Luces de Neón

Capítulo III

Amistad

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

•••

Los días transcurrieron como siempre.

Sentada sobre el alfeizar de la ventana de su habitación compartida se acomodó inconscientemente sus gafas de lectura sobre el puente de la nariz mientras le dedicaba toda su atención a las líneas que conformaban la copia de edición especial ilustrada de su libro favorito: Mujercitas.

Su cabello rosa recogido en una desordenada coleta y su pijama estampado de perritos pug le daban un aire infantil y desgarbado, aunque ya eran las doce del mediodía.

Sin esperarlo, el suave sonido de una piedrecilla chocando con el cristal de la ventana rompió su concentración y como un robot dirigió su mirada jade hacia abajo en el camino de piedra que llevaba al edificio para encontrarse con el rostro afable del chico pelirrojo del balcón saludándola con la mano, le devolvió el saludo con el mismo gesto y abrió la ventana para averiguar qué hacía ahí.

- ¿Qué te trae por aquí, Romeo? - preguntó en un tono burlón haciendo referencia a una de sus tragedias favoritas.

- Pasaba por aquí y te vi muy absorta en tu lectura, Julieta, ¿Te parece si vamos a almorzar al Galeón? Gané esta mañana un par de cupones canjeables por un postre gratis- canturreó casi con orgullo mostrando sus cupones en un gesto victorioso siguiendo el hilo de la broma de la fémina.

Una alegre risa afloró de su garganta por lo gracioso de sus gestos y asintió retirando unos cabellos rebeldes de su rostro que le impedían un poco la visión.

-Sube, la puerta está abierta, están los chicos jugando en el salón, estaré lista en unos minutos- aceptó con un guiño amigable, él era tan agradable.

Además, hace unos días había decidido volver a ser ella misma, la de antaño y a quien tanto echaba de menos, aunque sea poco a poco y no volver a reprimirse más, aceptar una invitación a almorzar y hacer un nuevo amigo era un gran paso en su recuperación.

Es parte del proceso, pensó.

-Ok…-se dijo a ella misma mirándose al espejo del baño, su piel lucía bien esa mañana, aunque se había desvelado un poco como siempre, hoy no trabajaba, consiguió conciliar el sueño muy tarde en la madrugada y había despertado como a las diez así que unas ligeras ojeras yacían bajo sus ojos dándole un aspecto un poco cansado, usó uno de los trucos de belleza de Ino y se lavó el rostro con agua helada durante un par de minutos y aplicó un poco de crema hidratante con el rostro ligeramente húmedo para mejorar su aspecto.

Corrió al armario y sacó unos jeans algo desgastados, una camiseta blanca de mangas largas abrigada con cuello alto para contrarrestar el frío otoñal y una gruesa chaqueta color azul oscuro de mangas blancas estilo béisbol de tela impermeable por si la lluvia volvía.

Mientras la crema hidratante hacía magia en su piel, se vistió con su elección del día y regresó al espejo del baño para cambiar su despeinada coleta por una coleta alta estilizada que adornó con una cinta roja que siempre llevaba en su muñeca dejándose el flequillo y también unos pocos mechones caer a los costados de su rostro enmarcándolo con gracia.

Aplicó un poco de base ligera, un rubor rosa delicado sobre las mejillas y la punta de la nariz, algo de máscara de pestañas e iluminador para darle una apariencia más descansada a sus ojos y un suave brillo labial rosa pastel que resaltaba sus labios.

Se veía preciosa.

Sonrió feliz al espejo orgullosa de su creación y salió de la habitación sintiéndose con la autoestima por los cielos, respiró profundamente de espaldas a la puerta exhalando el aire junto con los ligeros nervios que le provocaba la idea de empezar una nueva amistad, arreglarse le tomó algo así como quince minutos así que el debería estar jugando con los demás en el salón.

- ¿Y el pijama de perritos? - preguntó socarronamente Sasori dejando de lado el mando de la consola al verla aparecer desde el corredor de las habitaciones hacia el salón principal, a su alrededor todos continuaron concentrados en la carrera de coches coloridos que se desarrollaba en la pantalla del televisor– ¿Entonces, puede hacer milagros en quince minutos señorita Julieta? – cuestionó haciendo referencia a lo rápido que Sakura había cambiado su apariencia y ganándose una mirada fulminante de su parte.

Sasori rio ante ese gesto mientras se ponía de pie para reunirse con la pelirosa.

