N/A: Un poquito de trauma, un poquito de cosas bonitos, disfruten.

Capítulo 30

Annie y Mikasa eran las que usualmente estaban despiertas antes que las demás, era algo que a nadie le sorprendió debido a la disciplina de ambas mujeres. Christa e Ymir fruncieron el ceño al darse cuenta de que las chicas no estaban despiertas.

—Supongo que están más cansadas de lo que esperábamos. —Dijo Christa encogiéndose de hombros, Ymir simplemente siguió a la rubia. Ambas se aseguraron de que Akane estuviera bien, la pequeña seguía dormida.

Alma por su parte se encontraba en la sala empacando todo lo que iban a necesitar para el picnic, sabía que Christa probablemente iba a cocinar algo o todas iban a esperar para ver qué era lo que Lisa le tenía preparado para ese día.

—Buenos días. —Murmuró Ymir al ver a la pequeña en la sala.

—Buenos días. —Dijo Alma tratando de no reírse al ver la cara de cansancio de Ymir. No era tonta, podía ver como las cuatro mujeres estaban cansadas pero no querian estar encerradas por mucho tiempo, todas querian sentirse en control de todo y pasar tiempo con los demás en un lugar tranquilo les hacía sentir de esa manera.

Annie trató de moverse pero se dio cuenta de que no podía, parpadeo un par de veces tratando de despertarse. La rubia se sentía tan cómoda en ese momento, era algo que solo había sentido al estar al lado de Mikasa. Todo eso era algo a lo que aún tenía que acostumbrarse, Hange le había dicho que era normal ya que nunca había tenido un lugar seguro o una persona con la que se sintiera segura.

Dejó salir un suspiro al darse cuenta que Mikasa estaba sobre ella, frunció un poco el ceño al darse cuenta de que seguían dormidas cuando podía escuchar a Christa e Ymir en la cocina y no dudaba que Akane y Alma estuvieran con ellas. Sintió que Mikasa se movía con lentitud, sabía que la pelinegra estaba por despertar.

Annie se quedó quieta, simplemente observando con detenimiento a la pelinegra, trato de no sonreír al darse cuenta de que no era la única que se sentía segura ante la presencia de la otra.

—Buenos días. —Murmuró Mikasa al darse cuenta que Annie ya estaba despierta. —Si fuera otra persona diría que eres una pervertida al verme dormir.

Annie no pudo evitar reírse ante eso. —Si fuera otra persona probablemente lo fuera.

Mikasa dejó salir un suspiro, segundos después dirigió su mirada hacía Annie. —¿Somos las últimas en despertar? —Pregunto la pelinegra con el ceño fruncido.

—Lo somos. —Dijo Annie mientras se relajaba aún más. —¿Quieres hablar sobre lo que pasó con tu conversación con Eren? —Pregunto la rubia.

Mikasa dejó salir un suspiro. —Se enojó como esperábamos, empezó a decir que ustedes nos daban información cuando le convenía.

Annie dejó salir un suspiro ante eso, no esperaba que Eren entendiera que era lo que había pasado porque claramente él no recordaba bien lo que había pasado.

—Discutimos un poco pero al final creo que entendió todo o eso espero. —Dijo Mikasa en tono suave. —El y Armin saben que no dejaré que las culpen por algo que ustedes no tienen control.

Annie apretó sus brazos alrededor de Mikasa, agradeciéndole todo lo que había hecho. Annie más que nadie sabía lo importante que eran Eren y Armin para Mikasa y el que ella la estuviera defendiendo de ellos eran algo grande.

—Tenemos que levantarnos. —Dijo Mikasa sin siquiera hacer un gesto para levantarse.

—Lo se. —Murmuró Annie pero simplemente cerró los ojos por un momento, disfrutando de la paz y tranquilidad que tenían en ese momento.

Sasha solo podía negar con la cabeza al ver a su madre moverse de un lado a otro, limpiando, moviendo cosas que ya había movido. No iba a negar que ver a su madre de esa manera llegaba a ser entretenido.

—Mama, deberías de sentarte por un momento. —Dijo Sasha atrayendo la atención de Lisa.

—Que tal si vienen y nada está limpio. —Dijo Lisa. —Akane y Alma no pueden estar en un lugar sucio, desordenado y también van a necesitar comida.

Sasha sonrió ante eso, su mamá se había encariñado con esas niñas y ahora no podía evitar pensar que en cualquier momento una de las chicas iba a traer a las pequeñas y que todo tenía que estar listo.

