Descargo de responsabilidad: NARUTO y sus personajes no me pertenecen, pues le pertenecen al mangaka Masashi Kishimoto. yo sólo utilicé a Naruto para hacer esas historias, así que no plagien, adapten o copien por favor que eso no está bien.

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"El que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómo."_(Friedrich Nietzsche)

Cuando se despertaron al amanecer, el ambiente estaba cargado de tensión y expectación. El cielo aún estaba teñido de tonos rosados y dorados, cuando Suigetsu informó a sus compañeros que Karin formal había decidido adelantarse hacia la aldea.

Charasuke, en su forma de niño, había despertado sollozando por su mamá, y Karin, conmovida por su llanto, lo había llevado a la residencia Uchiha. Suigetsu agregó que probablemente le informaría al Hokage Kakashi sobre la complicada situación que enfrentaban, por lo que era mejor ir más lento. Sasuke asintió con gravedad.

–Es una buena idea que nos tomemos un momento para prepararnos. Nos espera una batalla difícil.

Naruto, con el ceño fruncido, pero la determinación brillando en sus ojos, asintió.

–Sí, debemos estar listos para enfrentarnos a Sinju Sanada y Madara Uchiha. No podemos permitir que destruyan lo que hemos trabajado tanto por proteger.

Hinata, siempre calmada y serena, apretó suavemente la mano de Naruto.

–Podemos usar este tiempo para fortalecernos y reunir más información.

Todos asintieron firmemente, desperezándose del sueño. Hinata, más roja que un tomate, se bajó del regazo de Naruto y soltó una leve risa nerviosa, como siempre que estaban en una posición íntima en público.

Sé pusieron de pie, listos para moverse a las órdenes de Sasuke. Aunque Sasuke se asustó, ya que al levantarse no vio a la pequeña Karin, así que desesperado y asustado fue a buscarla.

Sasuke sintió un nudo en el estómago al no ver a la pequeña Karin, había prometido protegerla y ni si quiera eso podía hacer. Su mente se llenó de imágenes caóticas y peligrosas, cada una más aterradora que la anterior.

Sin perder un segundo, se lanzó a buscarla, llamándola por su nombre con una mezcla de urgencia y preocupación. Tanto había sido así, que no sé había dado cuenta cuando activó su sharingan.

–¡Karin! ¡Karin!

Su voz resonó en el aire matutino, mientras los demás observaban su desesperación. Naruto, percibiendo la angustia de su amigo, se acercó rápidamente.

–Sasuke, ¿Qué pasa?

Sasuke casi sé tira de los cabellos azabaches, pues no sabía que haría si le pasaba algo a su Karin y nunca más la volvía a ver.

–¡Karin no está!

Respondió serio Sasuke, mostrando ojos llenos de preocupación. Naruto miró a Hinata, quien asintió y activó su Byakugan, escaneando el área en busca de la pequeña.

–La veo.

Dijo Hinata con voz tranquila.

–Está cerca del estanque, junto a un árbol grande.

Sasuke suspiró aliviado y corrió en esa dirección, seguido de cerca por Naruto. Al llegar, encontraron a la pequeña Karin, con lágrimas en los ojos, hecha volita en el lugar al haberse caído.

–Karin.

Dijo suavemente Sasuke, arrodillándose a su lado.

–No debes alejarte sin avisar. Nos preocupaste mucho.

Karin lo miró con ojos grandes y húmedos, asintiendo lentamente.

–Lo siento, Sasuke.

Murmuró con voz temblorosa.

–Es que vi una mariposa, así que la seguí, estuve a punto de atraparla, pero me tropecé y me raspé mis rodillas.

Sasuke sintió un apretón en el corazón, al ver las lágrimas en los ojos de la pequeña Karin y las marcas en sus rodillas raspadas. Con cuidado, la levantó en sus brazos, sintiendo el peso ligero de su cuerpo infantil. Naruto se acercó con una sonrisa tranquilizadora, esperando transmitir seguridad.

–Está bien, Karin. Pero debes ser más cuidadosa la próxima vez. No sabes cuánto nos preocupamos cuando te perdimos de vista.