- Un momento ¿Qué acabo de escuchar? ¿Julieta? - preguntó Naruto saliendo de la cocina con un tazón de ramen instantáneo en tono curioso y apuntándoles con los palillos - ¿Ustedes dos están saliendo? – pregunto directamente, llevando los palillos de Sasori a Sakura con los ojos como platos y un gesto casi ofendido- ¡Sakura-chan! Creí que éramos amigos ¿Cómo pudiste no contarme un chisme tan importante? - Naruto reclamó ruidosamente como siempre ganándose un coscorrón por parte de su pelirosa mejor amiga y la risa cristalina de Sasori inundó el lugar.

Los demás voltearon un segundo curiosos ante el pequeño escándalo y solo rieron por la repentina acción del rubio.

En el salón principal se encontraban pasando el rato jugando a la consola, Ino, Tenten, Sai y dos chicos cuyos nombres no recordaba, pero suponía vivían en el departamento de abajo.

-Es un apodo que se me ocurrió considerando que ella me llamó Romeo hace un momento, nada de lo que debas preocuparte, Naruto- respondió Sasori encogiéndose de hombros y tratando de picar al rubio que se notaba era muy cercano a la pelirosa.

-Ah, vale…- respondió desinteresadamente Naruto regresando a su lugar en el sofá y tomando el control que antes había dejado Sasori – Usen protección que aún no estoy listo para ser tío – agregó inesperadamente en tono de broma provocando un fuerte sonrojo en Sakura y una carcajada en Sasori y todos los presentes.

Así que ahora podía descartar a Naruto como competencia, pensó el pelirrojo sin desviar su mirada de ambos amigos.

Parecía que sería un buen aliado si conseguía ponerlo de su lado.

Después de todo era el mejor amigo de Sakura, y sabía con certeza lo mucho que ella confiaba en él, de vez en cuando había notado lo cercanos que eran y también la cantidad de historias graciosas que subía ella a sus redes sociales en compañía con su amigo que parecía conocer de toda la vida.

Era notablemente la persona más importante en su círculo de amistades junto con Ino Yamanaka, o eso sentía, ambos cuidaban mucho de su amiga pelirosa así que podían ser un obstáculo… o un escalón.

Sasori se removió en su sitio con intenciones de reanudar sus planes, sonrió a Sakura indicando con un gesto de su mano que estaba listo para partir, Sakura asintió devolviéndole la sonrisa e inicio su camino a su encuentro, pero repentinamente Sasori pareció recordar algo.

-Diablos, saqué las llaves del coche, pero no las del departamento y temo no encontrar a nadie al regresar, dame un momento que subo por ellas y regreso por ti. – dijo atropelladamente saliendo por la puerta.

- ¡Te esperaré abajo! – exclamó Sakura desde su posición recibiendo un rápido "OK!" por parte de un apresurado Sasori desde el pasillo.

Al pasar junto a Naruto este le retuvo sujetando suavemente su brazo para llamar su atención por lo que Sakura volteó topándose con su mirada seria. Ino los miró de reojo sintiendo una pequeña tensión en el ambiente sabiendo lo que Naruto tenía para decir.

-Sakura ten cuidado, ese chico…- advirtió en voz baja para no llamar la atención de los demás que gritaban muy entretenidos con el videojuego, pero sus palabras se vieron interrumpidas ante la mirada preocupada de Sakura para reorganizar sus palabras -… solo llámame si intenta pasarse contigo e iré por ti, van al Galeón ¿verdad? - inquirió.

-No te preocupes, Naruto, Sasori es un buen chico- afirmó con una sonrisa comprensiva- además solo estamos conociéndonos como amigos, no tiene dobles intenciones, lo prometo. – Sakura tomó la mano de Naruto enganchando su dedo meñique con el de él- todo estará bien, prometo que te llamaré si hace algo raro- ensanchó su sonrisa.

Naruto torció el gesto suavemente, pero le dio su voto de confianza reafirmando el enganche en sus dedos.

-Solo lo digo porque la mayoría de los hombres toman sus decisiones con la cabeza de "abajo", Sak - respondió sonriendo con picardía llevando sus cejas de arriba abajo en un gesto burlón y llevándose un gran bocado de fideos a la boca mientras Sakura le daba un golpe en la cabeza provocando que el rubio se atore.

- ¡No te pases de Idiota Naruto! - gruñó retirándose del lugar a pasos agigantados y cerrando la puerta tras de si con fuerza.

