Luces de Neón
Capítulo XI
Compañía
Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-
M por Mature Content – (Lime / Soft Lemmon)
Ooc (Un poco, por el bien de la trama xD)
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AVISO: -Leer con precaución: Este capítulo contiene lenguaje explícito y LEMON ligero-
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De su parte tenía sentimientos encontrados mientras era empujado por sus ebrios contemporáneos hacia el centro del círculo de baile del que no sabía cómo había acabado atrapado, el alcohol lo hacía sentir confundido, quizás era la primera vez en su vida que no sentía el control total de sus acciones y no le importaba lo cual muy en el fondo le daba una pizca de decepción sobre sí mismo con un atisbo de satisfacción, también se sentía el hipócrita más grande de la historia por las imágenes mentales que tenía ahora mismo de Sakura Haruno dándole sexo oral, pero suplantando aquellos sentimientos se sentía traicionado.
Dirigió su mirada irritada hacia los dos personajes que ingresaban al salón después de compartir un cigarrillo y un baile en el exterior, muertos de risa y ella colgándose de su brazo como si los acontecimientos hace una hora jamás hubieran ocurrido y él simplemente no existiera.
Bebió de golpe del vaso de whisky que nerviosamente le ofreció un mozo sintiendo el aura asesina escapando por cada poro de su cuerpo.
Ni siquiera sabía que Sakura aún fumaba.
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Momentos antes…
Llegó a la sala con la camisa al revés marcada con labial rojo en el cuello, el saco mal puesto y el pelo más revuelto de lo usual intentando aparentar sobriedad cosa que no le resultó en absoluto pero en pro de su estabilidad mental quienes se percataron de su presencia prefirieron hacer de la vista gorda, Izumi e Itachi se abstuvieron de hacer bromas al respecto, preguntarle a Sasuke Uchiha con quien se había estado revolcando la última hora se volvió un pequeño tabú, un misterio sin resolver del cual intuían la respuesta pero era mejor no pensar demasiado en eso porque la imaginación era muy traicionera.
Como un buen hermano mayor Itachi Uchiha tiró de él al baño más cercano sin que sus padres se dieran cuenta, le ayudó a acomodarse la ropa y con ayuda de un poco de vodka, el ingenio de Izumi y un pañito húmedo de su hijo lograron disimular un poco el rastro de labial en el cuello de la camisa y el perfume femenino impregnado en su ropa, Izumi le arregló un poco el cabello con una pequeña peinilla que siempre traía en su bolsa y lo empujaron fuera del baño aprovechando que las luces fueron apagadas y reemplazadas por pequeñas luces de colores y la bola disco sobre la pista al puro estilo de una discoteca de los ochentas.
Oficialmente las formalidades terminaron y todos los invitados más jóvenes podían divertirse "a sus anchas" porque por supuesto sus acciones no eran ni la mitad de descabelladas que en sus fiestas reales y eso era un secreto a voces, pero la temática ochentera del after parecía agradar a todos los presentes que ignorando quienes eran los lunes por la mañana simplemente bailaban compartiendo un buen momento con la familia y los amigos.
Sasuke se acercó a paso lento, mareado por las luces, deseaba haber vomitado un poco para liberar el exceso de alcohol de su sistema, pero eso habría sido demasiado humillante en presencia de Itachi y su cuñada, inesperadamente abrazó a su madre felicitándola por el compromiso, cosa que jamás habría hecho estando sobrio.
- ¿Sasuke? Hijo, pero ¿qué te han hecho? – Mikoto se horrorizó contemplando el tambaleante cuerpo del menor de sus hijos y eso que no le había visto en cuanto llegó, y ella que pensaba que Sasuke era el más serio de los dos, suspiró profundamente dejando salir con el aire su pequeña decepción, siendo posiblemente la única persona que no había bebido de más, no sabía que estaba pasando con todos esa noche, la felicidad por el compromiso parecía haber dado excusa a todo el mundo para excederse en todo sentido.
No le pasó desapercibido el conocido perfume femenino mezclado con alcohol que desprendía su hijo, pero prefirió guardar el secreto y le acomodó el cabello maternalmente.
-Siempre me dices que debo divertirme más seguido, bueno, me estoy divirtiendo- su semblante inexpresivo y su tono enfadado no concordaba con sus palabras y pronto una bolita de jóvenes liderada por Naruto e Ino se acercó tirando de él hacia la pista de baile.
-Ve a bailar un poco cariño, diviértete con tus amigos- le sonrió amorosamente y apretando sus manos un poco preocupada, pero comprendía que Sasuke era un adulto y tal vez si debía dejar pasar el regaño por esta vez y verle el lado positivo a la inesperada y alucinante situación, le dio suave empujoncito y les vio alejarse.
Su hijo tenía derecho a disfrutar del descontrol de una fiesta por una vez en su vida, ella también fue joven, lo entendía de todos modos así fue como Itachi llegó a su vida, aunque posiblemente no recordaría nada por la mañana o le recriminaría haberle permitido hacer "tal ridículo" cuando vea los videos en las redes sociales de sus amigos, pero sonrió cuando lo vio por primera vez dar torpes pasos de baile instruido por un risueño Naruto y su pelirroja madre que también era madrina de Sasuke.
