Disclamer: Digimon y Digimon 02 no me pertenecen, son propiedad del grupo de creativos llamado Akiyoshi Hongo (que son: Aki Maita, Akihiro Yokoi y Takeishi Hongo.) al igual que todos los personajes de esta obra son propiedad de ellos y Toei animation.
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Cap. 7: Sin intervención.
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Si el sonido del tono de espera de un celular, fuese una persona, mucha gente en el mundo tendría deseo de estrangularlo, pues ante una emergencia o urgencia, saber de alguien o el simple hecho de enterarte del bien estar de un ser querido, y escuchar ese pitido insoportable era sin duda un agobio.
Una mujer de cabello castaño claro y lentes de armazón negro escuchaba ese maldito tono de llamada en espera, mientras daba vueltas en la oficina de su trabajo, tratando de mantener la calma.
Una tarea titánica, pues tras los incidentes de hace unas horas, las noticias y redes sociales no paraban de mandar videos y reportajes sobre diferentes incidentes con Digimons, y el que alarmó a la mujer de sobremanera fue ver un Kabuterimon peleando contra otro Digimon frente al edificio donde es presidente su ex-esposo.
— Con un demonio Izzy Izumi... contesta el teléfono, necesito saber si mi hija está bien – Decía con algo de impaciencia la mujer – Y tú también...
Soltó de forma algo melancólica Noriko, al sentarse en el sofá de su oficina y tratar de mantener la calma, aunque ella no era la única en esa situación.
— Si mamá... ¿podría ir a casa contigo? – Se oía la voz quebrada de una mujer – No... no sé nada de él... – Ella lloraba.
— Solo sé que... el estuvo en Paris... le dije que no fuera... pero... si, estaré ahí... – Natsuki la esposa de Cody lloraba en con el teléfono en la mano.
Había visto en las noticias, el caos en paris y temía por la vida de su esposo, no había noticias de él, y él había dicho que todo estaría bien... esa piadosa mentira la estaba destrozando.
— Papi volverá mamá... – La pequeña Rin abrazó a su madre estando ambas en el sofá – El lo prometió... – Mencionó la niña al momento de soltar una lágrima.
En Odaiba, en la casa Yagami, la madre de Tai y Kari había logrado dormir a los niños, los hijos de Kari y Davis, Yolei y Ken, y los de T.K y Catherien.
La rubia francesa estaba sentada en la mesa bebiendo un poco de té, totalmente desconectada de este mundo, con la mirada fija en su taza mientras Floramon estaba sentada a su lado acariciando su hombro como consuelo.
La hermana de Daivis había llegado tan rápido como se enteró que sus sobrinos estaban en casa de la suegra de su hermano.
La señora Yagami trataba de llamar mientras el teléfono de Tai y de Kari la mandaban a Buzón.
— Tai... Kari... por favor, más les vale estar a salvo... – Mencionó la mujer.
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La deprimente expresión de Tai y Matt era también complementada por el fruncido ceño de ambos, mientras apretaban sus puños hasta el punto de marcar el blanco de sus nudillos.
Tai apoyado en la base de la ventana de cristal y Matt de pie mientras suspiraba fuerte con la nariz.
— ¿Cómo se encuentran? – Preguntó Tai con un semblante serio.
— Los médicos de aquí los atendieron lo mejor que se pudo... vivirán, pero están delicados – Comentó Joe quien estaba con ellos ahora.
— Delicados... ¿Qué tanto?... – Preguntó Matt
— Bueno, a pesar de que los trajimos enseguida desde paris gracias a la red de portales digitales que nosotros usamos... estaban muy mal... en mi opinión tienen mucha suerte – Dijo Nagano algo indiferente.
Tai y Matt no ocultaron su molestia al mirarlo enseguida con las miradas más afiladas que ambos tenían.
— ¿No creen?... pregúntenle al Doctor Kido... él se los corroborará...
Tai, Matt, Mimi, Sora, Izzy y Joe estaban en el área médica del lugar, donde se atendía heridas y situaciones médicas, un complejo perfectamente equipado y preparado, algo que incluso a Joe lo sorprendió.
Veían a través de un cristal, como en la habitación se mantenían recostados e inconscientes Davis y los demás, y aunque parecían bien, la realidad era que luego de la batalla que habían tenido, debía considerarse un milagro que estuvieran vivos.
