Los Fantasmas
Observando la ciudad de Brighton desde los cielos, notaríamos como; junto al abrigo de los que serían los últimos rayos de Sol del día; el viento silbaría ligeramente. Casi como dándole la bienvenida a la que ejercería el papel de narradora.
-Ahh~ Brighton… Una pequeña, humilde y aburrida ciudad obsesionada con los nabos. Donde todo mundo parece conocerse y aun así…- Relató en actitud pragmática y tono literario una pequeña fantasma de color amatista imperial. Cuya principal característica y rasgo más distintivo serían el par de lentes con enormes cristales cuadrados, y un libro que flotaba a su lado; convirtiendo todo lo que salía de sus labios en un impecable escrito carente de errores ortográficos. -Jeje~ Difícilmente saben las maravillas que yacen ocultas a simple vista.- Mencionó, tras acomodar sus lentes por medio de la zona carpal de su mano y dejar que un brillo misterioso bloquease la vista del que la mirase. Imitando así, no solo el ademan de un personaje con el que se obsesionó en su juventud, sino también una costumbre que adopto en vida con tal de reducir el estrés de sus nervios al momento de cerrar el puño. -Mentiras y conspiraciones tras sus figuras protagónicas y héroes locales.- Musitó, pasando justo por encima del sitio donde otrora hubo estado la estatua de Ezekial Tugbottom. Y donde la figura de su hermana; Sally; era la que predominaba con imponencia y orgullo en el centro de la plaza (1). -Leyendas urbanas que son todo menos "Leyendas".- Continuó, esta vez pasando junto a un callejón en el cual se distinguía un derruido afiche en honor a la antigua atleta local; Sonia Davis (2). Casualmente ubicado junto al grafiti de lo que un adolescente problemático o artista urbano consideraba era la apariencia monstruosa del mítico espectro de Harriet, la Aulladora (3). -Investigadores de lo paranormal, demasiado inexpertos o ciegos como para no darse cuenta…- Agregó, activando su invisibilidad al momento de cruzarse con los cabecillas de la familia Chen. Reforzando su descripción acerca de ellos al aventurarse a atravesar el pecho de ambos de forma intangible; sin que los pitares de sus instrumentos de Caza-Fantasmas o el escalofrío que los asedió, fuesen un impedimento para ella o el libro consiente que la acompañaba fuera a dónde fuese. -El hecho de tener al actual jefe del Mundo de los Fantasmas, literalmente justo frente a sus narices.- Terminó de decir, al ubicarse encima de la luz de calle frente a la residencia McGee. Observando de forma fugaz como una aparente charla amigable entre Scratch y su supuesta "Mascota Humana", parecía estar teniendo lugar en la parte más alta de la casa.
La fantasma, satisfecha con su breve descripción e introducción al sitio, sonrió de forma petulante y alegre. Tratando de vislumbrar qué debería decir a continuación. Cayendo en cuenta de un detalle que su lado más pragmático y detallista se vio imposible de pasar por alto. Debiendo interrumpir su narración con tal de ratificar lo antes posible.
-Carajo. Siento decir esto, pero esa última parte va a tener que quitarse, amiguito. El hacer pública la existencia del Más Allá es un "No, no" definitivo. …por no decir que no quiero gastarme páginas y páginas detallando la naturaleza y jerarquías aburridas y sinsentido de aquel…- Declaró, expresando su disgusto ante ese descuido de su parte.
Distrayéndose de su soliloquio y siendo interrumpida luego de que el libro a su lado atinase a cerrar la tapa dura que protegía sus páginas. Revelando la presencia de un par de ojos saltones que fueron ganando volumen y levantando parte de su portada de color café. Haciendo brotar de la parte interna de su contraportada un listón rojo; que supuestamente debía de ser un marcador; pero que ungía a modo de lengua del objeto fantasmagórico y translucido. Poco antes de que esté último comenzase a ladrar y expresase su molestia ante la que sería su dueña.