—Todo está listo, todo está limpio y en cuanto a la comida no sería mejor esperar y preguntarles qué es lo que quieren. —Dijo Sasha esperando a que su madre se relajara un poco.

Lisa dejó salir un suspiro ante eso. —Supongo que solo podemos esperar.

Sasha asintió y extendió sus brazos, Lisa no dudó en sentarse al lado de su hija y darle un abrazo. Eran momentos como ese que simplemente podía disfrutar de que su pequeña estaba sana y salva, que esta volvía a casa, quizás no con la inocencia que solía tener pero volvía y la veía sonreír a pesar de todo lo que veía fuera de las murallas.

—Te amo. —Dijo Lisa dándole un beso en la frente a su hija. —Estoy orgullosa de ti y de todo lo que has logrado. Entre tanto dolor y terror, has logrado rodearte de personas que te quieren y cuidan y te hacen reir.

—Ellos son mi familia. —Dijo Sasha en tono suave, dejó salir un suspiro porque su madre tenía razón, su madre siempre tenía razón.

Annie y Mikasa salieron de su habitación para encontrarse con Christa e Ymir cocinando, Alma cuidando de Akane, todas parecían estar en sus pensamientos. Se quedaron observando por unos minutos. Christa e Ymir se movían de un lado a otro con facilidad pero podían ver que Ymir ponía su mano en la espalda de Christa para pasar a pesar de que tenía todo el espacio del mundo, tal acción provocaba que Christa le diera una sonrisa a la morena.

—¿Se van a quedar ahí viéndonos todo el día o van a desayunar? —Pregunto Ymir con una ceja enarcada.

Mikasa solo rodo los ojos y se dirigió hacía donde estaban las niñas, Akane al ver a la pelinegra dejó salir un grito de alegría provocando que todas sonrieran.

—Buenos días. —Dijo Mikasa mientras se ponía de cuclilla frente a la pequeña y extendía su brazos, Akane no dudo en ponerse de pie y saltar en los brazos de Mikasa sabía que esta siempre la iba a atrapar. —Tienes mucha energía. —Murmuró Mikasa antes de darle un beso a la pequeña en la mejilla.

—¿Cuál es el plan? —Pregunto Annie al ver las mochilas cerca de la puerta, sabia que habian hablado de un picnic pero eso no quería decir que las chicas no hubieran cambiado de opinión.

—Picnic con Lisa y Sasha. —Dijo Christa. —Supongo que invitaremos a los demás.

Ante eso Annie e Ymir se miraron entre ellas y asintieron. —Ymir puede ir con Hange y dejarle saber que iremos a la casa de Lisa. —Dijo Annie mientras ayudaba a Christa a servir el desayuno.

—¿Por qué? —Dijo Ymir con el ceño fruncido.

Annie solo se encogió de hombro mientras que Ymir seguía con el ceño fruncido al verse elegida. Ymir no había dejado de mirar a Annie porque aun no entendía por qué la rubia la había escogido a ella y nadie se había quejado.

—Tienes que hablar con Hange. —Dijo Annie con seriedad.

—¿Sobre qué? —Pregunto Ymir aun mas confundida.

—Sobre todo lo que hablamos, tú más que nadie ha sido más afectada. —Dijo Annie mientras aseguraba que Akane estuviera segura en su silla. —Tuvimos que revivir un momento traumático.

—Detesto cuando tienes razón. —Dijo Ymir arrugando la nariz. Christa miró a Ymir con preocupación, sabía que todo lo que habian hablado había afectado a la morena pero esta no había querido hablar después de eso.

Christa y Mikasa negaron con la cabeza mientras Alma solo rodo los ojos al ver que esas mujeres siempre intentarian hacerse las fuertes, las que nada podía tocarlas. Alma sabía que ellas hacían todo eso para que nadie la viera como unas personas débiles a pesar de que era casi imposible, ellas eran las mujeres más fuertes que había conocido.

…..

Hange frunció el ceño al escuchar a alguien tocar su puerta, si era sincera no esperaba visitas después de todo lo que había pasado. Se sorprendió al ver a Ymir frente a ella.

—Hola. —Dijo Hange con un tono curioso. —¿Qué te trae por aquí?

—Tendremos un picnic en la casa de Lisa. —Dijo Ymir encogiéndose de hombros. —Vine a invitarte.

