¡Saludos, queridos lectores!

A la hora en que estoy colocando esta nota, aún no es el día seis, sin embargo, estoy a poco de que sean las doce en mi país, y quiero subir esto, aún si lo hago unos minutos antes, para poder dejarles las historias del día.

Esta historia, si bien tiene tiempo, el capítulo de hoy corresponde a uno de los temas, así que me alegra poder continuarlo n.n

Por ahora, sólo me queda decirles que este capítulo corresponde al Día 6: Vempiro AU calendario 2 del SasuKarin Month Junio 2024, los dejo con la lectura, la cuál espero que les guste n.n


Karin sabía que no podía hacer nada con el hecho de que a Sasuke le disgustara ella, pero no podía evitar sentir celos, así que esperaba que le mencionaran la propuesta de matrimonio de los Haruno y así hacer su movimiento para tratar de evitar que lo aceptaran. Así mismo, el hecho de pensar que a Sasuke le disgustaba ese compromiso, la complacía.

—Mi señora, recuerde que la Condesa le advirtió que debía ser más discreta —Doa intervino inventándose que la tía de Karin le había hecho una recomendación, pero lo que en verdad intentaba advertirle, es que debía dejar de indagar sobre Sasuke para mantener sus emociones controladas.

—Mi hijo está bien, Duquesa —Mikoto ni siquiera miró a Doa— Sólo está un poco enfadado porque, hablando de matrimonio, mi esposo ha recibido una propuesta para Sasuke que aún no se ha aceptado. Ni siquiera se lo habíamos comentado a mi hijo, pero la señorita en cuestión, le ha enviado una carta a mi hijo pensando que el compromiso ya estaba hecho —resumió con serenidad— Entenderá el por qué de su molestia.

—¿De quién ha venido la propuesta? —preguntó Itachi curioso, pues si bien a su hermano no le faltaban admiradoras, usualmente las propuestas que llegaban a sus padres, eran para solicitarlo a él como novio.

—Viene de la familia Haruno.

—Lamento si soy muy entrometida, pero ¿piensan aceptar? —preguntó Karin sosteniendo con fuerza el pañuelo que Doa le había entregado anteriormente. Podía sentir cómo el poder que ella vertió en él la ayudaba, pero sentía que le sería difícil contener sus emociones si la respuesta era afirmativa.

—Su turno, Duquesa —informó Itachi que ya había hecho su movimiento.

—Es interesante la propuesta que se ha hecho, pero el estatus de la familia de la señorita Haruno no convence a mi marido —respondió Mikoto sin entrar en detalles— Está evaluando las posibilidades, especialmente porque la señorita Haruno es educada y dedicada, pero no queremos precipitarnos.

—Entiendo el enfado del Señor Sasuke. Debe sentirse frustrado que pueda ser comprometido de repente, sin tener la oportunidad de elegir —comentó Karin mirando el tablero con detenimiento antes de hacer su movimiento. Se sentía más tranquila al oír la respuesta, aunque no del todo— Quizá él se sentía seguro y confiado de que al primero que habrían de casar, era al Señor Itachi y le ha llegado esta noticia de repente.

Al terminar su diálogo, la joven Duquesa movió una de sus piezas.

—Estoy segura que ese es el caso, pero ya hablé con él para tratar de tranquilizarlo y convencerlo de mantenerse cordial a la carta que recibió.

—¿Sasuke realmente enviará una respuesta? —preguntó Itachi incrédulo e hizo su movimiento— Habría pensado que no respondería nada.

—Le he pedido que envíe una respuesta cordial, pero sin insinuar nada. Hasta que tú padre no tome una decisión, necesitamos mantener buenas relaciones.

—A pesar de todo, Sasuke le tiene consideración a la señorita Haruno —comentó Itachi para luego mirar a la pelirroja— Aún no ha hecho su movimiento. ¿Verdad?

—No —respondió Karin mirando el tablero y se apresuró a mover una de las piezas.

—Sasuke tiene un buen corazón aunque quiera aparentar lo contrario —rió Mikoto— Por supuesto que iba a tenerle consideración a la señorita Haruno.

—Siempre me pregunté si la consideración de Sasuke con la señorita Haruno era por amistad o porque sentía algo por ella, pero supongo que esto lo resuelve —comentó Itachi haciendo su movimiento.

—En realidad, yo pienso que si Sasuke tuviese más tiempo de asimilar la idea, estaría feliz de casarse con la señorita Haruno —comentó Mikoto— Ahora mismo no está interesado en el matrimonio, pero cuando lo haga, pienso que ella sería su primera opción.

