Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.
Capítulo 277. Pensar Un Paso Por Delante (2)
Lo que provocaba conversaciones en los países aliados, enemigos y poderosos, Jasper lo leía directamente a través de los periódicos o lo escuchaba de sus secretarios. Aunque no fuera importante en ese momento, nunca se sabe si se podría sacar provecho de esa información más adelante.
Así que no había nada extraño en que el Marqués Karl hablara del Imperio Occidental.
—Está bien. No te preocupes, sólo dilo.
Jasper no mostró ningún signo de incomodidad y habló casualmente.
—Es un escándalo entre la anterior Reina Kate y el Emperador Edward.
Sin embargo, en cuanto escuchó las palabras del Marqués Karl, la expresión de Jasper se volvió rígida.
—¿Qué?
El Marqués Karl habló de cuándo tuvo lugar el incidente, cómo se produjo el escándalo, cómo se resolvió, y demás.
—Resulta que en el momento en que la anterior reina Kate afirmaba estar con el Emperador Edward, éste se encontraba con el Gran Duque Warner. Al final quedó demostrado que había mentido, y se fue como si estuviera huyendo a la Mansión de Compshire.
Jasper sonrió amargamente, recordando que el Gran Duque Warner había estado con Irina esa noche.
No podía creer que mintiera de esa manera.
—El Gran Duque Warner lo hizo para ayudar al Emperador Edward o para ayudar a Isabella.
—¿Eh?
Jasper se burló fríamente.
—Lo sabía, ese playboy, sinvergüenza, sólo estaba haciéndose pasar por un hombre profundamente enamorado.
Cuando el Marqués Karl se dio cuenta de que Jasper estaba hablando mal del Emperador Edward, cerró la boca.
Jasper envió al Marqués Karl a descansar.
Sin embargo, sintiendo como si el interior de su estómago estuviera hirviendo, se levantó y se sentó repetidamente en la silla. Isabella parecía feliz, creía haber conocido a alguien que sólo la amaba a ella. ¿Pero la engañó justo después de la boda?
Estaba enojado, tenía ganas de darle un puñetazo en la cara.
Quería asegurarse de que Isabella estaba bien. Sin embargo, entregar una carta o un regalo a Isabella como consuelo, ¿sería adecuado?
Isabella tenía un fuerte orgullo. Definitivamente no aceptaría el consuelo de su ex esposo.
Después de reflexionar durante un tiempo, a Jasper se le ocurrió una buena idea.
En ese momento, Leah acababa de llegar al territorio donde estaba estacionado Jacob.
Fue a Compshire para cumplir las órdenes de Edward, terminó su trabajo y pasó por aquí para cumplir su promesa con Isabella.
No fue difícil encontrar a las tropas enviadas del palacio imperial.
—¿Ves esa pequeña colina de allí?
—Sí. La colina con tres grandes árboles uno al lado del otro, ¿cierto?
—Así es, detrás de esa colina, verás una extensa llanura. En ese lugar deberían estar estacionados.
—Gracias.
Leah preguntó a las personas para encontrar el paradero de Jacob. De hecho, después de llegar a la cima de la colina que el anciano le indicó, se veía una serie de grandes tiendas de campaña, además de un establo temporal y varias fogatas.
Leah descendió rápidamente hacia allí.
—Estoy buscando a Lord Jacob.
Sin embargo, Jacob no se encontraba aquí.
—¿Lord Jacob fue al pueblo a comprar algo?
Al contrario, se le informó que estaba en el pueblo.
¡Acabo de llegar aquí desde el pueblo!
Leah pensó en esperar para reunirse con él, pero al final cambió de opinión y se dirigió nuevamente al pueblo de la carretera.
Entonces optó por preguntar a cada persona—¿Ha visto a un hombre muy apuesto? —buscando directamente a Jacob.
¿Cuánto tiempo transcurrió así?
Me dijeron que estaba por aquí...
Mientras caminaba por un callejón, escuchó el sonido de armas chocando entre sí.
¿No es una pelea de uno contra uno?
El sonido de las armas chocando se escuchó en rápida sucesión. Luego se escucharon fuertes maldiciones, seguidas de sollozos.
Leah corrió apresuradamente en dirección a los sollozos.
Si pandilleros estaban intimidando a las personas, iba a darles una lección.
Sin embargo, la escena que vio al llegar fue completamente inesperada.
Había personas que estaban siendo intimidadas. El problema es que parecía haber un solo intimidador haciendo sufrir a catorce personas.