-¡Oye! ¡No fue mi intención! ¿¡Si!? ¡Un error de redacción lo tiene hasta el escritor más experimentado! Así que…- Esgrimió en respuesta la mujer, frunciendo el entrecejo junto con los imaginarios lentes que traía. Apuntando y picando a su mascota con el dedo, previo a que otra serie de ladridos la interrumpiesen e hiciese que debiera de tomar aire con sorpresa ante lo que dichos reproches significaban. -¿¡"Poco profesional", dices!? ¿¡Cómo te atreves, pequeño…!?- Masculló, comenzando para de esa forma una serie de manotazos, cachetadas e intentos de agarre hacia el libro flotante. Incapaz de hacer contacto con su presa debido a la agilidad de esta y los pobres reflejos que perduraban aun tras su muerte. Recibiendo entremedio de uno de los esquives de su mascota, un cabezazo que la haría estrellarse contra el suelo y formar un manchón de ectoplasma violeta azulado.
Feliz por su triunfo, el libro en actitud rebelde y desafiante optó por regodearse encima de la masa informe que hubo sido su dueña. Sacando el listón que le servía de lengua de manera burlona y sacudiendo el lomo de manera provocadora. Al menos antes de que una mano rápidamente se formase en el medio de la masa y lo obligase a morder su listón luego de cerrarlo.
-Que gracioso, ¿No? Eso sin duda fue MUY divertido.- Comentó la fantasma, con la mano firmemente ceñida al lomo de su acompañante. Impidiéndole el escape y obligándolo a que la ayudase a despegarse del suelo. Recobrando su forma original luego de que flotar un par de metros sobre la superficie. -Pero ahora…- Susurró en tono amenazante, haciendo palidecer y gemir ligeramente a su mascota. Quién la miro con ojos de cachorrito y al borde de las lágrimas, antes de sentir como la espectro comenzó a rasquetear y frotarlo cariñosamente en su contraportada. -¡Mami necesita que su querido Boocky (4) sea un buen chico y abra bien su boca~! ¡Si~! ¡Eso es lo que necesita~!- Declaró, en un tono visiblemente más alegre y carente de toda severidad o antipatía anterior. Logrando con ello que el libro bajase su guardia y comenzase a abrirse más con el pasar de los segundos. -Juju~ ¡Eso es! ¿¡Quién es un buen chico!? ¡Si! ¡Tú lo eres! ¡Eres el mejor compañero post mortem que alguien podría pedir!- Añadió, ya cuando su mascota hubo acabado de abrirse del todo. Revelando con ello la última parte que había sido escrita. Creando la oportunidad idónea para tomar al supuesto can de su supuesta lengua y borrar con ella la parte que a ella le disgustaba. Aun ante las protestas y asco que dicho acto pareció suscitar en su acompañante.
Al borrar las partes indeseadas, la mujer rápidamente soltó al libro embrujado. Dejando que él escupiese las letras borroneadas y tinta de la punta de su listón. Arrojando las mismas a la vereda y permitiendo el paso a unos gruñidos por parte de un Boocky que no parecía demasiado a gusto tras el engaño.
-Ya, ya, nene. Sabes que mami sí te quiere. Ya que de no hacerlo, ella no te habría salvado de esos horribles Sobgoblins (5) que querían comerte enterito, ¿O si~?- Alegó ella, haciendo referencia a las circunstancias en que ambos se conocieron. Consiguiendo con ello reducir gran parte del enfado de su mascota, quién aún seguiría mirándola con desdén y desconfianza evidente. -Aww. No te pongas así, por favor. Sé lo difícil que ha sido todo para ti, pequeño. Ya que a fin de cuentas, como escritora que fui, puedo imaginar lo difícil que ha de ser el hecho de ser el fantasma de una franquicia de libros al que no solo el público le ha dado la espalda, sino que su propia creadora; la persona que le dio a luz en cierta forma; ¡Se ha encargado de bastardizar y vender al punto de que ya casi es…!- Vociferó, molesta tras rememorar los que serían los orígenes del ser que pululaba a su lado. Haciendo que el propio libro terminase de hacer a un lado sus molestias, adoptase una expresión melancólica y rápidamente comenzase a interrumpir a base de lamidas a su dueña. -¡Jaja~! ¡OK, OK! Veo que ya logré hacer que me perdones y tú lograste que no me volviese a enfrascar en lo mierda que fue la situación que te creó. Así que ya estamos a mano, ¿De acuerdo?- Preguntó en forma retórica, feliz de ver como su acompañante volvía a hacer caso a sus órdenes. Permitiendo así, que sus intenciones de proseguir y volar hasta el sitio que tenía en mente volviesen a ocupar rápidamente un lugar destacado en su mente. -Qué dices si vamos al sitio al que nos dirigíamos entonces, ¿Eh?-
Tras ello, la mujer vería al libro dar una serie de giros efusivos y alegres en el aire. Sacudiendo su lomo; casi como sí realmente tuviese una cola al final del mismo; sacando su listón y propiciando otra seguidilla de lamidas con este antes de finalmente abrir su cubierta e incitar a su dueña a montarse sobre él con tal de volar lo más rápido posible al sitio por el que habían ido ahí en primer lugar.
