un demonio, la cual tenía el cabello blanco y los ojos verdes e iba vestida con un traje de sirvienta.

Al percatarse de que era un demonio debido a la presencia que emitía, Karna dio un salto hacia atrás, para luego tomar una postura defensiva.

"Eso quiero saber yo… ¿Por qué hay un demonio aquí?" preguntó Karna, el cual supo que no estaba en el inframundo, pues de lo que sabía, el cielo en ese mundo era de color púrpura, no de un tono tan celeste como el cielo bajo el que estaba ahora.

Karna vio como la chica estuvo por decirle algo, pero antes de que pudiese decir algo, escuchó la voz de alguien más llegar.

"Emilie. ¿Qué sucede?"

Cuando oyó esta nueva voz, tanto Karna como Emilie, quien era la criada, miraron hacia la dirección de origen de esta. Cuando vieron hacia allí, Karna miró a una joven de cabellos rubios llegar mientras era seguida de cerca por una mujer casi idéntica, solo que mayor y de cabellos negros.

"Asia-sama, Zephyra-sama." Dijo Emilie mientras hacía una reverencia. "Estaba haciendo la limpieza general y vi aparecer un portal de teletransporte de emergencia, por lo que me acerqué para ver qué pasaba y si se trataba de Edzard-sama, pero no fue así. Solo encontré a este joven humano."

Cuando Karna oyó el nombre de Edzard y el de Asia, supo de inmediato dónde estaba. Así que, bajando los brazos, se acercó, pero no dio ni dos pasos cuando frente a él, al lado de la sirvienta, aparecieron tres círculos mágicos, los cuales apuntaban hacia él.

"No des ni un paso más, de lo contrario me veré obligada a convertirte en queso suizo." Dijo Emilie con voz seria.

"Emilie, espera. Él no está en posición de lucha." Dijo rápidamente Asia, comenzando a caminar hacia Karna.

"Pero, Asia-sama…"

"Tranquila, incluso si intenta algo, no podrá hacer nada… ¿verdad, chicas?"

Al oír la pregunta de Asia, tanto Emilie como Karna miraron hacia el cielo y se dieron cuenta de que estaban rodeados por varias chicas.

Al ver a estas mujeres reunidas, Karna sintió un escalofrío, pues se dio cuenta de que algunas de ellas podrían fácilmente barrer el suelo con él si es que se le ocurría hacer algo gracioso, en especial una chica rubia de ojos rojos.

"No deseo hacer daño a nadie." Dijo Karna rápidamente mientras levantaba ambas manos en señal de rendición.

"Sí, eso puedo verlo." Señaló Asia mientras se acercaba a él con pasos tranquilos. "¿Quién eres?"

Al verla llegar, Karna la miró y estuvo a punto de contestarle, pero antes de hacerlo, se oyó una nueva voz, la cual gritó.

"¡¿Karna-san?!"

El grito provino de Le Fay, la cual llegó a ese lugar por la curiosidad de ver a todos los habitantes del palacio presentes en un solo lugar en una formación que solo se podía describir como de preparación para un combate.

El grito de la joven llamó la atención de las chicas, quienes miraron a la residente permanente, por el momento, del palacio, preguntándose por qué ella lo conocía.

Para saciar esta duda, la primera en preguntar fue Mittelt, quien no tuvo pelos en la lengua para preguntar.

"A ver, hadita… ¿De dónde conoces a este tipo?" preguntó Mittelt, acercándose a Le Fay y pegando su rostro al de ella a tal punto que estaban respirando el aliento de la otra.

El rostro de Le Fay se sonrojó al tener tan pegado el rostro del ángel caído. Aun así, logró hablar, pero lo hizo desviando su rostro.

"Antes de estar en el equipo de Vali-sama, mi hermano y yo estuvimos en la facción de los héroes…"

"¡¿Qué?!" fue la respuesta colectiva de todos, salvo Karna y Le Fay.

Fin Flashback

Tras aquel grito, Karna fue testigo de la transición más rápida de la historia de pasar de ser un hombre libre a ser un prisionero en una oscura y húmeda mazmorra. Afortunadamente, no estuvo allí mucho tiempo, pues a los minutos llegó el mismísimo Edzard a sacarlo.

'Qué bueno que llegó para explicarles todo…' pensó Karna mientras terminaba de colocar otra invitación en un sobre. Colocándola en la pila de invitaciones, se dio cuenta de que esta tenía el nombre de Gremory en ella, lo que indicaba que era una invitación para la familia del actual Lucifer.

"¿Qué tal te estás adaptando a la vida aquí, Karna?" preguntó Edzard, el cual terminó de firmar y escribir la última de las invitaciones que tenía planeado escribir para la celebración del cumpleaños de sus hijas.

Al oír la pregunta, el joven humano recordó su vida en este palacio desde hace unos días. Después de que Edzard llegase, fue presentado a todos los residentes del palacio. Fue allí donde aprendió que la chica rubia con la que había hablado antes era la esposa de Edzard. Pero no solo eso, también aprendió sobre las criadas del palacio y su pasado… Decir que eso le causó indignación era decir lo menos. Aun así, supo mantener todas sus emociones bajo llave, pues no quería dar la impresión de ser emocional.

Tras todas las presentaciones, se le asignó a Emilie, la jefa de las criadas, que le mostrara el palacio. Mientras caminaban, aprendió más cosas sobre el palacio y el lugar donde estaba ahora. También se le mostró su habitación, el lugar donde desde ahora viviría. Su habitación era más grande de lo que esperaba, pues tenía el tamaño de la habitación principal de una casa grande. El lugar estaba decorado decentemente, con una cama de dos plazas, al igual que un ropero, un escritorio, un estante repleto de libros y un escaparate para poner un arma.

Luego de pensar en todo lo que había obtenido, Karna comenzó a pensar en cómo lo trataban. Salvo por Edzard y Le Fay, todos lo trataban con cautela, pero él entendía por qué lo hacían. Después de todo, era un antiguo enemigo que supuestamente se había alejado de la Khaos Brigade, pero él sabía que eso sería difícil de aceptar. Aun así, ninguno era cruel con él, todos eran amables en su mayoría, salvo por el ángel caído, algo dura y espinosa cada vez que hablaba con él.

"Bien, supongo." Respondió Karna, evitando decir por completo que aún no se adaptaba del todo a este tipo de vida, pues esperaba encontrar un lugar donde todos entrenaban todo el día. Sin embargo, la realidad era diferente, pues si bien entrenaban, no lo hacían todo el día, sino que lo hacían por horarios un tanto largos.

Al oír la respuesta, Edzard supo que el joven humano aún no se adaptaba del todo. Así que, levantándose, comenzó a caminar hasta llegar a la ventana que daba al jardín interior de su palacio. Mirando por la ventana, vio que Marie y Kunou estaban jugando con Zephyra.

"Supongo que es algo chocante para ti el darte cuenta de que no entrenamos todos los días y a todo momento, ¿verdad?" preguntó Edzard de manera tranquila, mirando a sus hijas jugar. Al no oír respuesta alguna de Karna, el hijo de Akatosh solo negó con la cabeza. "Puede que no lo sepas, pero todos, incluso el más grande guerrero, tiene una vida propia… una vida la cual se convierte en la razón por la que mueve su espada a diario…"

La respuesta que Edzard le dio a su propia pregunta descolocó algo a Karna, pero el joven logró entender a qué se refería. Mirando a su jefe, reflexionó sobre ello. Pensando, se dio cuenta de que aún no encontraba eso por lo que luchar con todo… eso lo hizo sentirse algo deprimido, pero incluso antes de que pudiese soltar un suspiro, Edzard se le adelantó.

"No te preocupes, solo dale tiempo… al final, encontrarás algo por lo que luchar… por ahora, sigue enfocado en tu deseo… tu deseo de ayudar a los humanos que no pueden defenderse. Y mientras tanto, trata de encajar aquí, ya que este podría ser tu hogar de manera permanente." Dijo Edzard mientras caminaba y se volvía a sentar.

