Saludos mis queridos lectores, está vez no tengo mucho que decir a parte de mis más profundos agradecimientos por el apoyo que está recibiendo este Fic en tan sólo su primer Capítulo, tanto en AO3 como en FF net, en serio sus comentarios y entusiasmo por esta historia es lo que alimenta mi alma!
Yenlyn: Muchas gracias! Me alegro que te esté gustando y espero que te agrade lo que tengo planeado para el futuro!
Revan y Poki: Gracias! Hago lo mejor que puedo para actualizar lo más rápido posible
Tommiboy: Gracias! Siempre he encontrado un poco incomoda la traducción española de los nombres, yo siempre he abogado para que los nombres propios se mantengan en su idioma original… aunque debo decir que es bastante útil que exista una forma de variar los nombres de las fortalezas para no repetirlos demasiado seguido jajaja. Y gracias, me alegra que te guste, espero cumplir con las expectativas y darles un final digno, pero por mientras, tendrás que esperar y ver jajaja
Trinity Seven: Gracias por todos tus comentarios! Adoro leerlos, los comentarios son el alimento de los escritores jajaja. Sí, la cantante es real y también la compositora de la canción! Timbers and Wind me pareció una canción muy hermosa así que sabía que tenía que integrarla a la historia!
Y por último, Gracias a todos los Guest que comentaron! Ah! Y lo siento si el título en inglés los confundió jajaja, simplemente usé el inglés porque se escucha mucho mejor jajaja.
Además, me disculpo por responder a los comentarios tan tarde, la verdad es que es mucho más cómodo responder a las reviews en la página de AO3
Disclaimer: No soy dueño de ninguno de estos personajes ni del mundo de Juego de Tronos, ese privilegio les pertenece a George R.R. Martin, y a David Benioff y D.B Weiss, así como HBO
Ned III
Lord Eddard Stark comió calladamente la avena y el pan con tocino que tenía en frente.
Podía sentir claramente lo tenso que estaba el ambiente.
En tan sólo unos momentos el concilio que sus hijos habían convocado daría inicio y por fin serían respondidas las dudas y preguntas que lo estaban consumiendo por dentro.
Se encontraba ansioso por descubrir qué era lo que planeaban sus hijos, en especial ahora que aparentemente tenían el control total de tres de los siete reinos de Westeros.
Para ser sincero, Ned temía que el Maestro de los Susurros de Robert, Lord Varys, escuchara cantos de los acontecimientos recientes y la ira de su amigo se desate antes de que estuvieran preparados.
Ciertamente no esperaba ir a la guerra contra su mejor amigo, ese sería el último de sus deseos, pero como van las cosas, eso podría ser inevitable.
Aún así Ned estaba tomando el desconcierto y la tensión de la situación mucho mejor que su esposa.
Catelyn había estado estresada y llena de preocupaciones desde que sus hijos habían tenido tan radical cambio de personalidad.
El ver que sus pequeños bebés ya no parecían ser ellos mismos estaba tomando un gran peso en su mente, eso, sumado a los deberes diarios que cumplía por ser la Dama de Winterfell, la estaban llevando al borde de un colapso, y ahora con la perspectiva de una guerra en el horizonte, una que podría dividir el continente a la mitad, era demasiado…
La noche anterior, después del festín, cuando ellos se habían retirado a sus habitaciones Cat había estallado en llanto ya no pudiendo soportarlo más, la letra de esa canción todavía dando vueltas en sus cabezas…
El puro pensamiento de la posible muerte de Robb fue la gota que derramó el vaso, ella no había reaccionado en el momento sólo por pura fuerza de voluntad, fue su crianza como una dama del sur que le permitió mantener una máscara perfecta de tranquilidad durante el resto de la noche frente a sus invitados, pero al estar sola en sus habitaciones con él, todos sus sentimientos embotellados estallaron.
Catelyn era un desastre de lágrimas, llena de confusión y dolor, con solo Ned como la única constante en su vida, él único que no había cambiado, aquél que le daba certeza que no se estaba volviendo loca…
Y si Ned era sincero consigo mismo, la presencia de su amada Cat era para él un pilar sobre el que apoyarse en estos tiempos de locura.
"Ned… Yo-por qué está pasando esto?… Quiero que todo vuelva a la normalidad" Ella murmuraba contra su camisa de lana, él podía entenderla, todo sería mucho más fácil si nada hubiera cambiado, si sus pequeños siguieran siendo esos niños alegres que siempre fueron, que aún deberían ser, tan sólo si la paz y la felicidad nunca abandonara a sus tierras, a su gente y a su familia.
Ned no era tan ingenuo sin embargo, lastimosamente, la realidad nunca fue tan perfecta, nunca lo había sido y jamás lo sería.
Después de horas de desahogarse en su hombro, de dejar salir todas sus preocupaciones, su maravillosa esposa logró calmarse lo suficiente como para recuperar un semblante más tranquilo, cayendo dormida poco después.
Cuando por fin entraron al Gran comedor, luego de la salida del sol al día siguiente, ella había puesto nuevamente esa máscara sin emociones con la que tanta práctica tenía y así para presentarse frente a sus hijos y todos los lores reunidos en el castillo.
Cada pulgada de las paredes del salón principal de Winterfell se encontraba cubierta de estandartes, una por cada casa juramentada al ahora reinado de los Stark:
En el centro del muro, tras la mesa alta, se exhibía con orgullo al Lobo Huargo color gris en un campo blanco, acompañado por la Trucha plateada en un campo azul y naranja perteneciente a los Tully, por la derecha y al Halcón blanco en un campo azul de los Arryn, por la izquierda, destacando éstas tres casas sobre las demás.
En lugares de honor cerca de las casas gobernantes, se ubicaron el Oso de los Mormont, las Cadenas de los Umber, las Runas de los Royce y el Lagarto-León de los Reed.
Sus hijos llegaron poco después que todos los grandes Señores del Norte, Riverlands y el Vale hubieran arribado y reclamado sus respectivos asientos.
Los chicos portaban los mismos atuendos que el día anterior o al menos unos muy similares, aunque descartaron las capas, resaltando aún más el hecho de que se encontraban utilizando armadura, todos ellos, incluso Arya y Sansa, hasta el pequeño Rickon de solo seis días del nombre vestía gambesón y cuero endurecido.
Entraron de dos en dos con Robb y Jon dirigiendo el camino, remarcando su estatus e importancia como Reyes del Norte, aún con sus espadas y dagas colgando de sus cinturas.