Joe había sido llevado ahí enseguida tras despertar al ser trasladado, y personalmente se encargó de ver el estado de los 5 elegidos al igual que el de sus Digimons. Para Joe también quedaba claro que el hecho de que aún respiraran era una suerte, ya que sus heridas y golpes habían sido suficiente para poder morir, pero tanto Joe como los médicos y científicos del lugar llegaron a la conclusión de que la energía y poder digital de sus Digimons los mantuvo con vida, aún así.
— La realidad es esa chicos – Comenzó Joe – Todos están vivos pero no fuera de peligro...
— ¿A qué te refieres con eso Joe? – Preguntó Sora.
— Davis y Ken tienen contusiones severas en sus cráneos, y es una suerte que no los matará eso pero no hay garantías de que despierten, Cody se fracturó ambas piernas, y sanarán, pero no descarto algún daño nervioso o algún daño permanente a sus ligamentos, Yolei quizás es la que más suerte tuvo, la mayoría de sus golpes son superficiales... — Explicaba Joe mientras miraba a los 5.
— ¿Qué hay de Kari y T.K? – Dijo con cautela Mimi.
— T.K perdió mucha sangre por la herida en su pecho... casi entra en Shock ante esa hemorragia – Matt sintió como su nuca se erizaba.
— Y Kari... ella es muy probable que esté en coma...
Ante la última aseveración Tai no dudó en dar un golpe en el cristal, agrietándolo levemente, pero lo suficientemente fuerte como para provocarse un corte en sus nudillos.
— Cielo... – Mimi rápidamente se giró y sujetó la mano de su esposo – No te alteres...
— Aunque tampoco hay garantía de que se quede así Tai... – Trató de calmar y corregir enseguida Joe.
— ¿Que hay de sus Digimons? – Preguntó Izzy a Joe.
— Igual de delicados, aunque Patamon y Gatomon son los más débiles, sus niveles de energía están por los suelos – Concluyó Joe.
— ¿Cómo fue que pasó esto? – Preguntó Tai mientras se enderezaba y miraba a Nagano – Nos trajiste a todos por una razón, y tiene que ver con lo que está ocurriendo, así que habla ahora Kioshi.
— Tienes razón... Hablemos en privado...
Minutos después los 6 elegidos y Nagano estaban en una sala de reuniones, donde una pantalla les mostraría la situación.
— Bien, durante años hemos rastreado eh investigado cada posible amenaza que pudiera representar el digimundo, y muchas amenazas parecían bajo control... pero detectamos esto en las últimas horas.
Nagano mostró en la pantalla diferentes grietas digitales que mostraban aberturas enormes.
— Esas brechas... ¿fueron provocadas por Digimons? – Preguntó Izzy sorprendido.
— Así es señor Izumi, estás 8 grietas, fueron hechas ante el flujo de de datos tan grande que transitaba ahí... muchos Digimons virus están ahora en la tierra, pero para ser honestos, hasta la DCD sin nosotros podrían neutralizarlos...
— Supongo que hay algo que si es preocupante de estas 8 grietas... – Comentó Matt.
— Si, la de Paris... – Señaló Nagano – El Digimon que combatieron sus amigos, a pesar de su poderosa marca de datos y energía... no fue el solo quien hizo tremenda grieta digital en el cielo de Paris...
— Te refieres a que Demon no entro solo por esa grieta, ¿no? – Agregó Tai quién ya tenía vendada y curada su mano.
— Así es... creemos que otros Digimons del mismo poder y grado, lograron cruzar, y mi trabajo y el de todos aquí, es averiguar cuáles y qué tan riesgosos son...
— Genai había intentado comunicarse conmigo antes de la batalla en paris – Comentó Izzy — El quería advertirnos, pero no pudo hacerlo a tiempo... y decirnos cómo ayudar
— Lo sé, señor Izumi... mantenemos vigilado todas las vías y canales de comunicación del mundo digital, y estábamos al tanto... – Dijo Nagano, lo cual dejó con una expresión inconforme a los otros 6 presentes.
— ¿Qué?... ¿Esperaban que no fuera así?... después de cada desastre que los Digimons han causado, no íbamos a esperar a que pasara algo sin estar listos... por obviedad debíamos vigilar toda vía de interacción con el digimundo – Agregó Nagano.
— Eso es lo de menos ahora... – Dijo Tai algo molesto — Lo que importa es saber que Digimons están ahora en el mundo, y cómo detenerlos.
— Así es, es peligroso que estén ahí afuera si son así de poderosos como Demon... – Secundo Matt.
