¡Saludos, queridos lectores!
¡Hoy da inicio al SasuKarin Month del 2024!
Este año aún no he podido completar el calendario completo, pero espero poder conseguirlo en lo que transcurre el mes. Eso sí, la primera semana la tengo cubierta y por mis ocupaciones, no estoy segura si estaré subiendo las historias en un sólo día por semana o diario.
Sinceramente, quisiera hacerlo diario, y haré el intento de que así sea.
Para iniciar con el evento, les traigo esta nueva historia, la cual, debo admitir que no tendrá su fin dentro del mes. Esto lo comento como advertencia, ya que, aunque durante el calendario subiré varios capítulos de esta historia, una vez que termine el evento, es posible que lo ponga en pausa o sólo suba actualizaciones mensuales. Esto con el fin de darle prioridad a las demás historias que aún no concluyo. Eso sí, una vez que concluya aquellas, retomaré esta y cualquier otra historia nueva que esté abriendo en este mes.
Inicialmente no quería abrir nuevas historias porque soy consciente de lo que les debo, pero sinceramente, los temas de este año me causaban un poco de conflicto para encajarlos en las historias que ya tenía, así que decidí darme esta libertad. Eso sí, como ya tengo la mayor parte del calendario hecho, seguiré escribiendo las historias que tengo en emisión, así que aún habrá actualizaciones, aunque pocas, de esas historias.
Este año, tenemos dos calendarios, uno hecho por nuestro grupo de facebook y otro propuesto por una usuaria asiática en twiter.
Anteriormente les comenté que casi tengo completado el calendario, y para aclarar, me refiero al realizado en facebook, el cuál pueden consultar en mi página o en el grupo de facebook SasuKarin Month Noticias. Ahí mismo también encontrarán la segunda propuesta. En cuanto al segundo calendario, sólo tengo algunos temas para poder actualizar varios capítulos de las historias nuevas.
Comunicándoles que esta historia (no el capítulo), corresponden al Día 1: Almas gemelas del calendario 2 del SasuKarin Month Junio 2024, los dejo con la lectura, la cuál espero que les guste n.n
Sarada llegó a casa muy emocionada agitando un papel frente a la cara de su madre que no entendía el motivo de su emoción sino hasta que ella misma le explicó cuando pudo dominar su agitación.
—¡Me aceptaron! —exclamó con una sonrisa de oreja a oreja.
—¿Dónde? —Sakura sonreía contagiada por la emoción de su hija a pesar de no entender nada.
—¡En la universidad de Konoha!
—¡Felicidades! —Sakura exclamó orgullosa de su hija.
—¡Tomaré clase con la mejor bioquímica del país! ¡Jamás creí que podría conocer a mi ídola en persona!
—¿Ídola? No sabía que admirabas tanto a alguien —preguntó Sakura sorprendida.
—¡Por supuesto! ¡Uzumaki Karin es la mejor mujer en el área de bioquímica del país! ¡Ha hecho tantas investigaciones importantes...! —decía Sarada muy entusiasmada— Y de no ser por una acusación que estoy segura que es falsa, podría ser incluso la científica de esa rama, más importante internacionalmente.
—¿Uzumaki Karin? —preguntó Sakura incómoda.
—Si, se apellida como Naruto-san. Es curioso, ¿no? ¡Quizá sean parientes! ¡Ella también es del país del Fuego!
—Si, quizá —respondió la mayor y Sarada notó la incomodidad de su madre— ¿Es casada?
—No. ¿Por qué preguntas eso? —cuestionó la adolescente confundida y Sakura se relajó.
—Pensé que sería una conocida de tu padre.
—¡¿Papá conoce a la señorita Uzumaki?! —preguntó Sarada extasiada.
—No, no creo. Sé que conocía a una Karin en la universidad, también del país del Fuego, pero creo que se apellidaba Seidou —respondió Sakura no queriendo entrar en detalles— Si era casada, estaba la posibilidad de que fueran la misma si tomó el apellido de su marido, pero sólo se llaman igual.
—Ojalá fueran la misma, así papá podría presentármela —comentó Sarada decepcionada y su voz se oyó más apagada después— Aunque como nunca está, igual no creo que me la presentara.
—Al menos no es la misma —sonrió Sakura más como consuelo a sí misma— Y ya la conocerás en las clases.
—¡Si! —la emoción volvió a Sarada y el día continuó como cualquier otro, o eso creyeron las dos.
