Luces de Neón

Capítulo IX

Celebración

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

M por Mature Content – (Lime / Soft Lemmon)

Ooc (Un poco, por el bien de la trama xD)

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AVISO: -Leer con precaución, este capítulo contiene lenguaje explícito y lime-

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Se separaron un segundo para tomar aire, sus alientos chocando con sensualidad, Sasori acarició sus piernas apretando sus muslos con candente rudeza.

Sakura no sabía cómo habían terminado en esa situación, o bueno, sí que lo sabía, pero es que Sasori la atraía como un imán ¿Intentaban los cielos decirle algo?

Volvieron a fundirse en un beso y Sakura repasó mentalmente los hechos que los llevaron hasta ese punto.

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Entraron conversando amenamente a la sala de lectura, Sakura se quitó su largo abrigo colgándolo en una percha y se acomodó en su sofá favorito acurrucándose en la calidez del mueble mientras Sasori miraba los libreros en búsqueda de algo que llame su atención.

Una copia de tapa dura e ilustrada de La Metamorfosis de Franz Kafka atrajo su vista y lo tomó entre sus manos ojeándolo brevemente.

- Estos libros no están etiquetados- mencionó recorriendo sus dedos por las páginas del libro y repasando con sus ojos el resto de la estantería.

- Ah, esos, no son propiedad de la biblioteca los chicos los dejan aquí para leerlos mientras pasan el rato, para no cargar peso extra en sus bolsos y así…- restó importancia- Algunos los terminan de leer y los dejan aquí como una donación- respondió sin despegar la atención de su libro de botánica.

- Interesante…- respondió fijando su atención en la chica que leía concentrada.

Sonrió de medio lado y una maquiavélica idea cruzó por su mente contemplando a la pelirosa de semblante concentrado.

Se acercó sigiloso por detrás del sofá arrebatando el libro de las manos de Sakura dejándola confundida por unos segundos al ser sacada abruptamente de su estado de concentración.

- ¡Sasori eres un niño! – exclamó duramente la pelirosa cuidando su tono de voz respetando el espacio en el que se encontraban.

- Bueno… tengo muchas maneras de probarte que no lo soy- Sasori se inclinó un poco hasta estar a su altura y casi ronroneó sensualmente cerca de su oído, se sintió orgulloso al percibir la tensión formándose en el ambiente.

Con el ceño fruncido y bufando con disgusto ante el ya casi habitual juego de coqueteo intentó quitarle el libro de las manos al chico que reía animadamente elevándolo sobre su cabeza, jactándose de su diferencia de estatura.

-Pfff… no voy a seguirte el juego- rodó los ojos no dispuesta a continuar dando brincos para alcanzar el libro- tendrás que soltarlo algún día y yo me iré en un rato, así que tú verás…- dijo desinteresadamente y un bostezo perezoso escapó de su boca cubriéndolo ligeramente con su mano izquierda, involuntariamente cerró sus ojos y estiró su brazo derecho casi felinamente.

En un movimiento rápido Sasori aprovechó su distracción y tomó su muñeca, tiró de ella apegándola a su cuerpo y rodeándola en un abrazo totalmente inesperado, sus manos subieron hasta su nuca y juntó sus labios dejándose llevar por el deseo sin que ella pudiera protestar.

Simplemente cayó en su hechizo y se dejó llevar.

•••

Sus labios se movieron sobre los suyos con destreza liberando descargas eléctricas por su cuerpo manifestándose en forma de escalofríos que le recorrían de arriba abajo la espalda, se aferró al cuello de Sasori como a un salvavidas y casi habiendo extrañado su contacto, sus suaves y carnosos labios jugando sobre los de ella, sus lenguas librando una guerra, un suspiro murió ahogado en la boca de Sasori y una de sus manos se escabulló por debajo de su suéter, el frío contacto de las yemas de los dedos de Sasori contra la piel de sus costillas repentinamente la trajo a la realidad apartándose suavemente.

-Espera…- susurró contra sus labios y Sasori la miró expectante a los ojos con sus orbes mieles brillando con deseo y ansias- alguien podría venir- se revolvió incómoda bajándose de la mesa en donde Sasori la había elevado para ubicarse entre sus piernas hace tan solo unos minutos después de que ella involuntariamente se viera arrastrada por su juego de seducción.

Sasori retrocedió unos pasos riendo suavemente y dejando ir esa extraña atmósfera que se había formado entre ellos – Si, si como digas- agitó la mano restándole importancia a la situación y sonriendo como si nada hubiera ocurrido- como compensación déjame invitarte a comer algo, vi un sitio bonito de camino aquí- le revolvió el cabello rosa juguetonamente como solía hacer en Londres cuando pasaban el rato amistosamente y depositó un tierno beso en su sien.

El repentino cambio de actitud la desubicó mentalmente.

Con el carmín pintado en las mejillas y sintiéndose inexplicablemente como una niña pillada en medio de una travesura, Sakura anotó mentalmente que estar a solas con Sasori era un deporte de alto riesgo para el que ella no tenía suficiente entrenamiento y con sus cambios tan repentinos de personalidad acabaría con la poca salud mental que le quedaba, así que decidió recoger sus cosas y salir de la sala acompañada de cerca por el pelirrojo después de arreglarse el pelo y la ropa en un espejo cercano.

