Disclaimer: Los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es LyricalKris, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to LyricalKris. I'm only translating with her permission.
Capítulo 8
—Estoy perplejo.
El labio de Bella se curvó. Se cruzó de brazos, tratando de no reírse al ver a Edward frunciendo el ceño.
—A menudo lo estás.
—Todo es muy extraño. Ir al cine a la medianoche cuando tienes trabajo mañana parece ser imprudente.
—Cielos, Cullen. ¿Jamás has roto una regla antes?
Él la miró, su sonrisa repentinamente sardónica.
—Créeme, estoy familiarizado con romper las reglas. —Apartó la mirada, una extraña expresión en el rostro—. Y estoy familiarizado con las potenciales consecuencias.
Bella inclinó la cabeza, tratando de leer al hombre. Él podía ser muy intenso con las cosas más raras.
—No te preocupes por mí. Estaré bien. Hago este tipo de cosas todo el tiempo. Lo mejor sobre el verano son los éxitos de taquilla y las funciones de medianoche. Además, no hay forma de que me pierda de la Era de Ultrón. Tener a todos los Vengadores en una pantalla es demasiado bueno.
—Tendré que tomarte la palabra, pero ¿de qué trata todo esto? —Edward estiró sus brazos, señalándose a sí mismo.
Ella tuvo que soltar unas risitas entonces. Él había sido un buen chico, permitiendo que ella lo llevara a varias tiendas mientras improvisaban el atuendo perfecto. En realidad, ella no sabía por qué le había parecido importante de repente que él tuviera la experiencia completa como fanático.
—El cosplay es una parte importante del ambiente. Las funciones de medianoche son para los verdaderos fanáticos, amigo. Estas son las personas que van a gritar cuando sus personajes favoritos aparezcan. Sientes la experiencia de la película en una función de medianoche. —Ella se encogió de hombros—. Esto es solo la parte de disfrazarse.
—Ya veo —dijo de esa manera suya; como si lo entendiera, pero creía que quizás ella estaba un poco demente. Él jaló de su chaqueta de cuero—. Entonces, ¿crees que mi parte favorita es el Capitán América?
—Esto es puro Steve Rogers, hijo. No estás en un uniforme rojo, blanco y azul, ¿o no? —Ella reacomodó el cuello de la chaqueta—. Técnicamente, serías un mejor Thor. —Él era adorablemente despistado—. Pero Jasper tiene las mechas rubias, así que me temo que no tienes más opción que ir por Steve.
Ella lo miró de arriba abajo, deslizando su mano por el frente de la chaqueta, admirando su trabajo.
—No es malo, ¿o sí? Tienes esta, no lo sé, ¿dulzura? —Sus ojos subieron a los suyos y bajaron a su pecho—. Como si estuvieras un poco fuera de lugar en el tiempo. Eres leal. Y no creas que no noté que intentaste protegerme en ese callejón. No te estabas defendiendo, pero lo hiciste cuando estuve allí. Eso es muy de Steve. —Ella dio un paso atrás, dándose cuenta de lo cerca que estaban el uno del otro y que él la estaba observando de nuevo. Esa mirada como si estuviera tratando de ver la médula de sus huesos.
Bella carraspeó.
—Como sea. Vamos. Una cosa más —dijo ella, jalando de la manga de la chaqueta de él.
—¿Qué más podría haber? No quiero usar un sombrero.
—No un sombrero. —Bella lo llevó al baño. Se sentó sobre la encimera y separó sus piernas, jalando a Edward para que se ubicara entre ellas—. Pero tu cabello es un poco rebelde. Steve es muy prolijo. Nada de esta cabeza de almohada.
Esa arruga apareció entre las cejas de Edward.
—¿Cabeza de almohada?
—Oh, entonces no lo haces a propósito. —Secretamente, Bella había estado muriendo por hacer lo que hizo entonces desde el primer día. Pasó sus dedos por el cabello de él, satisfaciendo su curiosidad. Este era denso, suave, y sedoso contra su piel—. ¿No sabes lo que quiere decir cabeza de almohada?
