Atención: Pokemón no me pertenece.


Al abrir los ojos, Norberto se encontró una vez más en el luminoso y fantástico mundo de sus sueños. El sol se filtraba a través de las frondosas copas de los árboles, creando un mosaico de luz y sombra en el suelo. Miró hacia abajo y sonrió al ver sus patas de Riolu, recordando que estaba en un lugar donde la realidad se mezclaba con la fantasía.

Mientras se adaptaba a su forma, notó a un pequeño pájaro, un Natu, observándolo desde una rama cercana.

—Hola, pequeño —saludó, acercándose con curiosidad.

lo miró atónita, sus ojos parecían inusuales en expresividad. —Hola —respondió con una voz semejante a la humana. —¿Eres un Riolu real?

Norberto se detuvo, sorprendido por la respuesta. —Bueno, en realidad soy humano. Esto es solo en mis sueños. ¿Y tú?

Hubo un momento de silencio antes de que el Natu respondiera. —Yo también soy humana. En la realidad, me llamo Natalia.

La revelación dejó a Norberto sorprendido. —¿En serio? Me llamo Norberto. Nunca había conocido a alguien que... bueno, que experimentara lo mismo.

Natalia, aún en su forma de Natu, saltó al suelo. —Yo tampoco. Siempre pensé que era la única. Esto es increíble.

Ambos se miraron, compartiendo un momento de asombro y comprensión. Era la primera vez que Norberto encontraba a otro humano que compartía su experiencia única de convertirse en Pokémon en sus sueños.

—¿Cómo es ser un Natu? —preguntó Norberto, su curiosidad despertada.

—Es fascinante —respondió Natalia. —Tengo una perspectiva diferente del mundo desde aquí abajo. Y tú, ¿qué se siente al ser un Riolu?

—Es una sensación de libertad y fuerza que no tengo en mi vida normal —explicó Norberto, moviendo sus patas de Riolu. —Y este mundo... es como vivir en una aventura constante.

—Exactamente —dijo Natalia con una sonrisa. —Es una escapada de la realidad. ¿Qué te parece si exploramos juntos? Podríamos compartir nuestras experiencias humanas y Pokémon.

—Me encantaría —respondió Norberto, emocionado por la idea.

Enseguida Norberto y Natalia, en sus formas de Riolu y Natu respectivamente, comenzaban a explorar juntos, una figura se acercó a ellos. Era una Numel de color negro inusual, que se movía con una tranquilidad y gracia que contrastaba con su apariencia robusta.

—Oh, espera, Norberto —dijo Natalia, deteniéndose. —Quiero que conozcas a alguien especial. Ella es Obsidiana, pero le decimos Diana de cariño.

La Numel, ahora conocida como Diana, los miró con ojos amables y emitió un sonido suave y acogedor. —Hola, soy Diana. ¿Y quién eres tú?

El tipo lucha, sorprendido por la nueva presencia, sonrió. —Es un placer conocerte, Diana.

—Diana ha sido una gran amiga para mí, ella me salvo de un grupo de Magmortar agresivos en mi primer día siendo una Natu —explicó Natalia. —Aunque no es humana como nosotros, tiene una comprensión increíble de este mundo.

—Igualmente, Norberto —respondió Obsidiana con una voz calmada. —Este mundo puede ser un lugar solitario para aquellos que son diferentes. Me alegra que hayan encontrado compañía el uno en el otro.

Natalia asintió. —Diana conoce todos los secretos y lugares maravillosos aquí. Nos ha ayudado mucho a entender este mundo.

—¿Nos podrías mostrar algunos de esos lugares, Diana? —preguntó Norberto, emocionado por la idea.

—Por supuesto —respondió Diana, empezando a caminar. —Hay mucho que explorar y aprender. Un buen lugar para empezar es ciudad canal. Es un lugar cerca de aquí, con un enorme puente elevadizo que cruza un gigantesco rio.

Todos aceptaron la idea y empezaron a caminar, Norberto se maravillaba de la belleza del paisaje y la amistad que había encontrado. Natalia y Diana compartían historias y aventuras, llenando el aire con un sentimiento de camaradería y descubrimiento.

Justo cuando el trio de aventureros se disponían a dirigirse a su destino, una figura familiar apareció corriendo hacia ellos. Era Rihanna, una Riolu a quien Norberto conocía bien y había salvado de un río embravecido en su aventura del día anterior.

—¡Norberto! —exclamó Rihanna con una familiaridad y un entusiasmo que reflejaban la estrecha amistad entre ellos. —¡Qué alegría verte! Aún no te he agradecido por lo de ayer. Eres increíble, como me salvaste de esa poderosa Absol.

Norberto sonrió ampliamente. —¡Rihanna! Siempre es un placer ayudar a una amiga. Me alegra que estés bien.

—Y yo soy Natalia, pero aquí me llamo Natu —se presentó Natalia, observando la cálida interacción. —Y ella es Diana, nuestra amiga Numel.

Saludó con un suave sonido. —Es un placer conocerte, Rihanna.

Respondió con una sonrisa radiante. —¡Hola a ambas! Si son amigas de Norberto, también son mis amigas. Este lugar es fantástico, ¿verdad? Siempre hay algo nuevo que explorar.

—Estábamos a punto de ir a Ciudad Canal —dijo Norberto, invitando a Rihanna a unirse a ellos. —¿Te gustaría venir con nosotros?

—¡Por supuesto! No hay nada que me gustaría más que explorar con ustedes —respondió Rihanna, entusiasmada.

El grupo, ahora más grande y alegre, comenzó su camino hacia Ciudad Canal. La conversación entre ellos era fácil y llena de risas, compartiendo experiencias y anécdotas. El tipo lucha se sentía afortunado de tener amigas como ellas en este mundo de ensueño. El ambiente estaba lleno de entusiasmo y camaradería. Los cuatro avanzaban a un ritmo alegre, disfrutando de la belleza del mundo Pokémon que los rodeaba.

