Este fanfic surgió como un tributo/parodia a una de las mejores novelas de detectives de Agatha Christie, de la cual me he vuelto muy fanática. Se desarrolla en un universo alternativo durante la década de los 30s, pero tratare de usar a los personajes de OP de la forma más cercana al canon y en la información de los SBS. Tratare de subir capítulos de forma más o menos regular e incluso si veo que tiene éxito escribiré una versión en ingles. Sin nada más que agregar reconozco que One Piece es propiedad de E. Oda y Asesinato en Orient Express de A. Christie.
Ojalá disfruten mi fanfic!
Capítulo 1: El fin de las vacaciones
Era una hermosa tarde de invierno en la ciudad de Estambul en el año 1932. El clima pese a sentirse frío aún podía considerarse ligeramente agradable, o al menos así lo consideraba Brook un veterano detective austriaco el cual se paseaba tranquilamente por el exterior del hermoso hotel Pera Palas. Brook era un hombre muy alto y delgado, casi como si se tratara de la antigua momia de un faraón egipcio o un esqueleto reanimado. Su ropa excéntrica y colorida resaltaba entre la multitud, especialmente sus lentes obscuros y redondos. Su cabello rizado color carbón le llegaba hasta los hombros y no hacía más que contrastar con su pálida piel color porcelana y sus duras facciones masculinas. A simple vista nadie pensaría que era un detective, (la mayoría de las veces era confundido con un vagabundo o un cirquero imitando a Einstein) pero una vez conociéndolo a fondo sabrían que Brook era por mucho uno de los mejores detectives del mundo. Dentro de un par de horas más tendría que abordar en el famoso Orient Express, por lo que Brook pensó que la mejor manera de esperar su hora de partida sería dar un pequeño paseo por las afueras del magnifico hotel en el que se había estado hospedando durante sus muy breves vacaciones. Pronto comenzó a sentir hambre, por lo cual decidió apresurarse para llegar al recién indurado restaurante ¨Barite¨, un pequeño pero lujoso restaurante el cual presumía servir platillos de todo el mundo. ¨Yohoho, me pregunto que clase de platillos servirán en este hermoso restaurante.¨ pensaba Brook mientras caminaba a toda prisa hacia susodicho restaurante. Al llegar al restaurante se sentó en la mesa más cercana a la ventana, donde espero pacientemente a que el mesero lo atendiera. El mesero que atendió al detective le proporciono la carta, que para infortunio de Brook estaba completamente en turco, idioma del cual apenas tenía vagas nociones. ¨¿Disculpe señor? ¿No tendrán una carta en alemán, francés o inglés? No se turco y pues… no se si… ordenar leche… carne… pues… no se…¨ Brook trataba de hilar frases en un truco muy torpe al cual apenas comprendía el pobre mesero. Súbitamente un hombre de piel bronceada, barbudo y gordo que estaba mesa de a lado se paro de su silla y le gritó al mesero: ¨¡Hey! Kiraz böreği sipariş vermek istiyorum lütfen.¨ (traducción, ¨Me gustaría ordenar un pastel de cereza, por favor.¨) ante lo cual el mesero se limito a verlo y a contestarle en turco que lo traería en seguida. Brook no entendió nada de lo que el gordo le había dicho al mesero, pero una parte le pareció un poco mal educada la forma en la que ese hombre le habló al mesero. Algo de ese hombre lo hacia sentir particularmente incomodo, aunque no sabía que exactamente.
-Oye flacucho, si quieres puedo ordenar por ti en turco para evitarte problemas.- le dijo el gordo a Brook en un inglés perfecto.
-Muchas gracias, señor, aunque la verdad prefiero hacer yo mismo el intento para poder perfeccionar mi turco.- contesto Brook con un inglés impregnado del característico acento de Austria.
-Zehahahaha, se nota que eres un hombre muy complicado. – le contesto el barbudo mientras mordisqueaba un pedazo de la tarta de cereza que había pedido anteriormente, embarrando los pelos de su barba mientras le hablaba al austriaco.
- Pues es algo que he aprendido de mi trabajo. Si uno solo se fuera por la ruta sencilla sería prácticamente imposible resolver algo.
- ¿Y cual es su profesión? ¿Detective privado acaso?- preguntó el barrigón tratando se sonar gracioso.
- De hecho si soy un detective privado…- Brook vió como el rostro del moreno pasaba de divertido a serio, cosa que comenzó a preocuparlo, por lo que trato de introducir otro tema- Aunque he pensado en retirarme, yohoho, me gustaría tal vez dedicarme a la música, siempre he sido un admirador de la música clásica, cada vez que puedo la escucho en la radio, e incluso ha veces que saco mi violín y me pongo a tocar canciones de…-antes de que Brook terminara de explicar el hombre barbudo lo agarro de la corbata y le grito con voz nerviosa:
- ¿En serio? Si eres un detective privado, me gustaría que me ayudaras por favor. Mi vida corre peligro, llevo varias noches sin dormir por miedo a que alguno de mis enemigos llegue y me… termine… matando. Mi nombre es Donald Blackbeard, soy oriundo de Nueva York y me gustaría que usted de brindara… protección.