Ahora que la capa no oscurecía la visión de Ned, él notó que el pomo de la espada de Jon estaba modelado como la cabeza de un lobo de color blanco... extraño, no recordaba haber visto una espada así en todo el castillo, tendría que preguntarle a Mikken si Jon le había encargado hacerle un arma personalizada, era posible, desde que el pequeño estoque de Arya tuvo que haber sido hecho por él también, siendo ésta más al estilo Braavosi que Westerosi.
Ellos fueron seguidos de cerca por las chicas portando sus siempre presentes miradas estoicas y por último Bran y Rickon con Frost caminando unos pasos detrás.
Tomaron asiento en la mesa alta junto a Catelyn y Ned, con los "nuevos gobernantes del Norte" ocupando los asientos del centro.
Eddard había dejado a propósito esos asientos disponibles, decidiendo que bien podría seguirles el juego por el momento.
Al ver a los reyes dar la señal, los sirvientes comenzaron a repartir la comida y las bebidas a todos los presentes, con Frost obteniendo una pierna de cerdo completa en su lugar al lado de la mesa, ya su vientre tan hinchado que dificultaba un poco su movilidad.
El Maestre Luwin había deducido que los cachorros llegarían en menos de una quincena si todo iba bien, sus hijos esperaban ese día con ansías, al igual que prácticamente todo hombre, mujer y niño en Winterfell aparentemente.
Desde que se dieron los primeros bocados, el gran comedor se sumió en un pesado y opresivo silencio.
Normalmente una reunión con los señores del Norte era ruidosa, caótica y por lo general llena de gritos, ya sean de júbilo o de ira.
Sus abanderados tendían a ser muy vocales con sus opiniones expresándolas sin miedo y con orgullo sin ningún tipo de vergüenza o reserva, por lo que era extraño ver tal ambiente sombrío cuando se reunían tantas de éstas personas juntas.
El silencio se extendió durante el tiempo que les tomo romper el ayuno siendo únicamente interrumpido por el sonido de los cubiertos golpear los cuencos de madera y los molares de Frost devorando la pierna de cerdo hasta el hueso, aumentando la tensión que sentía en todo su ser con cada segundo que pasaba.
Ned no pudo evitar que sus ojos viajaran a donde se encontraban sus hijos.
Robb, Sansa y Jon estaban charlando suavemente entre ellos probablemente sobre la reunión que tenían planeada, Eddard se preguntó por millonésima vez cuál sería la gran revelación que ellos entregarían en unos instantes, el resto de sus hijos variaron entre consumir estoicamente sus alimentos o devorarlo todo sin ninguna muestra de modales.
Cuando los sirvientes se llevaron las sobras y los cuencos vacíos, limpiando las mesas para dar paso al evento principal del día, Sansa fue la primera en tomar la palabra asumiendo su papel declarado como la Dama de ésta fortaleza.
Agradeció nuevamente por la pronta respuesta a la leva convocada y la rapidez con la que acudieron al asiento de sus Reyes, dando así inicio al primer concilio del Reino del Norte en trescientos años.
"Mis Lores, mis Damas, como ustedes sabrán, tenemos mucho que discutir el día de hoy, principalmente informarles sobre nuestros planes para el futuro y cómo hemos decidido actuar ahora que tenemos ésta segunda oportunidad" La voz de Robb llenó el Gran Salón sin dificultad a pesar de mantener un tono calmado y bajo, era cautivador ver cómo su hijo mantenía la completa atención de sus vasallos sin recurrir a los gritos "Pero primero, creo que una explicación está en orden, especialmente teniendo en cuenta que nuestro padre no recuperó sus recuerdos como el resto de nosotros"
Ned miró confundido a su hijo.
Nuevamente se le era recalcado el hecho de no recordar algo.
Pero no era posible que olvidara un evento tan importante como para unir a tres reinos bajo la bandera Stark tan repentinamente!
"Todos los presentes en éste salón, con las excepciones de Lord Stark y Lady Catelyn poseen las memorias de una vida que aún no ha sucedido".
Una qué!?
En el nombre de los dioses antiguos, alguien que le diga que esto era una broma!
Tenía que serlo, es decir, lo que Jon acabó de declarar era completamente ilógico, por no decir una completa locura!
No lo calmaba en absoluto que Jon haya parecido tan seguro al decir tal sinsentido y que su rostro permaneciera perfectamente sereno.
Sin embargo, la seriedad de los estandartes lo hizo cuestionar sus propias dudas un poco.
"Es seguro decir que gran parte de ustedes recuerda al menos los eventos de la Guerra de los Cinco Reyes hasta la noche maldita de la Boda Roja dónde todo el ejército del Rey Robb cayó por la traición de Walder Frey y Roose Bolton"
Ned no podía respirar, nada de lo que su hijo decía tenía sentido, estaba dando a entender que esa canción -timbers and wind- no era solo una profecía hecha por una bruja del bosque sino que relataba un evento traumático que realmente ocurrió y que por alguna razón que no podía llegar a imaginar ahora estaban viviendo todo nuevamente?
Era eso?
"El resto probablemente vivió lo suficiente como para recordar la Batalla por el Amanecer, dónde Arya Stark acabó con la amenaza del Rey de la Noche, dando fin a la lucha que se mantuvo inconclusa por miles de años… Algunos incluso recordarán también la Destrucción de King's Landing y la subsecuente reorganización..."
Ahora su hijo estaba confirmado no sólo que los White Walkers y su ejército de muertos no habían desaparecido hace milenios al final de la Larga Noche sino que se han estado ocultando para luego reaparecer y matarlos a todos!?
(Ned se negó a siquiera dejar que su mente registrara el pensamiento de su pequeña y salvaje niña enfrentado a líder de esos monstruos)
Y qué demonios quería decir Jon con la destrucción de Desembarco del Rey!?
No pudo soportarlo más, tenía que detener esta locura!
"Jon, por favor dime que ésto es una mala broma"
Prácticamente rogó, su voz sonó lamentable, lo sabía, pero necesitaba que su hijo dijera que estaba mintiendo, su cordura necesitaba qué esto no fuera más que el terrible sentido del humor de los chicos y de sus estandartes, que le siguieron la corriente por el entretenimiento que les traería ver al normalmente serio y tranquilo Guardián del Norte y a su esposa caer redonditos en la trampa…
Pero en lo profundo de su mente él sabía, sólo sabía que esa locura que salió de la boca de Jon era una explicación tan buena como cualquier otra para darle sentido al extraño comportamiento de sus niños -porque eso es lo que eran, niños- y a todo lo que ha estado ocurriendo últimamente.
