Separadores que encontrarás en esta historia:

FFFFF - Cuando se narra un flashback o algo relacionado con el pasado de un personaje.

PPPPP - Cambio de escena. Ya sea que los mismos personajes estén en un ambiente diferente o que se relate una situación distinta, con otros personajes y en otro lugar.

SSSSS - Un personaje está soñando.


SSSSS

Había tanta luz que apenas y podía ver el rostro de su acompañante. El único rasgo distintivo que pudo identificarle, fue su cabello negro.

Ambos estaban sentados en una banca, ubicada sobre una inmensa colina, donde tenían una perfecta vista del cielo azul y de un lugar que nunca antes había visto.

El viento soplaba. Y con él, aparecían con completa libertad los rosados pétalos de un árbol de cerezo.

-Siento tener que marcharme tan pronto. – lo escuchó decir, mientras le sonreía. – Pero te prometo que volveré a tiempo para el festival.

-¡JA! Por favor... – dijo una joven, sorprendiéndola. ¿Había alguien más con ellos o era ella quién hablaba? – Tú nunca cumples tus promesas. ¿Por qué esta ocasión sería diferente?

La sonrisa que le puso reflejaba melancolía.

SSSSS

Lunes. El despertador de su mesita de noche sonó a la misma hora de todas las mañanas, por lo que abrió los ojos y lo desactivó.

Sentándose en su cómoda cama con colchas color lila, HanaYasha Higurashi dejó escapar un último bostezo de su boca antes de levantarse bien y caminar hacia el armario.

Una vez abiertas las puertas, reemplazó su piyama de dos piezas color rosa, por el nuevo uniforme de su escuela, el cual, había recibido por parte de Hinata, antes de volver a su hogar... y pelear contra la máscara devora carne.

Al terminar de ponerse unas largas calcetas blancas, se dirigió a la cocina y se preparó su desayuno. Daika y Kakashi ya se habían marchado, por lo que el departamento estaba en completa calma y silencio.

Cuando terminó, lavó los platos. Se colocó sus tennis blancos, tomó su mochila y un gigantesco bento de varios compartimentos que había preparado la noche anterior, para salir finalmente del lugar.

-¿Quién será ese muchacho? – pensó, pasando junto a una tienda de antigüedades, con su silueta reflejándose en el cristal del aparador, al mismo tiempo que pequeños fragmentos de su sueño se quedaban en su mente. - Se parecía mucho a Sasuke... ¡Pero no puede ser él! ¡Apenas acabo de conocerlo!

De pronto, un repentino torbellino le levantó la falda, haciéndola poner una mueca y llevar sus manos hacia la prenda. Cuando se dio cuenta de que un chico rubio había sido el responsable, le gritó:

-¡O-Oye, fíjate por donde vas!

-¡No puedo llegar tarde hoy, de verás! – exclamó de vuelta, girándose un momento. - ¡Por cierto, linda ropa interior!

HanaYasha, enfureciendo de golpe y con la cara roja de vergüenza, tomó el gran bento con ambas manos y comenzó a correr tras él.

-¡NO SÉ QUIEN SEAS, PERO ESTÁS MUERTOOO!

PPPPP

Sentado en su pupitre, en el aula del grupo 1-C de la preparatoria Konoha, Sasuke Uchiha leía con tranquilidad un pequeño libro que tenía en sus manos.

Aunque por fuera, sus compañeros lo vieran con el mismo aire que siempre reflejaba; de misterio y serenidad, por dentro, la batalla contra la máscara diabólica que se presentó en su casa, la noche del viernes pasado, lo molestaba en sus pensamientos.

FFFFF

-Cuenta la leyenda que en la era Sengoku, una máscara que fue tallada con la madera de un árbol maldito, devoraba las cabezas de sus víctimas, para luego quedarse con sus cuerpos.

FFFFF

-Cielos... – pensó, dejando a un lado el libro y cerrando sus ojos para darse un masaje en el puente de la nariz. - ...no quiero volver a pasar por algo así. – del bolsillo izquierdo de sus pantalones, sacó la cadena que le entregó la Hanyou. – Tal vez debería devolver esto. Pero... – sobre su palma, la estrujó con sus dedos. – ¿Qué podría hacer si otra de esas cosas aparece frente a mí?

De repente, la entrada de cierto rubio cabeza hueca, empujando la puerta corrediza de manera brusca, le sacó un buen susto de muerte.

-¡Ya llegó por quién lloraban, de verás! – gritó con orgullo Naruto Uzumaki.

El único chico de toda la clase que llevaba encima de su uniforme una larga gabardina negra con las mangas arremangadas. Y en su frente, una banda del mismo color, con un remolino anaranjado pintado en el centro.

