Capítulo XXVI

Despierta

Anna estaba junto a Elsa en su habitación, tomaba sus manos con notoria necesidad, buscando sentir a su hermana más alla de lo físico, aún con temor de que desapareciera nuevamente de frente de ella. Había contado los días uno a uno, sintiendo la eternidad pasar por ellos, sintiendo la desolación azotarla como las olas a los barcos. La reina de Arendelle solía no tener miedos, su vida estaba repleta de una estable felicidad que por un momento pensó que era imperturbable, bastante lejos de la realidad, ahora el miedo estaba presente en sus acciones, llenando sus pasos de ansiedad.

Elsa seguía en un profundo sueño, si es que así se le podía llamar, Anna desconocía el tiempo que su hermana llevaba así, con suerte le habían dicho palabras en el trineo, entendía que las eventualidades pasadas relevaban a la reina de las nieves temporalmente, aún así la duda perdurable y el deseo de alguna información permanecía ardiente en la reina. Su esposo le había confirmado sus sospechas luego del encuentro en el trineo, Sandman ya no estaba con ellos y esa sola realidad mantenía a Anna pendiente de un hilo, no sabía si el guardian ya había intentado despertar a su hermana, pero de no haber podido, poco y nada podría hacer ella por ayudar, aún ni siquiera comprendía como es que antes cambio la arena o despertó a Elsa.

Un sonoro suspiró escapó de sus labios antes de que los guardianes entrarán a la habitación, sobresaltandola. Anna volteó para dedicarles una mirada colmada en preguntas.

- Su magestad - le saludo Norte, algo impresionado por encontrala ahí, ya era avanzada la noche y suponía la reina dormía - no esperábamos encontrala aquí a estas horas, me disculpo si la asustamos

- No se preocupen - lo calmó - ¿Qué hacen aquí? - interrogó luego

- En realidad la necesitamos a usted... - Norte guardó silencio pensativo, Anna lo instaba a hablar con su mirada anhelante - debemos despertar a su hermana

Anna asintió efusivamente sin decir nada, no importaba qué o cómo, solo la queria ahí, consigo.

- ¿Cómo lo harán? - preguntó esperando una respuesta positiva

- Aún no sabemos cómo - pero la respuesta nunca llegó

- Pensamos que podrías hacerlo de nuevo... Cómo la otra vez - le dijo Jack acercándose a esta

Anna miró a Elsa con preocupación, no estaba segura, no se sentía segura, una duda prevalecía sobre todas las demás.

- ¿Sandman lo intentó? - sus ojos azules no sé despegaban de las pestañas de su hermana

- Ni siquiera alcanzó a verla - respondió cabizbajo

- Oh - fue lo único que pudo decir, la culpa la invadió al mismo tiempo que un sentimiento de confianza nació en ella aliviandola - quizás no funcione - repuso luego

- Quizás si - le instó Aster, quien a pesar de sus reservas inspiraba la esperanza - no lo sabrás si no lo intentas

Anna lo contempló durante un momento, luego desvío su mirada a Elsa para tocar su cabeza con ambas manos, había evitado hacerlo en todo ese rato, con temor de dañarla más que ayudarla, pero a pesar de sus temores nada sucedió. Elsa no despertaba y nada brilló a su alrededor.

- ¿No funcionó? - preguntó Hada

- No, no es eso - susurró - nunca la he despertado - dijo

- ¿Cómo no?

- Solo he tocado su arena oscura - agregó

- ¿Su arena oscura? - Jack imagino un montón de posibilidades para justificar aquello, pero la idea de Elsa apoyando a Pitch se intentaba meter en su mente desde el encuentro de la tarde

- Ya saben, esa que aparece cuando tiene pesadillas - despejó para alivio del peliblanco - y luego despierta, solo lo hice una vez... No tengo idea si eso fue la verdad - la voz de la cobriza estaba impregnada en duda

- Claro que puedes - le instó Norte, tomando, como siempre, la batuta de la situación - tienes que creer en ti, creer en lo que tienes dentro tuyo

Anna, nerviosa, intentó una vez más, tocó las sienes de su hermana rogando que funcionará, Elsa se removía, pequeñas arenas opacas empezaron a escapar, no eran completamente oscuras, pero llevaban rastros de pesadilla consigo. Una tenue luz comenzó a rodear las finas manos de la reina, quien ahogó una exclamación, renovando en su interior las esperanzas de volver a hablar con Elsa.

Habían pasado catorce días desde su partida y el último recuerdo que Anna tenía de Elsa era esta última disculparse a la distancia, lo había descifrado una vez volvió Jack con Hiccup sin la reina de las nieves, ahí entendió que quizás no la volvería a ver más.

Bendijo al destino por su equivocacion.

La luz a su alrededor comenzó a desprenderse de Anna, para cubrir parte del rostro de Elsa y luego desaparecer, suspendiendo la arena dorada en el aire por un instante antes de que callera como si la gravedad derrepente funsionase.

