"Pájaros en la cabeza y volar
a donde las ventanas siempre están abiertas,
donde el humo de tus pasos nos enseña a vivir.
Pájaros en la cabeza y soñar
que aún contaré relámpagos contigo,
aunque el tiempo y la arena escondan el camino hasta ti" ¹
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Embriagado de anticipación, Harry se levantó tan temprano que, al no oír ninguna voz en la penumbra de la madrugada, se mantuvo acostado por un largo periodo de tiempo. Cerró los ojos tratando de volver a conciliar el sueño, pero su cuerpo y mente estaban ansiosos y listos para levantarse.
Al escuchar unos leves murmullos en el piso de abajo, Harry se separó de la cama en silencio, procurando no despertar a Ron, quien roncaba a su lado. Tantos años de compartir cuarto y Harry ya se había acostumbrado a los molestos ruidos de su amigo.
Bajó las escaleras, y siguió un dulce rastro de olor que lo llevó hasta la cocina. Para su sorpresa, la larga mesa que se extendía por toda la cocina ya tenía a un par de personas sentadas. Remus Lupin y Sirius Black, sentados uno al lado del otro, tomaban café, mientras que la Señora Weasley terminaba de preparar el desayuno.
El primero en notar su presencia, fue su padrino. Sirius levantó su taza en dirección a Harry y le sonrió.
—Buenos días, Harry —Saludó Sirius. A la mención de su nombre tanto Remus como Molly, también le saludaron— ¡Qué madrugador!
Sirius terminó por levantarse de la mesa y lo abrazó por un largo momento. Harry respondió el contacto feliz de reencontrarse con su padrino. Al separarse, Sirius lo guio a sentarse frente suyo y solo bastó un ligero movimiento de la varita de Molly para que un plato y servicios de plata refinada, fueran flotando desde los estantes hacia su puesto.
No podía evitar sentirse avergonzado. Los tres adultos ya estaban vestidos de pies a cabeza, listos para afrontar el día, mientras Harry aún tenía el pijama puesto. Se reprochó a sí mismo de no haberse cambiado antes de bajar.
—Cuantas noticias han llegado a mis oídos, Harry —Dijo Sirius—. Buenas, malas y otras de procedencia dudosa. —Molly sirvió el desayuno y Harry al darle el primer bocado a su trozo de pan, se dio cuenta de lo hambriento que estaba—. Dime ¿Te secuestró una manada de grindylow? O peor... ¿Los duendes fueron a por ti para cobrar un centenar de deudas?
Harry casi se atragantó con su comida y antes de responder tuvo que tomar un largo sorbo de leche. —A menos que me hayan lavado el cerebro, no tengo ni idea de eso.
El resto de los puestos fueron colocados por Molly y cuando la mujer se sentó, de forma automática, su taza se llenó de té con leche. Aunque pasara desapercibido, Molly era una poderosa bruja, que dominaba el arte de los hechizos no verbales.
—Bueno, creo que deberíamos ir a la cuestión ¿No? —Sugirió Remus llenando su plato con una gran montaña de comida. En la mesa, sus utensilios eran junto a los de Sirius, los únicos que no eran de Plata. Harry supuso que era por el hecho de ser un hombre lobo y como su padrino se sentaba más cerca, también tenía que usar esos platos de cerámica—. Harry, cuéntanos que fue lo que ocurrió.
—¡Lupin! Habíamos quedado que no íbamos a presionar a Harry —Replicó Molly. La mujer le tomó la mano a Harry—. Querido, no tienes que decir nada si no quieres.
Pero Harry, lo único que deseaba era hablar y ser comprendido. Cuando abrió la boca para modular, Arthur Weasley lo interrumpió entrando a la cocina.
—¡Arthur que bueno que llegaste! ¡Haz entrar en razón a Lupin y Sirius! —El hombre, que ni siquiera había dado los buenos días, levantó una ceja—. Están presionando a Harry para que hable.