…
Ya a pocos minutos de que cayese la noche, el curioso dúo protagonizado por la fantasma y su mascota acabó por llegar al sitio en cuestión. Aprovechando una de las cualidades que su ausencia de cuerpo suscitaba. Adelantando sus cabezas para que atravesasen el techo del edificio. Permitiéndoles dar un vistazo general al lugar y dejando que la espectro "Entrase en ambiente" antes de indicarle a su acompañante que estaba lista para retomar su narración.
-Juju~ Esto es aún mejor de lo que pensé. Vayamos hasta la puerta de entrada, pequeño. Y ya luego de que crucemos, comienza a anotar y reanudar desde donde lo dejamos.- Indicó la mujer, retirando su cabeza del techo e ayudándose por medio de señas y gestos para dejarle esclarecidas sus órdenes al escrito fantasmagórico.
Tras ver el asentir de su fiel escolta y bajar al nivel del suelo, ambos intercambiaron una breve mirada. Previo a que la mujer tomase una gran bocanada de aire y Boocky regresase a su puesto como atento escucha e impecable redactor. Atravesando la puerta de vidrio del lugar e ingresando a la librería del pueblo.
-Recapitulando…Mentiras y conspiraciones, leyendas urbanas y hechos sobrenaturales, todo eso coexiste y puede ser encontrado aquí en Brighton. Pero sí he de destacar algo aquí, y que sea verdaderamente digno de su atención, querido lector…- Relató la fantasma, esbozando una amplia sonrisa y fijando su vista sobre la persona detrás del mostrador del local. -Esa sin duda sería esta persona que; escudada bajo los mantos de una madre soltera devota o bibliotecaria aburrida; pretende ocultar aquello que REALMENTE yace y mora silenciosa y discretamente dentro de sí.- Narro en tono teatral y efusivo, con el reflejo de sus lentes enfocados en la imagen de Leah; madre de una de las amigas de la amiga más grande de Scratch.
Debido a su manera de presentar a la que sería la protagonista, la curiosidad de Boocky acabo por sobreponerse a su dedicación. Distraído de su labor de escriba, él inclinó su forma de vuelo para que su tapa y ojos pudiesen fijarse en la susodicha mujer. Encontrándose para de esa forma con la visión de una fémina que, aun para sus ojos, no parecía tener algo significativamente destacable. Por lo cual un análisis a mayor detalle fue algo que le resulto imperativo antes de decidirse por abrir la boca o no.
La mujer, sentada en una pose nada elegante, con la espalda tras el respaldo de la silla inclinada y ambos pies posados encima del mostrador, no parecía ser más que otra cuarentona cualquiera a su vista. Su figura no era particularmente llamativa debido a la ropa "Cómoda" que traía. Su cabello castaño y algo corto carecía de arreglos o cuidados detallistas. Y aun y cuando sus brazos y rostro dejasen entrever una tez morena de tono llamativo. La forma en que las expresiones nada sutiles de la hembra se deformaban y contraían al ir pasando de pasaje en pasaje por los párrafos que componían el libro que traía en mano y leía con un interés malsano, hacía que todo atisbo de "Belleza" se erradicara y pusiese en tela de juicio el criterio de la fantasma al momento de elegirla como centro de la atención de ambos.
Dándose media vuelta tras acabar su análisis, el libro espectral no tardó en arquear sus cejas y observar con serias dudas a su supuesta dueña.
-¡Agh! ¿Y ahora qué?- Preguntó, tras advertir y oír los refunfuños a los que solo ella era capaz de sacar alguna clase de sentido. -¡Si! ¡Estoy segura de que es ella! ¿¡Por qué otra razón habría de…!?- Preguntaría en forma retórica, previo a una subida de nivel en el arrebato de su acompañante.
