Capítulo 01
Conociendo y Perdiendo
Los verdaderos buenos actos nacen de ti
Horas después
Abrí mis ojos lentamente, al principio solo veía borroso, pero después de unos segundos vi las luces apagadas de una habitación de hospital.
- ¿Asi que no me fui con San Pedro eh? – fue lo primero que pensé.
Intente moverme, pero al parecer la anestesia o tranquilizantes que había en mi aun hacían efecto, resignado por casi no poder mover mi cuerpo gire mi cabeza, y frente a mí, tumbada de brazos en la cama donde me encontraba, estaba Emilia dormida, viendo por la ventana vi que era muy de noche, debía ser de madrugada.
- ¿Qué hace ella aquí? – fue lo primero que me vino a la mente al verla – Supongo que se quedó preocupada de mi – dije en voz baja.
Volví a girar mi cabeza mirando de nuevo las lámparas del techo pensando en nada durante unos minutos, y empecé a sentir como mis brazos recuperaban su utilidad, lentamente empecé a mover los dedos de mis manos y muñecas, aunque podía moverme, cada que lo hacía un cansancio venía a mí, pero no sentía dolor por ningún lado, solo un cansancio y tranquilidad que no podía explicar, era como si todo estuviese bien estando como estaba, en uno de mis movimientos con las manos, sin querer toque a la chica al lado mía, y esto hizo que se moviera lentamente despertándola – mierda, la he despertado – pensé mientras la veía rascarse el ojo derecho con la mano y bostezar por partes iguales, y continuo asi hasta que me vio mirándola fijamente, esto hizo que se detuviera en seco y se quedó mirándome con sorpresa y vergüenza por igual.
Nos estuvimos mirando incomodos por lo que fueron 5 segundos, pero juro por dios que parecía mucho más. Finalmente viendo que ella no decía nada tal vez por vergüenza, tal vez por la sorpresa, tal vez ambas terminen hablando yo.
- Eeeh… Hola – dije simplemente (Si ya se, soy un gran interlocutor, pero no sabía que más decir).
- Hola – dijo aun sin saber que decir.
- Me despierto con una chica tan linda por una vez, y es, en un hospital y en una situación tan incomoda, nombre soy lo máximo – pensé con depresión.
- ¿Como te encuentras? – pregunto la castaña mirándome con preocupación.
Voltee para mirarla - si le digo que no siento ningún dolor, solo esta extraña paz, ¿me creería? Seguramente no – pensé, después de un momento pensando abrí la boca.
- Me encuentro bien, solo estoy cansado – le respondí.
- Me alegra oír eso, por cierto, quería preguntarte, ¿Cuál es tu no… - la castaña no termino su pregunta pues la puerta se abrió.
Por la puerta entro aquel policía que subió a la ambulancia, era alto, panzón y de pelo canoso, debería andar en sus 50 años, y tenía una sonrisa forzada que no le quedaba nada bien, al verlo todos mis instintos de peligro se activaron.
- Asi que te has despertado – dijo el policía secamente aun con su sonrisa forzada.
- Siento decepcionarle – le respondí sarcásticamente de la misma forma – si quiere me vuelvo a dormir y se puede ir tranquilo – respondí de nuevo con sarcasmo.
El policía me miro de una forma que no me gusto, y yo solo le devolví la mirada – ¿De qué diablos va este tipo? – pensé molesto y con desconfianza.
Nunca he sido de los que confían en cualquiera solo porque me sonrían, y este policía me daba de todo menos confianza.
- ¿Qué necesita de mi oficial? – pregunte sonando tranquilo.
- Solo quiero hacerte unas preguntas, como le hice a tu novia de ahí – dijo mientras sonreía con falsedad y señalaba con el dedo a Emilia.
Yo no dije nada y solo lo mire con asco, mientras que la castaña se sonrojo y negó con la cabeza diciendo que no teníamos esa relación.
- Bien hablare con usted, pero antes quiero hablar con ella, a solas – remarqué el "a solas" para que quedase claro, el policía bufo molesto y salió de la habitación mientras decía – os doy 3 minutos.
Ninguno dijo nada por unos momentos, yo estaba reordenando mis pensamientos de todo esto, había algo que no me cuadraba.
- Aaagh todo esto parece un capítulo de C.S.I – pensé mientras me rascaba el cabello con molestia, gire mi cabeza y mire a Emilia que aun miraba a la puerta por donde salió aquel tipo.
- Emilia – la llame y ella me miro de vuelta – escucha sé que esto es muy repentino, pero quiero que me des tu número de teléfono – le dije seriamente.
- ¿Eh? – respondió ella con la boca abierta.
Yo la mire preguntándome si no me había entendido – Puede que esto suene raro, pero ese hombre no me da ninguna confianza – agarre mi teléfono al lado de mi mesita y mire si el audio que había grabado del atraco aún seguía ahí – bien aquí sigue – dije sonriendo, luego volví a mirar a Emilia quien había sacado su teléfono.
