Separadores que encontrarás en esta historia:

FFFFF - Cuando se narra un flashback o algo relacionado con el pasado de un personaje.

PPPPP - Cambio de escena. Ya sea que los mismos personajes estén en un ambiente diferente o que se relate una situación distinta, con otros personajes y en otro lugar.

SSSSS - Un personaje está soñando.


-E-Es una broma, ¿Verdad?

Cuatro días después de lo ocurrido con Royakan, HanaYasha y Naruto fueron citados a la sala de maestros, donde el profesor Danzou les dio una noticia que los hacía poner muecas de terror en sus rostros. El hombre, sentado en la silla de ruedas de su escritorio y sin cambiar la dura expresión que les dedicaba, comentó:

-Odio los chistes, señorita Higurashi.

En ese instante, tragaron saliva grueso y sus frentes se pusieron azules.

Danzou movió su silla hacia atrás y tomó su portafolio para retirarse.

-Ya lo saben. Si no quieren repetir mi materia el próximo semestre, más vale que estudien como nunca antes lo han hecho. – se giró y, con lentitud, caminó hacia la puerta corrediza, ubicada en frente a la derecha. – Tienen hasta mañana.

PPPPP

-¡SASUKE!

-¡SAKURA!

Corriendo como un huracán endemoniado, HanaYasha y Naruto consiguieron dar con los mencionados en medio de un pasillo, siendo bañados por la luz del atardecer, que traspasaba los cristales de las ventanas.

-¡POR FAVOR, AYUDENNOS A ESTUDIAR! – agregaron al unísono, cayendo de rodillas y llorando con desesperación.

-¿T-Tan mal les fue con Danzou? – cuestionó Sakura, atónita.

-¡TERRIBLE! – aseguró la Hanyou, abrazando las piernas de Sasuke.

-¡ES UN YOUKAI DISFRAZADO DE HUMANO, DE VERÁS! – agregó Naruto.

-Ya no se preocupen. – habló el Uchiha, llamando la atención de ambos y agachándose a la altura de HanaYasha. - Los vamos a ayudar. – sonrió, intercambiando una pequeña mirada con Sakura, asintiendo.

-¡GRACIAS! ¡MUCHAS GRACIAS! – exclamaron al mismo tiempo, abalanzándose hacia ellos con sus rostros iluminados.

-¡Prometo prepararles el almuerzo por una semana! – anunció HanaYasha.

-¡Yo les quitaré a los malos espíritus de encima, de verás! – dijo Naruto.

Luego de pasar por sus cosas a su salón de clases, los cuatro jóvenes salieron de la preparatoria Konoha, cruzando diferentes calles y un gran parque, para llegar a la biblioteca pública.

Una vez que se presentaron en la recepción; anotando su hora de llegada, buscaron una gran mesa para estudiar y concentrarse. Con Sakura y Naruto distraídos por los libros a su alrededor, HanaYasha aprovechó para voltear hacia Sasuke.

Desde lo ocurrido en el gimnasio, ninguno había mencionado el evento con el lirio blanco. Tragó saliva y se sonrojó de golpe. Con solo recordar aquello, sentía demasiada vergüenza como para verlo a la cara, sin tener la menor idea de qué explicación darle.

Y como si sus pensamientos imaginarios y la realidad estuviesen conectados, el muchacho se aproximó hacia ella, encerrándola de lado en las repisas donde estaba parada, permitiéndole oler con discreción su impecable uniforme.

-Toma. – le comentó, sacándola de su trance.

Su mano derecha le extendía un libro de matemáticas de color azul. Quedándose en silencio, y con la mirada agachada, levantó sus manos con torpeza y sostuvo el libro.

En eso, Sakura y Naruto comenzaron a discutir, llamando tanto la atención de Sasuke, como para sacarlo del pasillo entre los dos muebles con libros.

HanaYasha lo observó apenada, cubriendo la mitad inferior de su rostro. Solo se había acercado para tomar el libro. Nada del otro mundo. Tomó aire profundamente y exhaló.

Ya estando más tranquila, asintió decidida y también salió de los estantes, quedando con los ojos ensanchados por la gran cantidad de libros; acomodados en dos torres, que Sakura había juntado para Naruto.

