Luces de Neón

Capítulo XII

Negación

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

M por Mature Content – (Lime / Soft Lemmon)

Ooc (Un poco, por el bien de la trama xD)

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AVISO: -Leer con precaución, este capítulo contiene lenguaje explícito-

•••

No recordaba una mierda.

-Sakura por todos los santos ¡Te subiste a una mesa a cantar Applause de Lady Gaga y le gritaste al de las luces que te ponga un puto reflector! -Ino rio aún más fuerte si era posible motivada por el recuerdo que a Sakura no le hizo ni una pizca de gracia.

Había pasado casi una semana de "los acontecimientos" e Ino no dejaba de fastidiarla con eso cada que tenía la oportunidad.

-Cuando dijiste que ibas a recuperar tu vida no pensé que literalmente volverías a ser Sakura en su cumpleaños dieciocho, tienes suerte de que tu madre te bajara de la mesa antes de que se te ocurriera dar un show de striptease ¿Debo celebrarte por llevar cinco días sobria? - la picó.

- ¿Lo dices por ti cuando te desnudaste en la barra cantando Donatella en esa fiesta de la facultad? ¿O te recuerdo como comenzó tu historia de amor con Sai? - contraatacó infructuosamente porque Ino volvió a reír con fuerza teniendo el momento como algo grato.

-Soy tan sexy que ese momento es una bendición para quien haya estado presente, maldición Sakura, sabes que me encanta ese álbum de Gaga - sorbió de su té con un aire delicado y orgulloso como si hubiera hecho una gran proeza.

A veces envidiaba la seguridad que tenía Ino en sí misma.

Sakura suspiró con cansancio espantando de sus recuerdos el casi topless de Ino para darle celos a Sai pero tampoco quería revivir los acontecimientos de esa noche principalmente porque no había vuelto a hablar con Sasuke o Sasori desde ese fatídico momento que recordaba tan fragmentado, gracias a sus amigos whisky, vodka, vino y cerveza.

Definitivamente no volvería a excederse con el alcohol o al menos no con esas mezclas.

-Y bueno... al final ¿Algo nuevo con Sasuke y Sasori? - cuestionó curiosa su mejor amiga.

-Ah… ellos…- desvió la mirada incómoda- Pues Sasori supongo que volvió a Sapporo y Sasuke… Desde que Itachi y su madre se lo llevaron a casa desmayado no he vuelto a saber de él, pero lo entiendo si está enojado- se mordió el labio inferior con nerviosismo repasando mentalmente los sucesos posteriores a la fiesta.

•••

Por fortuna su madre había sido piadosa con su resaca y también había estado muy ocupada todo el día como para darle algo más que una mirada reprobatoria mientras tomaba el desayuno a las cuatro de la tarde quien no estaba teniendo piedad en ese momento era su padre.

-Te acabaste una botella de mi whisky añejado Sakura ¿En qué diantres estabas pensando? ¿Al menos sabías con lo que te estabas atragantando? – regañó.

Kizashi Haruno siempre había sido un hombre calmo, paciente y amoroso con su única hija, pero podía ser severo incluso con ella, en especial cuando se trataba de su exclusivísima colección de botellas, Sakura casi se ahoga al escuchar la pregunta llegando a su mente cosas con las que casi se atraganta por la noche que no eran precisamente líquidas… al menos no al comienzo ¿me entienden? Guiñó un ojo dentro de su cabeza sintiendo como si rompiera una cuarta pared, pero volviendo al tema…

-Lo siento, papá- usó su mejor cara de gato arrepentido buscando ablandar el corazón de su furioso padre, cosa que pareció funcionar parcialmente.

El hombre mayor suavizó su expresión devolviendo la botella ya vacía a la vitrina con un sonoro suspiro resignado y sentándose con parsimonia en la silla detrás de su escritorio rogando paciencia a los cielos, dejó caer una mirada reflexiva sobre su hija que le devolvió la mirada con un gesto que delataba su culpabilidad. Abrió el primer cajón del escritorio sacando de este una cadena de plata que le había regalado él mismo, el broche que llevaba en el cabello la noche anterior y uno de los gemelos de oro blanco de la camisa de Sasuke con el abanico Uchiha acuñado en él que delataba su participación en aquella "travesura".

-Papá puedo explicártelo no es lo que…- no pudo terminar su oración porque fue interrumpida por su padre.

Cielo…-suspiró profundamente buscando durante un par de segundos organizar sus palabras- Hija, soy tu padre y eso no me convierte en dueño ni dictador de la moral o el decoro, me convierte únicamente en tu padre- comenzó su sermón y la miró con una seriedad que pocas veces había usado con ella indicándole con un suave gesto de su mano que se siente en el sofá cosa que Sakura obedeció profundamente avergonzada escuchando con atención- sé que estás… en una edad difícil- reflexionó- yo también tuve tu edad, tu madre tuvo tu edad y todos los mayores que conoces alguna vez tuvimos tu edad y la de Sasuke, pero nunca olvides que siempre debes responsabilizarte por tus acciones, dime Sakura ¿Qué consigues negando lo que es obvio?- rio suavemente como era más típico de él- sé que te avergüenzas de admitirlo ante tu padre por pudor, tal vez sea más fácil hablar de estos temas con Ino o con tu madre, pero yo también soy partícipe de tu formación como ser humano- declaró.

