Capítulo 19: El Príncipe Mestizo


Harry se despertó jadeando con un sobresalto, intentaba respirar profundo, no quería alterar a Ginny, quien se encontraba profundamente dormida a su lado, abrazada a él.

Había tenido un sueño hermoso, y tan triste al mismo tiempo. Su madre lo cargaba y mecía y era tan feliz viendo esos ojos verdes iluminados por el amor. Tal vez era un recuerdo, una memoria olvidada almacenada en sus lugares más recónditos.

Ella lo había abrazado y besado antes de ponerse enfrente de Voldemort, ¿así había sido asesinada? Pero era un recuerdo muy raro, ¿por qué Voldemort le daría la oportunidad de vivir a su madre? Debía de ser su imaginación, aunque se había sentido tan real, que no se sorprendía de que Ginny se mostrara tan aterrada de los sueños.

Él apretó a la joven entre sus brazos y aspiró el aroma de su cabeza, calmándose. Ella suspiró y susurró algo con condescendencia, Harry casi pudo jurar que era un nombre, Meredith, que raro, no conocía a nadie con ese nombre.

–No me veas, no puedo descansar. – Dijo ella mientras bostezaba se acurrucaba contra su pecho.

–Perdón, ¿te desperté? – Dijo Harry bajando la voz.

–Sí, – Ginny dijo mientras se daba la vuelta, dándole la espalda, jalándo las manos de él y colocándolas en su vientre. –¿Tuviste una pesadilla?

–Soñé… no sé si pasó en verdad. – Dijo él apenado, no quería preocuparla, cosa que hizo ya que ella volvió a voltearse hacia él, abriendo los ojos.

–Dime, cariño. – Dijo ella con tranquilidad

–Soñé con mi madre, creo que fue cuando la mató Voldemort… – Él dudó, pero ella lo instó a continuar. –Es algo raro, soñé que él le ordenaba apartarse para matarme, pero ella se negó y prefirió morir a permitir que me hiciera daño, no es posible ¿verdad? Voldemort no tenía ningún motivo para dejarla vivir ¿es sólo un sueño?

Tras un largo silencio en la oscuridad ella respondió.

–No es un sueño, es un recuerdo. – Dijo ella con suavidad, mientras tomaba su mano. Harry hipó de sorpresa.

–¿Cómo?… –Dejó la pregunta sin concluir, demasiado soprendido.

–Snape, él amó a tu madre, y pidió por su vida, es por eso que Voldemort la iba a dejar vivir, le dio la opción, y es porque le dio la opción que tú pudiste vivir. – Dijo ella, Harry estaba demasiado sorprendido ¿Snape amaba a su madre? De pronto, el recuerdo que había visto en su mente el año pasado regresó a su memoria, por su puesto, se conocían, era evidente que eran amigos, y dado cómo todos describían a su madre, no le extrañaba que alguien la amara.

No preguntó nada más, no deseaba saber otra cosa, tal vez por eso Ginny y Dumbledore confiaba en Snape, Harry más que nadie sabía lo que uno era capaz de hacer por alguien amado, y Ginny también lo sabía. Ginny nunca lo dejaría, tenía que confiar en eso, a pesar de que una pequeña parte en su interior, la parte acostumbrada a pensar todo diez veces le insistía en que ella no confiaba en él.

Todo iría bien, ellos estaría bien.

Mientras permanecieran juntos podrían hacer cualquier cosa.

o-o-o-o

Ginny rozó con sus labios el felix felicis, fingiendo tomarlo, para después pasárselo a Luna, estaba preparada para lo que sucedería. Eran difíciles de olvidar las pesadillas que tenía desde que era niña, la sensación de soledad y abandono por su madre nunca se iría de su alma y corazón, a pesar de que supiera que su mamá siempre intentó protegerla. A pesar de que la amaba porque ella prefirió luchar a muerte por sus nietos.

Sabía lo que pasaría y su destino, luz en la oscuridad y oscuridad en la luz, no podía escapar, si lo intentaba sería aún peor.

