Su andar era tranquilo apoyado por una mujer vestida de blanco, se sentía mucho mejor ahora que estaba totalmente libre de esa intoxicación y que su herida comenzaba a cerrar, a su lado, la enfermera que estuvo al tanto de ella, le dedicaba una sonrisa amable mientras por fin le permitía andar por su cuenta. No hacía falta, cuando le insistieron salir en una silla de ruedas lo rechazó de inmediato, no era tan inútil, pero la joven insistió en ayudarle a andar hasta la salida del hospital.

Miró el auto estacionado justo al frente de la salida del hospital, un muy bonito Sedan color negro, el cual era de su propiedad. Rápidamente vio como de el descendía una mujer de cabello rojo y largo, seguida de ella, su amada Dia.

-¡Maki!- la niña la llamó en cuanto la vio y corrió hacia ella, todo para extender sus brazos en signo de desear ser abrazada por la mujer a la que llamaba mamá.

La pelirroja le sonrió de vuelta y tan pronto como llegó la pequeña a ella, la abrazó con todo el cariño que podía expresar en aquel gesto.

-Dia, te extrañé- Maki decía aquello mientras acariciaba con una de sus manos el cabello negro de la menor.

-También te extrañé, estaba muy preocupada por ti...- confesó mientras enterraba poco a poco su rostro contra el pecho de la mayor.

Para Dia habían sido 4 días sumamente preocupantes, no sabía cómo es que estaría Maki, después de que llego a casa de sus abuelos, trato de calmarse, pues era evidente que la traición de Eli había lastimado a ambas, tanto Maki como a ella, sin embargo, no imaginó que tan mal podría llegar a reaccionar su madre mas joven. Cuando llamaron a su abuela y le informaron sobre Maki en el hospital, realmente se sintió angustiada; deseaba poder salir corriendo de ahí e ir hasta su madre japonesa, pero para su desgracia, Nishikino-san, su abuela, se negó a llevarla, argumentándole que Maki estaría fuera pronto y que no debía preocuparse de más.

Maki solamente soltó un suspiro, sabía porque Dia ocultaba su rostro contra su pecho, la más joven estaba tratando de ocultar en sus acciones el hecho de que probablemente estaría llorando o a punto de hacerlo. La entendía, después de todo, como le dijo a Nico, Eli era alguien a quien Dia adoraba. Saber que la persona que más admiraba les había dado la espalda a ambas no debía ser un trago fácil de pasar para la menor.

Poco a poco se separó del abrazo sutilmente, notando que efectivamente, Dia mantenía la mirada baja y ocultaba sus lágrimas, la pelirroja sujetó son ambas manos el bello rostro de la niña y limpió con sus pulgares las dos lágrimas que habían escapado de sus ojos.

-Oye...- la llamó con la esperanza de que la más joven levantara el rostro, cosa que afortunadamente logró y conectaron sus miradas. -Estoy bien ¿de acuerdo? No me pasó nada- Maki comenzaba a decir, tratando de que la pequeña se calmara, pero ella volvió a sollozar.

-¿Y aquí?- levantó su mano para tocar el pecho de Maki, justo donde estaba su corazón- ¿Aquí también estás bien?- la pequeña niña insistió.

Maki estaba sumamente sorprendida por la pregunta de Dia y pronto pudo sentir sus ojos comenzar a picar, amenazando con soltar lágrimas también. Pero debía ser fuerte por ambas, pues ambas estaban susceptibles, pero Dia tenía solo 12 años, necesitaba mantenerse dura para poder ser quien sostuviera a Dia ahora que estaba flaqueando. Por lo que finalmente, tragó el nudo en su garganta y sujeto con amor la mano de la más joven y acunándola más contra su pecho.

-Aquí adentro se siente mejor, ahora que te tengo conmigo...- contestó dedicándole nuevamente una cariñosa sonrisa a la menor quien se volvió a abrazar a la abogada.

Era verdad, cuando Dia volvió a abrazarla, su destrozado interior dolió un poco menos. Como si el contacto con la niña fuera una especie de analgésico para su corazón.

La mujer que acompañaba a Dia solo miraba como su hija tenía contacto con la pequeña niña a la que consideraba su nieta. Se acerco un poco hasta captar la atención de la otra pelirroja y dedicarle una leve sonrisa.

-Me alegra mucho saber que estás mejor- La mujer saludaba a Maki -No pensé que fueras a heredar la intolerancia al alcohol que sufría tu abuelo- la mujer posaba su mano sobre el hombro de su hija y le daba una pequeña caricia.