•••

En el estacionamiento, Sakura se encontró con Sasori apoyado contra un bonito coche de color plateado y encendiendo un cigarrillo, se había cambiado la chaqueta gorda por una chaqueta marrón oscuro que le daba un aire rebelde mientras el viento despeinaba su cabello rojo revolviéndolo aún más, debía admitir que se veía endemoniadamente guapo así, Sakura se sonrojó levemente y sacudió su cabeza quitando esos pensamientos de su mente.

Aún era demasiado pronto para pensar en esas cosas.

Necesitaba concentrarse en ella misma y no caer en buscar sacar un clavo con otro, no era lo correcto.

Se aclaró la garganta.

- Perdona, me entretuve un momento, espero no haberte hecho esperar tanto- se disculpó con una risilla nerviosa.

-Oh, creí que te habrías arrepentido de nuestra cita, casi me rompes el corazón Sakura- exageró dramáticamente sujetándose el pecho con una mirada herida.

- ¿Te han dicho que eres un buen actor? – le dirigió una mirada incrédula con una ceja elevada haciendo reír suavemente a su acompañante- ¿Qué le pasó a tu chaqueta? - preguntó curiosa por el cambio.

- Ah ¿esto? Cuando iba entrando al departamento choqué con Deidara y su soda terminó en mi ropa así que tuve que cambiarme rápido- respondió riendo nerviosamente y rascándose el cabello.

No sonaba muy convencido.

-Uhm… ok…- se limitó a responder Sakura desviando la mirada mientras asentía tratando de pretender neutralidad ante la mención de dicha persona, apoyándose a su lado contra el coche también y frotando sus brazos suavemente para contrarrestar el frío.

Sasori le dio una calada al cigarrillo teniendo en cuenta el gesto incómodo de Sakura al escuchar ese nombre.

- ¿Tienes frío? - preguntó amablemente quitando el seguro al coche- entra, encendí la calefacción antes de que llegues para tener el coche tibio- su voz serena llegó a sus oídos y Sakura tuvo muy en cuenta el gesto considerado del chico, pero aun así eligió quedarse apoyada contra el coche un momento más para respirar.

-No es nada, me gusta mucho el frío- le sonrió con una mezcla de melancolía y alegría con los recuerdos arremolinados en su mente tratando de encontrar un orden.

Sasori vio como sus ojos repentinamente se apagaron y en un atrevimiento echó al suelo el cigarrillo pisándolo y tomando la mano de Sakura suavemente entrelazando sus dedos en señal de apoyo.

-Tranquila- susurró apretando suavemente su mano- todos tenemos momentos difíciles- comenzó soltando su mano y llevándola a su cabeza para revolver un poco sus rosados cabellos en un gesto amistoso- entiendo que tal vez hay cosas de las que no puedes hablar con tus amigos más cercanos porque no quieres preocupar a nadie, entiendo lo que es sentirse así, pero si en algún momento necesitas desahogarte con alguien que no tiene motivos para divulgar tu vida, estoy presto a escucharte- sonrió gentilmente y como si de una conspiración del universo para confundirla se tratase unos rayos de sol surgieron de entre las gruesas nubes lluviosas iluminando a Sasori dándole un aura angelical.

- ¿Y ahora qué? ¿Cantarán serafines a tu alrededor? - pensó en voz alta Sakura desubicando totalmente a Sasori que le miró con confusión por la respuesta.

Sakura pestañeó rápidamente percatándose de que había pensado en voz alta y rió fuertemente sujetando su estómago dejando aún más confundido a Sasori, ante el errático gesto de la pelirosa y tal cambio de humor, levantó una ceja divertido al ver su reacción, sin embargo, la contagiosa risa de Sakura hizo efecto en él y también comenzó a reír como si nada.

-Lo siento… lo siento…- se disculpó entre risas- limpiando una lagrima traviesa que se derramaba de su ojo derecho por tanto reír – lo pensé en voz alta, es que realmente al decir eso… sonaste como un ángel guardián, ¿lo eres acaso? - rió entrando al coche.

Sasori secundando su acción rodeó el coche y entró también poniéndolo en marcha y la radio les hizo compañía con una alegre canción del momento.

-No lo sé… ¿Qué quieres que sea? – preguntó enlazando su mirada enigmática directamente con sus ojos jade.

Sakura se sonrojó suavemente y desvió la mirada hacia la ventana sintiéndose repentinamente vulnerable.

