Del amor y otras molestias

Historia V

Fuegos artificiales

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad de Masashi Kishimoto, esta historia es de mi total autoría no está permitida su publicación en otros sitios sin previa autorización. -Azulen-

Ooc (Un poco, por el bien de la trama xD)

Nota: Esta es una colección de capítulos no lineales algunos largos, otros tipo viñeta, en este universo la masacre Uchiha y el ataque del zorro no ocurrieron.

Pareja: Itasaku

ADVERTENCIA: Hay lime.

•••

-¡Shaaa!

Una buena parte del terreno voló en pedazos con el impacto de su puño, Itachi ágilmente logró esquivar con un par de saltos amplios las grietas gigantescas que se formaron inhaló profundamente preparándose para lo que venía, a toda velocidad Sakura le alcanzó con una serie de patadas, en cuanto logró acertar un golpe, la alta figura del pelinegro se desvaneció en una nube de cuervos apareciendo tras su espalda con la katana desenfundada y con los reflejos de un felino Sakura logró agacharse a tiempo perdiendo solo un par de hebras de cabello al esquivar el mortal ataque y rápidamente quiso girar las tornas intentando patear a Itachi en los tobillos con el fin de desequilibrarlo, el Uchiha esquivó pero de alguna manera Sakura apareció debajo de la tierra logrando acertarle un golpe en la muñeca y mandando su katana muy lejos.

Por fin, estaba acorralado.

El corazón de Sakura se aceleró aún más, sintió la adrenalina correr por sus venas encendiendo sus ansias de batalla, pero la sonrisa orgullosa de Itachi la hizo trastabillar repentinamente.

El aire comenzó a faltarle y su realidad se distorsionó.

-Es suficiente

Escuchó su profunda voz masculina venir de todas las direcciones y ninguna al mismo tiempo cuando cayó de rodillas ahogándose y sujetándose el cuello con desesperación en búsqueda de oxígeno, un genjutsu, pero ¿En qué momento?

La ilusión se rompió y trató de recuperar el aire en sus pulmones tosiendo con fuerza.

-¿Te encuentras bien?- Itachi se agachó a su lado dándole suaves golpes en la espalda preocupado, no solía excederse con ella, pero esta vez sí que lo había acorralado en serio, de vez en cuando esas explosiones de energía de Sakura lo ponían contra las cuerdas, tenía demasiada stamina para un cuerpo tan pequeño.

-S-si- tomó grandes bocanadas de aire agitada dejándose caer de espaldas contra el suelo intentando normalizar su respiración.

-Esta vez me pillaste con la guardia baja- una sonrisa afable se pintó en su apuesto rostro cuando escuchó a Sakura suspirar profundamente con decepción impregnada en su voz.

-No importa cuanto mejore, siempre vas dos pasos por delante- comentó pensativa y le devolvió la sonrisa sintiéndose resignada, Itachi extendió su mano hacia ella ayudándola a incorporarse.

El contacto provocó un escalofrío en Sakura y un suave sonrojo tiñó sus mejillas cuando se soltó con suavidad, sintió el contacto de sus manos al separarse como una caricia recorrer su palma.

Rápidamente y para espantar lo que ella consideraba un patético nerviosismo se dio vuelta escondiéndose de esos ojos oscuros encantadores y con un sello de sus manos Sakura levantó y aplanó el terreno en el que había formado un cráter y una risilla escapó de los labios del mayor por su tímido actuar.

-Siempre te tomas el tiempo de arreglar el campo de entrenamiento- bebió de su cantimplora echándose algo de agua en la cabeza para refrescarse.

-Le temo a tu padre y a mi maestra por igual, tuve que aprender esto de Tenzo-san desde que me amenazaron con no dejarme entrenar en ningún predio de la aldea si seguía destruyendo cada sitio- se encogió de hombros y aceptó de buena gana el agua que le era ofrecida por el joven Uchiha.

Escuchó un suspiro perezoso escapar de entre los labios de Itachi cuando se tumbó un momento a observar el cielo despejado a través de las hojas de la copa del gran árbol que les prestaba su sombra.

-¿Sasuke ya se fue?- preguntó curiosa recostándose a su lado a descansar y buscando iniciar una conversación con él.

-Si, se fue con los chicos de Gai antes del amanecer, se veía satisfecho- rio suavemente- debiste ver la cara que traía anoche en la cena, estaba deslumbrante…- casi se burló de su pequeño hermano- ¿Tuviste algo que ver con eso verdad?

-Desearía poder decirte que no, pero sí- sonrió de medio lado y le lanzó una mirada cómplice- le sugerí a Tsunade-sama enviar a Sasuke en tu lugar.

-¿Por qué? Ahora se volverá aún más presuntuoso- se dio vuelta risueño sobre su costado para poder observar a la pelirrosa tumbada a su lado con los ojos cerrados disfrutando de la brisa cálida de la mañana veraniega.

-Porque sé que a diferencia de Sasuke te hace ilusión comer dangos de festival esta noche- sonrió sin abrir los ojos.

Itachi rió suavemente a su lado al verse delatado.

-Touché

-Bueno… la misión no es nada de otro mundo, consiste en atrapar al usuario del genjutsu barrera que ha estado fastidiando en las aldeas fronterizas del norte y detenerlo, el equipo de Gai ya lo había localizado, solo necesitaban un habilidoso usuario del sharingan y sé lo mucho que Sasuke anhela algo de responsabilidad y reconocimiento- explicó con voz monótona.

-¿Un usuario habilidoso pero no al mejor?- bromeó picandola.

-Qué humilde señor Uchiha…- rio Sakura incorporándose para quedar sentada con las piernas cruzadas en posición de loto frente al pelinegro- Tsunade-sama quería enviarte, pero llevas meses sin parar de trabajar, como médico del escuadrón he recomendado tu descanso y sugerí que Sasuke sería perfecto para el trabajo- le guiñó un ojo en actitud juguetona.