-Jamás bebi tanto como para sufrir una reacción, lo lamento- se sentí apenada de que su madre supiera la razón por la que había llegado al hospital en primer lugar.

Pero la mujer no se mostró molesta, por el contrario, le dijo que se asegurara de recuperarse adecuadamente mientras ella cuidaba de Dia. Era claro que Maki no se sentiría bien, habían roto su corazón, y no solo a ella, a su amada nieta Dia también.

Maki y Dia se separaban para permitir a la mujer mayor abrazar a la abogada, ahora fue turno de Maki de sentir caricias en su cabello, esto por parte de su madre.

-No tienes que disculparte, solo tienes que prometerme que no volverás a decaer así y que te cuidaras- la mujer decía entre el abrazo, con su mano con la que acariciaba el cabello de Maki, pudo sentir cuando esta asintió. -Bien, entonces, es hora de irnos, las llevaré a su casa-

.

Maki estaba sentada en el asiento de atrás, mirando por la ventana con calma, perdiéndose en los edificios que estaban afuera. Dia tenía su cabeza sobre el hombro de su madre, abrazada del brazo de la mayor. Ambas absortas en tantas cosas relacionadas, todas llegaban a que es lo que sucedería con ellas de ahora en adelante, pues Eli ya no estaría más.

-Compraré algo para que coman al llegar a casa. Con esos puntos en tu mano, no creo que puedas cocinar adecuadamente- la madre de Maki le decía aquello a ambas, quienes, asintieron a la par sin emitir un solo ruido.

La madre de Maki compro lo necesario y prosiguió conduciendo el resto del camino hasta la casa de la abogada.

Maki aún estaba absorta en sus pensamientos, no fue hasta que, al llegar al estacionamiento de su hogar, pudo ver a alguien sentado en la banqueta, esperando. Rápidamente levantó la mirada solo para encontrarse esa figura que bien conocía, poniéndose de pie al verla llegar.

-Dia, llegamos cariño... ¿me permites salir?- Maki le hablaba a su soñolienta hija, quien se apartó de ella mientras tallaba sus ojos.

Una vez que Dia le dio acceso libre, Maki bajó de su auto y se aseguró de que lo que estaba viendo era real. Ahí estaba aquella chica, sosteniendo en sus manos un ramo de rosas rojas. Cuando la chica vio a Maki, se puso de pie rápidamente y se acercó a ella tímidamente, dedicándole una amplia sonrisa.

-Nico... ¿estabas esperándome?- preguntó Maki al ver a la pelinegra acercarse de tan encantadora manera.

-Si... bueno, yo trate de ir al hospital hoy pero cuando llegue, me dijeron que te habías marchado ya, así que... decidí venir aquí para poder verte- Contestaba Nico y después, tras aclararse la garganta, extendió sus manos para entregar a Maki el ramo de rosas que traía consigo.

Maki miró las flores, eran sus favoritas, un abundante ramo de rosas y el detalle de que fueran de su color favorito lo hacía aún más agradable para ella. Inconscientemente sonrió mientras los recibía y los acercaba a su rostro para poder olerlos, dando un ligero toque juguetón con su nariz a la primera flor. La pequeña escena enterneció a Nico quien sonrió más ampliamente. Sabía que le gustarían.

-Gracias Nico...- Maki agradeció a la mas baja, aun enternecida por las flores que sostenía. El hecho de que Nico haya esperado ahí a que volviera a casa, había puesto un poco feliz sus ánimos.

-¿Nico Yazawa?- la madura voz de una mujer irrumpió su acercamiento, la de ojos carmín miró a espaldas de Maki, logrando ver a esa mujer de porte elegante...

-¡Por favor! Dígame donde esta ella... necesitamos hablar, todo fue un error- Nico rogaba ante la puerta de la casa de los padres de Maki, estaba agotada y había corrido de la escuela hasta el hogar de los Nishikino. La mujer la miraba con enojo.

-Mi hija confió en ti...- La mujer dijo de forma seria.

-Y por eso mismo debe escucharme, yo no le haría daño. Señora Nishikino, juro que esto es un error- Nico le insistió a la mujer mayor, pero no parecía mirarla más con cariño.

-Eras una persona muy importante para Maki, el hecho de que hayas defraudado la confianza de mi hija es imperdonable, tú no la viste llegar aquí totalmente destrozada, no la viste con el corazón roto... si ella aún puede confiar en mí, entonces no la defraudaré. A menos que ella me lo pida, jamás sabrás a donde se ha ido- La mujer le hablaba firme, enfadada, y hasta donde cabía, decepcionada también.

