Franco Yuzaki. Pues te jodiste amigo porque justo le diste a eso de tu primo jeje. No, solo dije que era con el de Asuka, el tuyo es más calmado. Créeme, a mí también me molesta mucho esas personas que son de mente cerrada, pero ni modo, nos toca vivir así. Al menos Asuka ha salido adelante con sus esposas y sí, con Rosia será su aniversario. Lo de Aios puede ser que sea algo difícil, pero solo ella sabrá si la perdona o no. ¿Por qué siento que serás un demonio tomándole la cola jeje?
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Yuzu Araki. Nuestra amiga la pasó muy mal con una familia bastante mala y muy conservadora, ni que decir que su padre dio su vida para que se salvara, Hades demostró porque es odiado al ser ese acto tan horrible y ni que decir de la esposa del gran Zeus. Pero es como dices, nada de lo que vivimos sería así si no fuera por ella y el vínculo que nos unió está ahí.
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Asuka Tachibana. Está bien, realmente la vida no es justo con uno, pero como me dijiste hace un tiempo "no mirar hacia atrás y seguir adelante" al final de todo has seguido adelante, como dije, me dolió cuando dijiste que te sentías alguien mala por eso, tú no eres culpable de la situación que viviste no solo en tu personaje, sino también en la vida real y no tienes que agradecernos, estamos juntos por algo y fue gracias a ti. Y bueno, creo que deberías ir comprando varios regalos, en especial a Rosia porque será su aniversario jeje.
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Sin más, comencemos…
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Hola, me presento ante ustedes, soy Franco Yuzaki y aquí vamos con mi historia.
Sí, puede ser que por mi apellido muchos se den una idea de que soy japonés o algo por el estilo, pero no, soy argentino, 100% gaucho, pues la verdad es que no he tenido una vida algo así como fantasiosa u otras cosas por el estilo, hasta donde tengo entendido, he tenido una vida normal por así decirlo.
Soy mitad español y argentino… y sí, me gustan los juegos, pero no soy streamer, no sería lo mío, aunque pensándolo bien no tengo un PC Gamer para hacer eso, aparte de que el tiempo que se requiere para eso no tengo, así que… meh.
Yo crecí de forma normal en Buenos Aires, la capital de Argentina y la verdad todo estaba normal, como dije, no recuerdo nada traumático, excepto que cuando estaba como de 5 años, vino algo que al día de hoy le tengo miedo y es a las inyecciones.
- Fran, relájate un poco más, solo es una inyección, será solo como un piquito en el brazo – decía mi madre la cual era de cabello morado y ojos naranja oscuro casi llegado a rojos, su nombre es Kinoka Yuzaki y bueno, están separados de mi padre Franco… sí, tengo el nombre de mi padre.
- No… ¡no quiero, me va a doler! – aún recuerdo que odiaba eso y no solo eso, que mi madre me dijera eso era peor, digo, no es como que sea algo extraño, todos a esta edad tenemos ese miedo por las inyecciones.
- Vamos Fran, solo es un pequeño pinchazo, ya verás que ni lo sentirás – sí, la inyección era en la nalga, ya se imaginan como es para nosotros eso y lo peor es que el doctor era un tremendo concha de su madre.
- A ver pequeño Franco, no se preocupe, solo dime, ¿sabes que es un castrulo?
- ¿Castrulo?
- El que te mete la aguja en el culo – y el tremendo hijo de puta me inyectó como si de un animal se tratara, lástima que mi madre no estaba viendo porque si no ojalá le hubiera soltado un piñazo.
A todo esto, tuve varios amigos en mi infancia, pero la verdad es que tuve dos con las que me llevé muy bien, siendo técnicamente las copias de Kaname y Aya Arisugawa, aunque estas se llamaban Kanade y Ayame y se apellidaban Karuizawa.
Las dos eran iguales a sus versiones originales, pero el azul de sus cabellos era algo más oscuro, tengo que decir que tengo varios recuerdos de ellas ya que fuimos los mejores amigos.
- Nasa-kun, ¿Cómo estás? – preguntó Ayame la cual venía a mi lado, cabe decir que… sí, desde pequeño me confundían con el original.
- Ayame, que no soy Nasa, soy Franco.
- Lo siento, pero es que te pareces bastante a él que me es imposible olvidar eso.
- Ni que decir de él… pobrecito, mira que sus padres pudieron escoger otros nombres y eligieron ese.
- Pero tú eres argentino y tienes apellido japonés.
- Ayame… ¿tengo que decir que tu nombre y apellido es japonés?
- Jeje, como sea.