-Oh Santa Sakura ¿He de colocarte un altar para agradecerte tan generoso favor?- el viento sopló fuerte desacomodando sus cabellos y desde su posición Itachi extendió la mano para llevar los lisos mechones rosas detrás de su oreja sonriendo embelesado, sus ojos verdes adquirieron un brillo especial y un delicado rubor se apoderó de la mejillas de Sakura devolviéndole la sonrisa amable, se miraron fijamente en silencio durante unos instantes cada uno perdido en su propio mundo.

-Me conformo con un anmitsu- declaró finalmente ampliando su sonrisa.

-Anmitsu será- volvió a tumbarse de espaldas sobre el suelo sintiéndose en completa paz.

Esta vez fue turno de Sakura de contemplarlo relajado con el rostro suavemente sonrosado por el calor en el ambiente y la exigencia física del entrenamiento, un sonoro suspiro nostálgico escapó de sus labios y apoyó la mejilla sobre el mentón pensativa.

-¿Te dio muchos problemas?- le preguntó curiosa.

-No tantos- respondió empezando a sentirse adormilado, estar junto a Sakura era tan relajante- se pasó lanzándome miradas engreídas y se despidió de mamá diciendo- "Regresaré pronto, espero que no jubilen a Itachi hasta entonces"- imitó la voz de su hermano menor en un tono más agudo y gracioso, suspiró- es un pesado…

Sakura no pudo evitar ser invadida por las carcajadas, Sasuke podía llegar a ser muy infantil si se trataba de su hermano mayor, si Naruto se enteraba de esto no pararía de fastidiarlo el resto de su vida.

-Pues, cuando le sugerí a Tsunade-sama enviar a Sasuke en tu lugar, le dije que Sasuke ya es lo suficientemente fuerte y experimentado como para liderar un equipo en una misión de rango alto, no eres el único Uchiha competente en esta aldea y Shisui ahora se dedica por completo a la policía militar exceptuando por algunas misiones especiales- sonrió relajada.

-Me alegra ver que le tienes tanta fe a Sasuke- rio por lo bajo.

-Es mi mejor amigo y he visto lo mucho que se ha esforzado por alcanzarte y ser tomado en serio- suspiró.

-No le des tantas alas, ser elegido personalmente por la "Hokage"- le lanzó una mirada juguetona- para esta misión en mi lugar lo puso algo... "eufórico"- sonrió con ternura- ha crecido mucho…

-Hokage-sama confía en mi buen juicio- rió traviesa siguiéndole el juego al pelinegro, miró a su alrededor casi comprobado que se encontraran completamente solos y se permitió recostar su cabeza sobre el firme abdomen del Uchiha, instantáneamente sintió la delicadeza de su tacto acariciar sus cabellos, una pequeña sonrisa complacida se dibujó en su rostro y su corazón se aceleró.

Quería a Itachi.

Le quería tanto que dolía.

Se dejó llevar por el silencio y el vaivén de la lenta respiración acompasada de Itachi que le indicaba que se había quedado dormido, se removió con suavidad para no despertarlo volteándose sobre su costado y así poder observar su rostro tranquilo al descansar, no era la primera vez que le veía dormir la siesta, de vez en cuando solía encontrarse con Itachi durmiendo siestas bajo la copa de algún árbol o en el engawa de su casa junto al estanque, no le sorprendía que estuviera tan cansado siempre, no era ninguna mentira que Itachi era uno de los shinobis más solicitados en misiones peligrosas, a veces de varios meses, su vida giraba totalmente en torno a su trabajo, sentía que se exigía demasiado pero sabía que lo hacía por el amor y lealtad que sentía hacia la aldea y por no decepcionar a su clan, fue inevitable para ella deslizar su mano derecha despacio por su pecho en una caricia hasta su rostro retirando un par de cabellos rebeldes de sus ojos cerrados observándole con calidez, hace mucho que había aceptado cuánto lo quería, no era ciega y una parte de si misma le gritaba que sus sentimientos eran correspondidos con la misma intensidad, pero ninguno de los dos tenía permitido dar ese paso, le dolería tanto intentar darlo y que se rompiera la magia de los escasos momentos en los que podía verlo y estar a su lado sintiéndose especial, poder escuchar los chistes que nadie más escuchaba y contemplar con amor al verdadero Itachi Uchiha, dulce y gracioso, escondido bajo el hermetismo de la vida shinobi y un cúmulo de cicatrices de viejas misiones que casi eran parte de su uniforme y que ella se encargaba siempre de curar.

Solía bromear con eso diciéndole que se dejaba lastimar a propósito para poder venir a verla al hospital y él siempre reía con ella negando sus acusaciones con falsa inocencia, amaba tanto esa parte de él y amaba aún más que no la mostrarse a nadie más que a ella, pero no estaba entre sus planes convertirse en su amante o su concubina por el resto de su vida.

Lo que tenían no tenía un nombre, no podían dárselo, solo eran ellos mismos dejándose llevar en silencio por lo que sentían, solo un hombre y una mujer.

Sabía que el tiempo en el que podría vivir soñando despierta y disfrutando de la compañía del heredero Uchiha de esta forma se estaba agotando, pero ya tenía un plan para lidiar con su seguramente roto corazón cuando llegara el momento de dejarlo ir, se iría muy lejos de la aldea en cuanto se anunciara su compromiso con la mujer que su clan elegiría para él, sabía de primera mano y por Sasuke que los ancianos ya se habían movilizado en la búsqueda de la nueva matriarca, de esa forma no tendría que sufrir el calvario de verlo casarse con alguien más y él no tendría que atravesar el dolor de seguir viéndola rondar a su familia y pasando el tiempo entrenando con su hermano como siempre, sabiendo que jamás volverían a vivir estos pacíficos momentos juntos.