-Qué fastidio. - dijo uno de sus amigos al verlo. - Si sigues entrando así, harás que me sangren los oídos.

-¡A mí también me da gusto verte, Shikamaru! – exclamó sonriente, saludando al muchacho de negro cabello picudo, atado hacia arriba.

-¡Naruto! – le gritó la chica de cabello rosa, parándose de su pupitre. - ¡¿Pero qué modos son esos de...?!

-¡Sakura! – la llamó con alegría, corriendo hacia ella y abrazándola de repente. - ¡Mi regañona jefa de grupo favorita! ¡Te extrañé mucho!

-¡Ya suéltame, tonto! – exigió, con dos círculos blancos en lugar de ojos. - ¡Harás que nos castiguen!

Entonces, una sombra entró rápidamente al salón, dándole al muchacho un buen golpe en la cabeza que lo tiró al suelo.

-¡S-Sakura! – chilló, sobándose su chipote. - ¡¿Por qué me golpeas si solo te estaba abrazando?!

-Yo no fui... - comentó anonadada, señalando detrás de él.

Luego de girarse, el chico se topó con la misma joven que había visto recién en la calle, rodeada por un aura diabólica.

-Por fin te alcancé, rubio mañoso... - dijo entre jadeos, con su puño derecho alzado y con su mano izquierda sosteniendo un gran bento de varios compartimentos, envuelto en una tela morada. No le importó quedarse sin aliento con tal de alcanzarlo y darle su merecido.Acto seguido, se agachó y lo tomó del cuello de su gabardina, levantándolo. - ¡Y si sabes lo que te conviene, te disculparás ahora mismo por lo que me hiciste!

Él la miró atónito.

-¿De qué hablas?

-¡No te hagas menso! – exclamó enojada. - ¡Me refiero a cuando pasaste corriendo por mi lado y me levantaste la falda! ¡Hasta dijiste que mi ropa interior era linda!

Al escuchar aquello, todos los que estaban presentes se quedaron sonrojados o boquiabiertos. Más el rubio, porque no recordaba haber hecho tal cosa.

-¡NA...RU...TO...!

Y su situación solo estaba por empeorar. Volteando lentamente y tragando saliva grueso, tembló con las feroces caras de Sakura, Ino y otras de sus compañeras.

-¡C-C-C-CHICAS! ¡NO ME MIREN ASÍ, LES JURO QUE SE TRATA DE UN MALENTENDIDO, DE VERÁS! – pidió con una mueca, deshaciéndose de la mano de HanaYasha.

-¡AGARRÉNLOOOOOOOOOO! – ordenó Sakura, dando el grito de batalla.

No obstante, antes de que las jóvenes pudieran tocarlo...

-¡Esperen!

El Uchiha intervino, levantándose de su pupitre.

-S-Sasuke... - Naruto sollozó esperanzado.

¡Sabía que podía contar con él para salir de sus problemas! Por desgracia, en lugar de ayudarlo... terminó por darle una patada en la espalda cuando pasó por su derecha, enviándolo justamente hacia donde estaban Sakura e Ino.

-¡NO, NO! ¡¿QUÉ HACEEEEEEN?! ¡AAAAAAAAAHHHHHH! – gritó Naruto, intentando con uñas y dientes, salir de la multitud donde varias chicas lo jalaban y pateaban.

-La solidaridad de las mujeres da mucho miedo... - murmuró Shikamaru, siendo únicamente escuchado por Kiba y Chouji, quienes asintieron al mismo tiempo, escuchando y viendo la golpiza.

HanaYasha parpadeó anonadada, antes de observar como Sasuke salía como si nada del salón, por la puerta corrediza del frente.

PPPPP

-Joven Uzumaki.

Un rato después, el profesor Danzou entró al salón, quedando bastante sorprendido con los moretones y chichones que el mencionado tenía en el rostro y la cabeza.

-¿Qué fue lo que le pasó?

-Tuve una pelea muy fea con una ardilla y sus amigas cachetonas, de verás. – respondió malhumorado, ganándose muecas diabólicas por parte de sus compañeras.

-Bueno, le aseguro que, si está al tanto con mi materia, el examen sorpresa de hoy será menos intenso que su encuentro con las ardillas.

Al saber aquello, la Hanyou escuchó los rayos del apocalipsis, rompiendo con fuerza el lápiz que sostenía en su mano derecha.

El estruendoso sonido, sumado a la mueca de dolor que tenía en su rostro; como si estuviera a punto de llorar, consiguió que los demás estudiantes la vieran con una gotita de sudor bajando por sus cabezas.

PPPPP

Llegada la hora del descanso y con sus autoestimas aplastadas a más no poder, HanaYasha; llevando en su mano derecha el bento de varios pisos, y Naruto, salieron del salón, encorvados, arrastrando los pies y con sus almas saliendo por sus respectivas bocas.