—¿Han estado alguna vez en Ciudad Canal? —preguntó Norberto, mirando a sus amigas.

—Yo no, pero siempre he querido ir —respondió Natalia. —He oído que es un lugar increíble, con canales de agua cristalina y mercados coloridos.

Diana, la Numel, asintió. —Es uno de los lugares más hermosos de este mundo. Los canales reflejan el cielo como un espejo, y hay Pokémon de agua por todas partes.

Rihanna se acercó a Norberto, una sonrisa juguetona en su rostro. —La última vez que estuvimos juntos, terminamos salvando a un grupo de Bidoof bobos de una corriente fuerte. ¡Espero que esta vez sea un poco más relajado!

Norberto rió. —Sí, esa fue toda una aventura. Pero con ustedes a mi lado, siento que podemos enfrentar cualquier cosa.

—Exactamente —dijo Natalia con una sonrisa. —Es increíble cómo nos hemos encontrado en este mundo de ensueño. A veces me pregunto si hay otros como nosotros.

—Podría ser —contestó Diana pensativamente. —Este mundo está lleno de misterios. Quizás hay más humanos viviendo aventuras aquí en sus sueños.

—Eso sería fascinante —dijo Rihanna, mirando al horizonte. —Pero por ahora, estoy feliz de tener esta pequeña familia de aventureros.

—Hablando de aventuras, ¿qué esperan encontrar en Ciudad Canal? —preguntó Norberto, curioso por saber más sobre sus amigas.

—Quiero ver los mercados —dijo Natalia. —Dicen que venden todo tipo de bayas raras y objetos Pokémon.

—Y yo quiero ver los Pokémon de agua —añadió Rihanna. —Siempre he sentido una conexión especial con ellos —hecho unas carcajadas— aunque no soy buena nadadora, que ironía.

Obsidiana miró a Norberto. —¿Y tú, Norberto? ¿Qué esperas encontrar?

Norberto reflexionó por un momento. —Creo que solo quiero disfrutar del viaje con ustedes. Cada día aquí es una oportunidad para descubrir algo nuevo y fortalecer nuestra amistad.

El grupo continuó su camino, charlando y compartiendo risas. La anticipación por las maravillas de Ciudad Canal crecía con cada paso, pero lo que en verdad valoraban era la compañía el uno del otro.

En su caminar tuvieron el infortunio de encontrarse con una figura siniestra que hizo que Rihanna retrocediera de manera instintiva detrás de sus amigos. Era Axel, un hombre con una mirada fría y calculadora, acompañado por dos Pokémon: una intimidante Houndoom hembra llamada Ceniza y una majestuosa Espeon conocida como Samantha.

—Ese es Axel —susurró Rihanna, su voz temblorosa. —Fue mi anterior entrenador —con pavor— Intentó cocinarme... logré escapar por poco.

Axel se acercó, fijando sus ojos de inmediato en Rihanna. Una sonrisa maliciosa se dibujó en su rostro.

—Qué coincidencia encontrar aquí a mi escurridiza Riolu —dijo Axel con tono burlón. —Parece que finalmente te he encontrado de nuevo.

Norberto y sus amigos se colocaron frente a Rihanna en actitud protectora. —Ella no irá contigo —declaró Norberto con firmeza, colocándose enfrente de la Riolu en posición de ataque.

—Eso lo veremos —respondió Axel. —No dejaré escapar una oportunidad tan exquisita como esta otra vez.

Axel hizo una señal, y Ceniza gruñó amenazadoramente, mientras Samantha se preparaban para el combate.

—No permitiremos que te la lleves —dijo Natalia, con una voz llena de decisión.

—Protegeremos a Rihanna a toda costa —afirmó Diana, lista para defender a su amiga.

Rihanna, conmovida por el apoyo de sus amigos, asintió. —Gracias a todos. No sé qué haría sin ustedes.

Axel avanzó un paso, pero Norberto y su grupo estaban preparados. Sabían que debían actuar juntos para proteger a Rihanna y prevenir que realizara su macabro secuestro.

La tensión era palpable cuando con una mirada determinada, sacó una Mega Piedra, preparándose para mega-evolucionar a su imponente Houndoom. Consciente del peligro inminente, se puso en posición de combate, listo para usar sus habilidades de Riolu: Palmeo, Copión y Contrataque.

Con un gesto dramático, activó la mega-evolución, y la tipo siniestro-fuego se transformó, adquiriendo un aspecto aún más amenazador y poderoso. Norberto sabía que esta batalla requeriría toda su habilidad y astucia.

—¡No hay tiempo que perder! —exclamó Norberto, avanzando hacia Ceniza.

Natalia, Diana y Rihanna observaban, listas para apoyar si era necesario. Ceniza atacó primero con un feroz Llamarada. Norberto utilizó Palmeo, generando ondas de choque para dispersar las llamas y crear una apertura para su ataque.

Impresionado, pero aún confiado, instó a Ceniza a intensificar su asalto. La Mega-Houndoom lanzó una ráfaga de fuego. Norberto, recordando su movimiento Copión, imitó el rugido de Ceniza, enfrentando la intensidad del ataque con el suyo.

La batalla se intensificaba, con Ceniza y Norberto intercambiando ataques y contraataques. Axel animaba a Ceniza a atacar con movimientos físicos, Observando que el Riolu se la jugaba a la defensiva.

—¡Ahora, Ceniza! ¡Usa Colmillo Ígneo! —gritó Axel.

