DISCLAIMER: InuYasha y Co. son propiedad de Rumiko Takahashi. La siguiente narración es creación propia y está hecha sin fines de lucro.

SUMMARY: [Serie de Drabbles] Tras la derrota de Naraku, todo es diferente. Las cosas mejoraron, pero la vida que tenemos es muy distinta a la que imaginé. Sin embargo, debemos seguir apoyándonos, porque eso es lo que nos hace tan unidos.

Palabras: 807, sin incluir disclaimer ni notas.


Hook us up


Miro el lugar en el que debería estar el pozo devorador de huesos y suspiro. Hace casi dos días que la señorita Kagome fue tragada por el Meidou Zangetsuha e InuYasha fue tras ella, y aún no sabemos nada. Pienso en ellos y en nosotros, quienes los esperamos preocupados: somos como una familia. Ha pasado mucho tiempo desde que se formó este extraño grupo, a pesar de eso puedo recordar perfectamente cuando conocí a cada uno de ellos… En ese tiempo viajaba solo de aldea en aldea, buscando fragmentos y pistas de Naraku, sin mucho éxito. No pedía la compañía de nadie.

I

"Companions"

Fui el cuarto integrante del grupo.

Mis malos hábitos y el hecho de haber estado a punto de absorber a Inuyasha con mi Agujero Negro, bien pudieron haber logrado la enemistad con quienes ahora son mis amigos; pero la señorita Kagome se preocupó e, incluso, confió en mí, sin tener motivo para hacerlo. Me sorprendí gratamente, porque yo mismo siempre fui reacio a confiar. Creo que es algo que eternamente le agradeceré. Si no hubiese sido por esa simple acción, ¿hubiera seguido mi vida el mismo curso? ¿Hubiera logrado conocer a las personas que conocí?

Sonrío un tanto melancólico. Han sido muchas las veces que ella nos alegraba, incluso queriendo hacer de cupido, a pesar de aquella extraña relación que tenían con Inuyasha.

InuYasha.

Ese comportamiento altanero y testarudo fue fácil de descifrar, aunque tuve primero que aceptar viajar con ellos, pienso ahora con una sonrisa. A pesar de que algo me decía que él no era malvado, supongo que mi espíritu dominante y mi sentido común de monje me impidieron confiar en el hanyō desde un principio. Fue sólo cuestión de tiempo aprender cuán fácil era confiar en él. Aprendí a leerlo a medida que viajábamos juntos, percatándome de que, a pesar de toda esa imagen de guerrero fuerte e indiferente, indiscutiblemente se preocupaba por todos, mucho más de lo que demostraba.

También está el pequeño Shippō. Al principio pensé que lo mejor era que él buscara una familia, que se alejara del peligro del viaje. Era apenas un niño y creí que, más que ayudarnos, podría estorbar. Sin embargo, al poco tiempo me di cuenta que él era un aliado en las batallas, dando su mejor esfuerzo para apoyarnos. No tardamos nada en hacernos amigos, fastidiando a InuYasha y siendo cómplices en algunas travesuras, especialmente cuando se trataba de chicas. Solía cubrirme la espalda con Sango, a pesar de que luego me regañara por no saber comportarme. Es más sabio de lo que uno puede llegar a pensar...

Ah, Sango.

Evoco perfectamente el momento en que la vi por primera vez. Como se puede esperar de mi mente pervertida, aprecié lo sexy que se veía en su traje de exterminadora, y sus ágiles movimientos eran realmente hermosos. Fui capaz de centrarme en el objetivo que teníamos ese día, que era descubrir qué tramaba Naraku; pero cuando todo acabó y ella se recuperaba de sus heridas físicas y emocionales, admiré su fuerza, valor y determinación. Y aún lo hago, porque no cualquiera podría levantarse después de todo lo que vivió. Quizá por eso no pude verla igual que a las demás mujeres desde el principio, sabía que ella no estaba al mismo nivel. Jamás lo estará, de hecho.

— Su Excelencia, debería ir a comer algo.

Su dulce voz me saca de mis recuerdos. Sonrió al notar que tiene un tinte de preocupación mal camuflado, de seguro por nuestros amigos y por mí. Siempre siendo tan amable.

— Yo… preferiría quedarme aquí. Ya sabes, haciendo guardia y recordando, es bueno hacerlo de vez en cuando — le contesto, cerrando los ojos para volver a ver esas imágenes.

— No ha probado alimento desde ayer — menciona, ahora sentándose a mi lado —. Puede enfermarse así. Yo me quedaré aquí por cualquier cosa.

La observo unos segundos y noto su semblante decidido: no permitirá que le diga que no. La abrazo brevemente y, con una sonrisa, me pongo de pie.

— Está bien, pero sólo porque tú me lo pides — le digo antes de comenzar a alejarme en dirección al almacén que la anciana Kaede usa temporalmente como morada.

Mientras camino, suelto otro suspiro.

Yo viajaba solo por una razón: no quería dañar a nadie, tampoco deseaba salir herido. El Agujero Negro no sólo condenaba mi vida, sino que me mantuvo alejado de las personas, rehusándome a establecer lazos por temor a perderlo todo. Era preferible no tener nada que perder ni nadie a quien abandonar. Pero jamás imaginé cómo podía cambiar mi vida al aventurarme a ser su compañero.

No, yo no pedía la compañía de nadie. Sin embargo, me es imposible negar que gracias a ellos, mi vida tiene otro sentido, porque ahora tengo a quienes aprecio. Y en estos momentos, sólo deseo su compañía.


¡Hola! Sí, otra vez por acá. Hoy vuelvo con drabbles, ¡pero es que son tan adictivos! Esta vez de la voz de Miroku. Estoy practicando la primera persona, por lo que sus comentarios al respecto son muy bienvenidos.

Quiero agradecer a todas las lindas personitas que me han animado a seguir escribiendo - que, por cierto, son del foro ¡Siéntate!, si aún no lo conocen, en mi perfil está el link. Sus palabras me han alentado mucho.

Y en especial, dedicarlo a Morgan, quien me animó especialmente a escribir estos drabbles y me brindo su apoyo y guía. ¡Gracias, Capitana!

Si alguna de las que sigue sigue "Por tus ojos" se pregunta que diantres hago que no actualizo la historia, les pido perdón pero prometo actualizar de aquí al fin de semana.

¡Saludos y espero que nos leamos pronto!

Yumi~