— Tenemos gente investigando cada forma de energía y datos residuales para saber a qué nos enfrentamos, es cuestión de un par de horas para saber qué pasa – comentó el hombre de traje.
— Podría apoyarlos con esa investigación, tengo datos en mi computadora sobre Digimons virus y...
— Lo sabemos señor Izumi, tenemos esos datos de su investigación y estamos listos con eso – Detuvo Nagano con esas palabras a Izzy
— ¿A qué se refieren con tener mis datos? – Preguntó el pelirrojo.
— ¿Robaron información de Izzy? – Dijo Sora.
— Kioshi, ¿cómo es que eso es posible? — Tai esta vez se puso de pie. – La empresa de Izzy es independiente al gobierno y no debe rendir ningún tipo de cuentas, como investigaciones privadas de el.
— En resumidas palabras, fue ilegal lo que hicieron – Mimi esta vez apoyo a Tai sin ningún tipo de tapujo.
— Como dije... no podíamos simplemente esperar a que las cosas salieran mal, debíamos estar listos, y aunque les parezca injusto, la información del señor Izumi tenía que ser nuestra para poder estar preparados para estas contingencias... el mundo real es así, y puede que no lo parezca, pero somos nosotros los que tratamos de salvar al mundo de esta crisis actual.
Las palabras mezquinas y frías del senador dejó con un mal sabor de boca a los elegidos, aunque también estaban conscientes de que tras tantas crisis relacionadas con Digimons, tarde o temprano estas cosas serían realidad. Era parte del trabajo de Tai como diplomático experto, evitar que el mundo cayera en pánico y una paranoia colectiva al punto de este tipo de acciones gubernamentales, pero el asunto era delicado, y con lo sucedido actualmente era aún más complejo y difícil de manejar.
— Bien... de igual modo la situación es la misma, estar listos
— Y afrontar el peligro... – Tai y Mimi estaban de acuerdo con involucrarse, aunque ambos estaban algo angustiados sobre su ansiedad por pelear.
— Si, nosotros también estaremos preparados para enfrentar lo amenaza que buscan... – Matt de igual modo estaba en la misma página que su amigo.
— Si, estamos dispuestos a ayudar si la situación es grave... no queremos que nuestros hijos corran ningún peligro – Está vez Sora compartió su pesar y preocupación más grande.
— Si me permiten avisar a mi esposa e hijo sobre mi bien estar, con eso será suficiente y podre estar listo para la emergencia – Joe tampoco dio un paso atrás.
— Igual yo, solo quiero informar a mi ex-esposa que nuestra hija está a salvo – Finalizó el pelirrojo.
— Es admirable y agradezco la disposición para ayudar... pero debo decirles que ese no es el plan…
Las palabras de Nagano nuevamente dejaron perplejos a los elegidos.
— ¿Cómo que ese no es el plan? – Preguntó Tai, acercándose a Nagano.
— Tai, la intervención de ustedes y sus Digimons, entorpecerían y acusarían más daño del necesario...
— ¿Cómo que más daño del necesario? – Mimi se puso de pie ante esto y sonaba ofendida.
— Comprendan lo siguiente... el ejemplo es Paris, el número de daño que se causó en la batalla es incalculable, pérdidas de millones de dólares en daños materiales, la torre fiel destruida, Notredame hecha pedazos... un desastre — Menicono el hombre.
— ¿Cómo puede hablar de daños materiales? – Dijo Joe esta vez
— ¡Tomando en cuenta que mi hermano y sus amigos estaban ahí ayudando y salieron heridos! – Matt explotó y se levantó de golpe, pero Sora lo detuvo enseguida tomando su mano.
— Ah sí... eso también... – Dijo el senador sarcástico – No olvidemos el recuento no oficial de personas heridas y muertas en la ciudad... el cual haciende a más de 800...
Esa última aseveración de Kioshi hizo a Matt y Tai tomar en cuenta lo que él estaba dándoles a entender.
— Su inactividad... durante años, fue algo que nosotros nunca creímos que fuera posible, pero lo demostraron, gran parte de las crisis causadas por Digimons después de lo ocurrido con Ordinemon y Menoa Belluci, fueron arregladas por nosotros y sin su intervención... en parte por nuestra discreción... pero, cielos – Nagano rio de forma algo exasperada.
