MAXIMA CULPA
Capítulo 8: La llamada fatal
Kazuha Kaedehara junto a Thoma, abrumados por sus problemas económicos, crearon un plan para secuestrar a Yaoyao en Liyue. La errática llamada de uno de ellos, permitió que la policía los capturara... ¿La codicia le ganó a la inteligencia?
MARZO, INAZUMA
El transcurso cultural que históricamente se ha producido a través del cine ha sido a menudo tan profundo como imperceptible. Kazuha Kaedehara, fanático de las películas de acción, bélica y policiales comenzó a percatarse que era capaz de suponer con certeza los finales de cada una de ellas. En pocas palabras, aprendió y asumió toda una ciencia basada en un ejercicio de corregir los errores que cometían los delincuentes en cada film.
En un día de agosto, Kazuha Kaedehara se ganaba la vida comprando carros usados, los que arreglaba y luego vendía en la calle frente a su casa; un encuentro fortuito con un amigo de antaño, Thoma, quien al igual que él tenía serios problemas económicos encendió la mecha de una serie de planes funestos. Tanto Kazuha como Thoma saborearon el encuentro como un verdadero golpe de suerte, ambos tenían necesidades económicas, pero también agallas y atrevimiento para llevar a buen destino cualquier plan. La primera opción fue asaltar un banco, pero el alto riesgo los hizo definirse por un secuestro; la decisión estaba tomada, si secuestraría a una menor procedente de Liyue. Aprovechando la ausencia de su esposa, Kazuha instaló en un hogar -de la zona- una verdadera oficina para analizar el caso en todas sus facetas.
SEPTIEMBRE, LIYUE
La idea del secuestro se elaboró con absoluto profesionalismo, para cada una de las etapas se fijaron objetivos y fechas, tanto que la escuela que asistía la pequeña Yaoyao como las oficinas del Ministerio de Asuntos Civiles y el propio hogar de la familia fueron acuciosamente observados. De acuerdo al plan, había llegado la hora de cumplir la tarea de riesgo y de compromiso delictivo: robar dos vehículos.
OCTUBRE
El proyecto requería dos motonetas, uno para el secuestro y el otro para intercambiarlo a la mitad del trayecto durante la huida, de esta manera se anularían las informaciones de los posibles testigos. Inmediatamente los motociclos comenzaron a sufrir transformaciones, como era de suponer, ambos vehículos estaban encargados a la policía de modo que de inmediato se cambiaron las matrículas; en cada acto había ingenio y además, cautela para para no despertar sospechas.
UN MES ANTES
Los primeros estudios señalaban que la niña era llevada a la escuela por su nodriza, pero al descubrir que sus padres también lo hacían eventualmente hubo que determinar en qué ocasiones ocurría así. El proceso para llevar a cabo el plan del secuestro duró un mes cuando existió certeza de manejar todos los imponderables, estos delincuentes primerizos abordaron la fase final, fijaron fecha y camuflaron el vehículo que ocuparían; éste fue cubierto con un plástico verde que tenía la virtud de dejar pasar la luz e impedir la visión desde el exterior. Otro de los detalles que hubo que afinar fue la correcta elección del trazado por el cual emprenderían la huida, para esto se estudiaron las calles, se midieron los tiempos de los pasos peatonales, y se fijaron escondites y alternativas en el supuesto que fueran perseguidos.
26 DE OCTUBRE, 12:30 HORAS
Kazuha Kaedehara y Thoma determinan continuar con el proyecto, durante muchos días se habían preparado para este instante; se olvidaron de todo e incluso postergaron a sus familias. Aquellas ficciones de las películas de acción adquirían a través de estos hombres un peligroso carácter de realidad, en el trayecto hacia la escuela en la nación de Liyue no hubo nerviosismo, más bien sólo preocupación por cumplir cabalmente su objetivo: secuestrar a Yaoyao de tan solo 10 años y medio de edad.
–Ahí viene. –Ordenó Kazuha a su compinche proceder el rapto que resultó exitoso pese a que una transeúnte trató de impedirla.
Luego del secuestro, el plan continúa desarrollándose dentro de lo previsto, faltando más o menos diez minutos antes de llegar a la casa, Kazuha y Thoma cambian de vehículo. Ciertamente, cumpliendo esta fase era bastante improbable que eventuales perseguidores dieran con su paradero. En esta maniobra los benefició el hecho que la niña se durmió durante el viaje, el hogar donde permanecería en cautiverio la pequeña Yaoyao estaba solo; la conviviente de Thoma se trasladó donde los suegros ya que supuestamente la casa había sido facilitada a unos amigos por algunos días. A los pocos minutos de haber llegado surge la primera incógnita, algún testigo los habría identificado la certeza de la visión externa del secuestro la tuvieron recién al encender la radio.
