Tiempo atrás…
- Lo siento Asu, pero ya no tenemos que seguir viéndonos – decía una mujer la cual poseía el cabello rojo oscuro y los ojos morados, esta lucía con la mirada cabizbaja mientras veía a una mujer que estaba delante de ella la cual era rubia de ojos azules y tenía rasgos demoníacos.
- ¿Por qué? ¿Acaso estás dejándome, así como así?
- Lo lamento, pero es que he conocido a alguien más y me he sentido atraída por esa persona, lamento si soy directa, pero es mejor hacerlo así que enterarse otro modo – la peli roja solo se dio media vuelta mirando hacia otro lado y caminando desde ahí hasta perderse, la rubia seguía ahí parada y lágrimas cayeron de sus ojos, aunque no se podían ver claramente, pero si de algo estaba segura, es que estaba sufriendo por dentro.
- Entiendo eso Mako-chan, pero esperé que al menos pudiéramos durar algo más, sé perfectamente que no terminas conmigo porque te gusta otra persona, sé que te obligaron a hacerlo – la rubia se fue del lugar con los ánimos por el suelo, no obstante, su día no estaba lejos de terminar, aunque no muy lejos de ese sitio…
- Asu… lo lamento mucho, no quiero que tengas que pasarla mal conmigo, además… lo hago por nuestro bebé – susurró la joven peli roja que seguía caminando acariciando su vientre en donde tal y como lo mencionó, el fruto del amor de ambas estaba creciendo en su interior.
No obstante, no lo sabrían hasta tiempo después de enterarse de la verdad y no fue hasta que pasó 1 año.
Tanto la rubia como la peli roja se encontraron de nuevo en un centro comercial, aunque el silencio fue incomodo entre ambas.
- Tiempo sin verte.
- Lo mismo digo.
- ¿Qué ha sido de tu vida?
- Pues seguí mi carrera de cantante con mi banda, pasé por otros dos rompimientos a excepción del tuyo, mi vida amorosa ha mejorado con alguien que ha estado a mi lado y luego he visto a más personas que se han convertido en personas importantes para mí – decía la rubia quien luego notó como es que la peli roja frente a ella tenía un bebé en sus brazos – ¿y ese bebé?
- Pues… verás…
- Ese bebé es mío ¿verdad?
- Es niña por si te interesa saberlo – la peli roja tragó algo de saliva – ¿cómo sabes que es tuya? ¿Qué pruebas tienes para decir eso?
- Sencillo, puede que ustedes los humanos tengan que darse cuenta de muchas cosas a través de la ciencia y lo que han inventado a lo largo de los siglos, pero a mí no me puedes engañar, esa niña tiene mi sangre de demonio, la puedo sentir – la oji azul habló acercándose a la niña quien poseía el cabello rojo brillante y los ojos morados, era una hermosa hembra – es muy linda, se parece a ti.
- T-Tu…
- Sé muy bien que terminaste conmigo porque tu familia no veía con buenos ojos que estuvieras con una demonio como yo, además, tu esposo es alguien que no le veo mala intención en sí, es algo estricto, pero es buena persona y créeme que no le digo eso a cualquiera – la chica susurró – no nos hagamos tontas por favor.
- Está bien, supongo que eres muy lista – la peli roja la miró – efectivamente, es tu hija, pero te quiero pedir un favor, no le cuentes a nadie sobre esto, un día se hará público esto, pero hasta ahora…
- No te preocupes, ese será nuestro secreto, pero a cambio, quiero verla crecer, no junto a ti como pareja, pero al menos poder verla de largo y protegerla en caso de que algo le pase.
- Gracias, no sabes cómo te lo agradezco.
- No dejaré que mi hija sufra, pero antes de todo, ¿Cómo se llama ella?
- Maki… Maki Nishikino.
La pequeña Maki no era la única niña que tenía la rubia ya que un año antes tuvo dos niñas con diferentes mujeres y justo se las encontraba en un paseo por el parque, estas la miraron asombradas cuando se acercó a ellas.
- Eres tu… tiempo sin vernos.
- Sí y parece que ellas dos están crecidas – las dos mujeres parecían muy buenas amigas, una de ellas poseía el cabello azul oscuro y los ojos color avellana, mientras tanto la otra poseía el mismo color de ojos, aunque el cabello era color cenizo.
- Han crecido con normalidad – la peli ceniza habló con alegría, la rubia solo sonrió por eso.
- Me alegra que ellas dos han crecido… además, sé que mis niñas saldrán bastante bien en el futuro.
- Supongo que te enteraste ¿no? – la peli azul mayor habló con una sonrisa pequeña en sus labios – así es, ella es tu hija, aunque ha pasado casi dos años desde que ella fue concebida.
