Estaban Jirume y Keiko sentadas en una tronco de árbol junto a el maestro asignado al nuevo equipo 7,Akemi Shimatsu,los tres esperando a cierta pelinegra sin noción del tiempo.No sería cuestionable lo desesperadas e impacientes que parecían sus expresiones.
—¿Oigan ustedes dos están seguras de que Shizuka vendrá? —El Shimatsu cuestionó.
—Tranquilo sensei, Shizu-chan siempre ha sido así—Habló exhausta la albina de su mejor amiga.—Creo que nació con eso.
—Pero aún así debería de estar aquí hace ya dos horas enteras—Alguien estaba perdiendo los estribos.—No podemos perder tiempo así como si más.
—Vamos Akemi-sensei—Habló esta vez Keiko de manera aburrida—Esas son costumbres completamente normales viniendo de ella, es imposible cambiarlas—Dijo para luego pararse, estirarse y bostezar todo seguido.
—No me digas—Gruñó mientras observaba el cielo.
—Oigan está mal hablar de las personas a sus espaldas—La susodicha llegó a aparecer.—¿Donde dejaron su educación?
—Mjm—Gruñó indignada la de ojos perla a través de un monosílabo—Mira quien llegó. ¿Cuál es tu excusa?, y ni pienses en algo estúpido esta vez.
—Me caí a un río y tuve que volver a casa a cambiarme.—Dijo con seriedad pero nerviosismo en su cara.—Saben que es verdad, ni se les ocurra preguntar más. —Finalizó despacio.
—Me sorprende que tu madre sea Shizune-san—La albina habló con desinterés.
—¡Quieres dejar de hablar mal de mí! —La azabache se quejó de manera infantil.—¡Eres un desastre como ser humano!
La otra le miró indignada.
—Genial, ahora tengo que hacerme caso de un grupo de mocosas mimadas— Gruñó su maestro con fastidio. —Como sí hacer de maestro de ustedes de manera obligatoria no fuera suficiente. Creo que Hokage-sama se está desquitando conmigo.
—Pues entonces verá a lo que he sobrevivido todos estos años—Keiko bostezó luego de hablar—Y ni se imagina lo que ocurrirá cuando algún chico decente pase por delante de esas dos—Dijo mirando a las susodichas medio gritarse—Nacieron fangirls y para dar dolores de cabeza increíblemente fuertes.
Las protagonistas de la crítica anterior escucharon completamente lo que la castaña dijo.
—¡Tú no eres quien para hablar así de nosotras! —Gritaron en conjunto.
—¿Por? —La orgullosa Hyūga preguntó.
—Oh, si cerca de Metal pareces fangirl—Acusó la albina.
—¡Eso! —Acompañó la Hatake—Además, él es menor.
—¡Claro que no! —Gritó—No me interesa lo que digan, solo somos amigos, su padre fue compañero de mi madre, y dejen de entrometerse en mi vida personal.
—¡Pero si estás roja!— Se burló la Senju.
Akemi ya no podía estar más fastidiado.
—Oigan... —Sus gritos no se calmaban—Escuchen...—Las voces de las tres aumentaron de tono como si fuera posible ser aún más escándalosas—¡Quieren callarse de una maldita vez!
El silencio reinó el campo de entrenamiento y las miradas de las niñas se dirigieron a su furioso sensei. Tragaron en seco, en lo que llevaban junto a él,o sea, ese día y el anterior,no lo habían visto enojado.
—¡Estoy harto de sus estúpidas peleas, de verdad creen que niñas mimadas como ustedes podrían ser kunouchis respetadas de almenos bajo rango! —Llevaron al límite a su sensei, de eso estaban seguras luego de escucharlo—¡Ya basta!—Gritó nuevamente—¡Solo se preocupan por cosas completamente estúpidas y lo crean o no las catalogaré de inútiles hasta que me demuestren lo contrario!. Claro, si es que alguna vez lo hacen, lo cual, estoy comenzando a dudar. —Un toque de ironía destilaba en su voz.