Brook se sintió asustado por la manera tan repentina y súbita en la que aquel vulgar hombre le hablaba, definitivamente no le podía brindar protección ¡Por el amor de Oda! Brook apenas podía protegerse a si mismo ¿a quien rayos se le ocurría que sería buena idea contratarlo como guardaespaldas?.
- Disculpe, señor Blackbeard, no creo poder ayudarlo, vera no soy esa clase de detectives yo… -antes de que Brook acabara la frase Blackbeard lo interrumpió:
- Estoy dispuesto a pagar grandes sumas de dinero, créame yo sé lo que le digo.
- No insista, por favor, a decir verdad nunca he manejado casos peligrosos- decía Brook sabiendo que se mentía a si mismo y a Blackbeard- Yo solo tomaba casos simples, ya sabes, seguir los pasos a esposas presuntamente infieles, averiguar las horas de salida de un padre de familia adúltero, buscar escándalos de la vida privada de algún ricachón tontuelo… ¡Yohoho! Nada que ver con asesinatos ni muertes, no, no.
- Por favor, no le pido nada difícil. Solo averigüe donde están mis enemigos y… elimínelos, por favor se lo suplico…- chillaba Blackbeard al borde de la histeria, mientras estrujaba con fuerza el moño de la corbata de Brook.
¨Esto es el colmo.¨ pensó Brook. Primero quería que fuera su guardaespaldas y ahora le pedía ayuda para matar a sus supuestos perseguidores. ¨¡Seguramente este hombre es un mafioso envuelto en algún lío! Si no me muevo con cuidado, quien sabe que podría pasarme por estos lares.¨ pensó el austriaco nerviosamente. Brook estuvo a punto de pedir socorro a los empleados del restaurante, cuando de repente pudo oír una voz ¨Do you think that they have some soda in this restaurant?¨ dijo un hombre alto y musculoso con marcado acento americano que iba entrando al restaurante acompañado de una hermosa mujer de cabellos negros. ¨ I am not sure, it seems that sodas are not very popular in Instambul.¨ contestó una voz femenina y dulce con un elegante acento ruso. Blackbeard al oír estas voces soltó a Brook de ipso facto y salió huyendo por la ventana del restaurante, llevándose antes unas maletas que estaban cercanas a la mesa en la que estaba comiendo. Brook no podía creerlo, aquel bribón ni siquiera pago la cuenta.
¨¿Por qué se habría asustado tanto ante la presencia de aquellos individuos?¨ se preguntó Brook. Tal vez aquella pareja eran integrantes de alguna mafia rival. Conociendo la rivalidad de las grandes mafias de Estados Unidos no le parecería muy raro que este dúo de turistas fueran algún tipo de sicarios. Aunque viéndolos detenidamente ni su aspecto físico ni su manera de actuar correspondía a la de los sicarios con los que Brook había lidiado antes, había algo en ellos que les daba un aura de bondad y compasión.
Subitamente mientras Brook trataba de observar a la pareja anglohablante, un chef viejo, rubio, bigotudo y narigón llegó con el semblante enojado y un sartén en manos dirigiéndose en un torpe pero comprensible alemán a Brook:
¨¡Tu amigo gordo nos ha robado! Se ha ido sin pagar, ni terminar el postre que mis apreciados alumnos le han preparado, ahora tienes que pagarnos o sino hare que te encarcelen por ayudar a un ladrón embustero.¨ Brook quería contestarle a aquel señor y decirle que nunca fue su intención ser parte de la estafa de aquel gordo newyorkino, sin embargo el chef parecía no entender razones, por la protésis en una de las piernas del chef y las cicatrices que se veían en sus manos, Brook supuso que aquel chef debió haber sido un militar especialmente aguerrido, el cual no podía olvidar sus viejos habitos.
Brook estaba a punto de pedir clemencia cuando pudo oír a la dama de acento ruso llamar al chef en idioma turco. El chef, sin dejar de mirar a Brook, le contestó a la dama y dejo a Brook en paz, tras lo cual se disculpo con Brook en alemán ¨Disculpeme señor, no sabía que ellos los habían invitado.¨. Brook parecía estar un poco confundido, sin embargo acepto la disculpa de buena gana. Después de que el chef se retirara la mujer de acento ruso se dirigió a Brook con una leve sonrisa.
- No te preocupes por ese hombre, mi esposo y yo vamos a pagar la cuenta de tu compañero ¿No te gustaría merendar conmigo y mi esposo?- Preguntó la dama a Brook.
- ¡Si quieres nosotros podemos pagar la cuenta! – ofreció el americano sonriendo.
Brook no sabía si confiar o no en esos individuos, pero sus sonrisas amistosas y la oportunidad de conseguir una buena merienda y algo de conversación amena le hicieron aceptar la oferta.