Regresar a casa no había sido una mala idea al final, se arrepentía como madre de no haber tomado esa decisión mucho antes, pero sonrió porque aún no era demasiado tarde, la llenaba de felicidad ver como su hijo se relacionaba con sus amigos de la infancia como si los años no hubieran pasado, incluso si estaba más ebrio que otra cosa.
Suspiró acercándose a su prometido que le hacía señales de ayuda desde la pista siendo arrastrado por Mebuki y Kizashi a bailar I Will Survive de Gloria Gaynor como en los viejos tiempos, trayendo a su mente recuerdos de juventud involucrando esa misma canción y rio sinceramente contagiada por el ambiente, no era momento para arrepentimientos y tristezas, era momento de mirar hacia el futuro y ser feliz, sobreviviría.
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Desde la pista de baile siendo sometido a una tortura por parte de su madrina y el rubio cerebro de chícharo que se hacía llamar su amigo fijó su mirada en un borrón rojo que bailaba animadamente balanceando un vaso sobre su cabeza con Yamanaka y su séquito aplaudiéndole como a un payaso de circo.
Sasuke no pudo contener la risa esta vez por su pensamiento, afortunadamente opacado por la música pero Naruto llegó a percatarse acompañándole a reír estruendosamente después de seguir la línea de su mirada, tiró de su saco arrastrándolo con él hasta donde estaban el idiota Akasuna y el resto de tontos haciendo el ridículo.
La sensación de ser apuñalado por la espalda lo acechó profundamente, afiló su mirada y su juicio cayó sobre Kizashi Haruno, un hombre que aparentemente siempre le había estimado como "un hijo" y gruñó internamente cuando le vio quitar el vaso de la cabeza de Sasori e intentar balancearlo sobre su propia puntiaguda cabeza, fracasando (obviamente) en el intento, ambos rieron abiertamente como dos colegas de toda la vida y el hombre mayor le rodeo con el brazo sin dejar de reír hablando de cómo Sasori era mucho más carismático y relajado que su estirado padre mientras aceptaban otro trago servido por un mozo cercano y chocaban las copas con completa camaradería. Mebuki Haruno se acercó radiante hacia su esposo y su "encantador" posible "yerno" con bocadillos para ambos, le trataban como si ya fuera de la familia y le conocían hace menos de cuatro horas, culpen al maldito alcohol que se servía como si la fiesta fuera una jodida cantina.
¿Qué diantres le pasa a esta gente? Se preguntó fastidiado.
Los tenía comiendo de su mano.
Maldito sea el momento en el que Akasuna apareció, pero ¿Por qué? ¿Por qué le desagradaba tanto si a él también le convenía tenerlo como aliado en los negocios? ¿Por qué estaba dándole tanta importancia? ¿Por Sakura? ¿Por reventar el alcoholímetro? ¿Se estaba volviendo loco? O ¿Sakura le había drogado con el whisky?
Sin darse cuenta se quedó perdido en sus pensamientos con la mirada fija en un punto inexacto y con expresión ausente apretando con fuerza el vaso de licor.
-Si sigues apretando así ese vaso con esa cara de idiota te vas a joder la mano, teme- Naruto hacía el baile del pollo a su alrededor con una canción de Bee Gees sonando de fondo y repentinamente sintió pena ajena y el miedo a verse así de patético le invadió deseando retirarse de ese lugar y esconderse en su oficina obedeciendo a su verdadera naturaleza.
Relajó su mano intentando verse menos obvio.
- ¿Estás celoso? – le picó- La madre de Sakura dijo que Sasori es un encanto y que puede pretender a Sakura abiertamente porque será un yerno excelente- pronunció con maldad impregnada en su ebria voz.
Por supuesto eso era una vil mentira, no podía ser cierto, sabía que esa mujer casaría a Sakura a la fuerza con él si era necesario y por eso nunca le había preocupado la competencia.
¿Qué mierda estaba pensando?
Sasuke le golpeó en las costillas creciendo su aura asesina y le vació el contenido del vaso en la cabeza dejando de mala gana el vaso sobre una mesa cercana y alejándose a pasos agigantados de Naruto.
Ahora sí que no estaba de humor y menos sintiendo asco de sus propios pensamientos de ebrio.
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La mirada de Sasuke sobre ellos cuando algunos de los invitados les recibieron con aplausos y felicitaciones por la pequeña performance que habían dado con Part-Time Lover la hizo sentir ligeramente intimidada, pero no sabía con que cara mirarle ahora y eso que estaba lo suficientemente ebria como para no sentir demasiada vergüenza, los recuerdos de sus casi silenciosos suspiros y gemidos masculinos mientras se llevaba su miembro a la boca succionándolo imbuida en erotismo nadaban frescos en su mente encendiendo el calor en sus mejillas, no volvería a ver su cama con los mismos ojos, las luces de colores y el alcohol disimularon su encogimiento sin saber si soltarse de Sasori e ir con Sasuke o si seguir aparentando que nada ocurrió refugiándose en la presencia del Akasuna era lo correcto o no.
