Luces de Neón
Capítulo IV
Razón
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-
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AVISO -Leer con precaución, este capítulo contiene escenas eróticas-
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Un delineador negro voló por el aire aterrizando en manos de una divertida Temari.
Todas las chicas del departamento estaban juntas en la habitación que compartían Sakura, Temari e Ino preparándose para una inesperada fiesta esa noche que no sería en el edificio si no en un club de la zona para celebrar el cumpleaños de alguien de la facultad, pero la identidad de aquella persona poco importaba.
Era una fiesta a fin de cuentas.
Entre prendas, maquillaje e instrumentos para peinar el cabello siendo lanzadas por el aire ocasionalmente las chicas colaboraban y compartían tips unas con otras mientras se arreglaban.
El Dresscode era "Neon Glam"
-Listo ¡Ah! te ves tan hermosa...- sonrió ampliamente Ino orgullosa de su trabajo sobre el rostro de Tayuya, su maquillaje, un delineado de gato con sombra de ojos en tonos cobrizos cálidos y sensuales con algo de glitter decorando su rostro y algunas figuras con delineador rosa neón y a juego con un encendido labial rojo carmín como su largo cabello liso y un espectacular vestido negro brillante de tirantes que se ajustaba a su figura en compañía de unas botas de tacón alto.
Tayuya dio una vuelta frente al espejo contemplándose con una media sonrisa satisfecha - Ino querida, debería de contratarte como mi estilista personal.
Todas rieron divertidas.
Ino era definitivamente toda una gurú del maquillaje, sobre sus propios ojos se hacía visible un suave maquillaje en tonos azules y morados que resaltaba sus ojos celestes como el cielo y algunos corazones dibujados con delineador neón, su maquillaje iba a juego con su vestido púrpura que se sujetaba de un lazo en su cuello y caía sensualmente hasta la mitad de sus muslos luciendo su espalda descubierta en un amplio escote hasta su cadera, el vestido combinaba a la perfección con sus tacones plateados y su suave brillo labial rosa que le daba un toque delicado pero en la luz negra luciría un rosa neón encendido.
Mientras todas se preparaban emocionadas Sakura luchaba en una esquina con la rizadora quemandose ligeramente la punta de la oreja, al ver la incansable batalla una amable joven castaña se acercó para ofrecerle una mano.
-Gracias Tenten, a diferencia de Ino yo soy un desastre haciendo esto- rió mientras la castaña ondulaba delicadamente sus sedosos mechones rosados.
- No me agradezcas, para eso nos hemos juntado hoy ¿no? Para arreglarnos juntas- sonrió casi rebotando emocionada, ella era tan enérgica.
Tenten estaba ya totalmente preparada, llevaba su largo cabello medio recogido, caía como una cascada de ondas de sirena por su espalda y dos chonguitos decoraban su cabeza como si fuera un osito, su atuendo consistente en un top negro que dejaba a la vista su trabajado abdomen, una minifalda de tela efecto cuero de color verde neón que se ajustaba a su cuerpo desde la cintura resaltando su complexión atlética, llevaba medias negras de malla y unos botines cerrados de tacón medio, era alta y delgada, con esas piernas infinitas perfectamente podría ser modelo, Sakura estaba hipnotizada por el buen gusto de su nueva amiga, desde que llegaron al departamento hace poco más de un mes había tratado con Tenten muy poco, pero siempre le había parecido una chica muy amable y tranquila, en alguna ocasión solía cruzársela en la lavandería pero no habían compartido más que un saludo y una corta conversación amigable hasta esa tarde en que Temari apareció con una invitación para todas y aprovechando que era festivo y ninguna trabajaba ese día ni el siguiente todas se sentaron a conversar y conocerse bebiendo un poco de champaña para amenizar y luego pasar a prepararse para la fiesta.
Con el último mechón ondulado Tenten alborotó ligeramente el cabello de Sakura para desordenar las ondas y que se vean más naturales.
-Wow ¡Se ve genial! Muchísimas gracias Tenten- exclamó Sakura emocionada al ver el resultado- yo no podría haberlo hecho mejor- abrazó a la castaña con alegría y ella simplemente le sonrió con dulzura.