Hinata se acercó con un pañuelo y gentilmente limpió las heridas de las rodillas de Karin, que se dejó al estar segura en los brazos de Sasuke. Suigetsu, que había seguido a los otros, se acercó con una botella de agua y algunos vendajes.

–Aquí tienes, Karin. Vamos a curarte esas heridas para que estés lista para lo que viene.

Karin asintió con timidez, agradecida por el cuidado de sus amigos. Sasuke la sostuvo con ternura, dejando que se calmara mientras le curaban las heridas.

Después de unos momentos, Karin se secó las lágrimas y miró a Sasuke con determinación. Mientras que Sakura miraba la escena, llena de dolor e ira por no ser ella a la que Sasuke cuidaba con tanto amor.

–Lo siento, Sasuke. No volveré a irme sin avisar.

Sasuke le sonrió con suavidad, acariciando su cabello.

–Así me gusta, Karin, eres una buena niña. Ahora vámonos, que tenemos muchas cosas que hacer en Konoha.

Con Karin segura en los brazos de Sasuke, el grupo reanudó su camino hacia Konoha. La pequeña Karin se aferraba con fuerza a Sasuke, sus ojos rojos aún brillando con la determinación de no volver a causar preocupación a sus amigos.

Sasuke, con una mezcla de alivio y responsabilidad, no dejaba de vigilarla atentamente. Temía que le pasara algo si volvía a descuidarla, por lo que, abrazándola con fuerza, se preguntaba sí así se sentía al tener un hijo.

Y ante esa pregunta, otra sé formó en su subconsciente. Una sobre sí así sería tener hijos con Karin, sobre si los cuidaría bien y si amos serían felices.

Sasuke, con la pequeña Karin en brazos y ella aferrándose a él como si fuera su ancla. Caminaba con el grupo hacia Konoha, su mente divagando en pensamientos que apenas se permitía.

La imagen de la pequeña Karin, con sus lágrimas y su inocencia, había despertado en él un instinto protector que jamás había imaginado sentir con tanta intensidad. Mientras caminaban, una visión se formó en su mente, tan vívida que casi podía sentirla como real.

Se vio a sí mismo, años en el futuro, en una época de paz y en una casa tranquila y acogedora en las afueras de Konoha. El sol de la tarde bañaba el jardín con su luz cálida, y el sonido de risas infantiles llenaba el aire.

Karin, ahora adulta y radiante, salía al jardín con una sonrisa tierna y amorosa. Sus ojos rojos brillaban con la misma determinación y fuerza que siempre había admirado en ella, los mismos ojos que lo enamoraron y que de alguna manera lo dejaban atontado.

A su lado, tres niños corrían y jugaban, tratando de no pisar las flores que su madre había plantado. una niña con el cabello rojo y los ojos negros como los de Sasuke, brincaba por el lugar con mucha alegría y luciendo un vestidito azul que en medio llevaba estampado el abanico Uchiha y los hombros tenían el espiral del símbolo Uzumaki.

Un niño con el cabello azabache y los ojos del mismo rojo intenso que los de su madre, seguía a su hermana para evitar que se tropezara, luciendo un traje negro con el abanico de los Uchiha en las mangas y el espiral de los Uzumaki en el pecho. Y al final, se mostraba una niña de ojos y cabello negro, luciendo un vestido rojo con el símbolo de los Uchiha y Uzumaki en los hombros, que evitaba que sus hermanos menores pisaran las flores.

Sasuke se veía sentado en un banco bajo un gran árbol, observando a su familia con una mezcla de orgullo y amor. La pequeña niña, con una risa alegre, corrió hacia él, lanzándose a sus brazos.

–¡Papá, papá! ¡Mira lo que hice!

Le mostró una pequeña mariposa de papel que había doblado con esmero, y Sasuke sonrió, sintiendo una calidez que solo ellos podían darle.

–Es hermosa, Miyako.

Dijo suavemente, acariciando el cabello de su hija. La pequeña sonrió, satisfecha con el elogio de su padre, antes de correr de nuevo hacia su madre.

El niño, más tranquilo, pero igual de curioso, se acercó a Sasuke con un libro en las manos.

–Papá, ¿me lees esta historia?