Un jadeo ahogado cortó el silencio, dejando al descubierto a una platinada aterrada y aferrada de las sábanas, una vez más el grito gutural que habían escuchado en la guarida de Pitch se hizo presente, desgarrando el silencio de los pasillos, una suave brisa comenzó a levantarse por la habitación y la escarcha empezó a cubrir las ventanas y el papel tapiz. El expanto cedió dando paso a lamentos que culminaron en un doloroso llanto entre jadeos e hipos, Anna abrazó inmediatamente a Elsa quien era un ovillo en la cama, sentada sobre sí mientras se abrazaba a sus piernas, temblando. La reina no paraba de acariciar la cabeza de Elsa mientras le susurraba palabras al oído, sin importar que tanto se escarcharan sus ropas o cabellos.

Elsa estaba aterrada, al punto de la locura. Habían jugado con su mente, la habían puesto en los peores escenarios y miedos que podían atormentarla, habían creado situaciones que repitió una y otra vez, se sentía lastimada, desgarrada, fracturada, pero claro, nada de eso se podía ver a simple vista, aunque podía sentirlo todo, como si su piel quemara, aunque no había nada de malo en su piel. Escuchaba atravez de su propio llanto y jimoteo a la voz de su hermana, una cálida sensación se colmó en la boca de su estómago, como un calor abrazador que pensó jamás volver a sentir. Su corazón se aliviaba al sentirla tocar su cabello o su aliento en su oreja, sentía alguna lágrima de Anna caer en su blanca cara, la cual estaba enrrojecida por el llanto, sintiéndola tan real como en las pesadillas pasadas, entonces volvió el temor.

Elsa ni siquiera sabía si ahora algo era real, pero entendía muchas cosas más.

Más cerca de la verdad.

Las puertas blancas de la habitación se abrieron de par en par con tanta estridencia que se comparaba con los recientes gritos, revelando a Kristoff con una expresión turbada en el rostro, quien paseo sus ojos mieles por la habitación captando la situación. Suspiró algo aliviado, luego fue consiente del hielo que comenzaba a recorrer los pasillos.

- ¡Hay que calmarla! - Exclamó - se está saliendo de control - informó

Y esa misión fue la tarea de la noche. Después de que el rubio sacara a la mayoría de la habitación, por no decir todos, se encerró junto a la reina a tratar de calmar a su cuñada. Los recién exiliados del momento se miraban entre si.

- ¿Qué le habrá hecho Pitch? - murmuró Thoot que aun tenía el retumbar de los gritos de Elsa grabados en su memoria - estaba completamente... Aterrada

Jack se alejó algo del grupo después de las palabras de la guardiana, fue la gota que derramó el vaso, el vaso lleno de culpa que empezó a llenarse desde hace dos semanas. Su respiración era algo más pesada de lo habitual y sentía que le costaba hacerlo, sentía las manos dormidas y la boca amarga, Jack sabía que Elsa temia a muchas cosas, era ansiosa por naturaleza, bastante precavida, aún así siempre demostraba sus temores de alguna u otra forma, lo había notado, en un principio no, pero después fue entendiendo que las corrientes de aire o nevadas pequeñas, o que las bajas de temperaturas que aparecian era producto del miedo de esta; Elsa manifestaba sus temores con sus poderes, en ese momento tenía que estar muy aterrada.

Tocó el cristal del ventanal del pasillo, el cual ya estaba congelando como todos los demás, no era una fina capa de escarcha, sino una gruesa de hielo que no permitía definir bien las imágenes del otro lado. Si ese era el poder que tenía la rubia cuando nadie creía en ella recién siendo guardian, no quería imaginar el alcance después, ni siquiera lo hacía con querer. Suspiró agotado, nervioso, también quería estar con ella, también quería verla, también quería agradecerle.

- ¡Jacky! - lo llamó Norte - ven, te tenemos una misión - Jack los miró extrañado para acercarse al grupo

- ¿Qué sucede?

Aster se abrazaba a si mismo mientras tiritaba, Thoot estaba a su lado, de pie, con sus haditas arremolinadas a sus hombros temblando, Norte se había quitado su chaqueta gruesa para ponerla sobre ella.

- ¿Puedes hacer algo con eso? - inquirió abarcando el pasillo que ya estaba tan congelado como el interior de la habitación

Jack negó lentamente, no estaba bajo su control lo que ocurriera después de manifestar sus poderes, era un antiguo trato, suponía se extendía con los demás. Pero no hizo falta una explicación, lentamente el hielo iba retrocediendo, evaporandose en el ambiente sin dejar rastro de este, como si nunca hubiese pasado.

Las puertas se abrieron dejando ver a Kristoff salir, quien les regaló una sonrisa tranquilizadora a los demás, para luego componer una expresión más neutra.