No quería ser tan obvia y tampoco verse tan zorra haciendo sentir a Sasuke que todo lo que dijo e hizo era insignificante, es solo que aún estaba intentando procesar los acontecimientos, a fin de cuentas se suponía que Sasori era su invitado, claro, no era su culpa haber acaparado la atención de las hienas y que por fin en el calor de la fiesta le hayan dejado embriagarse en paz con sus conocidos, por supuesto ninguno de los presentes tenía la mente tan descolocada como ella o Sasuke pero le llegaba lo suficiente como para que no puedan distinguir su propia sobriedad, así que no tendría que preocuparse por la suya.
Vio a sus padres enfrascados en su baile disco siendo los buenos anfitriones que siempre eran llevándose las risas, aplausos y vitoreos de quienes aún quedaban presentes, cabe destacar la fiesta oficial había terminado y ahora solo quedaba la parte divertida "el after" que por supuesto era dominado por los menores de treinta, le sorprendió ver a la novia de la noche y su prometido bailar como dos adolescentes enamorados acompañando la coreografía improvisada de sus padres.
En toda su vida, era la primera vez que veía a Fugaku Uchiha bailar y eso por alguna razón le alegraba, le llenaba los ojos de lágrimas de felicidad, el alcohol la ponía demasiado sensible.
Asintió satisfecha con el panorama y entre risas sin querer dejando a Sasori en segundo plano y se dirigió hacia donde estaba el pequeño grupo de personas bailando para unirse gritando.
¡QUE VIVA EL AMOR MALDITA SEA!
Los presentes correspondieron al grito eufórico de la pelirrosa entre aplausos, más gritos y felicitaciones hacia la pareja principal de la noche, en medio de la celebración en honor al amor eterno el DJ comenzó a tocar una canción lenta y pronto las parejas comenzaron a juntarse como tórtolos en verano.
No supo si era el alcohol, o la decepción que arrastraba internamente, en serio amaba ver la felicidad de quienes amaba, amaba verlos amar, porque el amor tiene muchas formas pero al mismo tiempo se preguntaba cuando llegaría su momento, ese momento en el que alguien realmente la ame, le tome de la mano y la lleve a la pista de baile con una sonrisa tonta, ese momento en que la contemplen con infinito amor en la mirada como se miraban sus padres o los Uchihas, o los padres de Naruto o Ino y Sai… Incluso Neji y Tenten bailaban sonrojados tiernamente, levantó una copa de vino que robó de una mesa brindando al aire.
Dos chicos en la misma sala se la querían coger, pero ninguno la amaba y eso le hacía sentir que había un problema con ella. ¿Era por su apariencia? ¿Le consideraban una belleza exótica? ¿Era parde de un juego de cartas coleccionables para los hombres? ¿Era su actitud? ¿Solo les gustaba su cuerpo?
¿Estaba siendo una chica fácil?
Venga, era consciente de que no era una santa y que cuando bebía pasaba de todo y sufría las consecuencias y la culpa por sus acciones mientras pasaba la resaca, pero en serio ¿Estaba tan mal? ¿Los cielos la castigaban por comportarse de forma promiscua cuando bebía en sus últimas borracheras?
Bah si un hombre hace lo mismo no se lo piensa tanto.
Y bueno… a estas alturas no le quedaba duda de que a Sasuke le gustaba, le gustaba al menos sexualmente y eso era dar un paso ¿verdad?
-Y que viva el amor…- repitió para sí misma bebiendo de la copa hasta el fondo, se deprimió repentinamente.
Definitivamente, la noche más inolvidable de su vida hasta el momento y no precisamente en el buen sentido.
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Perdida en sus pensamientos sobre la promiscuidad y el amor no notó la mano que le era extendida en forma de invitación a bailar hasta que esta le sacudió del hombro suavemente sacándola de su mundo interior.
-No hemos tenido la oportunidad de bailar esta noche y no quiero volver a casa con el sentimiento de que me faltó cumplir con el objetivo que me trajo aquí en primer lugar- le sonrió como solo él sabía hacerlo y su despeinada cabeza pelirroja se sacudió negando con gracia cuando ella le miró confundida.
-Perdón… en serio he bebido demasiado-pronunció torpemente entrecerrando la mirada para enfocarlo mejor.
Sakura respiró profundo para despejarse un poco, estirando los brazos sobre la cabeza como acostumbraba a hacer cuando se embriagaba demasiado y Sasori rio ya conociendo el motivo de sus gestos que pronto le invadieron la mente de buenos recuerdos sobre ella y su risa eufórica, sus bailes alocados y sus comentarios graciosos sobre los demás mientras conversaban en un rincón en medio de cualquier fiesta de piso.
De algún modo desconocido Sasori Akasuna empezaba a extrañar Londres, no su clima lluvioso ni sus calles antiguas, la extrañaba a ella, extrañaba tenerla para él en su propio pequeño mundo lluvioso brillando como un rayo de luz, cada vez que la veía y pasaban tiempo juntos se prometía que esa cálida sensación de estar en su cercanía se iría al aterrizar el avión.
Pero aún estaba ahí.