"Me temo que no padre" Sansa salió en defensa de su hermano mayor.
Uno pensaría que Arya sería la que diera la cara por Jon, ellos siempre fueron muy cercanos, ambos eran diferentes en comparación con el resto sus hermanos, él siendo un bastardo y ella odiando cada aspecto de ser una dama prefiriendo en cambio actividades como el tiro con arco y tal parece la esgrima.
Sin embargo, últimamente la mayor de las niñas Stark había sido la primera en hablar por él, llegando hasta a amenazar sutilmente a quienes osaran insinuar algo remotamente insultante a Jon.
"En verdad desearía que todos los horrores por los que tuvimos que pasar fueran nada más que un muy mal sueño, pero tenemos que afrontar la verdad y esa es que de algún modo después de todos estos años de luchas, pérdidas y muerte, se nos fue dado una oportunidad para corregir nuestros errores y vamos a utilizarla" Su pequeña concluyó con fuerza y determinación.
Ned simplemente no podía procesar lo que estaba escuchando, no quería siquiera pensar en las implicaciones de lo que Sansa había dicho.
Sólo pensar en lo qué posiblemente tuvieron que afrontar los chicos para provocar una cambio tan grande en sus formas de ser podría destruirlo…
Robb I
El Rey en el Norte y el Trident, el Lord de Winterfell, el Joven Lobo, Robb de la casa Stark, no podía apartar sus ojos de la escena frente al él.
Allí, en sus manos, yacía sin vida el amor de su vida, la única persona que podía iluminar su día con sólo una pequeña sonrisa, llenarlo de alegría e inspirarle la valentía necesaria para afrontar ésta endemoniada guerra con todas sus fuerzas, la que pronto sería la madre de su hijo, Talisa Maegyr ahora Stark.
Su sangre escapaba por las heridas en su vientre, la nueva vida que habían creado juntos, muerta, incluso antes de poder ver el mundo… todo por haberla traído consigo a ésta boda, por haber decidido casarse por amor y no desposar a la hija del traicionero Lord Frey.
Vagamente podía escuchar a su madre rogarle para que huyera, para que se levantara y regresara al norte, pero incluso si pudiera hacerlo, a pesar de las dos flechas incrustadas en su cuerpo, por qué lo haría?
Todos sus hombres estaban siendo asesinados en ese mismo instante, la guerra estaba perdida, su esposa ahora muerta en sus brazos, y seguramente él y todos sus aliados han de estarlo pronto…
Su única esperanza era que el Greatjon y Lord Reed se asegurasen que su testamento sea seguido al pie de la letra y su hermano Jon sea liberado de sus votos con la Guardia Nocturna, tomando el nombre legítimo de Jon Stark de Winterfell y que los que quedaran del ejército norteño pronto a ser disperso por todo el norte y sin liderazgo, lo declaren Rey y retomen lo que éste día habían perdido.
"Madre…"
Él se levantó con dificultad, queriendo darle una última mirada a la mujer que lo trajo al mundo y que lo amó tan ferozmente como a ningún otro antes de morir.
Era irónico, pensó, el como a pesar de no haber perdido una sola batalla en estos dos años de conflicto, de luchar por su padre, sus hermanas y por la libertad de sus tierras, la traición de sus hombres fue lo que finalmente provocó su caída:
Primero fue la propia Catelyn, al liberar al Asesino de Reyes, Jaime Lannister, lo que le costó no sólo un valioso prisionero de guerra sino que provocó la traición de Rickard Karstark causando la perdida de gran parte de sus fuerzas...
No! La traición de Lord Karstark no fue culpa de su madre, fue el propio Señor del Karhold quien decidió ir en contra de sus órdenes y asesinar a sangre fría a un par de escuderos desarmados, no más que unos niños, que no tenían nada que ver con la muerte de Harrion y Torrhen, a parte de llamarse Lannister.
Luego estaba Theon, quien decidió que su sangre Greyjoy valía más que el juramento que había hecho ante los dioses y los hombres prefiriendo a un padre que apenas conocía sobre su hermano en todo menos la sangre y ahora…
"Los Lannister envían sus saludos"
Robb no sintió nada cuándo Lord Bolton clavó un puñal directo en su corazón, ya habiéndose resignado a su muerte, él sólo pudo mantenerse sobre sus dos pies por unos meros segundos más antes de caer en la fría madera del suelo justo al lado de su reina…
Al menos morirán juntos…
Grey Wind, su Lobo Huargo, él lo supo todo el tiempo, por eso no paraba de gruñirle a los Frey, porque presentía lo que iba a pasar.
Nunca debió dudar de sus instintos, él debió permitir que su amigo, que su otra mitad, lo acompañara a la boda sin importar lo que dijeran los Frey, en vez de dejarlo encerrado en un establo, quizás, su fiel compañero habría podido salvar a su amada Talisa y a su hijo no nato? No lo sabía...
En su estado moribundo, podía imaginarse como su gran lobo rompía la jaula en la que se encontraba encerrado, para luego atacar a cada cambia capas con el que se cruzaba.
Podía imaginar claramente como sus fuertes patas golpeaban el suelo mientras se impulsaba a través del patio de los Gemelos con la ferocidad que sólo los de su tipo podían igualar, como sus poderosas mandíbulas se cerraban sin piedad sobre los cuellos de sus enemigos y los retorcía acabando con sus miserables vidas!
Ellos merecían morir por lo que habían hecho…
Pero tan formidable como un Huargo puede ser, seguía siendo sólo uno en contra de cientos de soldados, lamentablemente, pronto fue alcanzado por una flecha en el costado y luego otra y otra, hasta que finalmente cayó sucumbiendo ante sus heridas…
Robb creyó poder sentir el ardor de las heridas de su Lobo como si fueran las propias, como la sangre inundaba sus pulmones y se escapaba por su hocico manchado aún más su pelaje gris, pero esto era solo una alucinación provocada por la perdida de sangre antes de ceder ante sus lesiones, no podía ser real.
Luego, hubo silencio y oscuridad…
No había nada, no sentía nada, ni frío ni calor, el dolor había desaparecido…
No encontró una vida después de la muerte como todo hombre deseaba sin importar a qué dioses adoraba.
No se reencontró con sus antepasados los Reyes Invierno.
No fue enviado a algún lugar a vivir feliz o a sufrir por toda la eternidad, sólo el olvido…
.
.
.
Pero entonces, algo cambió.
Pudo respirar nuevamente, pudo sentir su cuerpo nuevamente.
