Las primeras hijas que tuvo Franco fueron entre Tsubasa e Inu, con esta última es que gracias a su condición de Kemono es que sus progenitoras nacieron primero, siendo un parto bastante peculiar.
Las 5 niñas, de cabellos azules y oreja de perro con el pelaje del mismo color que su padre, además de tener ojos verdes como Franco, estas eran 5 niñas las cuales, a pesar de ser quintillizas, no tenían la misma personalidad ya que poseían muchos gustos y formas de ser de maneras diferentes.
Estas eran Ichika, Nino, Miku, Yotsuba e Itsuki, desde la mayor a la menor, aunque la que era más poderosa era la cuarta de las perritas, además de ser la más cercana a su padre de todos los hijos de este, un dato extra era que había heredado los poderes eléctricos del argentino.
Ahora veríamos como es que las niñas vivían su día a día en la escuela en donde estudiaban y más que nada por el hecho de que poseían rasgos perrunos, pero esto nunca fue un impedimento para que ellas vivieran su vida escolar con normalidad y más acompañados de sus hermanos.
- ¡Genial Yotsuba-chan!
- Eres genial – muchas de las niñas miraban a la cuarta de las quintillizas la cual estaba jugando voleibol junto con otras chicas, la peli azul era bastante buena jugando.
- Ganamos – exclamó Yotsuba una vez que acabó el juego por lo que fue con sus compañeras a celebrar, cabe decir que la cuarta quintilliza era muy popular por su forma atlética y su forma de ser, aunque como todo que tenía éxito, tenía su lado oscuro que era que algunas chicas le tenían cierto odio por lo mismo, además de que le decían que era un fenómeno al igual que sus hermanas, pero a esta no le importaba que dijeran esas cosas.
No obstante, aunque Yotsuba tuviera esa popularidad, una de las quintillizas no poseía eso y al ser más reservada le daba problemas.
- Vaya, miren quien tenemos aquí – una niña de cabello rubio y ojos del mismo color se acercó con dos niñas a donde estaba la tercera de las perritas – y está comiendo sus verduritas.
- P-Por favor, estoy comiendo en paz.
- No hablas si no te he dicho que abras tu estúpida y perruna boca – exclamó la niña – ¿entendiste eso… Miku Yuzaki?
- P-Pero es que…
- Y pensar que una perra como tú come verduras, se supone que los perros comen carne y ese tipo de cosas, pero mírate, comiendo hierbas como vaca.
- Es que no me gusta la carne – la voz de Miku era débil y se notaba que tenía miedo de que le fueran a hacer algo. A diferencia de muchas de sus hermanas, Miku era calmada y reservada, además de ser tímida y como dijo, era vegetariana, algo extraño en los de su raza que disfrutaban la carne, pero ella tenía un gusto por los vegetales.
- ¡Oigan, dejen de molestarla!
- Oh, parece que una más de las perras llegó – justo arribó otra de las quintillizas, siendo esta la segunda del grupo, Nino.
- Soy una perra, pero no de tu clase, por lo que espero que dejen a un lado ese molestar a mi hermana y ya verán – la peli azul tronó sus nudillos – adelante, sigan jodiendo que quiero ver cómo es que lloran cuando les rompa esos dientes tan feos que tienen.
- T-Tu…
- Mejor vámonos Amelia.
- Esto no se queda aquí Nino Yuzaki, ya nos veremos luego – las chicas se fueron, Nino fue con Miku que tenía la mirada baja.
- ¿Estás bien?
- S-Sí, me molestan solo porque como vegetales.
- Eso es raro, hasta yo puedo decirlo, pero cada quien, con sus gustos, por lo que solo es tu rollo Miku – en eso, llegaron las demás quintillizas a ver cómo estaba la tercera peli azul.
- No te preocupes Miku-chan, son solo unas chicas que tienen envidia de lo que linda que eres y ser diferente no tiene nada de malo – la mayor de las hermanas, Ichika, hablaba.
- Por ser la mayor pareces una madre – dijo la menor de todas, Itsuki.
- Bueno, soy como la madre de todos ustedes, así que es mi deber velar por el bienestar de todos.
- Miku, dime quienes son las que te joden y yo les tiro un trueno en sus caras – Yotsuba exclamó haciendo que aparecieran rayos alrededor de ella luciendo intimidante.
- Como siempre queriendo arreglar las cosas con violencia, eres igual a papá.
- Nino, no me hagas tirarte un rayo.
- Claro, como es lo único que sabes hacer – esas palabras de la segunda quintilliza solo provocaban más a Yotsuba quien hacia aparecer más rayos, incluso el cielo quería llenarse con nubes grises de tormentas que atraerían rayos gracias al cosmos de ella.
- Por favor, las dos, basta, Nino-chan, no es momento para eso – Ichika relajó las cosas entre ambas ya que estaban a nada de que Yotsuba le lanzara un rayo a Nino.