Con esos pensamientos en mente tomó su mano delicadamente guiándola hacia la pista de baile con una sonrisa sincera y una mirada indescifrable que esta vez le supo a despedida, notó como ella se dejaba guiar sumergida en sus pozos avellana, todo comenzó a desaparecer a su alrededor cuando se dejó envolver por esos dos jades que tenía por ojos, ella lograba ese efecto en él, ahora solo estaban los dos en un universo propio otra vez.
Se aferró a su cintura seducido por la magia del ambiente, ella rio abiertamente tan divertida como en sus recuerdos y ajena a sus melancólicos pensamientos sobre "su último vals" enredando los brazos alrededor de su cuello y juntando las manos en su nuca, le acarició suavemente los cabellos de esa zona con sus dedos mirándole sin mirarle con una amplia sonrisa embriagada pintada en la cara.
Podría sentir su cariño impregnado en cada acción, escapando por cada poro de su cuerpo.
Sintió ganas de reír por verla en ese estado, ni siquiera en Londres la había visto caer tan bajo ¿Qué pasó para que ella haya decidido perder el control por completo e intoxicarse de ese modo? Le sonrió con sinceridad y cerró la distancia entre sus cuerpos rodeándola en un abrazo conciliador que ella correspondió escondiendo la cabeza en el hueco de su cuello sin dejar de moverse lentamente por la pista dejándose llevar por la música.
Suspiró profundamente dejándose embriagar por el olor de su perfume, alcohol y tabaco que le hacía sentir viciado y sosegado. Sakura era lo único bueno que había aparecido en su vida en años, le había costado aceptar que su amistad en poco tiempo llegó a ser más significativa y constructiva que muchas otras cosas y personas, él como todos también tenía un pasado por el cual responder, pero le gustaba haber encontrado en ella un abrazo sincero, calor y esperanza.
Se vició a ese juego de romance, las idas y venidas con Sakura, las discusiones amistosas y tonterías de medianoche, los tragos, las caminatas, las conversaciones profundas, las bromas, las lágrimas, su tierna compañía, su personalidad alternativa que surgía cuando se embriagaba y que lo divertía tanto, siempre advertía no jugar con fuego y ahora él era quien se estaba quemando, ella se metió a su mente por sus pupilas y se quedó grabada en su alma como un tatuaje.
Comenzaba a hacerle falta y no entendía por qué, si sabía que no la volvería a ver después de la fiesta.
Entonces ¿Por qué en el fondo sentía que le dolía tener que cederla? En el fondo la punzada de saber que, aunque se atreviera a luchar, incluso si se rendía a esa emoción que lo asfixiaba desde que regresó a Japón y dejó de tenerla cerca durante un par de días, cada que ella se instalaba en sus pensamientos sentía deseos de mandar todo al diablo, pero estaba esa punzada, esa que le recordaba que ella nunca sería para él.
Lo sabía, pero ella no.
Sakura no sabía que su corazón ya había elegido.
Pero solo esa noche, se permitiría ausentarse de la realidad, difuminó los pensamientos intrusivos a la par que ella se separaba ligeramente para mirarle a los ojos, ella tenía la mirada perdida y los ojos ligeramente entrecerrados como si le mirara pero estuviera mirando a alguien más, como si estuviera a punto de dormirse y a la vez le observara embelesada muy dentro de su alma, pero sabía en ese rincón apartado de su mente que normalmente ignoraba, que sus intoxicados pensamientos no estaban con él, aun así juntó su frente con la femenina y cerró los ojos mezclando sus alientos sin que sus pies detuvieran su suave compás y selló su distancia en un beso lento, uno diferente a todos los besos que se habían dado antes que no fueron pocos.
Fue ella quien profundizó el beso aferrándose con más comodidad a su nuca sin variar el ritmo, correspondió a su beso despacio transmitiéndole un amor que no le pertenecía, pero guardaría como un secreto, sabía que para este momento todas las miradas estaban en ellos, pero al diablo lo que pensaran los demás.
-Yo… perdóname, Sasori- pronunció casi inaudiblemente muy cerca de sus labios- pero aún hay cosas que necesito resolver- completó más para si misma que para él.
Le sorprendió que ella estuviera consciente de su presencia y le identificara y cuando se encontró con sus ojos nuevamente se dio cuenta de que, si le miraban a él, pero su mirada cargada de cariño mientras descendía de su nuca a su mejilla en una suave caricia llena de calidez solo expresaba eso.
Cariño
un poco de confusión,
Y un amargo pero pacífico adiós.
Esta vez fue ella quien sin apartar la mano de su mejilla depositó un pequeño beso sobre sus labios, apenas rozándolos, una caricia casi infantil pero única y le sonrió como solo ella sabía hacerlo cuando estaba tan ebria que apenas podía sostenerse en pie, suspiró profundamente y le revolvió los rosados cabellos.
-Mi casa está muy lejos de aquí y debo conducir bastante, Sakura- comenzó a decirle mientras la canción entraba en sus notas finales y con ello su pieza de baile- así que tengo que irme ya, pero ¿sabes? Ha sido la mejor fiesta a la que he asistido en años- rio suavemente y ella giró sobre sus pies sin soltar su mano riendo con él, él la ayudó divertido al verla brillar de esa forma nostálgica tan suya.
-Comprendo…- le dijo con la mirada perdida- ve con cuidado y vuelve pronto- rio y volvió a mirarle nuevamente con esos ojos ausentes.
