MAXIMA CULPA

Capítulo 13: El paredón del desierto (1° parte)

En un día de marzo desaparecieron 45 millones de moras desde la catedral de Mondstadt. Las primeras pistas apuntaron a responsabilizar a la idol Barbara Pegg y a su hermana Jean Gunnhildr. Sin embargo, la verdad era aún más terrible, ambas fueron secuestradas por personeros de Liyue que luego de utilizarlas para llevar a cabo el robo las dinamitaron en el desierto... ¿Descubrirán a los verdaderos responsables?


Esta historia se basa estrictamente en un hecho real. Este caso fue recreado desde Teyvat y todo es ficticio; cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

15 DE DICIEMBRE, 08:30 HORAS

–¡No se muevan! –Reseña un encapuchado teniendo de rehenes a la Catedral de Favonius. –¿Quién tiene la llave (de la bóveda)?

–Mi hermana la tiene, no ha llegado. –Dijo la caballera Jean atada de manos.

–¡Manos atrás! ¡Quietos, no se muevan! –Exige el ladrón a costa de sus rehenes justo cuando ingresa Barbara del fuerte ignorada del contexto.

–Hazme caso. –Respondió la rubia mayor a su hermana.

–¡Ábrela, rápido! Échele ahí. ¡Apúrate! –Ordenó el delincuente que pidiera el favor a la idol antes de que se encerrara la bóveda y él escapa.

Ese 15 de diciembre, la Catedral de Favonius en Mondstadt es objeto de un audaz asalto. El cuantioso botín para la época, equivalente a US$ 1.200 pudo ser aún mayor de no haber sido por la viveza de la idol quien llenó la bolsa del extraño asaltante sólo con billetes de poco valor.

DÍAS DESPUÉS

–Barbara, teléfono. –Comunicó un sirviente a la artista que tenía llamada.

–¿Diga? –Contestó ella.

–Barbara Pegg, sé dónde vives. Sé que tienes una hermana y tiene amigos. –Identificó los datos por aquel misterioso asaltante.

–¿Quién habla?

–Lo vamos a encontrar, ¡y me va a pagar! –Juró vengar ese ladrón colgando la llamada.

La joven tranquila idol Barbara Pegg debió soportar persistentes y crudas amenazas que solo se diluyeron con la oportuna denuncia a la prensa local. En una calle cualquiera al lado de la Funeraria El Camino se encontraba el cuartel de inteligencia en Liyue, desde luego la estrechez relación con Mondstadt y todo lo que ya significa para el Estado le daba a estos misteriosos agentes de seguridad un poder adicional; su jefe, Zhongli y su segundo, Xiao se atribuyeron curiosamente las investigaciones relacionadas con el robo a la catedral en Mondstadt.

–Llegó esto. –Dijo un subalterno de la organización.

–¿Qué hay del Corazón de las Profundidades? –Reseña Zhongli a su peón.

–No tengo idea, jefe. –Responde el empleado.

–¿Cómo que no tengo idea? Aquí todo el mundo tiene que estar enterado de todo, ubícame a Xiao. –Mandaba el representante de Liyue.

–¿Me mandaba alguien? –Consultó el peliverde.

–¿Qué pasa con el plan? –Contesta el del pelo marrón.

–Eh no se preocupe, ya tenemos todo solucionado. –Concuerda Xiao la operación en curso.

–A la tarde, cuando vuelva a Mondstadt lo quiero aquí sentado. ¿Oíste?

–No se preocupe, en esta misma silla va a estar.

–Pero qué pasa con el teléfono. ¡Mengpo, comuníqueme con Khaenri'ah! –Decía el líder notando que se descompuso aquel aparato.

Sobrepasando todas las atribuciones legales, personal de inteligencia comenzó a interrogar a los empleados del castillo y con particular interés a la idol Barbara Pegg. Desde luego, este acto vejatorio se realizaba sin previo aviso de manera que los familiares vivían permanentemente acechados por la incertidumbre.

–¿Cómo te llamas? –Le contesta Zhongli a la joven.

–Barbara, Barbara Pegg, señor. –Respondía la artista amarrada a una silla.