Guardaba estas vivencias del día a día con amor en su corazón, pero estaba preparándose mentalmente para ese angustioso momento, le dolería el alma el resto de su vida y no sabía si volvería a sentir algo parecido por alguien más en el futuro o si tan siquiera sería capaz de superarlo alguna vez, una lágrima traviesa se escapó de su ojos rodando hasta perderse en la tela oscura de la camiseta de su gran amor imposible.

-¿Por qué estas llorando?- murmuró adormilado.

-No es nada… se me secan los ojos de tanto contemplar tu belleza- murmuró sarcásticamente, pero su risa escapó fingida e Itachi lo notó incorporándose lentamente con ella aún apoyada sobre su cuerpo, la sujetó con suavidad ubicándola en su regazo como si pesara lo mismo que una muñeca.

-¿Q-qué haces? ¿Itachi-san?

-¿Por qué eres tan formal conmigo? Con Sasuke no usas ningún honorífico o solo llamas "Sasuke-kun" "Sasuke-kun" cuando estás de humor- canturreó el nombre de su hermano de forma graciosa en un mal intento por imitarla y Sakura sintió un dejo de celos deslizarse por esas palabras, sonrió alegre con las mejillas arreboladas, fue imposible reprimir el impulso de dejarse caer sobre su pecho abrazándole con cariño.

-Itachi-kun…- susurró dulcemente.

-Mucho mejor…- dejó caer su mentón sobre la cabeza rosa de Sakura correspondiendo al abrazo deseando transmitirle su calor, sabía que tenía a dos inspectores Uchiha observándolo a la distancia listos para dar el reporte a los viejos, estaba seguro de que los sacaría de quicio saber que se mostraba en público tan cariñoso y protector con la discípula de la Hokage, aún más porque su madre se había mostrado muy a favor de una relación entre ellos y deseaban más que nunca apresurarse a casarlo, acto que sus padres habían ayudado a postergar un largo tiempo.

Estaba listo para huir llevándose a Sakura a cuestas.

Rio internamente por el pensamiento de volverse dos fugitivos enamorados como en las novelas que le leía su madre cuando niño.

-¿De qué te ríes?- le miró haciendo un mohín gracioso con falsa molestia.

-¿Eres así de adorable cuando estás con Sasuke?- rozó la punta de su nariz en su mejilla- de esa forma entendería lo loco que está por ti.

-¿Qué dices? Claro que no…- rodó los ojos- Sasuke no me gusta- aseveró con determinación.

-¿Entonces yo sí?- sonrió risueño contra la piel de su cuello níveo.

-Depende…- jugó Sakura riendo mientras dibujaba círculos imaginarios con su dedo índice sobre su espalda distraídamente.

Itachi posó sus ojos sobre su figura escudriñándola con seriedad y Sakura le sujetó la mirada antes de desviarla con nerviosismo al sentirse acribillada por esos ojos ónix que tanto le encantaban.

-Sabes que sí…- confesó- no voy por la vida sentándome en los regazos de todos mis amigos ¿o eso crees?-sonrió con picardía.

-Si eso fuera así ya no tendrías ningún amigo vivo- rió con disimulo habiéndole hecho gracia su propia broma y le acarició las mejillas con adoración antes de pegar su frente con la de la Haruno buscando su boca como un oasis para un hombre sediento.

Suspiró y sus alientos se entremezclaron.

-¿Itachi?- susurró antes de sentir la intromisión de los labios del chico sobre los suyos silenciándola.

Se afianzó a su nuca entreabriendo sus labios para profundizar el beso correspondiéndole con la misma pasión que le era entregada y rogado porque ningún conocido los descubriera en una situación tan íntima, los árboles y la distancia a la que se encontraba ese campo de entrenamiento que usaban les daba privacidad, pero nunca se sabe cuando alguien vendría a buscarlos, no es como si fuera un secreto que entrenaran juntos.

Pero si que era un secreto incluso a veces hasta para ellos mismos esa extraña relación sin nombrar que llevaban.

•••

-¿Qué ven mis ojos?- se sorprendió sonriéndole a la joven en su delante- ¿Debo darle las gracias a tu madre por tan buen trabajo?

-Una palabra más y te golpeo- amenazó con la mirada entrecerrada y las mejillas infladas como una ardilla.

Itachi rió suavemente para sus adentros, se veía hermosa, llevaba un bonito kimono rojo con pétalos de flores de cerezo bordados en hilo rosa y un obi blanco con detalles bordados en plateado, el cabello recogido de manera tradicional con un precioso broche que emulaba la rama florecida de un árbol de cerezos y un maquillaje muy ligero embellecía aún más si era posible su rostro angelical.

-Al menos deja que te diga que te ves preciosa, Sa-ku-ra- halagó susurrándole al oido con una sonrisa sincera y deletreando su nombre.

Sakura se sonrojó profundamente y casi se alteró cuando sintió la ligera presión de los labios de Itachi sobre su coronilla, aunque estaban en la calle repleta de gente y sus padres siendo tan cotillas como eran podían estar mirando por la ventana para enterarse quien era su cita esa noche.

-Relájate Sakura- sonrió dándole confianza y le tomó de la mano entrelazando sus dedos con genuino afecto- ¿Cómo me veo?- preguntó para romper el hielo empezando a caminar.

-Bueno… no se ve nada mal ca-pi-tán- pronunció afianzando el agarre de sus manos sonrojada, era un festival, todo el mundo estaba demasiado ocupado mirando a las luces y los puestos o perdidos en su propio mundo como para fijarse en ellos paseando de la mano.