Decidió no darle demasiada importancia al momento y dejarlo como un simple arrebato hormonal de ambos, desterró los erráticos latidos de su corazón al asiento del fondo de sus pensamientos y prefirió no pensar más en su situación con su amigo pelirojo ya había decidido no darle vueltas al asunto, pronto se iría a su ciudad, la dejaría y se volvería un bonito recuerdo.

En ese orden.

Entonces ¿Por qué no podía dejar de darle vueltas?

Inhaló y exhaló disimuladamente a sus espaldas para calmar un poco su cabeza mientras él se adelantaba caminando hacia la puerta y abriéndola para ella en un acto de caballerosidad exagerando sus gestos para arrancarle una ligera risa.

Sasori a veces era tan payaso.

A veces era tan sensato.

A veces era tan sensual.

Y a veces era tan buen amigo.

A veces parecía que quería llevársela a la cama y olvidarla como un polvo fugaz.

A veces parecía querer convertirla en su más cercana aliada y mantenerla para siempre.

A veces era tan amable.

Y a veces era tan cabrón.

Volvió a suspirar esta vez audiblemente, sin poder abandonar sus pensamientos sobre la inestable personalidad de su "amigo de intercambio temporal" estaba volviéndola loca no saber qué es lo que quería y algo en su interior le gritaba que no haga la pregunta.

El la miró de reojo en silencio de forma inquisitiva queriendo adivinar sus pensamientos, ella le sonrió divertida para tranquilizarlo notando sus ojos sobre ella.

Era tan bueno que no la hacía sentir un juguete cuando la besaba apasionadamente y la tocaba como a un trozo de carne, sin ninguna delicadeza y luego la soltaba y era tan amable, tan gracioso y delicado como si tratara con una copa de fino cristal, se sentía un yo-yo, era lo más irónico por decir que no se sentía tratada como un juguete por ese… ser humano.

Y al mismo tiempo era tan malo que encendía una llama en su cuerpo con solo mirarla con sus fríos e intensos ojos avellana usualmente cálidos y divertidos.

¿Cómo podía ser tan desvergonzado?

Como si la parte de él que la consideraba una amiga y la parte de él que la deseaba como mujer fueran personalidades distintas y compartieran el mismo cuerpo.

Iniciaron el recorrido hacia el estacionamiento sin prisas hablando de cosas triviales sobre la estadía de Sasori en Tokio, por iniciativa del pelirojo y algunos recuerdos de Sakura de experiencias vividas en las instalaciones de la universidad al pasar por sitios concretos.

El cómodo silencio volvió a acompañarlos durante unos segundos antes de que Sakura recordara algo.

- Por cierto, mi familia dará una fiesta de bienvenida en nuestra finca mañana por la tarde, me gustaría que vinieras, estarán Naruto y los demás seguro se alegraran de verte por aquí- sonrió ampliamente juntando sus manos detrás de su espalda y poniéndose frente a él para mirarle a los ojos.

-Sabes que iré encantado- sonrió de medio lado, por un momento se perdió en esos ojos jade que le atraían como imanes y últimamente le quitaban el sueño, nunca imaginó que sería tan fácil dar con ella.

Algo en su interior la buscaba, algo en su interior rechazaba la idea de encontrarla.

- ¡Si! Te enviaré la ubicación más tarde- amplió su sonrisa emocionada caminando hacia atrás para mirarle y tropezando con una piedra en medio de su acción.

Sasori le tomó de la muñeca atrayéndola hacia si e impidiendo su caída.

-Uf, gracias, estuvo cerca…- le dijo Sakura aún sorprendida por los reflejos del pelirojo y desviando la mirada con reproche hacia la piedra en su camino.

Asintió recorriéndola involuntariamente con la mirada para verificar que estaba totalmente bien, suspiró y sonrió con una sensación de resignación y un extraño sentimiento de vacío se instaló en la boca de su estómago mientras deslizaba la mano desde la suave muñeca femenina para entrelazar sus dedos sin despegar la mirada de los ojos jade que amenazaban con llevarlo otros tres años a terapia. No sabía qué demonios estaba haciendo, pero solo sería un momento.

Los amigos se toman de las manos ¿Verdad?

Ella le miró con curiosidad, pero sin oponer resistencia hacia su gesto, simplemente reanudó la marcha así, tomados de la mano.

-Sasori… ¿En qué te has metido? - pensó para sí mismo y suspiró.

Solo era un capricho, era solo un momento, se iría, el tiempo pasaría y ella sería un bonito recuerdo de un invierno.

Si, en ese orden. *

•••

-Neji Hyuga- se presentó el apuesto joven de largo cabello castaño y expresión de piedra estrechando su mano seriamente.

-Sasuke Uchiha- con un firme pero suave apretón correspondió al saludo del joven Hyuga invitándole con un gesto de su mano a tomar asiento en la gran mesa de reuniones en donde ya se encontraban reunidos Hiashi Hyuga, el Director del grupo empresarial Hyuga con sede en Kyoto; Neji Hyuga, Heredero de la dirección del grupo Hyuga y recientemente nombrado Director de Finanzas por su gran proeza a pesar de haberse graduado recientemente de la universidad de Kioto con honores; Fugaku Uchiha dueño, Ex-director general y principal accionista del Grupo Uchiha, Itachi Uchiha, Director General de la cadena hotelera Uchiha, Sasuke Uchiha, Director de Operaciones y principal representante de la cadena en Corea del Sur.