–Desde el primer momento en que se conoció el secuestro comenzaron a llegar en forma apresurada llegaron amigos y conocidos, todos ellos se están enterando recién de esta noticia y están llegando en forma desesperada hasta el inmueble. Está llegando en este momento su madre, por ejemplo y podemos recoger desde una distancia hasta estas imágenes. –Reportó un periodista radial cubriendo el hecho.
PRIMERA LLAMADA TELEFÓNICA
Cuando la situación del secuestro, a pesar de haber sido advertida a la policía era un hecho consumado y exitoso fue necesario el dar el paso más inquietante: contactarse con la familia de Yaoyao. Ellos pidieron una millonaria suma por el rescate de la menor y otorgaron como plazo fatal para el pago las siguientes 48 horas. Esta llamada no podía exceder los sesenta segundos ya que después de ese tiempo era técnicamente factible que sospecharan su ubicación.
20:00 HORAS, OFICINA DEL MINISTERIO DE ASUNTOS CIVILES
Mientras los secuestradores se sienten dueños de la situación, la policía civil traslada su centro de operaciones a la oficina del ministerio.
SEGUNDA LLAMADA TELEFÓNICA, AL DÍA SIGUIENTE
Durante el segundo llamado, el padre exige que los secuestradores le den pruebas concretas sobre la tenencia de su hija y si es así, garantías que no sufrirá daños físicos; esta conversación termina con el acuerdo de grabar un caset con la voz de Yaoyao.
Convertidos en verdaderos niñeros adulan a la pequeña y aprovechándose de su natural inocencia, estos dos hombres dieron habilidad e ingenio para registrar un diálogo coherente y convincente en su grabadora. El trato cariñoso y afectivo que mantiene con Yaoyao dista mucho de la actitud enérgica e intransigente que ambos sostienen telefónicamente con el padre.
La policía civil ignoran si se trata de una banda o mejor dicho de dos individuos. No obstante, no les cabe la menor duda que los autores son avezados y experimentados, y por ello de alta peligrosidad. El caset fue ubicado estratégicamente en una bocatoma en el baño de hombres de un céntrico café, todas estas acciones hablan del alto grado de profesionalismo delictivo que posee la pareja de secuestradores, hecho que no deja de sorprender tratándose de primerizos.
A pesar que la relación con la pequeña es cordial cunde la incertidumbre en los secuestradores, ya que tienen conciencia que tras cada acto no planificado existe la posibilidad del fracaso. En tanto la situación para los padres de la niña se hace insostenible, solo el solidario respaldo de la opinión pública y de la visita de altas autoridades minimizan un poco el dolor que se vive en este hogar.
TERCERA LLAMADA TELEFÓNICA
El compromiso, luego de recibir el caset con la voz de Yaoyao trae consigo una definición del monto a pagar, y también la forma y el exacto lugar donde se entregará el dinero. Mientras se produce el contacto telefónico, personal policial motiva al padre para que extienda al máximo la llamada a objeto de localizar desde dónde se realiza. Las pesquisas en este sentido están bien orientadas, existe certeza que la mayoría se producen desde teléfonos móviles ubicados en el centro de Liyue; virtualmente para ambos bandos comienza el suspenso de la cuenta regresiva.
CUARTA LLAMADA TELEFÓNICA
Los secuestradores señalan al padre de Yaoyao la hora y el lugar donde debe dejar la recompensa, y le exigen que vaya solo y a pie, también advierten que espere una confirmación; obviamente el plan era alentar equívocamente a la policía. Como el rescate del dinero requería la presencia de Kazuha Kaedehara y de Thoma no existe otra alternativa que dejar solo a la pequeña, para asegurarse que no despertará mientras ellos realizan la operación toman la riesgosa decisión de suministrarle "diazepam".
–Tengo sueño. –Dijo la niña somnolienta.
–Acuéstate un rato entonces, y así esperamos al tío y vamos a sacar de esto atrás. –Expresa Kazuha acomodando la cama.
–Apaga un poco la luz. –Mencionó Yaoyao.
–Ya, buenas noches. –Se despide él.
27 DE OCTUBRE, 00:00 HORAS, MAR DE NUBES
Luego de que el padre dejara una maleta con dinero cerca del muelle, los secuestradores se llevan la recompensa utilizando una técnica de agilidad practicada en Inazuma.
El millonario botín obtenido por el rescate de la niña puso término al plan delictivo de estos dos hombres; solo quedaba el riesgo menor: entregarlo a su padre.
–Salió todo perfecto, y pensé que nos iban a pillar, amigo. –Justificó Kazuha revisando el botín del rescate.
El éxito de la Operación Secuestro había tenido para ellos esta justa recompensa, muchísimo dinero para hacer realidad sus sueños postergados. Después de la entrega del millonario monto exigido por los secuestradores nace la lógica duda, ¿cumplirán con su palabra? La decena de llamadas y la preocupación constante de los familiares de este matrimonio son el único aliciente que ellos tienen para superar la dolorosa instancia que se transformó a ratos en terrible agonía.