Sasuke tomó el libro con una sonrisa, sintiéndose lleno de amor y gratitud por estos momentos tan simples, pero tan significativos.

–Claro, Satoru. Ven, siéntate aquí conmigo.

El niño se acomodó junto a él, y Sasuke comenzó a leer en voz baja, sintiendo la cercanía y el amor de su hijo. Mientras leía, levantó la vista y vio a Karin mirándolos con una sonrisa serena y amorosa.

Sus ojos se encontraron, y en ese momento, Sasuke sintió una conexión tan profunda que casi le cortaba la respiración. Karin se acercó, tomando asiento a su lado y rodeando a ambos niños con sus brazos.

Su hija mayor, la serena Sarada, se colocó detrás de Karin y comenzó a peinar a su madre. Sasuke sintió que ese era el lugar donde siempre había querido estar, rodeado de las personas que amaba, construyendo una vida juntos.

La visión fue tan fuerte y tan real, que Sasuke tuvo que parpadear varias veces para volver al presente. Miró a la pequeña Karin en sus brazos, y una nueva determinación se encendió en su corazón.

No importaba cuánto tiempo pasara o cuántas dificultades enfrentaran, él haría todo lo posible para protegerla y para construir esa vida juntos. El grupo continuó su camino, ajeno a los pensamientos que inundaban la mente de Sasuke.

Pero él caminaba con una nueva certeza, sabiendo que su futuro con Karin no solo era una posibilidad, sino un objetivo al que dedicaría cada parte de su ser. Mientras avanzaban, Sakura caminaba en silencio y fulminando a Karin como si ella le hubiera arrebatado todo.

Manteniendo la distancia, pero sin poder evitar que sus pensamientos se inundaran de emociones encontradas. Observaba a Sasuke con Karin tan felices, dejándola atrás y no podía evitar sentir una punzada de celos y tristeza.

Recordaba los días en que ella había sido el centro de la atención de Sasuke, antes de que todo se complicara. O tal vez solo fue su imaginación, porque si lo recordaba bien, él jamás la vio con adoración como si suele mirar a Karin.

–Sakura.

Llamó Naruto suavemente, acercándose a ella.

–¿Estás bien?

Sakura forzó una sonrisa y asintió.

–Sí, estoy bien.

Naruto la observó con preocupación, pero decidió no presionar. Sabía que Sakura necesitaba tiempo para procesar que Sasuke y Karin parecían ser algo más que amigos, por lo que la dejó estar y regresó con su novia Hinata.

Al llegar a las puertas de Konoha, fueron recibidos por un grupo de ninjas que estaban al tanto de la situación. Kakashi, el Hokage de la dimensión principal, se encontraba entre ellos, su mirada seria pero comprensiva.

–Me alegra verlos a salvo.

Dijo serio Kakashi, dirigiéndose al grupo.

–Hemos estado monitoreando la situación y sabemos que enfrentaron dificultades, Karin de la segunda dimensión ya nos contó todo y espera a Sasuke y a la Karin de nuestra dimensión en el complejo Uchiha.

Sasuke asintió, apunto de irse, cuando Kakashi volvió hablar y lo detuvo en un instante.

–Pero antes, necesitamos reunirnos de inmediato para discutir nuestros próximos pasos. Así que los espero en la torre hokage, junto al Kakashi de la segunda dimensión. Con esto dicho, tienes una hora de descanso y aprovéchenla bien.

Sasuke asintió, agradecido por la pequeña pausa antes de la inevitable reunión. Con Karin todavía en sus brazos, miró a su grupo y asintió en dirección al complejo Uchiha.

–Karin y yo vamos a la residencia Uchiha para descansar un poco, pueden seguirnos o ir a casa para recobrar fuerzas.

Sakura asintió en silencio, sin encontrar palabras para expresar sus sentimientos encontrados. Caminó a paso lento junto a Naruto y Hinata con Suigetsu detrás, manteniendo su distancia.

Al llegar a la residencia Uchiha, Sasuke colocó a la pequeña Karin en el sofá, asegurándose de que estuviera cómoda. Naruto y Hinata se sentaron cerca, mientras Suigetsu se apoyaba en la pared, observando atentamente.