Se había encogido avergonzada con la cara completamente roja e incapaz de mirar a su padre a la cara, sintió la mano del hombre posarse con delicadeza sobre su mano derecha hecha puño impulsándola a mirarlo incómoda, tenía una sonrisa comprensiva y le acarició el cabello antes de continuar hablando y ya no pudo evitar dejar caer las lágrimas de culpa que se habían acumulado en las comisuras de sus ojos con las horas.

-Se que debería darte un regaño más fuerte porque lo que hiciste no estuvo bien, debo admitir que eres astuta. Como tu padre no quiero asumir que lo planeaste, pero hay cámaras en el establo y lo sabes, tal como se ven las cosas, emborrachaste a Sasuke para hacer cosas indecorosas en mi despacho y gracias al cielo no hay cámaras aquí dentro- regañó usando un tono más duro- ¡Eso es un abuso Sakura! Y en serio elijo no pensar que fue al revés porque sé que si hubiera sido al revés probablemente habría desempolvado la escopeta de tu abuelo, Dios, es que ¡No sé en que estabas pensando! - casi se exaltó, pero suspiró profundamente para recoger paciencia del aire masajeando sus sienes antes de continuar.

Sakura se encogió aún más sobre su propio cuerpo deseando que se la trague la tierra, no podía ni quería ni se atrevería a negarlo y aun peor mentir para salvarse.

-Sakura Haruno, tu madre y yo hemos confiado en tu buen juicio desde que eras pequeña y eso te ha vuelto una mujer independiente y capaz de abrirse camino por sí misma y estamos muy orgullosos de la persona en la que te has convertido, pero de vez en cuando cariño todos nos sentimos un poco perdidos y no está mal pedir ayuda cuando eso pasa, sobre todo cuando involucras cosas que nacen aquí- le dio un suave toque con el dedo índice sobre su corazón- sé que no es tu intención lastimar a Sasuke o al chico Akasuna- finalmente lo mencionó- equivocarse es de humanos, hija, si no premeditaste esto pues no hay nada que puedas hacer, ya está hecho y tendrás que pedir disculpas pero eso no te asegura que repararás la situación con ellos, también soy consciente de que eres dueña de tu cuerpo y con quien quieras estar es tu decisión y solo tú tienes la potestad de aceptar o no a la persona que quieras, por eso no voy a juzgarte y nadie tiene derecho de hacerlo, pero hay algo que no es tuyo Sakura y eso son los sentimientos de esos dos chicos y debes respetarlos, no puedes jugar a acostarte con ambos en una misma noche cuando en el fondo intuyes que sienten algo por ti solo porque piensas que hacerlo va a resolverte alguna duda, no funciona así.

La mirada suave de su padre ganaba seriedad y dureza a cada palabra que decía y juró en ese momento que su relación con el alcohol había terminado para siempre, pero su padre continuó el discurso encogiéndola aún más en su sitio si era posible.

-El sexo puede ser solo sexo porque si, disfrutar de tu sexualidad como mujer nunca te volverá una mala persona, pero es diferente cuando involucras tus sentimientos. Definitivamente ese no es un medio para sacarse ninguna espina ¿Qué tratabas de comprobar? Yo lo he visto en los dos, Sasuke estaba muy celoso y Sasori realmente trataba de ganar nuestra confianza, es evidente que ambos sienten algo por ti que no tienen muy claro tampoco, pero les gustas y no es nada malo, es normal en un jovencita tan brillante y hermosa tener muchos pretendientes.

Su mirada perdió dureza y rió un poco, pero Sakura hipó entre sus sollozos reprimidos sintiendo el peso del sermón hundirla, no podía sentirse más humillada y acorralada por escuchar sus verdades, pero su padre se levantó para darle un abrazo de consuelo a pesar de todo.

-Todos nos equivocamos a veces cariño, errar es de humanos, sé que tal vez no reparaste a pensar en si estabas confundiéndolos o confundiéndote más pero no olvides que somos tus padres, te conocemos, te hemos visto crecer, que no nos involucremos en tus decisiones no nos hace menos conscientes de tu entorno y sabemos muy bien que pasó con los dos anoche y aún tendrás que aguantarte el regaño de tu madre en la cena, pero recuerda mi pequeño cerezo que tu madre y yo te enseñamos que no venimos al mundo a destruir si no a construir y construimos dándole a cada cosa el valor que merece y nuestros sentimientos como personas son algo que debemos proteger, no dañar ¿Recuerdas? Lo que hiciste no estuvo bien, pero ya está hecho así que llorar solo te servirá para desahogarte tú, no va a reparar nada.