Terminaron el baile riendo juntos sin soltarse de las manos y no se hicieron esperar los amigos más íntimos de Sakura y sus padres acercándose a ellos apresurados para cuestionar y felicitar la escenita del beso que armaron rodeándolos en una pequeña bolita de personas.
Ya encontrarían una justificación válida para lo que presenciaron.
•••
El fuerte agarre sobre su muñeca era insuficiente, pero proviniendo de su madre y en su estado de ebriedad no había mucho que pueda hacer para soltarse.
Lo vio besarla tan profundamente que sintió unas irrefrenables ganas de estampar sus puños en su odiosa cara de niño bonito y previendo sus intenciones su madre se apresuró a sujetarlo de la muñeca, pronto tenía a Itachi y a Naruto sobre el sujetándole también mientras forcejeaba un poco fuera de sí, afortunadamente la música era lo suficientemente fuerte, su mesa estaba lo suficientemente lejos y el salón lo suficientemente oscuro como para que Sakura no notara que gritaba su nombre como un tarado.
- ¡SAKURA! - volvió a llamar inútilmente, Izumi le cubrió la boca con la mano y los cuatro tiraron de él apartándole de la pista hacia las mesas siendo seguidos de cerca por su madre que le lanzo una mirada a su padre que ya se acercaba a paso rápido diciéndole "cúbrenos".
Itachi y Naruto haciendo alarde de estar más conscientes lo obligaron a sentarse en una de las sillas en un rincón apartado con Izumi aun ahogándolo porque le estaba cubriendo la nariz, sintió su estómago retorcerse por la ira y la decepción y unas fuertes ganas de vomitar.
Oh... vomitar...
Ahora si que necesitaba vomitar.
Se levantó abruptamente asustando a todos y corrió hacia el baño más cercano cubriéndose la boca con fuerza.
-si llego, llego… venga… llego- Pensó desesperado.
Se aferró a la taza del sanitario del baño de mujeres como si su vida dependiera de ello mientras devolvía todo el contenido de su estómago sintiendo como su alma escapaba en el proceso.
No volvería a beber jamás.
Y menos con Sakura.
Nunca.
Ino, que estaba retocando su labial tranquilamente coqueteando hacia su reflejo en el espejo dio un salto en su sitio por el susto de ver entrar a Sasuke corriendo una maratón para llegar al primer sanitario disponible y casi sumergir su cabeza en el lustroso retrete y un segundo después a su hermano mayor dándole apoyo moral mientras el pelinegro menor se ahogaba en su propio vomito, a Izumi sacar apresuradamente los pañitos húmedos de su bolso para intentar limpiarle en algún momento, a la madre de ambos al borde de las lágrimas pidiendo que llamen a una ambulancia y a Naruto ahogándose de risa grabando todo con su móvil y se preguntó seriamente si lo que estaba viendo era real o si se había desmayado por ahí y todo era un sueño.
Como sea se acercó a Mikoto Uchiha para consolarla diciéndole que Sasuke solo se había pasado de copas, que estaría bien cuando terminara de devolver todo y así guiarla fuera del baño lejos de la asquerosa escena hacia la barra para buscar agua para el primer guerrero caído de la noche.
Sasuke seguía lo suficientemente ebrio como para no sentirse tan humillado como se sentiría al recordar esto.
Si es que lo recordaba.
Itachi se encargaría de recordárselo el resto de su miserable vida de todos modos.
Se sentó respirando agitado sintiendo sus ojos pesados por el cansancio, extrañamente pudo sentir con claridad como su cuerpo se apagaba parte por parte, sus piernas, sus brazos, su cabeza y todo repentinamente se volvió negro, lo último que escuchó fue una de las frases más cliché de las películas de acción.
-¡No te duermas Sasuke!- exclamó Itachi casi con desesperación por ver a su hermano caer K.O.
Aun más patéticamente, en su primera borrachera.
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La fiesta terminó cerca de las 3 AM entre risas y promesas de repetir la experiencia en otra ocasión especial, a diferencia de todos quienes quedaban presentes él no estaba dispuesto a llamar al chofer de su familia para que viniera a recogerle a esas horas, principalmente porque ni siquiera quería ir a la residencia en Tokio de sus padres pero las llaves de su coche habían sido secuestradas por los señores Haruno negándose rotundamente a dejarlo conducir a esas horas habiendo bebido insistiendo en su seguridad y le ofrecieron una habitación y una muda de ropa para descansar en la enorme casa, se negó aludiendo que no quería abusar de su hospitalidad pero por supuesto esa excusa no funcionó y acabó siendo casi arrastrado a la casa por Mebuki Haruno mientras el señor Haruno cargaba a Sakura dormida en sus brazos, finalmente hacia el final de la fiesta se había quedado noqueada en una de las mesas.
Así que ahí estaba a las 6 AM aún con el traje, sin poder dormir y bebiendo un vaso de agua en la cocina de los Haruno después de haber terminado con una jarra llena que le había dejado la amable señora Haruno antes de retirarse deseándole buenas noches, pensando en cómo haría para escabullirse a su casa sin verse como un hijo de perra maleducado, no es que no quisiera despedirse de Sakura, es que ya lo había hecho y esperaba que ella entendiera que así estaban mejor.