- Deben entrar - fue lo único que les dijo antes de volver a entrar

Los guardianes entraron a la habitación, la cual ya no tenía rastros de la blanca nieve en su interior. Elsa ahora estaba mirando por la ventana, tomada de la mano de su hermana, al escucharlos entrar les devolvió la mirada.

- Lamento todo lo que tuvieron que presenciar - se inclinó en forma de disculpa con su ya conocida pose real

- No hay nada que lamentar, Elsa - le calmó Norte acercandose a su lado - solo necesitamos saber que busca Pitch

Elsa los observó aún con cautela, no les temía, ya no desconfiaba, pero su propio recelo la alejaba de los demás.

- Poder, - respondió al fin - busca poder - los ojos curiosos la escaneaban buscando más información, Elsa tragó con dificultad - quiere eliminarlos - susurró mirando directamente a Jack, luego desvío rápidamente la mirada

- Pero ¿De dónde piensa sacarlo? - le instó Norte a hablar más, Elsa calló otra vez

- ¿Qué es eso de la reina de las nieves? - fue lo único que pudo preguntar

Jack tragó con dificultad, ¿Qué era todo eso de la reina de las nieves? Ya lo había escuchado más de una vez de la boca de los demás, mas no entendía el porqué empleaban el tonto mote que él le había puesto a Elsa cuando la conoció, una estupidez que había escuchado tiempo atrás... Y esa memoria lo hizo reaccionar.

- Conejo comentó algo sobre eso - dijo Anna para si misma, siendo escuchada por los más cercanos, Elsa la miró con intensidad y duda - tu me contaste historias de la reina de las nieves... - dijo ahora más alto, sus ojos caían en el guardian de la esperanza - eran historias de Arendelle - agregó

- ¿Historias de Arendelle? - preguntó Elsa

- Si, - aceptó Aster, para luego agregar - es una especie de cuento para niños

- ¿Un cuento? - preguntó ahora lanzandole una mirada nuevamente al peliblanco - ¿Qué clase de cuento?

Bunny dudó, su expresión cambio de estar confundido a ahora estar a la defensiva, buscando las palabras para explicar de qué se trataba.

Norte carraspeó levemente llamando la atención de todos.

- Un cuento de terror - resolvió el viejo guardian - es una historia nueva, hace unos años se expandió por el reino de Weselton

- ¿Cómo? - preguntó Jack confundido, esperando algo más - ¿Un cuento de terror?

- Así como las historias del Coco o del viejo del saco - aclaró Norte - habla sobre una reina que congela a los niños y se los lleva a su palacio de las montañas

Entonces las piezas tomaron forma en la mente de Jack, esa historia mal contada que había escuchado años atrás, esa sonsa historia de una reina helada aburrida y mandona, no era más que la de Elsa, alterada y engrandecida con detalles coléricos que jamás habían pasado. Jack volteó a mirar a Elsa de un sopeton, la que lucía una expresión neutra mientras asentía a las palabras del guardian del asombro.

- Utiliza mi imagen para sacar miedo - resolvió, ocultando la angustia que le causaba tal revelación, empleando un tono monótono - aprovechó el miedo que tuvieron los nobles de Weselton después de mi coronación para manipularlos, para crear una terrorífica historia que pudiese asustar a los demás - Elsa unía los cabos en voz alta, como si entendiera con total plenitud el funcionamiento de los poderes de Pitch. Ya había soltado la manos de su hermana para ahora jugar con las suyas

- Ahora sabemos el cómo - dijo Thoothiana - y también el para qué... Pero ¿Por qué?

- No lo sé - admitió la rubia

- ¿Y podemos confiar en eso? - soltó Aster con desconfianza - porque por lo que sabemos, te fuiste por tu voluntad - le acusó

- Ya empezaste - le espetó Jack molesto ya de los comentarios agrios del guardian

- Oh, claro que la vas a defender - aludió Aster

- Elsa jamás se iría por su voluntad con alguien como él - la defendió Anna

- ¿Estás segura? ¡Mírala! - le apuntó, Elsa desviaba la mirada

- ¿Hermana? - le preguntó Anna, Elsa guardó silencio - ¿Es verdad, hermana?

- No es tan así - respondió bajando la mirada

- Expliquenos - le dijo Norte - seguramente hay una gran explicación tras sus acciones - Elsa levantó la mirada

- Por favor, Norte, tu confías en todos

- Y tu no lo haces ni de tu sombra - repuso inmediatamente - solo digo que hay que darle el beneficio de la duda, - le dijo a Aster para luego mirar a Elsa - así que, Elsa, ¿Qué fue lo que sucedió en verdad?

La aludida los observó a todos, por un momento se sintió pequeñita, enmedio de una enorme pecera sin poder huir o esconderse, tomó aire profundamente hasta saturar sus pulmones, para luego exhalar lentamente.