"Está bien." Respondió Karna, el cual terminó de colocar otra invitación en su sobre.

"Bien, y recuerda, una acción vale más que las palabras." Dijo Edzard con una sonrisa mientras pensaba otra cosa. 'Por favor, Karna. Demuestra que eres de confianza, no quiero que me castren con un cuchillo de mantequilla oxidado.'

Ese pensamiento de Edzard provenía de lo que había pasado cuando él había aparecido en su palacio tras su pelea con Crom Cruach.

Flashback

Edzard se encontraba mirando al rostro de todas sus amantes y sus amigas, al igual que sus suegros y sus criadas. Los rostros de todos los que vivían con él en el palacio eran de pocos amigos, pues todos tenían muecas, salvo por Mittelt, quien era la única que tenía una sonrisa en el rostro… O al menos eso pensaba Edzard, pues desde su perspectiva, todas tenían muecas tensas, mientras que Mittelt sonreía, aunque tal vez eso se debía a que él estaba de cabeza.

El hijo de Akatosh estaba colgado de cabeza, siendo sostenido y amarrado por cadenas mágicas, las cuales surgían de un círculo mágico que había sido creado por Rossweisse.

"Entonces, ¿Por qué me han colgado como un jamón para ahumar?" preguntó Edzard el cual tenía confianza en sí mismo, pero eso no duró mucho, pues la respuesta que oyó fue algo que no había esperado.

"¡¿Qué por qué estás colgado como un jamón?! ¡Tal vez por traer a otro miembro de la Khaos Brigade sin decirle nada a nadie!" fue el grito de Mittelt, la cual estaba muy molesta.

"¡Sí, Mittelt tiene razón!" gritó Aika, la cual también estaba molesta. "Así que, te daremos cinco segundos para decirnos qué sucedió o de lo contrario…~"

Cuando Edzard oyó la forma en como Aika dijo la última frase, sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Así que, mirándolas, se dio cuenta de que todas tenían los ojos de color blanco brillante mientras sus flequillos cubrían sus ojos, dándoles así un aspecto más aterrador. Sintiendo algo de miedo, el hijo de Akatosh miró a su suegro y se dio cuenta de que este estaba igual que él, es decir, estaba pálido y miraba hacia otro lado, evitando mirarlo a los ojos.

Al ver esto, el hijo de Akatosh supo que estaba en un predicamento, por lo que pensó a toda velocidad para saber cómo salir de ese predicamento. Al final, su mente solo pudo llegar a una conclusión. Por lo que, sin pensarlo demasiado, comenzó a contar la razón por la que Karna estaba en el palacio.

"¿Quieres que creamos que ese sujeto ha dejado la Khaos Brigade?" preguntó con escepticismo Valerie, la cual miraba a Edzard mientras tenía la cabeza ladeada y una mirada de incredulidad en su rostro, pues no podía creer que Edzard hubiese creído así como así lo que ese chico había dicho.

"Val tiene razón, Ed. Suena algo ingenuo el solo creerle lo que te ha dicho." Añadió como comentario Lint, la cual no podía entender cómo su amante había caído en algo tan simple y cursi como eso.

"Las chicas tienen razón, Edzard." Dijo Marcoryan con algo de decepción en su voz, pues esperaba que el hijo de Selene fuese más perceptivo.

"El papá de Asia-chi tiene razón, Ed." Comentó Aika, la cual también negó con la cabeza algo decepcionada.

Al oír todas estas críticas, Edzard mentalmente soltó un suspiro, pues se dio cuenta de que todas pensaban que él había confiado en Karna de la nada.

'Realmente es algo molesto que piensen que soy tan ingenuo. Si hubiese sido mi yo antes de lo del Sagrario del Velo de la Nieve, sí, estoy seguro de que podría haber confiado solo en su palabra y en una que otra acción… sin embargo, ahora… perdí esa ingenuidad cuando la espada de Mercer se clavó en mi pecho.' Pensó Edzard mientras un fantasmal dolor atravesaba su pecho. Cuando superó ese sentimiento, miró a los reunidos y sonrió mentalmente, pues le agradó mucho lo que vio. 'Me alegra que puedan llevarse bien con los padres de Asia.'

Los pensamientos de Edzard iban dirigidos a la buena relación que se había formado entre sus suegros y todo su grupo, incluyendo a sus concubinas. Si bien esperó que hubiese roces y palabras cargadas de sarcasmo e indiferencia cuando se conocieron, para su sorpresa, parecía que se llevaban bien. Aun así, después de la reunión de todos, Edzard estuvo espiando de cerca a sus suegros para saber qué pasaba. Fue allí donde aprendió sobre sus verdaderos sentimientos. Si bien ellos no estaban muy alegres, y mucho menos conformes con lo que sucedía, respetaban la decisión de Asia, por ello decidieron que no actuarían como imbéciles, pese a que no estaban de acuerdo con lo que ocurría.

Soltando un suspiro, el cual llamó la atención de todos, Edzard decidió hablar.

"Saben, es algo molesto que piensen que soy ingenuo." Dijo Edzard con voz cansada. "¿Realmente creen que yo haría algo tan estúpido como confiar en alguien solo por su palabra tras pasar por varias cortes donde había intrigas que podían acabar con tu vida?"

La mención del pasado de Edzard como miembro de diversas cortes provocó que todos aquellos que pensaron que había sido ingenuo se sonrojaran y desviaran sus miradas.

"Entonces, ¿No confiaste en él de primeras?" preguntó Ingvild con curiosidad mientras se llevaba un dedo a su mejilla y ladeaba el rostro.

"Claro que no, solo un idiota confía en alguien a primeras sabiendo que en el pasado ha sido tu enemigo. Lo hice pasar por algunas pruebas antes."

"¿En serio? ¿Cuáles?" preguntó con impaciencia Mittelt, la cual comenzó a hacer ruidos con su zapato mientras tenía sus manos a los lados de su cadera.

Al oír la pregunta de su amante, Edzard solo sonrió de manera divertida, algo que confundió a todos.

"La primera, magia mental…"

Todos palidecieron al momento en que todos oyeron el nombre de esa magia.

"Por los dioses… ¿Le leíste la mente con esa magia?" preguntó Marcoryan con preocupación, pues conocía lo que podía hacer esa magia.

"Sí… ¿y sabes qué fue lo más raro?" preguntó Edzard.

"¿Qué?" preguntó con curiosidad y algo de miedo Rossweisse.

"Que él se sometió a eso voluntariamente."

La respuesta dada por Edzard provocó que todos se sorprendieran, en especial aquellos que conocían los posibles efectos secundarios de este tipo de magia. Fue por ello, que todos se dieron cuenta de que ese joven de verdad había abandonado a la facción de los Héroes.

"Vaya…" Dijo Emilie con algo de lástima y vergüenza, pues había sido rápida para juzgar a ese joven debido a su pasado. Eso era algo que le parecía hipócrita en este momento, pues ella al igual que todas las criadas habían sido enemigas de Edzard en algún momento y él las había salvado de ir a prisión y les había dado un hogar con un trabajo muy bien remunerado.

"Sí, parece que juzgamos muy rápido a Karna." Dijo Asia con tristeza, sintiendo culpa por lo que había hecho cuando escuchó que él había pertenecido a la facción de los héroes.

"Entonces, supongo que mi respuesta ha sido más que satisfactoria, ¿verdad?" preguntó Edzard, el cual comenzó a mirar a todos.

Los rostros de todos se sonrojaron ligeramente por la vergüenza, pero aun así asintieron mientras algunos eran más vocales.

"Sí, por el momento está bien." Dijo Mittelt mientras movía una de las coletas que tenía como peinado.

"Mittelt, tiene razón." Añadió Aika, la cual desvió algo el rostro para mirar a Rossweisse. "Sensei, puedes bajarlo ahora."

Cuando Rossweisse escuchó lo que dijo Aika, asintió y tras chasquear los dedos, las cadenas desaparecieron, dejando a Edzard en el aire. Fue en ese momento que Rossweisse se dio cuenta de que al haber hecho esto, Edzard caería de cara al suelo. Al percatarse de esto, intentó decir algo, pero antes de que siquiera dijese algo, Edzard maniobró de tal forma que terminó cayendo de cuclillas.