Tragó sus lágrimas al recordar la desesperada propuesta de matrimonio de Harry, y cómo aceptó su anillo y propuesta con rapidez, sin querer hacerle daño de manera innecesaria, no queriendo decirle que no era el momento de estar juntos, que mañana ella dejaría el apellido Weasley pero no se convertiría en Ginny Potter, ni siquiera sabía qué apellido sería ¿señora Riddle? ¿Lady Voldemort? Las visiones de la corte alabándola nunca eran muy claras.

Luna quería que permanecieran juntas, pero Hemione insistió en que debían ir a avisar a las otras casas, para después correr hacia Huffelpuff, Luna se encogió de hombros y se dirigió con calma a Ravenclaw. Ginny se quedó sola en la sala común por varios minutos, repasando el plan que habían hecho, sus compañeros habían escuchado la conversación y estaban decidiendo qué hacer cuando la explosión se escuchó, tan fuerte y estruendosa que algunos pequeños de primer año se encogieron y soltaron un grito.

–Chicos de primero y segundo, ¡síganme!– Ginny gritó mientras tomaba las manos de los más pequeños que encontró. Era la única estudiante de los últimos años que estaba en control, los demás estaban gritándose entre sí y preguntándose que pasaba, todos los estudiantes más jóvenes siguieron a Ginny, y algunas chicas mayores también, si Ginevra Weasley decía algo todos escuchaban, y si ella iba a esconder a los estudiantes más jóvenes, los demás la seguirían para estar protegidos. Los guió hasta llegar a las escaleras que conducían a los dormitorios de las chicas, soltó al pequeño que sostenía su mano derecha y sacó su varita de la pulsera que Harry le había regalado, lanzó un encantamiento y continuó avanzando, permitiendo que los chicos pudieran subir esas escaleras.

Todas sus visiones y futuros posibles tenían algo en común, el dormitorio de chicas de Gryffindor saldría indemne, Tom siempre daría la orden de no dañar ese lugar y correr el peligro de que le pasara algo a ella. Los guió hasta su habitación y abrió el baúl que le había tomado años encantar para esa noche. Fue metiendo uno por uno, los 10 niños de 11 y 12 años se acurrucaron como polluelos buscando calor.

Ginny se volvió hacia Parvati y Lavender, quienes los habían seguido, al igual que Colin y su hermano menor. –Lavender, Parvati entren con los niños por favor, es su deber cuidarlos hasta que acabe la batalla.

–¿Qué está pasando Ginny?– Preguntó asustada Lavender.

–Mortífagos, invaden Hogwarts, y el Que-No-Debe-Ser-Nombrado aparecerá en cualquier momento.– Dijo Ginny manteniendo templada su voz, esperó unos instantes ante las exclamaciones de sorpresa y horror de sus compañeros, después se volvió hacia su amigo.– Colin, que Dennis entre con los demás, tú quédate afuera para vigilar que nadie entre y que alguien sepa que todos ellos están dentro.

–Sí, Ginny, me encargaré de proteger a todos.– Dennis pareció estar a punto de replicar, pero su hermano mayor lo empujó hasta obligarlo a meterse al baúl, al que después entraron Parvati y Lavender.

–Hermione y Luna fueron a las otras casas para traer a los más pequeños acá.– Le dijo a Colin. –Encárgate de que entren, por favor.

–¿No te vas a quedar?– Le preguntó Colin con miedo. Temiendo por la vida de su amiga.

–No, seguro debes saber que a mí me van a buscar los mortífagos,– Colin asintió, claro que lo sabía, y también sabía del plan de su mejor amiga, pero eso no significaba que le agradara. –Si me quedo aquí pondré en peligro a todos, sólo permanezcan aquí sin importar lo que escuchen, sabrás cuando sea el momento de que salgan. Por favor, haz lo que acordamos antes, no te desvíes de lo que debes hacer.

–Cuídate Gin, espero verte cuando termine esto.

Ginny le dirigió una sonrisa triste y lo abrazó como si fuera la última vez que se verían.–Nos volveremos a ver.– Salió corriendo a la Sala Común, casi toda la casa seguía allí, al escucharla se volvieron a mirarla, esperando que ella les dijera qué estaba pasando, los gritos fuera y los estruendos continuaban.

–Los mortífagos invadieron Hogwarts– Dijo con frialdad, mientras todos comenzaban a enloquecer ante esta información. –Les recomiendo que se queden aquí y los valientes que se quieran unir a la lucha vayan al Comedor.