Su padrino puso los ojos en blanco, pero no dijo nada, dejando que Lupin se explicara por Él—. Opino que no deberíamos aplazar el problema mucho más. Lo que le sucedió a Harry puede ser de suma importancia.
—En realidad también estaba pensando en contarle a Harry todo —Declaró el Señor Weasley tratando de besar a su esposa, pero ella lo esquivó y se puso de pie—. Vamos Molly, es su derecho.
—¡Es cierto! Llevo todo el verano queriendo saber algo ¡Lo que sea!
—Entonces dispara, Harry —Habló Sirius, guiñándole el ojo—. Te responderemos todas tus preguntas.
—¡No! ¡No! ¡Y NO! —Bramó la Señora Weasley, tomado a Harry por los hombros—. Harry no los escuches, están siendo unos insensatos. —La mujer apretó sus delgados brazos y le dio un suave beso en la cabeza— ¿Por qué mejor no vas arriba y despiertas a Ron?
Harry entonces, agarró la mano de Molly y se separó un poco de la mesa. Desde tan cerca pudo identificar nuevas arrugas y canas en su rojizo cabello. Todo indicaba que no estaba pasando por un buen momento. Por ello, Harry trató de responder de la forma más tranquila posible:
—Entiendo que para ustedes sigo siendo un niño. Sé que no soy mayor de edad. Pero YO fui quien vio a Voldemort regresar. —Molly cerró los ojos ante la mera mención del nombre prohibido—. Todos los días, siento como está en mí. No entiendo por qué. Él cada cinco segundos vuelve a adueñarse de mis pensamientos y es una sensación que no me deja en paz. —Harry orientó a la señora Wesley de nuevo a su asiento y le sonrió—. Es por eso, que necesito saber todo, porque de otra manera voy a terminar volviéndome loco.
Ella comprendió que solo podía limitarse a apoyar a Harry en lo pudiera. Aunque eso le doliera igual que una apuñalada. Ella sentía los problemas de Harry como si tratara de uno de sus hijos y esa situación no hacía nada más que destrozar su corazón de madre.
Suspiró rendida y acarició el indomable cabello del chico.
—¿Quieres jugo, Harry? —Preguntó Molly, mirando de mala forma a los hombres que comenzaron el conflicto—. Porque parece que vas a tener que hablar mucho.
Harry asintió, agradecido de la comprensión de la mujer. Un vaso de Jugo de frutilla llegó flotando a sus manos y dio un sorbo.
—Molly, sírveme a mí también —Pidió Sirius— ¡Me muero de sed!
—¡Hum! ¡Sírvete solito, que yo no alcanzo la botella!
—¿Así que esas tenemos? —Sirius puso los ojos en blanco y frunció el ceño—. Bueno, para que te conste, no eres la única que sabe hacer magia no verbal. —Molly dio un sorbo a su Té y Harry pudo identificar una sonrisa en su rostro—. Fíjate bien en la razón por la que sacaba tantos: "supera las expectativas", en el colegio.
Su padrino se concentró y un vaso fue danzando a su mano. La botella de jugo temblaba un poco y todos en las mesas se hallaban expectantes al resultado. Sirius mantenía los ojos cerrados y se apartó el cabello del rostro confiado de sus habilidades, pero la orden de servirse no salió como lo esperaba, porque el líquido en lugar de verterse en el vaso, lo hizo encima de su cabeza. Lupin corrió su silla un poco, para no ensuciarse, al compás que la mesa estallaba en carcajadas. Harry creyó que Molly tenía algo que ver. Aunque no tenía pruebas para acusarla.
—Agh... Bueno de todos modos ya era hora de lavar esta camisa.
—Bueno, Sirius, ahí está la prueba del porqué sacaba tantos "Extraordinarios" en el colegio.
Los sonoros ruidos de risas se hicieron más fuerte y Harry vio como los rostros de los adultos rejuvenecían un poco. Por más que la señora Weasley, hubiese optado por ser una ama de casa, seguía siendo la madre de los gemelos, Fred y George. Bromistas excepcionales.