- Escucha Emilia, ese policía oculta algo, no sé el que, pero mi instinto me dice que es alguien peligroso o en quien no debes confiar – le dije mientras miraba por un momento a la puerta cerrada y volví a mirarla.
- Si, yo sentía escalofríos cuando me miraba – dijo asintiendo – pero ¿qué quieres hacer?
- Cuando estuve peleando con ese psicópata pude notar que tenía una mancha de nacimiento en el cuello y tenía los ojos marrones – hice una pausa para agarrar aire – y ese policía tiene los mismos ojos y la mancha en el mismo lugar, algunas manchas de nacimiento se heredan - dije terminando de hablar.
La castaña abrió los ojos con sorpresa – ¿dices que estos dos están relacionados? – pregunto con miedo.
- No estoy seguro, pero me parece raro, este policía subió a la ambulancia con nosotros sin más, no se ha presentado y sinceramente parecía que le molestara que hubiese despertado – dije secamente.
Emilia asintió y dijo – Si, en la ambulancia cuando me estaba preguntando por lo ocurrido dejo de mirarme cuando le dije que no había visto el rostro de aquel tipo – antes no le di importancia pero ahora que lo dices…
Asentí y dije – por eso quiero pasarte el audio de todo lo ocurrido, quiero darte a ti toda la información de lo que paso para que la tengas, y en caso de que me pase algo y sea necesario, que la muestres a la policía, pero no a el – dije intentando sentarme en la cama, pero apenas podía moverme, pues sentí una punzada de dolor en el estómago.
Asi le pase el audio y ella escribió todo lo rápido que puedo la descripción del sujeto y lo que le había dicho del policía.
- ¿Lo tienes? – pregunte mirándola con los ojos, ya casi no podía moverme, ella asintió rápidamente e iba a hablar, pero la puerta se abrió de repente y el policía entro con cara seria.
- ¿Ya habéis terminado de meteros mano? – pregunto secamente mientras miraba entre mí y la castaña.
- Si, ya hemos terminado, pero como ve yo no necesito de cariñosas para conseguirlo – le dije con todo mi sarcasmo explotando.
Emilia quito su cara seria del sujeto por una graciosa y estuvo a punto de reírse, pero se tapó la boca a tiempo, el policía me miro con desprecio y se acercó a mí.
- Bien sr policía, puede preguntar – dije secamente, mirando de reojo a la castaña por un momento, y ella asintió disimuladamente.
- Ella debe irse – dijo el policía señalándola.
- ¿Por qué? – pregunte.
- Los interrogatorios se deben hacer por separado con los testigos – dijo simplemente.
Mi rostro se volvió serio y asentí, Emilia y yo nos miramos por un momento y asentimos, asi ella se levantó y se fue de la habitación, no sin mirarme por última vez con una sonrisa.
El policía no se dio la vuelta y no dejo de mirarme, se sentó en el lugar donde antes estaba la castaña, y empezó a preguntarme con lo ocurrido, desde porque lo había hecho, a si había visto el rostro del psicópata, yo di respuestas vagas argumentando, que todo paso muy rápido, que solo recordaba que tenía el cabello largo y cara desaliñada. Después de unos minutos el policía parecía más aliviado que estresado dada mi poca información, aumentando más mi desconfianza, asi el policía se levantó y se giró para irse pero se detuvo a mitad de la habitación y me miro girando su cabeza hacia mí.
- Ah, y – dijo llamando mi atención – Ten cuidado, el sospechoso aun anda suelto por ahí – dijo mientras me miraba con una sonrisa oscura y acto seguido se fue.
- Para nada eso es sospechoso, ni lo más mínimo – pensé mientras me daba un ataque de tos, al mismo tiempo que me empezó a doler mucho el estómago, al ver mis manos vi restos de sangre en ellas, lo cual me hizo ponerme pálido y perder el aliento.
En ese momento Emilia entro por la puerta y al verme en el estado que me encontraba, vino hacia a mi corriendo, y pulso el botón de emergencia, a los pocos segundos una enfermera vino, después de checarme llamo al médico y enseguida apareció también.
Después del chequeo del médico, yo me encontraba cada vez más y más cansado, pero no como si hubiese corrido una maratón, si no un cansancio de querer dormir por un largo día.
- ¿Qué le ocurre Doctor?, ¿no había salido bien la operación? – pregunto la castaña mirando al médico y este estaba tenso sin saber bien que decir.
- Vera, hemos hecho lo que hemos podido… pero conforme nos ha contado lo sucedido, cuando el cuchillo perforo su estómago, no hirió nada de gravedad, lo peor vino cuando hundió el cuchillo más con el pie, en ese momento el cuchillo se hundió perforando el estómago, y conforme nos dijo, lo saco de forma muy brusca, con ello dañando también el riñón… las probabilidades de que sobrevivas son bajas, pero posibles – dijo mirándome directamente con una triste mirada – lo lamento – dijo finalmente.
