Mucho tiempo atrás…

El Biotáille o Reino de los Espíritus era el sitio en el que millones de espíritus mágicos y de diferentes índoles llegaban a reposar y darle energía al reino.

Este reino era conocido por su pacifica vida y estilo en el que sus habitantes vivían, los cuales reencarnaban en cuerpos de carne y hueso, pero poseyendo poderes.

En el centro del reino, se encontraba un enorme árbol el cual era llamado Yggdrasil, al igual que su contraparte mitológica, este era una fuente de vida para todo el Biotáille y con eso, el ambiente en el reino era felicidad.

Y un día, justo llegó alguien a visitar a la que gobernaba el reino.

- Leno-chan, tanto tiempo sin vernos – justo era la reina de los demonios, Ángel, quien en aquel entonces solo era llamada por su nombre demoníaco, Suikyo.

- Sui-chan, cierto, tanto tiempo – esta era una hermosa mujer de cabello verde y ojos color ámbar, como un dorado bastante lindo que demostraba brillantez.

- Las cosas en el reino parecen ir de maravilla ¿no es así?

- Sí, las cosas están de maravillas, el árbol de Yggdrasil está con mucha energía por lo que vamos por buen camino.

- Me alegra, así que vamos a ver como siguen las cosas.

Ambas reinas siguieron hablando un poco sobre lo que pasaba en el reino, aunque cabe decir que ambas no se conocían de hace poco tiempo, sino que llevaban un buen rato de conocerse y muy bien.

- Por cierto Sui-chan, ¿quieres verlos entrenar? – la reina Suikyo entendió eso y asintió emocionada.

- Ya quiero ver a mis pequeños.

Ambas fueron al gran jardín de que estaba en uno de los costados del Yggdrasil, ahí estaban un par de niños, una mujer y un varón, de unos 10 años de edad jugando. Ambos eran de cabello verde claro, así como ojos azules.

La chica estaba disparando flechas hacia su objetivo el cual estaba hecho de hojas y ramas, mientras que el joven estaba practicando con una espada de madera.

- Creo que vamos mejorando.

- Sí, pero al menos tienes para mejorar en convocar espíritus que te ayuden a controlar las flechas Fran.

- Pero si tú tienes más fuerza que yo, con esa espada puedes cortar espíritus.

- Bueno, tal vez sea así – en eso, sintieron un cosmos alto que iba hacia ellos – ¡alístate Fran!

- Ten cuidado Shin, puede que sea un espíritu con malas intenciones.

- Lo sé, puede que ataque en cualquier momento – los dos chicos estaban alertas por si pasaba algo, en eso, algo fue hacia los dos quienes no se dieron cuenta de esta presencia se puso detrás de ellos.

- Buen intento mis pequeños, pero les falta entrenar más duro para que puedan detectarme a tiempo – la rubia exclamó mirando a los niños los cuales se voltearon a verla – hola.

- ¡Mamá! – de ahí fueron a abrazar a la oji azul. Sus nombres, Fran y Shin, no solo era lo más sorprendente, sino que también eran producto del amor de Leno y Ángel.

- Ay mis pequeños, son tan fuertes, pero les falta entrenamiento para detectar presencias de forma rápida, aun así, me siento orgullosa por lo fuertes que se han hecho.

- Quiero ser una hechicera que pueda controlar a los espíritus – decía Fran.

- Y yo seré un guerrero muy poderoso.

- Claro que lo serán, ustedes son fuertes y eso es lo que importa – Ángel acarició las cabezas de los dos niños – en el futuro serán tan fuertes que podrán ayudar a su madre a su defensa.

- ¡Lo haremos!

La demonio entrenó un poco con sus hijos, indicándoles en lo que debían mejorar ya que era algo que querían hacer. Con Fran estaba entrenándola en el ámbito de controlar los espíritus mientras que a Shin le hacía mejorar en el uso de la espada.

