-Tienes que estar bromeando- Nico soltó un suspiro ante la incrédula voz de su mejor amiga, ambas estaban en el poco acogedor apartamento que la menor rentaba, sentadas en la pequeña mesa para dos que había en una esquina de aquella habitación.
-No es ninguna broma Nozomi, una artista rica y desahuciada va a pagarme por enamorar a su mujer- Nico terminaba de un último sorbo su taza de café y buscaba entre su suéter de rayas un papel que tan pronto encontró, se lo dio a su amiga y le permitió mirar. -Me pagó por adelantado este mes-
Nozomi miró la cantidad de dinero que indicaba el cheque y se sobresalto en manera, soltando un pequeño grito de sorpresa.
-¡Esto es el doble de lo que ganas en ese feo lugar!- exclamo aun sorprendida, la menor por su parte tomo de vuelta su cheque y volvió a guardarlo.
-Es el triple realmente, planeo liquidar mis rentas atrasadas y si todo va bien, me largare de esta pocilga- dijo sin más.
Nozomi conocía a Nico desde la secundaria, ambas eran muy cercanas, al grado de que muchas personas confundieron su relación... eso le causó mucho dolor a Nico y a alguien más... desde ese día, la mayor no se había vuelto a enamorar. Asechada por la culpa, Nozomi intento conseguir que su mejor amiga pudiera conocer a alguien, intentando presentarle amigos y amigas por igual, pero la pelinegra siempre rechazó cada propuesta. Le sorprendía que la menor accediera a hacer tal cosa con una desconocida.
- Y ¿Ya conoces a la susodicha? Digo, si vas a enamorarla mínimo debe gustarte un poco- saco aquel comentario a flote, a lo que Nico simplemente se encogió de hombros.
-Eli no me dijo absolutamente nada, simplemente dijo que enviaría un mensaje para que me reúna con ella en algún lugar y pueda presentarme a su esposa e hija- contesto sin mucho interés la menor. - ¿Supongo que primero hablará con su esposa? No tengo ni la menor idea de que tiene planeado realmente. Supongo que me mantendré al margen, además prometió darme la mitad de sus bienes si lograba gustarle a su mujer ¿Puedes creerlo? - la de ojos carmín soltó una risa burlona e incrédula, a lo que Nozomi no podía sentirse más incrédula.
-Diablos pues... si no la enamoras tú, me siento tentada a hacerlo yo- bromeo con el tema la más alta, causando que su mejor amiga también soltara una pequeña risita.
-Boba, tu eres una sentimental... claro que no harías algo así- Nico respondió dándole un ligero empujón a su amiga. -Solo espero que esto no se complique demasiado- finalizo, levantándose por un poco más de café.
Nozomi miraba a la chica de espaldas. Se preguntó muchas cosas en ese momento, como es que algo así de singular le ocurría precisamente a Nico. La pelinegra había tenido una vida un poco desafortunada en algunos sentidos. Sus padres, al enterarse de las preferencias de la chica, la dejaron a su suerte, la misma Nozomi junto a sus padres se encargaron de ayudar a la joven para poder terminar su escuela media superior, sin embargo, le fue técnicamente imposible poder trabajar y estudiar una universidad, por lo que Nico se vio forzada a dejarlo tan solo un año después de comenzar. Claro, no era posible conseguir un buen empleo si no tenía una carrera universitaria, por lo que terminó en BiBi como dama de compañía. Nozomi se sintió preocupada al principio, pues sonaba a un empleo algo riesgoso, con enfermos y pervertidos por aquí y por allá, pero una vez conociendo a aquella chica, Minami Kotori y su fuerte política que protegía a sus chicas, se sintió más tranquila.
Su economía tampoco era muy buena, pues aquel trabajo si bien, Nico podía mantenerse de el, no era suficiente para que la chica pudiera tener una mejor vida. El departamento que rentaba Nico no era de lo mejor, era sumamente pequeño y las personas que habitaban a los alrededores podían ser algo peligrosas.