-No lo sé, tal vez… un buen amigo…-se limitó a responder con algo de nerviosismo mientras jugaba con sus manos.

Sasori sonrió con una mezcla de diversión y resignación mientras arrancaba el coche y se encaminaba hacia su destino.

El viaje fue corto y transcurrió en silencio cómodo con solo la música en la radio acompañándolos, todo el tiempo con sus ojos fijos en las calles londinenses y sus pensamientos en otro universo.

Al llegar al restaurante las cosas no fueron muy distintas, iniciaron hablando de trivialidades, el menú, los amigos, y el tiempo voló entre anécdotas de la universidad, de la infancia, de la adolescencia, de sus vidas en general y así descubrieron que iban a universidades distintas, aunque en zonas completamente diferentes de la ciudad por lo cual nunca habían coincidido ni de casualidad, Sakura distinguió que tenían gustos muy similares y personalidades similares, casi como dos gotas de agua, reían de lo mismo, les molestaba lo mismo y a pesar de ello.

Sasori tenía una personalidad fría y reservada.

Sakura de personalidad más bien cálida y abierta.

Se complementaban tan bien que incluso sus conflictos emocionales internos eran similares, entre plática y plática allí en la mesa más escondida del restaurante preferido de todos los jóvenes universitarios Sasori descubrió que era muy fácil hablar con Sakura y comenzaron a indagar en temas más personales sobre sus vidas.

Más tristes.

Más crudos.

Pronto Sakura supo que Sasori era de Sapporo pero vivía y estudiaba en Tokio con una beca de excelencia académica, ya que al cumplir la mayoría de edad decidió separar definitivamente su camino del que su familia planeaba para él renunciando a todo, un hijo de padres empresarios dedicados a la política y al derecho pero el odiaba la política y cualquier cosa que tuviera que ver con leyes o empresas, por lo que se independizó pronto y desde ese momento no tenía contacto con sus padres, Sakura escuchaba con atención las aventuras y desventuras de su nuevo amigo pelirrojo pareciéndole sumamente interesante la enorme fuerza de su espíritu por haberse atrevido a buscar su propio camino sin que le importase la opinión de los demás.

Ni si quiera de su propia familia.

Estudiaba arquitectura y se consideraba a sí mismo un alma artística, idea que al ser mencionada provocó una suave risa en la chica pelirosa que le miraba atentamente escuchando cada palabra con suma importancia, él trabajaba turnos dobles y al mismo tiempo mantenía su beca con un desempeño perfecto aunque tal hazaña le costaba muchas horas de sueño y tiempo de calidad con otros seres humanos, era sumamente inteligente, se esforzaba por construir su vida a su manera, era justo todo lo que ella soñaba ser y lo admiraba tanto por ello.

El tenía todo el coraje que ella no poseía. (O que alguna vez tal vez poseyó)

Y al mismo tiempo estaba sumamente deprimido y ansioso al tener que pensar en el futuro, enfrentar el pasado y sobrevivir al presente… como ella…

Era lo que Sakura podía percibir, esa extraña opacidad en sus ojos cansados, sus manos temblorosas a ratos y su risa nerviosa al decir ciertas cosas, su tabaquismo y los tragos que seguramente casi siempre traía de más.

Un pequeño problema con el alcohol ¿quizás?

Podía reconocer signos de ansiedad en donde sea, ya que ella misma lidiaba y sufría con ello desde hace varios años, sentía que había encontrado alguien que podría entenderla.

Que no la empeoraría.

Que no la hundiría.

Que no la rompería.

Alguien que también huía de los fantasmas de su pasado.

Empatizaba con él.

Podía sentir compasión, pero no quería sentirla… porque odiaba que sientan compasión por ella.

Y seguramente él odiaba que sientan compasión también.

¿Acaso Sasori también sentía compasión por ella?

¿Era ese el motivo por el que se había acercado?

¿Se veían sus ojos tan rotos como los suyos?

Le gustaba la compañía que él le brindaba, con delicadeza tomó su mano sobre la mesa en señal de apoyo mientras el se desahogaba narrando una vieja historia de su infancia y la razón por la que consideraba que ya no tenía padres, ojos brillosos, del día en el que había perdido a su hermana menor a causa de una enfermedad fatal.

Como su madre cambió completamente su personalidad y comenzó a vivir de las apariencias.