- Miku, si tienes gusto por las verduras es solo asunto tuyo, no tienes por qué rendir cuentas a otras personas solo porque te vean rara, son unos idiotas – Itsuki habló de forma calmada, la tercera peli azul asintió, aunque como siempre, estaba algo decaída.
Ya terminando ese día de clases, estas volvieron a su hogar en donde luego de hacer sus quehaceres, se pusieron a jugar un poco, Franco llegó temprano de su trabajo y solo miró a muchos de sus hijos jugar en el patio, Regulus con las pequeñas mini Honokas y su madre jugando con Goldie y Blondie, los dos leones mascotas de la peli jengibre.
- Miku – el bonaerense fue a ver a su hija la cual estaba a un lado mirando a los demás jugar mientras que ella había decidido ver todo desde donde estaba.
- Papá.
- ¿Qué es lo que te pasa?
- No es nada, solo que pensaba que… ¿Por qué soy tan así?
- ¿Cómo que así? No te entiendo.
- Lo que pasa es que siento que no soy como alguien que sea de utilidad, como lo son las demás – decía la pequeña peli azul – Yotsuba es muy buena en los deportes, Nino es alguien que sabe cómo defenderse, Ichika es la mayor de todas y es como una madre e Itsuki es alguien decente que tiene buenas notas y todo… yo no tengo nada que mostrar para ser alguien fuerte o decidida, es más, hasta me critican por ser vegetariana.
- No tienes porque hacerles caso a esas personas, aunque para mi es algo muy extraordinario que seas vegetariana siendo que normalmente los perros comen carne, pero esa eres tú, al final de todo es tu gusto el que te define Miku.
- Lo sé, pero es que…
- No te preocupes – este acarició la cabeza de su hija – si tienes problemas lo puedes hablar conmigo o con tu madre, estamos aquí parta ayudarte, somos una familia… no diré que normal, pero muy unida y amada para mí.
- Gracias.
- No hay de que, si me permites, creo que iré a controlar a Yotsuba.
- ¿Por qué?
- ¡No soy una peleona! ¡Ven para acá! – se escuchó el grito de la cuarta perrita que seguía con sus poderes eléctricos a Nino quien huía de esta.
- ¡Es que lo eres! ¡Pero no me tires un rayo!
- ¿Lo ves? Iré a hacer algo antes que Nino sea electrocutada – Franco fue por las dos niñas que en cualquier momento cometerían un asesinato de forma estúpida.
- Papá es valiente… me gustaría ser así.
- Miku – alguien llegó a donde estaba la peli azul.
- Regulus-kun – el primogénito de Honoka y Franco sonrió.
- ¿Quieres ser más fuerte?
- Sí, quiero ser más fuerte… pero no sé cómo.
- No te preocupes, déjamelo a mí, desde pequeño soy fuerte, así que te puedo ayudar a serlo.
- ¿En serio podré ser fuerte como lo eres tu Regulus-kun?
- ¡Claro que sí! Es más, mira a Denébola – esta le señaló a su hermana menor que estaba gateando en el jardín y cuando esta miró que el Sol estaba saliendo, su cabello se iluminó un poco haciendo que el sitio brillara por un momento hasta que se calmó, esta solo siguió caminando y su cuerpo desprendía algunos destellos eléctricos al moverse.
- Se mira que será muy poderosa.
- Y que lo digas – Franco volvió con Yotsuba en sus brazos – no entiendo muchas cosas de ustedes, en especial como es que nacieron con tanto poder, pero no creo que entrenar de ese modo sea la mejor solución.
- Yo te entrenaré Miku – Yotsuba habló.
- Yotsuba, te recuerdo que le quisiste lanzar un rayo a Nino por centésima vez.
- Déjamela a mi papá – aun con desconfianza de parte de Franco, Regulus se llevó a Miku a un lugar apartado en donde podría desatar su poder.
La pequeña perrita estaba pensando en que haría con su medio hermano, este lucía muy tranquilo.
- Bien Miku, vamos a liberar tu cosmos, inténtalo.
- ¿Cómo lo hago? Yotsuba lo hace muy fácil – susurró la niña.
- No te preocupes, solo siente el universo en tu cuerpo y con eso lograrás despertar tus poderes, además de que heredamos los poderes de papá.
- Lo sé, pero yo no tengo poderes…
- No digas eso, los tendrás, mira esto – Regulus impactó su pie en el suelo haciendo que de este salieran muchos rayos que fueron hacia el cielo, todos formando la silueta de un león rugiendo.
- Guau… es genial.
- ¿Lo ves? Si entrenas bien entonces lo podrás hacer – Miku se quedó pensando un poco en eso, parecía que si lo hacía podría quitarse las matonas que le hacían la vida algo imposible.
- Sí – a pesar de que su padre no estaba del todo de acuerdo a que ella obtuviera sus poderes de ese modo para poder defenderse de esas tipas, siendo que este prefería el diálogo, aunque tampoco es como que fuera a ser algo malo que la tercera de las quintillizas perrunas obtuviera sus poderes.