- Hace mucho que no venía a Tokio, la ciudad sigue tan caótica como siempre- rio relajadamente antes de reanudar su plática- tus hijos ya son todos unos hombres de negocios Fugaku, has de estar orgulloso- comentó el líder de los Hyuga mirando con aprobación a ambos hombres jóvenes.

- Estos chicos son mi mayor orgullo Hiashi- correspondió el Uchiha sonriendo de medio lado y palmeando el hombro de Itachi sentado a su lado y sintiendo la mirada aburrida de ambos, un suspiro contenido emergió de Itachi y a Sasuke le dio un pequeño tic en el ojo izquierdo ante la declaración- ¿Cómo están tus hijas, Hiashi? – preguntó acomodando los codos sobre la mesa y sus manos entrelazadas bajo su barbilla de manera relajada, sin tomar demasiadas formalidades con el hombre que había sido su amigo durante tantos años.

-Muy bien, Hinata decidió que los negocios no eran lo suyo así que entró a medicina para seguir los pasos de su madre- sonrió suavemente- y Hanabi aún está en la preparatoria pero ya es un pequeño tiburón de los negocios, se parece mucho a mí a su edad, vislumbro un futuro brillante para el grupo Hyuga con Neji y Hanabi al frente, me retiro confiado de la capacidad de mi prodigioso sucesor- le dio un suave apretón con orgullo al joven sentado a su lado que mantenía una mirada seria y su rostro inexpresivo- le falta algo de carisma pero es brillante, listo como ningún otro, es joven pero sería un error subestimarlo- rio abiertamente.

Fugaku pensó que los años habían hecho mella en su socio Hiashi, la vejez le había vuelto mucho más relajado y conversador que antaño- Pues yo veo en Neji un Hiashi en su juventud, y también tiene la misma energía tranquila que su padre Hizashi- comenzó el Uchiha mayor- tu solías tener la misma expresión ¿El retiro te está afectando? - cuestionó animado.

-Tan afilado como siempre- sonrió de medio lado Hiashi- Mi retiro progresivo me ha permitido relajarme más de lo que he podido en años, Neji ha estado asumiendo el cargo por partes, es muy capaz, pero encargárselo todo de golpe a un chico de veinticinco años lo volvería loco, ya no estamos en nuestros tiempos, nuestros padres no contemplaron el robarnos nuestra juventud cuando nos heredaron estos circos- rio el hombre mayor- ahora solo estoy esperando a que mi Hinata me dé un nieto un día de estos, Hanabi no me inspira ninguna esperanza, heredó el carácter difícil de los Hyuga multiplicado por diez- además Sasuke parece ser un buen candidato- agregó lanzando una mirada analítica al menor.

Los dos hombres mayores rieron abiertamente, Itachi y Neji los observaron sintiendo vergüenza ajena y Sasuke casi escupió su café al escuchar declaraciones tan personales.

¿No era esta una reunión de negocios?

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Llegó a casa encontrando un caos, pensó que sería una agradable reunión íntima de amigos y familia, pero del invernadero entraba y salía gente uniformada de la agencia de eventos que contrataba siempre su madre haciendo parecer todo como si fuera el after de los Oscars.

- ¿Quién se casa? - preguntó divertida a su madre contemplando la decoración floral y elegante al encontrarla direccionando a unas personas sobre como colocar unas luces de decoración sin tocar inadecuadamente sus adoradas plantas.

- ¡¿Cómo lo supiste?! - se sobresaltó Mebuki dando un brinco por la inesperada presencia de su hija y mirándola con confusión - ¿Sasuke te lo contó? – preguntó con un tono más cercano a la afirmación.

- ¿Qué cosa? – Pestañeo confundida y un sentimiento extraño le revolvió el estómago- ¿Qué tendría que contarme Sasuke? Yo lo pregunté sarcásticamente, mamá.

- Ah…- suspiró su madre- yo y mi bocota…- Sakura casi se ofendió preparándose mentalmente para las palabras Sasuke y matrimonio en la misma oración pero la respuesta que recibió no fue la esperada y la dejó totalmente descolocada- Mikoto y Fugaku se casarán otra vez- su madre le dirigió una sonrisa feliz e ilusionada al tiempo que volteó brevemente para asentir con aprobación a las chicas que habían acabado de colocar las luces decorativas- por eso hemos movido la fiesta de casa al salón de eventos del invernadero, esta noche el cielo estará despejado, se verá precioso desde aquí que es todo cristal, se lo propuse a Mikoto en cuanto me enteré porque sabes que es muy raro que tengamos una oportunidad de reunirnos como esta, con todos nuestros amigos en la ciudad, siempre están viajando y trabajando…- explicó su madre- son gente muy ocupada.

Sakura sonrió ilusionada- ¡¿Entonces tendremos una fiesta de compromiso?!- algo dentro de ella saltó de emoción, amaba las fiestas de este estilo, la elegancia y el baile de salón- ¡Oh Dios, es una idea perfecta! ¡Esto no se lo va a esperar nadie! Eres una genio mamá- la abrazó.