Cómo fue dejado de lado por sus padres y criado por su abuela paterna muy lejos de su ciudad natal después de aquel terrible suceso, en lugar de unirlo más a ellos, le habían apartado insensiblemente.

Fue como… si le hubieran dejado morir también.

Sus ojos opacos brillaban ligeramente llorosos.

-Si que sabes como ganarte la confianza de la gente… yo, de verdad…nunca había hablado de esto con nadie… Sakura- mencionó con una sonrisa irónica pintada en su rostro y desviando su mirada incómoda hacia la ventana y dos lagrimas traviesas resbalaron por su rostro- detesto que me tengan compasión por eso tengo pocos amigos y me cuesta confiar en los demás, tanto que yo en serio prefiero rodearme de gente falsa, lo prefiero antes que tener que abrir esta caja…- su rostro cambió a uno más serio mientras regresaba la vista hacia la mesa, incapaz de mirar a Sakura a los ojos.

-Todos tenemos demonios, Sasori- comenzó- yo también odio que me tengan compasión, agradezco que hayas confiado en mí… no tienes idea de cuánto necesitaba sentir que alguien confía en mí más allá de la compasión por mi situación y te entiendo, a veces también siento que mis amigos me tienen lástima.

-Qu…

-Será mejor que nos vayamos- interrumpió previendo la pregunta.

Afortunadamente El Galeón era un lugar ideal si querías tener privacidad, su ambiente oscuro de estilo marinero antiguo contrastado por la alegría y el jubileo de la mayoría de las personas que lo visitaban en su mayoría jóvenes universitarios dado su cercanía con las facultades y lo cómodo de sus precios, lo convertían en el lugar ideal para conversar de lo que sea sin llamar la atención de nadie.

Pagaron la cuenta a medias por insistencia de Sakura y pidieron dos cheesecake para llevar haciendo uso de los susodichos cupones.

Emprendieron el corto viaje de vuelta a casa con una alegre canción sonando en la radio en contraste con el apesadumbrado ambiente, entrando la tarde sorpresivamente las nubes se disiparon dando lugar a un agradable y cálido resplandor naranja que no llegaba a ser molesto.

- ¿Qué tal si vamos a caminar por la arboleda? Digo, si quieres continuar nuestra plática- sugirió Sakura sonriendo.

-Por supuesto, me encantaría- respondió Sasori con una sonrisa sincera.

Postres en mano, emprendieron camino para internarse en la tranquilidad del bosque, con las copas de los grandes árboles cubriéndoles del ligero resplandor del sol, se sentaron en una mesabanco rústica que se encontraba convenientemente ubicada para quienes decidieran pasar un momento al aire libre conversando.

Tal como ellos.

-Sakura, perdona si soy muy directo, eres libre de responder o no a mi pregunta- comenzó Sasori con cautela.

Sakura le miró curiosa, aunque en el fondo ya previendo la pregunta que sabía, Sasori llevaba todo el día queriendo hacerle- Suéltalo - se limitó a responder con una sonrisa pequeña.

- ¿Qué ocurrió entre Deidara y tú? El día de la pelea…

-Es mi exnovio– le cortó Sakura desviando la mirada- Es… difícil hablar de esto, porque es una historia muy complicada, lo que ocurrió con él… lo que ocurrió conmigo por él…- torció el gesto con molestia- descuida, ya no me afecta como antes, por eso fui capaz de confrontarlo ese día, es una historia más que complicada y voy a intentar resumirlo tanto como pueda…

- Estabas completamente ebria en la fiesta, pero parecías divertirte hasta donde estuve presente, yo estaba en el balcón fumando para cuando escuché los gritos Naruto ya se había encargado de Deidara y te estaba llevando como un saco de patatas cargada a tu habitación, todos hablaron de eso durante días.

Sakura rió sin emoción, aunque con un tinte de ironía, quitando peso a sus palabras con un movimiento desinteresado de su mano.

-Lo sé, Ino me contó que todos estaban en shock por mi reacción de esa noche, no soy así realmente, solo… Deidara se sobrepasó, es un miserable idiota y me sacó de mis casillas, supongo que solo quería desquitarme por todo lo que me hizo, tenía tanta rabia contenida…- comenzó.

•••

-¡Shot! ¡Shot! ¡Shot! ¡Shot!- gritaban a una ya muy ebria Sakura que bailaba animadamente con un pequeño vaso de cristal en su mano derecha rodeada de varios compañeros en igualdad de condiciones.