–¿Qué haces en la catedral? –Siguió interrogando él.

–Soy idol. –Señaló ella casi perturbada.

–¿Quién asaltó ahí? –Dice el hombre de cabello castaño.

–No sé señor, estaba encapuchado, no lo pude ver. –Confesaba la rubia tensa.

–¿Y por qué estás tan nerviosa? –Pregunta Xiao a la idol.

–Es que primera vez que me pasa esto entonces. –Delata la hermana de Jean.

–¿Cuánto se maneja los bienes en la catedral? –Habló el milenario Zhongli.

–Eh no sé, señor. –Murmura Barbara ignorada.

–¿Cómo qué no sé? ¿Vos que no soy la encargada de la bóveda? –Interrogó presionado el peliverde.

–Sí, pero es que... –Trató de decir algo la de ojos azules.

–¿Hasta a qué hora trabaja? –Le interrumpe el líder de Liyue.

–Yo me retiro a las seis, señor. –Dijo la chica.

–Cuidadito con andarle contando a alguien que te tuvimos acá interrogando, ¿escuchaste? –Le amenazó Xiao a la cantante.

–Ni menos con tu hermanita, ¿ah? ¿Oíste? –Escarmentó el jefe supremo de inteligencia.

–Sí, señor. –Afirmó ella agobiada.

–Déjala descansar y después lo va a manejar. –Daba órdenes Zhongli a su compatriota.

–Ya jefe. –Aceptó el favor el chico milenario verdoso.

La jefa de estado, Jean Gunnhildr era una caballera de carrera que si bien poseía una recomendable hoja de vida, últimamente había caído en el vicio de otorgar préstamos sin los necesarios avales -al pueblo-, por supuesto haciendo uso legal de su cargo. Incluso muchos beneficiarios -locales- señalaban que la dama tenía participación en los préstamos que autorizaba.


La presencia de Dainsleif en Liyue, jefe de la inteligencia en Khaenri'ah da motivos para una reunión de amigos fuera del cuartel. Este funcionario de dilatada trayectoria del aparato de inteligencia tiene una gran ascendencia en Zhongli y Xiao.

–¿Se supo quién robó la catedral? –Consulta el misterioso personaje oxigenado.

–Sí, se los tragó la tierra parece. –Relató entre risas Xiao.

–¿Y de cuánto fue el botín? –Palabrea Dainsleif curioso lo del asalto.

–Un poco más de un millón, pero en realidad pudo robárselo todo. –Comentó Zhongli del tema.

–Se van recontra fácil robarlo. –Pensaba graciosamente el peliverde de Liyue.

–Y usted, ¿cómo sabe tanto, Xiao? –Dice el representante de Khaenri'ah.

–Ese es parte de nuestro trabajo. –Respondió él ingenioso.

–Entiendo que esa catedral maneja grandes remesas. –Analiza minucioso el rubio.

–Cada uno supera el millón de moras. –Detalló el líder de inteligencia de Liyue.

–¿Usted podría confirmarme esa información? Tal vez podríamos hacer un trabajito extra. –Asegura el allegado dando su nuevo plan en conjunto.

–Lo asumo, a buen entendedor pocas palabras. Qué tal si ponemos a prueba la seguridad de la catedral. –Fundamentó el hombre milenario de pelo castaño.

–Salud. –Dio un brindis el invitado.

–Salud. –Dijeron Xiao y Zhongli lo mismo.

Las continuas detenciones de Barbara Pegg tenían un gran motivo; el agente de inteligencia Xiao guardaba un gran secreto. Su amigo de Mondstadt, José Seis Dedos fue el autor del asalto a la catedral el pasado diciembre, de ahí es que tuvo la certeza que era factible robar nuevamente esa iglesia, con aquellos argumentos convenció a su jefe quien se interesó en el tema.

–¿Qué cantidad de dinero se maneja en la bóveda? –Interroga Zhongli a la idol.

–Depende. –Dijo Barbara nerviosa.

–¿Depende de qué? –Contestó Xiao.

–En los días de pago hay mucho dinero en la bóveda. –Explicó la rubia.