Quién, por medio de más balbuceos y uno que otro ademán realizado con sus hojas y listón, seguiría enlistando y dando a conocer los motivos tras sus quejas. Destacando entre todos ellos, el momento en el que atinó a hacer coincidir la silueta de Leah por medio de sus páginas, enderezar la misma para que tratase de replicar su figura al estar parada, y un ladrido que fuese acompañado por un pulgar hacia abajo y el sonido de una fingida flatulencia por medio de su músculo bucal.
Aprovechando la llegada al mostrador de la única otra mujer presente en el sitio en aquel momento para hacer una comparación. Repitiendo su acción de "Moldear" sus páginas alrededor de la pelirroja de silueta más definida, destacando una figura más cercana a la del codiciado "Reloj de Arena", ofreciéndole un pulgar en alto e imitando el caricaturesco silbido de aprobación ante el resto de su apariencia y demás cuidados personales que la volvían una mujer más sexy a sus ojos.
-Si ya terminaste de ser un idiota jodidamente sexista, incapaz de ver más allá o tan siquiera de pensar a futuro, ¿Crees que puedas dejarme hablar finalmente?- Cuestionó la espectro de tonalidades azules y violetas. Extinguiendo el fuego que hubo surgido dentro de sí y evitando; por medio de su respiración; que su ectoplasma se volviese rojo y expresase la ira que la agobiaba.
Siendo consciente de ello, Boocky dejó de lado sus quejas y se limitó a oír lo que le decían. Sin dejar que ni siquiera el hecho de ser atravesado por la pelirroja antes mencionada; o de notar las enormes posaderas que esta cargaba; le impidiesen escuchar el monologo que su dueña le iba a inculcar de una forma u otra.
-Siendo la GRAN escritora que soy, sé EXACTAMENTE lo que mi público objetivo quiere.- Afirmó, alzando su índice en el aire y enfatizando parte claves en su declaración. Para prepotencia de ella y disgusto creciente de su mascota. -Las mujeres a las que apelo llegar no son modelos de catálogo o bellezas despampanantes y obsesas de su apariencia.- Continuó, reduciendo su distancia con la mujer en cuestión. Quién no se inmutó y simplemente decidió regresar a su lectura, tras llevar a su boca el marcapáginas de acero tallado. -¡No! ¡Lo que yo busco es llegar a personas como ella! ¡Presentando protagonistas REALES, con inseguridades y problemas con los que una pueda empatizar! ¡Y más que nada, genere ese deseo de saber "Cómo es que acabará su historia"!- Vociferó, dejando sus manos intangibles e invisibles a escasos centímetros de las mejillas de Leah. Sacudiendo las mismas en el aire, hasta que una pregunta hecha por su colega de papel la distrajese de dicha actividad. -"¿Qué sí realmente sé llegar a ese público?" Oh, no lo sé. Quizás el ver la reacción de ella al leer ESE libro en específico te ayude a esclarecerte un poco, ¿No crees?-
Al oír eso, Boocky demostraría un renovado interés ante tal giro en la conversación. Haciendo que entonase los ojos para así vislumbrar el nombre de la autora que figuraba en la portada del escrito. Sorprendiéndose y extrañándose por no ser el nombre que su dueña dijo tener en vida. Provocando que, al momento en el que accidentalmente recito el nombre de la artífice de la obra, la fantasma estallase en un arranque de ira.
-¡Esa perra no escribió un coño de la madre de nada! ¿¡Oíste!? ¡Yo fui la autora de ese libro y un sinfín de otros de esa misma índole! ¡YO! ¡No ella! ¡Pero claaaaa~ro…! ¿¡Quién creería algo de lo que dice la fantasma escritora de alguien que en vida solo fue una de las mejores "Escritoras Fantasmas" para una ingrata y malagradecida editorial como la de esta zorra de aquí!?- Vocifero, al tiempo que señalaba la foto de la susodicha autora posando en la contraportada. Haciendo que el ectoplasma que conformaba la punta de su dedo se pegase sobre la misma y momentáneamente modificase la imagen de la despampanante pelirroja en traje de gala, por la de alguien de características más a fines con ella. -Desperdicié mi vida editorial cediéndole el crédito y la fama a otros…permitiendo que me pisoteen y mancillen el legado que TANTO me esforcé en crear.- Musitó, rememorando su disgusto luego de enterarse que su saga de relatos continuó aún tras su partida del mundo mortal. Bajo la batuta de; a la que a sus ojos; era una indigna sucesora que se alejó demasiado de lo que ella tanto se esmeró en llevar a cabo. -Jeje~ Pero ahora que tengo todo el tiempo del mundo y a quién considero una excelente candidata a protagonista…- Añadió, abandonando poco a poco su enfado y fijando su mirada en Leah. Concluyendo su frase al decir… -¡Puedes dar por hecho que me esforzaré en crear la que seguro será la mejor obra post mortem y más grande novela de fantasía erótica que jamás se haya visto!-
Habiendo terminado de oír el discurso de su dueña, pero todavía desconfiado por el criterio de esta última, Boocky se limitó a alzar una ceja y hacer una última pregunta con el fin de continuar de una vez por todas.
