Separadores que encontrarás en esta historia:

FFFFF - Cuando se narra un flashback o algo relacionado con el pasado de un personaje.

PPPPP - Cambio de escena. Ya sea que los mismos personajes estén en un ambiente diferente o que se relate una situación distinta, con otros personajes y en otro lugar.

SSSSS - Un personaje está soñando.


FFFFF

-Soy una Hanyou. Una chica mitad bestia. Hace 8 años, un extraño portal apareció en el lugar de donde vengo, absorbiéndonos a mí y a mi hermano menor. Desde entonces, y con ayuda de un hombre que se está haciendo pasar por nuestro tutor, tuvimos que adaptarnos a vivir aquí, buscando también un método para volver a nuestro hogar.

-Me advirtieron que al tener 40 cuencas blancas en el rosario, los Youkai que aparecerán después, serán más fuertes. Por ello, debo buscar nuevos aliados. Y no es por asustarte, pero creo que tú eres uno de ellos. Puedo sentir un gran poder espiritual dentro de ti, lo que explica porque pudiste escuchar y ver a la lombriz Youkai.

-Si lo intentaras tal vez te sorprenderías. Pero no pienso suplicarte para que seas mi compañero de batalla. A fin de cuentas, llevo haciendo esto desde hace mucho, así que no necesito ayuda.

FFFFF

-Maldición.comentó Sasuke, rompiendo otra hoja de su cuaderno, para luego hacerla bolita y arrojarla detrás de su hombro derecho.

Sentado frente al escritorio de su alcoba; siendo únicamente alumbrado por la lámpara de la mesa, intentaba concentrarse en un ensayo que debía entregar para la clase de literatura.

No obstante, las palabras de HanaYasha invadían sus pensamientos, por lo que le resultaba imposible concentrarse. Agotado, se dejó caer en el respaldo de la silla de ruedas, cerrando un momento los ojos... hasta que sintió cómo algo viscoso cayó sobre su mejilla izquierda.

Abrió los ojos y se enderezó. Cuando llevó sus dedos a su rostro y los apartó a unos centímetros, vio horrorizado la sangre en ellos. Tragó saliva, levantando despacio la cabeza hacia el techo.

Una máscara Noh; con una cicatriz vertical pasando por encima de su ojo derecho,lo miraba fijamente, sumergida en un desagradable cuerpo viscoso.

Maldijo para sus adentros. Tomó unas tijeras del escritorio y corrió con prisa hacia la puerta del cuarto, saliendo al pasillo.

La máscara y la enorme masa que funcionaba como su cuerpo, lo siguieron sin ninguna dificultad, hasta la calle envuelta con la penumbra de la noche.

PPPPP

En un departamento, ubicado a unos cuantos metros de la preparatoria Konoha, el teléfono principal comenzó a sonar.

-¡ZAFO! – gritaron al unísono, un chico de largo cabello negro platinado y un hombre de alborotado cabello gris, comiendo en la mesa del comedor.

El menor solo usaba unos boxers de color negro y el mayor un traje holgado azul oscuro de cuerpo completo.

-¡JA! – bufó HanaYasha, quitándose los guantes que estaba usando para lavar los platos. - ¡Como si alguna vez contestaran el teléfono! – aproximándose al mueble donde se encontraba, lo llevó a su oreja izquierda. - ¿Si, diga?

Mientras escuchaba el anuncio automático y se retiraba el mandil amarillo que llevaba encima de su ropa, sintió una presencia hostil, por lo que abrió sus ojos dorados de par en par, señalando con ellos las puertas del balcón.

-Kakashi-sensei. – lo llamó seriamente el chico de cabello negro platinado.

El mencionado, poniéndose un cubre bocas que usaba con frecuencia, asintió.

-Este Youkai es más fuerte y amenazante que los anteriores.

Al escuchar aquello, la joven colgó el teléfono y corrió hacia el vestíbulo.

-¡HanaYasha!

-¡O-Oye, al menos espera a que me vista bien! – dijo el muchacho, observando con una mueca como tomaba una espada y se la ataba a su cintura.