El toque de los rayos del sol en su rostro, la grava acariciando su piel, una roca clavándose en un costado causándole dolor…
Robb abrió sus ojos de golpe, alerta ante lo que podría encontrar.
Inicialmente asumió que estaba nuevamente en el Cruce, en alguna mazmorra en lo profundo del castillo, prisionero de los Frey para ser usado como un seguro para evitar una revuelta en el norte.
O por el contrario, podría estar en el Dreadfort, esperando a ser desollado vivo por los Bolton.
Pero nadie sobrevive al tipo de heridas que recibió, eso era francamente imposible.
En cambio el Rey se sorprendió al despertarse en un sitio completamente diferente.
Él sabía dónde estaba, reconocía éste lugar.
Robb se había despertado en un claro en el Wolfswood cerca de Winterfell, dónde él y Jon junto con Theon, a veces se escapaban para jugar o entrenar en privado sus habilidades con la espada o la lanza.
El claro era amplio, pero bien oculto para quien no conocía su ubicación, ni siquiera su padre, Lord Eddard Stark sabía de la existencia de este pequeño espacio al que solían escapar.
Era esto algún tipo de vida futura?
Al morir sus almas eran enviadas al sitio de sus mejores recuerdos de la infancia?.
Robb se examinó a si mismo más de cerca.
Se encontraba vestido con sus ropas casuales, pantalones, una camisa blanca y un chaleco de cuero simple que acostumbraba a usar en su juventud antes de que todo se fuera al demonio con la visita del Rey Robert a Invernalia.
Y aunque lo sintió antes de verlo, toda su ropa estaba empapada de sangre como si las heridas que sufrió antes de su muerte lo siguieran hasta el otro mundo, a pesar de no sentir dolor proveniente de ellas.
El Joven Lobo fue sacado de sus pensamientos por el sonido de alguien gruñendo, fue algo similar a cuando Theon se levantaba con una fuerte resaca luego de tomar demasiada cerveza o vino sin ningún cuidado en algún burdel en Winter Town.
Sonaba como si sólo moverse fuera un reto monumental para su cuerpo.
La fuente se ese sonido era una persona tendida cerca de donde estaba, el hombre no era muy alto, de buena condición física, y de cabello negro y rizado que le llegaba hasta los hombros, parecía ser del norte, con su piel lechosa y un rostro alargado- "Jon!"
Robb inmediatamente se levantó y corrió hacia su hermano.
Jamás lo confundiría, puede que hayan pasado más de dos años desde la última vez que lo vio pero nunca olvidaría el rostro del hombre que consideraba su gemelo, sin importar que solo fuera el bastardo de su padre, tenían la misma edad y la misma sangre corría por sus venas, eso era suficiente para él.
"Estás bien!? Jon!" Se dio cuenta que esa era una pregunta estúpida después de que las palabras salieron de su boca.
El chico de cabello negro azabache, al igual que él, estaba cubierto de sangre de pies a cabeza y aunque su ropa le impedía ver las heridas que claramente habían provocado su muerte -porque estaban muertos, verdad?- pero la cantidad de ese líquido rojo esencial para la vida que manchada su pecho le daba a entender que el golpe de gracia para ambos habían sido los mismos.
Jon, además, lucía dos grandes cortes que viajaban desde su frente, cruzando ambos de sus ojos y bajando todo el camino hasta perderse en el vello de su barba,
Qué había ocurrido en el muro que terminó en la muerte de su hermano?
Eso… eso quiere decir que su heredero también había perecido no mucho después que él, je…
El norte ahora estaba verdaderamente en manos de los Lannister, con todos los hombres Stark muertos y Sansa casada con el diablillo, ahora Winterfell y por ende todas aquellas tierras pertenecientes al norte ahora son legítimamente de Tyrion Lannister.
"Robb!? Robb eres tú?" La voz ronca de su hermano fue un soplo de aire fresco en medio de todo este desastre, al menos su mejor amigo estaba con él en el más allá, se preguntó dónde estarían su padre, y Bran y Rickon… y Talisa! Ella debe estar cerca, no es así!?
"Sí" Respondió, un nudo en su garganta casi impidiéndole hablar, la realización de su deceso y el de la gran mayoría de sus seres queridos lo llenó de un sentimiento de derrota y terror por lo que le ocurriría a aquellos aún con vida, en manos de sus enemigos.
"Sí, soy yo, tal parece que sufrimos el mismo destino, no es así?" trató de aligerar el ambiente, no pudo.
La mirada que Jon le estaba dando era una de desconcierto.
"Lo siento! Lo siento!" Masculló no pudiendo contener sus emociones "No pude rescatar a nuestro padre, ni a nuestras hermanas" Palabras de remordimiento escaparon de sus labios sin poder detenerlas.
"No pude vengar la muerte de nuestro padre después de que Joffrey le cortara la cabeza y la clavara en una pica e incluso decepcioné a todos nuestros hombres al perder el norte a pesar de que me nombraron su Rey, fueron mis elecciones las que nos condenaron, porque no cumplí mi promesa de casarme con la chica Frey, por enviar a Theon a las Islas de Hierro a pesar de que madre me rogó que no confiara en él, por no mantener a Lord Rickard como prisionero como mi esposa y tío Edmure sugirieron… por mi culpa perdimos la guerra y ahora todos estamos muertos!"
Jon escuchó pacientemente su perorata sin decir una sola palabra, permitiendo que su hermano sacara lo que tenía del pecho, él era bueno en eso "Les fallé, a todos les fallé…"
"No es cierto" Su hermano susurró, su rostro indescifrable.
"Robb, no fue tu culpa… Sí, tomaste algunas malas decisiones, todos lo hemos hecho, nadie es perfecto, eres sólo un humano justo como el resto de nosotros, tienes permitido cometer errores para luego aprender de ellos, pero no puedes culparte por las acciones de traidores y cambia capas, fueron ellos los que condenaron al norte no tú, y nunca, me escuchas! nunca lamentes haber seguido tu corazón al casarte con la mujer que amas, tu señora madre jamás debió necesitar arreglar ese matrimonio en primer lugar!"
Robb se sorprendió de la vehemencia y firmeza con la que su hermano lo defendía, su gruesa voz tan similar a la de padre contrastando con el silencio que rodeaba el bosque de los lobos, era curioso cómo el siempre tranquilo y cayado Jon dedicaba todas esas palabras para hacerlo sentir mejor, pero estaba equivocado "Jon yo-" ésta vez él lo cortó.
