Zona Neutral.

Ángel decidió reunirse con las hermanas Araki quienes estaban confundidas por lo que había hablado la súcubo.

- ¿Ella es la emperatriz del mundo de las brujas? – preguntó Yuzu recibiendo un sí de la castaña.

- No sabía que teníamos un reino – Ángel asintió.

- Las brujas poseen un reino llamado Vrăjitoare, ustedes que son gatas mágicas son originarias de allá, es uno de los reinos más fuertes que hay, sin embargo, aunque su especie es muy fuerte por la magia que poseen, lastimosamente ya no es así.

- ¿Por qué?

- ¿Recuerdan que dije que son originarias de allá?

- Sí – la colombiana de cabello lavanda comprendió algo – pero si somos oriundas de ese reino, ¿Qué hacemos aquí?

- Asuka, ¿Qué es lo que pasa?

- Su raza… fue cazada hasta su casi extinción – eso sorprendió a ambas hermanas, las tres fueron a sentarse en un sitio apartado para hablar sobre eso, los hijos de Mei jugaban un poco con el ambiente que había ahí – Blair-chan, Salem-chan, ¿se han dado una idea de por qué no hay más de ustedes alrededor del mundo?

- Ahora que lo dices…

- Que yo recuerde mi abuela era una gata mágica al igual que mi madre, aunque mis hermanos mayores y mi hermano menor también lo son, no han manifestado los rasgos gatunos a diferencia de mí – Yuzu hablaba recordando a su familia – ahora que lo pienso… a excepción de mi madre y yo, no hay nadie más que tenga los rasgos gatunos.

- Eso hasta que nacieron ellas dos – Mei señaló a Yoko y Tokime, Joe estaba a su lado jugando, la peli blanca miró a su hermana – y eso sin contar que tus hijos solo lo manifiestan cuando sus cosmos son elevados, pero no de forma natural.

- Ángel-san, ¿Qué es lo que ocurrió con nuestra raza?

- Acomódense que les contaré sobre sus verdaderos orígenes – susurró la castaña haciendo memoria – hace tiempo…

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Hace muchos siglos atrás…

El Reino de las Brujas, Vrăjitoare, era un reino prospero con seres poderosos, estos se podían dividir en 3 tres estados.

El primero eran las Hechiceras, la raza más fuerte del Vrăjitoare, estas eran como los humanos, solo que usaban un sombrero puntiagudo el cual era como el que las brujas usaban.

El segundo eran los Călugării o Monjes, aunque su nombre diera a entender que eran, no precisamente eran lo que se pensaba, eran tipos vestidos como los monjes, pero poseían un poder mágico capaz de destruir pueblos enteros si así lo deseaban.

Y finalmente, estaban los Pisicile Magice o Gatos Mágicos, estos eran reconocidos por poseer orejas de estos felinos sobre sus cabezas y vestían de brujas, aunque eran la tercera en ese estado, sus poderes iban en ascenso y se consideraba que serían la siguiente en poseer más poder en el Vrăjitoare.

Todo el reino era gobernado por su emperatriz, no obstante, estaba a punto de dar el trono a alguien y sería justamente Agrat quien tomaría eso.

- ¡Agrat-chan! – Ángel llegó hasta donde estaba la peli negra quien miró a su amiga y la saludó.

- ¿Cómo estás Suikyo-chan? – la peli negra se acercó a Ángel quien en ese entonces poseía el cabello color rubio y los ojos azules, esta saludó también.

- Bien, he venido a ver cómo es que te coronan en unos días como la siguiente emperatriz del Vrăjitoare.

- Lo sé, pero bueno, es hora de que mi abuela descanse de eso, seré una gran reina luego de que mi madre muriera al momento de nacer yo y que mi padre se haya ido – susurró la peli negra con la mirada baja.

- No te preocupes por eso Agrat-chan, al final de todo lo harás mejor, no necesitas personas que no estén a tu lado, ve hacia el futuro y nada más – decía la rubia sonriendo.

