Capítulo 02

Renacimiento

Dioses, revelaciones y deseos

- ¿Qué es este sentimiento tan extraño? – fue mi pensamiento al volver a la consciencia, me sentía liviano, ligero como una pluma, como si no tuviese cuerpo, ante ese desagradable pensamiento abrí mis ojos rápidamente.

- Vale, estoy malditamente muerto – pensé, ante mí, no había realmente nada más haya que oscuridad, pero aun asi estaba bien iluminado, note mientras miraba a todos lados, y luego mire mi propio cuerpo, seguía ahí y di un suspiro por ello, pero al echarme otro vistazo, note que tenía puesto la ropa que llevaba antes de estar en el hospital – Bueno, lo prefiero asi, no querría estar con una bata de hospital por la eternidad – dije en voz baja mientras aun me miraba.

Una suave risa se oyó de repente, ante tal ruido me gire y frente a mi había aparecido un trono, no lleno de joyas o super exagerado como se ve en las películas, era modesto, de madera color claro, y en ese trono estaba sentada una mujer, que solo puedo catalogar su forma, apariencia y belleza a un nivel divino fuera de cualquier mortal. Era como si el simple hecho de intentar describirla físicamente con palabras fuera una ofensa.

- Si me sigues mirando asi me voy a sonrojar – dijo aquella mujer con una sonrisa, al oír eso mi mente volvió a la realidad y me quede mirándola, sin saber que decir exactamente, al notar esto la mujer hizo aparecer una silla detrás de mí, no era tan bonita y majestuosa como en el que ella estaba sentada, pero era igualmente una silla bonita y cómoda. Me senté en silencio y por unos cuantos segundos estuve pensando, cambiando mi mirada del suelo a la mujer, la cual seguía mirándome con sus brillantes ojos y su sonrisa marcada, después de unos 30 segundos por fin hablé.

- Estoy muerto, y asumo que tú eres alguna clase de diosa ¿verdad? – dije mirando a la mujer, esta no dijo nada por un momento, pero en sus ojos vi un destello de sorpresa.

- Interesante, eres la primera persona en 200 años que se da cuenta por sí misma, y sin que yo se lo dijera antes – me respondió mientras sonreía y daba un leve aplauso.

Yo no dije nada, solo di una leve sonrisa por el elogio y baje la cabeza pensativo – entonces sí que estoy muerto, que pena – pensaba mientras me secaba una lagrima.

- ¿Te encuentras bien? – pregunto la diosa mirándome con pena.

Yo la mire de vuelta mientras me secaba la lagrima, pero otra más volvía a salir.

- Si, es solo que… - no continue pues me quite más lágrimas.

- Cuéntame – pidió la diosa reclinándose en la silla y mirándome.

- Es que… yo no esperaba morir tan pronto – dije con la cabeza gacha – yo… yo no puedo creer… ¡Que me morí sin haber podido jugar el siguiente juego de mi saga favoritaaaaaa! – grite y pegue un grito de frustración al cielo mientras me agarraba la cabeza con molestia.

Después de eso ninguno dijo nada por unos momentos, pero después empecé a oír, como aquella diosa lentamente empezaba a reírse cada vez más fuerte, hasta llegar a una risa descontrolada, yo la mire sorprendido, hasta su risa descontrolada sonaba hermosa - ¿Acaso es parte de su poder como diosa hacer que todo lo que haga se vea bien? – pensé mientras la miraba.

Lentamente la diosa recupero el control, sin dejar su sonrisa satisfecha y me miró fijamente.

- Eres una persona muy interesante – dijo mientras se quitaba una lagrima por tanto reírse, yo me avergoncé al darme cuenta de lo que había dicho – la mayoría de las personas acaba llorando porque no podrá volver a sus familiares o amigos, pero tú te has desesperado por un videojuego – dijo mientras volvía a reírme lentamente.

Yo tuve la audacia de sonrojarme de la vergüenza – Pero no es cualquier videojuego, Diosa, es la mejor saga de la historia – me levanté del asiento emocionado.

Ella me miro sorprendida por mi arrebato y sonrió - ¿Ah sí? Y que tiene de especial ese juego dime – pregunto curiosa.