Y hablando de la reina de Roma.
- ¿Sasori? – Se sorprendió frenando a raya su paso en el umbral de la cocina - ¿Te quedas a dormir? - preguntó acercándose pasada sus impresión inicial y se sirvió un vaso con agua bebiendo de él casi con necesidad.
Se encogió de hombros relajando su postura – dijeron que no permitirían a su yerno conducir en ese estado, aunque ciertamente bebí mucho menos, pero preferí no discutir ¿Te encuentras mejor?- vio su cabeza pelirosa sacudirse con suavidad en una negativa.
-Mis padres no tienen remedio- negó- estoy mucho mejor, llevo al menos una hora vomitando, me siento un desastre- le sonrió casi sin ganas - ¿Tu cómo te sientes?
Esa pregunta tenía varias implicaciones y Sasori muy dentro de si lo sabía, ella le miraba intensamente con sus ojos fijos en los suyos y ahí estaba otra vez ese molesto sentimiento que lo elevaba y lo estrellaba, era casi un castigo verla de ese modo. Hacía frío pero Sakura no parecía percatarse de ello a pesar de que llevaba un corto camisón que a penas le cubría la mitad de los muslos por los que paseo sus ojos sin reparo ni vergüenza, ella se sonrojó siguiendo la dirección de sus ojos y el le sonrió de medio lado como siempre.
Le gustaba Sakura, le gustaba desde el primer momento en el que sus ojos verdes aparecieron en su campo de visión, nunca lo había negado y nunca lo haría.
¿Tú cómo te sientes?
Su voz resonó en su cabeza como un fantasma, aunque la tenía en frente esperando por una respuesta, con su mirada expectante sobre él, esa mirada capaz de derribar muros que llevaron años de construcción, esa mirada que le hacía promesas en silencio a cambio de algo que sabía que no podía darle.
¿Ella estaría dispuesta a esperarle?
-Me estoy volviendo loco, Sakura- su voz salió seca y resignada, se ganó una mirada melancólica de parte de su acompañante que como siempre solía hacer se acercó para abrazarle acariciando con suavidad su espalda dándole consuelo.
Ya no podía mentirse más a si mismo, por supuesto que ella le hacía sentir algo, el qué no estaba seguro, pero era especial y no podía quitárselo de la cabeza ni del pecho.
Un sentimiento cálido que le abrigaba y le relajaba como dormir la siesta cerca de la chimenea en medio de una nevada, ella le daba el refugio y el consuelo que hubo necesitado un día pero que en su adultez comenzó a sentir innecesario y ahora tampoco requería recurrir a su fachada con ella, inspiró profundamente de su cabello inundando sus pulmones del perfume floral que desprendía como si fuera la última vez.
Algo hizo un cortocircuito en su mente y dejó de pensar, estaba harto de encerrarse en sus pensamientos, así que cedió al lujo de permitir que su cuerpo haga lo que deseaba realmente, aferró sus brazos a la cintura femenina y levantó su rostro para mirarla fijamente a los ojos, recibiendo una mirada dubitativa en respuesta.
La besó en los labios ligeramente entreabiertos con delicadeza, consintiendo a los sentimientos que le quemaban por dentro cada vez que respiraban el mismo aire, se separaron para recuperar el oxígeno en completo silencio solo el sonido de las hojas de los arbustos exteriores rozando con el cristal de la ventana les hacía compañía, se fundió con ella en un mar de caricias, dejó a sus manos deleitarse recorriendo la suave piel de sus brazos, sin dejar de besarse la llevó hasta que su espalda tocó la encimera, profundizaron el beso y sus lenguas iniciaron una danza conocida, ella le acarició las mejillas apegando más sus rostros si era posible, le correspondía con el mismo ímpetu solo dejándose llevar por el momento, volvieron a separarse y aprovechando la nula distancia rozó la punta de su nariz con la de ella en un gesto cargado de sentimientos encontrados depositando pequeños besos suaves sobre sus labios.
Se quedaron así unos breves segundos con sus frentes juntas respirando agitadamente entremezclando sus alientos, ambos sabían lo que seguía.
Sakura caminó en silencio por el pasillo y subió las escaleras hasta su habitación, le alcanzó el paso y volvieron a besarse esta vez con pasión, impregnó todo su deseo en ese beso, la acorraló contra la puerta pero la abrió con su mano libre casi cayendo ambos en el proceso.
Sakura rio suavemente por el tropezón y él cerró la puerta con el pie devolviéndole la sonrisa y volteo un segundo para ponerle el pestillo a la puerta, inspiró profundamente tomando aire, casi preparándose mentalmente para lo que tanto deseaba hacer, al voltear nuevamente hacia ella la vio parada al pie de la cama, pudo ver por la luz tenue que se colaba entre las cortinas que ella le sonreía suavemente y extendió su mano hacia el invitándole a reunirse.
Le tomó la mano depositando un pequeño beso en su dorso antes de acariciarle las mejillas con ambas manos sosteniendo su rostro entre sus manos delicadamente y mirarla fijamente con sus grandes ojos avellana como si estuviera grabándose cada detalle de su rostro sonrojado y sutilmente iluminado en la memoria.