Se abalanzó hacia Norberto con sus fauces ardientes. Esta vez, Norberto estaba listo. Justo cuando su contricante estaba a punto de alcanzarlo, activó Contrataque, utilizando la fuerza del ataque físico de Ceniza en su contra y redirigiéndola con un poderoso golpe.

La tipo siniestro-fuego retrocedió, sorprendida por la efectividad del Contrataque. Norberto no perdió tiempo y siguió con una serie de rápidos movimientos, usando Palmeo para desorientar y Copión para imitar y anticipar los ataques de Ceniza.

Viendo que la marea de la batalla cambiaba, El sorprendido Axel instó a Ceniza a ser más agresiva. Pero Norberto, impulsado por el apoyo de sus amigos y su propia determinación, esquivó y contrarrestó cada ataque.

Con un movimiento final, Norberto usó Palmeo directamente contra Ceniza, aprovechando un momento de debilidad en su defensa. La onda de choque fue suficiente para desequilibrar a la Mega-Houndoom, poniendo fin a la batalla.

—¿Qué fue eso? —Se quedó sorprendido de que la batalla terminara de manera abrupta; bajando la guardia.

—Perfecto… hazlo. —Sentenció el cocinero con una macabra sonrisa.

Tras su victoria sobre Ceniza, el grupo se encontró en una situación peligrosa cuando la elegante Espeon de Axel, atacó con una velocidad y poder impresionantes. Norberto, ya debilitado por el ataque sorpresa, no podía más que observar, mientras sus amigas intentaban defenderse.

Samantha, con una agilidad impresionante, logró superar las defensas de Natalia y Diana, dejándolas debilitadas con una serie de ataques psíquicos y mágicos precisos y poderosos. Natalia, en su forma de Natu, cayó primero, seguida por Diana, cuya resistencia de Numel no fue suficiente ante la potencia de la evolución de eevee de tipo psíquico.

Rihanna, a pesar de sus esfuerzos por contraatacar y proteger a sus amigas, se encontró en una situación desventajosa. Axel, aprovechando el caos, se acercó con sigilo y, con una Poké Ball en mano, capturó a Rihanna, quien estaba distraída y preocupada por sus amigas caídas.

—¡Rihanna! —gritó Norberto, intentando levantarse, pero su cuerpo no respondía debido a la debilidad.

Axel sonrió triunfante, sosteniendo la Poké Ball de Rihanna. —Finalmente, recuperé lo que era mío. Esta Riolu será la clave para mis planes culinarios.

Con sus amigos incapacitados y Rihanna capturada, Norberto se sintió impotente y desesperado. La situación se había tornado de una aventura emocionante a una pesadilla.

—¡No te saldrás con la tuya, Axel! —exclamó Norberto, aunque sus palabras sonaban vacías en su estado debilitado.

Axel, con Samantha a su lado, se alejó con una risa malévola, dejando a Norberto y a sus amigas debilitadas y derrotadas. Ciudad Canal, que una vez representó un destino de aventuras y descubrimientos, ahora era un recordatorio del peligro que enfrentaban en este mundo de ensueño.

Norberto, lleno de preocupación por Rihanna y sus amigas, sabía que debía encontrar la manera de rescatar a Rihanna y proteger a los demás. La batalla había terminado, pero la lucha por la seguridad y la libertad de sus amigos apenas comenzaba.

Tras la huida de Axel, los tres amigos se reunieron en un lugar seguro para discutir la alarmante situación. La captura de su amiga había dejado un vacío en el grupo, y la urgencia de encontrar una solución era palpable.

Norberto, con un tono de voz marcado por la preocupación, rompió el silencio: —No podemos dejar que ese tipo se salga con la suya. Tenemos que encontrar a Rihanna lo antes posible.

Natalia, volando cerca de ellos, asintió enérgicamente. —Sí, pero ¿cómo podemos rastrearla? Axel podría estar en cualquier lugar, y no sabemos qué está planeando hacer con ella.

—Exacto —volvió a escanear el área a su alrededor mediante el aura— se alejaron bastante, no logró localizarla bien, pero siguen dentro del bosque, probablemente al otro lado, apenas logro percibirla.

Obsidiana, acostada en el suelo, miró a su alrededor, pensativa. —Tal vez podamos pedir ayuda a otros Pokémon del área. Alguien debe haber visto hacia dónde se dirigía Axel.

—Buena idea, Diana —respondió Norberto. —Además, deberíamos intentar averiguar más sobre Axel. Si entendemos sus motivaciones, podríamos predecir sus movimientos.

—Cierto —dijo Natalia, con un tono de voz que reflejaba su determinación. —Mientras más sepamos, mejor preparados estaremos para enfrentarlo y salvar a Rihanna.

—Y no debemos olvidar estar atentos a cualquier señal de Rihanna —agregó Norberto. —Ella es fuerte y astuta. Si hay alguna manera de comunicarse con nosotros o de dejarnos alguna pista, lo hará.

—Entonces, ¿nuestro plan es dividirnos y buscar información? —preguntó Diana, lista para actuar.

—Sí, pero debemos ser cautelosos —advirtió Norberto. —Axel ya demostró ser peligroso, y no sabemos qué otros Pokémon podría tener a su disposición.

—Entendido. Mantengámonos en contacto y compartamos cualquier información que encontremos —dijo Natalia, mientras se preparaban para partir en diferentes direcciones.

Con un sentimiento de unidad y propósito, Norberto, Natalia y Diana comenzaron su búsqueda, cada uno siguiendo diferentes rutas, pero todos movidos por el mismo objetivo: encontrar a Rihanna y traerla de vuelta a salvo. En sus corazones, una mezcla de temor y esperanza les recordaba la importancia de su misión y la fuerza de su amistad.