Sakura lavaba los trastes de la cena, cuando su celular sonó. Era muy tarde para que alguien la llamara, así que llegó a pensar que era número equivocado, por lo que no se apuró en secarse las manos antes de contestar. Sin embargo, cuando vio el nombre de su marido en la pantalla, se apresuró a responder.
—¡Sasuke-kun! ¿Cómo estás? Hacía mucho que no llamabas. Te he extrañado mucho —decía contenta— ¿Vendrás pronto? La graduación de Sarada es en menos de un mes.
—Estaré en la graduación —él le aseguró.
—Y adivina qué. ¡Sarada fue aceptada en la universidad de Konoha!
—Es una excelente noticia.
—¡Sarada se pondrá aún más feliz cuando le diga que vendrás! —exclamó la mujer comenzando a contarle a su marido sobre lo emocionada que estaba su hija y algunos de los planes académicos de la adolescente.
En tono contento, Sakura hablaba sin dejar un sólo espacio para ser interrumpida, pero cuando Sasuke lo notó, pues sabía que era intencional, no tuvo miramientos para detenerla.
—Sakura, ¿ya firmaste? —preguntó muy serio y ello fue suficiente para que la mujer quedara muda por completo— Recogeré los papeles en la graduación.
—¿No podría ser después? Le arruinaremos la graduación a Sarada —la cara de Sakura se había descompuesto y era notorio que se esforzaba por no desmoronarse— Prometiste que esperarías a que Sarada cumpliera dieciocho.
—Faltan cinco meses para su cumpleaños.
—Es tiempo suficiente para que cambies de opinión. Aún podemos arreglar las cosas, sólo dame una oportunidad y hablemos. Además, no vendrás sólo a la graduación y te irás. ¿Verdad?
—Sakura…
—Por favor, quédate en Konoha un tiempo —pidió suplicante.
—Tengo preparado un apartamento en Konoha, me quedaré un tiempo, pero será por trabajo.
—¿Un apartamento? ¡Pero puedes quedarte aquí! Además, ¿cómo le explicaremos a Sarada que estás viviendo en otra casa?
—Le diremos la verdad.
—Pero…
—Las veré en la graduación.
Sasuke colgó y miró por la ventana después de apagar el celular y dejarlo en el mueble más cercano. A pesar del tiempo, en una primera mirada Konoha parecía igual que hacía diecinueve años, pero entre más veía las calles, más notaba los cambios y más ajeno se sentía al lugar.
No. Él dejó de pertenecer a esa ciudad desde el momento en que se sintió más cómodo en el Sonido y lo supo cuando fue obligado a volver a Konoha y comenzó a extrañar su vida en esa otra ciudad. Pero el pasado era pasado y no importaba cuánto deseara volver a ese lugar, porque aunque lo hiciera, no sería igual que en los viejos tiempos.
Sasuke había llegado a Konoha una semana atrás, pero se había abstenido de llamar a su, aún esposa, porque sabía que ella no dejaría de insistir en que fuera a la casa para pasar el tiempo con ellas que el trabajo le permitiera estar en Konoha. Sin embargo, él no podía sólo ir como si nada pasara y fingir que no había sido obligado a desmoronar su felicidad. Ya lo había intentado hace años, pero entre más pasaba el tiempo, menos quería intentarlo.
Además, la fecha en el calendario tampoco ayudaba demasiado y quizá era el motivo más grande para no llegar a la casa de Sakura aún cuando su motivación más grande para ir era su hija.
Cerró los ojos pensativo, no quería sumergirse en el pasado, pero le era imposible olvidar que justo después de esa fecha venía otra que le dolía tanto como esa y lo peor de todo, era que caía justamente en la fecha en que su hija se graduaba.
Transcurrida el tiempo, Sasuke se presentó en la ceremonia de graduación llegando tarde a propósito. Quería evitar encontrarse con Sakura a solas hasta que terminara la celebración de su hija, así que pudo sentarse en la fila de hasta atrás durante la ceremonia y pudo oír el discurso que, como la mejor de su generación, daría Sarada.
—...¡Gracias, profesores! ¡Gracias, padres y madres! ¡Gracias, compañeros! —Sarada cerraba el discurso y mientras los estudiantes arrojaban los birretes, los familiares y profesores, orgullosos, aplaudían y vitoreaban a los jóvenes.