- Es una alivio verte tan feliz, Sakura, dudé un poco de aceptar hacer esto porque se suponía que era su noche- la suave voz de Mikoto intervino acercándose a ellas con una gran caja- ahora siento que los hemos usado de tapadera para la sorpresa- se lamentó.

-Permítame ayudarle Mikoto-san- le sonrió amablemente Sakura y rio- sería incapaz de enfadarme por algo así, me parece una idea maravillosa, estoy realmente feliz de que Fugaku-san y usted retomen su relación, la ocasión es perfecta, una fiesta de bienvenida para un montón de jóvenes ingratos habría sido una temática muy aburrida- le quitó la caja de las manos para cargarla ella- venga, ¿Dónde ponemos esto? - preguntó zanjando el tema y librando a Mikoto del pequeño pesar que tenía.

La mujer pelinegra le sonrió de vuelta en agradecimiento- Eres tan gentil Sakura-chan, ¿Por qué no pudiste ser mi hija? - suspiró dramáticamente.

-Eso es porque no la has visto cuando se enfada- Mebuki rodó los ojos lanzando una mirada de incredulidad a Mikoto- Pero aún puedes tenerla como tu nuera- sugirió su madre poniendo el rostro de Sakura de mil colores.

-¡Mamá!- exclamó muerta de vergüenza ante la conversación que se estaba desarrollando entre las mujeres.

-Sin duda me llenaría de dicha que mi hijo deje de ser tan ciego- secundó guiñándole un ojo a Sakura que captó la insinuación en la afirmación de la mujer pelinegra.

Sakura quería que se la tragara la tierra.

Las dos mayores rieron relajadas trayendo calma al ambiente y continuaron con las labores de decoración con Sakura con las mejillas aún encendidas integrándose a las actividades.

-Por cierto, espero que no les moleste, no sabía de esto así que he invitado a un amigo- Sakura se mordió el labio inferior con expresión de haber metido la pata.

-Oh, no hay problema cariño, será agradable conocerle, de todos modos, tendremos una variedad de invitados- sonrió su madre.

-Si, no hay problema, la lista de invitados se amplió un poco con el cambio, Fugaku decidió invitar a algunos socios, tu padre también quiso aprovechar la socialización con algunos amigos de la familia, pero no te abrumes, la mayoría serán caras conocidas- Mikoto le guiñó un ojo.

Sakura se sintió un poco nerviosa, las reuniones con personas importantes la ponían un poco inquieta, sobre todo con su padre que cuando bebía se ponía de casamentero, irónicamente considerando que lo normal en él era celarla como a una joya antigua- suspiró- bueno, siempre podía escabullirse de la fiesta cuando estén entrados en copas y nadie la note.

Un par de horas después todo había quedado deslumbrante, el invernadero era uno de sus sitios favoritos del rancho, parecía un hermoso palacio de cristal lleno de vegetación, era el sitio de trabajo de su madre, en donde cultivaba ejemplares de flores exóticas y otras plantas, la entrada era un pequeño y elegante puente de madera que pasaba sobre una laguna artificial con lirios y otras flores de ambiente acuático, en el recibidor se encontraba una hermosa exhibición de floreros y diversos premios nacionales e internacionales que había ganado su madre con sus orquídeas a lo largo de los años, fue en una de esas exhibiciones que había conocido a su esposo, pero eso era otra historia.

De frente dos grandes puertas de cristal invitaban a pasar al invernadero como tal, en donde se cultivaban y exhibían las flores que requerían simular condiciones climáticas específicas para su cuidado, una gran fuente elegante adornaba el centro del invernadero como decoración central, uno de sus sitios favoritos para leer disfrutando del aroma de las orquídeas, pero no su favorito, su lugar favorito era la sala secreta de su madre, o como le gustaba llamarlo, el salón secreto del té, un pequeño salón semi abierto ofrecía una vista maravillosa del jardín trasero a la intemperie o podía cerrarlo en invierno. La fiesta sería celebrada en el gran salón del invernadero, un precioso salón casi enteramente de cristal que su madre disponía para ser usado en eventos y galerías organizados por los Haruno, poseía su propia decoración ya que albergaba un precioso jardín interior decorado con sus mejores ejemplares y algunos de sus ganadores de concursos, fuentes y elegantes esculturas y cuadros, era el más grande orgullo de su madre, si bien la casa principal no destacaba por ser ostentosa si no una tradicional gran casa campestre, el invernadero era un verdadero espacio de lujo.

Sus padres provenían de familias que se habían dedicado al campo por generaciones desde hace siglos, la familia de su madre a las plantas, y la familia de su padre a la crianza de caballos, Sakura había heredado un gran amor por ambas partes, pero aún así había decidido optar por estudiar medicina y convertirse en doctora, no sería bióloga como su madre o veterinaria como su padre, y eso no significaba que rechazase su herencia o el negocio, su don con las plantas y los animales eran equiparables a los dones de sus padres, ella quería elegir su propio camino, si habría de heredar el negocio tenía el conocimiento suficiente como para entregar su alma en pro del bienestar de ese invernadero como su madre y contratar sabiamente a profesionales de la rama que puedan encargarse de ellos sin obligarla a seguir los pasos de nadie, ella quería hacer lo que le gustaba, y desde pequeña había soñado con ser doctora, así que simplemente seguiría su sueño y nada ni nadie podría detenerla.