Más tarde, mientras Norberto, Natalia y Diana continuaban su búsqueda, un Staravia se acercó con rapidez. Se posó ante ellos, mostrando claras señales de tener información crucial.

—¿Qué ocurre, Staravia? —preguntó Norberto al ver la actitud agitada del ave.

Staravia, con trinos y gestos, intentaba comunicar un mensaje. A pesar de no comprender el lenguaje Pokémon a la perfección, el grupo captó la esencia gracias a las señales del ave.

—Parece que sabe dónde encontrar a Axel —dijo Natalia, interpretando los movimientos de Staravia.

—Sabe el lugar donde tiene a Rihanna —añadió Diana, siendo ella la única Pokémon real del grupo.

Acto seguido, Staravia voló hacia una dirección específica, instando al grupo a seguirlo.

—Debe ser allí donde Axel esconde a Rihanna —concluyó Norberto, preparándose para partir.

El grupo siguió a Staravia, cruzando un paisaje variado. Con cada paso, crecía la tensión, sabiendo que se acercaban a un posible enfrentamiento con Axel.

Al llegar, Staravia señaló hacia un campamento oculto entre los árboles. Allí, vieron al malvado cocinero moviéndose con tranquilidad.

—Allí está —susurró Natalia, observando con precaución.

—Debemos ser cautelosos, podría haber trampas —advirtió Diana.

Norberto asintió, agradeciendo a Staravia con una mirada. —Vamos a salvar a Rihanna.

Con un plan y un objetivo claro, Norberto, Natalia y Diana se prepararon para acercarse al campamento de Axel, listos para el desafío y decididos a rescatar a su amiga.

En un campamento oculto en medio del bosque, el cocinero, estaba ocupado con sus preparativos culinarios. En una esquina del campamento, una jaula contenía a Rihanna, la Riolu capturada, quien miraba con ansiedad y miedo. Junto a ella, una parvada de Starly también estaba encerrada, todos sacudiendo las alas muerto del miedo.

—Pronto seran el ingrediente estrella de mi nueva receta —declaró Axel con una sonrisa maliciosa, observando a los Pokémon encerrados.

Rihanna miraba a su alrededor, buscando alguna forma de escapar, pero la jaula era robusta y no dejaba espacio para la huida. Los Starly, igualmente atrapados, se movían nerviosamente, buscando una salida.

Mientras Axel se alejaba para continuar con sus preparativos, Rihanna se acercó a los Starly, intentando calmarlos con suaves sonidos. A pesar de su propia angustia, trataba de mantener la esperanza, recordando a sus amigos y confiando en que vendrían a rescatarla.

Desde la distancia, ocultos entre la vegetación, el grupo de amigos observaban el campamento. Veían a Rihanna y los Starly en la jaula, y la figura de Axel moviéndose con confianza.

—Tenemos que encontrar una manera de liberar a Rihanna y a esos Starly sin alertar a Axel —susurró Norberto, evaluando la situación.

—Podríamos crear una distracción —sugirió Diana. —Algo que aleje a Axel de la jaula.

—Y luego uno de nosotros podría acercarse sigilosamente y liberar a Rihanna y a los Starly —añadió Natalia, mirando hacia el campamento con determinación.

Con un plan en mente, el grupo se preparó para actuar. Sabían que tenían que ser rápidos y cuidadosos para evitar ser detectados por Axel y salvar a sus amigos Pokémon. La tensión era alta, pero la resolución del grupo de amigos era firme. Estaban listos para hacer lo que fuera necesario para poner fin a los planes de Axel y llevar a Rihanna y a los Starly a un lugar seguro.

—Un momento —Volvió a usar sus sensores dándose cuenta que no estaban tan solo como esperaban— estamos en problemas.

En el campamento de Axel, la seguridad era mayor de lo esperado. Un Charmeleon y un Torchic patrullaban el área, mientras Ceniza y Samantha vigilaban a los rehenes.

—Esto complica las cosas —dijo Norberto al observar a los Pokémon patrulleros. —Charmeleon y Torchic están al tanto de todo movimiento.

—Y ahí están Ceniza y Samantha, custodiando a Rihanna y los Starly —añadió Diana, señalando hacia la jaula.

—Necesitamos una distracción para esos guardias —propuso Natalia. —Algo que los aleje de aquí.

Norberto asintió. —Quizás podamos usar el entorno para crear un ruido o un movimiento.

—Puedo provocar una pequeña caída de rocas en el otro lado —sugirió Diana. —Eso debería distraerlos.

—Mientras haces eso, Natalia y yo iremos a la jaula —dijo Norberto. —Si liberamos a Rihanna y los Starly antes de que Ceniza y Samantha reaccionen, podremos huir.

Diana se movió para preparar la distracción, mientras Norberto y Natalia esperaban el momento justo.

El ruido de las rocas funcionó. Charmeleon y Torchic se desplazaron para investigar, dejando el campamento menos custodiado. Norberto y Natalia aprovecharon la oportunidad y se acercaron a la jaula.

Mientras Norberto y Natalia se aproximaban a la jaula donde estaban retenidos Rihanna y los Starly, Ceniza y Samantha, atentos, notaron su presencia. Al instante, la Houndoom desató una llamarada hacia ellos, mientras la Espeon lanzó un ataque psíquico.

—¡Cuidado! —advirtió Norberto, pero fue tarde. El ataque de Samantha alcanzó a Natalia, lanzándola contra un árbol cercano.

Norberto, esquivando parcialmente el fuego, se preocupó por Natalia. —¿Estás bien?

Natalia se levantó, algo lastimada. —Sí, sigue adelante.

Norberto intentó llegar a la jaula para liberar a Rihanna, pero Ceniza se interpuso, gruñendo ferozmente. Samantha se mantuvo en guardia, lista para enfrentar a Natalia.