Fueron unos días en donde Miku logró obtener algo de poderes, no eran tan fuertes como los que tuvo Yotsuba un tiempo atrás, pero al menos podía manifestar algunos destellos eléctricos alrededor de su cuerpo, estos poseían algo de voltaje por lo que si los lanzaba podían ser peligrosos.
Un día de nuevo en la escuela, Miku almorzaba siendo que muchas veces le gustaba estar sola disfrutando del clima, aunque en ese momento llegaron justamente las acosadoras de la perrita.
- De nuevo está la vaquita comiendo sus hierbas, por cierto, ¿no querrás que te metan carne para que comas algo de ver?
- Por favor, solo quiero comer en paz.
- Te dije que solo hablaras cuando yo te lo diga, ¿entendiste fenómeno? – aun con algo de miedo, Miku se levantó y elevó su cosmos, el poco que recién había adquirido entrenando con Regulus y gracias a eso empezó a manifestar destellos eléctricos los cuales asustaron a las niñas.
- E-Eso…
- ¿Q-Que demonios eres?
- Dije que me dejarán en paz – con eso, el cuerpo de Miku destellaba más electricidad, las niñas salieron corriendo asustadas, la perrita peli azul solo sonrió.
- Creo que lo hice.
Lastimosamente, estas niñas fueron a reclamar a la dirección en donde fueron citados los padres de estas junto con Franco e Inu quienes estaban discutiendo el asunto en la oficina del director.
- ¡¿Cómo es posible que permitan que una niña que usa electricidad esté en esta escuela?! – decía la madre de una de ellas – ¡no merece estar en esta escuela ni en ninguna otra!
- A ver, mi hija está comiendo sola en la azotea y sus hijas son las que la molestan – reclamó Franco – y no digo otra cosa de la que me arrepienta porque quiero la verdad.
- ¡No me jodas con eso!
- Fran-kun – susurró Inu mirándolo con una sonrisa – no te preocupes, hablaré con ellos claramente.
- A ver, ¿Qué hable la mujer que es madre de esas criaturas?
- Señora Yuzaki, ¿tiene algo que decir? – preguntó el director.
- Así es – Inu tomó algo de aire y se miraba muy calmada – ¡A VER HIJOS DE LA GRAN PUTA! MI HIJA ES MUY TIMIDA Y LAS SUYAS SOLO HAS ESTADO HACIENDO SUFRIR A MI PEQUEÑA MIKU-CHAN, POR LO QUE ESPERO QUE SEPAN QUE EN CASO DE QUE LE HAGAN ALGO MALO A MI HIJA CONOCERÁN LO QUE ES EL VERDADERO SUFRIMIENTO, SUS HIJAS ARDERÁN EN EL INFIERNO AL IGUAL QUE USTEDES YA QUE COMO ABOGADA QUE SOY LES METERÉ UNA DEMANDA POR EL CULO QUE LOS DEJARÉ SIN CASA, SIN TRABAJO Y COMIENDO MIERDA EN LA CALLE ¡¿ENTENDIERON?!
- Mierda, que pulmones tiene Inu.
Unas horas después en casa, las niñas estaban jugando con sus demás hermanos e Inu y Franco estaban ahí mirándolas jugar.
- Menos mal que las cosas se resolvieron, esas niñas fueron advertidas y sus padres están del mismo modo – decía alegre Inu – después de todo, si les metía esa demanda, la escuela perdería mucho dinero y además… que flojera daría eso.
- Menos mal que todo terminó – el chico suspiró, Miku llegó a donde estaba él acostándose a su lado poniendo su cabeza en el regazo del bonaerense.
- Tengo sueño – esta se terminó durmiendo a lo que Franco solo acarició su cabeza.
- Al final todo salió bien – en eso, sonaron estruendos y cuando Inu y Franco miraron se trataba justamente de dos de sus hijas.
- ¡Por eso solo eres una peleonera!
- ¡Ven para acá Nino!
- A menos que sea Yotsuba queriendo electrocutar a Nino – Franco exclamó – pero de ahí, todo normal.
- A todo esto, Fran-kun, hay algo que quiero decirte.
- ¿Qué cosa?
- Estoy embarazada, las niñas serán hermanas mayores – esa noticia fue sorpresa para el argentino – y si preguntas cuando, fue en la fiesta de Ángel-chan y bueno, salí embarazada.
- No me jodas – susurró el chico.
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Continuará…
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Y hasta aquí el capítulo de hoy.
La pequeña Miku salió adelante y a pesar de todo, miramos algo de la personalidad de las quintillizas que es muy bueno la verdad… aunque Yotsuba y Nino ahí tienen sus problemas.
Y felicidades a Franco que será padre de nuevo con Inu, que lindo jeje.
Sin más, este ninja se despide.
Bye.