"Ahhhh…" Fue el largo suspiro que soltó Edzard tras caer al suelo. Tras ponerse de pie, el hijo de Akatosh miró a los presentes antes de preguntar. "Entonces, ¿Dónde está Karna?"

Cuando el hijo de Akatosh oyó que estaba en la mazmorra suspiró, pero asintió. Tras ello, comenzó a caminar, pero antes de salir de la habitación, miró a los presentes, sobre todo a su esposa y sus amantes.

"Cuando termine de hablar con él, necesito que se vayan a mi estudio. Necesito decirles la razón por la que no estuve y también la razón por la que llegué tan herido." Dijo Edzard, provocando que los presentes asintieran, pues estaban preocupados por la salud de Edzard. Puede que no lo hayan demostrado en este momento, pero la verdad era que todos se habían sorprendido cuando lo vieron llegar todo herido. Sin embargo, la ira que sentían por saber que Edzard había enviado a un ex miembro de la facción de los héroes a este lugar les ganó, por ello ignoraron todo y se centraron en sacarle la respuesta a eso.

Sin embargo, ahora que el asunto de Karna estaba algo más claro, todos se sintieron mal por haber amarrado a Edzard al techo con sus heridas. Sin embargo, antes de que alguien dijese algo sobre esto, el hijo de Akatosh se les adelantó.

"Y por cierto, esto que han hecho me lo cobraré…" Dijo Edzard con algo de malicia, lo que preocupó a todos. Aunque, quienes estuvieron más preocupadas eran sus amantes, pues sabían cómo se vengaría de ellas.

'Parece que tendremos que tomar una toma extra de la poción anticonceptiva.' fue el pensamiento de todas las amantes de Edzard.

Fin Flashback

Una sonrisa algo pervertida apareció en el rostro de Edzard cuando recordó cómo se desquitó con sus amantes esa noche, recordando todo lo que hicieron y en qué lugares lo hicieron. Estaba seguro de que las chicas podrían haber terminado embarazadas de no ser por la poción anticonceptiva, pues terminó viniéndose dentro de cada una más de diez veces… ¿Cómo era eso posible? Bueno, es una ventaja no ser un humano y tener una cantidad loca de estamina.

"Edzard-sama." Llamó Karna, el cual estaba con una mirada algo incómoda tras ver la sonrisa ligeramente pervertida de su jefe. Eso se debía a que él, y de seguro todo el palacio, los habían oído toda la noche, pues las amantes de su jefe no fueron para nada silenciosas.

"Sí, Karna." Respondió Edzard tras salir de sus recuerdos.

"¿A qué hora irá a ver al Sekiryuutei hoy?"

Al oír la pregunta de Karna, Edzard recordó que ese día iría a ver a su mascota, digo a su amigo, con el cual ya había pactado la hora de visita.

"A las tres de la tarde, ¿Por qué?"

"Es que ya casi son las tres de la tarde." Respondió Karna, levantándose, pues había terminado de colocar todas las invitaciones en sus respectivos sobres. "Ya terminé de colocar todas las invitaciones en los sobres."

"Ah, bien." Dijo Edzard al oír aquello. Caminando por su estudio, se acercó y tomó una de las cartas de invitación. Sonriendo, recordó que el cumpleaños de sus hijas era dentro de unos cuantos días. Por ello, actualmente sus amantes, junto a Yasaka, Rossweisse e Ingvild no estaban en el palacio, pues estaban de compras para comprar todo lo necesario para la fiesta, es decir vinos para los pocos humanos terrícolas que habría, comida y los adornos. 'Qué bueno que ya tengo todos los materiales para tener sus regalos listos para ese gran día.'

Aquel pensamiento nació de la seguridad que sentía de poder finalizar los regalos para sus hijas. Sabía que le tomaría algo de tiempo, en especial el regalo de Kunou, pero estaba seguro de que si contaba con la ayuda de Yasaka, podría hacerlo bien. El regalo de Marie era algo más sencillo de hacer, pues requería menos trabajo para él. Esto se debía a que sabía cómo hacer armas para gente con Magicka, algo que no podía hacer con Kunou.

Tras terminar de pensar en los regalos que crearía para sus hijas, Edzard miró a Karna. Sonriendo, el hijo de Akatosh le habló. "Vale, me iré a ver a Issei. Puedes irte a entrenar, pero recuerda. Necesito que me mandes lo que te solicité para comenzar a trabajar en ello."

"Ah, sí. No te preocupes, Edzard-sama. Lo tendré listo para después de la fiesta de las dos princesas." Respondió Karna de manera rápida.

"Bien, no te olvides que tras eso tendré que tomar tus medidas." Dijo Edzard con una sonrisa divertida pintando su rostro.

"Sí, Edzard-sama."

La voz de Karna, la cual mayormente sonaba algo fría, ahora mismo estaba llena de alegría y eso se debía a que estaba hablando con Edzard sobre su nuevo arco. El joven humano había estado sorprendido y a la vez asombrado cuando supo que su nuevo jefe iba a ser quien le daría un arco personalizado. Eso fue más de lo que la facción de los héroes hizo por él, aunque, sus palabras y emociones no debían de ser confundidas. Él no odiaba a sus antiguos camaradas, pero tampoco es que los amara, pero los respetaba… al menos hasta que todo se torció.

"Bien, nos vemos más rato, Karna." Dijo Edzard, mientras tomaba un par de esas invitaciones y su shadow key para irse de allí.

Al oír a su jefe, el humano asintió y antes de que Edzard se fuese del lugar, salió de allí, pues no quería que piensen que se estaba quedando solo allí para poder espiar en los papeles personales de Edzard. Así que, tímidamente salió de la habitación.

Cuando Edzard estuvo solo, miró hacia el frente y moviendo su mano, conjuró un portal dorado para poder ir a ver a su amigo y preguntarle al dragón celestial sobre Crom Cruach y la razón por la que podría haberse vuelto tan fuerte.


La casa de los Hyoudou, que solía estar siempre animada debido a las ocurrencias diarias de sus residentes, se encontraba en un estado de seriedad absoluta. La razón de esto era la visita de Edzard.

La familia de Issei había estado feliz de saber que Edzard iba a visitarlos, pero cuando supieron que tenía que ver con la guerra actual con los daedras, esa felicidad se transformó en una preocupación sombría. Por ello, los padres de Issei decidieron irse a pasear un rato, dejando a Issei y al resto del ORC solos.

La sensación de ansiedad de todos los presentes se sentía en el aire, haciendo que sus corazones latieran más rápido de lo normal. Aun así, todos trataron de mantener una fachada de confianza para cuando llegase su invitado.

"¿De qué creen que quiera hablar Edzard-kun?" preguntó Irina, preocupada, pero a la vez algo feliz de ver al esposo y amante de dos de sus amigas.

"No lo sé, pero se escuchaba súper serio cuando me preguntó qué día estaba libre para poder conversar." Respondió Issei, quien estaba realmente preocupado, pues sabía que, si su amigo estaba serio, seguramente significaba problemas para todos.

"Entonces, supongo que lo averiguaremos cuando llegue." Comentó Rias, quien estaba sentada junto a Issei, jugueteando con su mano.

"E-esperemos que traiga buenas noticias o que no sea algo muy serio." Comentó Gasper, quien estaba sentado dentro de una caja de cartón en medio de la sala.

"Je, je, je… no pidas mucho, Gasper." Dijo Akeno con una sonrisa, mirando al centro de la sala mientras su sonrisa se atenuaba.

"Akeno tiene razón, Gasper." Dijo Kiba, también ansioso por saber qué pasaba. "No creo que haya pedido esta reunión tan seriamente si lo que ocurre es algo bueno."

"P-p-pero…" intentó decir el Dhampir, solo para ser interrumpido por Koneko, quien le dio un suave golpe de karate en la cabeza.