Ella se puso de puntitas para robarle un tierno beso que el profundizó sin variar la lentitud de su ritmo, entre besos, caricias y suspiros en medio del silencio, ella se sentó sobre el colchón, deslizando sus manos por debajo de la tela del camisón retirándolo lentamente sin despegar en ningún momento la mirada de Sasori que se quitaba la camisa dejando caer las prendas del traje a sus pies, ella desabrochó el cinturón y tiro hacia debajo de sus pantalones llevándose su ropa interior en el proceso.
Terminó de quitarse todo y la empujó sobre el colchón posicionándose sobre ella descendiendo con húmedos besos por todo su cuerpo, la pasión se desbordaba, escuchó los gemidos aflorar de su garganta con delicadeza.
Sasori nunca en su vida se había mostrado así de frágil con ninguna mujer, pero esto era diferente, la acariciaba con una delicadeza que no creyó posible emergiendo de sus manos, sus suspiros eróticos en la oscuridad sonaban lejanos como psicofonías reproduciéndose dentro de su mente, envolviéndolo en el momento, estaba hipnotizado con el vaivén de sus caderas sobre su regazo mientras repartía besos húmedos, se entretenía besando, lamiendo y succionando cada rincón de su cuerpo embriagado de placer, la tenía justo donde la había querido desde el primer momento en que la vio y aún así esto era diferente, sin abandonar sus labios embriagado por el placer se posicionó sobre ella entre sus piernas entrando nuevamente de una sola estocada iniciando un vaivén casi frenético y profundo, podía verla enloquecer, se aferraba a su espalda mordiéndose los labios para no gritar de placer, sentía la sal del sudor en su piel escocerle ligeramente los pequeños rasguños que provocaba Sakura al enterrarle las uñas involuntariamente.
Siempre había una primera vez para todo, incluso para ser transparente, no se arrepentía de ponerse en piloto automático y sabía que Sakura tampoco, ella al igual que él había deseado esto desde hace mucho, se lo hacía saber con sus caricias, con sus miradas inadvertidas, con el calor que le regalaba en sus besos y que daban algo de luz a los retazos que quedaban de su corazón devolviéndole la esperanza de vida, se había acostado con cuanta mujer se le abriera de piernas, sabía donde tocarlas, cómo satisfacerlas pero con Sakura todo era diferente, era la única persona con quien sentía que estaba haciendo el amor, era la primera vez que disfrutaba de cada caricia a consciencia, grabando en sus manos la sensación de cada fragmento de su cuerpo al tocarla, recordaría el resto de su vida el sabor, el olor y la sensación que le transmitía su cuerpo al temblar de placer bajo el suyo, su respiración agitada y las palabras que susurraba en su oído regando besos entre promesas de permanecer, aunque sabía que no eran ciertas y que ella también se desvanecería con el tiempo como todo lo bueno que alguna vez hubo en su vida y quería protegerla.
Por eso la acariciaba como si nunca más pudiera verla otra vez, como si fuese a morir mañana mismo.
-Ah.. ah… Sa-sasori… - los gemidos escaparon por su garganta irrefrenables estando ambos en el climax del placer, sintió las pulsaciones de sus paredes envolver su miembro mientras ella se derretía en sus manos elevada por el orgasmo que inundaba todos sus sentidos y se corrió en su interior llenándola sin pensar en las consecuencias, pero en medio de la nube de placer que los envolvía simplemente cayó rendido a su lado, ella se acurrucó en su pecho y el envolvió los brazos alrededor de su cuerpo sin decir una palabra, pronto sintió la respiración acompasada de Sakura que le indicaba que se había quedado profundamente dormida, le acarició sus rosados cabellos con extrema delicadeza para no despertarla de su sueño, se veía exhausta y relajada.
-Te quiero, Sakura- susurró en la oscuridad removiendo unos cabellos rebeldes de su rostro y depositando un suave beso en su sien- no sabes cuánto.
Se acurrucó con ella un momento más disfrutando de la cercanía y el calor que le transfería su pequeño cuerpo hasta que los primeros rayos de sol comenzaron a asomarse entre las nubes.
¿Era tan injusto que pudiera disfrutar de esto el resto de su vida? Sabía que dependía únicamente de él decidir ser feliz, pero no quería que la felicidad de Sakura pendiera de un mero experimento suyo, en ese caso elegía dejarla ir porque, aunque conservaría por la eternidad el recuerdo de su cuerpo estremeciéndose mientras le hacía el amor como a nadie, porque aunque la quería su corazón sabía que él no era la persona que podía darle el amor que Sakura estaba esperando.
Se vistió sin dejar de contemplarla dormir una última vez antes de tomar sus cosas y marcharse en silencio, dejando en manos de una jovencita que ayudaba con la limpieza el mensaje de agradecimiento hacia los Haruno excusando su pronto retiro con tener que apresurarse al hospital para ver a su madre.