"Los Frey son abanderados de los Tully, en ningún momento Walder Frey tuvo el derecho de exigirte un matrimonio a cambio del cruce libre por ese puente, en especial cuando ibas a liberar a Riverrun del asedio de los Lannister, en todo caso, él debió haberte dado paso libre y haber entregado sus fuerzas para ayudar en la batalla del Whispering Wood por el simple hecho de tu parentesco con su Señor Supremo!"
Claro que Robb sabía eso, era algo obvio, pero lo que estaba hecho estaba hecho, si quería pasar por el puente debía aceptar ese acuerdo absurdamente injusto, pero en ese momento era más importante la guerra que su vida amorosa por lo que aceptó, sólo para luego romper ese juramento al casarse con el amor de su vida y enviarlos a todos a sus prematuras muertes, igual ya no importaba, ellos-
"Además, no estamos muertos"
Cat II
"Sansa, yo…" Su esposo no pudo siquiera completar una oración.
Las revelaciones que sus hijos dejaron caer sobre ellos fueron demasiado para procesar.
"Sé que lo que estamos diciendo parece una locura, padre" Robb intercedió, su mirada implorándole a su padre que le creyera, que le diera una oportunidad.
"Pero te aseguro, que todo es cierto… Yo mismo no lo creería si no lo estuviera viviendo en carne propia…" La mirada en el rostro de su hijo mayor estaba manchada de pena y dolor… pero Cat pudo ver en el fondo, una sensación de esperanza brillando en lo profundo de sus ojos.
"Puedes preguntarle a cualquiera de los Lores en Winterfell, padre, estoy seguro de que ellos respaldarán nuestras afirmaciones" Aún con la tranquilidad que transmitía la voz rasposa de Jon, tan similar a la de Ned, su esposo seguía luciendo pálido, como si en cualquier momento los alimentos que había consumido no hace más de diez minutos terminarían en el suelo del Gran Comedor.
"Jon… tienes que entender que-" Ned comenzó, su voz temblando, inseguro de lo que decir, pero él no tendría la oportunidad de que sus pensamientos salieran por su boca cuando fue interrumpido.
"Yo les creo…" Una voz femenina habló, resonando dudosa por todo el salón, Catelyn tardó un par de segundos en darse cuenta que era su propia voz la que había cortado las palabras de su marido. "Yo les creo, les creo a los chicos…"
Ned parecía aún más atónito al escuchar sus palabras, y si ella era honesta con sigo misma, también estaba sorprendida por lo que acababa de salir de sus labios resecos por la ansiedad.
Pero mientras más lo pensaba, más estaba segura de lo que hablaba, no porque los que afirmaban tuviera sentido racional, sino porque ella entendía, no, ella sabía, que los dioses existían y que la voluntad de los siete era la que los había llevado a éste punto, no había otra explicación a lo que estaba ocurriendo, nada más que los nuevos dioses podría dar sentido a toda esta locura. "Los niños están diciendo la verdad".
Eddard no tuvo más remedio que aceptar esa improbable afirmación como cierta, a pesar de que fuera algo que cualquier persona en su sano juicio tacharía de imposible.
Los chicos decidieron entonces pasar a un tema mucho más apremiante, pero Cat no pensaba en esperar otro segundo más para aclarar algunas de esas preguntas que más la estaban consumiendo.
"Robb, por favor dime… dime qué ocurrió para que-" Sus palabras quedaron atrapadas en su garganta, sabiendo bien que la respuesta que obtendría de sus hijos, sin importar cual fuera, se sentiría como un puñal atravesando su corazón sin piedad.
El primero de sus chicos, aquél que llevó durante nueve meses en su vientre mientras su padre luchaba en la guerra, la miró con una paciencia más allá de sus años, esperando a que su madre ordenará sus pensamientos, sin importar que él y sus hermanos tuvieran asuntos más importantes que atender con sus estandartes, asuntos de gran importancia para el Reino del Norte.
"Qué ocurrió para que el Norte… para que nuestra familia pasara por tant-" a pesar de todo su boca no podía ponerse al día con sus pensamientos, no podía expresar sus dudas sobre la guerra en que su pequeño había luchado, sobre su coronación, sobre sus muertes, sobre lo que había pasado después de la boda roja, sobre el paradero de Ned, porque ella estaba segura que su marido jamás permitiría que sus niños pasaran por todo ese sufrimiento.
A pesar de su lamentablemente intento de formar oraciones coherentes, Robb entendió lo que quería preguntar cuando ella misma no pudo.
"Madre, desearía poder aclarar a detalle todas esas dudas que pesan en tu alma, pero ahora no es el momento adecuado para ello, mis hermanos y yo tenemos un deber con nuestro pueblo, esa es nuestra prioridad inmediata" Catelyn bajó su cabeza apenada.
Por supuesto los Reyes del Norte tenían que darle más importancia al futuro de sus súbditos que resolver las preguntas de su madre, ya habría tiempo para ello luego.
"Aunque podríamos darles a ti y a padre una versión resumida de los acontecimientos que forjaron quienes somos ahora"
Jon I
Cuando Jon Snow abrió sus ojos esa mañana de primavera, lo primero que notó fue la anormal sensación de calor que lo envolvía.
Habían pasado dos años desde la Larga Noche y todo el desastre ocurrido en King's Landing.
Y aún sin importar cuanto tiempo pasará, los recuerdos de ese infierno perseguían sus sueños e incluso sus pensamientos consientes:
La breve batalla entre las fuerzas de Daenerys y los Norteños contra el ejército Lannister, el sonido de las campanas indicando la rendición incondicional de la ciudad y la derrota de la Reina Cersei, Drogon desatando toda la furia implacable de su madre sobre los soldados y civiles inocentes por igual, el medio millón de ellos… todos reducidos a cenizas ya sea por el fuego de dragón o las explosiones de Wildfire subsiguientes, Daenerys cumpliendo finalmente con los deseos de su padre, el Rey Loco, el hombre que ahora Jon sabía, era su abuelo.
Habían transcurrido poco más de tres años desde la Batalla de los Bastardos y su coronación como Rey en el Norte y el Vale, desde que oficialmente había iniciado el Invierno, que, para alivio de todo el mundo, en especial de los Norteños y los Hombres Libres, apenas duró dos años y con el asesinato del Rey de la Noche, éste terminó antes de lo predicho, lo que se tradujo en una temporada de cosecha que comenzaría mucho antes que las reservas del Reino que ahora gobernaba su hermana se agotaran.