Su sonrisa era sarcástica.
—¿Eso te sorprende?
—No, pero eres un hombre inteligente. Es bastante obvio. —A regañadientes, ella apartó las manos de su cabello y tomó un pomo de gel para el cabello—. Quiere decir que parece que simplemente saliste de la cama y de la casa sin peinar tu cabello.
Él parecía considerar esto.
—Supongo que eso no está muy lejos de la verdad. —La miró—. Realmente no he pensado en mi cabello.
—Podrías haber pasado como un Bruce Banner aceptable con tu cabello, pero él no tiene una apariencia discernible. Él es solo un tipo cuando no es un monstruo verde y furioso. —Bella se quitó el exceso de gel con una toalla y tomó un peine.
—Hmm. Entonces, podría pasar por Thor, por alguna razón que no mencionaste. Tengo el cabello de Bruce Banner, y la ropa de Steve Roger... —Bajó la mirada.
Se sumieron en silencio entonces, Bella concentrándose en peinar el cabello de Edward. Él estaba tan cerca que podía sentir el cosquilleo de su aliento en el cuello. Cuando ella dejó que sus ojos se desviaran de su tarea, se sorprendió de encontrarlo mirándola. Ella no debería haber estado sorprendida. Él siempre estaba mirando, pero era muy diferente cuando su rostro se encontraba a milímetros del suyo.
Qué extraño que su mirada no se sintiera grosera o, peor, rara. No había nada atrevido en la expresión de sus ojos, y aún así nadie nunca la había mirado con tanta intensidad. Ella se estremeció y le devolvió la mirada, asimilando el color de sus ojos. Eran brillantes. Extrañamente brillantes. Cautivantes.
Magníficos. Esa era la palabra. O increíbles. No de la manera en que las personas lo decían hoy en día. No increíble de genial, sino increíble de su definición original. Había algo en sus ojos que era antiguo y estaba más allá de su comprensión.
Él bajó la mirada, y la conexión se rompió. Bella respiró profundo, dándose cuenta solo entonces que ella estaba un poco mareada. Pero antes que pudiera hablar, se dio cuenta que él miraba sus labios. Como si en respuesta automática, su lengua se asomó, humedeciéndolos.
Esta no era la primera vez que Bella creía que él iba a besarla. No era la primera vez que su cuerpo se tensaba, esperando el contacto de sus labios con los suyos.
La atracción que sentía por él era un gancho enterrado profunda y fácilmente en su interior. Era una atracción que no podía ser ignorada, y entonces, como ahora, no creía que fuera posible que lo estuviera malinterpretando. Sus mejillas estaban sonrojadas, sus labios separados, y su respiración era irregular. Él lo sentía. Tenía que hacerlo.
Las esquinas de sus ojos se tensaron ligeramente—una pizca de su típica expresión perpleja.
El teléfono de Bella sonó con la canción de Jasper. Edward dio un paso atrás, y Bella sacudió la cabeza para reorientarse a sí misma. Ella aceptó la llamada.
—¿Estás aquí?
—Lo estoy, cariño.
—Está bien. Ya salimos.
Ella corrió a su cuarto para tomar la chaqueta roja que completaba su atuendo de La Bruja Escarlata, tomó la mano de Edward, y lo llevó con ella hacia la puerta.
~FAH~
Bella estaba un poco obsesionada con la idea de que Edward era... inocente.
Parecía adecuado. Siempre había algo puro sobre él; algo casi infantil en la manera que él no sabía cosas y la manera que miraba lo que sucedía a su alrededor. Siempre había diversión en su mirada, pero no del tipo burlona. Él no entendía por completo a las otras personas, pero las disfrutaba genuinamente.