Pero alguien sí lo notó y desde el ventanal de su habitación Mebuki Haruno vio a su querida y única hija alejarse felizmente aferrada a la mano de nada más y nada menos que Itachi Uchiha, adoraba a Itachi pero odiaba la idea de que ese chico le rompiera el corazón, la perspicacia e intuición de Sakura habían sido herencia suya, era una madre y hay cosas que no se escapan a los fieles instintos de una madre y aunque esperaba equivocarse, de lejos podía oler el dolor que tanto se esforzaba por esconder el frágil corazón de su Sakura.

Había un rumor por la calles de la hoja.

Itachi Uchiha pronto contraería nupcias con una mujer de su clan aún desconocida, y sabía muy bien como mujer y madre que su hija solo trataba de abrazarse a la idea de crear recuerdos con él en el poco tiempo que tenían para engañarse viviendo ese sueño.

Y le dolía, le dolía que Itachi aun sabiéndolo alimentara esas esperanzas en su pobre hija que podía ser la más fuerte, una medico brillante y todo lo que quisiese pero al final del día seguía siendo su hija, la niña testaruda que no se comía los guisantes y con la que discutía por todo, aquella a la que no quería ver partir otra vez intentando superar un amor, no reprobaba esa extraña relación secreta que tenía con el hijo mayor de los Uchihas y de cierta forma le complacía ver que la tomase de la mano sin ninguna pena y se mostrara orgulloso al caminar dignamente con ella, tan sonrientes que irradiaban su propia luz, él no tenía miedo de mostrarle al mundo lo que sentía por su hija, pero Sakura si, por eso le preocupaba cuando negaba toda relación y huía si intentaba indagar en el asunto, odiaba que ocultase algo tan importante incluso de su propia madre, el amor debe ser libre no esconderse, y ella percibía todo aquello como algo prohibido, avergonzada quizás del juicio de la aldea o de su familia, el matrimonio de Itachi era un rumor, a los ojos de todo el mundo el era soltero y ella también, nada les impedía tener una relación normal y corriente, todo el mundo sabía la naturaleza real del matrimonio en el clan Uchiha, Sakura no estaba haciendo nada malo ni robando nada a nadie, en todo caso se lo estarían robando a ella, pero tal vez era Mebuki quien estaba equivocada dejándose llevar por sus suposiciones.

Quizás en el fondo lo que anhelaba su hija era esconder la relación del mismísimo Sasuke Uchiha por temor a su reacción, estaba al tanto de ese extraño triángulo amoroso que había formado Sakura con ambos hermanos, era más que obvio, para ella y para cualquiera que los viera interactuar, especialmente Mebuki había notado los sentimientos del más pequeño de los Uchiha por su hija desde que los vio relacionándose en la academia cuando niños, el recuerdo de un pequeño Sasuke Uchiha sonrojado y colocando una corona de flores sobre la cabeza de Sakura después de ganar una competencia en parejas de arreglos florales durante una feria escolar llegó a su mente, supo en ese momento que ese niño era el tierno primer amor de su hija por la forma en la que el tiempo pareció detenerse para ambos y en cuanto ella se volteó a celebrar con su pequeña amiga Ino y él la miró fijamente embelesado con su sonrisa supo que aunque ella no lo supiera, y él mal identificara ese sentimiento sintiéndolo como una molestia, era correspondida.

Vio durante años a su hija esforzarse por aprender a cocinar, haciendo chocolates en San Valentín, estudiando con diligencia para sorprenderlo, siendo pequeña le confiaba todo y confesaba abiertamente que quería ser una buena esposa para Sasuke algún día, siempre guardando esperanzas de que él correspondiera sus sentimientos al crecer, tristemente eso había cambiado un día, la mañana en la que su pequeña con ojos rotos le había informado que dejaría el equipo sin especificar por qué supo que algo muy malo había ocurrido entre ellos y luego el chico llegó horas después agitado de tanto correr por la aldea buscándola desesperado después de la riña, creyó que Sakura por fin se había confesado y él había rechazado sus sentimientos atolondrado y por eso ella en su decepción pretendía dejar el equipo, creyó casi ingenuamente que la desesperación de ese niño terco la conmovería, se reconciliarían y ella volvería a casa feliz porque por fin había logrado aquello por lo que tanto se había esforzado y le confesaría con emoción y pena que tenía su primer novio, Mebuki había suspirado todo el día soñando con ver a su hija crecer, pero grande fue su sorpresa cuando al volver de la florería se encontraría con su pequeña con la cara bañada en lágrimas haciendo la maleta para irse por quién sabe cuánto tiempo con nada más y nada menos que Tsunade Senju, una mujer respetada como médico y shinobi pero con una muy mala fama de alcohólica y apostadora, intentó impedírselo, no quería que su inocente hija fuera mal influenciada por una mujer de tan mala reputación durante ese largo viaje, pero cuando vio el fuego que brillaba en sus tiernos ojos solo pudo hacerse a un lado y despedirla con un abrazo rogándole volver en una sola pieza, cuando se despidieron ella volteó por un momento y mientras hacía un gesto con su mano sonriendo tristemente casi pudo ver por un momento en una esquina los pedazos del corazón de su hija que eran dejados atrás junto con Sasuke Uchiha.

Escuchó el llamado de su amado esposo batallando para atarse el haori y se internó en la casa para ayudarlo y terminar de alistarse a fin de cuentas ellos también irían al festival junto con toda la aldea.

•••

-¡Itachi! ¡Por aquí!- dio saltitos llamando su atención, se había soltado de su mano y corrido hacia el único puesto de lanzamiento de dardos donde no se prohibía la participación de ninjas, les resultaba muy gracioso como los comerciantes habían tenido que recurrir a ello para no quebrar ante su afilada puntería.