No obstante, la primavera en la tierras más allá del muro, en el verdadero Norte, dónde él y el pueblo libre vivían seguía siendo extremadamente fría, repleta de constantes nevadas y ventiscas, no sería hasta el próximo verano que las tierras de su gente vieran un ápice del calor que envolvía su piel actualmente.
Lo siguiente que su mente registró fue la falta de nieve a su alrededor y lo ligeras que eran sus ropas, para nada aptas para el clima en el que vivía, a diferencia de las pieles gruesas que acostumbraba a usar.
La rigidez que invadió su cuerpo le recordó al estado de sus músculos tras su resurrección, cuando la mujer roja, Lady Melisandre, oró para que el Señor de la Luz, el dios R'hllor, lo trajera de entre los muertos.
"Jon!"
Ver a Robb correr hacia él y tomarlo en sus brazos en un abrazo desesperado fue quizás lo más impactante que había presenciado desde que se enteró de la existencia de los White Walkers...
Que su hermano muerto estuviese frente a él disculpándose por todas las fallas que había cometido en su vida no sería tan desconcertante si no supiera las limitaciones de las habilidades de resurrección de los sacerdotes rojos, sabía que Robb había estado muerto demasiado tiempo como para que fuera remotamente posible traerlo devuelta, sin mencionar el hecho de que después de su muerte los Frey habían intercambiado su cabeza con la de Grey Wind… pero a éstas alturas Jon había aprendido a no cuestionar a los dioses.
Beric Dondarrion había revivido seis veces antes de perecer finalmente en la batalla en Winterfell.
Bran como el Cuervo de Tres Ojos, pudiendo ver el pasado y el futuro indiscriminadamente, además de ser el más poderoso de los Wargs y Greenseers en existencia.
La piel inmune al fuego de su tía Daenerys.
La magia de los hombres sin rostro de Arya.
Y su propia experiencia con la muerte, controlando el vuelo Rhaegal solo con su mente como uno de los legendarios Jinetes de Dragones y entrando en la piel de Ghost.
Todo ello le había facilitado la capacidad para comprender cuando la magia se involucraba en su día a día.
Él sabía que esto no era un sueño, ni una visión, ser un Warg le permitía diferenciar éstos de la realidad, por lo que su hermano tenía que estar frente a él en carne y hueso.
Jon escuchó atentamente cada palabra que el hijo mayor de Lord Eddard decía, vio la pena que ahogaba a Robb y podía entenderlo perfectamente, relacionarse con sus emociones.
Ambos habían cometido errores costosos a lo largo de sus vidas, errores que seguramente jamás podrían perdonarse a si mismos por cometer, pero de los que seguramente aprenderían para nunca volver a caer en ellos…
Sin embargo, la traición de sus estandartes no era uno de ellos.
Lord Karstark no debió tomar la justicia en sus propias manos y Lord Frey y Lord Bolton eran la peor de las escorias que Westeros tenía para ofrecer, punto!
Robb creía que estaban muertos, que habían sido enviados a algún tipo de vida después de la muerte, pero Jon sabía que eso no era cierto.
Él sabía que después de que te has ido no hay nada más, nada los esperaba en el más allá, por lo que sólo quedaba una opción, que no pudiera sentir a Ghost al borde de su conciencia confirmaba su teoría.
"Además, no estamos muertos" Su predecesor al trono del norte lo miró como si de repente le hubiera salido una segunda cabeza.
"De qué estás hablando Jon!" Exclamó, obviamente no le creía, no es que fuera algo que él creyera posible en primer lugar hasta ahora.
"Claramente ya no estamos vivos, nadie sale ileso luego de recibir un cuchillo al pecho" dijo señalándolos a ambos, como para reafirmar su punto, para ser justos, lo que Robb pensaba, era realmente lo más intuitivo para alguien que no conocía la muerte y lo que había al otro lado, pero para Jon, eso sería lo último que le pasaría por su cabeza.
"Robb, es imposible que no estemos con vida" Jon habló suavemente, tratando de convencer a su hermano "Sé que es díficil de entender, pero ya he estado muerto antes y una sacerdotisa roja me trajo de regreso, por ello sé que no existe nada después de la muerte, sé que tú lo viste también, porque ya lo has vivido al igual que yo…"
Robb lo observó atónito por unos segundos hasta que la realización lo golpeó con toda sus fuerzas, ahora parecía más perdido que antes.
"Me… lo que estás tratando de decirme, es que algún dios extranjero del que no he escuchado nunca, nos ha traído de vuelta? Cómo? Por qué?"
El lobo blanco miró a su hermano con pena, entendía bien que esto era difícil para Robb, su percepción del mundo estaba siendo severamente alterada, toda una vida de creer que las criaturas de los cuentos de la vieja Nan era meras invenciones creadas para entretener y asustar niños curiosos, para que ahora se entere de la existencia de la magia y la existencia de dioses extranjeros de la manera menos sutil posible... Debía ser demoledor para él.
"No… Tu muerte fue hace mucho tiempo, ni siquiera el Señor de la Luz podría traerte de regreso sin un cuerpo al que regresar… no, lo que nos pasó fue algo completamente distinto…"
Jon reunió sus pensamientos, recolectando el valor necesario para dar voz a su teoría, sabía que algo así era posible gracias a las habilidades del Cuervo de Tres Ojos, pero esto iba mucho más allá de lo que Bran afirmaba era capaz de hacer.
"De algún modo, el Dios Rojo nos envió de vuelta al pasado, no se cómo, ni con qué motivo, pero estoy seguro que fue él" Sentenció señalado a su pecho "Estas heridas fueron las causantes de mi muerte, cuando regresé mantuve las cicatrices como prueba de sus poderes y como recordatorio de la traición de mis hermanos en la Guardia Nocturna".
Robb permaneció en silencio, el shock ensuciando sus rasgos juveniles, su confusión era visible, aún tratando de dar sentido a sus palabras, parecía estar a punto de desmayarse o de vomitar, Jon no pudo discernir cuál era más probable.
"Estas seguro?" preguntó, su voz a penas un susurro.
"Tanto como puedo estarlo" Respondió luego de unos momentos, todo apuntaba a que así era, pero no estaría del todo seguro hasta que hablara con Bran o que regresaran al hogar de su infancia y comprobaran que en efecto se habían despertado años antes de que él fuera exiliado al muro por segunda vez.
Tras pasar unos minutos de silencio incómodo entre ambos Robb finalmente encontró nuevamente su voz "Sabes lo absurdo que suena todo, no Snow?"
El Rey más allá del Muro sonrió a ver que el sentido del humor de su hermano hacía su reaparición.