-Olvídenlo. – habló de pronto en tono sepulcral, acostándose en la mesa; junto a los ventanales de la fachada, donde se hallaba sentado con sus útiles. - Es imposible que yo pueda aprobar.

-¡Vamos...! – exclamó Sakura, golpeando la mesa y dándole un respingo que lo enderezó enseguida. - ¡Si te das por vencido tan pronto, seguirá tu rostro!

El rubio asintió. Tomó el primer libro que vio, lo hojeó y metió su cabeza entre sus páginas. HanaYasha lo vio con una gotita de sudor bajando por su frente.

Ya estaba lista para sentarse a su lado izquierdo. Pero un repentino movimiento de Sasuke se lo impidió hacerlo a su manera, confundiéndola y acelerando sin querer, los latidos de su corazón.

Sin previo aviso, la había tomado con gentileza de los hombros, conduciéndola a otro asiento vacío, para luego pasarle otro libro de las dos torres.

Aun perpleja por sus acciones, tomó con cierto temblor el objeto y lo hojeó, encontrándose de repente con una cara espectral que la hizo gritar, antes de que los focos en los techos explotaran y de que las piernas de Sakura y Sasuke fueran tomadas por una fuerza sobrenatural que los arrastraba, hacia el pasillo entre los estantes de madera.

Naruto y HanaYasha, arrojando lo que tenían en sus manos, se levantaron de sus asientos y corrieron hacia sus amigos, tomándolos de los brazos y jalándolos de vuelta hacia la mesa.

-¡AYUDENMEEEEE! – dijo una voz acongojada, apareciendo detrás de los jóvenes. - ¡AYUDENMEEEEE A ESTUDIAAAARR!

Sakura gritó; con dos círculos blancos en lugar de ojos, al ver la horrible cara del espectro que los sujetaba.

-¡Oye! ¡Ellos son NUESTROS chicos listos! – bramó Naruto, jalando a la pelirrosa.

-¡Sí! ¡Búscate a los tuyos! – agregó HanaYasha, esforzándose por mantener a Sasuke junto a ella.

Por desgracia, el espíritu no cedía, poniendo más fuerza de su parte y arrojándoles los libros que estaban usando para estudiar, sus útiles y sus mochilas.

-¡AAAAAAAAAAAHHHH! ¡Esto es horrible! – se quejó Naruto, con tres venas punzantes en la cabeza, antes de que un libro lo golpeara en la cabeza. - ¡No tenemos tiempo para lidiar con traumas de espíritus, de verás!

En eso, la joven de ojos dorados se transformó, intimidando tanto al espíritu, como para dejar en libertad a Sasuke y a Sakura, cayendo encima de ellos.

-Estudio... estudio... estudio... - lloriqueó, mostrándose como un joven común y corriente. Con gafas en su rostro y un uniforme escolar de color negro. - siempre fui forzado a estudiar. Tenía tantas ganas de disfrutar mi tiempo libre. – apartó los lentes en su rostro y se limpió las lágrimas con su brazo derecho. - De salir con mis amigos, de ver películas, el mundo... a mi cantante favorita... ¡PERO ESE MALDITO EXAMEN HIZO QUE PERDIERA MI VIDAAAAAAAAAA! ¡Y AHORA ESTOY MUERTOOOOO!

-¡Vamos, no todo es tan malo! – comentó el Uzumaki, sentándose frente a la pelirrosa. - ¡No tienes por qué seguir encerrado aquí! ¡Puedes salir y conocer el mundo como siempre quisiste, de verás!

-No, no puedo... - replicó, en un tono de voz que les heló la sangre. - porque siento mucha envidia de quienes reciben ayuda para estudiar.

Enfurecida, HanaYasha tomó uno de los libros que seguían en la mesa y se lo aventó, atravesando su pecho y sorprendiéndolo, al igual que los demás.

-¡¿Qué tiene de malo recibir ayuda, fantasma estúpido?! – gritó, aventándole más cosas que encontraba en el piso. - ¡Los edificios, los parques, los deportes, estos libros...! ¡Todo eso y más, lo hizo el trabajo en equipo de...!

De repente, se presentó ante ellos la bibliotecaria, esquivando un libro arrojado por la joven de cabello plateado, al mismo tiempo que el fantasma del estudiante se desvanecía con una risa, haciendo gruñir a Naruto por el coraje.