- Gracias, siempre me levantas el ánimo.

- Para eso estoy – ambas rieron por eso.

- Aunque tienes suerte, no hay un demonio que te desafíe o a quien le heredes el trono.

- Es porque no hay nadie que me pueda vencer, así que gobernaré hasta que me canse, aunque si llego a tener alguien que herede el trono, me aseguraré de que sea alguien que apruebe – ambas poseían una gran amistad, Ángel como emperatriz de los demonios y Agrat, como futura reina de las brujas.

Su relación, más de ser como la de amantes, era más de hermanas que se querían mucho, Ángel mirando a la peli negra como su hermana menor.

En una de esas, Ángel fue hacia la zona en donde vivían los gatos mágicos, como era sabido, tanto machos como hembras poseían orejas gatunas y vivían de manera decente, Ángel al ver esto quedó impresionada.

- ¡Que lindos! – exclamó la rubia yendo hacia donde estaban unos niños jugando y estos se asombraron al ver a la reina de los demonios.

- Hola.

- ¡Mooooooooh! Los gatos mágicos son muy lindos – decía la rubia tomando muchos de ellos en un gran abrazo – quiero llevármelos todos a casa y jugar con ustedes, sus orejitas de gato son tan tiernas.

- Este… ¿Quién es usted?

- Ups, lo siento, creo que me emocioné de más – luego de arreglar los malentendidos, al final Ángel pudo ver bastante mejor a la raza de los gatos mágicos, siendo más a las hembras de esta especie quienes le parecían muy bellas.

Al coquetear con algunas, se dio cuenta que muchas parecían caer en sus juegos, esto duró unos meses en donde la pasó bien, en todo ese tiempo pudo ver cómo es que los poderes de esta raza eran manifestados y le pareció genial.

Los niños eran los favoritos de la rubia quien los tomaba para jugar y ellos aceptaban eso, el mover sus orejas les daba un ataque de ternura, a nadie parecía molestarle que ella fuera un demonio o emperatriz de otro reino.

Ángel estuvo ahí cuando se llevó a cabo la coronación de su amiga, no obstante, esta al verla la notó diferente, parecía más distante, fría y cortante. La demonio pensó que era por los nervios, pero pasado un tiempo de ser coronada, esta lanzó un decreto que dejó helada a la rubia.

- Por medio de la presente, doy a conocer a las fuerzas de los Hechiceros y los Monjes, que, por órdenes de la reina, es decir, mi persona, que se aprueba el exterminio del estado de las Pisicile Magice o Gatos Mágicos por tratarse de una amenaza al progreso del Reino de Vrăjitoare. ¡Que se haga a la voluntad de su reina!

- ¡¿Qué mierda es eso?! – Ángel no podía creer eso y lastimosamente así fue, los dos estados fueron hacia el sitio en donde los gatos mágicos vivían y fueron asesinados en su mayoría, aunque la magia de estos, era grande, fueron superados y los llevó a casi la extinción.

La rubia fue a ver lo que pasaba encontrándose con un ambiente horrible, muchos cuerpos de la raza de los gatos mágicos en el suelo con charcos de sangre y múltiples heridas. Aunque no era de su incumbencia, esta creó un portal en el que muchos gatos mágicos lograron huir hacia el mundo humano.

Al pasar el tiempo, unos dos siglos después, muchos gatos mágicos que huyeron, se juntaron con humanos los cuales miraban al inicio con desconfianza a esta nueva raza, pero se empezaron a juntar con ellos hasta que muchos formaron familias, esto fue posible ya que los gatos mágicos eran compatibles genéticamente con los humanos.

- ¿Por qué intercediste por ellos? – reclamaba Agrat a Ángel, esto años después del incidente.

- No permitiría que exterminaras a esa raza que no ha hecho nada malo, dime una cosa Agrat-chan, ¿Por qué decidiste de la noche a la mañana atacarlos?