-¡Ay! ¡Claro que ella va a querer formar parte de esto, tonto! ¡Hablamos de una madre divorciada, soltera y OBVIAMENTE con necesidades insatisfechas que trata de llenar por medio de la lectura!- Afirmó la fantasma, haciendo un ademán con la mano para desacreditar las quejas de su compañero. Momentos antes de reducir su tamaño y dar comienzo a una leve transformación. -Todo lo que alguien como ella necesita para llevarlas a cabo es una "Pequeña Voz" susurrándole al oído, sirviéndole de guía.- Comentó, conforme sus orejas y lengua iban estirándose. Sus dientes afilándose al punto de parecer cuchillas. Y consiguiendo unas garras al final de sus dedos, las cuales acabarían por posarse sobre la oreja de una desprevenida Leah. -Juju~ Y por suerte para ella, su querida amiga y aparente autora de libros favorita… ¡La fantástica fantasma de Erika "ERotIKA" Erikson! Estará más que feliz de ser esa "Diablilla" incitándola a dar el paso~- Acabó por decir, estirando el serpenteante, alargado y desagradable objeto purpura en el que se había vuelto su lengua. Ofreciendo una lamida al tímpano de la morena mientras hacía mención de su nombre y el seudónimo en el internet. Provocando un escalofrió en la mujer, aun cuando esta fuese inconsciente de su presencia.
Observando la seriedad de su dueña al momento de adoptar su forma como una fantasma "Lust Goblin" capaz de ampliar y guiar los deseos de otros, Boocky se limitó a recobrar su pose como redactor. A sabiendas de que algo indudablemente jugoso e interesante estaba a punto de ocurrir. Dejando que la narración de Erika y las reacciones y comentarios de Leah fuesen inmortalizadas entre sus páginas.
Ignorante de lo que acontecía bajo sus narices, y el peligro que suponía aquel mal iniciado por la picazón en su oreja, Leah continuaría leyendo plácidamente su novela. Tras varias sesiones de lectura a lo largo de sus horas aburridas en el sitio, ella finalmente había llegado a la que sería la parte más jugosa y llamativa de su libro. Razón por la cual no se molestó en cerrar estrictamente en su horario, ni regañar al muchacho que parecía haberse ensimismado en la lectura del texto que le servía como estudio para la universidad.
-¡Oh, cielos! Esta mujer es… ¡TAN atrevida! Jejeje~ Pensar que haría algo así… ¡Y-y plena vista de todos! Ohh… Y-yo me muero de la vergüenza de solo pensar en la idea de estar en una situación como esa.- Relato la castaña, sufriendo de un vivaz sonrojo y mordisqueándose levemente los labios en la medida en que el escenario tomaba forma en su mente. Tratando de situarse en el lugar de la protagonista de dicha historia, y reemplazando instintivamente el rostro de esta última por el suyo. Dando lugar a un sinfín de cuestionamientos acerca de cómo sería su reacción o si siquiera sería capaz de exhibirse con tal falta de pudor como se lo describía en el pasar de las páginas.