Nico, aun así, era una persona llena de energía, alegre y muy carismática que se podía ganar el cariño de las personas fácilmente, pero había una única cosa que jamás pudo sobrellevar... un corazón roto. Un corazón que, encapsulado por el temor y la melancolía de los recuerdos, se había negado rotundamente a volver a sentir por alguien más.
Nozomi sabía lo descabellado que era aquella propuesta que le hicieron a su mejor amiga, pero una pequeña parte de ella, deseaba que aquello fuera para bien, si tan solo quizá...
-¡Hey! Nicocchi... ¿y si esa mujer... es de tu agrado?- hizo una pregunta peligrosa, notando como su amiga se tensó.
-Creo que no te ha quedado claro que hago esto por el dinero y porque esa chica de verdad estaba desesperada. Aquí no hay romance, al menos no de mi parte, no real- dijo de inmediato, evitando la mirada de su amiga.
Seguía sintiéndose culpable, aunque evidentemente no fue su culpa... no podía dejar de pensar en aquella chica de la que Nico se había enamorado tiempo atrás y así mismo se había alejado de ella por un mal entendido que la relacionaba. Nuevamente suspiró.
-Dame algo más de café, anda- cambió totalmente de tema y le dedico una cálida sonrisa a su amiga, quien más tranquila, le devolvió el gesto, Sonriendo con amabilidad.
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Eli pensaba constantemente como es que haría que Nico se topara con Maki. Era obvio que no podría decirle ni una sola palabra a la pelirroja respecto a su plan y que una "dama de compañía" pagada por ella misma, iba a tener la misión de enamorarla. Era seguro que Maki la mataría antes que esa enfermedad.
Fue más difícil de lo que imaginaba realmente. Eso la llevo a recordar cómo es que se había acercado a Maki, tan joven y hermosa... recordaba a esa chica de mirada violeta y cabizbaja de la facultad de derecho, una novata al igual que ella.
En aquel entonces, se sintió terriblemente avergonzada por las primeras palabras que le dijo a la chica, pero actualmente, ambas se reían de como sucedió...
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Era la clase de inglés, algunos alumnos de diferentes carreras se juntaban en una clase como esa para llenar los cupos. Eli era una de las chicas que no solía hacer aquello, pero dada la falta de cupos en su propio grupo, decidió probar suerte con uno mixto. Ese día durante el inicio de su segundo semestre, el profesor iba retrasado por algunos minutos, cosa que los alumnos aprovecharon para hacer de aquel salón un caos total.
Ella decidió permanecer en su lugar, revisando su teléfono celular un rato en lo que el profesor hacía presencia, pero para su mala suerte, un inmaduro sujeto había comenzado a arrojarle pequeñas bolitas de papel. En primera instancia decidió ignorarlo, pero fue el hostigamiento tan constante que estaba por colmarla.
-Pensé que estaba con universitarios... personas maduras...- pensó en ese momento al sentir una bolita más golpear su cabello rubio y un par de risas masculinas a sus espaldas. - Vuelve a tocarme y te haré llorar...- gruño por lo bajo.
Sumergida en el sonido de sus audífonos y en la colera que poco a poco disminuía, sintió un nuevo toque en su espalda, cosa que definitivamente no iba a tolerar más, por lo que se giró evidentemente enfadada y gritó a la persona a sus espaldas un fuerte y mal hablado:
-¡Con una mierda, déjame en paz, idiota!-
El salón completo guardo silencio, cosa que ayudo a Eli a reaccionar y mirar llena de sorpresa a la persona que había tocado su hombro.
Era una joven de cabello rojo y al nivel de los hombros. Su expresión era entre sorprendida y asustada. Simplemente la joven se quedó sin palabra en la boca y poco a poco se inclinó hacia atrás, en un intento de alejarse lo más posible de Eli.
-Lo siento mucho... solo quería preguntarte por un lápiz- la joven a sus espaldas volvió su vista a su cuaderno.