-¡En una emergencia, a nadie le importa si sales en calzones! – respondió, antes de salir del departamento y azotar la puerta.

-No la escuches, ve a cambiarte. – comentó Kakashi-sensei con una sonrisa, volteando hacia el chico.

PPPPP

-¡ENTRÉGAMELO! – exigió la máscara de Noh, tambaleándose en el asfalto mientras seguía a Sasuke. - ¡ENTRÉGAME TU CUERPOOOOOOO!

-¡¿Para qué diantres lo quieres?! – replicó molesto, volteando un segundo sin dejar de correr. - ¡Si se ve que ya tienes uno!

Transformando la masa rojo oscuro en filosas lanzas que se clavaban en los alrededores, la criatura se acercó con rapidez hasta él, alcanzando a tomarlo de sus piernas, para hacerlo caer al suelo.

Apretando con fuerza las tijeras en su mano derecha, intentó liberarse, cortando las cuerdas viscosas. Sin embargo, cada vez que lo hacía, más aparecían en su lugar, enredándolo hasta envolverlo como un capullo; a excepción de la cabeza.

Las tijeras quedaron lejos de su alcance, revotando en el asfalto, al mismo tiempo que su boca también era presa de las cuerdas.

-Finalmente... - dijo el Youkai, poniéndose a unos centímetros de su rostro.

Sasuke se quejaba, se retorcía y cerraba los ojos con fuerza.

-Es inútil.

Cambiando la forma de las cuerdas por una gigantesca burbuja viscosa roja, le quitó con facilidad el poco aire que llevaba en sus pulmones, desmayándolo.

Fue entonces, que unas implacables cuchillas rojas; en forma de luna menguante, aparecieron de pronto, explotando la burbuja y haciendo caer al joven.

Unos segundos después, la máscara salió volando por los aires, rebotando varias veces en el asfalto una vez que descendió.

-¡¿Eso fue todo?! ¡Qué decepción! – se quejó HanaYasha, guardando su espada.

No obstante, al ver a Sasuke tirado; al otro lado de la calle, corrió hacia él y se arrodilló a su altura. Tomándolo en sus brazos, llevó sus orejas a su pecho y su rostro.

-¡No está respirando! – pensó alarmada.

Acostándolo de nuevo en el suelo, cubrió sus orificios nasales con sus dedos y le dio respiración de boca a boca. Acto seguido, le realizó compresiones en el pecho.

-Vamos... vamos... - susurró, repitiendo el mismo procedimiento por unos segundos más, hasta que abrió de golpe sus ojos y se movió a su derecha, escupiendo una parte del cuerpo viscoso de la máscara.

La hibrida suspiró aliviada.

-¿H-HanaYasha? – la llamó débilmente, identificando su largo cabello plateado y sus ojos dorados, mientras se sentaba. - ¿Q-Qué haces...?

-No te sobre esfuerces. – le pidió, sacando algo del bolsillo de sus shorts negros. - Aún estás muy débil.

Al dar con la cadena, se la entregó en su mano derecha, confundiéndolo.

-¿Y esto?

-Tu nueva arma. Aunque no te conviertas en mi compañero de batalla, te servirá para protegerte si vuelves a encontrarte con otro Youkai. – con sus garras, señaló las pequeñas figuras plateadas unidas a la cadena. - Lo único que tienes que hacer, es impregnarla con un poco de tu poder espiritual y, al instante, se transformará en un arco con flechas.

-Pero... - frunciendo el ceño, apretó la cadena. - ¿Por qué yo?

-Ya te lo dije en la escuela. – respondió seriamente, sacando algo más del bolsillo de sus shorts negros. - Tienes una gran cantidad de poder espiritual en tu interior. Por eso, atraes a las criaturas sobrenaturales con mayor facilidad.

Con un pañuelo en su mano, se aproximó al muchacho, limpiando con cuidado la mancha de sangre que tenía en su mejilla izquierda.