- Eran una amenaza para el reino, por eso mismo decidí acabar con el problema de raíz.

- Sé que no soy la mejor para hablar, pero eso me pareció muy horrible de tu parte, conviví con ellos y no son seres malos en absoluto – reclamaba la rubia – no entiendo que te ha pasado, cambiaste de la nada y ya no eres la misma.

- No me importa, solo escucha esto Suikyo, no puedes meterte en los asuntos de otros reinos, haré lo que plazca con mi reino.

Para mala suerte de los gatos mágicos, las desgracias no acabaron.

Una segunda ola de la famosa Peste Negra azotó Europa a finales del siglo XVII, esto fue causado por una bacteria que era y transmitida por las pulgas de las ratas, sin embargo, las malas voces corrieron y se culpó a los felinos de este mal.

- ¡Quémenlos! – muchos humanos persiguieron a los gatos mágicos y los asesinaron, además, de nada sirvió el hecho de que también se diera caza a las brujas.

- ¡Miau! ¡Miau!

- ¡Hijo, por favor! ¡Mi hijo!

- ¡A ella quémenla también! ¡Bruja!

El solo ver que había mujeres que se convertían en gatos y usaban magia fue dado como obra de Satanás y demás obscenidades que se les acusó. Muchas gatas que formaron familias fueron abandonadas por estos y sus hijos también pagaron el precio.

Eso originó a algo tan horrible y era conocido como la caza de brujas en donde surgió uno de los libros más controversiales de la historia, el Malleus Maleficarum o Martillo de las brujas.

- ¡Por eso, serás quemada en la hoguera! Préndanle fuego.

- ¡Por favor no! Tengo a mi familia, ¡por favor tengan piedad! – muchas gatas decían eso y fueron quemadas en hogueras. Ángel, en otra de sus vidas, miró esto y le causó un gran asco ver como la raza que tanto había querido estaba siendo condenada de ese modo.

- Tengo que hacer algo, no pueden simplemente quemarlos.

- No puedes interceder con asuntos que no convienen y lo sabes – Agrat apareció por ahí y eso la enfureció.

- Una raza inocente a estado pereciendo por tu culpa y todo lo que provocaste – las lágrimas caían de los ojos de Ángel – ellas no merecían tener ese destino.

Y así pasó el tiempo hasta que las cosas se calmaron, pero de nuevo, la población de gatos mágicos se redujo enormemente, algunos lograron huir y establecerse alejadas de todo ese ambiente en Estados Unidos y Europa, decidieron ir a la zona sur de América.

Al final, llegado el siglo XX, había una gata mágica la cual respondía al nombre de Mictian decidió que era tiempo de que salieran del escondite, aunque sabía que por generaciones la reina del Vrăjitoare les había estado dando caza, pero esta gata se armó de valor y reunió un ejército de los descendientes de gatos mágicos.

- No permitiré que extingas a esa raza Agrat-chan, no actué cuando tenía que hacerlo, pero lo haré – la batalla se llevó a cabo, Ángel apoyaba a la líder de las gatas mágicas quien se convirtió en una gran amiga y la ayudó en la rebelión contra el reino de Vrăjitoare.

- ¡Te dije que no te metieras en esto!

- ¡No me importa! – ambas emperatrices pelearon entre sí, pero la rubia tenía una sorpresa – ¡ahora Mictian-chan!

- ¡Miau! – la gata que poseía el cabello morado y los ojos de igual color, esta saltó con una espada la cual tenía en su mango algo parecido a unas orejas de gato, esta era la espada Leoaica que era un objeto legendario de la raza de los gatos mágicos, fue lo suficientemente fuerte que causó una grave herida en la zona del ojo de la reina Agrat.

- ¡MI OJOOOOOOOOOOOOO! ¡Gata estúpida! ¡¿Cómo te atreves?! – esta rugió del dolor mientras sangraba por la herida.