Asintió incapaz de hablar, se sentía arrepentida y oculta en el amplio pecho protector de su progenitor, él la apretó entre sus brazos como cuando era una niña pequeña y sonrió con cariño acurrucándola cálidamente.

-No caigas en el error de no tomar en serio los sentimientos de los demás solo porque alguien lastimó los tuyos, puedes perder preciosas oportunidades con buenas personas por intentar vengarte de los hombres si eso es lo que estabas pensando- aconsejó paternalmente.

-No es así…- se frotó los ojos limpiando el rastro de lágrimas, aunque no dejasen de caer- De verdad no estoy vengándome de los hombres y tampoco quiero jugar con ellos por resentimiento, no soy así- su padre le sonrió con aprobación- tampoco tenía planeado que las cosas con Sasuke o Sasori pasaran de este modo, solo pasó… Es solo… que cuando volví a ver a Sasuke algo en mi interior… regresó…- explicó pausadamente- y aunque me gusta Sasori y de verdad pensé que podría haber algo entre nosotros y tal vez yo le guste también ahora sé que es algo que no puede ser… Él se ha ido… aunque me dijo que me quería, prefirió irse sin darme una explicación ni una esperanza…- reconoció con la voz quebrada.

Kizashi se llevó una mano al mentón en un gesto reflexivo – Sasori es un chico extraño, se notó que le es difícil hablar de su familia y noté que está siempre muy tenso y buscando aprobación, siempre mirando sobre su hombro…

Se sobresaltó sorprendida por la perspicacia de su padre- ¿Cómo lo notaste? - el hombre mayor rio ante la reacción de su hija.

- ¿Acaso crees que tu viejo padre es solo un tonto que hace chistes malos? No nací ayer - le tiró suavemente del moflete con tono de regaño.

- ¡No es eso! - le apartó la mano comenzando a irritarse, sus lágrimas habían cesado, apretó a su padre aún en medio del abrazo inflando los mofletes de forma infantil- ¿Crees que Sasori y Sasuke estén enojados?

-Si te refieres entre ellos, no lo suficiente como para llegar a luchar a muerte por ti- bromeó- pero es mejor que tomes una decisión sin involucrarlos directamente, no salgas con ambos al mismo tiempo por probar suerte, y no escuches a Ino que te da muy malos consejos.

- ¡Papá! - protestó y por fin rio suavemente soltándose de los brazos de su padre sintiéndose un poco más en calma escuchando la escandalosa risa del mayor.

- y si te refieres a si lo están contigo, pues si por alguna razón se enteran de lo que pasó o decides sincerarte con ambos puede que se enfaden un rato como también podría no importarles… los jóvenes de hoy son tan extraños…- se encogió de hombros restándole importancia- pero si de algo estoy seguro es que decidas lo que decidas no son la clase de chicos que te darían la espalda como amigos por perderse un romance contigo, en especial Sasuke que ha sido nuestro yerno toda la vida- le apretó la nariz cariñosamente- mi cerezo rompecorazones- si me lo preguntas a mí, Sasuke me agrada más, pero la decisión es tuya.

- ¡Papá basta ya! - protestó más fuerte esta vez haciendo una pequeña pataleta mientras su padre reía a sus anchas ahora si permitiéndose burlarse un poco de su única hija.

Internamente imágenes de todas las cosas que vivió que hizo y deshizo en su dolor desde hace meses daban vueltas en su mente logrando que una sensación de paz embargue por completo su pecho porque las palabras de su padre habían calado hondo en su alma y tal vez eso era todo lo que había necesitado escuchar realmente desde hace tanto tiempo, finalmente comenzaba a divisar luz en ese túnel infinito.

-Gracias papá- le dijo bajito antes de dejar el despacho cerrando la puerta suavemente tras su espalda quedándose con la imagen de la sonrisa sincera de su padre sentado tras su escritorio empezando a revisar su papeleo rutinario, una imagen que conservaría como uno de sus recuerdos más importantes con él.

Hay conversaciones que jamás querrías tener con tu padre por lo vergonzosas que son, y sí, deseaba con todas sus fuerzas que se la trague la tierra, pero a fin de cuentas a veces un consejo de papá realmente puede salvarte la vida.

•••

-Bah está bien- Ino le restó importancia al asunto- no van a enojarse contigo por eso, no están en una relación, pueden sentir celos porque ya sabes… Los hombres son competitivos- dijo en un tono desinteresado para restarle importancia soltando una risita por su comentario- pero no pueden reclamarte nada ¿Me entiendes? Sasuke seguramente está avergonzado y encerrado en esa cueva que llama oficina y por eso no te habla y Sasori se despidió de ti ¿no? Sabías que era el fin, el polvo del adiós para sacarse las ganas, solo aclara las cosas con Sasuke y verás que todo estará bien, tú lo arruinaste pues tu debes buscar solucionarlo no puedes esperar a que él te busque primero, equidad querida- aconsejó seriamente.

-Es la primera vez que te escucho decir algo inteligente, cerdita- la abrazó e Ino rodó los ojos irritada por el apodo y la insinuación, pero correspondió a su abrazo amistoso comprensiva de los sentimientos de su amiga pelirosa.