–¿Vienen acuñadas las monedas? –Pregunta el Arconte de Liyue.

–¿Cómo acuñados, señor? –Dudaba la cantante.

–Son nuevos, ¿conoce (la producción) en serie? –Siguió interrogando el jefe azabache.

–A veces. –Responde la joven Pegg.

–Oye dime, y en caso de robo a la catedral, ¿manejan pistolas ahí o no? –Dice el peliverde.

–No. –Denegó ella respecto del armamento que posee la iglesia.

–¿Quién conecta la alarma? –Indagaba el hombre alto de marrón.

–Algunas veces mi hermana y otras veces yo cuando me voy tarde, claro. –Expresa astuta Barbara.

–¿Y cuántas alarmas manejan ahí en la catedral? –Da la última pregunta Xiao.

–Una sola no más. –Mencionó aquella ídolo.

–Está bien, descansa un poco y después te vas. –Concluyó Zhongli la interrogación a la artista.

EL OTRO DÍA

–¿Diga? ¿Sí?, ya. ¿De parte de quién? Muy bien, momento por favor. –Comunicaba por teléfono Xiao. –El informante de Khaenri'ah es Dainsleif, ¿cierto?

–Sí, Dainsleif. –Respondió un asistente anónimo.

–Dainsleif. Ah ya, otra vez está llamando el jefe. –Le recibe la llamada del sublíder a Zhongli. –Jefe, llamado de Khaenri'ah.

–¿Quién es? –Le contesta él en su oficina.

–El informante de Khaenri'ah, Dainsleif. –Informó el de ojos amarillos.

–¿Dainsleif? Pásamelo. –Expresó el líder y dueño de su funeraria.

–Ahora le comunico. –Le transfiere la llamada Xiao.

–¿Bueno?, Dainsleif, qué bueno que llamó. Tengo algo para usted, sí, mándame su currículo. No, mejor tráelo personalmente. ¿Puede venir la próxima semana? Correcto, lo espero. Bien, adiós. –Hablaba en línea Zhongli a su cómplice de Khaenri'ah.

ENERO DEL AÑO SIGUIENTE

Mientras se mantiene Dainsleif en Mondstadt se afinan detalles de la "Operación Simulacro", el propio jefe de inteligencia de Khaenri'ah toma los tiempos que demorarán en desplazarse de un sitio a otro.

La vida en Mondstadt es tranquila, sobre todo para Barbara Pegg y su hermana Jean Gunnhildr, quienes junto a su padre religioso se entregan con profunda devoción a sus actividades religiosas al interior de la iglesia. Luego determina sus labores en la catedral acostumbran reunirse aquí con su familia. Barbara es una aficionada idol, nació en la región; se recibió de vigía a la edad de 14 años y hace tan solo dos años que trabaja como guerrera donde se ha ganado el respeto y la amistad de sus compañeros.

La presión que comienza a sufrir Jean Gunnhildr por parte de los agentes de seguridad lo obliga a trasgredir las normas del gobierno. En los últimos tres meses, otorgó extrañamente el 77% de las riquezas al personal de inteligencia de Liyue, gran parte de ellos avalado por el propio Zhongli. Amparados en su jerarquía Dainsleif acepta el robo a la catedral, los involucrados se juran entre sí lealtad y en esos términos establecen una red de contactos permanentes.

–Barbara, ¿qué te pasa? –Le pregunta Mika recostado.

–No sé, estoy preocupada. Estoy asustada. –Confiesa la idol.

–Es necesario que ellos averigüen quién robó la catedral.

–Eso lo que me preocupa, no me han hecho ninguna pregunta sobre el robo a la catedral.

–¿En qué lugar te llevan? –Contestó el joven rubio.

–En realidad no lo he podido ver bien porque cuando me sacaron de la catedral me vendaron los ojos. –Relató Barbara traumada de su experiencia.

–¿Te dio miedo que te hagan daño?

Zhongli explica a Xiao la denominada "Operación Catedral de Favonius", el gesto de complicidad de su jefe significa para él un verdadero honor y en estos términos recibe también la primera orden, comprometer a la caballera Gunnhildr en un simulacro de robo cuyo delicado objeto sería comprobar la seguridad de la catedral.