Al oír aquellas palabras, agache mi cabeza y miré mis manos que ya estaban limpias, más que sentir rabia o miedo, solo sentí impotencia, iba a morir, eso era lo más seguro. Alcé mi cabeza y vi tanto a la enfermera que tenía una mirada triste mientras me miraba y luego al médico que solo estaba ahí plantado mirándome, esperando alguna respuesta, por último mire a la castaña a mi lado, ella estaba llorando, manchando aquellos hermosos ojos verdes, no soy del tipo de persona que le gusta ver llorar a nadie, aunque yo mismo no este llorando, asi que lentamente tome su mano con la mía y le di un apretón, ella se giró para verme aun llorando.
- Esta bien, soy un chico fuerte y resistente – dije intentando animarla, mientras le sonreía débilmente.
Emilia siguió mirándome con sus tristes y llorosos ojos, no dijo nada y agacho la cabeza asintiendo.
Asi el médico y la enfermera se fueron, diciéndome que lo mejor era descansar y que no me moviera, asi me tumbe de nuevo en la camilla, me pregunte que hora seria, mire por todos lados pero no encontré ningún reloj, lo cual me fastidio, y mi teléfono se había quedado sin batería, cerré los ojos y entonces recordé a mis amigos y familiares, ¿sabrían ellos que estoy aquí? No claro que no, ellos pensarían que estaría perdido por ahí. Abrí mis ojos y mire a la castaña aun a mi lado con la mirada baja, no quería molestarla más de lo que ya he hecho, pero si no lo hago ahora puede que no tenga otra oportunidad.
Decidido y aun con mi mano agarrada a la suya le di un pequeño apretón, ella alzo la mira con los ojos rojos por tanto llorar, le sonreí débilmente, y le explique lo que quería hacer, ella asintió levemente con una débil sonrisa, mientras le daba los números de uno de mis amigos que estaban conmigo en esta ciudad y a mis padres, y decidió explicar ella toda la situación, los siguientes 30 minutos fueron muy largos, ella estaba asomada por la ventana mientras hablaba con mis padres y podía oír desde mi camilla la voz firme y algo histérica de mi padre o la voz en llanto y paranoica de mi madre, Emilia estaba la mar de nerviosa y con una cara de terror, pues como explicarle a alguien que su hijo estaba en el hospital de gravedad por su culpa, aunque yo jamás pensé eso, luego vino la llamada a mis amigos, al principio pensaron que era una broma, pero cuando entendieron que no se preocuparon y dijeron que irían enseguida, la castaña les freno diciendo que sería mejor que esperaran a la mañana y les dio a todos el numero de la habitación, yo solo miraba como ella manejaba hábilmente a mi familia y amigos y sonreí, mis parpados eran pesados y cada vez me costaba más pensar, podía ver por la ventana que empezaban a salir rayos de luz, por lo cual debían ser como las 5/6 am.
Cuando por fin termino de hablar, Emilia volvió junto a mí y me sonrió, me dijo que tanto mis padres, divorciados desde hace mucho y que no se llevaban nada bien, iban a ir juntos en el mismo coche para venir aquí, yo me quede incrédulo y mi cara debió ser muy graciosa porque ella se rio al verme, después de todo eso nos quedamos en silencio. Yo apenas podía mantener los ojos abiertos, pero seguí hablando como pude con ella de cualquier cosa.
- ¿Por qué lo hiciste? – pregunto finalmente, lo cual hizo que abriera los ojos y la mire, al verme pregunto de nuevo - ¿Por qué te arriesgaste por una desconocida? No nos conocíamos, podrías haberme ignorado – dijo mientras se secaba los ojos.
- Porque era lo correcto, y si yo no lo hacía, nadie lo habría hecho – le respondí mientras la miraba, ella me miro con los ojos muy abiertos – nadie más te vio ser arrastrada a ese callejón, y si alguien lo hizo, lo ignoro completamente, yo pensé en hacerlo también – le dije sincerándome – pensé que quizá era solo tu novio, pero ver la forma en que te arrastro me hizo sospechar, asi que decidí ir a echar solo un vistazo por si acaso, y menos mal que hice – dije sonriéndole.
- Pero… pero por mi culpa tu est… - empezó a hablar.
- No pienses jamás que esto es por tu culpa, yo decidí actuar por cuenta propia, yo decidí ayudarte, nuestras decisiones son solo nuestras, y debemos vivir con ello – le dije sonriéndole y cerré los ojos cansado – estoy tan cansado.
- Es muy tarde, o muy temprano según como lo veas – dijo ella mientras se reía levemente, y yo sonreí en respuesta – Descansa… cuando despiertes seguiremos hablando, y tu familia y amigos estarán aquí contigo.
- Con nosotros – dije antes de caer en el mundo de los sueños.
Esa fueron mis últimas palabras, y la última vez que vi a aquella chica de ojos verdes, la última vez que vi algo en ese mundo, y no estaba mal la verdad, después de dormirme, desperté en otro lugar, uno en el que no había estado nunca, y uno que jamás olvidare.