- Oye, ¿y tu hermana?
- Oh, Kanade se quedó ayudando a nuestra madre con el negocio familiar, aunque la verdad es que yo preferiría ser alguien que transmita juegos para que todo el mundo los mire y se divierta – ay Ayame, si te escucharas al día de hoy diría que te convirtieras en streamer, pero la cantidad de personas que hacía eso cuando íbamos a la escuela eran contadas.
- No creo que deberías decir eso, aunque me encanta jugar video juegos, creo que es una diferencia a querer transmitirlos como en la televisión.
- Ya verás, un día voy a hacer que todo el mundo mire como juego y sorprenderé a todo el mundo y quiero que tu estés para cuando lo haga.
- Oye, no es como que nos vayamos a separar ¿sabes?
- Nasa-kun – Ayame me tomó de las manos – prométeme que no te olvidarás de mí.
- No sé a qué vino eso, pero lo prometo, no me olvidaré de ninguna de ustedes dos, aunque no sé si Kanade recuerde esto.
- Gracias – mi amiga me dio un fuerte abrazo, bueno, no es algo que vaya a rechazar, a pesar de que en aquel entonces poseía solo 10 años. Ni que decir que las cosas pasaron bastante buenas, la primaria fue algo calmada, aunque la cosa se puso mala y triste cuando anunciaron que mis dos mejores amigas… se mudaban, pero no solo de la región, sino más allá.
- ¿Se mudarán? – pregunté, ya poseíamos los 12 años y ya estábamos terminando la primaria.
- Sí, mi madre decidió volver a Japón para hacer que el negocio se levante… nos iremos después de la graduación y lo más probable es que nos quedemos allá viviendo – eso me dolió y bueno, ¿Qué podría hacer? Las cosas fueron así, recuerdo claramente la despedida en el aeropuerto, fue triste, Ayame estaba hecha todo un mar de llanto, varios amigos fueron a despedirla al igual que a Kanade, tengo que decir que esta me estaba mirando mucho cuando se estaban yendo.
- Espero que no vayas a cambiar Franco… lo espero porque si no te voy a matar y tirar tu cuerpo en Aconcagua.
- O-Oye, no digas esas cosas.
- ¡FRAAAAAAAAAAAAAAAAN! – Ayame me dio un fuerte abrazo y estaba casi llorando, yo le correspondí el gesto – ¡por favor, no te vayas a olvidar de mí! ¡Júramelo!
- No te preocupes Ayame, no lo haré, lo juro.
- Eso me gusta de ti Fran… eres un gran amigo y esa aura de alguien pasivo me gusta de ti.
- ¿Pasivo? – sí, este fue el inicio de que todo el mundo me llamara pasivo, no entiendo de donde salió eso, pero lo que entiendo es que Ayame lo comenzó… al día de hoy me sigo preguntando que demonios vio en mi para que me llamara así.
Y bueno, ellas se fueron a Japón, al día de hoy me sigo preguntando si recuerdan todo el tiempo que pasamos, aun las recuerdo claramente, sin embargo, no he vuelto a tener contacto con la familia Karuizawa.
Ayame, Kanade, espero que estén bien y ojalá que algún día podamos encontrarnos de nuevo.
Bueno, avanzando los años, llegué a la secundaria y la verdad es que todo fue bastante calmado, no me quejo, digo, no pasó nada extraño… ah, aún recuerdo eso.
- ¡Fran! ¡Fran! ¡Fran! – muchos de mis amigos me estaban animando… ¿y saben a qué? ¡A inyectarme como si fuera un puto toro!
- A ver Yuzaki, ponte bien que solo es una inyección contra la viruela – la enfermera del lugar estaba con su aguja en mi brazo.
- Espéreme, espéreme, cálmese, no lo haga.
- Contaré hasta tres… ¡tres! – y sí, la concha de su madre me la inyectó de golpe, desde entonces la verdad es que esa mierda me hace temblar, las inyecciones me las ponen como que fuera animal y mis amigos lo hacían ver como que fuera un espectáculo.
Y a todo eso, pasamos a la Preparatoria. Cabe decir que siempre seguíamos con mis amigos y todo, aunque esta vez era más calmado y casi no hablaba si no fuera necesario, como digo, solo cuando fuera necesario, es más, no es por presumir, pero era bueno en mis clases.
Aunque pensé que las cosas serían igual de calmadas y a la vez algo aburridas que en la secundaria, pasó algo que marcaría mi vida.
El día que conocí a mi esposa.
