Santuario de Athena.

Esta vez no sería una escena en donde iríamos al templo de Géminis para algo, esta vez era Franco quien estaba caminando por ahí siendo ayudado por su amiga.

- ¿Irás a otra audiencia con la diosa Athena?

- Sí, ya quiero que me responda algunas preguntas que me quedaron pendiente y que desde hace rato estoy deseando que me quite esas dudas.

- Entiendo, pues te deseo suerte en las respuestas que te dé ella – este asintió, Yuzu lo dejó hasta la Cámara de Athena en donde el argentino nada más entrar se encontró con la diosa de la guerra.

- Bienvenido de vuelta Yuzaki-san.

- Gracias por recibirme de nuevo diosa Athena y lamento quitarle su valioso tiempo en atender mis problemas.

- No es problema para mí, después de todo, si esto te hace estar tranquilo, entonces está bien – el chico suspiró.

- Gracias.

- Vayamos a un sitio más calmado – esta le dio el camino para llegar al Valle de Athena en donde los prados verdes y toda belleza de paisaje se podía ver – dime Yuzaki-san, ¿Qué dudas tienes?

- Para serle sincero, son varias – Franco tomó algo de aire – ¿Porque los hijos que tengo con Honoka son tan poderosos?

- Honoka Kousaka ¿no es así? – el peli azul asintió – ¿Cuántos hijos tienen?

- Tenemos 4, el mayor Regulus y de ahí vienen trillizas: Denébola, Nagisa y Nahida.

- Lindos nombres.

- A mí no me gustan, pero a ella se le metió el ponerles nombres de estrellas, además, algo relacionado es que justamente los que tienen nombres de estrellas son poderosos mientras que las dos niñas que deseo que tengan poderes parecen normales.

- Déjame pensarlo un momento – Saori se quedó callada por un momento antes de volver a donde estaba el bonaerense – tengo una teoría y la verdad es que siento que se debe a que ambos son los mayores y gran cantidad de poder que vino de tu parte y de Kousaka-san se fue a ellos.

- Eso está raro.

- Pero si, piénsalo, Regulus es el mayor, pero de ahí la pequeña Denébola es la mayor de las trillizas, por lo que ambos nacieron con más poder debido a que en su crecimiento, recibieron más poder de parte de sus padres.

- Entiendo ese punto, pero ¿Nagisa y Nahida tendrán algún futuro?

- Nahida… la veo con potencial para poseer sabiduría, así como el uso de un catalizador como su arma, por otro lado, Nagisa, puede que sea una guerrera mágica, así como Yuzu-san, podría entrenar con ella, siendo potencial en ella.

- Menos mal – susurró este – hablando de eso, dígame una cosa, ¿Por qué muchos de mis hijos tienen poderes? Por ejemplo, una de ellas, Yotsuba, es la cuarta y desarrolló rápidamente el poder eléctrico, aunque Miku apenas lo hace, no entiendo.

- La cosa con los hijos que tuviste con Kousaka-san son un caso aparte debido a que ambos padres poseen poderes, sin embargo, con ella es algo que tú les das – Athena guardó silencio – tu Aura Natural es algo que no te imaginas que tiene más poder del que crees, tus hijos han nacido con eso y tarde o temprano despertarán poderes relacionados con la naturaleza.

- Con razón Regulus maneja fuego y eso que fue antes de que obtuviera mis poderes de fuego – Franco decía – ¿entonces mis hijos desarrollarán poderes?

- Sí, algunos más que otros, pero siempre lo harán, así que no te sorprendas cuando eso pase.

- Compraré un seguro para la cosa, ya es problema que Denébola prensa su cabello, así como que vomite lava – el chico siguió – hablando de su madre… ¿realmente ella me ama como una pareja sentimental? Hay otra que se llama Ai y bueno… podemos decir que solo se la quieren pasar en la cama.

- ¿Son algo ninfómanas?

- No es que sean algo, ¡es que son! – Franco les mostró unas fotos de ambas chicas, Saori solo sonrió.

- No te preocupes Yuzaki-san, ellas te quieren.

- ¿En serio? ¿Solo con verlas así en fotos?

- Yuzaki-san, puede que eso te moleste y es que en Kousaka-san es en parte por su sangre demoniaca, en Miyashita-san se debe más a que te tiene más ganas como dicen, aun así, ellas se notan que te quieren como tus demás chicas, no es algo que a lo mejor puedas aceptar, pero de no ser así, entonces se hubieran ido hace tiempo.

- Blackdoka ¿realmente cambió?

- ¿Blackdoka?

- Sí, es la copia de Madoka que resultaba ser mala, pero al final la evangelicé luego de muchas cosas, aun así… siento que he estado pensando en eso.

- No te preocupes, ella se nota físicamente que es una persona con la cual no hay que meterse, pero lo que pasa es que no quiere mostrarlo por el momento, algo Tsundere a lo mejor, pero en sí, podríamos decir que ha cambiado para que lo que la conoces, además, tienen una hija ¿no?

- Sí, tenemos una hija.