—En mi opinión, Sasuke ha sido más considerado con la Duquesa —respondió Itachi mirando a la aludida— ¿Se siente bien, Duquesa? De repente se ha quedado muy callada.

—¡¿Ah?! Lo siento, me quedé pensativa de repente —respondió Karin que trataba de mantener calmadas sus emociones, echó un rápido vistazo al tablero e hizo su movimiento— Me sigue extrañando oír sobre los matrimonios por conveniencia.

—Si tengo razón, no sería sólo un matrimonio por conveniencia —comentó Mikoto.

—Jaque, Duquesa —anunció Itachi tras mover una pieza.

—Mi señora, se ve pálida. Si quiere…

—No, estoy bien.

Doa se acercó a Karin tocando su hombro y aunque ella rechazó irse con la excusa de sentirse mal, la sirvienta mantuvo el contacto físico.

—No se sobreesfuerce, por favor, señora.

—Si no se siente bien, debería…

—Estoy bien. De verdad —Karin movió otra pieza para demostrarle a Mikoto que estaba bien y sonrió— Doa a veces exagera.

—¿En serio? Se ve distraída —preguntó Itachi moviendo otra pieza— Jaque mate.

—¡No! ¡Perdí! —exclamó Karin.

—Al menos ya se oye animada, Duquesa, pero por favor, si no se siente bien, no se presione —comentó Itachi con una sonrisa— No tomaremos este juego en cuenta, ya que la charla con mi madre parecía distraerla.

—No, odio perder, pero tengo palabra. Esta partida contó —respondió Karin— Especialmente porque fui yo la que se distrajo entrometiendose.

—Itachi, hijo, no seas malo con la Duquesa.

—Gracias por la consideración, Duquesa, pero tengo orgullo, y si el Señor Itachi no juega con todo lo que tiene, no podré disfrutar mi victoria cuando gane.

—Está muy confiada, Duquesa —comentó Itachi comenzando a ordenar las piezas para un nueva partida.

—Mucho. Le aseguro que esta vez seré yo quien gane —ella le sonrió ayudándole con las piezas, y Doa se arregló la voz discretamente.

Aquella señal, si bien había sido para llamar la atención de la joven noble, también había servido para que con magia, Doa le recordara que necesitaba una excusa para tocar a Itachi.

Era más que evidente que Itachi y Mikoto, más allá de que la vieran menos por ser una sirvienta, le tenían cierto recelo en esa ocasión en particular, y Doa estaba segura que era por los recuerdos borrosos que el varón tenía del incidente del descontrol de su ama. Seguramente ya había comentado algo con su familia.

—Será emocionante si así es —comentó Itachi ignorando a la sirvienta, aunque de vez en cuando la vigilaba de reojo.

—No voy a… ¡Ay! Lo siento —dijo Karin que había tirado una pieza "por accidente", y Doa se apresuró a querer recogerla.

Tal como ella y Karin habían pensado, Itachi también se agachó a querer recuperarla y fue ese momento que Doa aprovechó para tocar "accidentalmente" al varón.

Al contacto de la joven sirvienta, Itachi sacudió la cabeza confundido.

—¿Ocurre algo, hijo? —preguntó Mikoto que notó lo ocurrido.

—Lo siento —Doa se disculpó por el contacto bajando la cabeza, y ya que había tomado la pieza primero que el varón, se la ofreció con amabilidad— Tome, señor.

—Estoy bien, madre. Creo que me agaché demasiado rápido y me mareé —respondió Itachi.

—¿Está seguro? No quiero que si pierde, sea porque no está óptimo —preguntó Karin— Por favor, siga su propio consejo y si no se siente bien, no se presione.

—Me encuentro bien. Ya pasó —aseguró Itachi volviendo a la tarea de acomodar las piezas.

—Van a empezar a preocuparme si alguien más comienza a sentirse mal —comentó Mikoto inquieta.

—Le aseguro, madre, que estoy bien, pero si llego a sentir algo parecido, le prometo irme a la cama y llamar al médico.

—Doa, ve y prepáranos a los tres un té para mis malestares —Karin ordenó a su sirvienta para luego mirar a sus anfitriones— Les aseguro que les dará mucha energía y previene cualquier malestar o enfermedad.

—Sí, mi señora —Doa hizo una reverencia y se apresuró a ir a la cocina a cumplir con el encargo.

—Duquesa, no es necesario. Usted lo necesita más que nosotros, no lo desperdicie y…

—No acepto el desaire. Además, como he dicho, para esta apuesta lo necesito al cien —Karin lo interrumpió.

—Yo no…

—Tampoco acepto un no de su parte, Duquesa —Karin se dirigió a Mikoto— Le aseguro que le hará bien aún si está sana.