- Y mi hija también, ambas tienen un año de edad y se llevan bien por lo que miro, así que no habrá problemas en el futuro.
- Lamento mucho el haberlas dejado – susurró la rubia con varias lágrimas cayendo de sus ojos azules – es que sus familias no me aceptaban como tal y era mejor dejarlas que pasar un sufrimiento conmigo a sus lados, realmente soy de lo peor, no merezco ni siquiera llamar a ellas dos hijas mías si su madre las abandonó, así como así.
- No te preocupes por eso, lo hiciste para ayudarnos a ambas – la peli azul habló – después de todo… yo hago lo que quiera con mi vida y aunque en el transcurso de este tiempo conocí a alguien que me hace feliz, eso no quita que puedes ver a tu hija ya que es tu sangre.
- P-Pero Rit-chan… no, Ritsuko, tu…
- Vamos, me gusta más que me llames Rit-kun, es propio de ti, así que no pierdas esa costumbre.
- A mí tampoco me dejes de llamar, así como lo hiciste – decía la peli ceniza al lado – no me llames solo Nanami, me gusta cómo me decías, Nana-chan.
- Lo sé – la rubia se limpió las lágrimas de sus ojos – entonces será así Rit-chan, Nana-chan.
- Muy bien, entonces porque no miras a tus hijas – la oji azul se acercó a las dos niñas quienes sintieron curiosidad mirando a la rubia quien movió un poco su colita, ella lucía feliz mirando a ambas.
- Hola pequeñas, soy su madre, aunque no lo crean, me llamo Asuka Ángel Gabriel Tachibana y aunque no esté en sus vidas muy amenamente como quisiera, estaré queriéndolas desde donde esté y no les faltará nada, me aseguraré de eso – susurró la rubia sonriendo, las dos oji avellanas se miraron confundidas, pero sonrieron por eso.
- Les agradaste Asu-chan.
- Sí… y eso me gusta – susurró – por cierto, ¿Cómo se llaman ellas dos?
- Oh, es cierto, no te dijimos eso – la peli azul río un poco – ella es mi pequeño marcito, su nombre es Umi Sonoda.
- Y ella es mi pajarita de amor, se llama Kotori Minami.
- Umi-chan, Kotori-chan… un gusto conocerlas, soy su madre Asuka.
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Tiempo actual.
Residencia Maldonado Otori.
- ¡Abuela! – las mini Kanon junto con los hijos de Asuka y Ninja fueron hacia la súcubo/diosa quien los recibió con los brazos abiertos.
- Hola mis niñas, ¿cómo están? – los demás asintieron por lo que parecían alegres de ver de nuevo a la ahora castaña.
- Abuela, mi colita ¿cómo la puedo usar?
- No te preocupes por eso Kana-chan, ahora que posees una colita como la mía sabrás cómo usarla, si alguien se quiere pasar de listo contigo o te quiere molestar sabrás como darle un buen uso.
- ¡Sí! – la menor de las mini Kanon movía alegremente su nueva cola.
- No pensaste en tener tantas nietas ¿verdad mamá? – la Mahou Shoujo peli gris preguntó a su madre quien asintió.
- Ya me hace sentir vieja la verdad, aunque bueno, tengo hijas que ya están grandes y realmente me hace sentir que los años están cayendo – suspiró la argentina – aunque igual, sigo estando sexy como siempre.
- No cambias mamá – Asuka río un poco.
- Lo que pasa es que me vine a ver a mis nietos que tanto me quieren.
- En eso no te equivocas ya que parece que cada vez que te ven realmente se alegran – sonrió la peli gris mientras se sentaba en uno de los sillones de la sala, la divinidad se sentó en otro de los sillones mientras jugaba un poco con algunas de las mini Kanon, en especial la menor de todas quien jugaba un poco con su cola.
En ese momento, estaban bajando Umi y Kotori quienes estaban hablando entre ellas sobre varios asuntos, entre esos temas estaban sobre sus hijos.
- Me da gusto ver cómo es que Ryuko-chan está feliz con Sayaka-chan, será un lindo futuro que tendrán las dos.
- Lo sé, aunque aún es joven, pero si ella es feliz con ella, entonces aceptaré eso – declaró la peli azul – por cierto, ¿te toca hoy la noche estar con Ramón?
- Sí, hoy nos toca pasar el rato juntos.
- Ya veo, cuando estamos los dos solos me lo hace con todo – susurró la peli azul algo sonrojada, llegando a la sala, estas miraron a la castaña – Asuka-san, bienvenida.
- Asuka-san, ¿Cómo estás?