— Se presentan estas distorsiones digitales y está amenaza y no solo vuelven a la batalla sus otros amigos, destrozando una ciudad entera... si no que todos ustedes, al mismo tiempo al rededor del mundo, intervienen con sus Digimons... ¡Al mismo tiempo! Jaja no puedo creer que eso fuera posible, como si ustedes estuvieran conectados para pelear y crear más caos...
Las palabras de Nagano estaban dando fuertes golpes de realidad a los elegidos, dándose cuenta de que quizás el hecho de involucrarse y causar batallas en el mundo, hacían más daño del que ellos mismos querían evitar.
Pero también sabían que si no hacían nada, las cosas podrían ser peores, aún que tampoco querían contribuir a crear más daños.
— Kioshi... – Comenzó Tai – Entendemos el asunto, y la delicadeza... y que ya no es un juego de niños, ahora tenemos familias que queremos proteger... por eso no puedes dejarnos fuera de esto... – Decía Tai tratando de apelar a la sensibilidad que probablemente carecía en Nagano.
— Lo siento Yagami... deja que nos encarguemos, y preocúpate por cuidar de tu familia...
Nagano comenzó a caminar a la salida de la oficina la cual se abrió y enseguida 4 guardias corpulentos entraron al lugar.
— Ustedes y sus hijos podrán quedarse aquí, o comunicarse con sus familias para decirles que están bien, y estarán en la base hasta que la crisis se termine... a salvo y con todas las comodidades que les puedo facilitar – Nagano se paró en la puerta antes de salir – Así que, por favor, quédense aquí, nosotros vamos a encargarnos... Ya no tienen que pelear más.
Nagano salió y los guardias se quedaron en el lugar mientras Tai y los demás se quedaban dentro meditando las palabras y la situación.
Si era real que querían ayudar, pero no podían dejar de lado la otra realidad, en la cual quizás el involucrarse y pelear podría provocar más caos del que ellos quisieran crear.
— Señor Nagano... – Una chica con bata blanca, de cabello color azul, quizás una científica del lugar, se acercó corriendo hasta el senador, el cual venía caminando por el pasillo.
— Más vale que sea de vida o muerte Alison...
— Hay un aumento de energía y datos corruptos en una parte del mundo, es exagerada – Comentó la mujer mientras tomaba aire, mientras la expresión de Nagano cambiaba a una nerviosa.
— ¿Parecida a la de Paris? – Preguntó él mientras tomaba la tablet donde la mujer le enseñaba una gráfica.
— No, cuatro veces más grande... – Nagano no ocultó su sorpresa.
— Hay que saber qué ocurre... manden un dron de reconocimiento, quiere ver que pasa en Chernobyl.
Al mismo tiempo, en la habitación donde estaban los niños y los Digimons, estos habían terminado de comer, y mientras los pequeños dormían una siesta, los Digimons conversaban.
— Algo malo está pasando, no podemos quedarnos de brazos cruzados, sé que para Tai y los demás es difícil sentirlo, pero algo me dice que estamos en peligro. – Agumon hablaba de manera firme, más que de costumbre.
— No sé qué pasó en el espacio, o porque hizo explosión la estación, pero cuando llegamos a la tierra con Matt, un escalofrío me recorrió el cuerpo... algo del Digimundo vino de la tierra.
— Es cierto, Izzy y yo hemos estado investigando y se trata de presencias muy poderosas y oscuras, tengo la impresión de que se trata de Digimons del área oscura – Tentomon de igual modo tenía un tono de angustia claro.
— No me había sentido así de temerosa, ni siquiera con los Dark Masters – Palmon se abrazaba a sí misma, mientras sentía un temblor en su espalda.
— Hay que tratar de ayudar a Sora y los demás, pero ellos tienen miedo... – Mencionó Biyomon – Últimamente ah tendió muchos problemas con Matt, y eso la tiene desanimada, pero teme también por los niños... ella no los quiere poner en riesgo.
Los Digimons voltearon a ver los niños que dormían en el sofá, y entendían la preocupación de sus compañeros, pues se trataba de sus familias, además, aunque no lo comprendieran del todo, Agumon y todos los Digimons sentían un afecto especial por los pequeños, pues en cierto modo se sentían como si sus compañeros ahora adultos hubiesen vuelto ahora como niños nuevamente.
— Joe no pudo ver a Ryo... – Mencionó de repente Gomamon – El siempre piensa en él cuando trabaja, al igual que en Kazumi... apuesto a que está muy preocupada ella y Ryo por Joe...