-No es nada, yo lo hago encantada- respondió- ahora si ¿ Estamos todas listas? - miró a su alrededor- nos vamos en la van que alquiló Neji-kun, en esa entramos todas, tenemos que hacer juntas una entrada triunfal- bromeó y todas rieron en consecuencia tomando sus abrigos listas para encaminarse al estacionamiento donde el ligue de Tenten esperaba.
•••
Las luces de la ciudad en sintonía con la oscuridad dentro del coche, se reflejaban en los brillos de los vestidos y en los ojos de sus ocupantes.
Sintiéndose unas adolescentes otra vez cantaban con emoción una canción de moda empezando a entrar en ambiente antes de llegar al club donde sería la fiesta como si fuera la primera a la que asistirían.
Pero está bien ¿no? La vida debe disfrutarse como si mañana fueras a morir.
Podía sentirse una vibra especial en el ambiente o al menos es lo que Sakura percibía ahora que podía decir se sentía mucho más libre y feliz que antes, solo de pensar en todo lo que estaba perdiendo de su juventud por haber desperdiciado tanto tiempo sintiéndose miserable sentía una mezcla de rabia y arrepentimiento en su interior.
El recuerdo de una caricia en su mejilla y las suaves palabras de Ino mientras la consolaba una madrugada llegó brevemente a su mente mientras veía las luces de la ciudad pasar fugaces ante sus ojos.
"Si te pasas la vida tratando de complacer a los demás nunca descubrirás como hacerte feliz a ti misma, Sakura"
Sintió su celular vibrar entre sus manos y lo revisó por reflejo.
Era un mensaje de Sasori.
"Hey Saki, te estaré esperando en el estacionamiento"
Una pequeña sonrisa comenzó a dibujarse traviesamente en sus labios rosa neón, sabía que se estaba sintiendo emocionada por él y quería retener el impulso de sonreir como una adolescente ilusionada.
-Uhhhhh ¡Noticias niñas! parece que "Romeo" esperará a Julieta en el balcón esta vez- la picó Temari en voz alta y todas las chicas empezaron a reír haciendo amistosos sonidos burlones y de besos al aire para molestarla, una que otra mirada de complicidad le fue lanzada.
Sakura se sonrojó fuertemente boqueando como un pez fuera del agua.
-Basta chicas, Sasori y yo solo somos amigos ¿ok? es una persona agradable- sonrió la "siempre correcta" Sakura, como la tenían apodada sus amigas.
Pero estaba comenzando a cansarse de la fama de niña buena, para empezar ni siquiera sabía de donde había surgido aquel rumor, no es que fuera una zorra pero no quería que la limitaran por percibirla como alguien más pura de lo que realmente era.
No es como si necesitara ser protegida.
Más pronto que tarde llegaron al club donde varios coches ya se encontraban aparcados y otros más entrando, a pesar del frío había personas fumando, riendo y bailando en el estacionamiento, la música animada sonaba reprimida por las gruesas paredes del edificio y las voces de las personas le llegaban lejanas como si se encontrara en una burbuja completamente distinta en la vida.
Todas le dirigieron una mirada pícara a la pelirosa en el momento en el que contemplaron al guapo pelirojo recargado en un coche negro fumando mientras esperaba por ella aún con el frío que hacía fuera, tenía la mirada perdida en el cielo nuboso y parecía no percatarse aún de su llegada.
-Que tierno, está congelándose por ti Sakura- le dijo Ino codeandola en el costado y uniéndose también a las bromas acerca de la relación últimamente cercana entre ambos – Venga Sakura este es el momento de darte una oportunidad, solo apaga ese cerebro un par de horas y déjate llevar por ese adonis- le guiñó un ojo con una sonrisa coqueta- quiero ver a mi chica en acción otra vez.
-Si, déjalo ser tu chaperón esta noche- se rió Kim antes de bajar de la Van con las otras chicas riendo detrás.
-Sin compromisos, Sakura- Tenten le sonrió guiñándole un ojo con complicidad al pasar a su lado mientras se bajaba y enganchaba su brazo al de Neji.