Recuerdo que ese día estaba en mi salón escribiendo en una página, no recuerdo bien que estaba haciendo, pero solo estaba con mis audífonos escuchando el primer ending de Re: Zero.
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Oh, please don't let me die
Waiting for your touch
No, don't give up on life
This endless dead end
Kurutta tokei kizamu inochi
Koboreteku kioku no suna
Mebaeta omoi made
Nee, konna ni akkenaku
Kieteshimau no?
I wish I was there
Oh, please don't let me die
Waiting for your touch
Nido to nanimo nakusanu you ni
Watashi o wasurete, hajimede "restart"
No, don't give up on life
This endless dead end
Kimi o kudaku kono kanashimi ga
Itsuka owarimasu you ni
For now I'll see you off
My time is spinning around
Your deep black eyes
I forgot what time it is
And all our memories are gone?
Amai kaori hanatsu
Tsuioku to iu na no wana
Sasoware toraware
Naze, aragae mo sezu mata
Oboreteshimau no
I wish you were here
Oh, never close your eyes
Searching for a true fate
Dokoka kieta ano nukumori mo
Oikaketsudzukete miushinau "restart"
So, let us try again
From the very first time
"Kitto kitto" sou yatte, ima mo
Munashii wa o egaiteru
For now, see you again
Fading in, fading out
Fading in, fading out
I wish we were there
Ano hibi niwa modorenai
Toki wa tsuyoku kanashiku tsuyoku
Tada tada susundeyuku dake "restart"
No, don't give up on life
This endless dead end
Furikaeranai sonna tsuyosa o
Daremo mina enjiteru
For now I'll see you off
And we'll die
Waiting for a new day
Nido to
And we'll start
Ready for a new day
Kimi to
Oh, please don't let me die
Kienaide ah
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Estaban tan metido que no me di cuenta cuando alguien estaba llegando a mí, recuerdo que no presté atención hasta que miré la sombra de esa persona y al levantar la mirada, mi corazón dio un vuelco.
Era una chica la cual poseía el cabello rojo claro quedándole muy bien, sus ojos rojos eran muy bellos como dos rubíes del más grande valor, aparte de poseer una figura bastante buena, no tenía los pechos grandes como muchas de mis compañeras, pero para mí, era la mujer más bella que había conocido. Ella sin más tomó una silla sentándose a mi lado, yo por inercia me quité los audífonos.
- ¿Qué haces? – me preguntó con calma, no entendí porque ella me quiso hablar en primer lugar, de hecho, de los nervios me puse rojo.
- E-Este… solo escuchaba un poco de música – estaba que me moría de la vergüenza, la verdad es que me golpearía al día de hoy por hacer eso, pero estaba más joven, era comprensible sabiendo lo temido y calmado que era.
- ¿Tu solo?
- ¿Acaso es raro?
- No, no, no, para nada, solo que me llamó la atención de lo que estabas escribiendo.
- Bueno… no es nada interesante, en serio – dije.
- ¿Tan poco interesante es como para que estés tarareando? – desvié la mirada algo sonrojado – no te preocupes, no te juzgaré.
- … - no dije nada, solo volteé la página que estaba usando, pero la verdad no me servía de nada ya que me debió haber descubierto – me gusta adaptar letras de canciones de anime, en este momento estaba con STYX HELIX, el ending de Re: Zero.
- La conozco y la he escuchado, es muy buena – hablamos un poco sobre eso, las letras de la canción que estaba escribiendo, ella sabía sobre eso – por cierto, ¿Para quién la escribes? ¿Alguna chica o Youtuber?
- No… la hago para mí mismo.
- Pf… jajajaajajajaja – por Dios, que pena me dio en ese momento, esta chica se estaba riendo de algo que hacía yo, pero les juro que me quería morir.
- ¿Por qué te ríes?
- Lo siento jeje, es que eres alguien curioso – ella se levantó extendiéndome la mano – un gusto, Tsubasa Tsukuyomi.
- Franco Yuzaki – y sí damas y caballeros, ese fue el inicio de algo que poco a poco estaría agrandándose.
No cabe decir que, desde ese momento, Tsubasa comenzó a juntarse más conmigo, yo estaba nervioso ya que había pasado mucho tiempo desde que una chica me tenía a esa cercanía, es cierto que no lo era mucho con Ayame y Kanade, con ellas era amigo desde pequeños y ya nos conocíamos mucho, con Tsubasa era diferente.
Aun así, tengo que decir que el pasar tiempo con ella me volvió alguien más abierto y que dejó la timidez con las chicas a un lado, quien iba a decir que estar a su lado realmente me ayudó en muchos sentidos.