Su determinación era su mejor aliado.

•••

La etiqueta del vestuario se había anunciado como formal desde el principio por la naturaleza de sus familias (y porque cualquier reunión social siempre acababa tratándose de negocios) sin embargo, Sakura no pudo abstenerse de anunciar en el grupo de WhatsApp que compartía con sus amigas más cercanas que se anunciaría algo importante en la fiesta y su familia había invitado a algunos socios por si querían cuidar más de su apariencia y ser más detallistas con sus atuendos, pronto la llenaron de preguntas y teorías, pero ella se mantuvo firme en no dar declaraciones al respecto.

Habían mantenido el compromiso en secreto hasta ese momento así que no quería ser ella quien arruinara la sorpresa que tan celosamente había guardado la madre de Sasuke.

- ¿Tu sabías que Neji Hyuga estaba emparentado con los Hyuga de Kioto? - un mechón rubio se enrolló grácilmente en la onduladora a la par que Sakura soltaba la pregunta casualmente.

- Lo supuse cuando escuché su apellido el día que condujo la furgoneta para ir a la fiesta, Ten-Ten cayó con un pez gordo, Hiashi-sama lo nombro el heredero del grupo Hyuga, le estuve sacando algo de información cuando me enteré de que salían- Ino sonrió con un toque de complicidad.

Sakura rió por lo chismosa que era su mejor amiga de toda la vida, pero no podía quejarse, Ino era chismosa y a ella le encantaba escuchar chismes.

La pareja ideal.

- Entonces los rumores de que Hinata no sería la sucesora de su padre eran ciertos, escuché a Fugaku-san hablando con mi padre sobre eso hace tiempo- soltó desinteresadamente.

- ¿Hinata? Era visto, se notaba que ese mundo de depredadores ambiciosos y hambrientos de dinero y desgracia ajena no era para ella, cuando la conocimos apenas podía pronunciar su nombre por lo nerviosa que estaba ¿Recuerdas? Pensé que se desmayaría en cualquier momento- comentó la rubia en un tono impersonal mientras veía una fotografía pegada en la pared frente a ella en la que aparecían tres niñas de doce años, dos con amplias sonrisas infantiles y una que asomaba una tímida sonrisa sobre su rostro níveo.

Sakura siguió la mirada de Ino hacia la foto y sonrió tiernamente.

- Era un amor, demasiado tierna para este mundo cruel- exclamó haciendo gala de su dramatismo- hace muchos años que no la vemos- tomó otro mechón rubio entre sus dedos.

Sentía que la estaba traicionando por no contarle lo del compromiso, pero era algo que debía mantenerse en el más estricto secreto según le había pedido Mikoto alias la novia.

Ino limaba sus uñas concentrada parloteando sobre sus amigos, mientras Sakura trabajaba en su cabello desde hace ya casi dos horas, desde la ventana del balcón podían ver coches lujosos acercándose e ingresando a la propiedad Haruno y personas elegantemente vestidas descendiendo de los mismos y siendo recibidos por sus anfitriones.

Un mensaje de Sasuke la sobresaltó.

"Tu madre te está buscando"

Tomó el móvil con una mano y con la otra sujetaba la onduladora contando mentalmente los segundos que debía permanecer el mechón para no quemarlo.

Por comodidad respondió en un mensaje de voz- "Estoy ayudando a la cerda con su cabello, aún no estamos listas" y volvió a dejar el móvil sobre la mesita.

Suspiró.

-Frente de marquesina- Ino la miró con rencor.

Sakura rio y enseñó su lengua a la rubia juguetonamente quien le devolvió el gesto a través del espejo de la cómoda.

Sakura se perdió en sus pensamientos otra vez con su expresión concentrada en el cabello de su amiga y una pisca de aflicción en su mirada.

¿Ya habría llegado Sasori? Había olvidado por completo decirle la etiqueta de la fiesta, tenía listo un traje que cruzaba los dedos porque fuera de su talla en caso de que apareciera vistiendo casual, se lo había escrito hace poco por whatsapp pero su mensaje no aparecía como leído y su última conexión estaba desactivada.

Aún ni siquiera se habían puesto los vestidos, estaban ambas aún en ropa interior y camisón, Ino había llegado temprano para arreglarse con su mejor amiga como hacían desde que eran pequeñas, se habían pasado todo el día planeando que vestir, cómo maquillarse y peinarse.

Conversaron de todo un poco, sobre todo de tonterías y la vida ajena, lo de siempre, hasta que cayeron en cuenta de lo tarde que era y comenzaron a arreglarse definitivamente al ritmo de su playlist favorita de canciones de su adolescencia.

Ino jugueteó con sus dedos frente a su rostro sintiéndose satisfecha con el resultado de su manicura al mismo tiempo que Sakura terminaba de ondularle el cabello y soltaba el clip con el que sostenía el flequillo de la rubia, tomó un cepillo y comenzó a deformar un poco los rizos para darles más gracia y naturalidad, el larguísimo cabello rubio de Ino usualmente recogido en una coleta alta, caía libre sobre su espalda hasta sus caderas en ondas de sirena, su flequillo acomodado elegantemente dejaba lucir su rostro de muñeca, ella había elegido un maquillaje delicado que resaltaba sus grandes ojos azules sin exagerar, contrastando con un labial rojo intenso que acompañaba perfectamente la sensualidad de su largo vestido plateado de pedrería que habían elegido para esa noche y que descansaba colgado en un armador cerca de la puerta junto al vestido de encaje viridian de Sakura.