-Mira esto Hidan, se nota que a las perras les encanta ser el centro de atención- exclamó detrás suyo una voz masculina llena de sarcasmo con una lata de cerveza en la mano provocando que todos volteen a mirarlo interrogantes.

Unos pasos más allá Naruto se percató de la presencia del indeseado "no invitado" y se levantó bruscamente para echarlo de ahí a patadas, pero fue detenido por la mano de Ino que le lanzó una mirada seria. – Espera- habló la rubia- mira.

Con el alcohol hirviendo en su sangre Sakura se volteó lentamente con una sonrisa arrogante pintada en su rostro y un brillo de superioridad inusual bailando en sus ojos.

-Así parece… ¿No te jode, Deidara? ¿Es envidia lo que escuchan mis oídos? Parece que no eres lo suficientemente perra para ser el centro de atención y eso es lo que te encanta ¿no? ¿Es que tu enorme ego no puede aceptarlo? - lo enfrentó, provocando las risas de todos los que la rodeaban que rápido comenzaron a abuchear al rubio para encender la situación.

Deidara apretó con fuerza la lata de cerveza derramando un poco en su mano y en un impulso por querer humillar a la pelirosa lanzó el líquido contra su cara haciendo que todos se sorprendan y comiencen a murmurar.

-Mira el lado positivo, Sakura, al menos así se te limpiará ese maquillaje de prostituta- se burló el rubio con malicia.

Sakura ahogó una exclamación furiosa, limpiando con fuerza el líquido en su rostro y dirigiéndole una mirada afilada cargada de odio.

Miradas reprobatorias se intensificaban en contra del hombre y comentarios en su contra exigiendo que se vaya y deje a la chica en paz empezaron a alzarse entre los abucheo apagando el ambiente de la fiesta.

- ¿No sabes cuándo dejar de fastidiar, Deidara? ¿No te basta con todo lo que has hecho ya? ¡¿No te cansas de arruinarlo todo?! - Exclamó subiendo su tono de voz ante cada palabra dicha, se acercó violentamente a él tomándole de la camisa- ¡Eres tan patético que me das asco! – gritó contra el rostro del rubio se tambaleó por su estado con intenciones de golpearlo.

- ¿Patético yo? ¿Es que no te has visto? - la recorrió con maldad en la mirada y sonrisa llena de arrogancia en su rostro- No eres más que una zorra hambrienta de atención, admítelo de una vez, eres miserable y siempre lo serás, Sakura- le tomó un mechón de cabello con fingida dulzura en un gesto cargado de hipocresía se acercó a su oído- Las personas como tú no llegan a ningún lado, porque no saben cerrar la boca cuando les conviene- recalcó la última palabra con maldad.

Sakura gruñó furiosa e indignada finalmente alcanzado el límite de su paciencia y lanzándose contra el hombre estampándole una cachetada, más personas en los exteriores de la fiesta se juntaron en el interior de la sala al notar el escándalo, pero antes de que Deidara llevado por la ira le devuelva el golpe en forma de puñetazo un borrón de cabello rubio más corto le interceptó lanzándole un puñetazo que lo derribó y unas suaves manos familiares la alejaron del revuelo, mientras los curiosos empezaban a grabar la reciente pelea con sus teléfonos móviles entre susurros, abucheos e intentos de intervenir.

Deidara se levantó con claras intenciones de pelear, pero fue sujetado por los brazos por dos compañeros más fornidos que iban entrando al sitio alertados por el escándalo- Basta, Deidara, no te metas en más problemas, esta vez si te has pasado- le habló con calma uno de sus amigos.

-Nos lo llevaremos ahora- intervino otro en favor de detener la pelea antes de que trajera consecuencias peores a todos.

-Cálmate, Naruto, no quieres hacer esto- habló Ino sin soltar a Sakura que se había derrumbado temblorosa en sus brazos- Toma a Sakura, vamos debemos llevarla a la habitación.

Con lágrimas de rabia cubriendo su rostro Sakura se zafó del abrazo de Ino e insistió con seguir enfrentándose a su exnovio abusivo.

- ¡No te va a crecer el pene por pegarle a una mujer Deidara! ¡Así te vas a quedar! - gritó entre risas y llanto dándole un toque bizarro a la situación ganándose algunas miradas comprensivas y otras avergonzadas.