- ¡Por la raza de los gatos mágicos! – la batalla fue intensa, lastimosamente solo sobrevivieron muy pocos, siendo estas solo hembras y su líder, Mictian, terminó muy herida, pero sobrevivió.

Aun así, el ejército del reino de las brujas acabó muy mal por lo que se retiraron y con eso, la relación entre el Kólasi y el Vrăjitoare se vino abajo rompiendo todo vínculo entre ambos.

- ¿Qué harás ahora Mictian-chan? – preguntó la rubia a la peli morada.

- Seguiré con mi vida, además, puedo estar en paz con mi misma por haber sido de utilidad – la gata le dio su espada a la rubia – por favor, cuida de Leoaica, no creo que la ocupe, pero en caso de que sí, haré uso de ella.

- De acuerdo, la cuidaré – sonrió la súcubo – ¿Y a donde irás Mictian-chan?

- Sencillo, iré a ese país que, aunque ha estado en guerras, parece un buen sitio para pasar el resto de mis días, casarme y ahí veremos que sigue – la peli morada miró hacia su amiga – cuídate mucho Asuka, gracias por todo.

- No te preocupes, por cierto, ¿Cómo se llama el país en el que vivirás?

- Si mal no recuerdo… se llama Colombia.

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- Y creo que sería todo, como vieron, la raza de ustedes no tuvo la mejor suerte luego de que Agrat-chan cambiara de la noche a la mañana y decidiera el genocidio de los gatos mágicos, pero ayudé en lo pude para que al menos los últimos de su especie lograran salir con vida.

- N-No me lo creo – susurró Mei en shock al igual que su hermana – ¿no pudiste interceder antes?

- Por ley no podía hacerlo y no podía romper las reglas, pero ya cuando vi que seguían al acecho de ellos a pesar de que querían vivir en paz, esta vez decidí meterme y ayudarlas – la castaña decía – y más con Mictian-chan que fue una gran mujer, nos separamos con el tiempo, pero me da alegría que su linaje siguió adelante.

- Un momento Ángel-san, dices que esa tal Mictian se fue a Colombia ¿no?

- Sí, además, lo bueno es que tu naciste como ella Blair-chan.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Blair-chan, Salem-chan… ustedes son bisnietas de Mictian.

- ¿B-Bisnietas?

- Sí, Mictian-chan es su bisabuela y, por lo tanto, poseen su sangre, de la única persona que logró herir a una emperatriz de un reino.

- Somos… ¿así de legendarias?

- Así es, me alegra haberlas conocido Blair-chan, Salem-chan, bisnietas de Mictian-chan, y para que miren que no miento, ten Blair-chan – Ángel sacó de un portal pequeño justamente la espada que poseía el mango morado con orejas de gato a un lado, al tomarla, la mayor de las hermanas sintió un gran cosmos.

- Esto es…

- Leoaica, la espada legendaria de las gatas mágicas, esto les pertenece a ustedes, así que cuídenla – ambas miraron al arma que parecía brillar en presencia de ambas, quienes descubrieron el origen de su raza.

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Continuará…

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Y hasta aquí el capítulo de hoy.

Se reveló que Mei y Alejandra son oriundas del reino de Vrăjitoare en donde su raza fue casi exterminada y aunque huyeron, de nuevo fueron cazados hasta dejarlos en números rojos.

Curiosamente el nombre de Bruja de Mei es justamente Salem por los Juicios de Salem.

Y para rematar, resulta que la bisabuela de ambas gatas mágicas es la única persona no monarca en herir a una gobernante de un reino usando su espada especial, Leoaica, logró herir a Agrat y por eso tiene esa herida en su ojo y Ángel la conoció en su vida pasada más reciente. Y ahora ambas tienen el arma con el que su bisabuela hizo historia.

Luego de esto, seguiremos con los combates para ver cómo es que el torneo sigue desarrollándose, aunque tendremos un pequeño cambio, ya verán a que me refiero jeje.

Sin más, este ninja se despide.

Bye.