En ese momento se abrió la puerta de la casa y Hermione y Luna entraron llevando con ellas un tropel de niños, casi sin mirar a nadie se pasaron derecho hacia la habitación de niñas de quinto año.

Ginny salió corriendo, siendo seguida por algunos de los estudiantes más grandes, quería poner la mayor distancia entre los niños inocentes y ella. En cuanto Dumbledore muriera y ella fuera capturada la batalla terminaría.

Si ella era capturada antes de la muerte del director… un futuro que vio a los 6 años, lo que había hecho que se refugiara la primera vez en la cama de George, Dumbledore moriría en menos de una semana, pero Snape sería torturado y asesinado de la manera más cruel, y ella. Tragó saliva al recordar la violación grupal de la que ella y muchas de sus compañeras sufrirían si la batalla no terminaba pronto, si alguien más que Snape o Tom la encontraba. Se sintió aliviada y una punzada en su pecho por su enorme egoísmo la reprendió, ella nunca sería víctima de ese futuro; porque Tom era demasiado posesivo con lo que consideraba suyo, y por Lucrecia castitate ella siempre estaría a salvo de ese funesto destino, al menos eso podía agradecerle a Dumbledore.

Puso sobre ella un encanto de ocultamiento, y recorrió los pasillos ayudándose del Mapa, otra cosa que Harry había hecho por ella, y ella…pronto lo traicionaría, no por placer, pero sí por su propia voluntad. Después de todo había otro camino, uno en el que ella huía y se escondía en la Sala de los Menesteres hasta que la batalla pasaba, uno en el que los niños estarían a salvo en el baúl de su habitación, pero las jóvenes serían ultrajadas de la peor manera, donde a la mañana siguiente se casaría con Harry y ellos juntos derrotarían a Tom en mayo del siguiente año. Un futuro en donde después de un corto periodo de paz y con un gobierno de luz a manos de personas idealistas como Hermione y su amado padre, comenzaría una guerra inevitable con los gobiernos muggles, una que el lado de la luz perdería inevitablemente.

Su hija, su pequeña Lily, violada y ultrajada por la estupidez de sus malditos abuelos, Lily Evans, esa mojigata frígida, había convencido a James de deshacerse de sus runas familiares, insistiendo en que Lucrecia castitate era barbárico e innecesario, y él como el maldito idiota que era no respetó sus tradiciones y destruyó las runas que habrían podido salvar a su nieta de ese destino funesto. La tortura de James y Albus fue tan inhumana, y sus restos dejados a medio quemar y arrojados a la fosa séptica de los soldados muggles era en todo lo que podía pensar cuando corrió. Era egoísta, ella lo sabía, pero nunca permitiría ese futuro para sus hijos.

Si ella permanecía con Harry, Voldemort llegaría a su fin, y con él se iría el mundo de la magia y la última oportunidad de magos y brujas a sobrevivir a la guerra con los muggles. Su desición era el mejor futuro para la magia…y para ella misma.

Bloqueó todos los pensamientos de su mente y corrió a la torre de astronomía, para encontrarse con Snape, él la capturaría y el futuro apocalíptico para la magia nunca sucedería.

Sólo rezaba palabras de disculpas para el mundo muggle y lo que quedaría de él cuando Voldemort ascendiera al poder.

o-o-o-o

Lord Voldemort se unió a la batalla al final, comprobando con sus propios ojos la muerte del anciano director, tenía que extender el tiempo del ataque para dar tiempo a su más leal súbdita a hacer lo encargado, la más sencilla e importante misión se estaba cumpliendo en otro lado. Su querida Bella se encargaría de mantener las runas a salvo y era una misión sin peligro, no podía exponerla mientras ella llevara a su sangre en su vientre.