-Escucha niña, más vale que te marches y no vuelvas a pisar esta casa. No quiero verme en la penosa necesidad de denunciarte por acoso- esta vez, el padre de Maki era quien salía a enfrentarla, pidiéndole de una forma casi definitiva que se marchara.

-No... ustedes no pueden hacerme esto...- Nico susurraba casi rendida.

-Si que podemos, eres legalmente una adulta, Maki aún tiene 18 años... así que, si eres inteligente, te marcharás ahora mismo- finalizó el hombre.

-Eres tú... Yazawa Nico- la voz de la mujer volvió a decir su nombre, confirmando que la había reconocido en un instante.

-Mamá...- Maki llamo a su madre, sin embargo, la mujer la ignoro y se dirigió directamente a Nico, quien estaba nerviosa ante la mirada de ambas mujeres y se agregaba una intrigada mirada más al ver bajar del auto a Dia.

-¿Cómo es que estas aquí?- Nishikino-san interrogó, mirando fijamente a la mas baja.

-Yo... lo siento, señora Nishikino, yo solo quería ver a Maki...- hablaba torpemente mientras daba un paso para atrás, alejándose de ambas pelirrojas.

-Mamá basta- Maki habló más firmemente, sujetando a su vez la muñeca de Nico, evitando que la pelinegra se alejara más, cosa que la sorprendió. -Nico fue quien me llevó al hospital. Gracias a ella es que no me sucedió nada peor-aclaró la joven.

La mujer entonces se detuvo, mirando desconcertada a Maki. ¿En qué momento su hija había dado entrada en su vida a Nico nuevamente? ¿En qué momento se habían vuelto a encontrar?

El silencio invadió a las tres adultas, quienes estaban incomodas de la situación. Ninguna estaba segura de cómo actuar, no fue hasta que cierta niña se acercó y rompió con el silencio.

-¿Tú fuiste quien puso a salvo a Maki?- Dia preguntó, mirando sorprendida a Nico, quien ante los nervios simplemente asintió.

-Si, yo solo...- titubeaba entre los nervios, simplemente suspiró derrotada y aparto la mirada de las tres personas presentes. -Creo que será mejor que me vaya, no quiero ser más una molestia-

Estaba tan dispuesta a marcharse, que el toque pequeño y cálido en su mano fue una total sorpresa, ¿Maki? No, no se trataba de la japonesa, quien la retuvo esta vez fue nada más y nada menos que la pequeña de 12 años.

Dia pudo notar la expresión de sorpresa de Nico, sabía que la mujer estaría desconcertada pues, la última vez que se vieron, Dia se encargo de hacerla pasar un muy mal día. No le agrada que Nico estuviera coqueteando a Maki, de hecho, ni si quiera le agrada la mujer en sí. Pero no podía ignorar en absoluto el hecho de que esa mujer de flequillo y ojos carmín, había salvado de complicaciones a Maki, incluso pudo haberla salvado de la muerte. Dia se sentía agradecida con Nico.

-Gracias por salvar a mi madre, no sé que sería de mi sin ella...- La pequeña soltó sin más, apreciando como las tres adultas se veían sorprendidas por sus simples palabras.

"-Eso es... ¿una especie de avance?-" Se preguntó Nico al ver como la niña le dedicaba una muy tenue media sonrisa, y lentamente soltaba su mano con la que la retuvo un breve momento.

Por su parte, Dia simplemente le dio la espalda a las adultas y se dirigió al auto para sacar una mochila que tenia algunas pertenencias de Maki y caminó con intención de entrar a su hogar, no sin antes dedicarle una última mirada a la pelinegra y finalizar diciendo:

-Aun así, tenga cuidado... señorita Yazawa- Y sin más, Dia entraba al hogar.

-¡Dia! Eso no es cortes- Maki habló, pretendiendo reprender a la menor, quien probablemente ni siquiera escuchó el reclamo de su madre.

Nico sonrió nerviosa, no estaba segura de como sentirse ante lo que Dia dijo, sin embargo, una parte de ella sentía que había avanzado un poco con la niña, lo cual sería un obstáculo muy complicado. Aunque a decir verdad, tenía uno nuevo y muy grande justo enfrente, mirándola aún con incertidumbre y curiosidad. Nishikino-san era ese alguien.

-Lo siento Nico, la haré volver y que se disculpe- Maki le dijo a la pelinegra quien simplemente soltó un pequeño suspiro y le sonreía.