"No pienses en ello." Dijo Koneko, levantándose de su sitio en el sofá, al lado de Gasper, y caminando hacia Issei, sentándose en su regazo de un solo movimiento.

La acción de la nekomata tomó por sorpresa a todos, especialmente a Issei, quien se sintió ligeramente incómodo, pero no hizo nada para apartarla. Por su parte, el resto de las chicas que sentían algo por Issei se sintieron molestas por esto.

"Ara, ara… parece que Koneko-chan se ha vuelto más audaz." Dijo Akeno con una sonrisa mientras abría lentamente los ojos que había mantenido cerrados al comenzar a hablar. "Supongo que, como su 'sempai', tendré que disciplinarla para que no haga cosas así."

Las palabras de la hija de Baraqiel provocaron que un escalofrío recorriera el cuerpo de Koneko, quien por un segundo se imaginó a sí misma amarrada por varios artilugios de S&M mientras una alegre y obviamente excitada Akeno la "disciplinaba". Sin embargo, pese a esa alucinación, la pequeña nekomata miró a la reina de la Nobleza de Rias y estuvo a punto de decir algo, pero se quedó callada cuando un portal dorado se abrió en medio de la sala.

"Mierda, ya llegó." Dijo Issei con ansiedad al ver abrirse el portal que su amigo solía usar para teletransportarse.

El resto de los presentes sintieron la misma presión que Issei, pues también estaban ansiosos por escuchar la razón de la reunión.

"Así que esta vez no estáis peleando como idiotas… eso es un progreso." Dijo Edzard, atravesando el portal con tranquilidad.

La pequeña pulla que soltó Edzard hizo que todas, salvo Xenovia, se sonrojaran y desviaran la mirada, pues sabían a lo que se refería. La casa de los Hyoudou era un lugar siempre animado, pero no por risas, sino por las peleas de gatas que ocurrían de vez en cuando. Estas peleas se ocasionaban por la competencia entre Rias, Akeno, Irina, Koneko y Ravel por el afecto del pelicastaño.

"Hola, Ed." Saludó Issei a su amigo con una sonrisa, levantando una mano.

"Issei." Dijo Edzard como respuesta al saludo, también con una sonrisa, mientras se acercaba al ORC.

"Edzard-sama/Edzard/Edzard-san." Fue el saludo colectivo del resto de los miembros del ORC.

"Qué hay, chicos." Dijo Edzard mientras se sentaba en el sillón libre que había en la sala.

Edzard se sentó en el cómodo sillón, quedando frente a todos los miembros del ORC. Con una mirada rápida, el hijo de Akatosh se dio cuenta de que todos estaban tensos por su llegada. Sintiendo que eso se debía a la curiosidad de saber por qué había solicitado esta reunión, decidió hablar para calmarles un poco.

"Bueno, supongo que tienen curiosidad por saber la razón por la que pedí hablar con Issei, ¿verdad?" preguntó Edzard, obteniendo como respuesta el asentimiento de todos.

"Está bien. Pero espero que estén preparados para lo que les diré. Sin embargo, necesito que me confirmes algo, Ddraig."

Los ojos de todos se agrandaron cuando Edzard llamó al dragón sellado en el brazo de Issei.

[Ummm… es raro que quieras hablar conmigo… ¿Qué quieres saber?]

La voz de Ddraig contenía cierto tono de curiosidad, pues el dragón celestial estaba confundido por la petición de Edzard.

"Solo una cosa, dime… ¿Conoces al dragón llamado Crom Cruach?"

La pregunta de Edzard dejó de piedra a todos los que sabían quién era ese dragón. Los ojos de Rias, Akeno y Ravel se abrieron como platos, pues conocían a ese dragón, aunque solo sabían poco, ya que no había mucha información sobre él en las bibliotecas del inframundo.

[¡¿Te encontraste con ese cabrón?!]

El grito de Ddraig provocó que todos lo miraran, pues era la primera vez que veían al dragón Emperador Rojo actuar de esa forma.

"Woa… ¡¿Qué sucede, Ddraig?! ¡¿Por qué gritaste así?!" preguntó en voz alta Issei, superando la sorpresa de escuchar a Ddraig gritar de esa forma.

[¡Claro que me sucede algo! ¡Crom Cruach es el dragón maligno más poderoso que hay!]

Cuando todos escucharon eso, sintieron escalofríos recorrer sus cuerpos. Si bien tenían una vaga idea de cómo era la jerarquía de poder de los dragones, no conocían todos los tipos de dragones que había y en este momento estaban escuchando sobre uno nuevo.

"Ddraig-sama." Llamó Ravel, acercándose rápidamente a Issei. La manera en que el dragón celestial había mencionado que Crom Cruach era el dragón malvado más poderoso había generado una duda muy específica en el joven demonio, por lo que, sin perder tiempo, hizo la pregunta. "¿Qué tan poderoso es este Crom Cruach en comparación con Tannin-sama o Tiamat-sama?"

La pregunta de la hija del clan Phenex quedó sin respuesta por unos momentos, hasta que la risa de Ddraig estalló.

[¡Ja, ja, ja! ¡Oh, por favor! ¡No hay punto de comparación entre ellos!]

La respuesta del dragón celestial provocó sorpresa entre todos, pues ellos, salvo Ravel, se habían "enfrentado" a Tannin y sabían que, aunque este dragón había estado jugando, demostró estar muy por encima de ellos. Por lo tanto, saber que había alguien más poderoso que él y que Tiamat, a quienes habían visto algunas veces, era algo difícil de creer.

"E-espera… ¡¿Tannin-sensei y la loca de pelo azul que vive con Ed son más débiles que este tal Crom Cruach?!" gritó, presa del pánico, Issei, pues había visto a ambos dragones y sabía lo poderosos que eran.

"Ise tiene razón, estoy segura de que no puede haber tanta diferencia de poder, ¿verdad?" preguntó Rias, sorprendida y preocupada por lo que estaba diciendo Ddraig.

"Ddraig tiene razón. La diferencia de poder entre Crom Cruach y Tiamat es considerablemente alta." Comenzó Edzard, llamando la atención de los presentes, quienes lo miraron de inmediato.

"¿Cómo estás tan seguro, Edzard?" preguntó Rias, entrecerrando los ojos con algo de cautela, pues se dio cuenta de que el dragón frente a ellos ocultaba algo.

"Porque me he enfrentado a ambos."

La respuesta de Edzard dejó a todos petrificados. Si bien sabían que Edzard se había enfrentado a Tiamat, pues ella misma había comentado su batalla, no esperaban que también se hubiera topado con Crom Cruach.

[Ya veo, así que por eso quieres saber sobre él… pero ¿por qué? Supongo que te has dado cuenta de cómo son los dragones malvados… así que no entiendo por qué quieres saber más sobre él.]

"Quiero saber qué es exactamente un dragón malvado y si poseen alguna habilidad innata que todos compartan." Preguntó Edzard, cruzando sus brazos sobre su pecho, adoptando una apariencia más seria.

La pregunta de Edzard fue secundada por todos los presentes, quienes también querían saber más sobre este tipo de dragones. Esto se debía a que conocían a Edzard y sabían que siempre buscaba obtener toda la información disponible sobre un nuevo enemigo para saber cómo enfrentarlo.

[Ummm… así que quieres saber qué es un dragón malvado… bueno, para explicarlo fácilmente, son dragones únicos en su clase. Se destacan principalmente por su deseo innato de luchar y destruir todo a su paso… para ser sinceros, son tan difíciles de tratar que incluso Albion y yo evitábamos el contacto con ellos. En cuanto a su nivel de poder, están muy por encima de los cinco reyes dragones.]

Las palabras de Ddraig confirmaron lo que había dicho Edzard, quien solo asintió, pues aún esperaba la respuesta a su otra pregunta. Por su parte, los miembros del ORC estaban asimilando lo que escuchaban, pues estaban aprendiendo que la jerarquía de poder de los dragones que conocían no estaba completa. Por ello, uno de ellos sintió curiosidad por saber por qué la jerarquía parecía incompleta.