—No podemos detenernos ahora —dijo Norberto, enfrentando a Ceniza.

Natalia, recuperándose, se unió a él, lista para el próximo ataque. La situación era crítica, con los Pokémon de Axel defendiéndose con agresividad.

En un campo de batalla iluminado por los tenues rayos del sol que se filtraban a través de las copas de los árboles, Norberto y Natalia se enfrentaban a Samantha y Ceniza, los poderosos Pokémon de Axel. La tensión era palpable, y cada combatiente se preparaba para una confrontación que prometía ser única.

Norberto, como Riolu, se concentraba en Ceniza, la Houndoom de aspecto imponente. Conocía sus movimientos: Copión, Contrataque, y Palmeo, y estaba listo para utilizarlas de manera estratégica. Frente a él, Natalia, convertida en Natu, se enfrentaba a Samantha, la Espeon, con sus ataques de Paz Mental, Psicocarga, Tajo Aéreo y Respiro. El enfrentamiento estaba a punto de comenzar.

Ceniza inició la batalla con una potente Llamarada, un torrente de fuego dirigido hacia Norberto. Con una agilidad impresionante, Norberto esquivó y respondió con Copión, lanzando una llamarada similar. Ceniza, aunque sorprendida, no se detuvo y atacó con Colmillo Ígneo, pero su contrincante, anticipándose, utilizó Contrataque, devolviendo el golpe con mayor fuerza.

Al mismo tiempo, Natalia y Samantha intercambiaban ataques psíquicos y otros especiales. Natalia comenzó con Paz Mental, aumentando su concentración y fortaleza. Samantha, no dispuesta a ceder, lanzó un poderoso ataque Psíquico, pero Natalia lo esquivó ágilmente y contraatacó con Psicocarga. La batalla entre ellas era un despliegue de habilidades psíquicas y físicas, con cada una buscando una ventaja sobre la otra, la Espeon puso un Reflejo para apoyar a su compañera.

Mientras Norberto y Ceniza continuaban su intercambio, Ceniza usó Bomba Lodo, intentando desorientar a su oponente con una explosión de barro. Norberto, con sus sentidos agudizados, logró evitar el ataque y, aprovechando el momento de distracción de su adversaria, lanzó un poderoso Palmeo, generando una onda de choque que desestabilizó a la Houndoom.

Samantha, viendo la situación, intentó apoyar a Ceniza usando Brillo Mágico, buscando cegar por unos momentos a Norberto. Natalia, aprovecho la oportunidad, usó Respiro para recuperarse en un dos por tres y lanzó un Tajo Aéreo en respuesta, golpeando a Samantha con precisión, aunque esta recurrió a su Sol matinal para recuperar fuerzas.

La intensidad de la batalla aumentaba a medida que cada Pokémon utilizaba sus habilidades al máximo. Norberto y Natalia, coordinando sus esfuerzos, comenzaban a tomar la delantera. El Riolu, con una serie de movimientos rápidos, mantenía a Ceniza a raya, mientras que Natalia, recuperada por completo, desplegaba todo su poder psíquico contra Samantha.

En un momento crucial, la tipo siniestro-fuego intentó sorprender a Norberto con Pulso Umbrío. Sin embargo, este, utilizando su movimiento de Copión, replicó el ataque, creando un impacto igualado entre ambos. Por otro lado, Natalia, concentrada y potenciada por Paz Mental, lanzó una Psicocarga masiva contra Samantha, quien apenas logró usar Reflejo para defenderse.

La batalla alcanzó su punto álgido. Norberto y Natalia, unidos por su amistad y determinación, lanzaron una combinación de ataques hacia sus adversarias. Norberto, con un Palmeo final, y Natalia, con un último Tajo Aéreo, lograron superar las defensas de Ceniza y Samantha.

Con un estruendo final, Ceniza y Samantha cayeron al suelo, derrotadas por la impresionante sinergia y ataques de sus contrincantes. Exhaustos, pero triunfantes, Norberto y Natalia se felicitaron mutuamente, conscientes de que su trabajo en equipo y su fuerte lazo de amistad habían sido clave para superar a sus formidables adversarios.

Durante la intensa batalla, la intensidad de los enfrentamientos era tal que nadie se percató de las consecuencias de los ataques perdidos. Mientras las llamas y chispas errantes de Llamarada y Colmillo Ígneo se dispersaban en el entorno, pequeños fuegos comenzaron a prender en el bosque circundante. concentración estaban centradas en exclusivo en los movimientos y estrategias de combate. Se lanzaban con ferocidad y con precisión tal vez. Sin embargo, no todos los ataques alcanzaban su objetivo; algunos erraban y golpeaban el entorno boscoso circundante. En un inicio, estas llamas parecían fallidos parecían inofensivos, simples chispas y llamas pequeñas que se extinguían con rapidez al contacto con el suelo o la vegetación húmeda.

Nadie en la batalla, inmerso en el combate, notó estos pequeños fuegos. Estaban demasiado enfocados en la lucha, en evitar o salvar a Rihanna, y en evitar ser heridos o derrotados. A medida que la batalla continuaba, las chispas de los ataques de fuego de Ceniza o las agresiones copiadas de Norberto encontraron materiales más susceptibles. Hojas secas, ramas caídas y matorrales comenzaron a arder con lentitud al comienzo, alimentados por el calor residual de los ataques. Estas pequeñas llamas, desapercibidas por los combatientes, comenzaron a crecer en silencio, avivadas por la brisa suave del bosque, porque estos fuegos menores encontraron alimento, creciendo con lentitud, pero de manera constante. Lo que empezó como incidentes aislados pronto se convirtió en un incendio forestal que empezó a extenderse por el área

El incendio comenzó a expandirse de manera gradual pero constante. Lo que empezó como una serie de brasas sin importancia pronto se convirtió en un fuego más significativo. Las llamas se extendieron, alcanzando árboles cercanos y propagándose por el suelo cubierto de hojarasca.