Una vez recuperados de la euforia inicial, Lupin le pidió que les contara su versión de la historia y Harry lo hizo, con el olor del jugo de frutilla impregnado en su nariz.
Los adultos escucharon atentos y cuando concluyó, Harry bebió un vaso de jugo entero. No recordaba cuanto tiempo había pasado desde que tuvo que hablar tanto. Se quedaron un minuto en silencio, pensando y tratando de encontrar algún detalle que se les había pasado.
—Es todo tan extraño —Murmuró Sirius. A su lado, un mágico paño de cocina limpiaba los restos de líquido que salpicaron encima de la mesa—. No tiene sentido; Dementores en una ciudad repleta de Muggles ¿Por qué?
Harry suspiró y analizó sus palabras por milésima vez. Todos se veían preocupados. El adolescente, solo con sus expresiones pudo deducir el resto.
—Están pensando en Voldemort, lo sé. No tienen por qué ocultármelo —Sentenció Harry. Le resultaba tan frustrante ser excluido así—. Parece que soy de los pocos que no dudan en su regreso. Él está vivo. Puedo estar miope y tener que usar lentes, pero en el cementerio lo vi todo claro. Pensé que por lo menos ustedes...
—Harry nosotros no dudamos que el haya regresado —Mencionó el Señor Weasley, interrumpiéndolo—. Solamente que, su ataque hacia ti no tiene sentido ¿Por qué se expondría de esa manera para atacarte? Además, los dementores son administrados y guiados por el ministerio de magia.
Harry frunció el cejo y preguntó— Es decir ¿Qué Voldemort no tiene nada que ver con esto?
—No podemos asegurar nada todavía. —Concluyó Arthur.
Un fuerte *Clic* se escuchó. Todos se voltearon para buscar la procedencia del sonido. Era el elfo doméstico más viejo, que alguna vez Harry había visto. Tenía cara de malhumorado y entre sus manos traía un ejemplar de "El Profeta". Ignoró el saludo que Harry y el resto le dedicó, y fue directo a Sirius, para casi lanzarle el periódico. Luego se limpió las manos, frotándolas contra su ropa raída y con el mismo *Clic* desapareció de la cocina.
—Él es Kreacher —Presentó Sirius después de que el elfo se fuera—. Viene con la casa, es el elfo doméstico de los Black. Solo ignóralo, de todos modos, no disfruta nuestra amigable compañía.
—¿De los Black?
—¿No te lo han dicho, ya? —Sirius cuestionó confundido. Lupin se limitó a encogerse de hombros, Molly levantó los platos sucios y Arthur parecía igual de extrañado que Él—. Bueno, entonces comencemos de nuevo. —Sirius le sonrió, acomodándose en su asiento, para mantener una postura recta y elegante—. Harry, bienvenido a la antigua residencia de la familia Black y actual cuartel de la Orden del Fénix. Me presento, soy Sirius Black, hijo marginado y heredero por descarte de la familia Black. Un placer.
Harry apoyó su cabeza sobre la palma de su mano y se preguntó las mil y una cosas que todavía no sabía.
—Sirius, tengo muchas preguntas ahora mismo —Avisó Harry.
—Me lo esperaba —Aseguró. Leyendo el titular del periódico. Para terminar, bufando—, pero primero ¿Qué tal si lees esto?
Le extendió "El Profeta" y leyó lo suficiente para entender a lo que su padrino se refería.
"El niño que Mintió: Harry Potter expulsado de Hogwarts ¿Cómplice de Dumbledore?
Era algo que jurábamos que nunca iba a suceder. Vitoreábamos a un recién nacido que, de forma inexplicable, había derrotado al innombrable. Pero con los sucesos actuales, esto no hace nada más que obligarnos a cuestionarnos; ¿cuál es la verdad detrás de estos asuntos?
Una tarde tranquila de verano para todos, pero en el mundo muggle Harry Potter se disponía a hacer un encantamiento Patronus, un hechizo bastante poderoso para alguien de su edad cabe resaltar, enfrente de un adolescente Muggle. ¿Razones? Todavía no las sabemos, pero solo nos demuestra la insensatez de Harry Potter y su poco sentido común. Este hecho fue el causante de la temporal expulsión de Potter del mayor colegio de Magia y hechicería en el Mundo: Hogwarts.