-Lo lamento, pero voy a pedirles que se retiren. – dijo con voz monótona, acomodándose sus lentes.

Unos minutos después, los jóvenes salieron de la biblioteca, bajando por sus largas escaleras de concreto. Como el sol ya se había ocultado por completo, no pudieron evitar perder sus esperanzas.

-Se acabó. – dijo HanaYasha. - Voy a tirarme de un puente...

-Igual yo. – comentó Naruto.

-¡Vuelvan aquí! – gritaron Sakura y Sasuke al unísono, con una vena punzante en sus cabezas.

-Vaya... - suspiró el chico de ojos negros, llevándose una mano a su frente mientras los demás lo miraban con curiosidad. - parece que no tendremos más opción que ir a mi casa.

PPPPP

-¡Wow! ¡Es enorme! – exclamó Naruto, quitándose los zapatos en el vestíbulo, para luego correr y saltar de un lado a otro.

-Pueden acomodarse en el comedor. – dijo Sasuke, encaminándose hacia las escaleras. - Iré por algunos libros, ahora regreso.

Las chicas asintieron. Se sentaron en dos sillas diferentes y comenzaron a sacar sus útiles. Naruto las imitó, llegando unos segundos después y provocando todo un desorden al sacar todo de golpe de su mochila anaranjada, algo que hizo enojar a la pelirrosa y divirtió a la chica de largo cabello negro y ojos dorados... topándose sin querer con el lirio blanco que le había obsequiado al Uchiha.

Asombrada por encontrarlo en un florero, dejó sus cosas y caminó con lentitud hacia el mueble que lo sostenía, llamando la atención de Sakura y Naruto. En eso, Sasuke bajó por las escaleras, extrañado por el silencio. Cuando sus ojos negros se dirigieron hacia HanaYasha, supo porque.

No esperaba que el lirio blanco que le regaló sobreviviera al ataque de Royakan. Perdiéndose en los escombros de la pared del gimnasio, como algo que no debía existir. Pasando por la mesa para dejar los libros en sus manos, se aproximó a la joven, sorprendiéndola más de lo que ya estaba.

-Ino me lo devolvió. – explicó en voz baja. – Lo escondió hasta la hora de salida de ese día para poder entregármelo en secreto.

HanaYasha, en cambio, no podía dejar de verlo. Que guardara la flor que le dio, la conmovía. Quería darle la mano para agradecerle, pero, por la presencia de sus amigos, tuvo que contenerse.

PPPPP

Sasuke levantó la vista del cuaderno en el que escribía y suspiró.

Cuando sugirió que su casa fuera el lugar para que HanaYasha y Naruto estudiaran todos los temas dejados por Danzou, había esperado que el rubio fuera el primero en caer dormido. Acurrucando su cabeza sobre sus brazos cruzados y dejando salir de su boca un hilo de baba.

Con lo que no contaba, era con que Sakura lo siguiera al mundo de los sueños, cruzando los dedos de sus manos en su regazo y recargando su cabeza en el respaldo de la silla.

En eso, volteó a su izquierda. HanaYasha aún continuaba. Cabeceando y luchando para que sus ojos no se cerraran, se esforzaba por escribir números y letras que ya no se entendían. Un segundo después, cedió finalmente, dejando ir el lápiz en la mesa.

Sasuke vio atónito como se balanceaba al lado equivocado; buscando recargarse en el respaldo de la silla, antes de lanzar su lápiz y alcanzar a sostenerla de sus hombros. Con curiosidad, volteó sus ojos hacia el reloj en la sala. Ya pasaba de la una de la mañana.

-5 minutos... - susurró la joven, bostezando con la cabeza agachada. - solo 5 minutos, lo juro...

Bufó con una sonrisa de lado. Por lo cansada que se veía, dudaba que pudiera cumplir con ello. Sin dejar de sostenerla, la movió con cuidado para que apoyara su cabeza en su hombro izquierdo.

Un ligero rubor adornó sus mejillas, volviéndola más adorable y logrando que su corazón se acelerara. En especial, cuando pronunció su nombre entre sueños. Por ello, casi comete la tontería de moverse y despertarla. Afortunadamente, pudo mantenerse sereno y contemplarla con una sonrisa.

SSSSS

-¿Recuerdas este lugar?