"Esto… Ddraig-san… ¿Puedo hacerle una pregunta?" preguntó Irina, sorprendiendo a todos.

El ángel reencarnado deseaba saber algo, pues aún no comprendía del todo lo que ella consideraba la omisión de los dragones malvados de la jerarquía conocida de los dragones. Esto se debía a que había leído sobre los dragones hace un tiempo y en el libro que había leído, no se mencionaban a los dragones malvados. Sin embargo, pese a su curiosidad, la joven estaba algo tensa y asustada, pues sentía que estaba interrumpiendo la conversación de Edzard con Ddraig. Miró hacia un lado, esperando ver algún signo de molestia, pero se sorprendió al no ver nada en el rostro de Edzard salvo curiosidad.

Al percatarse de ello, Irina le preguntó al amigo de su interés amoroso. "Esto… Edzard-san… No estoy incomodando si hago mi pregunta, ¿verdad?"

La pregunta que soltó Irina provocó que todas las miradas se dirigieran hacia Edzard, pues esperaban que este respondiera que sí o algo similar, conscientes de que el hijo de Akatosh no siempre tenía tiempo libre para este tipo de cosas. Sin embargo, lo que oyeron los sorprendió gratamente y les recordó que él era alguien razonable.

"No, para nada." respondió rápidamente Edzard con una sonrisa, lo cual provocó que Irina se sonrojara ligeramente. Eso fue visto por Issei, quien chasqueó la lengua con molestia, algo que también vio Edzard. El hijo de Akatosh sonrió mentalmente, pues le causaba risa que su amigo estuviese celoso, pero, aun así, decidió no bromear con esto, pues no era el momento.

Al oír la respuesta, Irina soltó un suspiro y miró a Issei, más precisamente a su mano izquierda.

[Si el mocoso no tiene problemas, yo tampoco. Así que, pregunta.]

Con luz verde para preguntar, Irina lanzó su pregunta. "Ddraig-san… Quiero saber, ¿por qué los dragones malvados parecen haber sido omitidos de todos los libros de información sobre los dragones?"

La pregunta provocó que Edzard soltara un silbido, pues no había pensado en ello. Mirando la mano de Issei, esperó la respuesta. La acción de Edzard fue copiada por todos los presentes, quienes también querían saber por qué parecía que los dragones malvados, o al menos esta clasificación, había sido "eliminada de la historia".

Un silencio se hizo presente hasta que, finalmente, tras varios segundos, el dragón que habitaba el guantelete del Boosted Gear decidió responder.

[Ummm… Esa es una buena pregunta… la verdad es que solo puedo dar una conjetura.]

"¿Cuál?" preguntó Akeno con curiosidad.

[Los dragones malvados eran tan problemáticos que solo los dioses malignos podían controlarlos, y como saben, muchos dioses malignos fueron asesinados por otros dioses de su propio panteón. Por ello, casi todos están muertos. El único del que teníamos confirmación de que aún estaba vivo era Crom Cruach, pero él se dirigió a la clandestinidad tras la muerte del dios irlandés Balor. Esto hizo que no pudiésemos contactar con él de ninguna forma. De hecho, ninguno de mis antiguos portadores se ha topado con él desde que desapareció. Supongo que, debido a esto, se le tomó por muerto o, como solo quedaba él y estaba en paradero desconocido, algunos han asumido que todos los dragones malignos estaban muertos y por ello consideraron no tomarlos en cuenta.]

La respuesta de Ddraig fue muy esclarecedora, provocando que todos comprendieran que era posible que hubiera sido de esa manera. Esto era algo recurrente en la historia, ya que cuando alguna especie se "extinguía", solía ser eliminada de los textos normales y colocada en textos especializados donde se trataba más detalladamente de estos.

"Así que, eso sucedió…" susurró Xenovia, quien también había leído esos mismos libros que Irina, por lo que sabía lo mismo que ella.

"No lo veo como algo descabellado, eso suele pasar con algunas especies…" comentó Ravel, llevándose la mano a la barbilla, recordando que había pasado lo mismo con algunas plantas extintas en el inframundo. En algunos textos de uso general se nombraba una lista de ciertas plantas pertenecientes a un solo género, pero cuando por casualidad leyó un texto especializado, se dio cuenta de que había más, solo que algunas estaban extintas o se consideraban extremadamente raras, por ello habían sido excluidas de la lista general.

[Sí, supongo que eso sucedió… Ahora, para la pregunta del mocoso: No, todos los dragones malvados, al igual que muchos de nosotros, tienen las habilidades básicas de todos los dragones. Claro, cada uno tiene sus habilidades únicas.]

"Entiendo… pero ¿Crom Cruach tiene alguna habilidad que le permita resistir los poderes de una espada asesina de dragones?" preguntó Edzard tras escuchar la explicación rápida de los poderes de los dragones malvados.

La pregunta de Edzard causó confusión entre todos los presentes, pues era sabido que las espadas asesinas de dragones se llamaban así por su capacidad de herir a los dragones con facilidad.

"Eso es imposible, Edzard." dijo Rias, levantándose de donde estaba sentada. "Las espadas asesinas de dragones se llaman así porque son capaces de matar dragones."

La respuesta de Rias provocó que Edzard frunciera el ceño. No era imbécil y sabía perfectamente por qué se llamaban así esas espadas. Así que, abriendo la boca, le respondió a la heredera Gremory.

"Sí, sé que esas espadas tienen ese nombre por su poder contra dragones, pero… mi verdadera pregunta es, ¿cómo afectan estas a los dragones malvados? ¿Los afecta igual o de otra manera?"

Las palabras de Edzard hicieron que Rias frunciera el ceño aún más. Entendió que la primera parte de lo que dijo el hijo de Akatosh iba dirigida hacia ella, lo que la molestó pues sintió que Edzard la estaba tratando como estúpida. Sin embargo, las preguntas que siguieron la confundieron mucho, pues no entendía qué quería saber Edzard en particular.

[Esa pregunta es muy específica… Pero para responderte, las espadas asesinas de dragones nos afectan a todos, pero es cierto que no lo hacen con la misma intensidad para todos. Por ejemplo, si tuviera mi cuerpo original, el daño que un corte cargado de poder de Ascalon me haría no sería el mismo que le haría a Tiamat… para mí el daño es más leve, pero aun así es considerable si se le compara con otros ataques.]

La nueva información hizo que Edzard soltara un largo y cansado suspiro. Esto provocó que todos los miembros del ORC lo miraran con preocupación, entendiendo que algo relacionado con esas espadas había sucedido recientemente. Los ojos de todos se abrieron al darse cuenta.

"E-Ed… ¿Pasó algo relacionado con una espada asesina de dragones en tu encuentro con Crom Cruach?" preguntó Issei con algo de pánico, pues estaba seguro de que lo que sea que había pasado no era algo bueno y sentía que tal vez los daedras tenían algo que ver.

"Sí… sucedió algo cuando peleé con ese lagarto." dijo Edzard con molestia en su voz, algo que asombró a todos los presentes, pues no era muy normal que él se molestara así.

"¿Qué cosa?" preguntó Xenovia con curiosidad.

Al oír la pregunta de la ex exorcista, Edzard estuvo por responderle, pero tuvo una mejor idea. Levantándose del sofá, el hijo de Akatosh miró a los presentes, pero sobre todo a Rias y a Issei.

"En esta casa hay un espacio para los entrenamientos, ¿verdad?"

"Sí… ¿por qué?" preguntó Rias con algo de preocupación, pues tenía una mala espina sobre esa pregunta.

"Es mejor que les muestre qué sucedió."

Tras esas palabras, Rias y el resto del ORC asintieron y comenzaron a guiar a Edzard al piso de entrenamientos que estaba en la residencia Hyodou.

Cuando llegaron a ese piso, el cual era el primer sótano de la casa, encontraron varias salas para entrenar, desde equipos de entrenamiento hasta zonas para realizar combates de práctica.