Cuando el viejo milenio muera y el nuevo nazca

Volverá a la vida un antiguo linaje

Con otro nombre, pero la misma sangre

Pura y antigua es su estirpe, de madre y padre una y sólo uno de otro

La siete y siete dará sepulcro a uno y laureles a otro

Con uno linaje, con otro estirpe

Consorte de uno o de otro

Marcada por uno, salvada por otro

La profanación de la doncella cubrirá el mundo de penumbra

Su castidad dará luminiscencia

La oscuridad dará luz y la luz oscuridad

Y el antiguo mundo acabará cuando la doncella sea tomada

El viejo milenio morirá y el nuevo nacerá…

Había analizado la profecía de la chica Weasley por meses, no podía arriesgarse a otro funesto error como el ocurrido con la profecía relacionada a Potter. Si sólo Severus no hubiera cometido la estupidez de decirle la profecía incompleta, él, Lord Vodemort, nunca hubiera sido derrotado por 13 años.

Si sólo no lo hubiera marcado como su igual la profecía nunca se hubiera puesto en marcha, fue él mismo quien le dio a Potter el poder para destruirlo. Pero la profecía de Ginevra sólo podía referirse a algo, si la tomaba como consorte, ella le daría los laureles de la victoria, si era el chico Potter quien la tomaba sería la derrota del Señor Oscuro.

Debía tomarla cuanto antes.

De inmediato se le unieron Lucius y Severus, éste último llevaba en sus brazos a Ginevra, inconsciente y sólo cubierta con una diminuta falda y una blusa casi transparente ¿qué diablos les permitía utilizar Dumbledore a sus estudiantes? Sabía que la chica era pura, la misma naturaleza de Lucrecia castitate se lo aseguraba, pero ella sería suya y sólo suya, no podía permitir que otros hombres vieran sus posesiones.

Con voz fría le ordenó a Lucius que le diera su túnica a la chica para taparla de la vista, sólo quedó el largo cabello pelirrojo colgando de los brazos de Severus.

Era el momento de irse.

o-o-o-o

Harry fue llevado casi a rastras por Hermione y Ron, no podía pensar ni sentir después de ver con sus propios ojos el asesinato de Dumbledore. Sólo cuando estuvo con sus compañeros alrededor la luz volvió a su mente, intentó buscar a su prometida, pero no la vio en la multitud, aterrado empezó a gritar su nombre. Los señores Weasley también se encontraban presentes y comenzaron a buscar a su hija.

Nadie encontró rastros de ella. Pasaron horas buscándola, hasta bien entrada la madrugada comenzaron a aceptar que tal vez había sido secuestrada. Colin se acercó a Harry cuando finalmente liberaron del baúl a todos los niños y le entregó una carta sellada, con la característica letra irregular de Ginny. Al verla todos los Weasley estallaron en llanto, adivinando lo que había sucedido.

Querido Harry

Perdóname por despedirme de esta manera, este es el mejor futuro posible para todos nosotros, puede que no lo veas así en estos momentos, pero lo es. No te lo dije las veces suficientes; te amo, te amo tanto que siento que podría morir por hacerte esto, pero sé que no moriré y de esta manera tú tampoco lo harás.

Huye antes del amanecer, no te preocupes de funerales ni de conmemorar a los muertos, los muertos, muertos están y no debes seguirlos a la tumba. Toma a Ron y a Hermione y huyan, huyan lo más lejos que puedan, países donde puedan pasar desapercibidos y manténganse alejados del mundo de la magia de cualquier país hasta que la guerra comience, hasta que la verdadera guerra comience. Tom no te buscara, me encargaré de eso Harry, pero debes esconderte, si alguna vez me amaste hazlo por ese amor. Colin te ayudará.

Mi familia debe cooperar con el nuevo régimen, por favor dile a mis padres que deben salir de la orden, no intenten derrocar al nuevo gobierno, no funcionará, y si funciona traerá consecuencias devastadoras e inimaginables. No puedo decirte el futuro más allá de lo que pasará en estos días.

La batalla y su fecha la comencé a ver desde que tenía 6 años, fue lo que me hizo buscar refugio en mis hermanos y después en ti, había muchos futuros posibles, aún más horribles y nauseabundos. Hoy seré tomada por los mortífagos, si mis planes salen bien, será Snape quien me lleve ante Tom, y mañana dejaré de ser Ginny Weasley.