Hange se quedó observando a Ymir con detenimiento. —Pasa. —Dijo Hange abriendo la puerta y moviéndose a un lado para que la morena entrara. Ymir frunció un poco el ceño pero sin decir nada entró en la casa de Hange. —Ahora, dime qué es lo que en realidad te trae aquí.

—Oh ya sabes, lo usual. —Dijo Ymir dejándose caer en el sofá. —Trauma, emociones reprimidas y más trauma del que nunca seremos capaces de escapar o dejar en el pasado.

Hange se sentó al lado de Ymir con cuidado de no tocarla, ella sabía que cuando Ymir o Annie iban a hablar de algo que les afectaba mucho evadian el contacto físico y ella respetaba eso de ellas.

—Fueron cerca de 60 años merodeando fuera de las murallas. Era como tener una pesadilla que no tenía fin, ver pero no poder hacer nada al respecto. No tener control de nada.

—¿Tienes miedo de perder el poco control que tienes en este momento? —Pregunto Hange.

—No. —Dijo Ymir con sinceridad. —Supongo que no quiero que las demás pierdan el control que tienen en este momento. A diferencia de Annie, ella tenía poco control de lo que hacía porque siempre estaba recibiendo ordenes pero sabia cuando detenerse, sabia que podía dormir, descansar y todo eso.

—Tu no tuviste ese control por mucho tiempo. —Dijo Hange. —Es comprensible que no quieras que ellas pasen por todo lo que tu pasaste pero no puedes dejar que el pasado dicte cómo te enfrentas al presente.

—¡Lo sé, pero no se porque me afecta tanto al hablar de eso cuando he tenido años para procesarlo! —Dijo Ymir levantándose de golpe del sofá y empezando a caminar de un lado a otro. —¡Todo este tiempo pensé que podía manejarlo, que podía hablar sobre ello sin sentirme débil!

—El sanar no es un proceso lineal, siempre vas a tener momentos en los que algunas cosas te afectaran.

—¿Por qué? —Pregunto Ymir tratando de aguantarse las ganas de llorar.

—Porque a pesar de que podemos hablar de ciertas cosas siempre nos afectarán, puede que sea algo pequeño o puede que tengamos una reacción más grande de la que esperábamos.

—¿Qué puedo hacer?

—Simplemente dejar que tu familia esté para ti. —Dijo Hange. —Ya no estas sola, ahora tienes a personas de tu lado. Tienes a Christa que siempre va a estar para ti si se lo permites, tú la adoras y ella te adora.

—Lo que quieres decir es que debería decirle a Christa todo, no simplemente los detalles de lo que pasó sino también decirle cómo me sentía y me siento. —Dijo la morena dejando salir un suspiro y sentándose al lado de Hange.

—Exactamente. —Dijo Hange con una pequeña sonrisa. —No tienes que decirle todo de golpe, puedes ir compartiendo pequeños momentos y dejar que ella esté ahí para ti. Annie y Mikasa entienden mucho sobre lo que pasaste como al igual que tu, ellas han escondido sus emociones por mucho tiempo. Tienes que confiar en Christa.

—Confío en ella. —Dijo Ymir rápidamente, un poco ofendida de que Hange pensara que ella no confiaba en Christa.

—Sé que confías en ella. —Dijo Hange. —Lo que quiero decir es que tienes que confiar en que ella es tu persona, tu lugar seguro, que cuando no te sientas bien puedes ir con ella y simplemente disfrutar de la paz que su compañía te trae.

—Creo que lo entiendo.

—Paso a paso, Ymir. No te apresures a hacer algo de lo que no estas segura. —Dijo Hange. —Ahora vamos, supongo que los demás nos están esperando.

Ymir asintió y se levantó siguiendo a Hange hacía la salida. La sub-comandante sonrió al ver lo calmada que Ymir estaba después de hablar con ella. Adora a esas chicas pero sus maneras de lidiar con sus emociones a veces la confundian.

—¿Cuando hablaras con Hange? —Pregunto Mikasa atrayendo la atención de Annie.

—¿A qué te refieres? —Pregunto la rubia con un gesto de confusión.

—Hiciste que Ymir fuera por Hange y que hablara con ella, pero tú no lo has hecho. —Dijo Mikasa enarcando una ceja. —Y al igual que ella no has hablado con nadie sobre cómo te sientes. No voy a obligarte a hablar de ello, pero tienes que hablar con Hange antes de que todo esto se vuelva más difícil.

Annie arrugó la nariz ante eso. —Lo haré pronto. —Murmuró la rubia antes de dirigir su mirada hacía otro lado.