Nos fuimos conociendo más, me conté mis gustos y ella los suyos… bueno, me ayudó en unos aspectos negativos como a veces hablaba mal de mí mismo y la falta de confianza que poseía estaba presente, gracias a Tsubasa dejé eso a un lado, algunas veces pienso en eso, pero ya no me importa.
Y así fue por 7 meses en donde estuvimos conociéndonos más, de hecho, una tarde estábamos comiendo mirando el cielo y la verdad es que durante ese tiempo había desarrollados sentimientos hacia ella, pero la duda estaba siempre en que, si debía decirle o no, igual, no quería arruinar nuestra amistad, pero finalmente me decidí.
- Oye Tsubasa… ¿a ti te gusta alguien?
- ¿A qué viene la pregunta de la nada?
- S-Solo por curiosidad.
- Bueno… si te soy sincera, si me gusta alguien, ¿ahora me dirás porque me preguntaste eso?
- P-Porque un amigo que gusta de ti me pidió que te entregara esta carta – le entregué la carta con el título "La persona que está a tu lado está enamorada de ti". Sí, mátenme, fui un pelotudo al hacer eso, ¡pero estaba nervioso! Era la primera vez que me estaba declarando a una chica y estaba ultra rojo y nervioso, solo esperando a que ella dijera algo.
- Pffff jajajajajajajajajajajaja – la risa de ella me dejó callado.
- ¿Y-Y-Y qué fue eso ahora? ¿Qué hice mal?
- Nada, solo que me llamó la atención de cómo es que te declaraste, fue bastante extraño.
- E-Este… si quieres olvídalo, creo que con eso me dijiste todo – exclamé rojo como un tomate.
- No te preocupes – Tsubasa sonrió – acepto salir contigo.
- Este… ¿me lo dices en serio o por compasión?
- Lo digo en serio, desde hace tiempo me empezaste a gustar, me resultaste divertido y estuviste para mí en ciertas ocasiones en donde el estrés de las tareas me tenía aprisionada, aunque estés así porque tu declaración no fue la mejor… para mí fue la indicada – Tsubasa fue hacia mi besándome en los labios, cabe decir que estaba rojo por eso, pero la verdad ahora me importa una mierda, la chica que amo ahora era mi novia.
Bueno, que puedo decir, todo fue bastante bien después de eso, las miagas de Tsubasa y los míos estuvieron molestándonos por todo el tiempo que estuvimos en la Preparatoria, aunque no me importó ya que todo fue más divertido con Tsubasa a mi lado.
La Preparatoria se terminó, comenzamos la Universidad y la terminamos en tiempo record, cabe decir que el primer trabajo que tuvimos fue en Voice For All, sin embargo, llegando navidad, tenía algo que preguntarle a mi novia y es que yo estaba dispuesto a dar el siguiente paso.
La nieve había caído aquí en Buenos Aires, algo extraño, pero de igual forma cayó y me gustó la verdad, nos detuviste en un parque mirando a los niños jugar, con un enorme árbol de navidad alumbrando todo el lugar.
- Tsubasa – miré a mi novia – quiero agradecerte.
- ¿Por qué?
- Por todo lo que ha pasado, estos años junto a ti han sido los mejores de mi vida, desde que nuestra relación inició me has cambiado para bien, la timidez que gané en mi adolescencia la fui perdiendo gracias a ti, tu eres la razón por la que ahora soy más abierto con los demás, todo es gracias a ti, creo que… me habría sentido solo al día de hoy.
- Fran.
- Por eso, quiero que sigamos juntos, creciendo como pareja, llegar más allá de solo una relación de amor, quiero algo más fuerte, de confianza y trabajo, que desarrollemos nuestros sueños juntos, por eso… - me decidí, saqué una caja con un anillo adentro y me arrodillé – Tsubasa Tsukuyomi, ¿quieres casarte conmigo?
- Fran – era la primera vez que me comporté así, estaba seguro de esto, quería pasar el resto de mi vida con ella, la cara de Tsubasa mostraba asombro solo para ver después lágrimas caer de sus ojos y me respondió con un fuerte abrazo – ¡acepto, claro que me casaré contigo!
Y sí, el amor que nos teníamos realmente logró trascender para llegar hasta el matrimonio, nos casamos de forma tradicional, Tsubasa era de origen japonés a diferencia mía que soy argentino, aun así, eso no evitó que nos enamoráramos.
Nuestra boda fue el 14 de enero, aparte de que terminamos comprando nuestra casa en donde empezamos a vivir juntos, aparte de que Tsubasa cambió su apellido al mío, ahora es Tsubasa Yuzaki.