Sakura se acercó a su hija dispuesta a seguir tomando fotos con su celular, especialmente buscando la forma de distraer a su hija de la ausencia de su padre, pues ella ya le había dicho que él había prometido ir y no se veía por ningún lado, pero Sarada no se dejó desviar.
—Mamá, no tienes que distraerme de papá.
—Está en Konoha por trabajo, quizá lo retuvieron. Sólo no quería que te sintieras triste en un día tan importante.
—No, en serio, madre. Papá está allí —señaló la adolescente a Sasuke que se acercaba sin premuras al par de mujeres.
—Fue un gran discurso —se oyó la voz del azabache y Sakura volteó en esa dirección sorprendiéndose.
—Viniste —Sarada quiso ocultar su emoción, pues si bien de unos años a ese día su padre cumplía sin falta cada que le prometía que la vería, el temor que le quedó de niña de ser decepcionada siempre le dejaba la duda.
—¡Sasuke-kun! ¿Acabas de llegar? —preguntó Sakura contenta de ver a su marido.
—No.
—Ya estaba en el público cuando subí a dar el discurso —comentó Sarada.
—Felicidades —Sasuke ofreció una pequeña caja de regalo a su hija.
—No quiero que me compres con regalos —bufó Sarada, pues ya estaba bastante grandecita para darse cuenta que esos regalos que Sasuke le daba, eran una recompensa material de su ausencia.
—No digas eso, Sarada. Tu padre debió elegir algo bonito para ti —habló Sakura— Es un día especial, es normal que te trajera un obsequio, yo también tengo uno.
—Sea lo que sea, no lo quiero —aseguró Sarada refiriéndose al obsequio de su padre— Prefiero que se quede a cenar en casa.
—No necesitas pedir eso, él lo hará, así que acepta el regalo —Sakura insistió para luego mirar al hombre que no había dicho nada— ¿Verdad que sí, Sasuke-kun? Pasarás la noche con nosotras ¿No?
—Me quedaré hasta que te duermas.
—¡Ya no soy una niña a la que haya que velar el sueño! —bufó molesta, pero antes de que pudiera seguir reclamando, una joven de quince años llegó.
—¡Sarada-san! ¡Ven a tomarte una foto con mi hermano! —se acercó a la chica queriendo llevársela, pero enseguida notó la presencia de los padres de su amiga— Sakura-san, Sasuke-san, buenas tardes.
—Hola Himawari-chan —saludó la mujer para luego dirigirse a su hija— Ve a tomarte la foto con Boruto-kun, tu padre y yo te esperaremos —Sakura sonrió y Sarada se fue en compañía de la joven.
—¡Qué afortunada eres! ¡Tu padre si pudo venir a la graduación! —fue lo último que se oyó de Himawari cuando se alejaba junto a Sarada.
—Te reservé un asiento para el discurso de Sarada, si me hubieses avisado que llegaste…
—¿Ya has firmado?
—Yo… ¿No podemos dejar esto para otro día? Es la graduación de Sarada y sería bueno que pasaras la noche en casa. La haría muy feliz.
—Mañana le explicaré todo a Sarada.
—Prometiste que…
—Faltan cuatro meses para su cumpleaños. Ella lo entenderá.
—Sasuke-kun, por favor. Pasa la noche con nosotras, al menos para que ella pueda tener un último recuerdo de todos como familia —suplicó Sakura.
—No lo pides por ella —Sasuke declaró a modo de hacerle ver a la mujer que no servía de nada retrasar lo inevitable.
—Al menos… ¿Podrías evitar mencionar el divorcio? Acepto que le digas que estamos separados, pero sobre el divorcio, me gustaría decírselo hasta después de que entre a la universidad —suplicaba Sakura tratando, sin éxito, de retener las lágrimas. Afortunadamente para ella, no era la única que lloraba, aunque los motivos no eran los mismos— Temo que la noticia podría afectarle y sería mejor que disfrute de sus vacaciones, está muy emocionada con ellas y también quisiera que se adapte a la universidad antes de darle la noticia.
—Sakura…
—Por favor. Sé que no me crees, pero a ella le afecta el tema aunque sea mayor.
Sasuke miró a la mujer con desconfianza luego dio una mirada a su hija a lo lejos y finalmente observó la caja de regalo que esta última rechazó.
—No aplazaré esto más tiempo. Después de su celebración de cumpleaños le diremos del divorcio.
—S...sí.