Todo estaba luciendo de maravilla, a la reina de los demonios le gustaba pasar tiempo con ellos, es más, ya los veía como guerreros que defenderían el reino de los espíritus, no obstante, algo pasaría tiempo después.

Ángel se fue de nuevo a su reino en donde pasarían meses, los cuales creyó que todo marchaba bien en el Biotáille, con su mujer y sus hijos.

Cuan equivocada estaba.

Un día, luego de quitarse varias responsabilidades en el Kólasi, la entonces rubia viajó al reino de los espíritus para encontrarse con sus pequeños.

- Espero que les guste lo que les llevo, Shin disfrutará esa espada negra y Fran tendrá un gran control con sus poderes, ya quiero ver sus caras.

Lastimosamente, llegando al reino, esta al entrar, notó como mucha de la extensión territorial del Biotáille estaba casi destruida, es más, notó que los culpables eran monstruos de dimensiones extrañas.

- ¿Q-Que diablos ha pasado? – susurró esta, justo cuando acabó de hablar, un monstruo parecido a un pulpo iba a atacarla, pero esta lo esquivó – ¡maldito! ¡ustedes están haciendo estragos aquí!

Con un fuerte golpe, esta destruyó al pulpo monstruoso, pero olvidando eso, voló por el cielo mirando cómo es que muchos de estos seres destruían a diestra y siniestra todo lo que veían.

La reina de los demonios ayudó destruyendo a muchos de los monstruos que atacaban, no obstante, muchos de los guerreros del Biotáille batallaban para defender sus hogares.

A Ángel lo que le importaba era llegar hasta donde estaba su mujer, además de proteger a sus hijos quienes aún eran jóvenes para estas peleas, lastimosamente, no sería nada bonito lo que encontraría.

-¡SHIN! ¡FRAN! – llegando al castillo, lo primero que notó fueron a sus hijos tirados, ambos muertos con marcas de garras atravesando sus cuerpos.

Ángel los abrazó con fuerza, así como su llanto el cual era fuerte ya que el dolor que sintió al ver los cadáveres de sus hijos, no obstante, esta se tuvo que olvidar un poco del asunto ya que apareció el asesino de los dos pequeños.

- ¡MUAAAAAAAAK! – una especie de tigre morado mutante atacó a la reina de los demonios quien solo lo tomó del cuello.

- Hoc fecisti filiis meis... aliquid est quod numquam dimittet tibi... in ipso inferno ardebis! Imo peius inferno! (Tu les has hecho esto a mis hijos… es algo que nunca te perdonaré… ¡arderás en el mismo infierno! No, ¡peor que en el infierno!) – el cosmos de la demonio se elevó a tal nivel que una gran cantidad de fuego de color negro salió y envolvió el cuerpo del monstruo el cual quiso apagarlo, pero de nada le servía.

La carne de este ardió con tanta dureza hasta que cayó mientras las llamas lo consumían hasta que se volvió cenizas.

Con la tristeza tan grande que tenía, buscó a Leno y la encontró en el jardín en el que entrenó con sus niños antes de que se fuera a su reino. La peli verde estaba muy herida, casi al borde la muerte.

-¡Leno-chan! ¡No puedes morir! ¡No me puedes dejar como Shin y Fran! – esta usó su cosmos de curación poniéndolo sobre la peli verde, usando bastante y eso al final hizo efecto ya que las heridas de Leno pudieron sanarse.

- S-Sui-chan… nuestros hijos… ellos fueron…

- Lo sé… no tienes que decir nada – Ángel tenía su mirada oculta por su cabello – ¿Qué fue lo que pasó Leno-chan?

- Esos monstruos aparecieron de repente y atacaron con todo, intentamos pedir ayuda, pero esa bestia que a lo mejor encontraste en el castillo me evitó hacerlo y Shin y Fran quisieron ayudarme… pero ellos…

- No te preocupes, acabé con ese sujeto… realmente lamento no haber sabido de esto.