-¡Si es Sakura-chan!- saludó la mujer que reconoció como una de las criadas del clan Hyuga, claro, por eso el puesto no prohibía la participación de shinobis, rio internamente por la dulzura de Hinata y su compromiso con incluir a todos, la vio a lo lejos pasear del brazo de Naruto roja como un tomate y a él haciendo escándalo por perder repetidamente en un juego de atrapar peces a tan solo un par de puestos de donde estaban.

-¡Kotori-san!- saludó con una reverencia respetuosa a la mujer que le hacía un gesto amigable con la mano.

Todos los clanes solían donar algo o colocar un puesto identificativo en cada festival, los Inuzuka realizaban una pequeña exposición canina donde mostraban el adiestramiento de sus perros, algo similar ocurría con el clan Aburame y sus insectos, los Akimichi siempre ponían un enorme puesto de comida muy popular entre la gente de la aldea y también los extranjeros, el anterior Hokage y su esposa siempre se encargaban de organizar el torneo shinobi que servía como acto inaugural del festival por la mañana, Kushina y la madre de Itachi como miembros del comité de mujeres integrado por una mujer representante de cada clan, solían prepararlo todo durante meses, era laborioso pero todo quedaba siempre tan perfecto que el esfuerzo valía cada gota de sudor, los Uchiha siendo la principal fuerza militar siempre estaban a cargo de la seguridad para que todos puedan disfrutar del festival pacíficamente y ahora que lo pensaba…

-¿No tienes que patrullar hoy en lugar de Sasuke?

Itachi se rascó la nuca con una risa nerviosa escapando entre sus labios.

-No si mi padre no me ve- se limitó a responder guiñándole un ojo y haciendo el gesto de silencio con un dedo sobre sus labios.

A Sakura casi se le cae el mentón al piso por la novedad y empezó a reír escandalosamente- que sorpresa, el gran shinobi ejemplo de responsabilidad Itachi Uchiha está viviendo por fin su fase rebelde- declaró entre risas casi con orgullo.

-Shh… baja la voz Sakura, hay espías en todas partes, seguro es porque eres una mala influencia para mi- bromeó en voz baja cubriéndolos a ambos con las amplias mangas de su haori oscuro, desde su posición y como estaban acortó toda distancia robándole un fugaz beso a la pelirrosa que la dejó completamente atontada.

- No seas imprudente ¡¿Qué vas a hacer si nos ven?!- protestó desviando el rostro avergonzada.

-Sakura… ¿Te avergüenzas de mí?- desde su posición no pudo ver la expresión de Itachi al hacer esa pregunta, pero volteo rápidamente a mirarlo preocupada por el tono tan serio que usó.

-Por supuesto que no- declaró con firmeza- pero no quiero que lo viejos de tu clan envíen mercenarios por mi cabeza.

Fue el turno de Itachi de decorar el ambiente con su risa ¿Qué imagen tenía Sakura de su clan? la gente que pasaba por allí aminoraba el paso volteando a verlos con curiosidad, para algunos era la primera vez que veían al serio heredero del clan Uchiha carcajeándose de lo más divertido.

-¿Es eso lo que tanto te preocupa?- se limpió una lágrima traviesa que escapó producto de las carajadas mientras recuperaba el aire perdido- yo creía que te daba vergüenza que te vean con un anciano como yo.

-Pues claro que no ¿Qué otra cosa podría preocuparme más que mi integridad física? además no eres un anciano- puso los ojos en blanco exasperada.

Itachi le sonrió con dulzura y repentinamente los ojos de Sakura se ampliaron brillantes como dos soles mirando fijamente algo tras su espalda.

-¡Qué lindo!- exclamó pasando de él y acercándose de nueva cuenta al puesto de los Hyuga en donde la mujer que antes había saludado colocaba un enorme conejo blanco de peluche con la cara más tierna que Sakura hubiera visto alguna vez como primer premio.

Ella volteó a verlo con ilusión contenida y sacó su monedero dispuesta a comprar un turno, con delicadeza le tomó la muñeca negando con su cabeza y ella le miró con confusión.

-¿Me dejarías ganarlo para ti? Quiero dártelo como un obsequio.

Itachi le dio una sonrisa sincera adornada por un tenue color rosa sobre sus mejillas, al escucharlo pedírselo de esa forma no pudo evitar sentirse conmovida, él quería darle un obsequio…

Sus ojos se aguaron un momento por la emoción contenida, sonrió sintiéndose en las nubes y se mordió los labios asintiendo con una mezcla de sinceridad y timidez.

•••

Caminaba orgullosa con el mentón en alto y una sonrisa de genuina felicidad, sus pasos se sentían tan ligeros paseándose entre los puestos, llegando casi al fin de la zona comercial y apunto de subir la montaña para encontrar un buen sitio en el que ver los fuegos artificiales, Itachi tomaba su mano derecha entrelazándola con la suya con firmeza, en su mano libre llevaba una bolsa con todos los sabores de dangos ofrecidos en el festival para probarlos juntos y mucho anmitsu y takoyaki, había suficiente para comer toda la noche, en su brazo izquierdo ella cargaba alegremente con el gran peluche de conejo que le había conseguido, no quería dejar de abrazar ese peluche jamás, cuánto deseaba que aquello no acabara, sintió un pinchazo en el interior muy profundo en su corazón pero decidió ignorarlo y siguió andando de esa forma tan relajada sintiendo el calor de su mano sujetando la suya como si nada pudiera salir mal después de aquello, hace mucho rato había superado la pena de estar bajo las miradas curiosas de su clan y de la aldea cuando los veían pasar tomados de la mano formando una bonita pareja, a lo lejos la matriarca de los Uchiha sonrió con ternura mostrándose feliz y satisfecha de verlos juntos a la luz pública y deseó abrazar a su hijo sintiéndose orgullosa de él por su manera tan genuina de declararle la guerra a quienes no estaban de acuerdo con su unión.