Se sintió increíblemente culpable, más cuando noto que los culpables de aquellas bolitas de papel estaban dos asientos más atrás y en la fila de al lado, riendo por lo bajo. Soltando un suspiro, y aun indecisa de realizar aquella acción o no, llamó a la joven del asiento de atrás.
-Yo... lo siento, el insulto no era para ti- hablo a la joven peliroja quien le dedico una mirada algo tímida e indecisa. -Estúpidos inmaduros...- mientras decía aquello último, les dedico una mirada inquisidora a los tres sujetos culpables del malentendido y estos solo desviaron la mirada, fingiendo hacer caso omiso al insulto.
La joven peleiroja entonces comprendió lo sucedido, ya que miró de reojo a los sujetos a sus espaldas y soltó una pequeña risa, mirando la arrepentida expresión de Eli.
-La verdad... creo que ha sido muy gracioso. Casi les arrancas la cabeza- comentó mientras le dedicaba una sonrisa a la rusa.
No supo cómo es que ambas comenzaron una plática muy amena a raíz de eso, pero lo que si recuerda, y que nunca olvidaría en lo que le quedaba de vida, era esa dulce y resplandeciente sonrisa en aquel rostro, mientras con tan cantarina y cálida voz pronunciaba:
-Por cierto... mi nombre es Maki-
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El rostro de Eli permanecía con una sonrisa melancólica, recordar ese momento siempre la llenaba por dentro. Si bien no había sido el mejor comienzo, fue meramente genuino y orgánico, tanto así que no lo cambiaría por nada en el mundo. No si se trataba de Maki, porque Maki era su mundo.
-Un encuentro casual y genuino... ¡Eso es!- se le ocurrió una forma de hacer que Nico tuviera un primer acercamiento con Maki.
Rápidamente sacó su teléfono y envió un mensaje al número de la menor:
Eli:
Reúnete conmigo mañana a las 2:00 pm en la ubicación que te enviaré. Sé puntual.
Una vez envió el mensaje, se dispuso a tratar de concentrarse en su trabajo, tenía una pintura que terminar.
Nico por su parte, se encontraba saliendo de la oficina de su arrendador, donde había pagado dos meses de renta atrasada. Soltaba un suspiro en consecuencia de haberse quitado aquel peso de encima.
Caminó por la calle para tomar un taxi y volver a casa, cuando su teléfono celular indico un mensaje nuevo.
-Ah~ ¿Tan pronto?- suspiro al leer el mensaje de Eli y volvió a guardar el aparato. Si debía reunirse con la linda rusa, seguramente seria para presentar a su esposa. Debía estar presentable.
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-Déjame ver si entendí bien, vas a extraviar a tu hija intencionalmente para que yo la encuentre ¿y se la lleve a tu mujer? ¿Todo para que me vea como una especie de heroína? - Nico se encontraba en una cafetería frente a Eli. Por un momento creyó que la rubia llevaría a su mujer e hija y las presentaría de una forma más adecuada, pero no fue precisamente así. La mayor le había comentado su plan "perfecto" para que pudiera hablar con la la pelirroja. Evidentemente, le resulto de lo más ridículo.
-¿Si? Creo que es una buena idea, a ella le encantan las casualidades- Eli respondía sin más, creyendo firmemente que era una buena idea.
-Estas jodida...-
-Si Nico, tengo cáncer y poco tiempo para encontrar mi remplazo ¿Lo harás o no? -
La de ojos carmin soltó un cansado suspiro, estaba por retractarse de toda esa locura, pero no podía hacerlo ya que había gastado un poco más de la mitad de ese dinero poniendo al corriente su renta, por lo que estaba casi obligada a hacer semejante idiotez.
-Bien, bien, tu ganas. Explícame exactamente qué es lo que sucederá- no quería más rodeos, sabía que esa locura no resultaría bien, pero al menos haría el intento.