Bien, debían aceptarlo, las tres susodichas bajaron la cabeza por la realidad que su sensei les había mostrado. Ellas desde el inicio sabían que les faltaba tomarse en serio las cosas, pero esa dosis de realidad las llevó a la superficie.Estaba más que claro que sí querían llegar a sus metas debían mostrar un poco más de interés y reorganizar sus prioridades. Si lo pensaban mejor; 'Inútil' si era una palabra que definiera a la mayoría de cualidades de cada una de ellas.
—Lo sentimos—Lamentó resignada la de dos coletas altas.
—Si, es completamente cierto lo que dice—Shizuka confirmó desviando su oscura mirada.
—Eso espero—El sensei desvío su mirada a la de cabello blanco.—¿Algo que añadir Jirume?
—No volverá a suceder—Se disculpó cansadamente.
—Más les vale—Suspiró y cambió su fastidiada cara a una más calmada—Muy bien, desde que llegaron, si no hubiesen discutido me imagino que se preguntarán el por qué de estar aquí a las diez de la mañana.
—Alto, eso me lo pregunté de camino aquí—La de cabellos negros habló—Y estoy segura de que no fui la única—Desvío su mirada a sus compañeras las cuáles asintieron confirmando lo dicho anteriormente por la de ojos negros.
—Muy bien, pues es fácil, un exámen.
Las tres chicas se quedaron anonadadas ante la declaración.
—No me miren así, a pesar de que ya están graduadas existe un 33% de probabilidades de que vuelvan a la academia, eso si hablamos en general de las tres, pero si lo hacemos de una por una tendría un 50% de volver.
—¿¡Está hablando en serio!? —Gritó la albina, ella bajo ninguna circunstancia podía permitirse volver a la academia, su madre la hostigaria con entrenamiento extra implementado por ella o peor, otra amenaza extrema.
Dejando de lado el debate mental de la Senju las otras dos no eran la diferencia.
—¿Qué debemos hacer?—Cuestionó la azabache por las tres. —¿Podemos evitarlo, no es así?
—Si,y lo que deberán de hacer es muy fácil-Metió una mano en su bolsillo y sacó dos cascabeles—Deberán de quitarme cada una un cascabel y la que quede sin uno volverá a la academia.
Las tres tragaron en seco.
—Bueno, qué más da, todos sabemos de que conseguiré ese cascabel—Habló Keiko con altanería.
—Mjm, Hyūga orgullosa—Se quejó la de cabello de nieve mirando a su compañera con desdén.
—No hay problema sensei—La de ojos ónix pronunció—¿Cuándo iniciamos?
—De hecho... - El Shimatsu habló—Ya inició—Para luego esfumarse.
—O sea, que ya tenemos que quitar el cascabel, bueno aquí vamos—La Senju habló para si misma notando como sus queridísimas 'amigas' la abandonaron—Estas dos me las van a pagar más tarde. —Seguido a esto desapareció también.
Aquí el problema no sería como quitárselo, sino, como encontrarlo, el clan Shimatsu -clan en desarrollo en Konoha- se caracterizaba por ser un prodigio en el arte del genjutsu, ocultamiento, sigilo y transformaciones. De aquí en adelante se necesitaba calcular cada diminuta pista que llevara hacia la ubicación de Akemi.
Keiko iba sigilosa, con su byakugan activado y dos kunai en sus manos. De lejos notó el conducto de chakra de su sensei y sonrió con burla.
—Pero que poco cuidadoso sensei—Analizaba aún con cuidado lo que sus ojos veían a treinta metros, pues ella era joven pero no tonta.
Al acercarse notó otro chakra menor, esa era Shizuka y ambas sabían que estaban cerca. Keiko emprendió camino hacia el escondite de su sensei, una rama alta en un árbol frondoso, y justo cuando iba a acercarse, lanzó uno de los kunai,se clavó, pero no fue eso lo que llamó su atención, sino más bien la técnica de sustitución puesta en práctica por el mayor.
—Tsk—Chasqueo con la lengua—Maldito sensei—Acto seguido bajó su mirada hasta la Hatake.—¿Y tú que demonios estas mirando?
—¿Con qué sustitución he? —Habló pensativa—¿Qué te parece si hacemos un trato?
—¿Qué clase de trato? —Cuestionó alerta.