Haciendo gala de su habilidad como shinobis se establecieron en la montaña en una parte elevada, muy alejada e inaccesible para la multitud rodeados de árboles y hermosos arbustos florales. Con una pequeña bola de fuego y unas cuantas piedras y ramas cortadas Itachi improvisó una diminuta fogata que les brindase algo de luz, desde ese punto la vista que tenían de la aldea era inigualable, la aldea y el cielo vistos en medio de un marco de árboles de cerezo.

-Esto es hermoso…- suspiró Sakura deslumbrada.

-¿Verdad que sí? Es un lugar que solo yo conozco- rio Itachi- bueno ahora tendrás que guardar el secreto- le dijo con seriedad.

Sakura se sentó sobre la hierba estirando sus piernas relajándose a la espera del espectáculo de luces e Itachi le extendió un dango de colores tomando lugar a su lado con el dango en su boca ya a la mitad.

-Quizás algún día yo también te lleve a mi lugar secreto- le dijo con un guiño.

El primer lucero brilló en el cielo acompañado de su típico estruendo anunciando el inicio del hermoso espectáculo de luces que iluminó el firmamento en medio de la oscuridad de la noche.

Itachi nunca le diría que sabía de sobra cuál era ese lugar.

La brisa nocturna acarició su cuerpo helándola, no pasó desapercibido para el pelinegro el ligero temblor que recorrió su cuerpo y la atrajo hacia su regazo protectoramente rodeándola con los brazos, ella sentada entre sus largas piernas se dejó caer sobre su pecho, sintiendo cómo los latidos desbocados de su corazón se entrelazaban con los suyos.

-¿Podemos quedarnos aquí por siempre?- el pensamiento escapó entre sus labios en un susurro casi desvaneciéndose en el viento, pero Itachi logró escucharlo.

Un velo de melancolía enrolló por completo su corazón e incrementó muy suavemente la presión de sus brazos rodeando su menudo cuerpo y apoyando el mentón anguloso sobre el hombro femenino solo pudo acertar a girarle ligeramente el rostro para besarla profundamente.

Se dejó ser en ese beso entregándose por completo, probó sus labios despacio sin ninguna prisa, en su delante las luces de colores en el cielo los iluminaron dejando entrever sus rostros sonrojados, se separaron ligeramente para tomar aire sujetándole la mejilla en una caricia mirándose intensamente a los ojos en un silencio que Itachi rompió.

-Sin importar que pase, eres la única mujer que amaré por el resto de mi vida, Sakura- confesó arrullándola con la profundidad de su voz al hacer esa promesa que sus oídos tanto habían deseado escuchar y esta vez fue ella quien se atrevió a reanudar el beso dejándose todo el corazón y todo aquello que sentía por él, tomó su mano sin dejar de besarse guiándola hasta su pecho haciéndole sentir la fuerza con la que su corazón trataba de escapar.

El viento sopló con fuerza empujándolos ligeramente hacia atrás sintiéndose esto como una invitación del destino, los dioses concediendo su bendición, e Itachi la sujetó con fuerza transformando pronto el agarre en un abrazo casi desesperado, se aferró a ella acariciando su cintura, su espalda deseando grabarse en las manos su silueta, dudosa le rodeó con los brazos, pero pronto cayó en cuenta del verdadero peso que representaba para Itachi cargar con esas palabras y esos sentimientos, un peso tan grande como el que ella misma llevaba y le apretó con fuerza y ansias, se sintió repentinamente abrumada, su estómago dio un vuelco haciéndole sentir nauseas.

Algo dentro de Sakura se resquebrajó, su corazón latió con tanta fuerza que quizás por eso se rompió al resonar una y otra vez en su cabeza esas palabras "Sin importar que pase" claro, no había mejor forma de terminar con esa noche tan mágica ¿verdad? Trayéndola de vuelta la realidad, como si no fuera ya lo suficientemente consciente de lo prohibido de su relación, había sido hermoso mientras duró, poder ver ese mundo, ese mundo en el que ellos dos pueden pasear juntos de la mano rodeados de caras felices, ella también lo amaría por toda la eternidad, incluso si en esta vida tenía que renunciar a él.

Estaba agradecida.

Jamás sería un impedimento en su vida, no permitiría que él sea desleal a quienes más amaba, tenía un compromiso que cumplir con su familia, no quería ser ella quien le haga romper su palabra.

Le esperaría, le esperaría todas las vidas que fueran necesarias para volver a encontrarlo.

La fina tela del kimono le permitió sentir lo áspero de la hierba fría cuando su espalda reposó sobre la misma, la presión del suelo contra su cabeza deshaciendo el ajuste del broche de su cabello dejándolo caer libre por sus hombros y espalda contra el suelo, sus labios se entreabrieron en un quejido por el impacto, movimiento que Itachi aprovechó para profundizar el beso introduciendo su lengua con sensualidad, el ambiente cambió, el calor la abrumó llenando su vientre bajo de un tenue cosquilleo, sus mejillas ardían y sentía que en cualquier momento desfallecería de placer, probablemente Itachi sintió el temblar de sus piernas pues Sakura no supo en qué momento ni cómo sus manos se dieron acceso entre las apertura de la tela ascendiendo por sus muslos atrevidas casi fusionándose con su piel, con su otra mano deshizo los nudos del obi haciendo al kimono ceder un poco más y dejando sus piernas femeninas descansar a los lados de su cuerpo sobre su cadera tomó una posición aún más íntima y dominante.

Desde su posición ella temblaba bajo su cuerpo cubriéndola por completo, los fuegos artificiales habían quedado en el olvido.