Sakura sabía que no lo hacían con maldad, simplemente era su manera de entrar en confianza y apoyarla en la misión de soltar a "la mujer fatal" que dormía en su interior como siempre le decía Temari, no le incomodaba para nada que la emparejaran con Sasori, él era divertido, guapo y le hacía sentir la vida más ligera, no había motivos para sobrepensar acerca de él, llevaba casi un año soltera y se sentía mucho mejor de ánimos, no como para volver a tener una relación seria, pero quizás Ino tenía razón.
Tal vez debería comenzar a darse una oportunidad solo para conocer nuevos prospectos y picar algunas flores.
Y Sasori no era para nada un mal punto de partida.
No es que fuera una jugadora, pero tampoco era tonta, sabía que Sasori no era la clase de chico que buscaba enrollarse a largo plazo y que aunque eran amigos la tensión sexual a su alrededor era palpable y sus coqueteos muy obvios.
Se lo pasaban bien juntos.
Claro, solo conocer… no era momento de tener una relación, ni de pensar en ello, en serio necesitaba sacar esas ideas de su cabeza, necesitaba desahogarse.
Estaba dando demasiadas vueltas al tema.
No quería dejarse llevar demasiado, ni verse como una necesitada de atención masculina con Sasori.
Diablos, ahí estaba haciéndose ideas otra vez, los puños apretaron el borde de su falda y sintió ganas de darse un golpe en la cabeza contra el coche, dijo que iba a tomar las cosas con calma, dijo que quería dejarse llevar.
¿Entonces por qué estaba tan nerviosa?
Definitivamente no quería ilusionarse.
Tomó una respiración profunda, es todo, la esperaban.
Bajó del coche con cuidado de no tropezar con los tacones, las risas y chistes de las chicas habían llamado la atención de Sasori que ya se había acercado a saludar a todos incluido Neji a quien había llegado a considerar un buen amigo y ahora era su roomie.
-Buenas noches, se ven todas muy guapas señoritas- sonrió con galantería a todas guiñando un ojo coqueto, sin embargo, se sintió totalmente pasmado e hipnotizado cuando vio a Sakura bajar del coche lentamente.
Sintió su boca secarse al recorrerla con la mirada y al mismo tiempo pensó que seguramente debía tener una cara de ser un completo pervertido al quedarse idiotizado cuando ella le habló.
-¡Oh mi querido Sasori! No tenía idea que ibas a venir...- le saludó con una sonrisa traviesa a pesar de haberse visto esa misma tarde.
Pero Sakura tenía un aire diferente esa noche, se veía espectacular, con un vestido tornasol de tirantes de cristales en el que rebotaban las luces de neón del cartel del club que se ajustaba endemoniadamente bien a cada curva de su cuerpo, y unos finos tacones negros adornando sus perfectas piernas, de su cuello colgaba con una fina cadena plateada un pequeño jade acompañado del perfume que desprendía su cabello al ser movido por la brisa era hipnotizante.
Ella era hipnotizante.
Y el brillo en su cuerpo lo incitaba a dejar su boca pegada a su cuello toda la noche.
Sus ojos avellana se oscurecieron de deseo.
-Se te cae la baba Sasori- se burló Temari para sacarlo de su ensoñación.
Una sonrisa ladina y traviesa se pintó en su mente al darse cuenta de lo que estaba pensando sobre su nueva "amiga" y en su rostro se dejó ver una traviesa sonrisa.
-Lo siento, lo siento, el arte me deslumbra...
Sakura rio bajito por su comentario, ocultando su sonrisa complacida y él estiró su mano hacia ella con galantería.
La verdad era que deseaba a Sakura como cualquier cosa excepto como su amiga y que lo perdone si acaso leía mentes, pero no podía parar de desnudarla en sus pensamientos.
- Nosotros nos adelantamos- canturreó Ino lanzándoles una mirada cómplice y comenzando a alejarse con los demás hasta perderse tras las puertas del club.
- Eres impresionante Sakura- su sonrisa ladina se amplió sin disimular sus intenciones.
Sakura no era tonta y tampoco ciega, notaba el atractivo de Sasori, su mirada indiscreta, su energía cargada de erotismo y esa noche estaba de humor para hacer excepciones.
El deseo de soltarse la desbordaba.
Quería sentir la vida recorriendo su interior otra vez.
-Tu tampoco te ves mal Sasori-chan- canturreó con una sonrisa coqueta dibujándose en su rostro angelical y el chico solo rio abriéndole la puerta para pasar a la fiesta.