La mayoría de las personas que estaban siendo intimidadas eran hombres corpulentos con una apariencia peligrosa, pero estaban de espaldas unos con otros. Tenían ambas manos atadas entre sí, por lo que sólo podían moverse hacia los lados.
El intimidador, era un hombre apuesto con un impresionante cabello negro, que les disparaba flechas como si estuviera divirtiéndose.
Los disparos hacían poco daño porque las flechas no tenían punta, pero todos los que fueron alcanzados sollozaban, como si estuvieran sufriendo.
Leah abrió la boca desconcertada.
Había exactamente catorce armas diferentes alineadas en el suelo.
En ese caso, las armas de esos catorce individuos fueron arrebatadas por ese hombre moreno antes de humillarlos así...
¿Eh? ¿Ese hombre?
Leah se dio cuenta tardíamente de que ese hombre era Jacob, que normalmente sonreía ampliamente al lado de la Emperatriz Isabella.
Leah levantó involuntariamente un dedo y exclamó—¡Ah!
Al escuchar la voz, Jacob dejó de jugar y giró la cabeza hacia ella.
En el momento en que sus ojos se cruzaron. Jacob no dijo nada, pero Leah estaba convencida de que debía de haber maldecido en su interior.
En realidad, Jacob pensaba que estaba en problemas.
Vino a comprar un regalo para Isabella, pero unos ladrones aparecieron repentinamente y tuvo que luchar.
Cuando venció a dos, vinieron cinco; cuando venció a cinco, vinieron nueve; cuando venció a nueve, vino una multitud. Como ahora.
No pudo soportar el hecho de que los ladrones tuvieran la intención de robar las joyas y vestidos que quería dar de regalo a Bella. Al final, sólo estaba desahogando su ira.
Esta fue la escena que vio la dama de compañía de Bella.
Tenía una expresión de sorpresa... Estaba seguro de que le contaría a Bella sobre esto.
Bella voltearía la cabeza inmediatamente como si fuera decepcionante.
Para Jake era más fácil lidiar con un malvado pandillero que con una dama de compañía.
Sentía que estaba en problemas porque no sabía cómo lidiar con la dama de compañía de su hermana.
Pensó primero en detenerla. Jake, que tardíamente aclaró sus pensamientos, bajó el arco y sonrió para conversar.
—¿Hola? Qué haces en un lugar como este.
Pero tan pronto la saludó.
Leah, que estaba atónita, gritó repentinamente—¡Es genial! — Entonces se llevó una mano a la espalda y sacó una gran lanza.
Empuñando firmemente la lanza, gritó mientras corría.
—¡Me gustaría tener un duelo con usted, Lord Jacob!
Jacob frunció el ceño. ¿Un duelo tan repentinamente?
Podría ser una broma, pero Leah actuaba como si fuera en serio.
Jake la miró desconcertado y se negó.
—Lo siento, pero no puedo luchar contra la dama de compañía de mi hermana.
—¡No hay ningún problema!
—No, no está bien.
Pero Jake cambió rápidamente de opinión. Viendo el brillo en sus ojos, también parecía estar loca por las artes marciales.
Debería ser posible que mantuviera la boca cerrada si la manejaba adecuadamente, ¿verdad?
—Bueno, acepto, pero ¿puedes prometerme una cosa?
—¿Qué?
—No le dirás a Bella nada de lo que acabas de ver.
—¡De acuerdo!
Cuando Leah gritó emocionada, Jake sonrió y sacó la espada de su cintura.
Afortunadamente, era una dama de compañía que hablaba el mismo idioma. Por supuesto, no tenía intención de luchar en serio.
Si cometía un error y hería a la dama de compañía, aunque fuera un poco, Bella se enfadaría.
—¡Empecemos!
Pero después de intercambiar ataques unas cuantas veces, Jake se arrepintió de su decisión.
Se dio cuenta de que su oponente no era una persona con la que pudiera lidiar blandiendo casualmente su espada.
Tenía que ir en serio. Sin embargo, si la enfrentaba en serio, realmente podría herirla.
¿Qué debería hacer? ¿Debería desmayarla? ¿O simplemente hacer que pierda despojándola de su arma en el momento adecuado?
Mientras dudaba en hacer esto o aquello, algo golpeó su cabeza.
Jake parpadeaba con la mirada perdida. Ante sus ojos, el rostro de la asombrada dama de compañía se desvanecía.
Tres segundos después, se desplomó de inmediato.
—¡Oh, no, Lord Jacob!