….

Sasha miró por la ventana y sonrió al ver a Mikasa, Annie, Christa, Alma y Akane acercarse a paso lento. —Mamá, tenemos visitas. —Dijo Sasha provocando que su madre saltara del sofá y abriera la puerta de golpe.

Annie y Mikasa negaron con la cabeza al ver la emoción con la que Lisa las estaba esperando, Christa por su parte le dio una enorme sonrisa a la mujer. Todas se saludaron, Lisa no podía dejar de sonreír mientras hablaba con sus chicas y las demás se habian percatado de eso .

Annie se hizo a un lado, simplemente quería verlas, todas sonreían y reían ante las locuras de Sasha. Su mirada se posó en Mikasa, la pelinegra tenía una pequeña sonrisa en el rostro mientras sostenía a Akane en sus brazos, la pequeña parecía estar en completa serenidad a pesar del ruido que había a su alrededor. En momentos como ese no podía dejar de preguntarse qué pasaría si alguien de su familia saliera lastimada, ¿Cual seria su reacción? ¿Se quedaría en shock? ¿Destruiría a la persona que las lastimó? ¿Destruiría todo por ellas? Se sorprendió ante su último pensamiento porque si era completamente sincera, el día que alguien lastimara a un miembro de su familia ella no iba a dudar de destruir todo a su paso.

Mikasa se había quedado observando como Annie se perdía en sus pensamientos, para todos era difícil entender a la rubia pero para ella se había convertido en algo fácil, quizás por todo el tiempo que pasaban juntas, quizás por toda la confianza que se tenían, quizás por todos esos sentimientos que ambas despertaran en la otra. Habian muchos "quizás" pero nada de eso importaba porque al final del día estaban juntas.

Ymir y Hange llegaron a la casa de Lisa y Sasha siendo seguidas por Connie, Jean, Levi para sorpresa de muchos, Pieck y junto a ella venían Falco y Gaby. Mikasa enarco una ceja al ver a esos niños y dirigió su mirada hacía Annie quien solo se encogió de hombros. Ambas aún desconfiaban de esos dos pero por el momento no podían hacer o decir nada para no delatar los planes de Pieck.

Annie se acerco a Mikasa. —Por el momento será bueno que seamos cordiales. —Susurro Annie mientras observaba como Alma se acercaba a Falco y Gaby y los saludaba. La mujer titán se dio cuenta que a pesar de la sonrisa en el rostro de Alma y el saludo, la pequeña desconfiaba de ellos y era muy buena escondiendo sus emociones al punto que nadie se había percatado.

—Ella es buena. —Dijo Mikasa. —Esconde muy bien su desconfianza. —Agrego en tono suave. Annie sonrió ante eso porque sabía que Mikasa siempre se daría cuenta de todo.

—¿Dónde está Akane? —Pregunto Annie al darse cuenta de que la pequeña ya no estaba en los brazos de Mikasa.

—Levi. —Dijo Mikasa negando con la cabeza. Annie busco a Levi con la mirada y encontró al capitán cerca de la ventana con Akane en sus brazos. Akane por su parte tenía sus manos en el rostro del pelinegro tratando de hacerlo sonreír.

Como era de esperarse, Lisa había puesto a todos a trabajar. Hange por su parte amaba ver como todos seguían sorprendiendo ante los órdenes de Lisa porque hasta Levi estaba siguiendo las órdenes de la mujer, todos podían ver la cara de confusión en el capitán. Lisa solo se encogió de hombros y siguió moviéndose de un lado a otro.

Annie y Mikasa simplemente habian tomado dos arcos y se habian ido de cacería, Alma por su parte se había quedado junto a Pieck, Gaby y Falco mientras le preguntaba a Pieck su opinión sobre las nuevas renovaciones que tenía planeado hacerle a los equipos tridimensionales. Hange solo observaba a Pieck y Alma interactuar, ella sabía lo diferente que eran las cosas para la mujer.

…..

—¿Qué tal una pequeña competencia? —Dijo Annie.

—Te escucho.

—Quien obtenga la presa más grande gana. —Dijo la rubia con interés.

—¿Algo mas? —Pregunto Mikasa con curiosidad.

—La perdedora hará lo que la ganadora quiera.

Mikasa encaró una ceja y estiró su mano aceptando el reto. Ambas sabían que iban a ser una competencia muy interesante pero tenían un incentivo y ninguna se iba a dar por vencida.