-Lo que tu digas, frente de marquesina- la apretó con cariño para después soltarla y pegarle con una almohada- por decirme cerda.

-Creí que te dolería más que te llame estúpida, pero veo cuáles son tus prioridades- le devolvió el golpe con otra almohada y se tumbaron sobre la cama estallando juntas en carcajadas.

-En fin, hora de dormir, pasado mañana comienzo mi internado en el hospital- suspiró con resignación- me emociona y me agobia, iré a buscar a Sasuke mañana a su oficina, aunque sea domingo seguramente estará trabajando- murmuró casi despectivamente en referencia a la adicción de su amigo con su trabajo, siempre había sido así con los estudios desde la primaria y secundaria y luego a los dieciséis cuando comenzó a involucrarse en la empresa de su padre para aprender del negocio, después con la universidad y el trabajo al mismo tiempo, era un maldito genio pero se explotaba insanamente a si mismo, se aseguraría de que tenga una mejor vida social ahora.

Ino rio más fuerte apagando la luz de la lampara que iluminaba su improvisada pijamada.

-Pues ya sabes que empezaré mis prácticas en psiquiatría la semana entrante así que podemos almorzar juntas- la rodeó con los brazos y se acurrucaron como cuando eran pequeñas continuando la planificación entre susurros.

-Y Sakura…-susurró dubitativa en el tono más serio que había escuchado provenir de su voz- si aceptas un consejo de amiga, no te quedes esperando por Sasori… nadie que se haya ido de esa forma merece que le esperen.

Se abrazó al cuerpo de su mejor amiga aceptando su consejo y era en momentos como esos que se sentía la persona más afortunada del mundo.

•••

Ese día se cumplían tres semanas sin saber absolutamente nada de Sasuke.

Aunque dijo que iría a verlo a su oficina al día siguiente, en cuanto subió al elevador con camino hacia su oficina las piernas comenzaron a temblarle como si se hubieran convertido en gelatina y su estómago amenazó con devolver el desayuno aun así logró llegar al piso correspondiente sudando frío. Le temblaban las manos por los nervios pero Akane, la amable secretaria de Itachi que ahora se encargaría de asistir a Sasuke la recibió con una sonrisa como siempre, aunque había estado pocas veces en ese lugar, preguntó por su pelinegro favorito y en cuanto le dijo que Sasuke se encontraba en una reunión de directiva y que no tenía un hueco libre hasta dentro de dos horas lo tomó como una señal del universo para mantener las distancias, pasó nerviosamente su mirada de la sala de reuniones a Akane encargándole la entrega de la bolsa de rollos de canela favoritos de Sasuke que había llevado como ofrenda de paz.

Se dirigió al estacionamiento con un sabor amargo trepando por su garganta, se metió a su coche con una mezcla de alivio y resignación y dejó caer su cabeza sobre el volante suspirando pesadamente.

Salió de sus recuerdos para volver al momento.

Y ahí estaba ella, sentada sobre su cama hecha un ovillo, abrazaba sus rodillas con la frente apoyada sobre las mismas volteó la cara con suavidad apoyando la mejilla para ver la nieve caer a través de la ventana acurrucándose más en su propio cuerpo.

Quedaban menos de dos semanas para navidad, hace mucho que su madre había empezado con las decoraciones para luego irse de viaje por carretera con Mikoto y Kushina durante dos semanas a modo de despedida de soltera para recuperar su tiempo perdido como amigas, se sentía feliz por ellas. A pesar de esa pequeña alegría, en medio de su proceso reflexivo se había aislado, solo salía de casa los días que tenía internado en el hospital que eran casi todos, estaba molida, llevaba dos semanas durmiendo y comiendo terriblemente mal, una ironía completa destruir tu propia salud para velar por la de los demás, pero es lo que tiene querer convertirse en doctora, empezó a reconsiderar si la medicina era para ella o simplemente se sentía así por el bajón, pero como no le apetecía ninguna compañía, apreciaba con algo de culpa no haber coincidido con Ino para comer, no quería preguntas, había logrado evadirla las pocas veces que había contactado con ella y sus otros amigos esos días por redes sociales.

Había intentado contactarse con Sasuke, pero solo recibía respuestas cortantes y evasivas, nunca cogía sus llamadas así que ya ni intentaba y aunque una mañana de domingo que le coincidió libre despertó valiente y fue a buscarlo a su casa no tuvo éxito, aunque practicó todo el camino a pie lo que iba a decirle.

Se había mudado a un piso cerca de la oficina justo después de la fiesta y la dirección exacta era aún desconocida para el ama de llaves de los Uchiha, quería creer que de verdad no lo sabía para no pensar que Sasuke le había pedido no revelarle dicha información.

Había desaparecido y sabía muy bien por qué, sintió ganas de llorar por todas sus estupideces, pero no lo haría, se lo tenía merecido y no preguntaría a sus padres ni a su familia, si no se lo había dicho aún tendría sus motivos y los respetaría, aunque se comiera las uñas hasta el hueso en el proceso.