Ella volteó de un lado a otro. Por supuesto que jamás lo olvidaría. En ese bosque, fue donde se encontraron por primera vez. Pero, ¿Por qué lo sabía, si, según sus pensamientos, era su primera vez ahí? En eso, su acompañante la tomó de la mano. Se trataba del mismo muchacho que había visto en sus sueños anteriores.

¿O visiones?

Tampoco se sentía con la seguridad de definir aún su significado. Y menos cuando dudaba tanto de su verdadera identidad. Después de atravesar un par de árboles más, el muchacho se agachó a la altura de unos arbustos y los hizo a un lado, mostrándole una flor de lirio azul que crecía, teniendo impregnado en sus pétalos el rocío de esa mañana.

-Tú eres como ese lirio. – le comentó con una sonrisa, haciendo palpitar su corazón. - Sin importar las adversidades, siempre encuentras la forma de abrir muchas puertas y seguir creciendo. Jamás lo olvides. En especial, cuando te sientas perdida o mal contigo misma.

SSSSS

A la mañana siguiente, los cuatro jóvenes salieron de la casa Uchiha y se dirigieron con normalidad a la preparatoria Konoha.

Tanto Naruto como HanaYasha, tenían unas horribles ojeras en sus ojos, ya que, luego de una corta siesta, se habían propuesto a estudiar el resto de la noche, descansando solo por tres horas, antes de volver a levantarse para otra jornada escolar.

Sasuke y Sakura los estuvieron apoyando en todo momento al resolver sus dudas o con comida y café, algo por lo que estaban sumamente agradecidos.

La campana sonó. Finalizada la clase de literatura; dando comienzo con el receso, se levantaron de sus pupitres. Se llevaron sus estuches y sus calculadoras y salieron del salón.

-¿Lista? – interrogó Naruto, con una gran sonrisa.

-¡Vamos! – contestó HanaYasha, marchando junto a él a la sala de profesores.

De repente...

-¡Ustedes pueden!

...Ino y Sakura les gritaron desde la puerta, haciéndolos voltear un segundo.

-¡Denle su merecido al viejo! – agregó Kiba, con una gran sonrisa.

-¡Qué sepa por las malas con quien se metió! – exclamó Chouji, antes de comer un par de papas.

Parado junto a Shikamaru; quien vio con un poco de vergüenza a sus amigos, Sasuke los miraba con una sonrisa de lado, apoyando su espalda en la pared y teniendo los brazos cruzados.

-Lo harás bien. – pensó, observando a HanaYasha.

Ella, como si hubiera leído sus pensamientos, asintió sonrojada y se giró.

-Gracias, Sasuke.

PPPPP

Dos horas después, mientras unas oscuras nubes se reunían sobre la escuela, para luego soltar una ligera lluvia que empapó los jardines y la pista de atletismo, la clase de ética terminó, por lo que el grupo 1-C se estaba relajando.

De pronto, un trueno sonó en la distancia, anunciando la súbita llegada de Naruto y HanaYasha.

Al verlos, sus amigos les sonrieron... pero no pasó mucho tiempo para que comenzaran a pensar en lo peor. Sus caras estaban decaídas y no mostraban ninguna señal de esperanza o gloria.

Al contrario, se sentía como si hubieran peleado ferozmente contra un dragón y este los hubiera calcinado hasta los huesos.

No obstante...

-¡LO LOGRAMOS! - ...sus expresiones cambiaron, enseñándoles con orgullo sus exámenes terminados. - ¡OBTUVIMOS 80 PUNTOS!

La mayoría les aplaudió, con Sakura, Ino y Kiba al frente. A continuación, comenzaron a recibir bastantes elogios, pensando en ellos como los héroes que habían superado con creces una trampa letal de Danzou.

Cuando HanaYasha volteó un segundo al fondo del salón, vio anonadada la tranquilidad con la que Sasuke la veía desde su pupitre.

FFFFF

-Tú eres como ese lirio. Sin importar las adversidades, siempre encuentras la forma de abrir muchas puertas y seguir creciendo. Jamás lo olvides. En especial, cuando te sientas perdida o mal contigo misma.

FFFFF

-Todavía desconozco quien sea ese muchacho... - pensó, devolviéndole la sonrisa. - pero ojalá mi presentimiento sea cierto y se trate de Sasuke.

Fin del capítulo.