—Gracias —respondió Mikoto que no se veía convencida.

—¿Empezamos? —preguntó Itachi cuando todas las piezas ya estaban acomodadas.

—Primero esperemos el té, Señor. Así me aseguraré que estará concentrado para la partida —respondió Karin para luego dirigirse a Mikoto con una sonrisa— Duquesa, ¿podría preguntar por su consejo? Aunque diría más bien que es una situación hipotética.

—Claro —respondió Mikoto extrañada e Itachi miraba con curiosidad a la pelirroja.

—Si decidiera a casarme con un hombre de Konoha, ¿usted a quien me aconsejaría elegir?

La pregunta confundió bastante a ambos Uchiha, especialmente cuando hacía muy poco, la joven Duquesa había dicho que no deseaba un matrimonio con un extranjero.

—¿Tan pronto ha cambiado de opinión sobre casarse con alguien de aquí? —preguntó Itachi curioso.

—Bueno, les he comentado que en Uzushio, se le da prioridad a los matrimonios por amor, pero no quiere decir que no haya matrimonios por conveniencia —se explicaba la pelirroja— No es algo que quiera hacer, pero no descarto la posibilidad de que Su Majestad, la Reina, quiera aconsejarme un matrimonio arreglado cuando la visite.

—No creo que ella haga algo como eso, especialmente cuando conoce de donde viene —comentó Mikoto.

—Por el contrario, yo lo veo muy probable. No soy Reina de nada, pero hay una lejana posibilidad de que lo sea, así que sería conveniente para Su Majestad, que tomara un esposo de aquí para mantener las relaciones diplomáticas —explicó Karin para justificar su pregunta, una que más bien estaba dirigida en conocer la opinión de la fémina sobre alguna atención a sus hijos— Tengo entendido que la abuela de la Reina, era de mi Nación, y fuera de mi tía la Condesa, no han habido más matrimonios entre nuestras naciones desde entonces. Aún si no me convierto en Reina, un matrimonio conmigo sería muy conveniente para nuestros países.

—¿Y usted aceptaría alegremente la propuesta? —preguntó Itachi muy interesado en la respuesta de la joven.

—No, pero tampoco puedo oponerme demasiado si mis tíos los Reyes quieren que lo acepte —respondió la pelirroja sin mostrarse inquieta o incómoda con la idea, aunque tampoco parecía entusiasta— Aunque si puedo tratar de convencerlos para dejarme elegir… por ello mi pregunta a la Duquesa.

—Aun si es así, ¿no le parece demasiado pronto pensar en opciones cuando ni siquiera se ha hablado de la posibilidad? —preguntó Mikoto que no estaba muy segura de qué contestar. Es decir, de antemano sabía que su marido no estaba de acuerdo con que alguno de sus hijos fuese una opción, pero recomendar a alguien más, podría no ser tan bueno cuando los Uchiha no tenían amistades estrechas más allá que con los Condes de Ōku.

—Siempre me ha gustado estar preparada —respondió la pelirroja y la azabache se tomó unos momentos antes de responder.

—Pienso que es injusto que me pregunte a mí una sugerencia como esa, pues si debo nombrar al mejor partido de Konoha, diría que cualquier de mis hijos es el hombre ideal, después de todo, soy su madre —respondió la mujer— Pero si quiere que sea más objetiva, no tomaré en cuenta a mis hijos, y en ese caso, considero que el mejor partido en cuanto a estatus y personalidad, sería el Señor Neji, a quien conoció en la fiesta de los Hyuuga —quedó pensativa unos instantes— Pero si no es el estatus tan importante como ya nos ha mencionado anteriormente, probablemente sugeriría al Señor Lee, que es muy amable y enérgico, o al Señor Shikamaru, es muy inteligente y le gustan los niños.

—Supongo que deberé conocer al Señor Shikamaru, ya que él es el único con el que no recuerdo haber tratado o cruzado palabra —respondió Karin— Pero admito que no estoy satisfecha con que haya dejado de lado al Señor Itachi y al Señor Sasuke de esa evaluación.

—Creo que mi madre ha pensado hacer de lado a mi hermano, porque hay una propuesta en boga —intervino Itachi— Sospecho que la excusa de hacernos a un lado a los dos es sólo para no decirlo directamente.

—No digas eso. De verdad considero que ustedes, mis hijos, son la mejor opción para cualquier señorita casadera, tanto en estatus como en carácter y apariencia. La cantidad de admiradoras que tienen no me dejará mentir —respondió Mikoto tratando de disimular el apuro que le causaba el hecho de que su invitada considerara a sus hijos— Aunque cualquier madre lo haría, por ello los he dejado de lado para dar una opinión más objetiva. Sin embargo, pienso que la Duquesa no necesita de mi palabra para darse cuenta de ello, ya que los conoce.