FEBRERO

La vía intencionada faena entre comillas de la inteligencia por supuesto le resultó extraña a Jean Gunnhildr, pero la gran cantidad de transacciones que tenía con personal de aquella institución y el poder que ellos ejercían la condicionaba a aceptar sus planes.

–Que nadie moleste porque va a estar ocupado. –Expresa ella avisando a sus colegas.

–Muy bien, caballera. –Asintió una empleada.

–¿Y, qué hay de nuevo? –Interroga Zhongli invitado a esta reunión personal.

–Siéntese. –Dijo obligada la ojiazul.

–¿Cuándo llega la remesa? –Consultó el dueño de su funeraria.

–Bueno, la última información que tengo es que el 6 de marzo llegaría una importante remesa. –Deduce Jean el dato.

–¿Qué tan importante?

–No estoy segura, pero creo que superará los cuarenta millones (de moras).

–Veo que nos estamos entendiendo. –Comenta sus palabras él mismo. –Bien, ah, no se olvide que estamos hablando de un simulacro.

–Sí, claro. Un simulacro. –Comprendía aquella dama.

–Bien, le avisaré a Xiao. En todo caso cualquier cosa yo le hablo.

–Está bien.

Jean Gunnhildr tiene pocos años en el gobierno y si bien en los últimos meses el otorgamiento de poderes irregulares cuestionaba su gestión, nunca antes había sentido tan acorralada y angustiada como ahora.

–¿Tu mamá, dónde está? –Preguntó la caballera a Mika.

–Fue a la farmacia, vuelve luego. –Supuso el joven.

–¿Y tú? ¿Qué haces aquí? No debería estar en la escuela.

–Me vine antes a casa y no te acuerdas que vamos a ir al cine.

–¿Al cine? –Deduce ignorada Jean.

–Sí, a ver "Smiling Slime". –Admite él.

–No tengo ganas de ir al cine hoy.

–Pero Jean, me lo prometiste.

–No estoy para diversiones. Ah, no encienda la TV porque quiero descansar.

Entre los pasillos de la Funeraria El Camino se toman los primeros acuerdos. Claro, Xiao definitivamente se transforma en el mensajero.

–Don Zhongli, tengo entendido que me necesita a mandar buscando para algo. –Dice Xiao a su superior.

–Sí, hombre. Necesito (...) –Platicó su líder dando instrucciones.

–Como ordene, don Zhongli.

–Conveniente que nadie se entere de los motivos del viaje, aunque por supuesto usted se imaginará el contenido.

–Me pongo en su completa orden.

–Vamos, acompáñame a la oficina.

–Oiga, don Zhongli. ¿Cuándo sería?

–Lo más pronto posible, ojalá esta misma noche.

En estos momentos, aquella loca idea de robar la catedral de Favonius comienza a gestarse como una obstinación casi enfermiza. Por cierto, amparada en el temor que ellos inspiraban en gran parte de la ciudadanía; estos pasillos por ejemplo, verdaderos laberintos que unen camufladamente dos calles creó que grafican exactamente la sordidez con que ellos actuaban.

–Permiso. Jean, lo busca. –Comunicó su asistente.

–Sí, ¿quién? –Responde la caballera.

–El señor Zhongli.

–Dígale que pase.

–Muy bien. –Sale de escena la empleada.

–Buenas tardes. –Saluda el Arconte de Liyue.

–Siéntese. –Aguardó Jean a su "cliente".

–Venía por lo del préstamo.

–Ah sí, y claro, ¿en qué monto ha pensado?

–En 300 mil (moras).

–¿300 mil? Sí pero, ¿para cuándo lo necesita?

–¿Cómo qué para cuándo? Habíamos quedado que si va a abonar inmediatamente de mi cuenta.

–¿Quiere un cafecito?

–No, estoy apurado.

–¿Le parece para pasado mañana?

–Está bien.

–Ah, ¿y cuánto plazo desea?

–El mismo de siempre, 36 meses.