Yo sonreí levemente, animado por su interés y pasé lo que quizá fueron horas o quizá minutos explicándole con detalle, es difícil saber el tiempo que pasa cuando no ves nada más allá de una habitación oscura sin luz solar o un reloj.

- Suena muy interesante – dijo asintiendo con interés – me pregunto si me dejarían jugar eso en mis tiempos libres – dijo pensativa mientras se llevaba un dedo a la barbilla.

- Enserio es molesto que todo lo que haga se vea tan genial – pensé mirándola fijamente, entonces me percate de algo que había dicho – Diosa – a mi llamado ella me miro con curiosidad – has dicho algo de que te dejarían hacerlo en tu tiempo libre, eso significa que no eres la… ¿diosa principal? Ya sabes lo del alfa y el omega y todo eso – pregunte intentando expresarme por la difícil pregunta.

Ella sonrió y asintió – asi es, soy una diosa, pero no soy "El Dios" principal – dijo acentuando esas palabras – déjame presentarme adecuadamente – ella se levantó he hizo una leve referencia – mi nombre es Ramnesis, diosa de la justicia, la fortuna, la reencarnación, pero sobre todo, del destino y el equilibrio.

Yo parpadee sorprendido por tal presentación, e igualmente me levante he hice una referencia – es un honor Señora Ramnesis.

Ella se sentó y yo la seguí – Por favor, tutéame, no soporto las formalidades – yo asentí sorprendido - entonces.. ¿es como en la era griega?, ¿hay muchos dioses y uno para cada cosa? – pregunte muy curioso.

Ella negó con la cabeza – No, somos más bien pocos, en total no llegaremos a 15, cada uno se ocupa de varios fundamentos primordiales, y por encima de nosotros, esta nuestro padre, el alfa y el omega como tú lo has llamado – explico la diosa.

Yo asentí asombrado – entonces… todas las religiones, Jehová, Ala, Shiva y ¿todos los demás? – pregunté lentamente.

- Son todos el mismo, pero con distintos nombres – respondió ella tranquilamente – las religiones y la mayoría de cosas que dicen en ellas y esos libros que creasteis, son exageraciones o mitos, y son inventos de los humanos, para seguir cada uno a su manera a su propia personificación de nuestro padre.

- Se de unas cuantas personas que se sentirían muy ofendidas si se enteraran de esto – dije riéndome por lo bajo.

- ¿Tienes alguna pregunta más? – pregunto con una pequeña sonrisa la Diosa.

Yo lo pensé por un momento y entonces hablé - ¿Qué me dices del cielo y el infierno?, ¿Es tal cual dice la biblia? ¿y qué hay de los ángeles y los demonios?.

La diosa asintió – pero no hay ningún anciano en las puertas del cielo, ni puertas doradas esperando abrirse, se te juzga en vida por tus actos y al final, al morir, un ángel se encargara de la persona fallecida y le dirá donde ira – dijo la diosa – tampoco existe tal cosa como el sufrimiento eterno en el infierno, eso fue algo que crearon los humanos para conseguir más fieles y hacerles temer por sus almas, si la persona que está en el infierno se redime de corazón de sus pecados y es perdonado por nuestro padre, este será liberado del infierno, y pasara al purgatorio, y luego al cielo – continuo la diosa agarrando aire – por otro lado, los demonios no son más que ángeles juzgadores, no son rojos, ni tienen cuernos ni tridentes – dijo riéndose lentamente.

Yo asentí atontado, sin saber bien que decir, pensé mi siguiente pregunta – ¿y qué me dices de Lucifer, o Satanás, es un hermano tuyo también?.

Ramnesis asintió nuevamente satisfecha por mi deducción – Asi es, pero no se revelo contra nuestro padre, ni hizo una guerra, nuestro padre le pidió y ofreció el puesto de manejar el infierno, puesto que mi hermano es el más puro y sincero de todos nosotros, y no había nadie mejor que el para ese puesto – respondió la diosa.

- ¿Y eso de que cayó del cielo por pecar? No me digas, fue una malinterpretación – pregunté al tiempo que me respondía a mí mismo, al ver como ella asintió, mi cabeza callo y puse mis manos sobre ella – que vergüenza.

La diosa sonrió por mi respuesta – Te estas tomando todo esto muy bien, me sorprende – dijo mientras se inclinaba haca mi – ¿acaso sospechabas o pensabas algo asi?.