Pero ¿Temporal?
Nos enteramos esta misma mañana de que el mismo Albus Dumbledore ha exigido una audiencia para juzgar a Harry Potter por su uso indebido de la magia. Lo que nos hace preguntarnos ¿Qué relación mantiene este Profesor con su alumno para incluso extender una petición tan excepcional? [...] "
—¡Pero si lo único que hice para proteger a mi primo!
Harry soltó el periódico con fuerza encima de la mesa. Era terrible. Aquel artículo amarillista ni siquiera había sido escrito por Rita Skeeter. Solo querían dejarlo tan mal parado.
Harry, entonces recordó la reacción del ministro cuando le entregó el premio de los tres magos.
— Están difamando esas cosas, porque no quieres aceptar que Voldemort regresó ¿No?
El señor Weasley respondió—. En el ministerio todos desmienten tu versión, Harry. —Al ver como el chico agachaba la cabeza decepcionado, Arthur se atrevió a continuar— ¿Sabes lo que es la orden del Fénix?
El chico negó con la cabeza. El señor Weasley observó a Sirius, hizo un gesto con la mano, dejando que este continuara.
—Es una organización fundada por el mismo Albus Dumbledore, antes de que estallara la primera Guerra Mágica y ahora nos volvemos a Reunir —Agregó Sirius—. Todos esos magos que conociste creen que Voldemort ha Regresado, y es tal y como la primera vez, Harry. Nosotros siempre damos el primer paso. —Harry paseó su mirada por los cuatro adultos. Ellos le creían. Y había gente que también lo hacía, a pesar de no conocerlo en persona, a pesar de leer esas difamaciones—. Aunque el mundo nos dé la espalda, nosotros intentamos hacerlos entrar en razón. Lo mismo hicimos la primera vez y lo haremos otra vez.
—Eso significa que... ¿Va a haber otra guerra?
El ambiente se silenció por un largo momento. La señora Weasley, que se había mantenido al margen, haciendo de mero oyente, se detuvo y le dio un tierno beso en la cabeza a Harry.
—Trataremos de que no.
Harry se puso de pie y declaró casi gritando—. ¡Quiero estar dentro de la Orden! Yo... ¡No puedo esperar, si esta es la forma en la que venceremos a Voldemort!
Dando un giro de actitud en 180° grados, la serena Molly Weasley quedó atrás, abriendo paso a la otra cara de la moneda.
—¡No! ¡No! ¡No! —Sobrepuso Molly Weasley—. Esas Expresiones, Sirius ¡No puede!
El par de adultos que estaba dispuesto a comenzar a discutir, de nuevo, fue interrumpido por el resto de la familia Weasley y Hermione. Esa manada de adolescentes entró por la puerta, empujándose unos a otros, y gritaron poniéndose a espaldas de Harry:
— ¡NOSOTROS TAMBIÉN QUEREMOS ENTRAR A LA ORDEN!
La Señora Weasley casi se desmaya al ver a todos entrar. Pero tan pronto recuperó la compostura, puso sus brazos en jarras y Gritó:
—¡¿Hace cuanto tiempo que están escuchando?!
Los chicos se miraron entre ellos y comenzaron a señalarse para explicarse. Harry se cubrió la boca para que no se viera la enorme sonrisa que se formaba en su rostro.
—¡SILENCIO! —Vociferó Molly. Aquel hechizó había resultado tan efectivo que, afectó a todos. Molly le devolvió el habla al resto de los adultos, menos a Harry y sus amigos—. ¡Se acabó! Ni Harry ni nadie, va a entrar a la orden.
—Molly... —Trató de calmar Arthur, tomándola de un brazo, pero la mujer se soltó con facilidad y lo encaró.