-De acuerdo, ella vendrá junto con mi hija, nos veremos aquí por un rato y tomaremos café. Saldremos a ver la exposición de arte en la plaza principal y yo me encargaré de hacer que mi hija se separe de ella. Fingiré buscar con ella por lados separados mientras tu entras a calmar a Dia y la entregas. De ahí dependerá de ti usar tus encantos de dama para llamar su atención, te observaré de cerca- aclaro con una sonrisa que daba a entender que realmente ese era su gran plan.
Nico quiso preguntar a Eli si se había golpeado la cabeza o algo parecido.
-¿Dia, ese es el nombre de tu hija?- pregunto tratando de calmar la irritación y estrés que comenzaba a sentir al respeto.
-Oh si, esta es su foto- la rubia mostraba en su celular una foto donde se podía apreciar a una linda y simpática niña de aproximadamente 12 años, su cabello era largo y lacio y su tes un poco morena. La sonrisa de la pequeña era simplemente encantadora.
-Entiendo... ¿Y tu esposa, como es y cómo se llama? - pregunto Nico, a lo que Eli tomo de vuelta su teléfono y busco entre su galería una foto de su amada.
-Aquí está- Extendió su teléfono para que Nico pudiera ver a la joven. -Su nombre es Ma...- Antes de si quiera poder mostrar el teléfono y decir aquel nombre, una llamada emergía del aparato. Eli entonces lo tomó de vuelta y vio que era precisamente su amada quien la llamaba. -Hola ¿todo bien?- preguntó con tranquilidad.
Nico soltó un suspiro algo fastidiado y dirigió su vista a un costado, mirando por una de las grandes ventanas del local a la gente pasar, sin prestar si quiera atención a lo que la más alta hablaba por teléfono con esa misteriosa chica a la que debía enamorar.
-Claro cariño, el local está cruzando la calle... -Dijo para después caer en cuenta de algo, Maki estaba al otro lado de la calle y Nico seguía ahí sentada en la misma mesa. -Bueno adiós- corto repentinamente la llamada y rápidamente se dirigió a la pelinegra frente a ella.
-Está a díez segundos de entrar al local, fuera- hablo rápidamente sacando a Nico de su ensoñación y obligándola a ponerse de pie y salir de su mesa.
-Carajo, al menos avisa con un minuto de anticipo- maldijo Nico, saliendo lo más rápido posible de la mesa y sentándose en la que estaba justamente continua, ahí quedaba de espaldas a la mesa de Eli.
La rubia acomodó lo más rápido posible sus ropas y al ver a ambas mujeres entrar al local, les dedico la mejor sonrisa que pudo.
-Por aquí- las llamo y tanto Maki como Dia le devolvieron la sonrisa, acercándose a la mesa y tomando asiento con ella.
-Nunca nos habías traído aquí, nos perdimos un poco en el camino- Maki era la primera de las dos en hablar, mientras se acomodaba en el asiento.
-Ella no podía encontrar un lugar donde aparcar tampoco, el auto quedó un poco lejos de aquí- Dia comentaba también haciendo a la rubia reír un poco.
-Lo importante es que están aquí, así que, pueden mirar la carta. Hay muchas cosas deliciosas aquí- Eli estaba algo nerviosa, pero trataba de actuar lo más normal posible para ambas y estar lista para ejecutar su absurdo plan.
Nico por otro lado estaba atenta, por alguna razón su corazón latía fuertemente, estaba participando en una locura total. Pero eso no era todo... aquella voz...
La familia degustó un momento y unos alimentos amenos en aquel local, Nico solo se limitó a beber café mientras continuaba atenta a cualquier indicación por parte de Eli. Pasada una hora aproximadamente, la más alta decidió que era momento de marcharse de ahí y poder comenzar con lo que había planeado, por lo que después de pedir la cuenta, las tres se levantaron listas para marcharse a la exposición.
-Fue fantástico, ojalá pudiéramos comer aquí más seguido- Dia hablaba completamente satisfecha mientras caminaba al lado de Maki.