- ¡Muchas gracias por supuesto que me encantaría! ¡Yohohoho!- Contestó Brook confiando plenamente en sus instintos- Mi nombre es Brook y estoy encantado de conocerlos. ¿Vinieron a Estambul en un viaje de negocios o por placer?
- Fue una combinación de ambos.- Respondió la mujer, mientras pasaba sus ojos por la carta del restaurante.
- Creo que mi esposa y yo fuimos groseros en no presentarnos, mi esposa se llama Robin y yo soy Franky.- contestó el hombre con una sonrisa digna de un cartel para anunciar dentífricos. – Venimos desde Texas para participar en una conferencia de maquinaria aérea que se daría en Londres, sin embargo mi esposa insistió en tomar un tour por toda Europa cuando concluyera la exhibición. Estambul era la ultima ciudad que nos quedaba por conocer, esta semana recorrimos por la Mezquita Azul, Haiga Sofía y el Museo Arqueológico de Estambul y fue SUPER.
- ¿Entonces ustedes dos son texanos? – pregunto Brook lleno de curiosidad.
- Yo nací en un pueblito sureño cerca de la frontera de México y viví varios años en la ciudad de East Blue, pero mi esposa nació en San Petersburgo, en Rusia.- contestó Franky.
- Tuve que huir a Estados Unidos tras la revolución… mi familia no estaba directamente involucrada con ninguno de los dos bandos, sin embargo como mi madre había ayudado a los hijos de amigos del zar en su trabajo como institutriz y maestra de latín y mi padre había trabajado como traductor para varios nobles, muchos revolucionarios trataron de matarnos por nuestra relación con el zar. – Mis padres y gran parte de mi familia fue ejecutada, mientras que yo escape sola. Tuve que huir a Estados Unidos y dejar todo atrás. Fueron días muy duros… prácticamente aceptaba cualquier trabajo que consiguiera y la gente se aprovechaba de mi porque era extranjera y no tenía ningún lugar a donde ir. Hasta hubo una vez que casi fui asesinada por un horrible mafioso manco para el cual había trabajado en su casino por más de cinco años… aún sigo sin explicarme como su daga no llego a cortarme ninguna vena o órgano importante. También estuve a punto de ser encarcelada y ejecutada sin razón y estuve cerca de cometer suicidio. Lo único que me ayudó fue saber hablar y escribir varios idiomas… y haber encontrado a Franky a tiempo… el me enseño algo de mecánica y primeros auxilios, tras lo cual me convirtió en su asistente de aviación. De no haber sido por el y sus amigos, seguramente estaría muerta, encarcelada o en un manicomio. – Pese a lo escabroso que sonaba el relato, Brook pudo notar que la expresión de Robin se mantenía fría e inmóvil, casi como si Robin fuera una muñequita de porcelana. ¨Esta mujer debe tener mucha fuerza y valor para confesar algo así de manera tan disociada y elocuente.¨ pensó Brook para sus adentros mientras suspiraba.
- ¡Oh, Robin! No pienses mas en esos días tristes… recuerda que yo estoy aquí para ayudarte, tu eres la mujer más linda, inteligente y super genial que existe.- dijo Franky conteniendo sus lágrimas mientras sujetaba con fuerza la mano de su esposa.
- Entonces… ¿usted es piloto y ella es su asistente? – preguntó Brook tratando de cambiar el tema de conversación.
- ¡Claro! De hecho mi esposa y yo estamos trabajando en una aerolínea comercial. No es por presumir pero llevo desde los veinte años con experiencia en vuelo y mi esposa es una de las auxiliares más maravillosas de la aerolínea.- contestó Franky.
- Mi esposo Franky es realmente un piloto valiente. Ha realizado toda clase de hazañas peligrosas y se las ha ingeniado para sobrevivir pese a las circunstancias.- dijo Robin sonriendo con dulzura.
Brook pudo percatarse que Franky tenía en su pierna derecha varios instrumentos ortopédicos, además de notar que en efecto su pierna izquierda era una prótesis. Brook intuyó que seguramente Franky había sufrido un accidente aéreo grave, incluso pudo haber servido como piloto de combate en la Gran Guerra.
El resto de la merienda fue bastante amena. Robin pidió emparedados de pepino, Brook una sopa de curry indio y Franky una hamburguesa con patatas fritas, los tres bebieron café con leche tibia, cosa que desagrado a Franky, puesto que el no podía creer que ¨no hubiera un solo refresco carbonatado en ese supuestamente lujoso restaurante¨. La conversación fue tranquila, nadie toco temas serios ni complicados, limitándose a discutir sobre las vivencias que habían tenido en su viaje por Estambul. Al terminar Brook se retiró cortésmente, pagando su parte, pese a las ¨protestas¨ de la pareja, quienes insistían en pagar por el. Al final la pareja acepto que Brook pagara y se despidieron con cordialidad.
Brook no sospechaba ni un poco de que aquel aparentemente maravilloso día estaba a pocas horas de dar un giro de 180 grados.