Sus besos ardían, un suspiro de Sakura murió en su boca, sus manos se aferraron a su nuca y viajaron por su largo y sedoso cabello negro soltándolo, Dios sabe cuántas noches había fantaseado con poder hacer eso y justo en ese momento se estaba preguntando si todo esto estaba pasando en realidad, si esto era un sueño estaba segura de que despertaría llorando de decepción si se encontraba sola a medianoche en su habitación.

Itachi aprovechó el soporte que les brindaba el suelo subiendo aun más sus manos acariciando la piel de sus muslos y glúteos por debajo de la tela del kimono y apretando con algo de fuerza sus caderas y con una ágil maniobra de una sola mano retiró por completo y con simpleza el obi lo que permitió que la tela se deslizara por su cuerpo cediendo a sus deseos más intrínsecos, con los ojos cerrados y solo dejándose llevar por el momento, deslizó la prenda descubriendo la pálida piel de su cuello empezando a repartir húmedos besos hasta su hombro derecho.

-I-itachi…

Un gemido que se escapó de entre sus labios rosas y un suave apretón placentero en su nuca le trajeron a la realidad, se separó un momento para contemplarla con sus ojos hambrientos, su cabello revuelto, su rostro sonrojado, esos brillantes e inocentes ojos jade observándolo fijamente tan deseosos como apenados, su cuerpo medio cubierto por la tela del kimono ahora abierto que daba una vista sugerente hacia sus pechos cubiertos por un sujetador rosa, pegó sus frentes respirando agitado por la excitación del momento intentando calmarse, su cuerpo no quería parar, pero su sentido común y su honor lo obligaron a abandonar el deseo de tomarla en ese mismo momento.

-No podemos…- susurró con la cara ardiendo y apartándose lentamente con dificultad.

-Ta-taichou… yo…- ella tembló entre sus brazos aun sin saber que decir, estaba avergonzada, jamás había estado en una situación así y siempre creyó que cuando su momento llegara sería más valiente pero ahí estaba temblando de pies a cabeza como una presa a punto de ser devorada.

-No me llames así, Sakura… ¿Nunca seré nada más que eso para ti?- la pregunta murió a medio camino de ser un ruego y un regaño y una sombra de decepción se instaló en su mirada oscura, la soltó con cuidado liberándola del agarre, se puso de pie dándose vuelta y alejándose unos pasos para que ella pueda acomodar su ropa y su cabello rápidamente.

-Lo lamento- murmuró ella bajito mordiendo uno de sus labios mientras ataba su obi- ¿L-lo he arruinado verdad?- su voz se quebró y pestañeó rápidamente en un intento por espantar las lágrimas que habían comenzado a formarse en las comisuras de sus ojos, lo último que quería era humillarse más llorando como un niña en frente del hombre que amaba.

Deseaba con toda su alma que él la vea como una mujer por una vez en su vida al menos, tenía este contradictorio deseo muy en fondo de su corazón que le rogaba le gritase, le gritase que luche por ella, por ambos, porque ella estaba más que dispuesta a huir con él, una palabra suya bastaba para que recogiera sus cosas escapando muy lejos de ahí, donde puedan amarse libremente, sin responsabilidades ni promesas que cumplir más que con ellos mismos y sus sentimientos.

Preocupado por su reacción Itachi se volteó tan rápido que pudo lastimarse el cuello, jamás tendría intención de dañarla, pero se sentía… sucio, había tocado a Sakura de una forma que estaba prohibida y se sentía seriamente responsable de haber cedido a la tentación.

A sus ojos Sakura era la mujer más hermosa de la aldea en todos los sentidos, y ahora más que nunca llegó al límite humano del deseo que un hombre puede reprimir, el calor del momento se prestó para dejarse llevar, lo sabía, hace mucho tiempo que lo sabía.

Estaba perdidamente enamorado de ella.

Pero estaba prohibida, lo sabía, pero no lo pensó, olvidó todo aquello que se lo impedía, solo el roce de sus labios conseguía hacerle perder todo atisbo de razón.

Quizás solo si…

-No, Sakura no te disculpes- no pudo aguantarlo, la rodeó con fuerza con sus brazos ella escondió la cara llorosa en el hueco de su cuello aferrándose a él con las emociones a flor de piel y él acarició su cabeza tratando de darle consuelo a un dolor que él mismo había provocado- Perdóname, no debí excederme de esa forma, Sakura lo siento tanto… sé que Sasuke…

-Pero ¿qué dices?- ella le empujó arrugando el ceño con un claro reclamo, la vergüenza se convirtió en impotencia y la impotencia en frustración.

¿Sasuke?

¿Qué pintaba Sasuke en todo esto?

Itachi la vio con sorpresa, se había enojado con él, casi le dieron ganas de sonreír como un idiota.

Sakura siempre era tan dulce, jamás dejaba salir ese carácter fiero que tanto la distinguía con él, y ver el surgir de esa tan temida faceta suya casi lo llenaba de dicha.

Todos en algún momento veían la transparencia, la dulzura y la gentileza de Sakura tanto como él, pero había una sola parte que por alguna extraña razón Sakura solo dejaba salir ante las provocaciones de su hermano y eso, por difícil de reconocer que fuese lo llenaba de celos y lo angustiaba, le hacía sentir que era Sasuke en quien más confiaba, le hacía temer que sus sentimientos por el fueran la pureza de un amor ingenuo producto de la admiración y que pronto ella se diera cuenta de que su verdadero amor y quien sacaba a la luz todas las facetas de su ser era Sasuke.

Ahí radicaba su mayor temor.

-¡Si! Si debiste excederte de esta forma, he esperado mucho a que te excedas de esta forma ¡Debiste excederte más!- reclamó y volvió a empujarle por el pecho con más fuerza y esta vez el repentino arrebato de furia de Sakura le arrancó una sonrisa divertida por sus atrevidas palabras.