La pregunta era, ¿su falta de conocimiento general se extendía a... eso? Bella no era ingenua. Sabía que muchas personas llegaban a la adultez siendo vírgenes por varias razones. Pero, ¿inocentes a tal punto que él no podía leer su lenguaje corporal cuando prácticamente le estaba gritando que la besara?
Bella intentó decirse a sí misma que no fuera ridícula. Había un millón de razones por las que Edward podría no haber querido besarla. Era una posibilidad que ella hubiera leído mal su lenguaje corporal, su deseo por ella.
Ella le echó un vistazo, y su corazón sintió un pinchazo. Edward estaba estudiando a una mujer en la fila opuesta a él atentamente. Específicamente, estaba estudiando su pecho.
—Cielo, él está leyendo la inscripción en su camiseta.
Bella se sobresaltó muy alto cuando Jasper le susurró al oído. Se dio la vuelta para encontrar a su amigo mirándola con una sonrisa de oreja a oreja. Le guiñó un ojo, y entonces dio un golpecito al hombro de Edward.
—Oye, amigo. ¿Crees que puedes cuidar nuestros lugares? Yo pago la cena.
Edward giró hacia ellos.
—Por supuesto —dijo él, al parecer distraído.
—Estamos yendo a Which Wich. ¿Qué quieres?
—Erm. —Los ojos de Edward se movieron de Jasper a Bella, y devuelta a él. Parpadeó—. Estoy seguro que lo que sea que Bella quiera estará bien.
Bella enarcó una ceja.
—¿Qué? Vamos. ¿Cómo sabes que te gustará lo que me gusta?
—Sí, amigo —dijo Jasper—. El punto de lugares como Which Wich es tener una comida específica para ti. Nadie puede añadir la misma combinación de ingredientes a un sándwich que la tuya. Es una experiencia única para cada persona.
—No soy tan difícil de complacer.
Jasper se rio.
—Sí, ya veo. —El rostro de Bella se sonrojó. Edward miró a Jasper con una expresión que decía que sabía que estaba perdiéndose de algo. De nuevo, Bella se preguntaba si ella estaba muy equivocada en pensar que él podría ser virgen.
—Vamos —dijo Jasper, llevando a Bella con él.
Ni bien se encontraban lejos, Jasper rodeó sus hombros con un brazo.
—A Bella le gusta alguien. A Bella le gusta alguien —dijo él cantando.
Bella se zafó de su agarre.
—Cállate.
Él se rio y la acercó a él de nuevo.
—Cielo, eres muy obvia. La única cosa que te salva es el hecho que ese hombre es tan despistado que no puedo creer que sea real. —Riendo, la miró—. Sé que solo lo he conocido hace una hora, pero él es bastante agradable. Un poco extraño, pero oye, ¿acaso no lo somos todos?
—James cree que es un raro.
James resopló.
—James es un imbécil paranoico. Edward es una flor delicada, y como se encuentra en el grupo de los sin padres, voy a dar un paso adelante y representar a su familia. —Apuntó a Bella con un dedo—. Ten cuidado con él, Isabella. No vayas a pisotear su corazón solo porque es fácil.
Bella se sonrojó intensamente, solo incrementando la diversión de Jasper.
—Como sea.
—Esto es adorable. Jamás te he visto toda enamorada. —Jasper sostuvo la puerta abierta así ella podía entrar a la tienda.
Cuando llenaron sus bolsas de sándwiches marcando lo que querían, Bella ordenó sus pensamientos.
—Entonces, ¿James no te ha dicho que piensa que Edward es malo? —Bella preguntó después de que colocaran su orden.
—Ah, sí. Él dijo algo sobre eso. —Jasper metió las manos en los bolsillos de sus manos y se encogió de hombros—. Es por eso que estuve contento cuando dijiste que él vendría con nosotros. Quiero decir, tienes que admitir que suena turbio, Bells. Este tipo no es un niño. Él ni siquiera tiene nuestra edad, y ¿simplemente decide que va a ser un geek? Nadie toma una decisión consciente de convertirse en un geek.