Yo la mire con desanimo y asentí – no todo exactamente como lo has dicho, pero si en su gran parte – le respondí.

- Eres realmente interesante, tienes una mente observadora y analítica, me agradas mucho – dijo sonriéndome cálidamente.

Yo me avergoncé al ver tal belleza divina mirarme asi y asentí agradecido – Por eso decidí que no iras al cielo – dijo ella al final, levante mi cabeza tan rápido que mi cuello sonó, y si estuviese vivo estoy seguro que se habría roto el cuello.

La mirada de sorpresa y mi rápido movimiento debieron sorprender a la diosa por igual y abrió sus ojos y negó moviendo las manos rápidamente – por favor, no pienses que te voy a mandar al infierno o algo asi, yo no me encargo de eso, y tampoco haría algo asi contigo.

Yo baje la cabeza aliviado y suspire, pero al pensar en ello mi cabeza volvió a levantarse – espera, antes dijiste que de eso se encargaban los ángeles, entonces… po.. ¿Por qué estoy contigo en vez de con uno de ellos?.

- Esa es una buena pregunta, dime, ¿Por qué crees que estoy yo contigo, en vez de un ángel? – pregunto ella mirándome con interés.

Yo pensé por un momento – Ella dijo que los ángeles son los que se encargan de llevar las almas a las personas… y los dioses por otro lado son los que mantienen el equilibrio y funciones del mundo… - entonces, mi mente hizo la conexión, y miré de nuevo a Ramnesis que esperaba una respuesta.

- Tu.. dijiste que eras la diosa de la reencarnación, el equilibrio y más cosas… eso significa que… - hable lentamente no estando muy seguro de mis pensamientos.

Ella sonrió mucho y asintió con firmeza – Si, te daré la oportunidad de reencarnar, mantendrás todos tus recuerdos y pensamientos, pero no en el mundo del que vienes, si no en otro distinto – dijo Ramnesis.

Yo abrí mis ojos y mi boca se abrió mucho, me desparramé en el asiento sin poder creerlo – me estas jodiendo – dije mirando al techo.

Al darme cuenta de lo que había dicho mire a la diosa con pena – perdón por eso, no estuvo bien – dije inclinándome como señal de disculpa.

- No te preocupes, todo está bien – Dijo Ramnesis moviendo la mano sin darle importancia.

- ¿Por qué yo? - pregunte con sinceridad bajando la cabeza – no creo haber hecho algo tan bueno como para merecer tal oportunidad – dije lentamente.

La diosa cruzo sus manos encima de sus rodillas y me miro en silencio con cara de incredulidad - ¿Crees que no has hecho nada bueno para merecerlo?, arriesgar tu vida para salvar a una desconocida, priorizar su bienestar por encima del tuyo, tranquilizarla, ¿no te parece suficiente? Tu destino no era morir aun, esa chica, por el contrario, estaba destinada a morir en ese callejón, pero tú, tú la salvaste, tú por ti mismo decidiste salvarla.

Al oír aquellas palabras alce mi cabeza mirando de nuevo a la diosa, todos los recuerdos de lo que había pasado antes de mi muerte volvieron a mí, la pelea, el viaje en ambulancia, el despertar en la habitación del hospital, pasar mis últimos momentos junto a Emilia, sin darme cuenta empecé a llorar mucho, frote mis ojos para quitar mis lágrimas, y al quitar mi brazo vi un pañuelo ofrecido por la diosa, ella me sonrió con comprensión y acepte el pañuelo con un leve gracias.

Cuando conseguí calmarme y enfriar la mente, mire de nuevo a la diosa que me miraba con paciencia y comprensión, como lo haría una madre, yo le sonreí y pregunte – Entonces… si no hubiese actuado, ella habría muerto – afirme más que pregunte.