-Jeje~ Me doy cuenta del GRAN trabajo que hice en esta parte de la historia.- Se regodeo Erika, al momento de sentir por medio de sus garras aquellas descargas de serotonina e impulsos nerviosos que servirían como alimento en su forma actual. -Mmm~ Solo basta con sentir esta deliciosa excitación que la inunda conforme más va leyendo~ Definitivamente, el sabor de una mujer insatisfecha y solitaria es simplemente el mejor~- Musitó, estirando su alargada lengua fantasmal y adoptando una pervertida expresión. Serpenteando su músculo bucal a lo largo de su minúsculo cuerpo, haciéndolo pasar por entremedio de sus pechos y estimulando levemente la zona de su entrepierna, mientras sus pupilas se volvían un par de corazones color violeta. -¡Oh, pero basta de juegos! Esto NO es por lo que vine aquí el día de hoy.- Mencionó, recuperando súbitamente sus cabales y apresurándose en alejar su lengua donde otrora hubo estado su zona genital. -No…la razón por la que estoy aquí y por la cual decidí convertirme en una Lust Goblin en primer lugar…- -¡Te sugiero empezar a tomar nota de todo, Boocky querido!- Comentó de manera tanto mental como externa, poniendo en alerta al libro consiente e iniciando finalmente los preparativos de su plan.
Cerniendo de forma aún más profunda sus garras sobre el oído interno de Leah, la fantasma consiguió abrirse paso y ser capaz de llegar hasta el cerebro de esta última. Sitio donde le sería posible emplear una de las características más distintivas de la sub-raza a la que pertenecía. Produciendo leve cantidades de electricidad cada que juntase la punta de sus uñas, enviando descargas a través de la mente de su objetivo, e implantando las ideas o "Voz" interna de la fantasma como algo propio de la humana a la que buscaba manipular.
-¡Fue justamente para ser esa voz en tu cabeza que te susurra y guía por el MAL camino!- Declaró, segundos antes de que su conexión con el cerebro de Leah fuese total. Provocando un imperceptible sobresalto en la castaña, al tiempo que los pezones y entrepierna de esta sufrían las secuelas propias del vínculo que la fantasma generó en ambas.
Esbozando una sonrisa, Erika se tomó un segundo para degustar la sensación que solo un cuerpo mortal era capaz de proveer, previo a dar inicio a la narración tergiversada de los hechos y vida actual de Leah.
-El nombre de esta mujer es Leah Stein-Torres. Antiguamente casada, actualmente divorciada y con unas necesidades que ni el libro entre sus manos…- Empezaría a narrar, en tono reflexivo. Modificando la coloración de sus ojos y ensanchando su sonrisa antes de proseguir. –Ni sus propias manos son capaces de saciar~- Agregó, al momento de producir una descarga desde la punta de sus dedos. Afectando la química mental de la castaña e implantando en ella una imperante necesidad por brindar atención a sus zonas más sensibles.
-Oh, vaya… ¿H-hace calor aquí o solo soy yo?- Preguntó fugazmente Leah, sacudiendo su mano junto a su rostro. Aflojando su bufanda y levantando el cuello de su ropa con tal de permitir una mayor circulación de aire. O incluso valerse del frio pasajero producido al frotar el objeto metálico en su piel, con tal y brindarse algo de alivio. -Ahhh~ Creo que esta cosa es…u-un poco más picante de lo que mami creyó.- Agregó, cayendo en cuenta del sonrojo vivaz que la asolaba o lo excitadas y sensibles que se encontraban sus tetillas; ahora remarcadas bajo su camisa. -Hace mucho que no me…"Compenetraba" tanto en una lectura de este tipo. Pero ahora, ¡Solo mírenme! Incapaz de parar mi lectura y… ¡O-oh, cielos!… Deseando estar en casa y darme un relajante masaje que vaya a juego con mi libro.- Declaró internamente, al tiempo en que sus jadeos aumentaban y una idea comenzase a rondar en su mente al centrar su vista en la forma del pequeño objeto entre sus manos. -De hecho… Es tanta mi necesidad que creo que incluso…-
Por su parte, la fantasma que seguiría conectada a la mujer y recibía un informe constante y detallado de cada idea libidinosa que por esta última cruzase, simplemente se limitó a soltar una carcajada y felicitar a la castaña por su inventiva al momento de darle otro uso a aquella pieza de bisutería.