- Ahí lo tienes, además de que el poseer esa hija hace que la mayoría de nosotras las mujeres cambiemos, por lo que ella no es la excepción.

- Ya veo, entonces, dígame una cosa y es algo que he estado pensando mucho, ¿tengo mala suerte o qué demonios?

- ¿Mala suerte? No tienes mala suerte.

- ¡¿Por qué me salen las cosas mal entonces?!

- Simplemente estás en el momento equivocado al tiempo equivocado, eso es todo – la peli morada decía – por cierto, ¿cómo acabaron las cosas con Mei-san? O sea, la hermana de Yuzu-san.

- Ni me la recuerde que de solo pensar en esa desgraciada realmente me dan ganas de pegarme un tiro en la cabeza – el peli azul hablaba con molestia – ¡yo no le hice nada! ¡¿Y se puso así conmigo?!

- Es jodido, lo sé, así que no te diré nada ya que estás en todo tu derecho para estar molesto con ella – la diosa se quedó un momento en silencio – pero dime una cosa, ¿es necesario que la pequeña Ibuki la pasa mal por eso?

- Es que por culpa de Mei me hizo imaginar que ella era la que me daba mala suerte, es un trauma que tengo con ella, aunque el ver a sus hermanas me hacen recordar a ella y entiendo lo que me quiere decir ya que ella no tiene la culpa, aun así…

- Es un trauma que se te ha generado, es normal luego de pasar por todo, así que no te preocupes si te sientes así, pero de igual forma no deberías culparla ya que es solo una víctima en todo esto – Saori tomó algo de aire – aun así, tómate el tiempo que sea necesario para que puedas perdonar a la pequeña Ibuki ya que ella no tiene culpa de esto.

- Lo haré, pero quisiera que Mei se disculpara de forma sincera conmigo, si eso pasa pensaré en ver que hago con Ibuki – Franco recordó algo – hablando de eso, ¿Por qué Ibuki me quiere?

- ¿Qué por qué te quiere?

- Es algo que tengo tiempo de estármelo preguntando, desde pequeña lo único que hice por ella en sí fue ayudarla cuando se cayó delante de mí, de ahí, no tengo idea que pasó, pero ella me tiene ese cariño que siento que al final se enamorará de mí.

- Veamos – Athena se quedó pensando antes de responderle – mira, no te lo sabría decir con certeza, podría decir que es por tu aura, pero en sí creo que vio en ti alguien en quien confiar, digo, si con algo pequeño como ayudarla a levantarse del suelo hizo que ella pensara en ti como esa persona que quiere y bueno, ahí está.

- Es algo confuso la verdad.

- Lo sé, aunque no quito que pueda ser otra cosa, pero en sí, ella te quiere por ser alguien en quien confiar, solo diré que no dejes que ese cariño por ti se extinga y que ella se enamore de ti, lo dudo, aunque no es imposible.

- Como sea, tengo que pensar mucho en ello.

- Muy bien, entonces queda eso pendiente – la peli morada miró un rato al cielo – por cierto, escuché que cuidas a una de las hijas de Asuka ¿no?

- Mejor diga que me hicieron cuidar a una de las mini Amazon sin pedírmelo – reclamó esta – su nombre es Askella y es una vampira la cual de la nada viene y me empieza a chupar la sangre, esto según los demás es para tomar nutrientes, pero es que no entiendo cómo es que esta se me hizo cercana cuando no hice nada.

- ¿Te volviste su cuidador?

- ¡Me hicieron cuidador! – corrigió – nunca pedí hacerlo y de la nada llegó Askella y luego de chuparme la sangre, Asuka me dijo que era su cuidador… ¡¿en serio solo por eso me hace su cuidador?!

- Yuzaki-san, ¿sabes que es un cuidador en sí?

- ¿Aquel que cuida a la demonio?

- No solo eso, resulta que un cuidador es aquella persona que estará a cargo de un demonio ayudándolo en algo cuyos padres no puedan satisfacer esa necesidad – decía Athena – en tu caso, sería sobre la sangre que le das a Askella-chan.

- ¿Por qué pasa eso entonces?

- Porque los demonios vampiros toman solo un tipo de sangre que le llame la atención, por lo que Askella-chan debió ver algo en tu sangre para que le gustara, ¿crees que pueda ver?

- ¿C-Cómo es que podrá hacerlo? – Saori fue hacia Franco sacándole un poco de sangre sin tan siquiera sentir dolor, no obstante, esta revisó el líquido vital de Franco llevándose una sorpresa – ¿vio algo?

- Yuzaki-san… ¿Cómo es que sigues con vida?

- ¿Por qué lo dice? Ya me está asustando diosa Athena.

- Permíteme un momento – la diosa se fue dejando solo a Franco, minutos después volvió con un peli celeste con Armadura Dorada, además de Yuzu y Saga.

- Oigan, ya me asusté, ¿Qué es lo que pasa?

- Déjame ver tu sangre – el peli celeste que resultó ser Afrodita de Piscis, revisó la sangre de Franco y luego de unos momentos, este fue con su diosa.

- ¿Qué has visto Afrodita? – Saga preguntó.