Ramnesis asintió – Estaba destinado que tu ignoraras lo que viste y continuaras tu camino, pero tu cambiaste el destino ya escrito, y con ello salvaste a una joven que estaba destinada a morir ese día, con ese acto desinteresado, cambiaste su vida, y la del mundo en general – dijo ella solen mente, yo abrí los ojos con curiosidad instándola a que continuara sin querer interrumpirla, asi ella continuo – Veras, ella nunca olvido ese día, jamás, ni aquel chico tampoco, después de ese día tomo la decisión de querer cambiar el mundo a mejor, con mucho esfuerzo y dedicación, consiguió volverse una importante diplomática de renombre, y con ello consiguió ayuda de políticos influyentes que apoyaban su causa, consiguiendo bajar la tasa de criminalidad global, haciendo que el mundo fuese más seguro para todos y de paso ayudándonos a nosotros también, cuanto menos criminalidad, menos trabajo para nosotros – dijo con una sonrisa feliz al final.

Sin darme cuenta estaba sonriendo felizmente, esa chica había cambiado el mundo a mejor, sabía que iba a ser alguien especial, pero no imagine tal cosa, luego de eso recordé algo – ¿Y qué paso con el psicópata ese? ¿Y aquel policía desagradable?

La diosa me miro seriamente y dijo – Aquel asesino fue capturado intentando entrar en un hospital disfrazado poco después de que tu fueras ingresado, después del juicio fue encarcelado y se pasó el resto de su vida en la peor cárcel que puedas imaginar – la diosa cogió aire – por otro lado aquel policía, tal y como sospechabas, estaba confabulado con el asesino, siendo este su hermano, el policía le encubría los crímenes, pero no pudo hacer nada frente a todas las pruebas que le diste a aquella chica, y cuando se descubrió su relación fue condenado también a prisión.

Yo suspire aliviado, al final todo había salido bien, esa basura se pudrió hasta su muerte en la prisión, y con ello Emilia estaría a salvo, sonreí pensando en ello, pero luego otra pregunta vino a mi mente.

- Y que me puedes contar de ella ¿se llegó a casar? ¿hijos..? -pregunte aunque no estaba seguro de querer saberlo.

Ramnesis negó con una pequeña sonrisa – temo decir que no puedo contarte eso, pero si puedo decirte que ella jamás te olvido, y siempre estuviste en su corazón.

Yo sonreí feliz – espero poder llegar a verla de nuevo algún día, y quizá poder pasar la vida juntos – pensé mientras asentía.

- Gracias por contarme todo esto diosa Ramnesis – dije inclinándome.

- Llámame Ramn, ya te dije que no me van las formalidades – dijo y yo asentí.

- Entonces… que pasara conmigo, me has dicho que reencarnare, aunque no creo tener elección en esto – me reí levemente.

Ramn negó con la cabeza – siempre tenemos elección querido, y tú no eres la excepción, si asi lo quieres podrías quedarte en el cielo con tus seres queridos, pero siento que aún no es tu momento y siento que tú también lo crees asi, por eso te doy la opción de reencarnar, no solo por tus buenos actos, sino porque te mereces vivir una vida mejor – dijo la diosa mirándome fijamente.

- Pero… en qué clase de mundo reencarnare – pregunte con curiosidad – ¿acaso puedo escoger?.

La diosa sonrió de nuevo con esa sonrisa de satisfacción – No haces más que impresionarme, en efecto, podrás reencarnar en el mundo que tu desees, y con ello se te concederán tres deseos a tu elección.

Me quede sorprendido ante tal revelación – ¿el mundo que sea? ¿Eso significa que podría ser uno ficticio echo realidad? – ella asintió sonriente.

- Asi es, pero debes entender algo muy importante – dijo poniéndose seria de repente – todo mundo que los humanos han creado, es real en otra dimensión, con sus reglas, normas, ventajas y desventajas, debes entender, que para ellos, su mundo es el auténtico y real, no es un mundo ficticio, por lo cual jamás debes revelarle a nadie tal cosa, ¿me entiendes? Nunca - remarco de una forma tan seria y fría, que me dio escalofríos, yo asentí rápidamente no queriendo ganarme el enojo de la diosa.

La diosa al ver que lo había entendido asintió recuperando su natural sonrisa, por mi parte estuve pensando seriamente que mundo sería el correcto y mejor para mí, pensé en muchos mundos interesantes, pero había dos en concreto que me llamaban, más que cualquier otro, luego de un rato le pregunte algo a Ramn.

Ramn – la llame que estaba leyendo una hoja que quien sabe de dónde había salido, al oír su nombre me miró fijamente – esos deseos que me dijiste, ¿pueden ser cualquier cosa?.

