El blanco y gordo gato escapó para torturarlas a las tres, su primera misión no iba tan bien como creyeron que iría, ya llevaban más de cuatro horas intentando atrapar a esa maldita bola de pelos como cariñosamente había decidido llamarle Shizuka.
—¡Ya no lo aguanto!
—Contrólate Jirume—La oji-perla habló, estaba junto a las otras dos apenas respirando por la falta de oxígeno que sentían, por ende recostadas en el suelo del verde bosque—No es tan difícil tampoco.
—¿¡Cómo puedes decir eso Keiko!?—La albina se quejó con su cara y brazos llena de arañazos.—A, espera, cierto, eres la orgullosa entre nosotras, era de esperarse—Finalizó amargamente.
—¿De dónde demonios sacas tantas energías para gritar?—Preguntó frustrada en casi murmullo la azabache, la cual sentía que el mundo le daba vueltas.
Lo que pasa es que todo iba de maravillas, el problema fue que su sensei luego de que la misión rango D fuera orientada, técnicamente las abandonó a su suerte, diciendo de que las "supervisaría" de lejos.Aunque por supuesto ni cumpliendo su palabra ellas tres tendrían las cosas más fáciles.
—Akemi-sensei las pagará en grande cuando salgamos de esta—La oji-miel prometió, más para si misma que para nadie, aunque aún así las demás asintieron con un quejido.
—Esperen—Interrumpió la oji-negra al percibir movimiento desde las cercanías—¿Escucharon eso?
—Oh, creeme que lo único que escucho son esos maullidos de gato que parecen burlarse de nosotras—El sarcasmo de la Senju hizo aparición—Y aún así, lo odio.
—Tienes que tener alguna especie de enfermedad mental—Habló atormentada la castaña ignorando así a la tercera—Aunque tranquila, eso viene con el soliloquio. —Culminó con una sonrisa burlona dejando a la de ojos canela con una expresión que enmarcaba lo ofendida que se sentía, o simulaba.
—¡No!—Las silenció dicha tercera—Se escucha como, si unos gatitos hubieran nacido recientemente.
—Olvídate de mi supuesta enfermedad mental por soliloquio, que de hecho parezco tener porque las personas que considero amigas desaparecen casi siempre dejándome con la palabra en la boca—La albina se defendió y sumó—Ella está peor que yo.
Keiko solo pudo asentir en confirmación, mirando a su otra amiga con una mirada aterrada la cual denotaba que estaba siguiendo al pie de la letra el anterior comentario.
—Ah, como sea—Gruñó la susodicha—Iré a ver por mi cuenta.
La pelinegra se acercó al lugar de donde provenía el diminuto y agudo sonido para ver y subió su mirada a sus amigas las cuales la miraron como si la locura la hubiese carcomido pues jurarían que le veían diminutas estrellitas por pupilas. Les hizo un gesto con su mano izquierda en señal de que se acercaran. Las otras dos realizaron lo mismo que la anterior y se encontraron con el gato que perseguían, quien recientemente acababa de confirmar de que su dueña le había confundido de género, pues tenía cuatro gatitos a los cuales estaba alimentando.
—Creíble o no, voy a reclamar esta misión como si hubieran sido cinco—La castaña tenía una mirada de odio e incredibilidad en su cara pero la imagen a su parecer también era encantadora.—No pienso volver a atrapar gatos en mi vida—Culminó con una sonrisa torcida.
A su lado la de cabellos plateados asintió emanando un aura que la hacía parecer más brillante que el Sol, si es que aquello fuese posible y sin aún apartar su vista de los diminutos felinos.
Luego de haber tomado a los gatos, cosa que no fue tan fácil cómo creían, pues no contaron con que era una muy mala idea alejar a una madre de sus crías. Por este factor, llegaron a la oficina del Hokage para reportar su misión con aún más arañazos de los que tenían, al estar allí, el Nanadaime les informó que otra misión había sido entregada a su sensei.
Al salir de la torre, se toparon con el susodicho, al cual, al parecer le hacía gracia verlas en el estado en que terminaron la misión pues intentaba aguantarse una que otra risa.
—Pero miren a quien le dieron ganas de aparecer.
—Más respeto Shizuka, soy su sensei.