—¡No, Arthur! Es demasiado peligroso. —Molly se volteó y también señaló a Lupin y Sirius quienes de la impresión decidieron no entrometerse—. Y ustedes, no pueden estar pensando, que es sensato considerarlo una posibilidad. —Los adolescentes se abrían y cerraban la boca, pero ni el más mínimo sonido salía de sus bocas—. Además, si me dejan que les refresque la memoria ¡Ustedes no entraron a la orden hasta que Lupin fue mayor de edad!
Aunque no hizo mención después, Harry se dio cuenta de que Molly se mordió la lengua para recriminarse por un error. Aquel "Ustedes" no solo iba dirigido a Lupin y Sirius, sino que también, a los otros dos merodeadores.
—Pero Molly, es Harry... —Trató de explicar Sirius, aunque Lupin le agarró la mano y le hizo un gesto para que mantuviera la boca cerrada.
—¡Con mayor Razón no puede! ¿¡Acaso quieres que lo maten!? —La mujer les fue quitando uno a uno el encantamiento, devolviéndole la voz a los chicos—. Las órdenes de Dumbledore fueron claras. Harry puede preguntar y escuchar, pero no va a pelear.
Él ultimó fue Harry quien al sentir el peso de su propia voz se alivió.
—Sé muy bien que todos están un poco exaltados por la situación —Reconoció Molly, sirviendo la mesa para sus hijos y Hermione—. Pero a cada uno le llegará su momento de levantar la cabeza y luchar, y cuando sea el tiempo, ustedes estarán igual o más preparados que nosotros. Pero por ahora será mejor, que tomen su desayuno en silencio y disfruten lo que les queda de vacaciones.
Harry quiso replicar algo, pero consideró que hacerlo sería ser cruel con la señora Weasley, quien parecía querer volver a recostarse en su cama y descansar. Guardó un silencio cómplice junto a sus amigos, que se sentaron en la mesa. Sirius tomó el último sorbo de su café, le murmuró algo en el oído de Remus, y apartando la mano que tenía el hombre lobo aun sobre la de su padrino, le hizo un gesto a Harry para que lo siguiera.
Harry salió de la cocina agradeciendo por la comida a Molly quien seguía un poco alterada y ese mínimo gesto hizo que se tranquilizara. Era como si a la mujer le preocupara que Harry se enfadara con ella. Porque lo veía como un hijo y para una mujer como ella no existía nada peor en el mundo, que el desaire de un familiar.
Sirius se llevó a Harry por la casa y le explicó varias cosas que estaban ocurriendo, pero no podía decirlas en la mesa porque eso podrían hacerle más daño a Molly. Harry escuchó atento a cada cosa, mientras rozaba las uñas de sus dedos en el viejo papel tapiz y se preguntaba porque había tantos cuadros de la casa cubiertos por telas negras.
Percy había decidido irse de los brazos de la familia Weasley tras ser ascendido a ayudante del ministro. A pesar de los claros indicios de que el ministerio solo lo quería como espía. Pero el chico hizo oídos sordos y continuó con su vida como un NO Weasley. Aquello había resultado como un balde de agua fría para Arthur y Molly considerando que: el primero, siempre lo veía cuando iba al trabajo y la segunda, lo único que buscaba era la unidad con su familia.
Sirius le habló acerca de su largo mes encerrado en su propia casa, aunque en ningún momento se refirió a ella como suya. Las razones de ese auto confinamiento eran claras; las fuerzas para encerrarlo habían incrementado con creces y ahora también iban tras la espalda de Lupin. Un hombre Lobo no registrado que era un "peligro" para la sociedad Mágica. Por lo que, agarrando sus maletas, ambos hombres decidieron mudarse a Grimmauld Place para ayudar a la orden.
—¿Y cómo pasó la última luna llena?