"Vaya, sí que han exagerado con el tamaño de esto." comentó Edzard mientras observaba el primer sótano de la casa. "La verdad es que no me gustan tanto las construcciones tan grandes, prefiero las construcciones que son más pequeñas."

Las palabras de Edzard casi hicieron que todos tropezaran, pues los tomó por sorpresa. Sin embargo, cuando lograron recuperarse, todos tuvieron el mismo pensamiento:

'Es hipócrita que digas eso cuando tienes todo un palacio enorme.'

Ignorante de aquel pensamiento, el hijo de Akatosh entró en la sala y la observó. La sala estaba vacía de todo tipo de mobiliario, siendo solo una habitación con suelo y paredes de concreto super reforzados, a la cual se le habían colocado diversas barreras para ayudar a mantenerla "ilesa" pese a cualquier tipo de ataque que se use en su interior.

"Ya estamos aquí." dijo Rias, cruzando sus brazos bajo sus pechos, haciendo que estos se agrandaran, al menos visualmente. "¿Qué querías mostrarnos?"

La voz de la heredera Gremory rebosaba confianza, pero a la vez, la chica estaba preocupada y algo asustada por lo que Edzard planeaba mostrarles.

"Bien, solo necesito que se alejen un poco…" dijo Edzard mientras caminaba hasta el centro de la sala. Cuando estuvo allí, extendió su mano y conjuró a Gram, para luego mirar a los miembros del ORC. "Cuando peleé con Crom Cruach, le golpeé directamente con la hoja de Gram, la cual estaba cubierta con una potente aura demoníaca con propiedades para asesinar dragones."

Las nuevas palabras de Edzard causaron sorpresa y shock en ellos, pues no entendían qué quería decir con eso, pero no tuvieron ni tiempo para poder decir algo. En menos de un segundo, la hoja de la espada demoníaca más poderosa comenzó a expulsar una cantidad de poder demoníaco tan descomunal que se arremolinó de tal manera que comenzó a crear vientos dentro de aquel pequeño espacio.

"¡KYAAA! / ¡AHHHH!" Fue el grito colectivo de todos los miembros del ORC cuando los vientos los tocaron. La fuerza de estos vientos era grande, pero para su buena fortuna, no eran tan fuertes como para mandarlos a volar, aunque sí tenían la fuerza necesaria para obligarlos a anclar sus pies al suelo para evitar ser arrastrados levemente.

"¡E-esto es increíble!" gritó Kiba, quien tenía los brazos sobre su rostro para poder ver mejor lo que ocurría. El joven demonio estaba asombrado por la cantidad de poder que Edzard hacía surgir de la espada. "¡La cantidad de poder demoníaco generado está a la par de aquel ataque que Buchou lanzó contra Kokabiel tras recibir el Boost de Issei-kun!"

El grito de Kiba fue acompañado de asentimientos, pues había algunos, como Gasper y Ravel, que apenas podían mantenerse firmes ante tanta potencia de poder. También estaba Irina, quien no había estado presente cuando aquello ocurrió. Aun así, aquellos que estuvieron presentes en ese momento supieron comparar la cantidad de poder emitido. Sin embargo, hubo algo que los heló en ese momento... recordaron que la espada Gram usaba la energía vital del usuario para cargar sus ataques, así que comenzaron a preocuparse por lo que Edzard estaba haciendo. Sin embargo, antes de que siquiera pudieran decir algo, Edzard se les adelantó.

"Y esto es lo que usé contra Crom Cruach…" dijo Edzard haciendo que Gram dejara de expulsar energía demoníaca. Esto fue un soplo de aire fresco para todos, especialmente para Irina, la cual había sido la más afectada por el aura que generó la espada. Si bien es cierto que no había sido herida, la sola presencia de esa aura era aterradora y molesta para ella.

Cuando el aura demoníaca de Gram desapareció, evaporándose como motas de energía en el aire, todos salieron de su estado de shock y sin perder un segundo se lanzaron contra Edzard.

"¡Ed!" gritó Issei al llegar al lado de su amigo de un solo salto. "¡¿Estás bien?!"

El grito de Issei fue seguido por preguntas de todos los presentes, quienes también le preguntaban si estaba bien.

"Sí, estoy bien… ¿por qué lo preguntan?" dijo Edzard, dejando de lado su ataque contra Crom Cruach para entender por qué se preocupaban tanto por algo tan simple como una demostración de poder.

La pregunta de Edzard descolocó a todos los miembros del ORC, pues nadie sabía por qué decía eso.

"Edzard-sama…" dijo Ravel acercándose a él lentamente. "La espada Gram usa como combustible la energía vital de su usuario…"

"Eso mismo, hiciste que esa espada liberara una gran cantidad de poder demoníaco… eso… eso no es bueno para la salud…" dijo Akeno mostrando mucha preocupación en su rostro mientras se acercaba a Edzard. Cuando estuvo cerca, miró a Koneko. "Koneko-chan, ¿puedes ver cuánta energía vital ha perdido?"

Cuando la pequeña nekomata oyó aquello, rápidamente se acercó a Edzard y, mientras lo hacía, conjuró su segunda cola para poder ver mejor lo que había perdido Edzard. Sin embargo, antes de que ella llegase, Edzard se adelantó y la detuvo.

"No es necesario que examines mi energía vital." dijo Edzard, deteniéndola. Koneko lo miró a los ojos por dicha acción.

"Es necesario saber cuánta energía vital has perdido." insistió la nekomata, acercándose más a Edzard. "Para saber cómo curarte."

"Koneko-chan tiene razón, Ed… déjate examinar." señaló Issei con preocupación por su amigo.

Al oír cómo insistían, Edzard frunció el ceño, pero terminó cediendo para que lo dejaran en paz.

Al tener el permiso de Edzard, Koneko comenzó a examinar la energía vital del joven dragón usando su senjutsu… y lo que vio fue aterrador. La sorpresa que se llevó fue tal que sus orejas y sus colas se levantaron instantáneamente, provocando que todos miraran con sorpresa a la nekoshou y comenzaran a temer lo peor sobre la cantidad de energía vital que Edzard había gastado.

"Maldición…" susurró Issei con voz sombría, pensando que su amigo había perdido bastante energía vital.

Los semblantes de todos los miembros del ORC, salvo Koneko, se volvieron sombríos. Pero aquello no duró mucho, pues Koneko dijo algo que los dejó de piedra.

"Su… su energía vital está intacta…" dijo Koneko entre tartamudeos, pues su mente no podía comprender lo que estaba pasando. Lentamente, la pequeña comenzó a alejarse de Edzard, mirándolo como si se tratase de un monstruo, no del tipo que arrasa aldeas por diversión, sino del tipo que escapa a todos los preceptos naturales establecidos.

Las palabras de Koneko los dejaron congelados, pues sus mentes trataban de comprender lo que ocurría. Sin embargo, por mucho que lo intentaban, no podían descifrar la razón por la que la energía de Edzard no se veía afectada por el uso de la espada Gram.

"¿Por qué?" preguntó Rias en shock mientras miraba a Edzard con algo de miedo. "¡¿Por qué la espada Gram no consume tu energía vital?!"

El grito de Rias fue la conjunción de todos los pensamientos de quienes estaban allí. No solo fue la unión de sus pensamientos, sino que también fue una señal que usaron para dar un paso hacia atrás, comenzando a temer a Edzard.

Al ver cómo todos retrocedían ligeramente, el hijo de Akatosh sonrió, encontrando esto divertido. Sin embargo, decidió terminar con todo y, hablando, decidió decirles la verdad.

"Eso es sencillo, Gremory. La espada Gram no consume mi energía vital porque consume mi Magicka." respondió Edzard con una sonrisa, la cual se amplió al ver cómo todos abrían los ojos como platos.

"¿Q-q-q-qué?"

"Lo que oíste. La espada Gram no consume mi energía vital porque consume mi Magicka."

La confirmación de la anterior respuesta hizo que todos se sorprendieran y comenzaran a preguntarle a Edzard cómo eso era posible. La respuesta del hijo de Akatosh había sido simple y concisa… él había doblegado la espada a su voluntad. Esta respuesta causó algo de confusión, por lo que Edzard tuvo que explicar mejor lo que ocurría.