Karin formal, que había llegado antes y preparado todo, apareció con una bandeja de té y bocadillos. Charasuke corriendo detrás de él, haciendo recordar a Sasuke cuando era niño y buscaba la atención de su hermano mayor Itachi.

–Me alegra verlos a todos aquí.

Sasuke asintió, agradecido por la preparación de los alimentos que les trajo Karin formal.

–Gracias, Karin. Pero dime, ¿Cómo te dejaron entrar a la cocina?

Karin formal se sonrojó por la pregunta de Sasuke, desviando la mirada hacia Charasuke que comía pastelillos con entusiasmo.

–Bueno, la señora Uchiha, madre de Charasuke dijo que quería ver mis artes culinarias y me hizo cocinarle algo a Charasuke.

Sasuke sonrió levemente ante la escena, sintiendo una mezcla de familiaridad y ternura. Miró a la pequeña Karin que ahora estaba mordisqueando un pastelillo, con una expresión de satisfacción en su rostro.

–Está delicioso, Karin.

Dijo Charasuke con entusiasmo, y Karin formal se sonrojó aún más.

–Me alegra que te guste.

Respondió ella, con una sonrisa tímida. La calidez de la escena contrastaba con la tensión de los últimos días, ofreciendo un respiro necesario para todos.

Mientras disfrutaban del momento, Sasuke se permitió relajarse un poco, aunque sin dejar de estar alerta. Sabía que esta calma era solo temporal, y que pronto tendrían que enfrentarse a los desafíos que les esperaban.

–Y a todo esto, ¿Dónde están la señora y el señor Uchiha?

Preguntó Naruto curioso, mirando a todos lados para buscar a los papás de Sasuke que en su dimensión no había podido conocer. Charasuke dio una risita, hablando con la boca casi llena.

–Mama y papa fuebo pof lady Sunade.

Naruto no entendió nada por obvias razones, por lo que preguntó curioso.

–¿Qué dijo?

Karin formal tuvo que hablar por Charasuke, suspirando levemente por la descortesía del niño Charasuke.

–El señor Fugaku Uchiha y la señora Mikoto Uchiha fueron a buscar a Lady Tsunade para que nos ayude a revertir el jutsu de reversión de edad que afectó a Charasuke y a Karin.

Luego de dar esa respuesta, sé giró a Charasuke y lo regañó levemente.

–Y tú, Charasuke, no debes de hablar con la boca llena, es de mala educación.

El tragó duro su pastelillo, mirándola con arrepentimiento y diciéndole suavemente.

–Lo siento, Karin, no lo volveré hacer.

Mientras tanto, con la respuesta que dio Karin formal, Naruto asintió, comprendiendo la situación. Hinata le dirigió una mirada comprensiva a Karin formal, quien parecía sentirse un poco incómoda por la situación de Charasuke y Karin.

–Esperemos que Lady Tsunade pueda encontrar una solución pronto.

Dijo Hinata con gentileza, tratando de animar el ambiente.

–Sí, confiamos en que lo hará.

Agregó Sasuke, con una expresión seria pero esperanzada. Aunque la situación era complicada, confiaba en las habilidades de Tsunade para encontrar una solución.

–Por lo pronto, debemos aprovechar este tiempo para descansar y estar listos para la reunión en la torre Hokage.

Propuso Naruto, buscando mantener el ánimo del grupo.

–Tienes razón, Naruto.

Concordó Sasuke, mirando a la pequeña Karin.

–Karin, ¿quieres descansar un poco más?

La niña asintió, bostezando suavemente. Sasuke la guía hacia una habitación donde pudiera dormir tranquilamente, asegurándose de que estuviera cómoda antes de regresar con los demás.

El grupo pasó el tiempo conversando y descansando, preparándose mentalmente para lo que vendría a continuación. A pesar de las preocupaciones y tensiones, encontraron consuelo en la compañía mutua y en la esperanza de que pudieran resolver la situación juntos.

Finalmente, cuando llegó la hora de la reunión en la torre Hokage, se pusieron en marcha, listos para enfrentar los desafíos que les esperaban. Sasuke llevaba a la pequeña Karin en brazos, protegiéndola con determinación mientras avanzaban hacia el futuro incierto que les aguardaba.

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/15 de junio de 2024/