-¡Vamos, HanaYasha! ¡Anímate! – le pidió Sakura, colocando su mano sobre su hombro derecho y llamando su atención. – Los exámenes sorpresa no significan tanto como los parciales. ¡Tendrás más oportunidades la próxima vez, te lo aseguro!

En lugar de regresarle su sonrisa, solo consiguió deprimirla más en su miseria.

-Creo que deberíamos dejar ese tema de lado. – comentó Ino, nerviosa.

-¡Oye, Sasuke!

En eso, la voz del rubio llamó su atención, haciéndola enderezarse y viendo cómo, unos metros más adelante, se interpuso en el camino del mencionado, sonriéndole con todos los dientes.

-¡Ven a comer con nosotros! ¡Así no te sentirás tan solo, de verás!

El muchacho de ojos negros frunció el ceño. Levantó su brazo izquierdo y lo hizo a un lado.

-Deja de insistir. – pidió con frialdad. - Sabes bien que no puedo.

-¡Ay, ¿Todavía sigues con eso?! – gritó, pateando enojado el piso. - ¡Yo soy la mejor prueba de que tu supuesta maldición es un fraude! ¡Me acerqué muchas veces a ti y nunca me pasó nada, de verás!

-No pienso arriesgarme. – dijo, observándolo por encima de su hombro izquierdo. – Piérdete.

Y con esa última palabra, siguió su camino por el resto del pasillo, haciendo enfadar más a Naruto y preocupando a HanaYasha.

PPPPP

-¡Ese maldito Danzou realmente es un ogro! – se quejó Ino, llenándose la boca con arroz. - ¡Mira que dejarnos una cantidad bestial de tarea luego de torturarnos con ese examen!

-¿T-Tan mal les fue? – preguntó Hinata, llevando en sus manos el enorme bento que HanaYasha había hecho para ella.

La mayor parte de la comida, por tanto movimiento al que se le sometió, estaba revuelta por los diferentes compartimentos.

-¡Ay, Hina! ¡Tienes tanta suerte de que él no te de clases! – la rubia tragó lo que comía y la abrazó en medio de un mar de lágrimas. - ¡Haría cualquier cosa por estar contigo y con el guapísimo de Sai!

-Así o más desesperada... - pensó Sakura, mirando a su amiga con una gotita de sudor bajando por su largo cabello rosa.

La joven Higurashi, mientras tanto, no podía dejar de pensar en las palabras de Naruto.

FFFFF

-¡Ay, ¿Todavía sigues con eso?! ¡Yo soy la mejor prueba de que tu supuesta maldición es un fraude! ¡Me acerqué muchas veces a ti y nunca me pasó nada, de verás!

FFFFF

-HanaYasha. – la llamó Sakura con una sonrisa. - ¿Todo en orden?

La aludida asintió.

-Solo... - comentó preocupada. - me intriga lo que el rubio mañoso le dijo a Sasuke, es todo.

-¿"R-Rubio mañoso"? – preguntó la joven de cabello azulado.

-Verás, Hinata. – habló Ino. - Lo que pasó en la mañana, fue que...

-¡NO LE CUENTES, LA VAS A TRAUMAR! – bramó la pelirrosa, haciéndola dar un respingo. - Y sobre lo que escuchamos en el pasillo... – cambiando su expresión, volteó de nuevo hacia su compañera de ojos dorados. - ...la verdad es que yo no conozco tantos detalles como Naruto. Lo único que sé, es que Sasuke siempre trata de estar apartado de todos. No solo en el descanso, sino también en las clases.

-Recuerdo que una vez me tocó hacer un trabajo de equipo con él. – agregó la rubia. - Y por mucho que le insistimos para reunirnos en una casa y hacer el proyecto, nos dijo que solo le enviáramos lo que tenía que hacer. Pero... - dejando su almuerzo a un lado, se aproximó a la joven y la rodeó de los hombros con su brazo izquierdo. - ...tú por otra parte, Hanita, parece que tienes algo que lo hace cambiar de parecer y querer estar acompañado.

-¿A-A qué te refieres? – cuestionó, confundida.

-¡Mira hacia allá! - pidió, señalando el edificio.

Detrás de una columna del pasillo exterior, el muchacho las miraba tranquilamente, cruzado de brazos. Aquello, le sorprendió tanto, que soltó sin querer una de las verduras que tenía en sus palillos.

-¡Anda! ¡Ve por él! – dijo Ino, sonriéndole y dándole unas palmadas en sus hombros.

-¿S-Será buena idea?