"Verán, las espadas sagradas y demoníacas, para mí, son una especie de objetos semiconscientes. Si bien no pueden hablar, tienen cierta capacidad de cognición, lo que hace que sean capaces de escoger a sus dueños. Por ello, es casi como si estuvieran vivas… así que, cuando me di cuenta de eso, usé mi fuerza de voluntad para someter la espada a mi control. Cuando logré aquello, Gram dejó de intentar robar mi energía vital para comenzar a usar mi Magicka." explicó Edzard, mintiendo en la parte de someter a Gram con su fuerza de voluntad. La verdad era que había usado el Thu'um de someter voluntad para esto, todo con el fin de ahorrar tiempo. Aunque, eso era algo que ellos no necesitaban saber. Tras eso, también decidió decir algo más, algo sobre qué pasaría si no hubiese dominado a Gram. "Aunque, incluso si no hubiese sometido a Gram, tengo energía vital como para usar a Gram una semana a todo poder sin preocuparme por los efectos secundarios."

Lo dicho por Edzard causó diversas reacciones entre los presentes.

"Vaya… e-e-eso es increíble…" dijo Rias con sorpresa, tratando de interiorizar lo que había oído.

"Ara, ara… así que no solo eres capaz de domar a un dragón, también eres capaz de domar espadas peligrosas… me pregunto qué más podrás someter…" dijo Akeno con una sonrisa y un ligero sonrojo, lo cual causó que Edzard se sintiera algo incómodo, pues entendió el segundo significado de sus palabras.

"Increíble…" dijo Irina con los ojos brillando mientras miraba a Edzard. "Realmente tienes una fuerza de voluntad enorme para hacer algo así…"

"No esperaba menos de ti…" dijo Xenovia con una sonrisa de oreja a oreja. "Si fuiste capaz de esto, entonces tus hijos podrán hace- ¡Ump!"

Lo que estaba diciendo la ex exorcista fue detenido rápidamente por Koneko, quien había recibido una señal de Rias y Akeno para hacerlo.

Por su parte, Ravel miraba a Edzard con asombro, incapaz de entender cómo era posible lo que había hecho… aun así, decidió decir algo sobre esto. "E-es increíble… de verdad…"

Gasper solo asintió, pero por dentro estaba asombrado por lo que había hecho Edzard, algo que él pensaba que solo los verdaderos hombres podían hacer. Fue por ello por lo que se deprimió por un segundo, pero luego volvió en sí cuando se dio cuenta de que eso no era lo que un hombre haría. Así que, mirando a Edzard, decidió tomarlo como modelo a seguir para superar sus miedos y ser más fuerte.

Por otro lado, Kiba solo miraba al mejor amigo de Issei con asombro y sorpresa. Lo que él acababa de decir y, supuestamente, hacer era algo que estaba fuera de su capacidad. Eso le hizo darse cuenta de lo lejos que estaba Edzard en comparación de fuerza, lo que comenzó a motivarlo a mejorar más para demostrarle que él también había dominado sus respectivas espadas demoníacas, porque él también tenía espadas demoníacas, más precisamente, las otras espadas que le habían pertenecido a Siegfried antes.

Ya con el asunto de la energía vital de Edzard solucionado, la conversación volvió a su tema original. Fue Issei, quien por extraño que parezca, soltó una frase que resumía lo que todos pensaban tras ver el despliegue de poder de Gram.

"Vaya, supongo que ese ataque debió causar una gran cantidad de daño en ese tal Crom Cruach." dijo Issei con una sonrisa en el rostro.

"Sí, es verdad." respondió Xenovia con una sonrisa, pues Koneko había dejado de taparle la boca. "Estoy segura de que ese poder, sumado a tu fuerza, fue más que suficiente para causarle un gran daño."

El resto de los miembros del ORC dijeron cosas similares, comentando la fuerza y el poder de Edzard. Sin embargo, comenzaron a dejar de decir aquellas cosas cuando vieron que Edzard no respondía de manera positiva.

"¿Ed?" preguntó Issei con preocupación al ver a su amigo en ese estado.

"Haaahh… No le hice gran daño." dijo Edzard mientras soltaba un suspiro, revelando lo que realmente ocurrió con aquel ataque.

"¿Qué?" exclamaron algunos miembros del ORC, mientras el resto permanecía en shock al oír aquello.

"Lo que oyeron. Este ataque estaba impulsado por mi fuerza y fue un ataque directo, pero no le hice mucho daño. Solo un corte ligeramente profundo."

Aquella revelación provocó que todos se quedaran de piedra, sin poder decir nada. Afortunadamente, Ddraig logró comprender ahora por qué Edzard había ido a buscarlo. Aun así, el dragón celestial no entendía lo que ocurría.

[Entiendo… pero lo que dices… es imposible… incluso yo no habría salido así de fácil tras ese ataque…]

La respuesta de Ddraig hizo que Edzard entrecerrara los ojos, abriendo nuevas preguntas.

"¿Estás seguro de que él no tiene una habilidad para resistir las armas asesinas de dragones o para aumentar su resistencia a estas?"

[No, incluso entre todos los dragones malvados, el único que tenía la mayor defensa contra esas armas había sido Grendel, pero él está muerto.]

Al oír esta nueva respuesta, Edzard frunció el ceño y chasqueó la lengua con molestia. Llevándose una mano al mentón, estuvo pensando. Al final, llegó a una sola conclusión.

"Esto quiere decir que ha—"

"Ha obtenido resistencia contra las armas asesinas de dragones de manera artificial." dijo Ravel, interrumpiendo a Edzard y diciendo lo que él quería expresar.

Cuando la hija de la casa Phenex se dio cuenta de lo que había hecho, se sonrojó y estuvo a punto de comenzar a pedir disculpas, pero Edzard no se lo permitió.

"No debes disculparte, llegaste a una buena conclusión. Pero ahora, eso deja una nueva ventana de dudas… ¿Cómo lo hizo? ¿Quién lo está apoyando?"

Las preguntas lanzadas por Edzard no obtuvieron respuesta de inmediato, pero tras unos segundos, Gasper abrió la boca y dijo algo que al ORC le pareció sensato.

"T-tal vez fueron los daedras…" dijo el Dhampir con algo de miedo, pero no tanto como antes.

"¡Es verdad! Puede que esos sujetos estén metidos en esto." dijo rápidamente Issei, quien, junto al resto de los miembros del ORC, miraba a Gasper con orgullo, pues el joven Dhampir comenzaba a dejar de lado sus miedos y ser más activo en conversaciones importantes.

"No, lo dudo." dijo Edzard, llamando la atención de todos los presentes. El joven había oído todo y, cruzando información, llegó a una teoría sobre la resistencia de Crom Cruach.

"¿Qué? ¿Por qué?" preguntó Rias, mirándolo con dudas, pues no entendía por qué los seres extra dimensionales que atacaban este mundo no podían ser los causantes.

"Por esto." dijo Edzard mientras conjuraba una espada.

Ante los ojos de todos los presentes, una katana apareció. La katana medía lo mismo que todas las katanas que habían visto antes, con una guarda de color negro con detalles dorados y una tsuba en forma de serpiente enrollada. Sin embargo, Issei y Ddraig supieron que no era una espada normal cuando Edzard la desenfundó.

"E-e-esa es una espada asesina de dragones." dijo Issei con algo de tartamudeo, pues a diferencia de Gram, esta espada tenía impregnada la esencia de más dragones en su hoja, como si hubiese segado la vida de miles de ellos.

La revelación sorprendió a todos, quienes miraron la espada y llegaron a una conclusión rápida.

"Así que has forjado una espada asesina de dragones." comentó Rias con asombro, algo muy esperado, pues sabía que este tipo de espadas no eran fáciles de crear, pero conocía que Edzard era un herrero más que capaz de hacerlo.