Ángel ayudó en la guerra contra estos monstruos, el poder de la emperatriz fue bastante alto que los enemigos no pudieron con ella, aunque el Biotáille quedó casi sin habitantes, pocos sobrevivientes quedaron, entre ellos, la reina Leno.

Los restantes habitantes del reino se dedicaron a construir de a poco las casas y demás cosas que se destruyeron en esta batalla.

Como reina de los demonios, Ángel dio muchos materiales y apoyo al Biotáille para la reconstrucción, no obstante, con el pasar del tiempo, Leno dijo que quería hacerlo por su cuenta, esto para seguir adelante ya que no poseía a sus hijos que ahora, descansaban en paz.

La rubia perdió un poco el contacto con ese reino y de eso… pasaron años.

.

.

.

En el tiempo actual, Ángel había recibido un llamado de parte de Leno la cual le decía que estaban ya por recuperar todo lo que perdieron alguna vez en esta batalla.

Además, esta tenía una sorpresa extra que darle cuando fuera.

En la residencia Maldonado Otori, Ángel se presentó aquí, luego de una presentación pequeña y demás cosas, esta decidió comunicarles sobre su decisión, pero no sin antes traer a Franco y Yuzu, así como a las hijas de esta.

- ¡¿Te irás por un año?!

- Sí, es para ayudar a una amiga con la cual viví muchas cosas, así como una de las experiencias más duras que tuve, mis hijos que tuve con ella fueron asesinados de forma cruel por unos monstruos, eso me afectó mucho ya que solo querían hacerse más fuertes y tenían sueños… lastimosamente no pudieron cumplir ese sueño – la voz de la demonio era triste, pero a la vez recuperó un poco la emoción – de suerte, al día de hoy parece que las cosas en el reino de los espíritus están mejorando, por lo que Leto-chan, la reina de allá, quiero que le ayude con muchos asuntos.

- Pero ¿es necesario que te vayas por un año? – Yuzu preguntó.

- No será como que me vaya para siempre, pero quiero hacer esto, además, puede que me sirva como relajamiento de varias cosas que me vienen a la cabeza.

- Pero ¿no puedes venir de vez en cuando para ver cómo crecen tus hijos o algo así?

- Me llevaré a mis esposas e hijos, no a todos ya que tienen sus vidas con varios de ustedes, será triste, pero quiero que ellos vivan sus vidas normales como lo han llevado hasta el día de hoy.

- Es triste si lo pones así – Ninja dijo – pero ¿en serio tendrás que hacer eso?

- Sí, pero antes de eso, quiero informar que me siento feliz porque mis pequeños Shin y Fran, han vuelto a mí luego de mucho tiempo.

- No te referirás a mí o a Shin ¿verdad? – Franco preguntó, siendo que su hijo con Keke llevaba el nombre de Shin.

- No, es coincidencia que se llamaran así, pero me refiero a ellos dos – señaló a los hijos más pequeños de Mei con el hondureño: Yoko y Joe.

- Miau.

- Miau.

- ¿Yoko-chan y Joe-kun son las reencarnaciones de tus hijos? – Yuzu preguntó, Mei estaba asombrada por ellos.

- ¿Mis pequeños fueron tus hijos?

- Sí, Yoko-chan tiene el alma de Fran mientras que Joe-kun tiene la de Shin, quisiera que ambos fueron como lo que querían ser ellos, pero bueno, quisiera mostrárselos a Leno-chan cuando vuelva de allá, digo, si me lo permiten ustedes – esta miró a Ninja y Mei.

- No hay problema.

- Igual, que los vea a ver como reacciona.

- ¿Cuándo te vas? – Franco preguntó.

- Mañana, de ahí, no nos veremos en un año, pero como dije, no significa que no nos volvamos a ver, cuando esto pase, regresaré.

- Así será, no importa a donde vayas, siempre eres una de los nuestros.