Puede que aún no esté del todo convencido ni realmente crea en la magia, pero estaba dispuesto a confiar en su palabra, después de todo, que tendría que perder, si Jon estaba equivocado entonces eso significaba que estaban muertos de todos modos. "No tienes ni idea, Stark, no tienes ni idea"
Ambos se miraron a sabiendas antes de estallar en estruendosas carcajadas, dejando salir la tensión de sus cuerpos, ya se preocuparían más tarde, ahora lo único que importaba era tener a su hermano, su mejor amigo y confidente a su lado una vez más y si su suposición era cierta, entonces Padre, Rickon, e incluso Lady Catelyn aún se encontraban con vida, aún estaban sanos y salvos en Winterfell, esperando por ellos.
"Te extrañé Jon" Soltó Robb tomándolo en un abrazo, ésta vez mucho más tranquilo "No sabes cuánto deseé tenerte a mi lado durante la guerra, sé que juntos todo habría salido diferente…"
Las palabras de su hermano lo conmovieron.
Oh~ cómo había querido abandonar la Guardia Nocturna apenas se enteró de la Guerra y acudir tan rápido cómo le fuera posible para apoyarlo en sus esfuerzos! Los dioses y Bran sabían que era cierto...
Pero si lo hubiera hecho, entonces jamás habría ido más allá del muro con el Lord Comandante Mormont, nunca hubiera conocido a los Hombres Libres, nunca hubiera intentado salvarles la vida trayéndolos al sur y por consecuencia cientos de miles de personas inocentes se habrían unido al ejército de los muertos al ser asesinados en Hardhome o en el Bosque Encantado.
Nunca hubiera obtenido el apoyo de uno de sus más grandes amigos y confidentes, es más, él no habría siquiera conocido a Tormund, el feroz pero sorprendentemente amable y divertido guerrero, ni a Mance, uno de sus principales modelos a seguir por su preocupación y cuidado por su pueblo, ni a… Ygritte, esa mujer de las lanzas, salvaje e independiente, ferozmente leal, la mejor arquera que había conocido, besada por el fuego, la mujer que le había mostrado como relajarse aunque sea un poco y no hundirse constantemente en sus responsabilidades y preocupaciones, su primer amor…
"Entonces Snow, ahora que estamos vivos otra vez y reunidos en nuestro hogar creo que deberías relatarme todas esas grandes historias que sé que has acumulado desde que partiste al muro" Robb le dedicó una sonrisa buscando reconectarse con su hermano y en el proceso quizás entender como demonios Jon no parecía estar tan conmocionado como lo estaba él mismo por su aparente regreso a sus cuerpos de la infancia.
"tenemos tiempo, a juzgar por la posición del sol aún tenemos un par de horas de luz disponibles"
Jon sólo encontró la situación un tanto divertida, al ver que Robb pasaba de estar desesperado por sus muertes a determinado por hacer lo mejor que podían de la situación en la que se encontraban…
Bueno no estaba de más compartir sus experiencias, sus victorias, sus fallos y derrotas y los conocimientos que poseía sobre lo que estaba por venir y planear en consecuencia lo que harían para evitar las tragedias que caerían sobre su familia y su gente.
Jon estaba seguro que entre ambos podrían lograr todo lo que se propusieran, juntos serían imparables, sin importar el obstáculo que tuvieran en frente, el Joven Lobo y el Lobo Blanco lo superarán todo!
Ned IV
Ned se sentó en silencio absorbiendo la cantidad de información que sus hijos habían liberado para ser escuchada por todo el Gran Salón de Invernalia, sin importar cuan resumida ésta fuera, ni cuan poco detallada, igual era demasiado por procesar para la mente ya inestable de Lord Eddard Stark.
Si las cosas seguían así, su cabello no tardaría en volverse tan blanco como el de los Targaryen producto del estrés…
Según sus hijos, él había dejado Winterfell para convertirse en la Mano del Rey de Robert, llevando consigo a Sansa y Arya, alejándolos a los tres de la seguridad de su hogar.
No pasó mucho tiempo antes de la muerte del Rey Baratheon, asesinado por un jabalí mientras estaba cazando en el Kingswood.
Cersei Lannister y su hijo -quien resultaba ser un bastardo nacido del incesto entre la Reina y el Asesino de Reyes- tomaron la corona y capturaron a las chicas como prisioneras y a el propio Ned lo ejecutaron por intentar revelar el secreto de la ilegitimidad de Joffrey y entregarle el trono al verdadero heredero de Robert, Lord Stannis.
Los Lannister llamaron a Robb a jurar lealtad bajo amenaza, lo que por supuesto terminó en él haciendo una llamado a las armas dando inicio a la Guerra de los cinco Reyes, donde Joffrey, Stannis y Renly Baratheon se enfrentaron por el control de los Siete Reinos y el Trono de Hierro, con Robb luchando por salvar a Sansa y Arya de las manos de los Leones del oeste y la independencia del los reinos del norte y el tridente.
Por supuesto, Baelon Greyjoy aprovechó el momento para declararse Rey de las Islas de Hierro nuevamente y atacar las costas del norte y Winterfell mientras las tropas Stark se encontraban ocupadas luchando en el Sur.
El primero de estos Gobernantes en caer fue Renly asesinado por magia oscura por parte de Stannis.
Ya a estás alturas tal revelación no lo sorprendió tanto como debería, Ned estaba seguro que dentro de poco perdería la cabeza… eh, figurativamente claro está...
De todos modos, tras casi tres años de interminables batallas y por las traiciones de sus propios abanderados, Robb y la gran mayoría de los grandes Lores del Norte y las Riverlands fueron asesinados en la boda de Lord Edmure con Roslyn Frey en los Gemelos.
Roose Bolton fue nombrado Guardián del Norte y Walder Frey Lord Paramount de Las Tierras de los Ríos por Tywin Lannister, como recompensa por entregarle todas tierras antiguamente controladas por los Tully y los Stark en bandeja de plata a la corona.
Unos años después de alguna manera Jon, había logrado liberarse de sus votos con la Guardia Nocturna -al ser asesinado y luego revivido por la sacerdotisa de Stannis-
Qué!? Era eso siquiera posible!? Regresar a la vida?
Él permitió el paso de los salvajes para salvarlos de los Otros en Hardhome.
Tomando a los guerreros de los hombres que salvó, Jon marchó con un ejército compuesto principalmente por esos salvajes y soldados de las casas Mormont, Mazin y Hornwood para enfrentarse a Ramsey Bolton quien tenía el apoyo del Smalljon Umber y Harald Karstark en la que sería conocida como la Batalla de los Bastardos.