Tras aquella plática, Sakura intentó reponerse para no llamar la atención de su hija, así que actuó con Sasuke como normalmente lo haría, especialmente porque ese día, él se quedó en convivencia con Sarada, y la mujer intentaba fingir que seguían siendo una familia. Así que tampoco se mencionó la separación.
Durante ese tiempo, Sarada trataba de disimular el hecho de que estaba contenta que su padre estuviera presente y disfrutó bastante de tener a sus padres juntos, pero llegada la noche, cuando ella decidió irse a dormir temprano para darles espacio, esperando que lo dicho por su padre sobre sólo estar hasta que ella se fuera a dormir no se cumpliera, Sasuke se fue sin más.
Uchiha habría hecho un esfuerzo por su hija de pasar la noche cualquier otro día, pero de antemano sabía que Sakura seguiría intentando convencerlo de mantener en pie el matrimonio, aún si por la tarde había aceptado que la fecha apra hablarle a Sarada del tema estaba cerca y era algo con lo que no quería lidiar en esa fecha.
Eran las diez de la noche cuando Sasuke llegó a su apartamento y lo primero que hizo fue servirse una copa de whisky que se bebió de un trago.
No era que no estuviera feliz por Sarada que se graduaba con honores, la quería, pero era justo esa fecha una de las que más lo afectaban y podría decirse que la graduación de la chica se sentía como sal en la herida, pues aún cuando cada año el dolor era horrible, ese día en particular era indescriptible.
Tomó otro trago de alcohol antes de dejarse caer en la enorme silla de su despacho y notó en el suelo, junto al bote de basura, una tarjeta publicitaria. Seguramente no cayó dentro del bote cuando él intentó deshacerse de ella y probablemente en otro momento la habría ignorado, pero en ese día que se sentía tan dolido y solitario, le pasó por la mente llamar.
Jamás había recurrido a aquellos servicios, ni antes, ni después de que la ciudad hizo reformas en las leyes dónde la prostitución se volvió legal y era estrictamente regulada, pero la idea le cruzó por la cabeza al sentirse más vacío que nunca y a sabiendas que, sin importar cuánto lo deseara, los errores del pasado no iban a ser borrados.
Ignoró la publicidad sacudiendo la cabeza. No sabía por qué siquiera lo consideró. Sin embargo, a los cinco minutos de haberse negado, ya estaba llamando dando los requisitos que quería para quien lo atendiera y las especificaciones del servicio. Para cuando colgó, volvió a sentirse arrepentido, pero no se animó a cancelarlo.
—No abriré —se dijo a sí mismo y se quitó la corbata que le había estado molestando desde hacía rato.
En menos de media hora, Sasuke ya había olvidado que había llamado al "servicio de citas especiales" como llamaban al negocio, y se encontraba leyendo documentos tratando de olvidar su dolor hundido en el trabajo y en el whisky, cuando llamaron a la puerta.
Dado su olvido, Sasuke fue a abrir la puerta, creyendo que vería a alguien del trabajo por alguna emergencia financiera, pues nadie más que su secretaria y su asistente sabían que vivía ahí, empero, al abrir la puerta se encontró con la mujer que había solicitado de la agencia y para sorpresa de él y la fémina, se conocían.
—¡Mierda! ¿Es una broma? —exclamó la mujer.
¿Sasuke conseguirá que Sakura firme el divorcio? ¿Qué hace Karin trabajando en ese sitio? ¿Qué hará Sasuke ahora que se ha reencontrado con la persona que quería ver? ¿Qué hará Karin al reencontrarse con su exnovio de la universidad solicitando tal servicio? ¿Sakura sabe algo sobre el pasado de Sasuke? ¿Sakura se enterará del reencuentro? ¿Qué otras preguntas les han nacido al leer la historia? ¿Les ha gustado?
Me encantará leer sus dudas, teorías y respuestas en los comentarios n.n
Teniendo en cuenta que manejaré dos calendarios, aún si no completaré el segundo, puedo asegurarles que tengo más de treinta capítulos SasuKarin, los cuales, espero disfruten mucho este mes. Sin embargo, este año también contribuiré con algunas imágenes, pues he comprado algunas comisiones. En algunas plataformas no se podrán visualizar, como en fanfiction, pero muchas de las imágenes podrán verlas en mi página de facebook, el grupo de facebook SasuKarin Month Noticias, y aquellas comisiones 18+, buscaré el lugar adecuado para poderlas compartir.
Sin más por el momento, me despido n.n
¡Hasta la próxima actualización!