Las primeras lágrimas comenzaron a juntarse en el borde de sus ojos resbalando por un costado solitarias, se arrepentía infinitamente de haberle dicho que quería arruinar su amistad.

En realidad, no quería arruinar su amistad.

En realidad, solo había estado borracha y caliente pero nunca fue su intención cargarse su amistad.

Gritó con todas sus fuerzas enterrando la cara en una almohada y despejando su frustración del pecho, Forget about you de Devin Kennedy reproduciéndose en ese aparato del infierno no la estaba ayudando.

- ¡Alexa cállate maldita sea! – gritó estando ya muy fuera de sus casillas y el parlante se apagó abruptamente dejando la canción a medias y sumiendo la habitación en un pesado silencio.

Se lo tenía merecido.

Le quitó el silencio al teléfono y reactivo la red y wifi recibiendo una tonelada de notificaciones en un segundo, su hora de aislamiento había pasado era momento de volver al mundo real. Hizo una foto de la ventana con la nevada cayendo furiosamente cubriendo toda la finca con un manto blanco inmaculado que se le antojaba mágico, le colocó el coro de Still into you de Paramore colgándolo en close friends en Instagram.

Vio la hora distraídamente y se tumbó boca abajo en la cama casi dejándose vencer por el sueño.

23:00

El teléfono emitió el sonido típico de sus notificaciones anunciando que alguien había respondido a su historia reciente.

•••

Tres semanas.

En honor a la verdad se sentía como una mierda, miró el teléfono por lo que se sentía era una milésima vez ese día, pero aun así era incapaz de responder al mensaje y a todos los mensajes anteriores dejados por ella, arrojó el teléfono en una silla cercana y un leve suspiro escapó de sus labios al cerrar la puerta del departamento fatigosamente grande tras su espalda, con su entrada las luces se encendieron automáticamente y en seguida la playlist de música lenta que seguramente había dejado Itachi y sonaba de fondo se reanudó llenando la casa con la letra que componía una versión suave de Forget About You de Devin Kennedy, asqueándolo en el instante pero lo suficientemente cansado y aburrido como para quitarla.

Se dejó torturar por la canción mientras entraba a la ducha.

Era un tipo sencillo a pesar de haber crecido rodeado de opulencia. Le había pedido a Itachi algo modesto como lo que tenía en Seúl, cuatro paredes y un baño y su hermano le había conseguido un "modesto" penthouse en un exclusivo edificio oportunamente cerca de la oficina que se le antojaba absurdamente grande para una sola persona.

Persona que ni siquiera pasaba el tiempo suficiente en casa y no tenía ni un perro que le ladre, es más, si fuera por él adecuaría un espacio en la oficina para dormir.

Continuó su caminata deteniéndose un segundo a confirmar la hora en el reloj de la mesita.

22:35

Se preguntó si Sakura estaba despierta, estaba seguro de que ella estaría deprimida pensando en que la había cagado tanto como él lo pensaba todos los días desde que la evadía y por eso había decidido que era mejor no contactarla directamente, principalmente porque, aunque comprendía que estaba comportándose como un idiota y un canalla confiaba en que era prudente darle su espacio para pensar, y él también lo necesitaba.

Después de desmayarse humillantemente en el baño su orgullo herido le había impulsado a dejar la casa en cuanto se despertó, ni siquiera desayunó, tampoco fue a despedirse de Itachi al aeropuerto y solo le respondía llamadas, mensajes y mails de carácter netamente laboral.

Nada más.

A nadie.

Tomó sus maletas y una hora después ya se había instalado y encerrado en ese inmenso departamento que lo hacía sentir más solo que la una, pero al menos estar sentado en el suelo mirando la ciudad a través del enorme ventanal le era mucho más tranquilizante que aguantar el interrogatorio de su madre y las burlas de su hermano, por su padre no se preocupaba, era igual que él y no se metería en sus asuntos porque siempre tenía mejores cosas de qué preocuparse.

Aunque suene cruel.

Eso le permitió reflexionar sobre sus sentimientos por Sakura o la ausencia de ellos, estaba ebrio y no en completo uso de sus facultades mentales cuando decidió que acostarse con Sakura era una buena idea, eran adultos, sabían lo que hacían, no, no se arrepentía, su cuerpo lo deseaba.

Y eso lo estaba matando por dentro, descubrir que en realidad el suave tacto de los dedos de Sakura recorriéndolo, el calor que emanaba su piel y la sensación de tenerla estremeciéndose de placer bajo su propio cuerpo era algo que una parte de él había estado anhelando hace tiempo lo hacía sentir una basura y descubrirse a sí mismo deseándola una y otra vez cada que su recuerdo se adueñaba de sus pensamientos lo hacía sentir un farsante, un hipócrita, un mal amigo, sentimientos que empeoraban y se congelaban cuando pensaba el idiota de Sasori.