Observó todo a su alrededor, las luces de colores la mareaban un poco, no es que nunca antes hubiera estado en un club de ese estilo pero dos años se sintieron como dos siglos y una avalancha de emociones encontradas la embargó repentinamente.
- ¿Te sientes bien? - le preguntó Sasori observándola fijamente cuando se quedó congelada en su sitio.
-Si, creo que solo estoy un poco sensible a las luces por las lentillas, no estoy acostumbrada a usarlas así que descuida, ya me acostumbraré.
Una mentira piadosa.
Le sonrió sosteniéndole la mirada.
Sasori tuvo la leve sensación de que algo había cambiado en esos ojos verdes, de repente lo envolvió una sensación arrebatadora, su mirada felina brillaba de una manera distinta a como cuando la había conocido, y cuando la miraba de lejos, si bien ella había captado su atención por su belleza y amabilidad, esa noche tenía la sensación de que había despertado una versión más… salvaje...
Y le encantaba.
•••
Muy lejos de la noche, las fiestas, la música y las luces de colores, un joven de revuelto cabello negro sacaba su pálido brazo de entre las mantas para apagar perezosamente el despertador y como todos los días…
Se despertó
Se estiró
y continuó con su rutina.
De camino al trabajo se pidió lo de siempre, en la cafetería de siempre y fue atendido por la cajera de siempre.
Como siempre el portero del edificio le dio los buenos días respetuosamente y él… como siempre, respondió con un seco, pero cordial "Buen día".
A paso calmo se dirigió a su oficina, saludando a su alegre secretaria y la recepcionista que (por alguna razón) no se encontraba donde debería.
Tras saludar a ambas mujeres y dirigir una mirada fría a la recepcionista que pareció captar la silenciosa amenaza de regresar a sus funciones, por fin, se sentó en su cómoda silla de cuero, café en mano dispuesto a revisar su agenda de ese día con total parsimonia.
En un aburrido día como cualquier otro ocurrió aquello que estaba fuera de su tan adorada y odiada rutina.
Uchiha Itachi:
"Sasuke, espero te encuentres bien, necesito que me cubras en la administración de los hoteles en Tokio la semana próxima, sé que puedes encargar las sucursales de Seúl a alguien de confianza, la situación de los hoteles en Estados Unidos es delicada tras el incidente con la demolición en las remodelaciones y debo quedarme allí el tiempo necesario hasta llegar a un acuerdo con los abogados."-
Certero como siempre- murmuró para si mismo.
Levantó el teléfono y marcó el acceso rápido de su secretaria.
-Hana, trae mi correspondencia y el informe impreso de la última reunión directiva de la gestión de los hoteles en Tokio por favor.
- Enseguida jefe- Respondió Hana.
Sasuke colocó el teléfono en su sitio y volteó la silla para mirar por el amplio ventanal de su oficina con vista directa a la inmensa y ajetreada ciudad de Seúl.
Un largo suspiro lastimero escapó de sus labios, bueno, al menos ya no podía decir que su vida era todo más de lo mismo todos los malditos días.
La idea de volver a Japón le generaba cierta nostalgia.
Ya se lo contaría luego a Sakura.
•••
Transcurridas algunas horas y unas cuantas muchas copas de más todos estaban muy metidos en el ambiente, la celebración parecía no tenía final y por un momento Sakura sintió ganas de dejar ese momento congelado en el tiempo mientras tocaba el cielo con las manos.
Ahí sola en medio de la pista, con su canción favorita sonando, bebida en mano y sus mejores amigas dejándose llevar por el ritmo envolvente a su alrededor, ella también había apagado su mente y permitido a su cuerpo fusionarse con el sitio, dejó que la energía le contagie la dicha que todos desprendían mientras bailaban, besaban, y se escurrían a acariciarse en las esquinas más oscuras del club.
El sudor se llevaba sus problemas y por un segundo creyó que nunca en su vida había llorado y que quizás en ese momento entre luces de neón, alcohol, el humo de un cigarro bailando en sus labios volvía a días mejores, días felices.
Se sentía una Diosa, el cuerpo el hormigueaba de emoción, estaba muy sensible y el rose de su cabello en el escote de su espalda la hacía vibrar.
