El comienzo del día había iniciado de manera deplorable,una horrible lluvia había sido lo único con lo que no contaban que ocurriría,sobretodo si el día anterior había un sol extremadamente resplandeciente capaz de evaporar el mar...Oh,eso lo explicaba todo.Además del mal clima,tomemos en cuenta el estado de ánimo de nuestras tres jóvenes protagonistas, debido al diálogo compartido la noche anterior.
Si el cielo estaba escaso de alegría,ellas intentaban rivalizar con él. A la hora de reunirse para el desayuno junto con Akemi,este podía sentir unas auras oscuras y entidades completamente desastrosas alrededor de sus alumnas,por un momento dudó si preguntar,pero asumió que ese no sería el momento adecuado para un interrogatorio, y menos si parecía que podían gritarle y llorar al mismo tiempo.
—Oigan— Destruyó el silencio —Cuando terminemos aquí podemos comenzar con la primera parte de la misión.
Luego de la convocatoria recientemente dada, recibió tres asentimientos deprimidos que solo aumentaron la tensión que había alrededor del reciente equipo siete. Con esto el Shimatsu solo pudo suspirar, tomar sus palillos y seguir comiendo su arroz además de intentar expulsar las interrogativas que salían a flote en su cabeza enviándolas a lo mas recóndito de su mente.
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Si alguna vez alguien les hubiera dicho que ser shinobis no solo consistía en hacer misiones y defender su aldea ,puede que hubiesen preferido no dedicarse a ello, la razón de dicha cuestión era nada menos que lo que les habían ordenado justo ahora,realmente una misión donde tuvieran que atrapar y devolver un gato a su dueño era preferible ante algo tan denigrante como lo eran atrapar gallinas y devolverlas a sus gallineros.
—Sensei...se puede saber el por qué estamos aquí.
—Buena pregunta Keiko— Respondió calmadamente al notar el pánico en los opalinos ojos de la menor —No creerían que ese hospedaje era gratis verdad,o al menos que solo vendrían a ayudarme a jugar a los espías.— Más que aclaramiento parecía un reto—Además, si les molesta tanto hacer esto, tómenlo como un entrenamiento de disciplina shinobi o una misión de rango D como las que normalmente seguirán haciendo en la aldea.
—¡Sensei! —La albina chilló —¡Esto no puede considerarse por más que se quiera una misión!
—Cuidado con ese arrebato Jirume— Intentó calmadamente llamarle la atención la azabache —En todo caso a pesar de que esto lo considero... Completamente denigrante para un shinobi, me imagino de que es algo que no se puede evitar siendo Gennin ,es así,¿O me equivoco sensei?— Finalizó aburrida.
—Estas sin duda en lo cierto Shizuka— Acompañó desinteresadamente el mayor.
—¡Shizu-chan,como puedes estar de acuerdo con todo esto!—La oji-miel se quejó mientras olvidaba la incomodidad entre ellas expresando así el apodo que resguardaba especialmente para la azabache, su mejor amiga— Realmente no sé que le hayas de bueno a todo esto, literalmente está lloviendo el mar y tenemos que llevar un montón de ratas con plumas a sus casetas, ah, realmente no quiero ensuciarme por el lodo— Lloriqueó en quejas.
—Jiru-baka— Destiló con desprecio —En ningún momento dije que me gustara esto ,preferiría estar un millón de veces en un suave futón bebiendo algo de té tibio y leyendo tranquila ,al igual que tú— Aclaró— Pero por si no te has dado cuenta es lo que debemos de hacer,que demonios pensabas que harías cuando te convirtieras en kunoichi ¿jugar a las cartas? Recuerda que de todo hay que empezar desde cero.
—Creo que tengo una alumna favorita— El Shimatsu provocó.
—¡Que clase de sensei se considera!— Criticó la de cabello níveo.
—La clase de sensei que no piensa hacerlas vivir en una mentira creada solo para el disfrute personal de ustedes,en cualquier caso,les recomiendo seguir el ejemplo de Keiko,ella es terca pero no se queja tanto. — Señaló a la castaña que luchaba bajo la lluvia sujetando una gallina que movía eficazmente sus alas contra ella,a la cual quería adentrar en uno de los gallineros.—Dejen de perder el tiempo,será mejor que se pongan manos a la obra y terminen lo antes posibles,si no lo logran antes del atardecer no cenarán.
—Con las comidas no se juega sensei— Tarareó la Hatake mientras saltaba las cerca que los separaba del territorio de las gallinas y pisaba el lodo para imitar a la de ojos lila.
—¿No irás Jirume?—Cuestionó desviando su mirada hacia la mencionada.
Pareció dudar un poco pero terminó por asentir en afirmación, luego hablaría con ella. La chica al tocar el lodo casi había resbalado lo cual había proporcionado un pequeño grito o más bien chillido. El intentar tomar a las gallinas tampoco fue que le hubiese gustado, al levantarse para intentar tomar una, otras tres saltaron sobre ella, dos picoteando sus brazos y la otra descansando muy cómodamente sobre su cabeza como si no le importase la movida que había bajo de ella, provocando así un fuerte estallido de risas por parte de su compañeras.
—Haha- creo que confunden a Jirume con otra gallina— Habló intentando comprimir un poco una estridente carcajada.
—Es por su cabello—Acompañó la azabache entre risas—¿No lo ves? Parece un nido de plumas.
—¡Oigan!—Se intentó defender—No es mi culpa no tener un cabello completamente lacio, además, admitan de que el volumen es lo que le da vida—Replicó tocando su cabello que caía por debajo de sus hombros.
—Claro, ¿Pero esos cabellos no eran los más propensos a caerse? —La de orbes ónix contraatacó vilmente.