— Tampoco sabemos nada de Gatomon o Patamon... Pero siento que ellos no están bien, después de esa pelea – Mencionó Palmon.
— Lo último que supimos fue en televisión antes de venir aquí... Kari y los demás pelearon contra un Digimon maligno, y Tai y Mimi estaban muy preocupados por Kari. — Agumon también recordó ese detalle haciendo que los demás Digimons se angustiaran.
— Si podemos ayudar, lo haremos, pero no podemos solo pelear sin saber a quien enfrentaremos... Este mal que está en la tierra es muy fuerte, aún ahora, siento que el peligro es muy real
Tentomon hablo tratando de ser la conciencia de todos ahí reunidos, y aunque Agumon junto a Gabumon sentían que Omegamon era su mejor carta, esa sensación del poder que ahora rondaba en la tierra los tenía extremadamente nerviosos.
— Siento que esta vez no estamos listos para nada — Dijo Biyomon desanimada.
— No tiene que ser así, pero... Ya no solo se trata del digimundo o de nuestras vidas, de trata del futuro de Matt y los demás – Reflexionó Gabumon – Del futuro de ellos...
Nuevamente echaron un vistazo a los pequeños dormidos en el sofá enorme, con Kai abrazando a su pequeño hermano Denji, los mellizos Kyotaro y Ejiro recargados hombro con hombro, y la tierna Jun en medio de los cuatro.
Ahí estaba la razón por la cual había tanto miedo y a la vez tantas ganas de pelear, tanto de los Digimons como de los elegidos. Querían proteger lo más importante que había para ellos, y eso era las familias que habían formado.
— ¿Quedarnos sin hacer nada... Eso es lo que debemos hacer? – Dijo Mimi algo exasperada mientras continuaban en la sala de reunión.
— No tenemos otras opciones aún Mimi – Respondió Sora
— Claro que si, escapar, hay que tomar a nuestros hijos, reunirnos con nuestras familias y ponerlas a salvo
— Aunque escapáramos, no sabemos dónde estamos siquiera, así que sería peligroso para los niños — Joe trató de argumentar la situación.
— Tiene razón, hay que analizar primero nuestra situación y saber cómo proceder, hasta el momento nadie de aquí ha intentado hacernos daño – Decía Izzy mientras sostenía su barbilla con los dedos.
— Okey, es verdad que no creo que sea buena idea salir de aquí sin un plan, pero tampoco planeo confiar en esta gente, nos trajeron aquí contra nuestra voluntad, saben demasiado sobre todo lo que investigas y encima nos quieren encerrar hasta que esta crisis pase... No querrán hacernos daño, pero tampoco pienso que les interese realmente nuestro bienestar
— Tampoco descarto eso Sora, pero debemos de analizar cada posible situación para actuar con cautela – Respondió Izzy a la mujer de cabello rojizo.
Mientras los demás discutían sobre el asunto en ese lugar, Tai y Matt se mantenían callados, parados mirando a un punto fijo en la lejano, meditaban lo que debían hacer.
Mimi y Sora se percataron de esto, y les era bastante desconcertante ver a sus esposos aún siendo ya adultos, tener ese nivel de calma… o paciencia… o prudencia.
— Creo que ahora lo importante es lo que sí sabemos – Dijo Matt al girar y mirar a los demás.
— Es cierto… ¿Qué es lo poco que tú descubriste Izzy?… antes de que Nagano te lo quitara – Tai fue directo.
— Lo poco que pude descubrir, es que lo que atacó a la tierra, ese Demon, es una Digimon del Dark Área del Digimundo.
— ¿Eso que significa Izzy? – Preguntó Joe.
— Que provienen del mismo lugar de donde viene Apocalymon… y hasta donde logre investigar, Demon era peor que el.
Está aseveración hizo sentir escalofríos a los elegidos, si bien habían logrado vencer a Apocalymon cuando eran niños gracias al poder sagrado de los digivice cargados con el poder de sus corazones, no quitaba el hecho de que él había sido el único que los había llevado a un punto traumático.
Devimon los desafió, Etemon los tuvo a prueba, Myotismon regresó dos veces y casi acaba con ambos mundos, los Dark masters habían sido un reto increíble llegando a separarlos, y casi vencerlos, Diaboromon estuvo por destruir el mundo con bombas, Ordinemon provocar el reseteo del Digimundo, y Menoa casi atrapa a todos en una realidad virtual falsa.