–Señor Zhongli, respecto a lo del simulacro hay un inconveniente.

–¿Qué pasa? –Consulta él.

–La remesa se atrasó, recién llega el 9 de marzo.

–¿Seguro?

–Seguro. –Puntualizó ella.

–Está bien. –Comprende Zhongli antes de abandonar el sitio.

KHAENRI'AH

Como era de suponer, la comunicación entre Dainsleif y Zhongli se lleva a cabo con el mayor de los sigilos. Bajo ningún caso el plan se trata por teléfono, sino exclusivamente a través de cartas que el propio Xiao tiene la misión de entregar personalmente. Sin duda, este tipo de correo permite guardar reservas de su participación en esta misión; cabe consignar que el nombre de Dainsleif es un nombre supuesto que solo lo utiliza para su función de agente. A estas alturas, el jefe de inteligencia de Khaenri'ah tiene claro que aquel asalto simulado no es una acción de carácter institucional, sino un delito cuyo beneficio es estrictamente particular.

MONDSTADT

La supuesta mejoría en su carrera como caballera de la catedral ofrecida por Dainsleif no resultó tentadora para Jean Gunnhildr quien intuye que vivirá momentos difíciles.

La llegada de Il Dottore era esperada por estos hombres ya que asignarían a él tareas de conducción de vehículos, este no era un funcionario de la planta, pero en su categoría de informante de la inteligencia en Snezhnaya lo otorgaba a Zhongli la seguridad de que contaba con un hombre de confianza. En otro aspecto, Il Dottore estaba postulando a la institución, de modo que veía en esta posibilidad una verdadera antesala a su contrato definitivo.

–Buenas tardes. –Dijo un auxiliar de transporte.

–Mira, ando buscando un paquete para el señor Zhongli, viene de Khaenri'ah. –Solicitó Xiao el pedido.

–Me das la credencial, por favor.

El simulacro de robo a la catedral contemplaba raramente la utilización de grandes cantidades de dinamita. Estos explosivos los envió Dainsleif desde Khaenri'ah y se transportaron peligrosamente en autobús, esta acción irresponsable dio comienzo al protagonismo de Il Dottore en esta historia.

Una de las grandes preocupaciones de Jean Gunnhildr es tener que incorporar obligadamente a su hermana Barbara Pegg, ya que esta posee la contra llave de la caja fuerte, esa información desde luego le urge comentarse a Zhongli.

–¿Qué pasa? –Preguntó él.

–Tenemos problemas. –Anuncia la caballera.

–¿De qué se trata ahora?

–Por mi parte no hay ninguno, lo que pasa es que la contra llave la maneja mi hermana.

–¿Y?, ¿qué significa eso?

–Mi hermana Barbara tiene que participar, no sé cómo avisarle.

–Que participe, pero no le diga nada. Al final dígale que eso es un simulacro.

7 DE MARZO

–Zhongli, me interesa saber qué pasa con los involucrados. –Hablaba por teléfono Dainsleif.

–De eso quería hablarle. –Responde el hombre milenario de atributo Geo.

–¿Qué pasa?, ¿hay problema?

–El problema es que no podemos contar solo con la agente, la que tiene la contra llave es su hermana y ella desconoce la operación. ¿Qué hacemos?

–Déjelas así no más, y cualquier cosa que haga peligrar la misión usted ya sabe lo que hay que hacer. Y en caso de que algo salga mal, usted ya sabe de qué estamos hablando, simplemente es un simulacro. ¿Estamos claro?

SUMERU, 8 DE MARZO

Xiao y Pantalone iban a otra región a buscar un camino desértico en un coche de la inteligencia.

–Allá. –Indicó el peliverde al Fatui la ubicación exacta.

A 20 kilómetros al nororiente de Sumeru, estos hombres encontraron el lugar propicio para realizar una cama de dinamita. Ciertamente aquella idea de simulacro había sido un vil subterfugio para ocultar los oscuros planes que habían diseñado Zhongli y Xiao. El chofer, Il Dottore colaboró en esta faena. Si bien en principio se le dijo que allí realizaría ejercicios de prueba resulta ingenuo pensar que en estos momentos ignorara cabalmente con qué fines realizaba el hoyo.