- ¿Ya vas a decirme por qué estás tan inquieta? ¿Es por Sasuke? - cuestionó en un tono travieso examinando a Sakura de pies a cabeza, aún no me has contado como te fue en su cita.

- ¡Que no fue una cita! – Sakura se sentía frustrada, Ino llevaba insistiendo en la palabra "cita" desde que le contó del desayuno que compartieron el día anterior.

-Desayunamos, conversamos sobre el pasado, fuimos al parque unos minutos ¡No fue una cita! - recalcó al ver las intenciones de Ino de fastidiarla con que las acciones compartían similitud con lo típico que se hacía en una cita.

-Si… no fue una cita, claro- La rubia puso los ojos en blanco, irritada por la testarudez de su amiga pelirosa

Sakura se sentó resignada en el borde de la cama, clavó sus ojos verdes en Ino llena de incertidumbre y soltó de sopetón.

-Invité a Sasori- suspiró- sé que no tiene nada de malo, somos amigos- carraspeó- pero el me confunde… actúa como si fuera mi mejor amigo y luego como si quisiera cogerme salvajemente en la vía pública- exageró el movimiento de sus manos para expresar su exasperación y sus hombros cayeron a la par de su exhalación resignada- he tenido un mal presentimiento sobre esta noche desde que desperté, lo juro, no puedo más- sentenció llevándose las manos a la cabeza y tirando ligeramente de sus cabellos presa de la ansiedad.

Las carcajadas de Ino rompieron los tensos segundos de silencio que se había formado a raíz del ataque de ansiedad de Sakura.

-¡Oh frentuda eres una zorra! ¡Sales con dos chicos el mismo día! Y uno de ellos fue tu aventura sexual de verano, está de novela– Ino sobreactuó sus gestos dramáticos a propósito para que su amiga pelirosa captara el sarcasmo y aprovechando la posición vulnerable de su mejor amiga le hizo cosquillas para relajarla un poco.

-Cállate Ino cerda, no es como si estuviera saliendo con ellos, son mis amigos- respondió entre risas tratando de apartar inútilmente las manos de Ino que atacaban su cuerpo sin piedad.

Ino sin dejar de carcajearse se quitó el camisón paseándose cómodamente en ropa interior y se dirigió hacia su vestido- Por Dios ya deja de ser tan ingenua frente de marquesina, tu solo disfruta de esos dos bombones y si tienes suerte se pelearán por ti y todo será como en esas novelas tontas que lees, ya luego decides ¿no tienes nada serio con ninguno no? Pues no hay delito, además tampoco es como si por un par de besos con Sasori fueran a casarse- se encogió de hombros restándole importancia- pero esto confirma que aún te gusta Sasuke- Ino se sujetó el estómago explotando entre risas otra vez- ¿Acaso te preocupa que Sasori lo espante? - se burló con una sonrisa socarrona apareciendo en su rostro pícaro.

Sakura le lanzó una almohada directo a la cara en venganza para borrar la expresión provocativa de su rostro de muñeca.

- ¡Idiota mi maquillaje! - exclamó la rubia devolviéndole el almohadazo- mejor ven y ayúdame a ponerme esta cosa- rodó los ojos sin más sujetando el hermoso vestido con sumo cuidado.

Sakura sonrió victoriosa por conseguir arruinar el buen humor de la joven y se reunió con su amiga para ayudarse mutuamente con los vestidos.

Dos sonidos de notificación del móvil seguidas alertaron a Sakura y corrió a mirar quien era, reanudando su creciente ansiedad.

Se cubrió la boca con la mano por la impresión, y corrió a la ventana reconociendo el coche que iba entrando en ese momento.

-¡Está aquí!- casi saltó sintiéndose ridículamente adolescente.

Ino corrió a mirar por la ventana con la misma emoción.

•••

Ya estaba hasta los cojones y aún ni siquiera eran las siete de la tarde.

- Madre por milésima vez que todo está bien, nadie está incómodo (solo yo) ¿No deberías estar fastidiando a Izumi con esto? – exclamó ya exasperado por las preguntas constantes de su nerviosa progenitora- mejor ve a saludar a los invitados con Fugaku o algo así, pero déjame en paz- continuó en tono anticlimático sin quitar la mirada de la pantalla de su teléfono.

Mikoto le dio un suave golpe en el hombro en señal de reprimenda por su actitud.

-Es tu padre, no seas irrespetuoso y no me hables en ese tono, soy tu madre- regañó.

Sasuke rodó los ojos maldiciendo el momento en el que se sentó en esa mesa con su madre para "que le hagas compañía mientras bailamos"- recordó las palabras de su cuñada viendo como ridiculizaba a Itachi sacándolo a la pista de baile cuando era a todas luces un tronco.

Con raíces.

Bueno podría estar peor.

Podría ser Itachi.