- Y lo sé, por eso los quiero.

Al día siguiente, Ángel estaba reunida en la entrada de su casa frente a un portal en forma de Torii, cabe decir que muchas de las chicas se despedían, tal era el caso de Kanon con Chisato y sus amigas de Liella, las demás Idols hacían lo mismo, así como muchos de los hijos.

Una despedida triste fue la de Sayaka con Ryuko, pero prometiendo estar pensando en la otra, se querían tanto y eso nadie lo quitaba.

- ¿Quieres que yo gobierne, abuela?

- Así es, puedes negarte si quieres, mi madre Cime se puede hacer cargo – Kana se quedó pensando un poco en eso, pero ya tenía una decisión.

- Lo haré… seré la gobernante del Kólasi en cuanto no estés abuela.

- ¡Así me gusta! Kana-chan, por favor, cuida bien de mi reino… Emperatriz Amanojaku.

- Claro que lo haré.

- Mamá Cime hará el anuncio, así que no tienes de que preocuparte – la peli blanca miró a sus amigos autores – nos vemos pronto.

- Cuídate, estaré esperándote – Ninja habló.

- Regresa pronto, Wien tendrá a tu nieto listo – Franco habló.

- Ángel-san, vuelva sana y salva, aquí te esperamos – Yuzu fue la que finalizó.

- Gracias – los 4 se dieron un abrazo grupal y con eso, la despedida se dio, las hijas y nietos de la argentina la despedían mientras esta hizo lo mismo hasta que desapareció al cruzar la puerta junto con su familia.

- ¿Estará bien?

- No estará sola, lleva a su familia consigo, por lo que le irá bien en ese reino – el peli azul río un poco.

- Ella volverá, solo tenemos que tener paciencia.

- Supongo que nos toca seguir con nuestras vidas y estar contando de 365 para atrás – el hondureño dijo con una sonrisa pensando en su esposa.

Los tres autores volvieron a sus hogares con sus familias y trabajos que debían cumplir.

Y de eso… pasaría un año.

.

.

Continuará…

.

.

Y hasta aquí el capítulo de hoy.

Bueno… esto lo resumiré.

Durante este año, es cierto que me tomé mis descansos del fic, así como la inactividad de septiembre por motivos que ya saben, no obstante, esto lo dejaré claro.

Autormanía entra en pausa indefinida, los motivos por lo que hago eso me gustaría reservarlos, pero como comenté con algunos de ustedes, la razón es porque a diferencia del año pasado, sentía como es que ahora los capítulos se me hacían un poco más pesados, así como las respuestas que recibía, no eran insultantes ni es que hayan dicho algo para ofenderme, pero es que sentía que había algo más.

Si revisan algunos reviews, tal vez no lo noten, pero yo siento tensión en varias respuestas, así como algunas cosas que se decían por PM, así como ciertas directas e indirectas que se podrían tirar.

Por esto, tomé esta decisión luego de una conversación que tuve con Ángel en el que me di cuenta porque es que estaba sintiéndome mal últimamente, por lo que al ponerlo en pausa el fic, podré quitarme un poco ese peso y descansar también.

Ojo, no digo que tengan culpa de esto, solo que me estaba sintiendo cansado de algunas cosas y con esto creo que puede ayudar a mejórame en esta historia.

Además, Ángel, no sé si leas esto tarde o temprano, pero quiero que sepas que espero que te recuperes pronto, estaré esperando a que regreses sana y salva, sabes bien que si uno de nosotros falta en esto no puedo seguir el proyecto. Recupérate pronto por favor.

Al regreso del fic, comenzará un nuevo arco en nuestras vidas, al menos ese es el plan a futuro, si las cosas no marchan como quisiera o llega a pasar algo, posiblemente la historia quede hasta aquí o llegue a borrarse. Esto será lo último que haga, pero cabe la posibilidad que llegue a pasar.

Sin más, este ninja se despide.

Bye.