No fue hasta que la batalla concluyó, cuando los vencedores se dieron cuenta del peligro que los rodeaba, el fuego ya se había expandido por donde se dejara. Mientras se apresuraron a liberar a Rihanna y a los Starly, cada vez más empezaron a sentir el calor creciente y a ver el brillo de las llamas que se extendían por el bosque. El humo empezó a llenar el aire, haciéndoles toser y dificultando la respiración.

—¡Un incendio! —exclamó Natalia, señalando hacia las llamas que se extendían rápidamente. —¡Tenemos que hacer algo!

Norberto, alarmado, miró a su alrededor, buscando una forma de detener el fuego. —Necesitamos evacuar a todos los Pokémon del área y buscar ayuda. ¡Rápido!

Fue en ese momento crítico cuando Axel, aprovechando la distracción y el caos provocado por el incendio se dio cuenta de los intrusos, vio su oportunidad para escapar ahora que podía. Con Rihanna aún bajo su control la devolvió dentro de su Pokéball, se deslizó con sigilo entre el humo y las llamas, huyendo del lugar del combate. Su figura se perdía entre la inmensa cortina negra, dejando atrás a los intrusos y a los Starly, quienes ahora enfrentaban una nueva urgencia: el incendio forestal.

Norberto y Natalia, aunque victoriosos, se encontraron en una situación desesperada. No solo habían perdido la oportunidad de rescatar a Rihanna de las garras de Axel, sino que tenían que lidiar con el incendio que amenazaba el bosque y sus habitantes.

—¡Axel se ha llevado a Rihanna! —gritó Natalia, alarmada al darse cuenta de la ausencia de su amiga.

—¡Y tenemos un incendio que controlar! —añadió Norberto, mirando con preocupación las llamas que crecían. —¡Necesitamos evacuar a todos los Pokémon y buscar ayuda para apagar el fuego!

Con rapidez y determinación, se pusieron en marcha, guiando a los Pokémon a un lugar seguro y buscando la manera de detener el incendio. Mientras se alejaban del fuego, la preocupación por Rihanna y la urgencia de la situación los impulsaba a actuar con rapidez. Sabían que, después de lidiar con el incendio, su próxima misión sería encontrar a Axel y rescatar a su amiga.

Ceniza, la imponente Houndoom, yacía en el suelo del bosque, debilitada por la intensa batalla. A su alrededor, el fuego crecía, alimentado por los ataques perdidos y la vegetación seca del bosque. A pesar del dolor que recorría su cuerpo y la debilidad que sentía tras el combate, sus instintos se apoderaron de ella. Consciente del peligro que representaban las llamas que se acercaban, sabía que debía levantarse y huir para salvar su vida. A su alrededor, el incendio se extendía con rapidez, avivadas por los ataques de fuego que con ironía ella provocó. El calor del incendio se hacía cada vez más intenso, y el humo empezaba a llenar el aire, dificultando la respiración.

Con cada respiración dolorosa, reuniendo las pocas fuerzas que le quedaban, Ceniza se puso de pie con esfuerzo. Cada movimiento era una lucha contra el dolor y el agotamiento, pero la urgencia del incendio forestal no le dejaba opción. Sentía la urgencia de levantarse y escapar de las llamas que amenazaban con consumir todo a su paso. A pesar de su debilidad y el dolor que recorría su cuerpo, la determinación de sobrevivir la impulsaba. Con un esfuerzo titánico, logró ponerse en pie, temblorosa pero resuelta.

Mientras se alejaba cojeando, echó una última mirada a Samantha, su compañera de batalla, aún inconsciente en el suelo. Por un breve momento, Ceniza vaciló, debatiéndose entre la lealtad a su compañera y el instinto de supervivencia. A pesar del vínculo que compartían como Pokémon de Axel, la situación desesperada y la necesidad de supervivencia forzaron a tomar la difícil decisión de dejarla. A fin de cuentas, la necesidad de escapar del fuego inminente se impuso. Con un último vistazo a la Espeon, la Houndoom comenzó a correr, alejándose del peligro.

Con cada paso, con un gruñido de dolor, determinación y fatiga la acosaban. Avanzó a través del humo y las llamas, alejándose del incendio. pero su voluntad de sobrevivir era más fuerte. Abandonando a su amiga en el bosque en llamas, se adentró en la espesura, desapareciendo entre el humo y las sombras, impulsada por su instinto primordial de supervivencia. Su lealtad a Axel la impulsaba mientras el bosque ardía a su alrededor, era una lucha solitaria por la vida, un camino incierto marcada por la traición y el abandono.

Diana, se encontraba en una situación complicada. En su intento de ayudar de los Pokémon del bosque para sacarlos del incendio, se había aventurado demasiado cerca de las llamas. El fuego, avivado por el alimento de la combustión, se había expandido como si hubiera ocurrido una fuerte explosion, cortando su ruta de escape. Rodeada por el calor y el humo, la numel se sintió abrumada y en peligro. A pesar de ser de tipo fuego-tierra, sabía que su resistencia tenía límites.

El calor sofocante y la inmensa como espesa cortina negra dificultaban su respiración, y las brasas amenazaba con alcanzarla. Se esforzaba por mantener la calma, consciente de que el pánico solo empeoraría las cosas. intentó retroceder, buscando un camino seguro por donde escapar, pero las llamas la habían rodeado. En un esfuerzo desesperado, comenzó a emitir sonidos fuertes y repetitivos, esperando que algún Pokémon cercano escuchara su llamado y viniera en su ayuda.