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Antes de caer por completo en la locura de sus instintos más bajos la invadió brevemente la culpa por lo que estaba haciendo mientras Sasori le hacía el amor como estaba segura no lo había hecho con ninguna otra mujer antes y del mismo modo sintiendo que jamás en su vida un hombre la había tratado de esa manera en la cama, se sentía satisfecha, plena y en cuanto la puerta se cerró en un sonido seco se incorporó en la cama buscando su camisón para cubrirse del frío con algo sintiéndose repentinamente triste y vacía pero no comparable con el vacío que dejó Sasori en la habitación que era palpable y se levantó caminando hacia el balcón para ver su coche salir por el gran portón principal y alejarse en la carretera, casi pudo sentir sus ojos avellana mirándola con anhelo por el retrovisor antes de perderse en el horizonte y la bruma de la mañana.
Pero no se arrepintió de nada, sus desordenados sentimientos simplemente no concordaban, como un zombie solo se tumbó en la cama y se acurrucó entre las mantas cubriéndose hasta la cabeza, los ojos le picaban en las lagrimas que se negaba a derramar, por supuesto que le dolía la despedida porque ni siquiera entendía por qué, si tenía sentimientos por ella ¿Por qué no luchar?
¿Se estaba dando por vencido sin pelear?
Y por qué ella maldita perra egoísta estaba deseando internamente que él luchara por ella cuando sabía perfectamente que era un juego que ambos podían perder, sabía que no era la primera ni la última persona en tener sentimientos por dos hombres al mismo tiempo sin poder aclararse consigo misma en el corto plazo, pero eso no le daba derecho a poner la decisión en ellos, era ella quien tenía que ser consciente de sus sentimientos a pesar de que se había dicho a ella misma que no estaba en un momento de su vida en el cual pueda si quiera plantearse tener una relación, estaba a penas floreciendo después de vivir reducida en su capullo tras una relación fracasada y tormentosa, había amado a Sasuke con toda su alma y los vestigios de esos sentimientos que creía enterrados habían despertado con solo un primer abrazo,
Horas después la espina de la culpa no desaparecía y le pinchó la cabeza a la par que las punzadas de la resaca porque al despertar por la tarde lo primero que vio fue un mensaje de WhatsApp de Naruto con el video de Sasuke ahogándose en su propio vómito en el baño de mujeres, todo mientras ella se sentía en la cúspide de su propio romance trágico protagonizando un beso de despedida con Sasori en medio de la pista de baile.
¿Y si le daba un nombre a la obra?
Porque si, lo recordaba, así como recordaba el beso que le dio en la frente justo antes de salir por la puerta a las 7:19 AM murmurando una disculpa y un "te quiero" en la oscuridad dejándola sola y sin ninguna esperanza de volver a saber de él.
Porque lo sabía muy dentro de su alma, que no volvería a saber de Sasori al menos en mucho tiempo.
Suspiró y se resignó, lo tomaría como una señal para comenzar de nuevo, como sea no tenía ganas de levantarse de la cama, pero su cuerpo en serio necesitaba agua corriendo por dentro y por fuera, afortunadamente con la hora que era su madre ya le había dejado una jarra con agua fresca y analgésicos.
Por fortuna no estaba totalmente desnuda, había atinado a ponerse su camisón encima antes de dormirse, pero considerando el estado de la habitación y de la cama estaba segura de que su madre sabía lo que había pasado.
Y le esperaba un discurso moral de al menos dos horas por aquello, lo sorprendente es que no haya acabado en un coma etílico por todo lo que había bebido, y sabía que el discurso moral duraría un día si su madre se enterara de que no solo se acostó con Sasori esa noche si no parcialmente también con Sasuke.
Rio internamente por su hígado joven y entrenado, pero ya no bebería de más, quería conservar ese hígado joven y entrenado.
Algo en su interior se sentía una zorra por lo que había hecho, y algo en su interior le gritaba que aún era joven, soltera y estaba en el derecho de estar confundida y aclararse como le diera la gana.
Pero no tenía idea si realmente estaba involucrando sentimientos ajenos a los suyos y eso era lo que le dolía más, ya había liado con su roto corazón unas cuantas cientas de veces y estaba acostumbrada al dolor así que no quería ser ella quien rompiera un corazón esta vez.
Se quitó el camisón y caminó desnuda hasta el baño preguntándose como no había muerto de hipotermia si había olvidado cerrar la puerta del balcón antes de regresar a la cama y en la habitación estaba helando.
-Ahora si que eres mi "part-time lover" - murmuró para si misma resoplando decepcionada.
Ahora si que no volvería a ver su cama con los mismos ojos.
La puerta del baño se cerró tras su espalda en un suave "toc" y dos pequeñas aves revolotearon juguetonas en el balcón.
La vida continuaba su curso.
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NOTAS DE LA AUTORA
Pfff me costó más terminar este capítulo que los dos anteriores, este creo que es un poquitín más largo que los anteriores, por pocas palabras, en general este pequeño arco fue un poco difícil de narrar pero es uno de mis favoritos por su contexto emocional.
Espero les haya gustado leerlo tanto como a mi escribirlo para ustedes.
Un agradecimiento especial por sus reviews a GinnyGreyman y Yami no Emi.
Me hace muy feliz que les encante la historia y sus comentarios me motivan mucho a continuarla, gracias por todo el apoyo.
Con cariño, Azulen.