—¿Por qué no? ¿Por qué alguien no puede simplemente decidir que quiere comprender esta cultura?
—Oye, no digo que esto no sea posible. Simplemente digo que es sospechoso, eso es todo. Quiero decir, hay algo raro sobre él. No necesariamente malo, solo raro.
—Hay algo raro sobre todos nosotros, Jazz. Eso es lo que sucede cuando creces en el sistema.
—Cielo, todo lo que digo es que es fácil ver lo que él ve, ¿sabes? —Jasper revolvió su cabello juguetonamente—. Eres una chica linda, y si tiene algún tipo de juego entre manos, te tiene prendida, ¿sabes? Confías en él, confías en que él es el tipo dulce que crees que es. Saldrás con él sola y te encontrarán muerta en una bañera sin un riñón. —Se estremeció—. James solo está preocupado por ti, eso es todo.
Bella gruñó.
—Creo que es más que protección. —Ella cerró fuertemente sus puños a sus costados, la preocupación y la pena que ella había estado apartando por una semana volvió a aparecer—. Está bien. Sé que no hablamos sobre esto pero... lo que sea que James, Victoria, tu hermano... Lo que sea en lo que están metidos, ¿qué tan malo es?
Por el rabillo de sus ojos, Bella vio a Jasper tensarse.
—¿De qué...?
—No me mientas —dijo Bella, su tono regular incluso mientras volteaba a mirar a Jasper—. Uno de los tipos que estaba en la fiesta de James asaltó a Edward. Esto va más allá de mí, y... —Ella tragó alrededor del nudo en su garganta—. Algo no encaja aquí. ¿Qué volvería tan paranoicos a los amigos imbéciles de James que intentarían intimidar a Edward? Edward no... es nadie. Solo un tipo con demasiadas preguntas sobre personajes de cómics.
Jasper soltó un suspiro.
—No lo sé —dijo él, las palabras tranquilas y apagadas—. No es bueno, pero siempre hemos sabido eso. —Sacudió la cabeza—. Cada vez que intento hacer preguntas, James me dice que Peter patearía su trasero si él me contaba algo.
Ambos estuvieron en silencio por un minuto después de eso, y Bella se lamentó haberlo mencionado. Los estrenos de media noche eran un subidón natural, una oportunidad perfecta para dejar atrás a los problemas del mundo real y sumergirse a sí misma en un mundo ficticio. No había un mundo más real que este, y no había nada que ella o Jasper pudieran hacer al respecto.
Su orden fue llamada, y por unos minutos, se mantuvieron ocupados descifrando cómo cargar tres sándwiches, tres bebidas grandes, papas fritas, y galletas entre ellos. Caminaron de regreso al cine en silencio por un minuto.
Jasper se aclaró la garganta.
—Como sea. ¿Vas a dar el paso o qué?
—¿Qué? —Bella parpadeó, saliendo de sus pensamientos afligidos
—Alguien va a tener que convertirlo en un hombre. Bien podrías ser tú. Él puede confiar en que seas amable con él.
Y así, las mejillas de Bella ardían de nuevo, sus pensamientos de vuelta en el misterio que Edward presentaba.
—Eres una persona horrible.
Aún así, su paso se aceleró cuando la fila apareció frente a ella, y vio a Edward, su cabeza inclinada con cautivada atención a una chica bonita con vestido de Loki.
—Todos saben que se supone que Loki está en la película, hace una aparición o algo, pero escuché el rumor más horrible de que la escena fue cortada —estaba diciendo la mujer. Ella se inclinó hacia Edward, torciendo un mechón de cabello alrededor de su dedo.
—Oye —dijo Bella, su voz un poco más fuerte de lo que había querido. Dio un paso hacia el lado de Edward, tendiéndole una bebida helada—. Toma esto. Mis manos están a punto de congelarse.