—¿Akemi-sensei que es lo que estuvo haciendo que fue tan importante cómo para dejar a tres Gennin varadas en un bosque buscando a un felino sin género concreto y sin esa "supervisión" que según usted nos iba a brindar?
—¿Sabías que hablas mucho Keiko? —Contestó algo indignado el Shimatsu—Pero, si fue importante, sabía que todo saldría bien a si que no me preocupé de más—Hizo un ademán con las manos restando importancia al asunto—Estuve haciendo unas que otras cosas que no les debe de interesar saber.
—Cómo quiera—Comentó la Hyūga más que un tanto enojada por el comentario anterior dirigido hacia su persona.
—Qué importa lo que estaba haciendo, Hokage-sama ha dicho que se le había entregado una misión para nosotras—Se turnó para hablar esta vez la Hatake de manera cansada pero casi histérica.
—Ah sí, hablando de eso, es más una pequeña misión más dirigida hacia mí que para ustedes, más bien serían como... Mis ayudantes.
—Explíquese sensei—Habló algo harta la de ojos lilas.
—Ese tono Keiko—Intentó llamar su atención—Sobre la misión, realmente es sobre infiltración, no es nada grave pero aún así hay que tener cuidado, es de rango C.
Keiko seguía mirando mal al Shimatsu.
—¿Tú nunca sonríes verdad?—Habló nuevamente el de cabello rojizo y ojos caoba.
—¡Claro que si lo hace! —Jirume debutó en esta conversación—Por ejemplo el día de graduación, se la pasó toda la mañana con una sonrisa tonta en su cara.
—O cuando 'alguien' la abrazó en un entrenamiento en el cual le hizo un cumplido sobre su puntería—Prosiguió la Hatake mientras jugaba con un mechón de cabello de la susodicha.
—¡Quieren callarse de una maldita vez!—La castaña las interrumpió—¡Consíganse una vida!
—¿Ustedes tres nunca van a cambiar verdad?—Su sensei suspiró ya cansado.
Las tres gennin callaron rápidamente y bajaron su cabeza algo apenadas. Esto lo tomaron en cuenta nuevamente.
—Lo sentimos—Repitieron las tres nuevamente, en lo que llevaban de semana ya se habían disculpado por la misma razón unas tres veces junto a esta, la prueba del día anterior, en la mañana por una razón que por el bien de todas no sería recordada y ahora esta.
—Ya ni sé que decir—Suspiró—Mañana a primera hora partimos hacia la aldea de las flores, ni se les ocurra llegar tarde, eso va sobre todo para tí Shizuka.
Lo último sacando una risa algo nerviosa por parte de la susodicha.
—Como sea, nos vemos mañana—Dicho esto Akemi desapareció tan rápido como había llegado.
—¿Chicas, de que creen que trate la misión en sí?—Preguntó la Hyūga mientras caminaban por una de las calles menos transitadas.
—¿A que te refieres?, el sensei dejó en claro que era de infiltración, por esto lleva espionaje.
—No me refiero a eso Shizuka, quiero decir, no les parece extraño que justo esta mision sea realmente para Akemi-sensei.
—Ahora que lo dices, tienes razón—Argumentó Jirume—Se supone que mientras estemos de Gennin no tenemos permitido salir de la aldea para esta clase de misiones, creí que solo eran para Chunnin y demás rangos.
—Bueno, no lo sé, pero será mejor que volvamos a casa a descansar—La de ojos ónix propuso—Después de todo mañana será un día muy pesado para nosotras.
—Estoy de acuerdo, será mejor regresar a casa ya—La albina contestó—¿Nos vemos mañana?, realmente quiero ahorrarme peleas con mi madre a si que si planean otra escapada nocturna les voy diciendo un rotundo no-Finalizó cruzando sus brazos en forma de X.
—Ese es el objetivo de descansar, Jiru-baka—La Hatake dijo.
—¡No me llames así!—Jirume se intentó defender-Keiko dile algo.
Silencio fue lo que se escuchó entre ellas.
—¿Keiko?...—La buscó con la mirada—¿Se ha ido verdad?
—Sabes que lo hizo,ella es así,como sea, nos vemos—Pronunció y se fue.
—Que gran equipo que somos, creo que éramos más cercanas en la academia—Dijo para desaparecer también.
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Subiré capítulos lo más seguido posible en toda la semana.
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