Su corazón latía con fuerza ante la incertidumbre y el peligro, pero se aferraba a la esperanza de ser rescatada. En esos momentos críticos, su único pensamiento era sobrevivir y encontrar una forma de reunirse con sus amigos para continuar su misión de salvar el bosque y a sus habitantes.

Diana, se encontraba en una situación crítica en medio del incendio forestal. Las llamas, avivadas por los ataques errantes de fuego, habían rodeado el área, creando un peligroso cerco. En su intento por encontrar una ruta de escape, su situación se agravó al encontrarse acorralada por Torchic y Charmeleon, los Pokémon patrulleros de Axel.

Atrapada entre el fuego y sus adversarios, Diana se sintió abrumada. Torchic, con sus ojos fijos y decididos, bloqueaba uno de los caminos, mientras Charmeleon, con una presencia intimidante, custodiaba el otro. Diana sabía que enfrentarse a ellos en su estado actual era arriesgado, especialmente con el fuego cerrando cualquier vía de escape. A pesar de ser un Pokémon de tipo fuego, la intensidad y el alcance del incendio superaban su resistencia. El calor sofocante y el humo creciente dificultaban su capacidad para pensar y moverse con claridad.

Con el corazón latiendo aceleradamente y la ansiedad aumentando, buscó con desespero una estrategia para escapar y evaluó sus opciones. En esos momentos críticos, su instinto de supervivencia se activó, buscando una oportunidad para eludir a sus adversarios y huir del peligroso incendio que consumía el bosque a su alrededor. Sabía que un enfrentamiento directo sería peligroso, pero quedarse inmóvil solo aumentaría su riesgo de quedar atrapada por las llamas. En un momento de decisión crítica, Diana se preparó para utilizar su habilidad y astucia para intentar sortear a Torchic y Charmeleon, buscando desesperadamente una vía de escape para salvar su vida y volver con sus amigos.

Norberto y Natalia, al borde del incendio forestal, se enfrentaron a una difícil decisión. Mientras observaban las llamas crecientes, Norberto notó a Samantha, la Espeon de Axel, aún inconsciente y en peligro.

—Natalia, tenemos que salvar a Samantha —dijo Norberto con urgencia, su mirada fija en la Espeon.

Natalia, con una expresión de conflicto, dudó. —Pero Norberto, ella es una de las Pokémon de Axel, nuestra enemiga. ¿No es demasiado riesgoso?

—No importa si es enemiga o no, está en peligro y es nuestra responsabilidad ayudarla. No podemos dejarla atrás —insistió Norberto, su tono reflejando su firme convicción.

—Entiendo tu punto, pero tenemos que ser realistas. El fuego se está extendiendo rápidamente y podríamos quedar atrapados —respondió Natalia, su preocupación evidente.

Norberto asintió, consciente del peligro. —Sé que es arriesgado, pero no puedo dejarla allí para que muera. No sería lo correcto.

Natalia miró hacia el fuego y luego hacia Norberto, viendo la determinación en sus ojos. —Está bien, ayudemos a Samantha. Pero debemos ser rápidos y cuidadosos.

—Gracias, Natalia. Sé que es difícil, pero no podríamos vivir con la culpa de no hacer nada —dijo Norberto, aliviado por su decisión.

Juntos, se dirigieron hacia Samantha, listos para enfrentar el peligro y hacer lo correcto, salvando incluso a aquellos que una vez se habían opuesto a ellos. Era un acto de valentía y compasión, demostrando la fortaleza de su carácter en medio de la adversidad.

Mientras Norberto y Natalia se acercaban a Samantha para intentar salvarla del incendio, un giro inesperado se presentó. De repente, los gritos desesperados de Diana, en su forma de Numel, resonaron a través del humo y las llamas. Estaba atrapada y en peligro, pidiendo ayuda.

Natalia se detuvo en seco, su corazón palpitando con angustia al escuchar los llamados de su amiga. Miró hacia donde estaba Samantha y luego hacia la dirección de los gritos. Se encontraba dividida entre la decisión de salvar a Samantha o acudir al rescate de Diana.

Norberto, notando la vacilación de Natalia, la instó a continuar. —¡Debemos salvar a Samantha rápido!

Sin embargo, Natalia, con un vistazo lleno de conflicto hacia Norberto, tomó una decisión rápida. —Lo siento, Norberto, pero Diana es mi amiga. ¡Tengo que ayudarla!

Antes de que Norberto pudiera responder, Natalia se dio la vuelta y corrió hacia el lugar de donde provenían los gritos de Diana. Su lealtad hacia su amiga había superado el compromiso que había hecho con Norberto momentos antes.

Mientras Natalia corría hacia Diana, los gritos de Norberto la alcanzaron, llenos de desesperación y confusión.

—¡Natalia, espera! ¡Necesito tu ayuda aquí con Samantha! —gritaba Norberto, su voz reflejando el cansancio y la urgencia de la situación.

Natalia, con el corazón dividido, continuó su carrera hacia Diana, pero respondió a los llamados de Norberto sin detenerse. —Lo siento, Norberto, pero Diana necesita mi ayuda ahora mismo. ¡No puedo dejarla sola en este incendio!

Norberto, con la voz entrecortada por el esfuerzo y el humo, intentó razonar con ella. —¡Pero estoy agotado por la batalla! No puedo cargar a Samantha yo solo. ¡Necesito tu ayuda!

A pesar de sus súplicas, Natalia no se detuvo. La decisión estaba tomada, y aunque le pesaba dejar a Norberto solo, la urgencia de salvar a Diana era demasiado grande.

—Lo siento, Norberto, ¡tienes que hacerlo sin mí! —exclamó Natalia, su voz ya distante. —¡Confío en que puedes manejarlo!