Sintió como el cuerpo de Sirius se tensaba al instante. Harry interpretó esa reacción como un: "Para nada bien"
—En el Sótano, encerrado —Contó Sirius—. Sí, sé que suena terrible, pero Lupin fue el que consideró que esa era la forma más segura. Yo lo acompañé como animago, pero estar encerrado para un hombre lobo es de las peores cosas que le puedes hacer. —Sirius se arremangó la manga de su camisa para mostrarle una larga cicatriz plateada, que iba desde su antebrazo hasta su muñeca. Harry abrió los ojos como platos—. Cuando el lobo sale, quiere ser libre. Explorar, oler e investigar. Antes, cuando estábamos en Hogwarts era divertido esas noches, porque entre los tres podíamos controlar a Lupin si algo se descontrolaba. Pero yo solo... Es otra cosa.
—Y ¿No sería mejor, entonces que se inscribiera en el ministerio?
—Harry ¿Sabes lo que el ministerio hace las lunas llenas con los hombres lobo? —Harry negó con la cabeza y Sirius le explicó mirándolo a los ojos—. Una de las únicas debilidades de los hombres lobo es la plata. Los encierran en celdas con barrotes de plata, y son esposados como si se trataran de criminales. Es una experiencia para nada agradable y muy dolorosa.
Harry asintió y sintió como el desayuno se revolvía en su estómago. De solo pensar en su querido profesor, encerrado, aullando de dolor, mientras era "protegido", le parecía denigrante. Pero al mismo tiempo así se aseguraban de que los hombres lobos no atacaran a más personas. Harry se encontraba seguro que existía mil y una formas de hacer algo digno con los hombres lobo, pero el riesgo que tomaban era grande. Porque si algo no salía bien... Las consecuencias podrían ser trágicas.
Subieron hasta una habitación que era adornada con un enorme tapiz. Con todo el árbol genealógico de los Black. Harry pasó su dedo por lar ramas dándose cuenta de que el retrato de su tío estaba quemado, al igual que el de otros familiares: Andrómeda, Cedrella, Phineas...
—De cualquier manera, mi retrato no me hacía justicia alguna.
A pesar de las ligeras palabras de su padrino, Harry se encontraba seguro que en el momento en que fue removido, trajo consigo dolor y problemas. Aun así, no lo comentó, ya que se percató que Sirius estaba enfocado en la línea de Narcisa.
—¡¿Draco es tu sobrino?! —Exclamó Harry señalando con su dedo la rama que se conectaba con Lucius Malfoy.—. Espera, si yo soy tu ahijado... No estoy emparentado con Draco ¿Verdad? —Harry lo miró casi afligido–. Dime por favor que no es una especie de primo.
—No compartimos sangre Harry —Aclaró y Harry suspiró aliviado—. Draco y tú no tenéis ni un pelo similar... Supongo que en algún momento la familia Potter se entrelazó con los Black para seguir con esa basura de la "Pureza de sangre". Lo mismo con los Weasley.
—Es decir que ¿Todos los magos sangre pura son familiares?
— El incesto era común, como sucedía en el pasado con la realeza muggle, pero de esas uniones nada podía salir bien —explicó Sirius, suspirando. Luego se mantuvo en silenció y decidió cambiar de tema —. Deberías alegrarte, Harry, el no estar, directamente, emparentado con los Malfoy, es una gran ventaja.
Harry consideró, en aquel momento, que lo mejor era contarle a su padrino sobre la visita de Draco a la casa de sus Tíos. Sirius no se mostró sorprendido.
—Si, Dumbledore me lo comentó ¿Es extraño no? —Harry afirmó con las palabras en la garganta—. Harry necesito que me prometas algo.
Entrecerrando la mirada se volteó hacia Sirius. Quien se mordía el labio. Harry se percató de cómo sus ropas, a pesar de estar limpias y planchadas, se hallaban desgastadas. Su cabello mostraba un aspecto descuidado y algunas canas destacaban ante el tono negro. ¿Qué era lo que había hecho, que Sirius se descuidara a sí mismo de esa manera?
—Mantente alejado de Malfoy, Harry. Es muy arriesgado que lo sigas viendo.
El chico se mostró extrañado. Era tan raro hablar con su padrino sobre Draco. La mera mención del apellido ensombrecía su mirada. Vio de reojo el tapiz. El retrato quemado significaba más de lo que Sirius quería mostrar.