Unas manos en su cintura la elevaron en su ensoñación y con una enorme sonrisa enredó sus brazos gustosa entrelazando sus dedos entre los cabellos pelirrojos mientras el dueño de tan sedosos cabellos escondía su rostro en medio de su cuello y aspiraba fuertemente dejando caer uno que otro suave beso sobre su piel.
Se sentía flotar.
Y es que en su estado no podía importarle menos quien era o lo poco que lo conocía, dio un sorbo profundo a su trago y una calada al porro casi acabado de Sasori, se sentía tan relajada que parecía un sueño, desearía poder quedarse así por siempre.
Congelar ese momento y vivirlo en bucle hasta el cansancio.
Adoraba la sensación de estar ebria y sabía que tenía un problema con eso, su consciencia habitual y sensatez siempre desaparecían en el calor arrullador del alcohol y el humo del cigarro, aunque se había prometido parar de deteriorarse de ese modo, vamos, todos estaban igual o peor, hace rato que varios habían desaparecido seguramente a tener sexo en cualquier rincón oscuro que encontrasen.
La llama que ardía en su interior en esos momentos le robaba poder a la razón cuando lo único que quería en ese instante, en esa fracción de segundo y los segundos siguientes era perder la cabeza.
¿Por qué ella no podía tener un poco de insana diversión?
No tenía por qué ser correcta todo el tiempo ¿verdad?
Si, eso se acabó hace tiempo.
Las cosas son como tienen que ser.
Miró a los ojos a Sasori y se acercó a devorar su boca por milésima vez esa noche siendo correspondida con la misma pasión, en medio de la pista acercaron sus cuerpos casi intentando fusionarse, el deseo se desprendía como fuego de los ojos de Sasori cuando la miró por un instante antes de volver a atender su cuello repartiendo húmedos besos cargados de deseo, no es que hubiesen dejado de bailar, pero la forma en que sus manos se movían por su cuerpo con la destreza de un felino colándose debajo de su vestido rozando con las yemas de sus dedos el interior de sus muslos casi intentando elevar su delicado cuerpo y recargarla en su cadera para tomarla ahí mismo.
Estaba tan borracho que había perdido cualquier atisbo de autocontrol en su cerebro, después de ese beso solo pensaba en una cosa.
La observó un momento relamiéndose los labios más que dispuesto a cogerse a Sakura Haruno.
Hambriento por tomar su cuerpo, sentía que iba a explotar y el porro no ayudaba a parar el subidón de euforia que sentía.
Esquivando a todas las personas semiconscientes en su camino y sin dejar de besarse y reírse por su estado de ebriedad se abrieron paso hasta cruzar una puerta y dar con una pared semi-exterior que servía como área intermedia entre el club y el estacionamiento.
Sorprendentemente estaban solos ahí.
El frío los golpeo arrancándoles un gemido y un leve temblor a ambos, pero encendiendo aún más la pasión que desprendían sus cuerpos, las manos traviesas de Sasori comenzaron a adentrase en su ropa con más confianza.
Con ansias
Las manos de Sakura se deslizaron desde el suave cabello pelirojo hacia sus mejillas bajando por su cuello y acariciando su trabajo pecho masculino por encima de la ropa, jugó un poco con los botones de su camisa sin importarle que otras 200 personas estuvieran del otro lado y que ambos podrían pillar un fuerte resfriado por su arrebato.
Suaves gemidos escapaban de sus labios ante la estimulación que le daba Sasori aún sobre la ropa interior.
Pero un fuerte mareo seguido de una inevitable sensación de vacío en su estómago la obligó a apartar a Sasori con un fuerte empujón que lo hizo tambalear y sentirse totalmente descolocado.
Atinó a empujar las puertas exteriores pudiendo sostenerse de un contenedor de basura.
- ¿Te encuentras bien?- preguntó Sasori sujetandole el cabello para que ella pudiera vomitar justo al costado del enorme contenedor.
-N-o... - respondió atropelladamente devolviendo todo el contenido etílico de su estómago.
El vómito no se detenía y empezaba a preocuparse, el frío la golpeó con fuerza y eso incrementaba la sensación de desvanecerse, tenía miedo de desmayarse y Sasori que tampoco estaba en absoluto sobrio, estaba igual pero no peor que ella, también parecía preocupado mientras tambaleaba luchando por seguir sosteniendo su cabello.