Deidara le mostró el dedo de en medio mientras era arrastrado por sus compañeros de piso lejos del lugar- ¡PUDRETE ZORRA! - exclamó.

- ¡TU YA ESTAS PODRIDO! ¡IMBECIL! – exclamó forcejeando con Naruto e Ino e intentando quitarse uno de los tacones para lanzarlo contra la puerta por lo que Naruto tuvo que cargarla en su hombro hasta su habitación.

-Basta, Sak, ya pasó, todo terminó- intentó consolarla su mejor amiga- ¿Y ustedes que están mirando? ¡La fiesta se acabó! Largo de aquí ¡Adiós! - dijo antes de internarse por completo en la habitación.

•••

-Cuando desperté no recordaba nada de eso, lo juro- rió sin ganas- Ino me lo contó saliendo del trabajo- se llevó a la boca una cucharada de su postre restándole importancia a la anécdota. – Luego de dejarme dormida Naruto habló con el supervisor de lo ocurrido, recuerdo a penas que quisieron tomar mi versión, pero estaba demasiado ebria así que Ino testificó por mí y fue suficiente para un llamado de atención en contra de Deidara y una advertencia contra su visado- contó su conclusión.

Sasori la miraba estupefacto.

-Si que fue una noche intensa- se limitó a decir aún sin salir de su sorpresa- entonces tienes un lado salvaje- la picó haciendo que al instante se sintiera ligeramente mejor.

Sakura rió brevemente esta vez con sinceridad y le dio un golpecito en el hombro.

-No deberías decirle eso a una chica que ha sido agredida físicamente- fingió ofensa- no me mires así- rió- estoy totalmente bien ahora, créeme, mientras no se me vuelva a acercar no le arrancaré la cabeza, no le tengo miedo.

Sasori se llevó una cucharada de cheesecake a la boca riendo suavemente y dirigiendo su mirada hacia los árboles.

- ¿y por qué lo dejaste? ¿siempre fue así? - indagó sin mirarla.

Sakura siguió la mirada del pelirrojo hacia los árboles, fijándola también en esa dirección.

-Como en todas las relaciones…- inició una breve narración- todo iba bien al inicio y luego de repente mi infierno comenzó y se convirtió en un abusador del que no me pude defender en su momento… pero ahora sí. -concluyó tajante.

-Es bueno que le hayas dejado, significa que viste las banderas rojas a tiempo…- comentó Sasori.

-Desearía haberlo hecho y no haber perdido tanto tiempo- murmuró para si misma- ¿Nos vamos? Siento que está empezando a enfriar más y aunque adoro el frio, no me gustaría pillar un resfriado ahora que tengo tanto trabajo- sonrió levantándose y dirigiéndose hacia un bote de basura cercano para tirar el empaque de su postre.

-Vamos, ya iremos por un helado en otro momento ¿Verdad? Aunque con este clima me apetece más un café- comentó risueño- Y aún tenemos pendiente el autocine- le guiñó un ojo en un gesto amistoso.

Sakura rió abiertamente y le codeó para luego colgarse del hombro de Sasori.

Sasori rió con ella sintiendo el ambiente cargado de confianza - ¿Vale que ya somos tan amigos como para tener planes a futuro y un itinerario de amistad? - la cuestionó maravillado en un exagerado tono de broma.

- ¡Mejores amigos! - sonrió ampliamente Sakura sintiéndose más confiada de si misma y de las personas a su alrededor- Porque ahora sabes demasiado y tendré que cortarte la lengua – le miró con sospecha e hizo una mueca graciosa con su rostro simulando peligro.

Sasori le sonrió de vuelta sellando sus labios simulando cerrar una cremallera y le revolvió el cabello amistosamente.

-Me encantaría, tu secreto está a salvo conmigo, aunque medio campus lo haya presenciado- se limitó a decir mientras caminaba con dirección al edificio, Sakura le empujó con el hombro riendo como respuesta a su sarcástico comentario.

Porque todo comenzaba a mejorar.

Porque por fin, comenzaba a sanar.

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NOTAS DE LA AUTORA:

¡HOLA! ¿Cómo están? :D bueno quisiera aclarar que la historia no es un SasoSaku, es un SasuSaku totalmente, bueno si en este momento se ve SasoSaku pero es todo muy necesario para el desarrollo de la historia, no se encariñen demasiado JAJAJA pero bueno, en fin, gracias por leerme una vez más y disculpen la tardanza, he tenido un millón de cosas pendientes.