- Estoy a punto de enviar a alguien a buscar a Sakura, aunque tenga que traerla desnuda a este salón, debería estar aquí hace una hora recibiendo a los invitados ¡Qué niña! – se quejaba Mebuki Haruno con gesto reprobatorio mientras tomaba asiento junto a Mikoto para descansar un poco y disfrutar de la gran fiesta que había organizado con esmero.

-Descuide Mebuki-san, voy a buscarla- se ofreció rápidamente Sasuke para escapar de su madre antes de que lo involucraran de vuelta en alguna conversación tediosa.

Y atravesó prácticamente corriendo el salón hacia la puerta principal bajo la atenta mirada cómplice de ambas mujeres mayores.

•••

No entendía su razón de estar tan nerviosa, solo era Sasori, el amigo con quien chismeaba mirando las estrellas, con quien salía a caminar y ver películas como si se conocieran de toda la vida- bajó lo más rápido que su vestido y sus altos tacones negros le permitieron descender por las grandes escaleras imperiales de la casa, siendo seguida de cerca por su mejor amiga.

Como siempre que había un evento, un acceso especial se habilitaba desde el portón principal hacia el espacio de estacionamiento para que los invitados no tuvieran que atravesar la casa y pudieran dirigirse directamente al pequeño puente que servía de "entrada triunfal" hacia el invernadero, eran casi las siete de la tarde y los colores dorados pintaban el cielo como en una obra de arte.

-Espera Sakura, respira ¡Te ves desesperada mujer! - Ino estuvo a punto de darle una bofetada, pero solo con sus exclamación innecesariamente alta ya algunos meseros e invitados las miraron de reojo mientras seguían su camino hacia el gran salón.

Sakura respiró profundamente relajándose y sonrió con cordialidad incómoda hacia un par de personas que las observaron en son de disculpa.

Ino tiró de ella a una esquina un poco más apartada.

Es cierto ¿Qué rayos le pasaba? Estaba irracionalmente alterada- el pensamiento cortó abruptamente su nerviosismo y recuperó su compostura habitual, se estaba poniendo como tonta sin motivos, Ino tenía razón.

-Es verdad, lo siento, estaré bien si quieres adelántate yo iré a recibir a Sasori y nos vemos en el salón ¿vale? Sai te está esperando hace mucho.

-Recuerda nunca perder el glamour- declamó seriamente Ino como si estuviera diciendo la más importante enseñanza de su vida componiendo en su rostro una expresión altiva.

A Sakura le rodó una gota de sudor por la nuca descolocándose ligeramente- Si, cerda, voy ahora, tu espérame- Sakura lo dejó estar por su salud mental, estaba acostumbrada a las tonterías de su mejor amiga.

Ino se dio la vuelta con solemnidad dirigiéndole una última mirada de orgullo como si despidiera a un ejército que marcha hacia la guerra y atravesó las grandes puertas de cristal por las cuales se vislumbraban personas bailando, charlando y pasándoselo en grande.

¿Quién dijo que los ricos hacían fiestas de estirados? Vio a través del cristal a Izumi a lo lejos en la pista de baile muerta de risa seguramente con un par de tragos encima mientras "hacia twerk" a su esposo que la observaba con ganas de que se lo tragara la tierra, pero riendo por las ocurrencias de su esposa al mismo tiempo, esposa sin sentido de la vergüenza o el pudor.

A veces los envidiaba por ser tan perfectos y felices juntos. Se preguntó cuando encontraría ella al amor de su vida.

Sonrió y verificó su apariencia en un cristal cercano, llevaba un elegante vestido de diseñador en encaje viridian corte en A que se ajustaba perfectamente a su esbelta figura, el cinturón negro de pedrería se aferraba a su pequeña cintura y hacia juego con sus zapatos negros de tacón alto, el largo cabello rosa lo llevaba recogido con algunos mechones rebeldes ondulados luciendo un pronunciado escote en su espalda, sacó un brillo labial de su bolsa de mano para retocar levemente sus labios antes de suspirar y salir al encuentro con su amigo pelirrojo.

Abrió las puertas.

Respiró profundamente.

Y lo vio.

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- ¡Barbie! – Temari se apresuró a llegar a su lado, ambas soltaron un pequeño grito emocionado abrazándose cariñosamente- ¡Dios! Te ves como Jessica Rabitt pero más zorra- admiró a su amiga mientras Ino daba una vuelta sensualmente luciendo su vestido orgullosa.

-Gracias, gracias, lo sé soy adorable- sonrió pestañeando rápidamente con coquetería, ambas jóvenes rieron divertidas- No te quedas atrás, veo que te tomaste muy en serio el mensaje de Sakura de "Saquen sus mejores armas chicas, es hora de asegurar socios a sus papis"

Ambas rieron juntas con disimulo para no verse impropias entre tanta gente de la élite de la ciudad, había personas bailando alegremente en la pista y habían otras en las mesas hablando de sus negocios e intercambiando información sobre el mercado y esas cosas de las que Ino no quería enterarse.

- ¿A que no sabes a quien invitó Sakura? - comenzó el cotilleo, pero pronto se vio interrumpida.

-Yamanaka- escuchó una fría voz masculina llamarla a su espalda y cortando su conversación amena, le miró sobre su hombro volteando por completo al distinguir la alta figura masculina perteneciente a Sasuke Uchiha, quien se dirigía a ella.