-¡Jojo~! ¿Ves eso, Boocky? Es justo por ESTE tipo de cosas por la cual adoro trabajar con mujeres como ella. Siempre ofrecen escenarios interesantes o giros inesperados como este cuando están en un momento de necesidad.- Afirmó mentalmente, teniendo una imaginaria charla con su mascota. Poco antes de seguir narrando y motivando las acciones de la mujer. -Desde hacía bastante tiempo, sus deseos fueron creciendo. Malogrando poco a poco su pudor. Nublando su mente. Y haciendo que, aun los objetos más "Sagrados" de su oficio o vida en general…- Relató, deleitándose al ver como la castaña; entre jadeos y frases de incredulidad; no dejaba de deslizar su palma por el cuerpo del objeto metálico lleno de protuberancias y partes de bronce.
-E-es increíble… ¡N-ni siquiera en mi época de adolescente más desenfrenada se me hubiese ocurrido algo así! Pero…- Declaró Leah, tragando una bocanada de saliva y mordisqueándose levemente los labios. Dando a conocer el último atisbo de dudas que la azolaban, poco antes de comenzar a hacer descender aquel marcapáginas que un familiar cercano le había dado en su juventud. Incrementando la sensación de inmoralidad que la puesta en práctica de su idea suscitaba.
Observándola desde su posición mientras no dejaba de recibir aquellos jugosos detalles que acrecentaban el morbo de la situación, Erika se relamió los labios y enrojeció antes de ver el instante en el que la fémina se desabotono el pantalón e internó finalmente el objeto en el interior de sus bragas. Soltando un gemido de tonos más altos y llamativos que los anteriores, y obligando a que ella prosiguiese su narrativa diciendo…
-Fuesen vistos únicamente como otra forma…artificial, quizás… e insatisfactoria también. Pero a final de cuentas, solo OTRA FORMA de atender aquellas necesidades producto de años y años de insatisfacción y descuidos~- Musitó Erika, deleitándose por la oleada de estímulos que asoló su ectoplasma luego de que el cerebro de la mujer produjese aquella sustancia y electricidad que le servían como sustento.
Por su parte; tras sobreponerse a sus dudas iniciales y perderse de lleno en las sensaciones que la fantasma generaba y aumentaba dentro de sí; Leah se enfrasco y opto por dejar que fuesen sus impulsos los que guiasen su mano. Absorta en su labor masturbatoria, la castaña hizo uso de las rugosidades propias del marcapáginas, asegurándose de hacer que las mismas se frotarán contra su estimulado y sensible clítoris. Más sin embargo; con el pasar de los segundos, aquello pasó a resultarle insuficiente; obligándola a variar el ángulo en que hacía deslizar y frotar el dorso del objeto en cuestión. Permitiéndole brindar placer a los enrojecidos y necesitados labios inferiores que yacían debajo del desarreglado y abundante arbusto que; desde hacía meses; había poblado y ocupado toda la extensión de su pubis femenil.
-¡Ah! ¡E-esta sensación…! ¡Esta vergüenza…! ¡E-este PLACER! ¡Son simplemente más de lo que cualquiera podría soportar!- Vociferó internamente, inicialmente jadeando de forma efusiva, pero atinando a ocultar parte de los mismos por medio de una mordida dada al cuello blanco de su camisa. -Ahh~ Joder… ¿Qué es lo que me está pasando? Ni siquiera el miedo de estar siendo vista parece ser suficiente para… ¡A-ahh!… ¡H-HACER QUE PARE!- Atinó a pensar, comprobando la presencia del chico a pocos metros de donde ella estaba, previo a que otro fuerte gemido brotase de lo profundo de sí y fuese acallado por el apretar de sus dientes. Forzándola a cerrar sus ojos de súbito y dándole vía libre; o quizás una falsa sensación de "Seguridad"; al momento de incrementar el ritmo de sus frotadas. -No…es incluso peor que eso…- Musitó finalmente, antes de que otra sugerencia por parte de Erika comenzase a imponerse y tomar peso dentro de sí.
-Yo que tú, buscaría una forma de estar más cómoda y evitar que mi ropa se manche más de lo que ya está, querida~-
Tras notar la forma en que el jugo no dejaba de emanar de su interior, la castaña decidiría bajar y desprenderse de algunas de las prendas que la envolvían. Abandonando su chaqueta marrón sobre el respaldo de su silla. Despojándose de la bufanda verde que parecía cortarle el flujo de aire. Y haciendo descender; por medio de una veloz maniobra; tanto a su pantalón como ropa interior. Dejando estas últimas a la altura de sus tobillos y permitiendo que uno de estos quedase completamente libre de la represión elástica de sus bordes, al momento de elevarse un poco y abrirse lo más posible de piernas.