- Umi-chan, Kotori-chan, buenos días – se presentó la diosa/súcubo – ¿cómo van las cosas?
- Por el momento bien, nuestros hijos han crecido algo – decía la peli azul sonriendo un poco – ¿viniste tu sola?
- Sí, decidí venir sin mis pequeñas ya que quería pasar tiempo con mis nietas, aunque hubiera sido una buena idea haber traído a Sayaka-chan para que pasara tiempo de calidad con Ryuko-chan.
- Ryuko se hubiera alegrado de estar con ella, pero bueno, será a la próxima cuando venga – sonrió la peli azul, no obstante, parecía que Asuka estaba algo triste por eso, al menos eso parecía observarse – Asuka-san, ¿ocurre algo?
- No es nada, solo pensaba en algo – susurró, en eso, llegó el hondureño y no venía solo, sino que estaba con una gata blanca en su hombro.
- Ya regresamos.
- Volvimos – fueron las palabras simples de Mei quien solo bajó volviendo a su forma humana, aunque al notar a Asuka, esta solo hizo una reverencia sin decir nada y solo se fue de ahí.
- Aun quiero seguir porque es me odia, no entiendo de donde es que viene ese odio que me tiene – susurró la castaña, pero decidió no pensar mucho en eso, siendo que, en ese momento, los hijos de Umi y Kotori llegaron a donde estaban.
De parte de Umi, Ryuko y Kai estaban caminando y justo detrás de ellos estaban caminando Alpherg y Alrisha quienes gateaban siguiendo a sus hermanos mayores.
- Qué bien, lo están haciendo genial – decía la peli azul sonriendo – ya lo harán.
- Ya gatean, cuando menos acuerdes caminarán como nosotros – el niño habló, los dos bebés seguían gateando con ganas.
- Lo hacen genial – las gemelas Sayuri y Sayumi hablaron estando al lado de los peli azules, al igual que sus madres, todos eran amigos muy cercanos.
- Quiero decirlo, quiere decir que ellas son mis nietas y que ustedes dos, Umi-chan y Kotori-chan, son mis hijas, pero no sé su reacción – ese eras el pensamiento de la castaña mirando a los hijos de ambas musas, aun así, esta solo sonrió por lo bajo – no importa, tendré tiempo de hablarlo con ustedes, solo espero que las cosas que no salgan mal, al menos Vienna-chan y Mia-chan me aceptaron.
- ¿Asuka-san?
- Mamá, ¿te encuentras bien?
- S-Sí, estoy bien, es más, iré a ver a tu esposo, ya vuelvo – la súcubo se levantó, justo en ese momento, Franco y Yuzu vinieron a casa a saludar un poco, aun así, estos montaron que no estaban ahí.
- Si buscan a Ramón, está arriba, mamá fue a verlo.
- Gracias Otori-san – los dos chicos subían las escaleras.
- ¿Y eso que viniste acá Fran?
- Bueno Yuzu, tengo que aclarar algunas cosas con Ninja, tenemos una pequeña charla pendiente sobre Ibuki y la mala suerte que me da.
- No creo que Ibuki-chan sea la culpable de eso, aun así, suerte con eso – río la peli lavanda – quiero hablar con Mei, es hora de que aclaremos las cosas y me deje de una vez ver a Tokime-chan, quiero ver a mi sobrina.
- Entonces suerte con ello, ojalá que… - sorpresa se llevaron ambos cuando mal subir nada más, notaron a Asuka quien tenía a Ninja contra la pared y ambos se besaban en los labios, el gesto no era algo normal, sino que era muy íntimo como si ya lo hubieran hecho hace tiempo.
- ¿Q-Que hacen ellos dos? – ambos chicos se separaron y miraron hacia donde estaban Franco y Yuzu absortos.
- ¿Qué hacen ustedes dos?
- Creo que nos descubrieron Ramón.
- En cualquier momento lo harían Ángel – eso puso con dudas a los dos más jóvenes.
- ¿Me pueden explicar que pasa aquí?
- Bueno, lo diré yo – la súcubo habló – verán, Ramón y yo decidimos casarnos.
- ¡¿Casarse?! – ambos mostraron un anillo en una de sus manos, el hondureño la tenía en la mano izquierda al igual que la argentina.
- Sí, nos casamos debido a algunas cosas que tenía Ángel no me gustaban, estaba pasando un mal momento y no quería dejarla sola, varios pensamientos que estaban torturándola, no quería hablarlo con nadie y fue cuando decidí que no le dejaría sufrir sola, así que sin más me uní a ella, ayudándola y siendo su apoyo, aunque luego de un tiempo, pues… pasó lo que pasó.