-Qué alivio... - susurró con una sonrisa. - ...no tienes ninguna herida. - al terminar, se puso de pie y caminó tranquilamente hacia la máscara.

Sasuke, viendo su espalda, parpadeaba anonadado, llevando un pequeño rubor en sus mejillas.

De pronto, el objeto maligno dio un salto, abriendo una gran boca desde el centro y dándole una fuerte mordida a la joven en el brazo derecho.

-¡Caíste en mi trampa, estúpida! – exclamó triunfante, atrapándola en una viscosa y gran burbuja rojo oscuro.

-¡H-HanaYasha! – exclamó Sasuke, viendo horrorizado como se cubría la boca y la nariz con las manos, aguantando la respiración. - ¿Q-Qué hago? – se preguntó, apretando la mandíbula y temblando. - ¡Si intervengo...!

FFFFF

-¡Aléjate de nosotros!

-¡No te nos acerques más!

FFFFF

De repente, su cuello fue tomado por un lazo, levantándolo unos centímetros del suelo.

-¡Sasuke! – lo llamó HanaYasha en su mente, empezando a ceder por la falta de aire.

-Qué patético eres. – dijo la máscara, saliendo del interior del lazo y quedándose a unos centímetros de su rostro. - Tiemblas tanto que ni siquiera puedes moverte. Pero descuida... - volvió a abrir su gigantesca boca y se le abalanzó. - ¡...PROMETO QUE APROVECHARÉ BIEN TU CUERPO!

-No... - musitó, levantando su mano derecha, con la cadena enredada en ella.

Unos segundos después, unos rayos violetas aparecieron de su palma, quemando el lado izquierdo de la máscara.

Su dolor fue tanto, que la masa viscosa explotó, liberando a HanaYasha y haciéndola caer, oportunamente, en unos brazos ajenos.

-¡Bestia tonta! ¡¿Por qué nunca me escuchas?!

La joven reaccionó, encontrándose con el ceño fruncido del muchacho de cabello negro platinado.

-¿D-Daika? – susurró confundida. - ¡E-Espera un segundo! ¡¿A quién le llamas bestia tonta, bestia torpe?! – gritó escandalizada, siendo tirada de pronto por el chico. - ¡AAAAYYY, ESO DOLIÓ! – se quejó, sobándose la espalda baja.

-Estás pesada, ya ponte a dieta.

-¡Lo haré cuando tú dejes de comer papas fritas! – exclamó, levantándose y ahorcándolo con su brazo izquierdo.

Al otro lado, el joven de ojos negros los vio con una gotita de sudor bajando por su cabeza. Arrodillado en el asfalto, tenía sus dedos sobre su cuello, sintiendo todavía la fuerza del lazo.

-¡Malditos! – exclamó el Youkai, llamando por las malas la atención de Sasuke y capturando a HanaYasha y a Daika en una nueva burbuja viscosa. - ¡ME QUEDARÉ CON SUS CUERPOS!

-Muévete... - ordenó para sí mismo, levantándose y temblando. - ¡Muévete! ¡Muévete!

En eso, su mano derecha desprendió un resplandor azul claro y brillante, entregándole un arco negro, junto con una flecha del mismo color.

Sin pensarlo, posicionó la flecha en medio del arma y la lanzó hacia la burbuja, deshaciéndola de golpe con una explosiva cantidad de energía espiritual, que deterioró aún más a la máscara.

De nuevo en el suelo, la hibrida extendió su rosario hacia el monstruo, absorbiéndolo hasta que la cuenca negra se volviera blanca. Exhausta, cayó de rodillas y agachó la cabeza.

Fue descuidada y arrogante al pensar que ella sola podría vencer a los Youkai restantes.

-Oye. – la llamó Daika, sentado a su lado izquierdo.

-¿Ahora qué quieres? – interrogó con una mueca.

-Te estás desangrando.

Al escucharlo, levantó su brazo derecho con curiosidad y lo examinó de un lado a otro.

-¿Dejaste que esa cosa te mordiera? – interrogó con malicia. - Espero que no se infecte.