-¡Ohhhh! ¡Bien! ¡SABÍA que tú eras a todo dar, preciosa! ¡Ahora sigue, no te detengas y sigue con lo tuyo!- Felicitó la fantasma susurrando de forma directa al cerebro de la castaña.
Ante la orden tácita, Leah no perdió el tiempo y de inmediato reanudó el jugueteo sobre su coño. Abandonando ya por completo su libro y haciendo uso del objeto que se suponía debía marcar su progreso, ella tomó la parte más larga y rugosa de la varilla y procedió a internarla del todo dentro de su feminidad. Disfrutando la manera en la que sus adentros parecían ceñirse alrededor de esta y degustando de la forma en que los bordes se frotaban contra sus pliegues. La mujer no tardaría en reclinar su espalda para acomodarse y comenzar a soltar jadeos tras sentir todo el largo del separador dentro de sí, o la manera en que el gancho al final de este se rozaba con su clítoris.
-¡Ah! ¡M-mierda! ¡SIIII! ¡Esta cosa es…! ¡JODIDAMENTE GENIAL! ¿¡Cómo es que nunca antes pensé en usarla de esta forma!?- Se preguntó internamente la castaña, totalmente ensimismada y absorta en sus sensaciones. Realizando ingresos y egresos cada vez más profundos y agresivos; haciendo girar el largo del objeto fálico dentro de sí; o procurando que aquel botoncillo rojizo que coronaba su vulva no quedase al margen y recibiese su debida atención por medio de leves roces y frotadas por parte del cabezal que provenía la inserción total del marcapáginas.
-Juju~ Eso, querida mía. Que no te dé pudor el brindarte aquello que tanta falta te ha hecho. ¡Date gusto! ¡Gime y sé tan ruidosa como quieras! Ya que a fin de cuentas, eso nos viene de perlas para lo que sigue a continuación.- Musitó por su parte Erika, enrojecida y complacida por la sensación de goce que le transmitía la masturbación efusiva e intensa de la mujer. Implantando otra diatriba indirecta en la mente de esta última; con tal de erradicar la poca vergüenza que le quedase. Dando vía libre y mayor peso a la observación que hizo en su siguiente narración hacía Boocky.
-Tal era el grado de compromiso y concentración de nuestra querida y lujuriosa protagonista en este momento, que difícilmente habría algo que la distrajese o refrenase de seguir…- Musitó la fantasma, estirando y sacudiendo su lengua de modo amenazante; recordando a la imagen de una víbora de cascabel en pleno acto disuasorio. Con la mirada fija a uno de los tantos libreros cerca de la única entrada y salida del sitio; donde una ligera sombra parecía asomarse y observar en dirección a la mujer. -Sin embargo, el sonido de la caída de uno de los tantos libros que ella cuidaba con recelo…- Agregó, al momento de extender y usar a modo de látigo su músculo bucal. Derribando el estante sobre el cual la mano del joven universitario mirón reposaba. Causando un estruendo, exponiendo y recordándole su presencia a una Leah que; de súbito; debió darle un fin prematuro a su labor manual. -Así como la revelación del hecho de estar siendo vista, la hizo reaccionar y recordar que no estaba tan sola como ella creía estarlo.- Dijo finalmente, antes de dejar que un incómodo y alargado momento de silencio se impusiese y reinase entre las dos personas ahí reunidas.
-Juju~ Muero por ver lo qué es lo que harás ahora, querida~- Musitó para sí misma, con la mirada fija en el joven adulto que se asomó tras el librero. Viendo como este último se debatía sobre lo que debía de hacer; ignorando los planes que la fantasma y la propia mujer ya se encontrarían fraguando y maquinando dentro de su psiquis compartida. -Aunque el hecho de que una de las primeras preguntas en tu cabeza sea, "¿Se le habrá puesto duro al verme?", hace que mis expectativas estén por los cielos~-
Continuará…
(1): Referencia al capítulo "Monumental Disaster".
(2): Referencia al capítulo "Ice Princess"
(3): Referencia al capítulo "Howlin' Harriet"
(4): Una variación del nombre "Bucky", pero que busca a su vez mezclar las palabras "Boo" y "Book" y así resaltar las características propias del personaje
(5): Referencia al capítulo "Book Marks the Sprite"