-Hinata tiene razón. – comentó Sakura, con una ceja arqueada. - ¿Qué tal si solo quiere estar ahí para almorzar? No creo que sea cortés interrumpirlo.

-¡¿Y qué tal si en realidad vino a buscar a HanaYasha y le da demasiada vergüenza acercarse, porque en realidad es muy tímido?! – preguntó la rubia ilusionada, con una cortina de rosas y brillos detrás de ella.

-¡Ya deja de ver tantas telenovelas! - exclamó la pelirrosa, teniendo dos venas punzantes en su cabeza.

HanaYasha, en silencio, se puso de pie y caminó hacia Sasuke. Debía admitirlo. Le intrigaba el motivo por el que se encontraba ahí, mirándola desde las sombras.

¿En serio solo era un lugar más para almorzar? ¿O realmente estaba interesado en ella?

De repente, recordó la sonrisa melancólica que puso el chico de su sueño, consiguiendo que se detuviera a medio camino.

-¿Y si lo que vi en la mañana no fue un sueño? – pensó, sintiendo como el viento movía su largo cabello negro hacia su izquierda. - ¿Qué tal si Sasuke y yo ya nos conocíamos de antes?

En ese momento, el joven volteó hacia ella. Sus ojos dorados solo podían verlo a él. Pero no parecían ser los mismos ojos confiados que llegaba a dedicarle de un segundo a otro en sus batallas.

Estos estaban llenos de dudas y tristeza.

Con cierta curiosidad, se apartó de la columna y saltó la barda del pasillo exterior para ir con ella. Sin embargo, en esos pequeños segundos, una sombra pasó entre ellos, levantándole la falda a la Hanyou y haciéndolo sonrojar de golpe.

-¡¿OTRA VEZ?! – preguntó enojada, bajándose la falda y volteando hacia su izquierda. - ¡TÚ...!

Antes de continuar, vio anonadada a un transparente muchacho rubio con un antiguo uniforme escolar, sonriéndole por encima de su hombro derecho mientras corría y se carcajeaba.

-¡Un espíritu! – optando una actitud más seria, comenzó a correr en la misma dirección. - ¡Naruto tenía razón! ¡Él no me hizo nada en la mañana! ¡Ese espíritu pervertido aprovechó que pasó junto a mí para hacer su travesura!

De pronto, otra silueta apareció, saltando desde la copa de un árbol y atrapando con su peso al espíritu, aplastándolo en la hierba del jardín.

-¡Te tengo! – exclamó el Uzumaki, con una gran sonrisa, deteniendo el camino de HanaYasha.

-¡Naruto!

Sasuke, quien había estado siguiendo a la Hanyou, llegó un segundo después, anonadado con lo que veía. Se sentía tan escéptico, que no dejaba de tallarse los ojos con su brazo derecho, un detalle que no pasó desapercibido por la joven de cabello negro.

-¡P-Piedad! – habló el espíritu, con su cara siendo aplastada por el pie derecho del rubio. - ¡Solo soy un humilde mirón de ropa interior!

-¡Piedad, mis calzones! – dijo Naruto, con una expresión zorruna, antes de señalar a HanaYasha. - ¡Discúlpate con ella, de verás!

-P-Perdón...

Después de eso, le aplastó la cabeza con su mano, haciéndolo desaparecer en una cortina de humo.

-Tiene un poder espiritual abrumador. – pensó la Hanyou. - No solo puede ver espíritus. ¡También puede hablar con ellos, tocarlos y exorcizarlos como sea!

-¿Estás bien? – le preguntó el Uzumaki, parándose y acortando la distancia entre ellos. - No te hizo algo más, ¿O sí?

-Lo lamento. – comentó avergonzada, haciendo una pequeña reverencia. - Pensé que tú me habías levantando la falda en la mañana. La verdad, jamás se me pasó por la cabeza que lo había hecho un espíritu.

-¿Cómo? – interrogó asombrado. - ¿También puedes verlos?

-U-Un poco, pero sí... - respondió, rascándose la mejilla izquierda y agregando una risa.

En eso, el muchacho le extendió su mano derecha.

-Soy Naruto Uzumaki. – se presentó con una gran sonrisa. - Es un placer conocerte, de verás.

HanaYasha estrechó su mano con la suya.

-Aunque...

Ella lo vio confundida.

-¡La verdad si tengo que darle la razón a ese espíritu! ¡Tu ropa interior si es muy bonita! ¡¿Verdad, Sasuke?!

-A mí ni me metas. – dijo con frialdad, desviando la mirada.

-¡JAJAJAJA! ¡Solo mírate! ¡Estás sonrojado, de verás!

Apenada y enfurecida, la joven les dio una buena cachetada a cada chico en sus mejillas izquierdas, girándose después para volver con sus amigas.

Fin del capítulo.