Recordar la forma en que se besaban lo llenaba de ira y era la razón de haberse internado en una montaña de papeleo esas tres semanas, no quería pensar, cada vez que se distraía del trabajo sus recuerdos sobre esa noche regresaban a torturarlo, se sentía tan mal consigo mismo por no haberla llamado aún, por no decirle nada sobre el tema, los dos primeros días se negaba rotundamente a aceptar que estaba celoso, realmente sentía que Sakura estaba orquestando una especie de venganza y que esa había sido su forma de demostrarle que había perdido su oportunidad con ella, después de pensarlo bastante en una mala noche de insomnio finalmente aceptó sus celos y que Sakura no era ese tipo de persona, la conocía demasiado bien como para tener ese concepto de ella y su cabeza por fin lo dejó dormir.

Pero ahora pensaba…

¿Y si ella empezaba a odiarlo por no decir nada? ¿Y si trataba de contactarlo para decirle que se había dado cuenta de que sus sentimientos por Sasori eran genuinos? ¿Y si quería disculparse porque estaba arrepentida? ¿Y si lo acusaba de haber jugado con ella?

Salió de la ducha con la ropa que usaba para dormir puesta y una toalla pequeña para secarse el cabello mientras dirigía sus pasos a la cocina para prepararse algo rápido para cenar, de algún modo Naruto había sonsacado a su madre o alguien de su familia su nueva dirección de manera que tarde por la noche al volver del trabajo se lo había encontrado asaltando su despensa y desafortunadamente para él esta estaba vacía del todo por lo cual lo sorprendió al día siguiente más o menos a la misma hora llenándola de ramen instantáneo y otras porquerías que estaba a punto de cenar en ese mismo momento lo cual le llevó a gritarle por segunda vez por meterse así a su casa y a cambiar el código de acceso por la mañana y aun así el pesado se pasaba casi todos los días, comenzó a evadirlo llegando aún más tarde por la noche y milagrosamente no se lo había encontrado en la entrada como días anteriores.

Recogió el teléfono de la silla mientras dejaba calentar su sopa de tomate en el microondas y comenzaba a scrollear cualquier cosa para distraerse, el borde verde de las historias de Instagram le indicó que Sakura había colgado una nueva historia y una fuerza sobrenatural llamada curiosidad lo impulsó a mirar la foto de la nieve caer desde la ventana de su habitación con una canción de Paramore que el reconocía muy bien y que lo remontaba a su adolescencia con Sakura cantando su propia versión en piano, aún tenía esa grabación en su computador.

Still into you.

Los recuerdos le erizaron la piel y simplemente sintió el impulso de hacer algo que jamás había hecho. Respondió a su historia.

- ¿Estás en casa?

Tres palabras y una pregunta obvia, era muy tarde para arrepentirse, sintió deseos de borrar el mensaje, pero casi instantáneamente ella le había leído, la sopa se enfriaba sobre el mesón, cenar había quedado en segundo plano.

"Escribiendo"

¿Qué tanto escribía? ¿Lo estaba mandando a la mierda por Instagram? No le sorprendería.

-Si ¿Podemos hablar?

¿En serio? Llevaba casi cinco minutos escribiendo ¿y solo le decía eso?

Sasuke expulsó el aire contenido en sus pulmones profundamente hasta vaciarlos por completo, un ejercicio que le había enseñado Sakura un buen día en el que quiso enseñarle a meditar.

¿Por qué últimamente todo maldita sea se trataba de ella? El deseo de darse cabezazos sobre el mesón se apoderó de su cuerpo y maldijo el momento en el que decidió volver a Japón porque ahora su vida estaba de cabeza y él estaba perfectamente viviendo su vida sin molestias.

Muchas cosas pasaron por su mente en ese momento, ok, resumiendo:

Estuvo furioso con ella por haber besado a Sasori como si fuera el amor de su vida tan solo una hora después de haberse llevado a la boca su… bien, estaba desviándose del tema central otra vez.

Pero ya no lo estaba, tal vez estaba algo molesto y aceptaba haberse sentido un poco decepcionado al día siguiente, incluso consideró la posibilidad de que todo sea un elaborado plan de venganza de Sakura por haber roto su corazón en su adolescencia, pero su mejor amiga no era clase de monstruo rencoroso.

No tanto.

Repasó mentalmente los puntos a tratar en la reunión programándose repiqueteando sus dedos contra la mesa, inusual, pero cuando se trataba de Sakura dejaba de reconocerse a sí mismo, le alteraba los nervios como nadie, y realmente lo jodía.

¿Celoso? Si.

¿Le atraía? Por supuesto.

¿Enamorado? Debatible.

¿Intentar tener una relación? De ninguna manera.

No en esas condiciones.

Se decidió por respuesta con un escueto "Lo sé, es mejor hablarlo en persona" instantáneamente ella respondió.

-Tengo el día libre mañana, envíame tu ubicación, no vengas a casa.