A los meses de estar casados, un día llegó una persona que realmente tendría impacto en mi vida, de todas las formas posibles. Yo estaba llevando unas cosas a una de las habitaciones justo cuando pasé al lado de la esta mujer la cual se detuvo y se me quedó mirando un poco.
- Disculpa.
- ¿Sí? – esta mujer que poseía el cabello rubio y los ojos azules, aparte de que tenía algo extraño para mí en ese entonces, tenía cuernos y una cola como de demonio.
- ¿Tu trabajas aquí?
- Sí, Franco Yuzaki.
- Franco-chan… ¡no puedo creer, te encontré! – la mujer me dio un abrazo fuerte, algo que me desconcertó bastante.
- Oye, ¿Quién se supone que eres?
- Oh, lo siento – la rubia se separó un poco – verás… quiero hablar contigo después de que termine esto.
- Ok… no entiendo que es, pero estaré atendiendo el mostrador del local.
- Gracias, por cierto, soy Asuka Tachibana – y sí, conocí a Asuka y cuando menos acordé nos hicimos amigos, luego con el tiempo conocí a Yuzu y a Ninja y vaya que nos hicimos un grupo muy unido, aunque tuvimos nuestras cosas con Asuka, al final todo quedó como si nada.
Y bueno, la vida me dio más mujeres con las que tuve varios hijos y para mi desgracia… un escorpión que me hace la vida imposible, al menos tengo dos leones.
Y eso sin contar a la loca yandere que tengo detrás de mí queriéndome castrar, de igual forma, Ninja la tiene controlada… aun no entiendo cómo es que las chicas que muchas veces nos odian quieren a Ninja.
Hablando de él, ¿saben cómo lo conocí?
Salía un día con mi primo Yuu Izumi… sí, el que tiene la novia de pelo rosa que se llama Shikimori y que es mi prima política gracias a que sale con Izumi, todo eso explica de porque tengo mala suerte, ¿Cómo es que soy primo de él? Cosas de la vida y conexiones de familia… la verdad no entiendo eso.
Y gracias a él, después de muchas cosas terminamos siendo perseguidos por un toro… no pregunten de donde salió ni nada.
- ¡¿Por qué cada vez que salgo contigo termino en estas cosas?! – grité corriendo a todo lo que mi cuerpo me daba, Izumi estaba a mi lado.
- ¡Lo siento, no entiendo tampoco esto! – ambos corríamos bastante, pero en eso, cuando un toro negro de gran tamaño siguiéndonos, en eso, dos entidades llegaron rápidamente terminando noqueando al toro y salvándonos.
- ¿Qué fue eso?
- Ni idea, pero al menos nos salvaron – ambos miramos hacia las dos personas que frenaron al toro, uno era una chica la cual estaba vestida como una bruja con el cabello morado; por otro lado, había uno que parecía un ninja.
- ¿Están bien?
- Sí, gracias por eso.
- No se preocupen, la verdad es que nos pasábamos para ver a una amiga y notamos ese toro suelto.
- Sí, la verdad es que la mala suerte ronda con nosotros – río Izumo, yo solo me quedé callado – por cierto, Yuu Izumi Yuzaki.
- Franco Yuzaki.
- Ramón Maldonado, con Ninja está bien.
- Yuzu Araki, solo díganme Yuzu – y así fue como conocí a Yuzu y Ninja, literalmente me salvaron de que un toro me metiera los cuernos y así es como tengo toda esta mala suerte, todo por ser familia del tipo más mal afortunado del mundo como lo es Izumi.
Aun así, con todo eso, tengo que decir que no cambiaría lo que tengo ahora por nada, por mi amada esposa, mis demás mujeres y mis hijos, aunque me tenga que romper el lomo trabajando, no me quejo al final.
Es más, actualmente estoy tratando de sacarme la licencia de conducir, quería de una moto para andar con Tsubasa de vez en cuando, pero mejor optaré por un auto ya que ahora que tengo varias mujeres y muchos hijos pues… creo que veré si puedo costearme un bus, en especial por los tantos hijos que tuve con Tsubasa, Ai y Yu, aparte de las demás chicas.
Y sí, esa es mi vida, de Franco Yuzaki.
¡Y no, no soy un pasivo!
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Continuará…
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Y hasta aquí el capítulo de hoy.
No tengo algo que decir, pero la verdad fue bastante calmada con Franco, podemos decir que es el más relajado de los 4, que crack nuestro querido Railgun pasivo.
Bueno, ahora vamos con Yuzu y su historia.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