- Mientras no sean deseos malvados o mal intencionados, y no destruyan las leyes de ese mundo, puedes pedir cualquier cosa -confirmo ella.

Yo asentí, y le dije al mundo que deseaba ir, con todas las especificaciones exactas al momento de cómo y cuándo nacer, y cosas futuras, para evitar inconvenientes, ella asintió entiendo todo rápidamente, diciendo que no habría problemas con eso.

- Bien con eso queda aclarado todo, ahora dime, ¿cuáles serán tus tres deseos?

- Bien… - hice una pausa para pensar bien como pedirlo sin errores, despues de un rato pensandolo bien, formule mi primer deseo..

Ella me miró fijamente durante unos momentos y luego sonrió – De acuerdo, deseo concedido, y le daré un plus a tu deseo por placer, pero no te diré que es, eso lo descubrirás tú mismo – dijo mientras se reía levemente.

Yo asentí feliz pensando cual sería ese plus, luego de un momento formule mi segundo deseo con mas confianza.

- Me parece bien, tu segundo deseo será tal y como pides, a mí tampoco me gusto nunca esa norma, es demasiado cruel – dijo a lo que yo asentí con cara de enfado y desaprobación y los brazos cruzados, a lo que ella se rio nuevamente.

- ¿Y cuál será tu último deseo?

Pedí el último deseo con gran entusiasmo, a lo cual Ramn me miró fijamente sorprendida y luego asintió con una sonrisa.

- Me parece bien – dio una palmada y se levantó, yo me levante igualmente – con esto está todo claro y hablado, todo será tal y como pediste, pero debo pedirte un favor importante, mi querido elegido – dijo mientras se acercaba a mí.

Yo asiento sin dudar y debo admitir que me sentí importante al llamarme "su querido elegido", avergonzado pero con una mirada seria, le pregunto que era.

- Tú serás mi caballero personal en este nuevo mundo, lucharas por y en mi nombre, serás un entrenador Digimon elegido por mí, y cualquier dios, o entidad sagrada o maligna de ese mundo lo sabrá al verte, responderás solo de mí, ningún dios de ese mundo podrá decirte que hacer o pensar, y por ello, cuando reencarnes, nacerás con mi escudo personal en tu cuerpo, el cual nos permitirá mantenernos en contacto y te protegerá de ciertas presencias – dijo la diosa mientras levantaba su mano frente a mí, y mi cuerpo brillo intensamente.

Asi, mi cuerpo empezó a desaparecer en partículas empezando por los pies, yo me miré con algo de pánico pero al ver a Ramnesis sonreír tranquilamente, supe que todo estaba bien.

- Gracias por todo mi diosa, daré lo mejor de mi… – dije mientras desaparecía lentamente y ella asintió, sin poder resistirme hable de nuevo – cuando ella llegue aquí, podrías decirle que le deseo lo mejor y que espero que algún día nos veamos de nuevo?.

Ella sonrió y dijo mientras terminaba de desaparecer – tranquilo, lo hare, y siento que tú también lo harás, algún día, en algún momento – después de eso.

En mi último momento de existencia, sonreí feliz y mi última palabra fue – Gracias, Diosa.

Con esas últimas palabras, desaparecí por completo de la existencia de ese mundo, pero no para siempre, tenía una nueva oportunidad, una nueva vida, un nuevo propósito, me jure que esta vez haría las cosas bien, no dejare que nadie muera en este mundo, no dejare que las cosas acaben como acabaron, por encima de todo, cambiare este mundo a mejor y mientras pensaba eso, sentí de nuevo, olí de nuevo, me moví de nuevo, abrí mis ojos, y frente a mí, un nuevo mundo se abrió, este nuevo mundo es… El Mundo Digimon.

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¡Hola! antes de pasar al siguiente capitulo, que aun estoy escribiendo, quiero que me digáis vosotros, cual quisierais que fuera el tercer deseo, los otros dos ya están hechos y escritos por mi y serán importantes para la trama, por otro lado y en un principio no habría un tercer deseo, se me ocurrió sobre la marcha, podéis dejar en un comentario cual os gustaría que fuera, y en el siguiente capitulo anunciare cual será, si no me gustan o no se me ocurre ninguno, lo dejare con 2 únicos deseos y listo.

Gracias por todo, y nos vemos en la próxima.