Jon, junto con los Caballeros del Vale traídos al Norte por Sansa -que de algún modo había escapado de los Lannister- vencieron al ejército del hombre desollado retomando Winterfell, para luego proclamar a Jon como el nuevo Rey en el Norte, ésta vez añadiendo al Valle de Arryn en vez de las Riverlands, las cuales se encontraban bajo el firme control del trono de hierro.
Poco después, vino la caída del Muro y la Batalla contra los White Walkers en Winterfell dónde los ejércitos de la niña Targaryen y sus dragones ayudaron a contener a los muertos mientras Arya acababa con el Rey de la Noche, Cómo!?
No se suponía que esas bestias se habían extinto durante la Danza de Dragones?
Y qué demonios estaba haciendo Arya en medio de una peligrosa batalla donde se jugaba el destino y la supervivencia del mundo?
Como Jon había prometido el ejército norteño a la causa de la Reina Dragón a cambio de su ayuda en la Larga Noche, casi inmediatamente después de la victoria contra los muertos, los Stark nuevamente marcharon a la guerra, ésta vez contra los Lannister y el Trono de los Siete Reinos, sin embargo, Daenerys decidió quemar King's Landing hasta los cimientos en una demostración retorcida de poder, lo que obligó a Jon a romper su juramento y asesinarla…
Al final, Jon fue exiliado al muro por tal acto, quedando Bran como Rey de los Seis Reinos y Sansa como la Reina de un Norte Independiente…
Ned… Ned podía decir que sus hijos habían dejado muchas cosas sin decir, que habían omitido muchos de los horrores que vivieron, pero aún así todo eso era… increíble, no había otra palabra para ello.
Sus pequeños habían pasado por tanto dolor y tantas penurias que no sabía qué haría si en verdad supiera toda la historia y no la versión censurada y apresurada que le habían dado hace unos momentos.
Sentía que su cabeza daba vueltas, pero tenía que perdurar, tenía que estar allí para ellos, tenía que apoyarlos en estos momentos de incertidumbre, y más ahora que sabía de lo que eran capaces sus vasallos más poderosos, Ned sabía que no podía ignorar la amenaza de los Bolton, no ahora.
"Sansa…" Eddard escuchó a su esposa llamar la atención de su hija mayor.
Ella ciertamente no estaba tomando bien éstas revelaciones, se veía pálida y claramente destruida por ese destino cruel que le esperaba a su familia si no alteraban su futuro, si sus hijos y sus estandartes no hubieran regresado.
"Dime, por qué Jon fue nombrado Rey sobre el resto de ustedes? Por qué no Bran o Rickon… o Incluso tú misma?" Ella preguntó.
Ned de sintió derrotado al darse cuenta de lo mucho que Cat temía que Jon les usurpara el derecho de nacimiento a sus hermanos y eso le rompía el corazón.
Ante los ojos de su amada Catelyn, esa era una preocupación muy real, Jon y Robb eran de la misma edad y si Ned alguna vez decidiera legitimarlo era muy posible que él terminara heredando sus títulos antes que sus hermanos.
Verlo coronado junto a Robb prácticamente confirmaba sus sospechas, sus peores miedos.
Ned sabía que podía cortar de raíz esos pensamientos, y estaba tentado a hacerlo, revelarle el secreto que tanto pesaba sobre sus hombros a la mujer que amaba y con la que compartía cinco preciosos hijos y a la que le confiaba su vida.
El secreto que había estado guardando firmemente los últimos dieciséis años, con la esperanza de cumplir la promesa que le había hecho a ella en su lecho de muerte.
En serio quería explicarle todo a Cat y acabar con ello… pero, pero cada vez que decidía hacerlo su resolución flaqueaba en el último segundo, postergando la mentira y el engaño.
"Madre, fueron los Señores del Norte y el Vale los que lo coronaron y yo estuve de acuerdo, no había mejor opción para liderarnos a todos en las guerras por venir" Sansa explicó con una mirada llena de orgullo en sus ojos cuando hablaba de reinado de su hermano.
"Pero qué pasa con los chicos y tú?" Cat aún lucía conflictiva, seguía sin poder entender por qué sus vasallos elegirían a un Bastardo, a un Snow, sobre un hijo verdadero, sobre un Stark.
"Rickon estaba muerto, madre" Su pequeña niña declaró lo más suavemente que pudo, tratando de suavizar el golpe.
Ned ya se lo imaginaba, dese que su hijo menor no había sido mencionado en ningún momento de su historia pero dolía de igual manera.
"Él murió en la Batalla de los Bastardos asesinado por Ramsey Bolton y Bran se encontraba perdido más allá del Muro… Como dije, Jon era la mejor opción, él es un Stark al igual que nosotros, es tan honorable como nuestro padre y un líder nato como Robb, creo que no pudimos haber elegido un mejor gobernante, además yo tomé él título de la Dama de Winterfell, así que no te preocupes madre, el castillo seguía en manos de uno de tus hijos" Ella terminó con una pequeña sonrisa de gratitud por la preocupación y cuidado que su madre siempre exhibía por ellos.
"Yo… lo entiendo" Catelyn murmuró exhausta, Ned apenas sí pudo escucharla.
"Gracias, gracias por todo lo que hiciste por mis hijos, por recuperar nuestro hogar de las manos de nuestros enemigos, gracias por proteger a mis chicas y lo… lo siento, lamento haber-" Cat habló dirigiéndose a Jon, pero él no dejaría que ella terminara de decir sus disculpas.
"No hay nada que perdonar, Lady Stark, entiendo que sus sentimientos por mí jamás podrían ser los de una madre, dado a mi condición de bastardo y estoy agradecido de que se me permitiera crecer entre mis hermanos como un Stark verdadero... no tienes por que agradecerme, todo lo que hice fue por el bien de mi familia y el norte, y seguiré dando lo mejor de mí por ellos hasta el último de mis días"
Los ojos de su esposa se aguaron al escuchar las sinceras palabras del chico al que ignoró toda su vida, del chico sin madre que no pudo amar…
Ned no pudo evitar sentir que el orgullo se inflaba en su ser al ver lo mucho que Jon había madurado a lo largo de los años, que las experiencias traumáticas por las que había pasado lo habían formado en un hombre aún más honorable y de buen corazón.
Esto sería todo por el Capítulo de hoy, espero que les guste! No olviden dejar sus opiniones en la caja comentarios, por favor!