—Una especie de tregua, haremos lo posible por quitarle al menos un cascabel, de ahí en adelante nos las arreglaremos entre nosotras.—Contestó sencilla.
—¿Dónde entra Jirume en todo esto?
—Sí cuándo tengamos la oportunidad para tomar el cascabel están los dos, los tomamos, si hay uno solo ya veremos.—Habló con algo de preocupación la azabache sobre su mejor amiga—De alguna u otra manera Jirume tiene que comenzar a tomarse las cosas en serio.
—Bien, por mucho que me duela solo el destino sabrá que ocurrirá con ella. —Sentenció provocando un suspiro cansino por parte de la azabache.
Por otro lado Jirume ya no sabía que hacer, estaba escondida entre unos unos arbustos intentando planear algo.
Las otras dos ya con su sensei localizado, el cual gracias a la vista de la castaña habían encontrado que se encontraba transformado en una pequeña roca, aún así con algo de dificultad por su técnica.
Ambas se acercaron sigilosamente y cuando se acercaron lo suficiente la roca desapareció dejando un rastro de humo justo allí. Ambas chicas sintiendo la presencia detrás de ellas se giraron y saltaron hacia atrás esquivando unas tres shurikens.
Aquí comenzó todo, entre ambas lograron de manera exhaustiva conseguir cada una un cascabel, a lo que luego de esto se miraron de manera preocupada por su tercera.
Lejos de allí nuevamente Jirume aún seguía formulando en su cabecita una manera de encontrar a su sensei, hasta que una señal de este le dejó claro de que ya había culminado la prueba y por ende ella era la reprobada.
Minutos después las otras dos no saben cómo la de cabellos blancos terminó atada a un tronco y con ganar de morir.
—Esto no puede pasarme—Se repetía en voz alta más que mentalmente.
Las otras dos la miraban con preocupación. No querían que esto le ocurriera a ellas.Ambas querían hacer algo pero ni idea, hasta que a la de ojos perla se le ocurrió una única salida.
-Ahhh~ No puede ser-Murmuró algo exhausta Keiko-De casualidad no existe posibilidad de que yo le deje mi lugar a Jirume y tome el de ella. —Cuestionó hacia su maestro.
Para ese momento, Jirume salió de su laguna mental.
—¡Ni se te ocurra Hyūga! —Gritó la de ojos miel.—¡Como lo hagas no te vas a librar de una paliza por parte mía!
—¡Ni me interesan tus amenazas infantiles, sabes que soy capaz de hacerlo, y sí no lo hago yo, lo hará Shizuka—Habló severa a lo que la de ojos ónix afirmó.
—¡Este es mi problema! —Gritó nuevamente—¡Ustedes no pagarán por mi error!
—Sí lo haremos—Se giró hacia su maestro—Dígame sensei, es posible.
—¿Estás segura de que quieres esto? —Preguntó con mirada interrogativa—Será otro año en la academia, no habrá vuelta atrás.
La castaña tragó en seco y asintió con seguridad, podía ser engreída,egocentrica,orgullosa y aún existían más adjetivos cuestionables que describiesen su carácter y personalidad pero desagradable o despiadada no eran uno de ellos, era realmente una gran amiga cuando la situación lo ameritaba.
—Pues... Pasaron las tres—Dijo con una sonrisa cansina.
Las tres chicas parecían estar fuera de sintonía.
—¿Disculpe? —Interrogó la de ojos nácar.
—Ya veo por qué Kakashi-sama me recomendó una prueba de este estilo—Murmuró el Shimatsu para sí mismo—El objetivo de este examen era que trabajaran juntas, al parecer es una especie de tradición de este equipo o algo así.—Dijo haciendo un ademán para restarle importancia.
Las tres chicas suspiraron con satisfacción y luego rieron un poco.
—Bueno, como sea, las veo aquí mañana a primera hora para su primera misión, y por cierto, no olviden desatar a Jirume—Dicho esto desapareció en una nube de humo.
Ellas continuaron con sonrisas que señalaban una gran felicidad. Ya que sabían que de ahora en adelante quisieran o no, serían un equipo indestructible.
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