-Ya habrá tiempo, ahora hay que darnos prisa o llegaremos tarde a la apertura- Eli apresuraba a ambas a salir mientras giraba su rostro para darle la señal a Nico. La mayor sintió el leve toque de Eli al levantarse de la mesa y la miro indicarle que debía seguirlas cuidadosamente. -¿Está bien si caminamos hasta ahí? Sería un desastre ir por el auto-
Sin replica alguna, la pequeña familia caminó en dirección a aquel lugar, bromeando y conversando entre sí. Nico las seguía con al menos diez metros de distancia, guiándose de la apariencia de Eli ya que no había podido ver ni a la mujer ni a la niña de cerca como para reconocerlas del todo.
La llegada al lugar dejo asombradas a las dos mujeres, era una amplia exposición al aire libre, tan solo un par de lonas bien organizadas protegían de la luz del sol las pinturas y alguna que otra escultura. Había bastante gente merodeando, similar a un mar de personas mirando por aquí y por allá. Eli miró cuidadosamente alrededor, buscando con la mirada a Nico. Finalmente pudo cruzar mirada con ella, quien estaba a una distancia corta pero prudente, esperando cualquier señal.
-Es asombroso, pero ¿No crees que está muy lleno este lugar?- Maki decía aquello mientras enganchaba su brazo alrededor del de Eli. Por su parte, la rusa sostenía cuidadosamente la mano de Dia, quien estaba absorta en un joven haciendo trucos con un Golden retriever al otro lado de la cinta de protección de la exposición.
-Lo sé, quizá sea un buen momento para descansar- Contesto Eli sintiéndose agitada también por la gran cantidad de personas en el lugar.
Maki fue quien decidió moverse en una dirección en específico, tirando del brazo de la mas alta, cuando repentinamente tropezó con algo, estando a punto de caer. En ese momento, Eli soltó inconscientemente la mano de Dia y sostuvo a Maki, evitando que la peliroja cayera al suelo.
-Ten cuidado- le dijo poniendo un sobre esfuerzo en ayudar a Maki a reincorporar su marcha.
-Gracias, deberíamos movernos a un lado, esto esta acalorándome- Maki entonces continúo tirando del brazo de Eli para salir de la gran masa de gente entre la exposición en la que ahora se sentían atrapadas.
Con éxito, lograron llegar a un punto donde había menos densidad de personas y por fin después de algo de esfuerzo, tomaban un respiro más tranquilizador.
-Diablos, eso si que fue horrible, por un momento pensé que me asfixiaría ahí- la abogada soltó una cansada queja mientras pasaba un delicado paño por su frente. -¿Estás bien, Dia?- La pelieroja miró al lado de Eli, notando que la mencionada, no estaba ahí.
-Eli, cariño... ¿Dónde está Dia?-
La rusa estaba recuperándose del esfuerzo anterior, pero cuando escucho la pregunta de Maki, rápidamente se reincorporo mirando a su lado, lugar donde se supone estaría la pequeña de ojos turquesa.
-Yo... creí se había sostenido de ti...- Respondió aun aludida, para después mirar llena de incertidumbre a Maki.
La pelirroja rápidamente expreso su pánico ante la ausencia de la más pequeña de las tres.
-¡Perdiste a Dia!- Maki entonces, comenzó a mirar a su alrededor, tratando de encontrar a su pequeña.
"-Carajo, perdí a Dia en serio-" Maldijo mentalmente la artista mientras se olvidaba por completo de Nico y al lado de Maki, trataban de encontrar a la niña.
Nico estaba algo desesperada ya, había perdido de vista a Eli con su familia y apresurada busca con la mirada entre toda la gente. No fue hasta que pudo ver a la distancia a aquella niña de la foto en el celular de Eli, era Dia y miraba entretenida el espectáculo de un artista callejero y su perro.
-¿Supongo que aquí es donde Eli me dará la señal?- pensó, comenzando a acercarse un poco más al lugar donde la joven japonesa miraba embelesada el show de aquel artista y su mascota.
Se mantuvo a una distancia cercana, fingiendo ver el show también.