Se preguntaba si estaba imaginando la manera en que la sonrisa de Edward se iluminó cuando la vio. Él aceptó ambas bebidas y las dejó en el suelo. Entonces, tomó los sándwiches que se encontraban en el pliegue de su codo y los colocó sobre la cartera que ella había dejado con él.
—Ven. Mis manos están calientes —dijo él, tomando sus manos.
Él tenía razón. Sus manos parecían irradiar calor, como sostener una taza caliente de café. Bella estuvo momentáneamente sorprendida con el gesto. Lo miró, atrapada de nuevo en sus ojos. Detrás de ella, Jasper se rio, pero apenas registró eso.
Junto a ellos, la mujer con la que él había estado hablando rio nerviosamente.
—Ese es un atuendo de Bruja Escarlata increíble —dijo ella.
Bella la miró, un poco aturdida.
—Eh. Oh, sí. Gracias. —Miró a la otra mujer, haciendo a un lado la irritación irracional. Dejó que su fanática interior tomara el poder cuando vio lo que la mujer tenía puesto—. Vaya. Ese vestido es genial. —Soltó las manos de Edward aunque quería permanecer cerca de él—. ¿Dónde lo conseguiste?
La expresión de la otra mujer se iluminó.
—Es increíble, ¿cierto? En una tienda Etsy que encontré. La chica hace trabajos geniales. Tiene un vestido R2-D2 que me encanta, pero Loki es algo necesario, ¿no?
—No te puedes equivocar con Loki. Escuché un rumor que esa escena fue cortada —dijo Bella.
~FAH~
—Y bien, ¿qué piensas? —preguntó Bella. Ella había estado charlando con entusiasmo con Jasper desde que terminó la película, pero volteó hacia Edward ahora, sus ojos brillantes.
Él lo consideró.
—Esa fue una experiencia interesante. La emoción en la sala fue visceral.
Ella lo miró de esa manera que le hacía saber que él había dicho algo equivocado, pero entonces se rio.
—Oh, Edward. —Ella deslizó un brazo alrededor de su cintura, dándole un rápido apretón—. Eres tan tonto. Me refería qué pensaste de la película.
—Oh. —Edward abrió su mente a los pensamientos a su alrededor, escogiendo uno de la cabeza de alguien al azar, queriendo estar seguro que sus reacciones estuvieran a la par con las de todos los demás—. Me gustó cuando Visión hizo la cosa.
Esa era la respuesta correcta, ya que los ojos de Bella se iluminaron y dio un salto mientras caminaba.
—Sí. Sí. Oh, por Dios. Todos se volvieron jodidamente locos. Eso fue increíble.
—Pero lo que le hicieron a Quicksikver no lo fue —masculló Jasper.
—No. —La expresión de ella se oscureció, pero solo por un momento antes de reír—. No lo sé, amigo. Sabes que soy gran fan de Stucky, pero no puedo evitar querer a Steve con Tony. O Thor. Podría ver un Steve/Thor después de eso.
Jasper puso los ojos en blanco.
—Tú y tus parejas favoritas. Steve y Thor es un bromance.
—Ni siquiera. Thor partiría a Steve al medio y Steve rogaría por más. —Bella se rio alegremente cuando Jasper se estremeció—. ¿Acaso viste esos movimientos de martillo y escudo? Eso debe haber tomado mucho tiempo para perfeccionar. Imagina todas las noches largas practicando. ¿Realmente crees que no sucedió nada?
Más tarde, Jasper dejó a Bella y a Edward en la casa de ella. A pesar de la hora, Bella no parecía tener ganas de entrar. Se quedó en la acera, abrazando su chaqueta firmemente a su alrededor contra la fría noche.
—¿Entonces te gustó? —preguntó Bella—. Quiero decir, toda la experiencia de la función de medianoche. Es diferente a ver una película en cualquier otro momento, ¿o no?
Edward no podía decirlo, dado que él nunca había ido a un cine. Sin embargo, él entendió la idea general. Había visto a Bella ir al cine muchas veces en el transcurso de su vida, y entendía que la experiencia era diferente.