- La sangre de él presenta un alto grado de toxicidad, puedo decir que hasta se equipara con mi sangre – eso fue una sorpresa, aunque Franco estaba sin entender.

- ¿Eso es malo o qué?

- Fran – Yuzu fue con él – tu sangre está envenenada.

- ¿Cómo que mi sangre está envenenada?

- Sí, pero esta parece adaptarse contigo, o sea que no te puedes morir intoxicado ya que la sangre que posees te ayudará con eso – Afrodita decía.

- No entiendo, ¿de dónde obtuviste tu sangre venenosa?

- Ni yo lo sé, más bien pensé que tendría lava como sangre – decía este.

- Fran, ¿te ha picado algún animal venenoso o has comido tóxico? – a la mente de Franco solo vino un animal que siempre lo picaba y era venenoso.

- Antares.

- Oh, ¿el escorpión de Rin?

- Ese maldito animal rastrero que siempre me está picando cada vez que me ve, pero no pensé que me dejaría la sangre así – este pensó en otra cosa – a todo esto, ¿Por qué Askella no se ve afectada por tomar mi sangre?

- Veámoslo, por favor Saga, Yuzu-san – ambos geminianos asintieron y trajeron con su Otra Dimensión a la cuarta de las mini Amazon quien al ver al peli azul, este fue hacia él.

- Tío.

- ¡No me chupes la sangre o te saco los colmillos!

- Déjala que te saque sangre ya que así veremos cómo es que ella sobrevive a eso – esta fue hacia el cuello del chico clavando sus colmillos en esa zona y comenzó a chupar sangre, mientras tanto, no parecía que esto le afectara a la peli celeste. Minutos después, esta acabó por lo que sin más subió a la cabeza de Franco a dormir como era costumbre.

- ¡Ve lo que le digo por lo que tengo que pasar!

- Espera – Afrodita y la diosa Athena analizaron a la pequeña que seguía durmiendo sobre la cabeza de Franco, minutos después llegaron a algo – muy bien, creo que tenemos una conclusión.

- ¿Y eso es?

- La sangre de Askella-chan está contaminada también, parece que nunca fue así, al pasar el tiempo y tomar la sangre de Yuzaki-san hizo que esta no solo tomará los nutrientes de este, sino que el veneno también por lo que obtuvo una inmunidad altísima, algo que nadie haría.

- Entonces ¿Qué será de Askella y de mí?

- Mirando que no ha pasado nada malo, todo puede seguir con normalidad, además, el trabajo de cuidador lo seguirás ejerciendo hasta que ella sea lo suficientemente grande parta cuidarse sola, créeme, sé que será molesto, pero una vez que el demonio tenga suficiente edad, estará en deuda contigo y saldará esa deuda. Aunque te moleste, sigue cuidándola como lo has hecho, te servirá en el futuro, créeme.

- Solo una cosa diosa Athena – Franco pensó un poco en lo que iba a decir – ¿soy pasivo? ¿O solo me joden con eso?

- Lamento decirlo, pero si lo eres.

- Ok – este miró a otro lado – ¡me cago en la…!

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Más tarde…

- Ya volví – Franco regresaba a su hogar en donde fue recibido por Ai.

- Hola, bienvenido – esta se lanzó a darle un beso – se te extrañaba ya.

- No es que me haya ido mucho tiempo, pero da igual – este entró mirando como sus chicas ya estaban en la mesa esperando a cenar – de suerte Askella se fue con su madre, pero bueno, al menos podré estar en paz.

- Bienvenido-nya –Rin venía con sus hijas, así como su escorpión y su familia en su cabeza.

- Antares, te diré una cosa, ¿en serio tanto veneno me metiste en la sangre para hacerme inmune a eso? No sé si lo hiciste a propósito, pero esos piquetes que me das no te los perdono.

- Por cierto, ¿A dónde fuiste Fran? – Tsubasa preguntó.

- Es mejor no preguntar eso – decía este sentándose con su familia, luego de haber resuelto varias dudas, pero por ahora, era momento de relajarse.

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Continuará…

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Y hasta aquí el capítulo de hoy.

Franco volvió con Athena a resolver unos cuantos asuntos y terminamos descubriendo algunas cosas más como que su sangre está envenenada y que esa es la razón por la que Askella le gusta tanto.

Algunas cosas como la relación de Ai y Honoka, lo de sus hijos, lo de Ibuki que sigue en sí sin responder el por qué Ibuki le tiene ese cariño.

Además, conocimos la función real del cuidador, así como lo que pasaría a futuro cuando Askella crezca, ya que en sí sería como algo que le devolvería a Franco como pago por lo de su sangre, pero eso será verá en unos años porque es algo que el demonio está obligado a pagar a su cuidador.

Y no solo eso, la sangre envenenada de Franco… guau, servirá como arma letal la verdad jeje.

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Para el siguiente capítulo, un pequeño arco en donde sin querer, Yuzu estará metida en unos asuntos con respecto al reino de Edo, no digo más, espérenlo.

Sin más, este ninja se despide.

Bye.