-¡N-No me molestes! – bramó avergonzada. - ¡Ahora mismo voy a...!

En eso, Sasuke se acercó a ella y se arrodilló a su altura. Tomó su brazo en silencio y lo envolvió con cuidado, usando un trozo de tela cortado.

Mirando de cerca su playera azul oscuro, se percató de que la había rasgado. Cuando terminó, examinó de nuevo su brazo. La tela tenía impregnada su aroma, por lo que se sonrojó de golpe.

-G-Gracias. – comentó en voz baja, sin poder mirarlo.

-¡PUAG! – exclamó de repente el chico de cabello negro platinado, tapándose la nariz. - ¡Apestamos a sangre y a vísceras! ¡Qué asco! – al voltear hacia Sasuke, cambió su expresión y se aclaró la garganta. – Por cierto, soy Daika Higurashi, el hermano menor de HanaYasha. Mucho gusto.

-Ahora que lo veo bien. – pensó el joven, parpadeando anonadado. – También tiene esas extrañas orejas en la cabeza. - en eso, su vista se nubló, desmayándose un segundo después.

PPPPP

FFFFF

El parque era tan inmenso y tenía tantos juegos, que era frecuentemente visitado por los niños de la primaria cercana.

Él incluido.

Para su mala suerte, una vez que su hermano mayor lo dejaba, sonriéndole antes de irse con sus amigos, se quedaba solo.

Los rumores eran crueles. Demasiado para soportarlos por su cuenta. Por ello, no le quedaba más opción que caminar tranquilamente hacia los árboles en las orillas, sentándose en un columpio amarrado en sus ramas.

Aferrando sus manos a las cuerdas, miraba con tristeza como los demás se divertían. Y cada vez que una pelota terminaba a unos centímetros de sus pies... aunque quisiera devolverla, tampoco podía.

Estaba maldito.

Y si la tocaba, solo conseguiría incrementar el desprecio y odio de los otros niños.

¿O...? ¿...de algo más? ¿Una figura negra a lo lejos?

FFFFF

-¡Daika, ya deja de comer! ¡No vas a dejarnos nada!

Acostado en un sofá, Sasuke abrió los ojos, parpadeando para recuperar de a poco su visión. Lo primero que notó, fue que el techo de la habitación no era el de su casa, ya que era de color blanco.

-¡JA! ¡Ese no es mi problema! ¡Tú fuiste la que decidió ponerse a lavar platos antes de sentarse!

-¡Porque tú no lo hiciste, POR FLOJO!

Reconociendo las voces de HanaYasha y Daika, respiró y se inclinó hacia adelante.

Los dos estaban sentados detrás de una pequeña mesa, gruñéndose mientras sostenían un plato lleno de sushi.

Sus ropas eran diferentes a las que usaron en la cacería de la máscara de Noh.

Ahora el chico, en lugar de llevar una camisa verde de mangas largas y unos pantalones negros, tenía puesta una camisa de tirantes blancas y unos shorts rojos que le llegaban por encima de las rodillas.

La Hanyou, por otra parte, estaba vestida con un largo camisón de color lila y unas mallas blancas que le llegaban por arriba de los tobillos.

-Vamos, chicos. – dijo Kakashi, apareciendo desde una puerta, con una bandeja de plástico en sus manos. - Hay mucha comida, claro que alcanza para...

En eso, sus ojos negros se encontraron con los de Sasuke.

-Hola. Qué bueno que despertaste. – lo saludó, consiguiendo que los hermanos Higurashi también voltearan hacia él. - ¿Te gustaría entrar a la ducha o cenar primero?

-¿Dónde estoy? – cuestionó confundido.

-En nuestro departamento. – respondió HanaYasha, soltando el plato. Con su transformación anulada, su largo cabello era de color negro. – Como no sé dónde vives, lo único que se me ocurrió fue traerte aquí.

-Creí que por ser hombre estarías más pesado que mi hermana... - dijo Daika, comiéndose un pedazo de sushi. - ...pero resultó ser al revés.