—¡Ni te creas! — Gritó— ¡Sensei! Dígales alg- —Cortó su monólogo dándose cuenta de que el Shimatsu había desaparecido nuevamente sin dejar rastro.
—Si alguna vez es secuestrado no creo que podamos encontrarlo—Interceptó aburrida por primera vez la castaña a lo cual las otras dos asintieron en sintonía.
El silencio las volvió a sumir hasta que otra de las gallinas arremetió contra la albina otra vez provocando nuevamente las risas contraapartes.
—¡Esto ya no es gracioso! — Chilló en vano mientras intentaba alejar a esa ave y dos más que se le acercaban de nuevo logrando que la pobre chica corriera por el área, dándose cuenta luego de un rato de que una de ellas había picoteado parte de su corto y estilizado kimono verde.
—Desde nuestro punto de vista si lo es —Habló con una sonrisa las de ojos opalinos.
—¡Pues para mi no!
—Para ti nunca lo fue Jiru-baka —Shizuka sentenció.
—¡No me digas así!
—Lo eres—Insistió antes de otra discusión.
—Disculpen por interrumpir otra de sus peleas enemistadas pero las plumas son algo molestas —Admitió antes de estornudar.
—Como que alguien es alérgica.
—Al menos a mi no me atacan por el color de mi cabello.
—Ni creas, eso es más que molesto, duele.
—Agh, como sea, solo terminemos con esto rápido, solo quiero alejarme de esta lluvia, el campo de visión disminuye y la humedad es incómoda,comienzo a sentir frío. —Shizuka alegó.
—Estoy de acuer... ¿No habían menos gallinas? —Keiko integró.
—Keiko... ¿Habías cerrado las puertas verdad? —La albina la miró incrédula.—Por favor dime que sí.
—Te diría que sí, pero creo que olvidé mover los cierres. —Habló exhausta.
—Kami-sama por qué.
—Deja de lloriquear Jirume, ahora tenemos más trabajo por hacer — Interceptó nuevamente la anterior, para continuar o más bien iniciar desde el principio la tarea entre manos.
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Para culminar, en contra de cualquier pronóstico el torrencial aguacero cesó justo cuando pusieron un pie en la posada,en todo caso no podían quejarse, ese clima no era nada extraño en ese lugar, el exceso de flores se mantenía fuerte debido a la humedad, haciendo así énfasis al nombre de dicha aldea.
—Necesito un baño— Alegó una de ellas y las otras asintieron en confirmación.
Justo antes de avanzar un poco más de la recepción, Akemi dio su aparición para mal ánimo de las menores.
—A usted le gusta desaparecer cada vez que nos dejan alguna misión, que hace, ¿Jugar con animalitos en el bosque?
—Keiko, ese tono.
—Por favor díganos de que esto no era para lo único que hemos venido a este hermoso infierno de aldea — Exigió la Hatake intentando exprimir las mangas de su negra blusa estilo yukata, en vano debido al exceso de agua en su corto cabello.
—Claro que no, por quien me toman—Alegó recibiendo un suspiro de calma por las demás—Esto sólo era parte de ello, creo que sería mejor hablar de estas cosas en alguna de las habitaciones.
—Bien —Asintieron las tres en sintonía abriéndose paso para llegar a los baños, pues como era de esperarse, el exceso de lodo y plumas no iban muy bien con el agua de lluvia.
Luego de ese necesitado baño entraron a una de las habitaciones, ya casi era medianoche por lo cual había un silencio especial en el lugar.
—Muy bien, eso que hicieron ustedes, era solo una pequeña distracción para localizar un pergamino especial que necesitamos tomar y llevarlo a la aldea, en resumen, el objetivo de la misión.
—Entonces, mientras nosotras estábamos técnicamente peleando con pollos usted se estaba infiltrando en algún lugar que luego dirá que no es nuestro problema para localizar 'ese' pergamino especial. —Alegó rápidamente la Hyuuga.
—Entiendes rápido Keiko—Felicitó a la aludida alimentando su ego—De cualquier modo, todo ocurre por algo.
—Eso está más que claro sensei—Respondió la Hatake. —Pero mencionó de que era solo la mitad ¿No es así?
—De hecho estás en lo correcto, mañana aprenderán lo que es infiltrarse en sigilo.
—¿Algún detalle? —Cuestionó la Hyuuga.
—Solo les diré que no tiene que ver nada con animales con alas... Creo—Aclaró—Lo que harán será entrar por la cocina de la mansión del señor feudal y luego llegar hasta una de las habitaciones principales, la segunda del tercer piso para ser exactos. Mañana les daré una información más detallada. —Dijo para conseguir un asentimiento de dos de las tres chicas.
—¿Alguien me explica?—Jirume cuestionó.
—De verdad que en esa cabecita solo hay estrellas—Se quejó.
—¡Oye! Las estrellas son bonitas —Luego calló en cuenta de lo dicho—¿¡Acabas de ofenderme!?
—De hecho, sí.
—Vayan a dormir de una buena vez —Respondió Akemi levantándose y pasando una mano por su rojizo cabello mientras cerraba sus ojos caoba—Es tarde, y mañana necesitarán energías—Culminó para salir de la habitación a la suya.
—Akemi-sensei tiene razón, ya tengo sueño—Alegó Keiko sin desatar sus inexistentes coletas pues su cabello aún seguía húmedo y no lo había recogido para posteriormente incorporarse en su futón.
Las otras dos siguieron su ejemplo y comenzaron su ciclo de sueño, aunque no sin antes terminar por explicarle a Jirume lo que harían la mañana próxima.
Sus problemas estaban solucionados de alguna forma natural, o al menos eso podían notar.
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