Maki caminaba desesperada entre la gente, mirando por todas partes, tratando de encontrar a Dia, Eli le seguía el paso de cerca...
Para Eli todo iba mal a lo que había planeado, había extraviado verídicamente a su hija, pero no sería su único problema, no conto con un detalle que se encargaría de poner las cosas complicadas aun más, incluso para su cómplice. Repentinamente comenzó a sentirse fatigada y su pecho dolía de una forma que bien conocía. El sobre esfuerzo que estaba haciendo, más el hecho de que había olvidado tomar su medicación, hacían que los síntomas de su padecimiento comenzaban a hacerse presentes, provocando que incluso comenzara a marearse.
Maki miro a la más alta con algo de preocupación y tan pronto como pudo, orilló a la rubia bajo algo de sombra, cruzando la valla de la exposición y saliendo a la plaza normal; donde varios artistas callejeros se presentaban.
-¿Te encuentras bien? Estas poniéndote pálida-Maki miraba preocupada a Eli, quien respiraba agitadamente.
La mayor comenzó a toser y miro alarmada su mano, nuevamente había pequeños rastros de sangre en su tos. "-Maldición... esto está mal-" Maldijo nuevamente por lo bajo mientras su cabeza comenzaba a dar vueltas.
-Tranquila, no es nada...- contesto en voz baja.
Dia aplaudía contenta al joven que terminaba su show y este le permitió acariciar un poco al gran perro. Una vez que el joven se despidió miró a su lado, logrando ver a Maki y Eli de lejos, debía volver con ellas. Nico por su parte aun permanecía muy cerca de ella.
Los sonidos a su alrededor comenzaban a aturdirla y un acufeno progresivo en sus oídos eran participes del mareo de Eli; hasta el punto en el que la joven no pudo más y se desplomó al sentir que el piso se movía bajo sus pies. Maki alcanzó a sostenerla un poco para que no cayera sentada con todo su peso y se lastimara.
-¡Eli!- la pelirroja estaba alarmada por cómo se había perdido por un momento y se agachó a su altura para asegurarse de que ella estaba bien y no se había lastimado.
-Tranquila Maki, estoy bien. Creo que el calor me sofocó demasiado...- rápidamente dijo aquel pretexto mientras limpiaba en su pantalón la sangre en su mano discretamente.
-Creo que es suficiente por hoy...- Maki dijo aquello.
-¡Mamá Eli!- Dia gritó aquello al ver a la distancia como la rubia se había desplomado, por lo que intento apresurarse a ir en su encuentro.
Nico al escuchar a la pequeña gritar, se percato de como la rubia permanecía sentada en el suelo mientras su misteriosa esposa la sostenía, dándole la espalda. Pensó de inmediato que quizá Eli había tenido una recaída y trataba de excusarse con su amada. Si Dia se acercaba y veía a la rubia en ese estado, seguro todo se complicaría, por lo que, lo único que se le ocurrió fue apresurarse hasta la más pequeña y sostener su mano, reteniéndola.
-Espera, espera, no te vayas- la mayor abordo a la niña de la peor manera posible, pues se apresuró hasta ella, alarmada, mirándola de una forma que en definitiva inquieto a la joven Dia.
-¿Quién es usted? Suélteme- Dia miró con intriga y confusión a la mujer pelinegra y tiraba con molestia de su mano, tratando de zafarse del agarre de Nico e ir con su familia.
-No puedes irte... eh... solo, espera un momento- titubeaba tontamente, aun reteniendo a la niña de 12 años, quien ahora estaba preocupada y asustada.
-¡Dije que me suelte! Mi mamá está herida por allá- Dia insistía tirando bruscamente del agarre de Nico.
Maki escuchó la voz agitada de Dia y rápidamente se giró, buscando de donde provenía, logrando ver a la distancia a su pequeña luchando contra una mujer que la retenía por la fuerza; eso definitivamente significaba una sola cosa para la pelirroja. Dia estaba en peligro, por lo que se incorporo lo más rápido que pudo, mirando furiosa a aquella mujer cuyo rostro no era del todo visible.