"Sí, la he forjado yo." reveló Edzard, ganándose una ronda de sonidos de sorpresa por parte de los presentes. "Esta espada es una copia de otra llamada «Azote de dragones». Aquella es una espada que tuve en mi poder por unos años y que originalmente pertenecía a los «Cuchillas», una espada que fue creada hace eras… cuando los miembros de aquella orden era cazadores de dragones."

La revelación de que había una espada para cazar dragones originaria de Nirm sorprendió a todos, pero no pudieron hacer o decir nada, pues Edzard comenzó a hablar con Ddraig.

"Ddraig, ¿cómo se siente el aura de esta arma?"

[E-es similar a la de las espadas para matar dragones de este mundo…]

La voz del dragón emperador rojo contenía asombro en grandes cantidades, casi al borde de quedarse absorto.

"Ya veo… eso confirma mi teoría." dijo Edzard, quien tras ello miró al ORC y se dio cuenta de que ellos lo estaban mirando con duda. "Verán, si lo que dice Ddraig es cierto, entonces, tanto los dragones de Nirm como los de este mundo tenemos cosas en común… una de ellas es que las espadas asesinas de dragones son capaces de dañarnos con facilidad."

La revelación de esta debilidad, la cual a palabras del propio Edzard, lo incluían, se sintió como una muestra de confianza hacia los miembros del ORC, quienes se sintieron abrumados por esto. Aun así, decidieron que si Edzard les había confiado esto, ellos no lo mencionarían a otros.

"Entonces, eso quiere decir que los daedras no pueden haber sido, ¿verdad?" concluyó Ravel.

"Así es. Eso deja una entidad que no conocemos…" dijo Edzard, levantando las alarmas de todos los presentes, quienes no supieron cómo entender esto.

"¡Maldición, otro enemigo!" gritó Issei, comenzando a sentirse abrumado por la situación. El joven quería disfrutar de su vida, pero no podía hacerlo por las invasiones daédricas y la Khaos Brigade. Saber que posiblemente había otro enemigo más, lo hizo sentirse abrumado por lo que ocurría.

Las palabras de Issei reflejaron el sentir de los otros miembros del ORC, quienes comenzaron a tener semblantes sombríos.

Al verlos así, Edzard se preocupó de que comenzaran a sufrir los inicios de la fatiga de batalla. Este era un término con el que se había familiarizado tras llegar a este mundo y leer sobre las guerras mundiales. Entendió más fácilmente con esos textos lo que afectaba la mente de los soldados tras las guerras, por ello, sabía que tenía TEPT. Conociendo lo que estaban sintiendo, rápidamente actuó y, sin pensarlo dos veces, dio un fuerte aplauso.

El sonido agudo de aquel aplauso provocó que todos los miembros del ORC se estremecieran y dieran un salto, mirando a Edzard tras ello.

"¡Maldita sea, Ed! ¡No hagas eso de nuevo!" gritó Issei mientras se llevaba una mano al corazón.

"Sí, casi nos matas de un susto." añadió Rias con la mano entre sus pechos.

"Eso no es bueno para el corazón…" dijo Koneko, quien por un segundo estuvo tentada a arañarle el rostro a Edzard.

Al verlos así, Edzard sonrió de manera interna para luego levantarse.

"Sí, sé que no es bueno lo que hice… pero tampoco es bueno que se estresen así. Aunque puede que tengamos un nuevo enemigo, también es posible que sea alguien que ya esté en la Khaos Brigade… así que no se alteren." dijo Edzard con una sonrisa, para luego añadir algo más. "Estoy seguro de que Sirzechs lo mencionará dentro de poco, pero al parecer habrá un lapso de tiempo en el que los daedras no nos atacarán."

Las palabras de Edzard provocaron que todos sonrieran con alivio.

"¡Sí, al fin un tiempo de paz para disfrutar del oppai!" gritó Issei, levantándose de un salto y levantando un puño al cielo, mostrando una sonrisa de alegría que Edzard no había visto en mucho tiempo.

La exclamación de Issei hizo reír a sus compañeros, quienes también estaban contentos de saber esto.

"Edzard-sama." preguntó Akeno.

"Sí."

"¿Sabe cuánto tiempo durará esta paz?" preguntó la hija de Baraqiel.

"Por lo que sabemos, unos seis meses… o al menos eso estiman mis fuentes. Pueden ser más o menos meses. Aunque, calculando, las pérdidas que han sufrido tanto Bal como Dagon en su guerra entre ellos han hecho que no tengan asociados aquí. Eso, sumado al desgaste de sus propias fuerzas daédricas, nos da un respiro…"

"Ya veo…"

"Sí, bueno… los dejo. Tengo que volver a casa. Mi familia está por llegar." dijo Edzard, llamando la atención de todos.

"¿Llegar? ¿Se fueron a algún lado?" preguntó Issei con curiosidad.

"Sí, de hecho, eso me recuerda que debo darles esto." dijo Edzard con una sonrisa mientras sacaba las invitaciones para el cumpleaños de Marie y Kunou.

"Esto es…" dijo Issei mirando la invitación con sorpresa en sus ojos.

"Así es, están invitados a la fiesta de mis hijas." dijo Edzard con una sonrisa, para luego agregar algo más. "Y sobre lo de Crom Cruach, no se preocupen tanto. Lo comentaré al resto de los líderes de facciones. Puede que ellos tengan algo que me ayude a buscar respuestas. Así que, cuídense y prepárense para la fiesta… es con atuendo formal."

Tras aquellas palabras, Edzard se despidió y se fue del lugar de la misma forma que había llegado.


Tras cruzar el portal de su Shadowkey, Edzard llegó a su palacio y, con pasos tranquilos, comenzó a caminar para dirigirse hacia donde seguramente estaba su familia. Sin embargo, antes de llegar, fue interceptado por Emilie, quien al verlo le dijo que Asia quería hablar con él en el jardín.

Al oír esto, se sorprendió, pues pensó que su esposa estaría con el resto de su familia. Sin embargo, encogiéndose de hombros, asintió y se dirigió hacia el jardín. Cuando llegó, vio a su esposa sentada en una de las tantas bancas con sombrilla que había allí.

"Hola." saludó Edzard al llegar junto a su esposa.

"Hola, Ed." respondió Asia al saludo, para luego levantarse y besarlo.

El beso que compartieron fue largo y tierno. Cuando se separaron, ambos se sentaron en una de las tantas bancas que por allí había.

"Emilie me dijo que querías hablar conmigo de algo… ¿Qué sucede?" preguntó Edzard, mirando a su esposa a los ojos.

La primera respuesta de Asia fue desviar la vista, pero unos segundos después, soltó un suspiro. Este suspiro fue largo y profundo, algo que confundió y preocupó a Edzard, pues sabía que su esposa solo hacía ese tipo de suspiros cuando tenía que hablar de algo incómodo como…

'Oh, mierda… No me digas que…' pensó Edzard, entendiendo lo que estaba por venir.

"Ed, tenemos que hablar de Rossweisse y de Ingvild."


Nota de autor:

A los que han llegado hasta aquí, Gracias por leer.

Y finalmente el capítulo 74 está listo.

He tenido nos pocos problemas para escribir por temas de tiempo, pero eso no me va a detener.

Bueno, entremos de lleno a la historia. Como se ve, estamos observando como es que Karna se ha "unido" a Edzard como su subordinado, algo que espero deje a entender lo que posiblemente sucederá en el futuro en relación con el Dovahkiin y las facciones de DxD.

También, se observa una conversación entre el Dovahkiin y el ORC, donde el va a preguntarle a Ddraig si sabe sobre Crom Cruach, después de todo, el tema con su nueva resistencia a las armas asesinas de dragones es algo que llamaría mucho la atención de cualquier que tuviese dos dedos de frente.

Bueno, me disculpo por cualquier error ortográfico. No se olviden de dejar un review si les gustó el capítulo o si hay alguna cosa que necesite mejorar o si tienen alguna duda sobre la historia. Además, cualquier consejo constructivo es bienvenido. Sin nada más que decir, hasta el próximo capitulo.