¿Por qué? Se preguntó internamente, pero la curiosidad le ganó y después de dar tres vueltas en círculos por todo el salón rascándose la cabeza para desquitar su frustración revolviéndose el pelo, le envió su ubicación y el número de piso por whatsapp.

Estaba hecho.

No podía seguir evitando esta conversación.

Se dejó caer en el sofá, podía irse al demonio la sopa de microondas.

•••

Casi le da un infarto y tuvo que pellizcarse varias veces cuando la notificación recibida resultó ser una respuesta de Sasuke, se levantó de la cama tirando las mantas al suelo como si repentinamente se hubieran convertido en fuego y corrió al vestidor a todo lo que dieron sus piernas respirando erráticamente, tomó los primeros pantalones negros de chándal que su mano pudo alcanzar y una sudadera roja, en menos de dos minutos ya estaba tomando el móvil y las llaves del coche para escabullirse por el pasillo rezando para no ser descubierta, el reloj del pasillo indicaba las 23:15, esto se sentía como estar en misión imposible, vio la luz del estudio de su madre al final del pasillo encendida filtrándose por una fina rendija de la puerta cerrada.

Perfecto, estaba ocupada, la ubicación de su padre era desconocida y la misión peligraba sin esa información, aún así bajó las escaleras en completo silencio y con cuidado de no tropezar en la oscuridad, suaves luces exteriores le ayudaban un poco a su visión, pero no eran suficiente, llevaba prisa, pero era más importante no ser descubierta.

Cuando por fin logró llegar al garaje tomó su coche y se dispuso a salir sin tener en cuenta el ruido estruendoso de la puerta corredera al subir.

-Mierda mierda mierda…- encendió el coche rezando a todos los Dioses de los que alguna vez hubiera escuchado hablar porque sus padres no se hubieran dado cuenta de su escapada clandestina de media noche, no es como si fueran a darle un gran regaño pero venga, le daba más emoción al momento sentirse una fugitiva.

Condujo a todo lo que le daba el límite de velocidad reglamentario preparándose psicológicamente para uno de los momentos más decisivos de su vida romántica.

Era ahora o nunca.

•••

Eran casi las 00:00, Sakura estaba tardando y eso le dio tiempo a regresar sus emociones a la normalidad, o sea, inexistentes, prepararse mentalmente para ciertas preguntas y concluir algunas respuestas a las mismas, metió el plato vacío donde antes estuvo su cena al lavaplatos y justo cuando el reloj marcó las 00:00 el timbre resonó por cada rincón de la estancia, con un profundo suspiro y la calma que tanto lo caracterizaba abrió la puerta encontrándose con los brillantes ojos verdes que le miraban con algo similar a la esperanza, pero halló algo más en ellos, había anhelo, deseo y un profundo arrepentimiento.

Y eso lo descolocó.

•••

Todo lo que había planeado decirle y se había repetido como un disco rayado durante todo el trayecto hasta el extremadamente bonito nuevo departamento de Sasuke se había ido por el caño en cuanto lo vio, sintió mil emociones atravesar su cuerpo a la velocidad de la luz, y no se enorgullecía de admitir que la lujuria había sido uno de ellos.

En cuanto abrió la puerta no pudo evitar recórrelo fugazmente, llevaba unos pantalones de chándal de algodón de color gris y una camiseta negra sin mangas que dejaba expuestos su bien tonificados brazos, siguió con la mirada el movimiento de su brazo hacia su cabello revuelto tensando sus músculos lo cual reforzaba (aún más) ese aspecto sexy como el demonio que siempre había poseído.

Obviamente reconocía a Sasuke como un hombre endemoniadamente sexy y si, aunque era su amigo, no era ciega ni imbécil, llámenla superficial, hipócrita y todo lo que quieran pero quien demonios no haría de ese hombre su debilidad.

Tenía a una legión de mujeres tratando de al menos cumplir el sueño de llevárselo a la cama, fantasía que casi habría cumplido.

Pero no era momento de divagar, se aclaró la garganta guardando sus manos heladas en el bolsillo de la sudadera para darse algo de calor.

-H-hola…-saludó perdiendo por completo la valentía que la había embargado hasta cinco segundos antes de estar frente a su puerta.

Sasuke le devolvió el saludo con un asentimiento y leve "hn" característico de él y la invitó a pasar guiándola hacia la sala envueltos en un tenso silencio, solo dos lámparas de mesa que decoraban las mesitas y una lampara de pie cerca del gran ventanal principal iluminaban tenuemente el salón, lo suficiente para mantener una conversación cómoda sin estar en penumbras, Sasuke tomó asiento en el sillón frente a ella sin que ninguno de los dos rompiera el silencio, se cruzó de brazos en su pose típica de chico desinteresado con su mirada inexpresiva posada sobre su humanidad.

Se sintió juzgada por su mirada allí sentada rascándose un codo y desviando la mirada en todas las direcciones nerviosamente, seguramente se veía como una loca.

¿Qué demonios estaba haciendo ahí?

Se sintió muy valiente mientras imaginaba una reconciliación digna de una novela romántica (erótica) dentro de su cabeza.