—Creo que no somos tan buenos si la Duquesa ha preferido preguntarle su opinión, madre, en lugar de elegir entre uno de nosotros —comentó Itachi fingiendo estar dolido de tal modo que se entendiera que estaba actuando.

—Me gusta tener opciones y no limitarme en nada —comentó Karin— Además, parece ser que no es que la Duquesa no los considere como la mejor opción, sino que no debe ser de su agrado pensar en que alguno de sus hijos se case con una extranjera —comentó con una sonrisa al darse cuenta que Mikoto estaba tratando de evitar la sugerencia como Itachi le había dicho— Especialmente con costumbres tan diferentes a las suyas.

—¡Oh, no! Duquesa, por favor no piense eso. Usted me agrada mucho y estaría encantada de tenerla como nuera —Mikoto se apresuró a decir— La tendríamos de invitada con más frecuencia y le aseguro que hasta ahora, no me había divertido tanto con una invitada, como con usted.

—No se preocupe por mi opinión, Duquesa, entiendo que para una madre debe ser difícil separarse de sus hijos, pues si me convirtiese en Reina, su hijo tendría que ir conmigo a Uzushio —comentó la pelirroja— Por el contrario, me temo que no es mi deseo vivir en Konoha, así que una de mis condiciones de un matrimonio arreglado, sería que viviéramos en Uzushio.

—Me encantaría conocer Uzushio. Por usted, he leído sobre su nación, y sólo despierta más mi interés —comentó Itachi muy interesado y Mikoto se arregló la voz.

—Hijo…

—Hablaba de visitarlo, madre —comentó Itachi riendo.

—En todo caso, sepan que todos ustedes son bienvenidos a Uzushio. Con mucho gusto los alojaré con la misma amabilidad en que lo hacen conmigo —respondió Karin queriendo cerrar el tema, por un lado para no darle apertura a Itachi a seguir haciendo insinuaciones y por el otro, porque era evidente que la Duquesa, cuidaba sus palabras.

—Es muy amable. Espero que en alguna ocasión, cuando mi marido no esté muy ocupado, podamos tomarle la palabra —la mujer esbozó una sonrisa sincera— Realmente me gustaría mucho conocer su país. Sólo he oído maravillas de ese lugar.

—A mí…

—El té está listo, mi señora —Doa volvió con un carrito con la tetera, tazas, bizcochos y agregados para el té, interrumpiendo sin querer a Itachi, lo que lo molestó, aunque no lo demostró ni siquiera en un breve gesto.

—Les aseguro, señores que este té es delicioso, y cuando vayan a visitarme, probarán uno de mejor calidad —aseguró Karin para después apresurarse a hablar— Quiero decir, que no es que el té que ustedes tan amablemente me han proporcionado sea de mala calidad, sino que el tiempo de transporte cambia la calidad —se corrigió— Espero que me entiendan, y les aseguro que beberlo en su punto exacto, no tiene comparación.

—No se preocupe, Duquesa, lo entendemos —respondió Itachi recibiendo la taza de té que Doa le ofrecía.

—Claro, entendemos a lo que se refiere, y espero, Duquesa, usted pueda entender en que siento algo de reticencia de beberlo —respondió Mikoto recibiendo una taza también— Quizá para usted pueda ser saludable, pero temo que al ser algo nuevo, pueda caerme mal. Recuerde que no soy de su tierra.

—No se preocupe, Duquesa, le aseguro que una taza de té no tendrá efectos negativos en usted, mucho menos cuando muchas de sus propiedades se han perdido en la exportación —respondió Karin dándole un sorbo a su taza— Sin embargo, si al darle un sorbo decide que no le gusta, no insistiré en que lo tome. También entiendo que no necesariamente vayamos a coincidir en las preferencias gustativas.

—Supongo que probarlo, no me hará daño —comentó Mikoto con una sonrisa, y enseguida le dió un trago.


¿Causará algún efecto el que Mikoto e Itachi prueben el té? ¿Doa logró borrar por completo el recuerdo del incidente de la mente de Itachi? ¿Karin logrará soltar a Sasuke? ¿Itachi logrará convencer a Karin de que lo elija? ¿La Reina propondrá algún matrimonio por conveniencia a Karin? ¿Quién ganará la siguiente partida? ¿Qué otras dudas les han nacido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus dudas, teorías y respuestas en los comentarios n.n

Las imágenes que les he prometido, las estaré subiendo hasta el fin de semana. Espero que realmente les gusten n.n

Sin más por el momento, me despido n.n

¡Hasta la próxima actualización!