Actualización cortita, pero es un preludio al desastre que se hará después, espero sea de su agrado, por fin Jill se ve cara a cara con William
Agradezco muchísimo su apoyo a los que le han dado una oportunidad a esta historia, espero siga siendo de su agrado… death!
Capítulo 14 - Espera
Ciel se marchó a la mañana siguiente junto con Sebastian, la shinigami no tenía intenciones de seguirlos, permaneció en la casa, entrenando todo el día en la sala de esgrima.
Al anochecer pudo percibir nuevamente una presencia familiar bastante cercana a ella. Salió de la casa a toda prisa, diciéndole a Agni que no tardaría y por favor no la siguieran. Avanzo rápidamente por los tejados, no permitiría que esa presencia se desvaneciera, era William, podía apostarlo.
Llego nuevamente al circo que había visitado la noche anterior, suspiro escabulléndose entre las sombras, teniendo cuidado de que nadie la viera ni por accidente. Escucho murmullos cerca de ella, de verdad era William, se quejaba de que en unos días habría una gran recolección y que no le era de su agrado que tuvieran que enviarle a él, ya que dos de los encargados de esa zona estaban bajo castigo. Jill asomo la cabeza con sumo cuidado, con el que estaba discutiendo era ni más ni menos que con Sebastian, el cual lucia su típico traje de mayordomo, pero con un sombrero de copa, y maquillaje del circo, ahí era donde se habían metido entonces, Sebastian se había infiltrado en el elenco del circo. No paso demasiado tiempo antes de que se desatara un enfrentamiento entre ambos, William era la demasiado paciente, pero si había algo que lo alteraba, era la presencia de un demonio, y las horas extra. Afortunadamente Ciel apareció, y les puso un alto a ambos, no querían llamar demasiado la atención.
— Quizá pensaron que estabas bromeando — le reclamo — es una vergüenza que alguien como tú, no sepa pasar desapercibido entre los humanos, en ese sentido, tus subordinados son más prudentes
William lucia simplemente molesto, no le agradaba nada que un niño humano le hablara de ese modo, pero no dijo nada, simplemente llegaron a un acuerdo de no interferir en los asuntos del otro.
— Espero mantengas a tu perro guardián bien atado, Smile — le recordó William
— No quiero escuchar eso de Gafitas, que es incapaz de mezclarse con los humanos — respondió Ciel con desdén — vámonos Sebastian
— En este momento, mi nombre es Suit — respondió William acomodándose las gafas
William permaneció en el sitio, vigilando a Ciel y Sebastian hasta que se perdieron de vista.
— No tiene caso que sigas ocultándote, Jill Sutcliff — le dijo repentinamente
La shinigami salió de detrás de la carpa, ¿no debería ser una sorpresa que supiera que estaba ahí? ¿o sí?
— ¿Cómo descubriste que estaba aquí? — pregunto curiosa
— Tu presencia no es algo que puedas ocultar fácilmente, y menos ahora — respondió secamente
— Creo que puedo decir lo mismo de ti — respondió la shinigami recargándose en unas cajas de madera — creía que un circo ambulante no era sitio para alguien como nosotros
— Eso lo dices porque has vivido con lujos últimamente — le reprochó — pronto habrá una recolección bastante importante por la zona — le dijo mirándola fijamente
— Entonces… ¿volveré a mi vida normal? — pregunto ilusionada
— ¡De ningún modo! Aun estas bajo castigo, como el idiota de tu hermano — le recordó — por eso me enviaron a mí, aun sabiendo que soy del área administrativa — gruño acomodándose las gafas — así que deberé pedirte que te mantengas al margen, Jill Sutcliff, aun estas en suspensión
— ¿Qué hay de Grell? ¿Qué clase de castigo está recibiendo él? — le pregunto angustiada — ¡por favor, William, dímelo!
— Esa información no es algo que pueda compartir contigo — respondió — en lugar de preocuparte por el idiota de tu hermano, deberías preocuparte más por ti y tu castigo, ya que, pese a que ha pasado todo este tiempo, te rehúsas a aprender tu lección — le señalo el rostro, nuevamente no llevaba sus gafas. — ahora márchate, y procura no interferir
William se marchó, dejándola sola, Jill se debatió con ella, seguir a Will o volver a la casa de Ciel, se preguntaba si ambos casos tenían que ver el uno con el otro. Suspiró, no tenía más remedio que regresar a la casa y esperar.
Los siguientes dos días se la paso entrenando, se levantaba más temprano incluso que Agni, y se acostaba ya entrada la madrugada. Ciel regreso la mañana del tercer día, Soma le llamo la atención, diciéndole que estaba a punto de pedir ayuda a la policía para encontrarle, Jill permaneció de pie en la escalera, el mocoso no se veía nada bien, tosía demasiado, y parecía tener fiebre. Ciel se marchó a su habitación para cambiarse de ropa, pero Agni les impidió la salida, aquellos síntomas eran típicos de un ataque de asma. Incluso logro convencer a Sebastian de que ser un buen mayordomo no solo era obedecer órdenes, salvaguardar la salud del cuerpo de su amo también era parte de su trabajo.
Regresaron a Ciel a su habitación para que descansara, mientras Agni preparaba un baño de hierbas. Sebastian le pidió a Ciel que reposara, mañana solucionarían el problema.
Sebastian abandono la habitación, seguido de cerca por la joven shinigami.
— ¿Que hará usted, Lady Sutcliff? — le pregunto Sebastian
— Iré con ustedes — respondió con determinación — este caso, puede que termine siendo jurisdicción de los míos también, no querrás que los shinigami interfieran en su misión, ¿o si?
— Espero contar con su apoyo, Lady Sutcliff, esté lista para mañana, mientras el joven amo descansa.