Aquí comienza el acto maquiavélico, porque estos hombres tienen certeza que aquí pondrán los cuerpos de las dos guerreras de Mondstadt. Un poco más de 15 kilos de dinamita fueron prolijamente ubicados.

–Bien, con eso quedamos listos. Vamos. –Obliga Xiao a su "compinche" tras cavar dos hoyos con explosivos.

9 DE MARZO

Este es un día especial para la caballera Jean Gunnhildr, muy temprano la sacerdotisa Rosaria fue a Fontaine a retirar la remesa -de dinero- y se estima que llegue con ella pasado el mediodía; pero una falla mecánica retardó la llegada y los vehículos con más de US$ 1.250.000 recién vienen en carretera fluvial.

Pasada las 14:00 horas, la religiosa Rosaria ingresó a Mondstadt ante la preocupación lógica de la gente. Custodiados celosamente por la policía, los guardias bajaron las maletas con el cuantioso cargamento de moras nuevas.

–Barbara, necesito que se quede hasta tarde. –Expresa Jean.

–Tengo el trabajo todo listo, hermana. –Dice la idol curando heridas de una ardilla.

–Llegó la remesa, tiene que hacer el arqueo. Yo la acompaño.

–Creí que la remesa se hacía mañana.

–Tiene que hacerlo ahora, es mucho dinero, así que quédese.

–Bueno, está bien.

14:30 HORAS

La llegada de la remesa convulsionó más de la cuenta la actividad misionera, los empleados comenzaron a salir más tarde de lo habitual. No obstante, afuera todo parecía desarrollarse con normalidad.

–Xiao, ¿estamos correcto? –Comunica Zhongli por radio.

–Sí jefe, hasta ahora está todo limpio. –Replicaba sus dichos su cómplice.

18:00 HORAS

Los vehículos se ubican en sus sitios. La permanencia aún de algunos funcionarios en el interior ahuyentó por algunos minutos la presencia de Xiao.

–Atención, ¿está todo correcto? Cambio. –Aguarda el Arconte de Liyue.

–Sí jefe, hasta ahora no hay novedades y está todo corriendo. –Detalla por radio Xiao.

Rosaria, quien por motivos del viaje a Fontaine no pudo almorzar, en vez de dirigirse a su hogar decidió comer algo antes en el restorán de obreros ubicado en frente de la Catedral.

–Vamos a comenzar dentro de poco, faltan unas dos integrantes más o menos de la catedral, salga y entramos, cambio. –Hablaba vía radio el guerrero Anemo.

–Procedan la orden entonces para que ejecuten, cambio. –Solicitó el avance el hombre de atributo Geo.

–Entendido jefe, cambio y fuera.

Definitivamente, los últimos empleados misioneros abandonaron la catedral quedando en su interior solo la caballera Gunnhildr y la idol Pegg.

–Barbara, ¿está todo listo ahí? –Dijo Jean a su hermanita.

–Sí onee-chan, está todo bien. –Expresó ella.

Esta guerrera le abre la puerta a Xiao procediendo la operación.

–¿Estamos listo? –Interroga él en voz baja.

–Pase. –Le accede el paso Jean.

–¿Y las maletas?

–Ahí están.

–Vamos, llenémonos.

–¿Qué pasa? –Decía sorprendida Barbara.

–No se preocupe. –Llamó a la calma la caballera.

–¿Pero qué pasa? –Insiste la idol.

–Vamos, llena las maletas, ¿no le dijo de qué se trata?. –Obedecía Xiao apuntando su arma.

–Barbara, ellos están probando la seguridad de la catedral, esto es un simulacro. –Le explica Jean a su hermana.

–¿Simulacro? –Dice ella confundida.

–¡Sí, un simulacro!, ¡apúrate! ¡Llénala! –Responde alterado él mismo.

Rosaria conocía de vista a Zhongli y desde luego sabía que su presencia en cualquier lugar no era con fines muy santos.