Sacudió su cabeza un poco espantando de su cerebro los pensamientos que la hacían sentir que estaba convirtiéndose en una pervertida.

La vorágine de emociones que se había formado en su estómago producto del nerviosismo le estaba provocando nauseas, pero no sabía que decir, todo su discurso se había ido al diablo y él estaba ahí mirándola en silencio sin expresar absolutamente nada, toda su confianza se fue al demonio, seguramente estaba decepcionado y enojado, seguramente ya no confiaba en ella. Realmente cuando volvió a ver a Sasuke jamás imaginó que solo un cruce de miradas, solo el calor de su cuerpo al corresponder al abrazo a su manera iba a despertar en ella esas fantasías de adolescente idiota, de tiempos en donde creía que si perseveraba lo suficiente entonces Sasuke finalmente entendería que su amor era real.

Pero fue ella quien acabó entendiendo que no lo era, y que no podía pasarse la vida esperando ser correspondida por alguien como él y no le quedó más que buscarse un amor para ella, pero en el fondo nunca había vuelto a sentir ni ese cosquilleo, ni esa conexión mágica que compartía con Sasuke.

Pero que él mismo no notaba, y nunca había notado y probablemente nunca notaría, el sentimiento nubló sus ojos con tristeza y finalmente después de ese minuto de silencio que se sintió como una eternidad, Sasuke habló primero.

- Sakura, escúchame ahora porque no planeo volver a repetirlo- el se aclaró la garganta y cambió su posición a una más relajada apoyando los codos sobre las rodillas y el mentón sobre sus manos entrelazadas- lo siento si te he lastimado.

Se cuerpo se congeló al momento de escuchar sus palabras y levantó la mirada del suelo rápidamente buscando en sus ojos algún indicio de deshonestidad o de sarcasmo, pero no fue así, la mirada comprensiva y sincera que Sasuke le estaba dedicando no se parecía a nada de lo que ella creyó en sus pensamientos que viviría esa noche y fue el impulso que necesitaba para comenzar a hablar, desubicada totalmente y sin entender la razón de sus disculpas, con aire dubitativo intentó sostenerle la mirada poniendo todo su esfuerzo en no quebrarse en ese momento.

-No Sasuke, no te disculpes por favor… soy yo quien lo siente, perdóname, reconozco que esta vez he metido la pata hasta el fondo…- sus manos se cerraron en puños sobre sus rodillas intentando tomar fuerzas para dejar salir su confesión, sabía que tal vez no era necesario, pero no tenía sentido seguir jugando de ese modo, Sasuke tenía que saberlo incluso si al final no le importaba o si le parecía despreciable su forma de pensar.

El la miró fijamente centrando toda su atención en sus palabras sin ánimos de interrumpir lo que sea que la aterraba tanto decir como para temblar como una gelatina ¿Había matado a alguien acaso? ¿A Sasori?

Casi se alegró por la posibilidad.

-Sasuke… la noche de la fiesta y-yo… Créeme, de verdad lo recuerdo todo y no te mentí respecto a nada de lo que dije, no me arrepiento de lo que hicimos, ni de lo que dijimos, pero si me arrepiento de que mis acciones después de lo que pasó entre nosotros no hayan sido las más… prudentes… y que eso pudo haberte lastimado y confundido tanto como yo lo estaba, se que no es excusa… se me fue la mano de más, me pasé cien pueblos con lo del alcohol, perdí el control por completo y sé que soy una idiota inconsciente y también puedes llamarme caprichosa todo lo que quieras… se que no estuvo bien estar contigo y luego con Sasori como si nada, yo, solo te evité porque no estaba segura en ese momento de cómo reaccionar o si te habrías arrepentido… por eso cuando te fuiste Sasori se quedó en casa y…

Ella hizo una pausa, Sasuke bostezó discretamente, no se confundan estaba poniendo atención, pero en el fondo la voz suave de Sakura ordenando las palabras para componer una disculpa y una confesión decente… Lo estaba arrullando como a un niño.

Su presencia lo relajaba, y ahora no estaba enfadado y si, no era tonto sabía lo que estaba tratando de decir con todas sus fuerzas así que simplemente decidió ayudarla.

-Sasori se quedó en tu casa esa noche y se acostaron- afirmó, ella se sobresaltó por la repentina interrupción dedicándole una mirada nerviosa tratando de descifrar su expresión.

Pero lejos de asustarla dándole importancia de más al asunto, se levantó moviéndose al sillón en el que se encontraba su pelirosa mejor amiga que ahora mismo parecía ser un imán de problemas, se sentó a su lado pesadamente y tiró de ella hasta pegarla a su pecho en un suceso sin precedentes.

Sasuke Uchiha estaba abrazándola.

Por iniciativa propia.

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NOTAS DE LA AUTORA

¿Se dan cuenta de la dualidad que tienen Sasuke y Sasori? En otra vida serían buenos amigos ¿verdad?

¡Gracias por leer!

Con cariño, Azulen.