Nico estaba muy nerviosa, creía firmemente que era mejor que Dia no se acercara a Eli hasta que esta estuviera de pie, pero los gritos y sacudidas de la menor estaban llamando la atención de todos alrededor, dejándola ver muy mal. No sabía que era lo mejor y debía darle una solución inmediatamente.
-¡Te lo advertí!- Dia ya completamente irritada y percatándose que aquella mujer no planeaba soltarla, sin ningún inconveniente ni remordimiento, usó su pie derecho para propinar una certera y dolosa patada en la espinilla de Nico, quien soltó un quejido de dolor y de inmediato liberó su mano para sujetar el sitio donde Dia la había pateado.
-¡Dia!- Maki llamó rápidamente a la más joven y cuando llegó hasta ella, la abrazo de forma protectora.
-Esa mujer no quería soltarme, estaba asustada- Dia acusó a la de ojos carmin que aún estaba encogida, sosteniendo la agresión anterior con dolor.
Eli se ponía de pie y con cuidado comenzó a ir junto a Maki y Dia, se había preocupado demasiado por el extravió de la más joven, pero no podía evitar sentir malestar.
Maki miró a la pelinegra maldecir un sinfín de veces por lo bajo. Esa mujer planeaba hacerle algo malo a Dia y no iba a perdonárselo. Por lo que, soltando con calma a Dia, se apresuró hasta la pelinegra bajita y la tomó con fuerza de su chaqueta, obligándola a incorporarse de una brusca manera.
-¿Qué diablos te crees que le hacías a mi hija? ¿Eh? ¡Contesta!- Con esa voz completamente demandante, por fin miraba el rostro de aquella mujer.
Nico sintió el brusco agarre y el cómo era recibida por una violenta sacudida junto a una voz demandante de cerca... Esa voz enfadada hizo que el dolor mágicamente pasara a segundo término, y miró por fin el rostro de la misteriosa esposa de Eli.
Eli llegó hasta ellas, notando como es que Maki y Nico se habían encontrado de la peor manera posible. Sin duda su plan había sido completamente arruinado y solo permanecía muerta de nervios, hasta que noto como la expresión en el rostro de Maki dejo de mostrar molestia y más bien comenzaba a verse completamente sorprendido, igual que Nico. No lo entendió, se quedo completamente quieta, mirando a ambas mientras correspondía el agarre de Dia en busca de protección.
Sus ojos violetas estaban clavados en los de la mujer que tenía agarrada, ambas expresando completa sorpresa. Para Nico, ver ese rostro pálido y fino fue una sorpresa total, para aquella abogada seguramente fue una impresión similar, pues Nico fue testigo en primera fila de como el rostro de la chica cambio de estar enfadado a lleno de sorpresa e incredulidad, Pero no pensó solo en eso; la mujer pelirroja frente a ella era hermosa, la mujer más hermosa que había visto en la vida, desde siempre lo pensó... y en cuanto estuvo segura de reconocer el rostro de la pelirroja frente a ella, una creciente sonrisa aparecía en sus labios.
-Ma-Maki... No puedo creerlo- Dijo mientras su sonrisa pasó a ser inocultable. Y sin esperar ni un segundo más, sostuvo las manos de Maki entre las suyas, dándoles una caricia llena de calidez.
Esos labios, esos inigualables ojos carmín y ese cálido toque, eran inconfundibles para ella también.
-Nico...- Maki susurro su nombre.
Y Eli no entendía absolutamente nada, solo era una espectadora ante un aparente rencuentro que desconocía totalmente.
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Buenas, espero que este segundo capítulo sea de su agrado, muchas gracias por darle la oportunidad a esta historia.
Eli se topo con algo no previsto... jajaja amo los giros inesperados, aunque eso ya deberian saberlo xD
Esa personita que comentó, y a esas tres personitas que le dieron follow, muchas gracias tambien 3
Nos leemos la siguiente semana.