Jamás imaginó que Sakura tuviera una faceta así de apasionada… pero le encantaba…

Le encantaba que lo deseara tanto como él a ella…

Su mirada se llenó de ternura cuando la vio frente a él, era mucho más bajita, pero le miraba con decisión directo a la cara con el ceño fruncido completamente enfurecida como un pequeño oso enojado casi echando humo por las orejas, sujetó su mano entre las suyas atrayéndola nuevamente hacia él y la envolvió en un abrazo sincero.

-Te deseo Sakura… pero este no es un sitio adecuado- susurró y deslizó la punta de su nariz por su cuello hasta depositar un casto beso en su mejilla sonrosada- ¿Estás segura? ¿Quieres que esto pase?

Se separó y ella lucía aparentemente mucho más calmada pero su mirada estaba absorta en un punto a su espalda completamente enmudecida y dejando sus preguntas en el aire sin responder.

-Te asigné un escuadrón para hacer la última guardia, ya decía yo que algo serio tendría que haberte pasado para que no aparecieras.

La profunda voz masculina muy bien conocida para ambos se aclaró la garganta y desvió la mirada incómodo hacia otro punto del bosque, menos mal habían parado a tiempo si no eso podría haber ido a peor.

Lo último que cualquiera querría en la vida es que uno de sus padres lo encuentre… "en esas".

El rostro de Sakura perdió todo el color por un segundo sin poder encarar al hombre en su delante y con solo escuchar una palabra de aquel intruso enrojeció violentamente como un farol y se desvaneció entre los brazos del Uchiha menor que viéndose descubierto no pudo hacer otra cosa más que reír nerviosamente bajo la estricta mirada reprobatoria de su padre.

El mayor suspiró con resignación y compuso una mirada seria sobre ambos, por reflejo Itachi recompuso su habitual seriedad siendo cauteloso y apretando a Sakura entre sus brazos protectoramente como si alguien fuese a arrebatársela.

-No sé lo que hicieron, pero tendrás que hacerte responsable- sentenció dándole la espalda para comenzar a caminar.

Otra ronda de fuegos artificiales iluminó el cielo, Itachi sintió claramente como si explotaran dentro de sí mismo y sonrió con genuina emoción observando completamente embelesado a la mujer que descansaba en sus brazos sintiendo que necesitaba darle una buena noticia.

-Mañana harás tres rondas y te quiero a primera hora en el cuartel organizando archivos.

-Si, padre- sonrió.

Bueno, mereció la pena el escape, era la primera vez en sus veinticinco años de vida que su padre le daba un castigo.

Su sonrisa se amplió con gran ilusión, también era su primera vez sintiéndose imperfectamente humano, por lo visto Sakura era su imán de primeras veces.

-Padre ¿Me ayudas a llevar esas cosas?- señaló con su cabeza el enorme peluche de conejo y la comida.

El rostro de Fugaku se contrajo en una mueca disgustada y solo atinó a exhalar con resignación avanzando hacia lo que parecía ser una tarea inevitable.

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Notas de Autor

Pilladitosss ¿Creen que Fugaku haya un poco antes de lo que parecía sin que Itachi se diera cuenta?

Que no se note que esta semana he tenido tiempo libre, me siento feliz.

Hágase el Itasaku ¿Sorprendidos? Tenía esta historia guardada hace mucho, más como una idea con fragmentos sueltos que acabé colocando aquí para crear esta historia porque requirió de mucha edición y etc cosas que se hacen al escribir, era algo que yo misma llevaba tiempo deseando leer así que suspiré mucho con el resultado de este One Shot, lo único malo que tiene es lo poco que duró y lo rápido que se me hizo releerlo, lo llamo One Shot porque aunque las historias están en un mismo universo cada una es autoconcluyente, si están algo conectadas entre si porque se desarrollan en el mismo universo, si me gusta dejar esas pequeñas pistas que pueden ayudarlos a ubicar los capítulos cronológicamente para que se den una idea de que pasó primero y qué paso después JAJA pero es precisamente lo que me gusta de escribir este FF que puedo dejar aquí mis queridas viñetas sin enredar mucho la trama, creo que el único enredo de trama que tenemos en este universo es si Itachi y Sakura se van a escapar para estar juntos o no, si se volverán amantes, si los dejaran casarse o si finalmente Sakura se decidirá por Sasuke(¿ Ahora también podemos saber a qué se refiere Sasuke cuando dice que Sakura es una molestia, yo pienso que esto es canon de alguna forma, Sakura siempre fue "molesta" para Sakura en la serie pero ahora que la pareja es canon y hace poco viendo Naruto chiquito me di cuenta de esas pequeñas micro interacciones entre ellos, puedo casi meter mis manos al fuego al decir que Sasuke casi no se va de la aldea porque ya en ese momento aceptó y al mismo tiempo dejó ir el sentimiento de amor hacia Sakura que había desarrollado a lo largo de la historia, si bien al inicio probablemente no la veía como nada más que una molestia de verdad, después del arco de Zabuza la cosa cambia entre ellos, es curioso, hace muchos años recuerdo que tenia un FF estilo What If donde Sakura si se iba con Sasuke esa noche, voy a revisar si aun existe una copia en el viejo disco duro del portátil que usaba hace más de 10 años, si no si alguien lee esto y le interesaría leer un remake de esa historia déjeme un comentario.

Finalmente, no les voy a mentir amo el Itasaku y el Sasusaku por igual, ambos son mis favoritos, ¡Mebuki me dueles! Mi opinión personal quedo muy reflejada en ese dialogo interno de la madre de Sakura, esta historia va para rato solo porque sinceramente ya no sé con quien dejarla xD.

Con amor,

Azulen.