- Cuanto tiempo, Sasuke ¿Vienes a invitarme a bailar? Lo siento, mi novio está por allá- señaló a una esquina donde Sai y su hermano Shin escuchaban atentamente a un hombre mayor enfrascados en su conversación y rio suavemente- estoy bromeando, descuida.

- ¿No estaba Sakura contigo? – cuestionó impaciente e ignorando deliberadamente el pequeño parloteo de la rubia.

-Ah si… está en la entrada- comenzó- Sasuke se dio por satisfecho con la respuesta y reanudó el paso dispuesto a encontrarse con la pelirosa.

Ino dio un brinco en su sitio tomándolo rápidamente de la muñeca para detenerlo- Espera Sasuke-kun, no puedes ir…

Temari observó la escena con confusión ¿Entonces ese era el famoso Sasuke Uchiha?

Sasuke le miró interrogante elevando una ceja y soltándose cortésmente para no llamar la atención más de lo que ya lo estaban haciendo a la espera de una justificación razonable.

- ¿Pasa algo malo? - preguntó sin variar su expresión de piedra.

Ino se mordió el labio sin saber cómo responder sin delatar a su amiga y miró nerviosamente a Temari en busca de ayuda.

-Verás…- comenzó su explicación.

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Y lo vio.

Atravesaba el puente con el porte de un príncipe, llevaba un traje de tres piezas que le sentaba como un guante, el cabello pelirrojo que normalmente caía rebelde sobre su frente estaba cuidadosamente peinado hacia atrás para descubrir su rostro sin abandonar la naturaleza rebelde de sus mechones lo cual le daba un toque sexy dentro de toda su elegancia, le mostró una sonrisa satisfecha cuando la vio esperándolo en la puerta.

Se sentía embobada.

- Sakura… te ves deslumbrantemente hermosa- tomó su mano derecha delicadamente depositando un suave beso en su mano.

El olor masculino de su colonia la envolvió por completo y se olvidó de todo el universo en ese momento sublime, el perfume masculino era una de sus debilidades más marcadas.

-Me quitas las palabras de la boca, estás guapísimo- le sonrió relajadamente como siempre dejando ir sus nervios anteriores- deberías peinarte más seguido- le guiñó un ojo y rieron juntos.

La risa cristalinamente masculina de Sasori llenó sus oídos y la música a su alrededor desapareció, solo eran ellos dos en su propio mundo, se sintió rodeada por una atmosfera diferente el toque de la mano de Sasori haciendo su recorrido por su mejilla para acomodar un mechón de cabello rebelde tras su oreja que se había desacomodado en su carrera la trajo de vuelta a la realidad.

Batió sus pestañas con rapidez saliendo de su estupor sin poder detener el agitado latido de su corazón.

- Te besaría si no supiera que tu padre nos está mirando con ganas de matarnos desde que llegué, apuesto a que está pensando en sitios donde esconder mi cuerpo- bromeó acercándose peligrosamente a su rostro.

Sakura se tensó en su sitio y miró disimuladamente hacia donde Sasori apuntó con la mirada encontrándose a su padre cruzado de brazos y estrechando la mirada hacia ellos mirando a través de la inmensa pared de cristal del otro lado del pequeño lago, aunque tenía mala vista.

¿La estaba espiando?

-Y bien Princesa Sakura de las tierras Haruno ¿Le concede el honor a este caballero de ser su acompañante esta flamante noche? - se irguió ofreciendo su brazo en un gesto tan gentil como exagerado restando importancia a las miradas del padre de su amiga y Sakura aceptó entre risas divertidas ignorando a su padre y sus alteraciones nerviosas.

Ya la molestarían luego con sus preguntas.

- El honor es mío, Príncipe Sasori de… ¿Sapporo? - pronunció con solemnidad fingida improvisando un título para el chico y tomando su brazo- ambos se siguieron el juego fingiendo ser de la alta aristocracia mientras ingresaban al salón riendo amenamente.

Sakura se aferró a su brazo y sin pensar simplemente soltó.

- Yo también te habría besado- le miró recibiendo de vuelta la intensa mirada de Sasori, pero no era momento, ni lugar para dejarse llevar por sus fogosas intenciones.

Un mozo les abrió la puerta dándoles la bienvenida a la celebración, correspondiendo al saludo con una leve reverencia cordial entraron juntos al salón.

Sakura se sonrojó por su osadía.

Sasori sonrió de lado con orgullo por tener ese efecto sobre ella.

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NOTAS DE LA AUTORA:

Debo admitir que planeaba soltar este capítulo en San Valentin pero como dice el meme "pasaron cosas" este y el siguiente capítulo son de los que más me ha costado escribir no por el tipo de contenido si no porque son dos capítulos muy emocionales y algo largos y confusos para los personajes, así que explorar esos aspectos de sus pensamientos, de la forma en que perciben sus relaciones, retratar sus consciencias en palabras me ha llevado a sobrepensar bastante, pero afortunadamente he completado ambos al mismo tiempo, son capítulos con mucha continuidad así que se sentirá como si fuera un capitulo larguísimo partido en dos, que es… prácticamente así xD como tengo el capítulo diez listo lo subiré la semana que viene.

¡Espero hayan disfrutado y les haga gustado mucho!

¡Gracias por leer!

Con cariño, Azulen.