—Pero voy con él a clases, y tampoco soy yo el que lo persigue a Él.
Sirius lo tomó por los hombros, y habló fuerte y claro: — No me importa el tipo de relación que tengas con Él, en la escuela, si se llevan mal no es mi problema. Solo necesito que te alejes cuando lo veas. Ignóralo si te molesta y preocúpate de tus cosas.
—¡¿Por qué?! Sé defenderme, si es por eso no deberías preocuparte...
Le molestaba saber que Sirius, quien en algún pasado había sido un estudiante digno de la casa Gryffindor, ahora mismo le estuviera pidiendo que se acobardara ante Draco. En aquellas situaciones, por más aprecio que le tuviera a su padrino, se cuestionaba a sí mismo ¿Qué es lo que haría su padre? Harry estaba seguro de que, con la cabeza en alto y aceptando todos los riegos, se defendería a sí mismo y a todos los que fueran molestados... O al menos, esa era la imagen que Harry poseía de James. La quería que fuera real.
—Harry, necesito que recuerdes quien estaba en el cementerio cuando el señor tenebroso resurgió. —La imagen de Lucius Malfoy se le vino a la mente, Harry murmuró su nombre—. Sé lo que piensas. Ahora mismo nadie te asegura que Draco no está siendo influenciado por su padre ¿No?
Harry asintió comprendiendo el punto de vista de su Padrino, pero Sirius se calló una de las razones que temía declarar. Porque sería aún más hipócrita de su parte, temer lo que Draco podía hacer ahora que era un Hombre lobo. Pero al mismo tiempo, sabía que él nunca dudaba cuando se transformaba en un animago, las noches que Lupin se volvía un feroz licántropo.
Aquello Harry no lo sabía. Y tampoco debía saberlo. Era innecesario. Tanto para su sobrino como para su ahijado.
Esa pequeña discusión acabó, pero a Harry la fugaz idea de indagar a través de Draco, cosas sobre Voldemort, se cruzó en mente y se quedó clavada. Tal vez así, el resto de la Orden lo consideraría apto para entrar. Verían lo importante que podía ser su papel entre las filas de Dumbledore.
Ambos salieron de la habitación, esta vez más relajados y hablando de temas que podían abordar sin pensar demasiado. Harry quería aprovechar aquel valioso tiempo que iba a pasar con su Padrino. Sacarle el máximo provecho y disfrutar las pocas vacaciones que le quedaban.
Volver a reencontrarse con Sirius fue como agua bendita para Harry. Ahora sabía que, si era expulsado de forma definitiva de Hogwarts, al menos podría irse a vivir con la Orden e incluso ser más útil aquí, que en el Colegio.
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1) Pájaros en la cabeza: Ismael Serrano. Amo la voz de este caballero.
¡HOLA!
Unos cuantos consejos por mi parte si pasan por un bloqueo escritor, y alguien que lea este fic le sirvan. Esto se basa en mi experiencia y ya ni me acuerdo de la última vez que pasé por un verdadero bloqueo creativo.
1)Lean mucho, depende también de la longitud del bloqueo. Con un par de libros bastará, de la longitud que sea y si quieren pueden ser fanfic (bien escritos) o libros releídos (aproveche de releer HP #1). 2)Lleven un libro pseudo Diario. Yo utilizo un cuaderno como un bullet journal bien flojo, pero me gusta escribir y pegar todo lo que me parece interesante. Y 3) Dense un respiro, Este capítulo lo escribí el mes pasado. Deje el tiempo fluir y ahora recién lo edito. Tanto tiempo me hizo notar mis errores al instante.
Bueno me dejo de cháchara, aunque no sé si a ustedes le interesaría saber más de mis consejos de escritura. Aún me considero una escritora que le falta muchísimo por aprender, pero intento siempre mejorar.
Si te ha gustado este capítulo, me lo puedes hacer saber con un voto, comentario o compartiendo este fic con tus conocidos. Te lo agradecería un montón ≧◉◡◉≦
THE_MACHINE