Norberto, al ver que Natalia se alejaba y lo ignoraba, sintió una mezcla de frustración y preocupación. Con un suspiro de resignación, se giró hacia la tipo psquico, decidido a salvarla él solo, aunque sus fuerzas flaquearan. La gravedad de la situación y la necesidad de actuar rápidamente pesaban sobre él mientras asumía la responsabilidad de salvar a la Espeon del fuego.

Norberto se encontraba en medio de un dilema abrumador. Su mente era un torbellino de pensamientos y emociones conflictivas. Exhausto por la batalla recién librada, su cuerpo se sentía al límite de sus capacidades, y la responsabilidad de salvar, a la Pokémon que hasta hace poco lo había atacado, pesaba sobre él. Por un lado, la urgente necesidad de rescatarla, a la enemiga que ahora se encontraba en peligro, y por otro, la confusión y el sentimiento de abandono tras la decisión de Natalia de ir en ayuda de Diana. El cansancio y su cuerpo se sentía al límite de sus fuerzas.

Miró hacia donde Natalia había desaparecido, sintiendo una mezcla de frustración y desilusión por su partida repentina. No podía comprender por completo por qué había elegido abandonarlo en un momento tan crítico. Aunque entendía la importancia de salvar a Obsidiana, no podía evitar sentirse abandonado y desamparado.

Luego contempló a la Espeon, aún inconsciente, y sintió el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. La idea de cargarla y escapar del incendio parecía una tarea hercúlea en su estado actual. El calor sofocante del fuego y el humo que llenaba el aire hacían cada respiración más difícil y cada paso más pesado. El incendio, que se extendía con velocidad, añadía una presión insoportable. Norberto sabía que cada segundo que pasaba disminuía las posibilidades de salir ambos a salvo. La soledad en esa situación crítica le pesaba; se sentía abandonado en el momento que más necesitaba apoyo.

Con un profundo suspiro, Norberto intentó reunir lo que le quedaba de energía. Sabía que debía tomar una decisión rápida. ¿Debería intentar salvar a Samantha a pesar de sus limitaciones físicas y el riesgo que ello implicaba? ¿O debería priorizar su propia seguridad y la de los demás Pokémon. En ese momento, se enfrentaba a una prueba de carácter y resistencia. Su mente luchaba por mantenerse enfocada, su corazón dividido entre el deber y la necesidad de supervivencia. La decisión de salvar a su enemiga, a pesar de las circunstancias, demostraba su fortaleza moral y su compromiso con hacer lo correcto, sin importar las dificultades. Con determinación y un sentido profundo de responsabilidad, el Riolu comenzó a avanzar, llevando consigo a la tipo psquico, luchando contra el cansancio y el peligro inminente de muerte por el incendio.

En medio de la creciente remolino del incendio forestal, Norberto, agobiado y debilitado, se encontraba en una situación desesperada. A pesar de su estado de Riolu, el cansancio acumulado de la batalla y el esfuerzo por salvar a Samantha le habían pasado factura, dejando su cuerpo al borde del colapso. Sin embargo, su espíritu se negaba a ceder, impulsándolo a seguir adelante a pesar de las circunstancias abrumadoras.

Con Samantha en brazos, su paso se había vuelto lento y tambaleante. El humo y el calor abrasador del fuego lo rodeaban, reduciendo su visibilidad y dificultando cada respiración. La situación era crítica; el fuego se extendía rápidamente, consumiendo todo a su paso, y la ruta de escape parecía cada vez más incierta.

En su mente, Norberto luchaba contra la duda y el miedo. Sabía que rendirse significaría un final trágico no solo para él sino también para Samantha, que seguía inconsciente en sus brazos. Cada paso que daba era una batalla contra su propio agotamiento y el entorno hostil. La incertidumbre de la supervivencia pesaba sobre él, pero la determinación de no dejar a Samantha atrás lo mantenía en movimiento.

La idea de lanzarse al río cercano como última opción para escapar del fuego y salvar a ambos se presentó en su mente. Era un riesgo, pero en su estado debilitado, parecía la única opción viable. Norberto, con sus últimas reservas de energía, se dirigió hacia el río, consciente de que esta decisión era un salto a lo desconocido.

La lucha de Norberto era una prueba de su valentía y su compromiso con los valores de protección y ayuda a los demás, incluso en las circunstancias más adversas. Avanzando hacia el río, cada paso se convertía en un acto de fe, un desafío contra la adversidad y un testimonio de su espíritu inquebrantable.

Llevando a Samantha en brazos, Norberto, exhausto y abrumado por el humo y el calor del incendio, se acercó al río buscando un escape del fuego implacable. El río, que fluía con fuerza, prometía ser una vía de escape, aunque peligrosa, de las llamas que los rodeaban.

Sin embargo, en su estado debilitado, el tipo lucha no se dio cuenta de que se acercaba peligrosamente a una cascada masiva. El terreno resbaladizo y su visión nublada por el humo hicieron que perdiera el equilibrio. Con la Espeon aún inconsciente en sus brazos, Norberto intentó frenéticamente recuperar el control, pero fue en vano.

Con un giro dramático de eventos, tanto Norberto como Samantha cayeron por la cascada. La caída era vertiginosa, y el rugido del agua ahogaba todos los demás sonidos. En esos momentos, la consciencia de Norberto comenzó a desvanecerse, su cuerpo agotado ya no podía luchar más.

Los dos Pokémon, arrastrados por la corriente, se precipitaron por la cascada hacia un destino incierto. A medida que caían, el Riolu perdió el conocimiento, incapaz de resistir más. Llevados por las aguas turbulentas a un lugar desconocido. En ese momento, el futuro era incierto, y lo que les esperaba al final de esa caída era un misterio.

Esta historia continuará…