- ¿Luego se casaron?
- Sí, y luego de esto, mi esposo pasó de ser Ranita-chan a ser solo Ramón, además, él me llama Ángel, es algo loco, pero en sí, estamos juntos y es lo importante – sonrió.
- Pues… felicidades, no sé qué más decir, digo, sentí que a lo mejor algo pasaría, pero no me lo esperé – exclamó Franco.
- Igual lo digo Tachibana-san, Nin-chan, felicidades por su matrimonio.
- Gracias Blair-chan, Franco-chan, aunque no te preocupes mi gatita, tú no te irás de mi lado tampoco – le susurró la diosa arrinconando a la colombiana a una pared y robándole sus labios en un beso muy provocativo el cual duró unos segundos antes de separarse, ambas unidas por un hilito de saliva.
- Parece que la magia con ellas no desaparece.
- T-Tengo que ir a ver a Mei, quiero hablar con ella y ver a mi sobrina – decía la peli lila, Asuka la dejó ir y esta fue llevada hacia el cuarto en el que se quedaba la peli plateada y entró.
No pasaron ni dos minutos cuando escucharon los tres autores, luego de estar charlando un poco empezaron a escuchar gritos dentro de la habitación, al llegar solo miraron como se abría la puerta con fuerza.
- ¡¿Por qué demonios reaccionas así conmigo?! ¡Quiero ver a mi sobrina y tú siempre entras en cólera conmigo! – gritaba Yuzu y lucía muy molesta.
- ¡Como si quisiera tu presencia conmigo! Estaba bien con Tokime aquí tranquila, ¡no! ¡Yo en ningún momento te pedí que vinieras!
- ¡¿Por qué eres así?! Entiendo lo de tu resentimiento, ¡pero yo tampoco la viví fácil! ¡¿Sabes todo lo que pasamos con mi familia?! ¡¿Tienes idea cuando tuvo que trabajar mamá para mantenernos a mis hermanos y a mí?! ¡¿Tienes idea que se siente estar sola casi toda tu infancia solo practicando tu magia porque solía ser una gatita en un mundo humano?! ¡Aun así, estoy aquí! – tales comentarios hicieron explotar a la menor de las Araki.
- ¡Pues tu deberías aprender a escuchar y no simplemente hablar! ¡Tú tuviste una familia que se preocupó por ti! ¡Yo no tuve nada de lo que tu posees hasta hace poco! ¡Lo único mío 100% es mi hija! ¡Tienes un trabajo, esposo, mujeres e hijos! ¿Y sabes por qué? ¡Porque tuviste un cuerpo en el cual hacer todo ese tipo de cosas! ¡Si no es por Ramón seguiría unida a ti! Tu madre nunca se preocupó sobre la otra gemela sabiendo bien que tendría dos, ¡ni ella, ni nadie absolutamente nadie! Por mí, ¡tus hermanos, tu madre, tu esposo, tus amantes y tus hijos pueden irse mucho a la mierda! ¡No quiero verte a ti nunca más y espero que nunca verte tu maldito rostro de nuevo! – la menor de las gemelas cerró la puerta con fuerza.
- Bien… suerte con tu vida entonces – Yuzu bajó y aunque se notaba molesta por eso, también se limpió un poco sus ojos los cuales se llenaron de lágrimas por un momento, esta solo abrió un agujero de su Otra Dimensión y se fue, los otros tres estaban callados por eso.
- ¿Q-Que demonios acaba de pasar?
Mientras tanto, afuera de la residencia…
- Jaja, parece que hay discordia entre hermanas, esto es genial, el olor de la disfunción familiar me encanta – una voz hablaba y sonaba temerosa, parecía que un nuevo demonio atacaría y tenía la vista clavada en Yuzu y Mei.
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Continuará…
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Y hasta aquí el capítulo de hoy.
Bueno, sorpresa, sorpresa, Asuka es madre de Umi, Maki y Kotori, esto es algo que hemos tenido en una de nuestras muchísimas conversaciones que hemos tenido durante estos días, aparte de que Franco volvió a dar en el blanco, el matrimonio entre ella y yo… luego dices que no tienes un poder así jeje.
Y ahora, como vieron en lo último, vendrá un demonio el cual parece estar alimentado por lo inestable que está la relación de Yuzu y Mei, siendo que esta conversación salió de una charla que tuvimos Yuzu y yo en los clásicos Roles en lo que me meto con varios de ustedes, de ahí a veces saco historias.
¿Qué pasará con ambas hermanas? Ya verán y será un capítulo bastante sentimental, puede ser que la relación de ambas empeore o mejore, es una sorpresa.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