QUINTA Y ÚLTIMA LLAMADA TELEFÓNICA
Por cierto, los estudios policiales determinaron que lo prioritario era recobrar sana y salva a la niña y después, orientar las pesquisas hacia los autores. Las continuas llamadas permitieron intervenir el área desde dónde se presumía ellos se contactaban. De modo que el error de avisar desde un teléfono particular el paradero de Yaoyao fue considerado como la "llamada fatal".
28 DE OCTUBRE, 08:00 HORAS, LISHA
Embebidos con el éxito y muy relajados continuaron provocando a la policía con sus atrevidas y osadas estrategias, el mismo sector donde se entregó el dinero, lugar que por la noche se registró con un amplio operativo fue designado por ellos para dejar a la pequeña Yaoyao, que aún bajo los efectos de las pastillas dormía plácidamente; nadie imaginó semejante decisión, de modo que a esa hora el lugar estaba desolado. Minutos más tarde, y absolutamente confundida, Yaoyao salió muy ingenua de la motoneta en busca de sus "tíos".
El padre pudo encontrar a la niña sana y salva, abrazándose en medio de la conmoción. Los medios reportaban de esta situación.
–Faltando pocos minutos para las ocho de esta mañana, aparece el vehículo de la familia y en ella manejado por un funcionario de la policía viene el padre y también la menor. Culmina de esta forma un hecho que conmovió prácticamente a toda la opinión pública del país. –Describe un locutor radial informando la noticia del rescate.
–La policía, en base a descripciones de testigos logró lo que se estima un retrato perfecto de uno de los secuestradores el que sería el principal comprometido en este hecho. Los billetes que son todos de alto valor no podrán ser utilizados, están foliados, su numeración informada a los bancos y grandes empresas, y con un timbre que los detecta y que permitirá ubicar nuevas pistas en torno al hecho. –Narró otro periodista describiendo este reporte.
INAZUMA, DÍAS DESPUÉS
La promesa mutua de los secuestradores fue tardar meses en gastar el botín, pero en esta parte de la historia aquella medida fue insuficiente, ya que la denominada "llamada fatal" permitió dar rápidamente con el hogar de Kazuha Kaedehara quien además, tuvo la codicia de quedarse con la motoneta roja. Ante tales evidencias no hubo otra opción que entregar el paradero de Thoma.
El secuestro está considerado en Teyvat como uno de los delitos menos rentables, ya que en su totalidad los autores terminan irreversiblemente en manos de la policía; por ello, Kazuha Kaedehara y Thoma fueron condenados a 18 años de prisión.
CÁRCEL DE INAZUMA, AÑOS DESPUÉS
Kazuha Kaedehara vive hoy el sino de este delito, estar privado de libertad. Ya lleva ocho años de dura condena en la cárcel de Inazuma y ha dado una permanente lucha para no caer víctima de las secuelas propias de quienes pagan aquí sus culpas con la sociedad. Como una forma de superar y evitar instancias adversas entró al staff de mocitos de la cárcel, ellos significa que está para el aseo, los mandados y para servir a los profesionales que aquí trabajan. También Kazuha Kaedehara participa de labores sociales en ayuda al patronato de reos, lo que en definitiva le permite superar el peso traumático del encierro y entre otras cosas, acumular méritos para postular a beneficios carcelarios.
Ciertamente los recintos penales en Teyvat, muy poco ofrecen en el campo de rehabilitación, más bien parecen estar destinados a dejar profundas e inolvidables huellas en todos aquellos que a pesar de sus delitos, dicen no pertenecer a este sórdido mundo. En el pabellón de los mocitos, para ellos un lugar de privilegio, pero para el extraño la cárcel, en su más rigurosa expresión; pequeños, injustos y oscuros cuartos de cemento que albergan a dos, tres y hasta cuatro internos cada uno, quizás si lo único que unen a estos individuos es que son considerados no peligrosos y que todos ellos respiran el mismo olor a encierro, a hacinamiento y a humedad malsana que proviene de los baños a solo pasos de sus dormitorios. En este lugar, habita aquel hombre que hace varios años tuvo la mala ocurrencia de secuestrar a una niña para mejorar sus condiciones de vida.
Este es el espejo de la vida, aquel que nos trata con ironías y que subraya el dolor de no poder borrar el pasado; sencillamente porque el daño ya está hecho. ¿Cuándo iba a imaginar este joven padre que secuestrando a una hija ajena perdería para siempre el suyo? Ya que desde que cumple condena, aquí en la cárcel de Inazuma jamás volvió a verlo...
El hijo de Kazuha Kaedehara creció sin saber quién era su padre. Al cumplir la mitad de su condena, 9 años de cárcel, es beneficiado con la salida dominical.
Continuará...