—Entiendo el atractivo, sí. Es bonito estar entre personas con cosas en común. La mujer en la fila fue muy amigable simplemente porque sabía que yo era fan de lo mismo que ella disfrutaba.
Podría haber sido imaginación suya, pero él creyó ver la expresión de Bella oscurecerse.
—Sí. Sí, exactamente —dijo ella, sin mencionar si estaba molesta o irritada—. Y bien, ¿cuál fue tu parte favorita? De la experiencia o la película.
Esa era una pregunta interesante. Si él pudiera responder honestamente, diría que su parte favorita había sido verla por el rabillo de su ojo. Era agradable ver una película con ella que ella no había visto. Él podía verla sorprendida, consternada, o maravillada en tiempo real.
Él decidió que podría tratar de burlarse de ella. Jasper se había burlado de ella bastante esta noche de manera amigable. Se suponía que eran amigos, después de todo. Debería ser normal. Le sonrió con una pizca de picardía.
—Hacia el final, cuando estabas maldiciendo a la pantalla. —Le apuntó con un dedo—. El vocabulario, Bella.
Ella golpeó su pecho, riendo.
—Oh, creo que vestirte como Steve se te ha subido a la cabeza. —Ella estiró su mano sobre su pecho, como si hubiera olvidado dejarla caer.
Y así, algo en el aire cambió, estaba cargado. Edward encontró que su cuerpo prestado se había movido como si por su propia voluntad, envolviendo un brazo alrededor de su cintura. Ambos se miraban, y su sonrisa se esfumó. Ella se lamió los labios, mirando los suyos, y un estremecimiento inexplicable recorrió la espalda de él.
—¿Edward?
Había algo extraño en su voz. Era más profunda de alguna manera, y él no podía saber por qué.
—¿Sí?
Los ojos de ella encontraron los suyos y ella se movió, acercándose incluso más a él.
—¿Alguna vez...? ¿Eres…?
—¿Soy qué?
Ella sacudió la cabeza. Sus mejillas ardían. Soltó un suspiro.
—Al diablo —dijo ella, y antes que él supiera qué estaba pasando, lo besó.
Nada en la ilimitada existencia de Edward podría haberlo preparado para la sacudida que recorrió su cuerpo. No. No solo su cuerpo. Ese besó impactó algo que se encontraba en el centro de su ser. Era como si su completa existencia, todo lo que él sabía y comprendía sobre el enorme universo, hubiera sido sacudido y cambiado, aunque no habría sido capaz de decir cómo. Se escuchó a sí mismo gemir. Sus manos en la cintura de ella se intensificaron, y sus labios se movieron como si hubieran sido hechos para hacer esto.
Duró segundos, y entonces Bella dio un paso atrás. Se observaron, cada uno asombrado. Edward no parecía hacer que su mente funcionara. Ella abrió la boca. La cerró. La volvió a abrir.
—¿Estás seguro que estás bien para volver a casa?
Edward contestó automáticamente.
—Sí. Estoy bien.
—Está bien. Gracias por venir esta noche.
—Yo... Está bien. —Por su vida, Edward no podía descifrar qué estaba pasando aquí. Dio un paso atrás, inseguro de si debía irse. No quería hacerlo, eso sí lo sabía, pero ella claramente estaba despidiéndose de él.
Él dio otro paso atrás. Ella también. Ella miró hacia su puerta y entonces a él de nuevo.
—¿Edward?
Otra descarga lo recorrió, una extraña sensación de esperanza.
—¿Sí?
Ella se veía insegura.
—¿Vas a venir a la tienda mañana de nuevo?
Él frunció el ceño.
—Sí. Por supuesto.
Ella exhaló como si estuviera aliviada.
—Buenas noches.
—Buenas noches.
Él la observó hasta que estuvo segura dentro de su casa. De alguna forma, se obligó a caminar hacia un lugar seguro antes de desaparecer del reino físico, emprendiendo vuelo.