No te sientas culpable por esto, estaba destinada desde un principio a ser su consorte, y no sufriré a su lado, a pesar de merecerlo por hacerte sentir traicionado. Soy una persona egoísta Harry, y siempre lo has sabido, por eso voy a retener tu promesa de casarte conmigo y te pediré que nunca me olvides, ve a otro país conoce a otras mujeres, ten sexo, si quieres tener hijos, hazlo, pero mantén conmigo tu promesa de casarte.

Bill no será hombre lobo, dile a mi madre que no se preocupe y que continúen con los planes de boda con Fleur. Charlie debe regresar a Rumania a cuidar de sus dragones, dile que no confíe en los soldados que pidan asilo allí, será el final de sus dragones si su compasión gana, dile además que cuando Tom ordene que acuda a la batalla, obedezca. Percy, a él le dejé una carta aparte y pronto lo veré, sólo dile a mis padres que él estará bien y estaremos juntos mientras esto dure, que no lo odien por ningún motivo y que lo apoyen. Dile a Fred y George que continúen con su tienda de bromas y que sigan desarrollando sus inventos, pasará mucho tiempo para que los vea, diles que si alguna vez han amado a sus padres nunca intenten ir contra Tom, no se meterán en problemas si se mantienen concentrados en su tienda

No me busques por favor, no intentes rescatarme, sólo podremos vernos cuando Tom muera. Si nos encontramos antes de que suceda seremos enemigos, el matrimonio en mi caso atará mi alma y mi lealtad a mi marido.

Mantente a salvo y vivo. Algún día volveremos a estar juntos.

Con amor, Ginevra

La carta fue pasada por toda la familia, entre llantos y sollozos. Harry sintió como si el mundo se le viniera encima, todas las pequeñas cosas desde que había iniciado su relación con Ginny hace 4 años estaban saliendo a flote. Ella le había mentido y ahora le pedía que se quedara cruzado de brazos cuando habían asesinado a Dumbledore y ella había sido secuestrada, ahora que el mundo mágico se sumergiría en la oscuridad…pero… ella sabía lo que pasaría y le estaba pidiendo eso. Él recordaba algunas de sus pesadillas más vividas, de las que ella estaba tan horrorizada que se las tuvo que contar.

Ella sabía, y le estaba diciendo que se preparara para la guerra que se avecinaba, aunque ya no estaba tan seguro contra quien combatirían.

Casi como autómata tomó la carta que ya había pasado 3 veces por todos y salió corriendo a su habitación, seguido por Ron a gritos, diciéndole que ignorara lo que decía esa carta y fueran a rescatar a Ginny. Ignorándolo comenzó a empacar sus cosas, sacando toda la ropa de mago que tenía y poniendo la muggle encima de su cama, instantes después llegó Hermione con un baúl pequeño en la mano, lo colocó en el piso y lo agrandó.

Harry comenzó a lanzar dentro sus pertenencias, el baúl sin fondo que Ginny había encantado era apropiado para ellos. Una vez que terminó se volvió hacia Hermione diciéndole que empacara las cosas de Ron mientras él iba a buscar a Colin y a su hermano, Neville acababa de entrar a la habitación.

Una vez listos, bajaron a la Sala Común, donde los demás Weasley seguían debatiendo a gritos qué hacer, y donde el resto de los padres estaban llegando por sus hijos. Se volvieron al escuchar el ruido y miraron asombrados a los chicos. Todos llevaban ropas muggles cómodas, Hermione llevaba el baúl en el que todos habían puesto sus cosas, reducido y acomodado en su bolsillo, Ron al final había cedido y estaba dispuesto a acompañarlos.

o-o-o-o

Molly Weasley gritó cuando salieron corriendo, persiguiéndolos varita en mano, llorando a gritos, no quería perder más hijos. Finalmente, Arthur la alcanzó y la detuvo, ambos vieron como desaparecían los jóvenes en el horizonte.

–Amor, sabes que los tenemos que dejar ir y que tenemos que hacer lo que nuestra calabaza pidió.– Dijo Arthur con su esposa temblando entre sus brazos. –Siempre imaginamos que esto pasaría.

Molly soltó un sollozo y asintió. Su marido tenía razón, ella siempre había sabido que pasaría, lo había sabido desde que una pequeña Ginny de 3 años jugaba a que era Lady Voldemort mandando a todos en su pequeña corte de osos de peluche.


:d