Al instante, la joven lo fulminó con la mirada, obligándolo a esconderse detrás de Kakashi, quién también la vio nervioso.

-Si no es ninguna molestia... - habló Sasuke de nuevo, tranquilizando la situación. - ...quisiera ducharme primero.

-C-Claro, ven conmigo. – pidió Kakashi, ocultando una sonrisa detrás de su cubre bocas.

Dejando la bandeja sobre la pequeña mesa del comedor, abrió la puerta corrediza por donde había salido recién.

-Y ustedes dos... - volteó su mirada hacia los muchachos. - ...si no quieren que les suspenda las golosinas, dejen de pelear.

Daika lo miró boquiabierto y HanaYasha alzó el mentón, indignada. El hombre sonrió de nuevo. Dejó pasar al Uchiha y luego, cerró la puerta tras de sí, abandonándolos brevemente en un tranquilo silencio.

PPPPP

Un rato después, Sasuke salió de la ducha; vestido con una playera de mangas cortas color negro y unos pants de color azul claro, que le quedaban grandes, y se sentó frente a HanaYasha.

Cada pequeño bocadillo con el que se topaban sus ojos dorados, ella lo tomaba con sus palillos y lo devoraba sin dudar... hasta atragantarse por accidente, tomando con prisa su gran vaso de agua.

-Cuando tiene el cabello negro, suele ser graciosa y tranquila. – pensó el joven. - Pero, cuando es plateado, es fuerte y arrogante. Aunque...

FFFFF

-Qué alivio... no tienes ninguna herida.

FFFFF

-Sasuke...

En eso, HanaYasha lo despertó de sus pensamientos, observándolo nerviosa y atónita.

-¿P-Pasa algo?

-Seguramente se asustó al ver que eres un desastre para comer. – contestó Daika, ganándose un fuerte golpe en la cabeza.

-No es mi culpa que Kakashi-sensei cocine delicioso. – replicó enojada.

-¿"Sensei"? – interrogó el muchacho, volteando la mirada de su compañera, hacia el hombre de cabello gris, sentado a su izquierda.

-No me he presentado, ¿Verdad? – comentó apenado. - Soy Kakashi, el tutor de estos revoltosos.

Al señalarlos, los hermanos resbalaron de sus sillas.

-Trabajo como profesor de historia en la universidad de Tokio, por eso me dicen "sensei". – haciendo a un lado su cubre bocas, sin dejar que vieran su rostro, se comió una porción de arroz y giró hacia los muchachos. – Y díganme, ¿Cómo les fue con el Youkai de esta ocasión?

-Era una máscara Noh. – respondió HanaYasha. – Tenía una cicatriz por encima de su ojo derecho. ¿Te suena de algo?

-Con que una cicatriz... - apoyándose en el respaldo de la silla, levantó la cabeza al techo y se cruzó de brazos. - Tal vez se haya tratado de la máscara devora carne. – hizo una pausa, volteando de nuevo hacia los menores. – Cuenta la leyenda que en la era Sengoku, una máscara que fue tallada con la madera de un árbol maldito, devoraba las cabezas de sus víctimas, para luego quedarse con sus cuerpos. Sin embargo, los cuerpos de los humanos son frágiles, así que, sin importar lo que hiciera, siempre terminaba creando una gran masa viscosa de vísceras, sangre y carne.

De pronto, Sasuke se levantó, arrastrando hacia atrás la silla.

-Gracias por todo. Tengo que irme. – comentó, dirigiéndose al vestíbulo con la cabeza agachada.

-¡Sasuke, espera! – pidió HanaYasha.

Pero cuando quiso seguirlo; apartándose de la mesa, él ya había tomado sus zapatos y cerrado la puerta.

-¿Estás segura de que lo quieres como uno de tus aliados? – interrogó Kakashi, llamando su atención. - No parece muy interesado que digamos.

-Voy a darle tiempo. – contestó sonriente, sorprendiéndolo. - Ya que, de no haber sido por su ayuda, nosotros no seguiríamos vivos.

Fin del capítulo.