–Jefe, dos minutos y vamos saliendo. Ponga el vehículo en la puerta lateral. –Comunicaba por radio a su líder para proceder el avance mientras ellas vacía el dinero. –Bien, afuera hay un carro, se van a subir sin preguntas. ¿Escucharon? Ya vamos, vamos. Pasa la caja, vamos.

En el preciso instante que las guerreras locales se subían al auto de la inteligencia de Liyue, Rosaria se atrevió a mirar.

19:30 HORAS

Exactamente, frente a la puerta principal del cementerio de Mondstadt acordaron reunirse para continuar con su plan.

–¿Qué pasa? –Dudaba Barbara nerviosa.

–Es un robo. –Confiesa Jean alterada.

–¿Cómo que un robo?

–No se preocupe, le van a echar la culpa a unos extremistas. Tendremos que estar fuera de la casa una semana.

–Pero necesito avisarle a...

–Ya silencio. –Les calló Xiao a las hermanas antes que las vendaran los ojos.

La última información que recibió Jean Gunnhildr se refería que ambas habían sido secuestradas supuestamente por una banda de extremistas y después de una semana en cautiverio, la inteligencia las encontraría y dejaría en libertad; de este modo la pérdida del dinero no sería cuestionada.

–Sígueme. –Ordena el Arconte Geo a Jean que se escondiera de un control fronterizo. –Cúbrase.

ENTRE 20:00 y 20:30 HORAS

Este es el aseador de la catedral. Como es habitual, este hombre tiene la misión de conectar la alarma, cuando cierra la puerta esta se activa dando señales que algo se quedó abierto. Él descubrió que la puerta de la bóveda estaba mal cerrada y entonces se dirigió rápidamente a casa de la caballera en busca de la llave para desconectar la alarma.

Este mecanismo de seguridad estaba conectado directamente con la policía, quienes acudieron a la catedral se encontraron más tarde con el aseador; como desconocía la existencia de la remesa y ya que la caja fuerte se encontraba sin señales de haber sido violentada se limitaron a cerrar la bóveda dando por superado el incidente. Mientras tanto, los vehículos de inteligencia de Liyue se dirigían camino a Sumeru hacia el macabro sitio escogido por Zhongli en pleno desierto.

En el trayecto, las indefensas heroínas de Mondstadt habían sido advertidas que eran menester sacarle una fotografía con los ojos vendados la que supuestamente dejarían en la fachada de la catedral las terroristas.

20:45 HORAS

–Póngalas ahí para sacarle una foto. Trae la linterna. –Ordenó el Arconte de Liyue a sus secuaces.

Jean Gunnhildr tenía miedo, pero aun así consolaba su hermana. Por supuesto, ambas daban crédito al asunto de la fotografía y el secuestro sin imaginar siquiera que sólo le restaban minutos, quizás segundos de vida.

–¡Ya! –Exclamó Zhongli disparando a las damiselas en conjunto de Xiao.

Luego sus cuerpos, posiblemente aun con signos vitales fueron arrastrados hacia el socavón. Además de la cama de dinamita preparada el día anterior ambas fueron amarradas con otros siete kilos de explosivos de modo que la idea de Zhongli se cumpliera a cabalidad, es decir, no deberían quedar rastros de su existencia. Xiao encendió la mecha cuya duración estimada era de quince minutos, tiempo suficiente para abandonar el lugar y tener el haber la certeza de escuchar su explosión.

A pocos metros, Zhongli se detuvo y comenzó a distribuir entre sus cómplices los primeros cinco millones de moras, más de US$ 120.000 de la época; Dottore debería viajar inmediatamente hacia Khaenri'ah para entregar el botín a Dainsleif. La noche se dejó caer de repente y el desierto se hizo más silente aún...

21:00 HORAS

Una vez que la mecha alcanzara el tope, a esa hora aproximada volaron en mil pedazos los cuerpos de Barbara y Jean.

Solo mentes enfermizas pudieron diseñar tan trágico final. Así, dos mujeres inocentes presionadas por el poder abandonaron esta vida como lo quiso Zhongli sin dejar rastro de su existencia...

Este caso es de larga extensión: por este motivo, la próxima vez publicaré la parte final de la historia.