-V-ven, vamos al coche, el frío te joderá más y te vas a enfermar, anda vamos.
La ayudó a incorporarse con dificultad y sujetandose el uno del otro caminaron por el estacionamiento hasta dar con un bonito coche negro, Sasori sacó las llaves de su bolsillo y y abrió la puerta ayudando a Sakura a entrar al vehículo, prácticamente veía doble y con dificultad sin poder enfocar bien la vista logró encender el coche en algunos segundos y poner una chaqueta gorda sobre el cuerpo de Sakura que a duras penas estaba consciente mientras temblaba y murmuraba incoherencias que no lograba entender porque a penas y podía mantener la cabeza en su sitio, todo a su al rededor se movía y parecía tener vida propia.
Maldito mareo.
Porros + Alcohol = Desastre
Cerró los ojos un momento apoyando la cabeza en el respaldo del asiento para descansar y respirar queriendo recuperar un poco de lucidez.
Al abrir los ojos nuevamente a poca distancia del coche vio un apartado con máquinas expendedoras que antes no había notado.
-Sak no te muevas de aquí ¿ok?
Ella asintió con dificultad confirmando que le había escuchado.
Tambaleando un poco logró llegar al sitio, sacó su billetera sintiéndose ligeramente más consciente y compró de las máquinas dos botellas de agua mineral y una caja de condones.
Por si acaso.
Regresó al coche dándose cuenta de que se había dejado las llaves dentro pero afortunadamente Sakura se había sentado y lucía un ligeramente más calmada y despierta mientras sujetaba su cabeza con dificultad, eso pudo haber acabado muy mal de haber estado solo.
Dio unos golpecitos al cristal llamando su atención.
-Cielo ¿Me abres?
Ella asintió silenciosamente con los labios presionados entre si y los ojos entrecerrados en un gesto gracioso por intentar detener el creciente mareo que la desesperaba.
Abrió las puertas y Sasori le extendió una botella de agua mineral.
-Ten, bebe, te sentirás mejor, necesitamos bajar el alcohol- le dijo mientras se sentaba en el asiento del conductor aumentando la calefacción y Sakura aún luchando contra las ganas de desmayarse se acurrucó con la gran chaqueta en el asiento del copiloto.
Sentía un aroma familiar
-Lo siento- se disculpó entre un suspiro, inspiró profundamente el perfume de la chaqueta - Por favor, busca a Ino o Naruto, quiero ir a casa Sasori- murmuró casi entre sueños- Quiero ir a casa...
Se aferró un poco al volante sintiendo que las palabras de Sakura tenían un significado más profundo, su cabeza daba vueltas y tenía unas intensas náuseas, respiró profundo tratando de controlar la desagradable sensación de querer desmayarse en ese instante, habían bebido y fumado demasiado y solo se estaba preguntando como diantres volverían a casa si todo el mundo estaba igual y nadie estaba en condiciones de conducir.
Bebió un sorbo pequeño del agua mineral tratando de ser amigable con sus nauseas.
Como si sus pensamientos anteriores se tratasen de una invocación por la misma puerta por la que habían salido minutos antes Sakura y él, salieron ebrios, muertos de risa y cantando una canción inentendible nada más y nada menos que sus compañeros de piso que se dirigían al coche a saber para qué.
Joder- murmuró para si mismo con una mueca de desagrado al notar entre ellos la coleta rubia bien conocida por ambos.
Si los veian solo podía significar problemas.
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NOTAS DE LA AUTORA:
¡HOLA! ¿Cómo están? Sé que ha pasado una eternidad, han pasado muchas cosas locas en mi vida, pero aquí estoy con un nuevo capítulo esperando que estén todos sanos y contentos en este mundo loco, espero que hayan disfrutado mucho el capítulo y no me odien por córtalo así, iba a ser más largo, pero preferí acomodar el desenlace de esta escena en el siguiente capítulo.
Esta vez vimos otra de las facetas de Sakura, hay un motivo para todo así que iremos desentrañando el enigma de las idas y venidas de Sakura poco a poco.
Con cariño, Azulen.