Si, todos los Digimons y antagonistas con los que se habían enfrentado, representaron un reto, pero Apocalymon los había llevado a un momento de no retorno, destruyendo en su momento los emblemas y prácticamente asesinándolos, cuando borró sus datos y los dejó fuera de la base de datos.
El había sido el único Digimon que los había marcado con ese momento, había sido lo suficientemente tenaz y despiadado para haberse tomado en serio la misión de acabar con ellos.
— Izzy…. Kari y T.K lograron derrotar a Demon… y casi mueren… dime que el peligro real era el – La pregunta de Tai casi era suplicante.
— Lograron regresarlo al Dark Área… con una roca que Genai me envió… pero habían 6 mas
— ¿Hablas de que… puede haber seis Digimons más haya afuera que tienen más poder que Apocalymon? – Mimi tomo la mano de Tai, al imaginar una posibilidad tan terrorífica.
— Eso es lo que me temo… – Las palabras de Izzy hicieron que el escalofrío en la espalda apareciera en todos, pues un enemigo más devastador que Apocalymon… eso era algo que no podían tomar a la ligera.
Mientras tanto, en Chernobyl… Luce yacía sentado sobre el improvisado trono que había construido en el castillo que levantó en la ciudad desierta.
Había un toque muy parecido al castillo que alguna vez gobernó Myotismon, pero este tenía un aire un poco más rústico, como rocas de caverna pero aún así, con un acabado aún más moderno y casi parecido a una catedral.
El Digimon con forma de niño con alas de ángel se mantenía sentado mientras miraba al cielo, meditando con una sonrisa bastante relajada.
— Lucemon, querido… – La voz fémina lo perturbó, ya que su sonrisa cambió a una mirada algo fría. – ¿Cuando planeas comenzar con el nuevo mundo que decías?
Lilithmon si bien parecía ser amable hasta incluso coqueta, sus ojos púrpuras y sonrisa cínica delataban su verdadera naturaleza, y la pregunta lanzada al Digimon angelical era con una total intención de exasperación.
— ¿Tienes alguna objeción o sugerencia Lilithmon? – Preguntó el con una evidente frialdad.
— Ninguna – Respondió con una sonrisa infantil – Solo era una duda, después de todo, accedimos a cooperar al ser lo más práctico
Lilithmon se acercó a Lucemon y colocándose detrás de él, colocó su mano en el hombro de él, acariciandolo de forma suave, para después agacharse y hablarle al oído.
— Pero no debes de olvidar… – La voz de ella cambió – Que eso no significa que te obedecemos incondicionalmente
Lucemon rió suavemente, cerrando los ojos y acariciando su mejilla, mientras sentía que Lilithmon se ponía de pie caminaba hacia el otro lado por su espalda, para después mirarlo de nuevo.
— Lo sé… Ni tú ni los otros planean obedecerme, pero es lo de menos, nuestras metas simplemente convergen en la misma senda… cuando obtengamos lo que queremos… ¡solo procuren no estorbarme! – Mencionó el ángel con una sonrisa amable, pero que escondía una tétrica amenaza, la cual Lilithmon solamente correspondió con una sonrisa parecida.
— ¡Me parece más que perfecto Lucemon, querido!
— ¡Bien! – Lucemon se puso de pie de un brinco desde su trono – Espero que Belzeemon encuentre a esos seis Digimons y humanos con potencial, me mata la curiosidad por conocerlos, solo espero que no sean demasiado fuertes… o atraerán la atención de Belzeemon y se quedará con toda la diversión… sería una pena exterminarlos de forma rápida
El ángel caído hablo como si de un juego se tratara, mientras se quedaba flotando en el cielo, para después dirigir su vista a un punto fijo.
— Tan rápido… como será exterminada la humanidad… – El lugar al que Lucemon miraba era hacia el drone que hace minutos había llegado y se suponía que no debía ser detectado.
Las personas en la sala de control de la base donde estaba Nagano, quedaron paralizados de terror y sudaban de nervios al ver la forma tan fija y fría que Lucemon veía a la cámara… como si viera agrave de los ojos de todos los presentes… como si supera perfectamente donde estaban.
— Los 7 Señores demonios… – Comentó la científica Alison con la voz temblorosa…. – Es nuestro fin.
Esas palabras, calaron en el corazón de Kioshi Nagano, quien entonces comenzó a pensar si realmente habría una salida ante tal amenaza.
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N/A: Me desespera el bloque de escritor.