-Descuida. Ella tampoco está teniendo buenos días últimamente, es entendible que se encuentre hostil y susceptible- Nico explicaba a Maki el porqué no tenía que hacer volver a su hija a disculparse. -Creo que será mejor que la entiendas y la apoyes, te necesita- finalizaba, a lo que Maki simplemente bajó la mirada un breve momento y después asintió desganada.

-Tienes razón... ahora soy todo lo que tiene- contestó la más joven, mirando las flores entre sus brazos. -¿Te gustaría pasar por un café?- ofrecía aquella oferta a la Nico, quien simplemente negó.

-Me encantaría poder hacerte algo de compañía, pero debo trabajar. Realmente solo quería asegurarme que estabas mejor y que hicieron un buen trabajo suturando esa herida- Nico se disculpaba con Maki. -De cualquier forma, si tienes problemas o algo parecido, llámame. Vendré a ayudarte de inmediato y sin dudarlo ¿De acuerdo? – Proponía, a lo que la pelirroja simplemente le dedicó una amable y agradecida sonrisa.

-Muchas gracias por estar aquí- se despedía de su amiga y sin decir nada más, comenzaba a entrar a su hogar también.

Esto dejo a Nico con la Sr. Nishikino frente a ella, quien solo la observo todo el momento que interactuó con Maki. La pelinegra lo sabía, la mujer no estaba cómoda con su presencia, igual que Dia, que Hanayo y Rin... Nadie que fuera cercano a Maki la deseaba cerca de ella. Pero no le debía explicaciones a nadie, la única persona a la que le debía explicaciones le había dejado claro desde su reencuentro que no quería escuchar nada al respecto.

-Si me disculpa, Sra. Nishikino... me iré ahora mismo. Tenga buena tarde- Nico trataba de retirarse y alejarse de la incomoda mirada de la mujer, sin embargo, no esperó que ella la detuviera de inmediato.

-Espera un momento, Yazawa Nico- La mujer la llamó por su nombre, al tratarse de una persona mayor, la pelinegra simplemente no pudo negarse a la llamada de la mujer y se giró para darle la cara nuevamente.

-¿Si, Sra. Nishikino?- respondió, tratando de usar una voz neutra.

-No esperaba verte cerca de mi hija, eso es claro- comenzaba a hablar la mujer. -La última vez que te vi, te pedí que dejaras en paz a Maki. Aún así, tantos años después aquí estas, volviendo a comportarte de esa forma amable que la hacía sonreír- La mujer desviaba un momento la mirada de ella.

-Jamás dejé de sentir cariño por Maki, aún ahora, me siento agradecida que ella me diera una nueva oportunidad de estar en su vida, aún fuera de la forma más mínima- Nico no dejaría que la mujer insinuara que Maki estaba cometiendo un error en permitirle entrada de nuevo en su vida.

-No soy nadie para decirle a Maki quien puede estar en su vida y quien no, solo quiero que vayas con cuidado respecto a las intenciones con las que te acercas a ella- La mujer fue más clara, haciendo que Nico se pusiera nerviosa. – Ya no son niñas. El matrimonio de Maki acaba de irse por la borda, haciéndole mucho daño en el proceso, tiene una hija quien también está sufriendo. Ahora le espera una vida incierta que ella misma debe aprender a sobrellevar... por favor, solo quiero que Maki tenga la menor cantidad de angustias posibles- la Sra. Nishikino dejaba a flote un poco de su inconveniente con la presencia de Nico ahí.

-Eli y tu sabían el riesgo. Sabían que ninguna saldría limpia de todo esto y aun así decidieron hacerlo. Escucha Nico, Eli está tan afectada como Maki, y ni hablar de esa pobre niña. Si quieres hacer algo, entonces sigue con lo acordado, no hagas que todas estas lágrimas sean en vano. Ahora mismo tienes el camino libre para poder cumplir el último deseo de Eli y ¿Por qué no? Cumplir tu más grande anhelo también... no será fácil, Nicocchi... pero se que puedes hacerlo, porque ahora cargas con el amor de Eli por Maki, aunado al tuyo, los sentimientos más fuertes de dos personas en uno solo-

Nico recordó las palabras que Nozomi le dijo; tratando de hacerle saber que tenía que esforzarse porque todas esas lágrimas no fueran en vano.

-No soy una oportunista, sé que Maki se encuentra mal y quiero asegurarme que ella estará bien, al igual que Dia- La voz de Nico sonó molesta esta vez. – Yo... ya le hice suficiente daño en el pasado...- Dijo bajando la mirada, demostrando que realmente se sentía arrepentida de lo sucedido en el pasado. – Si puedo servir de algo, enmendar lo más mínimo, lo haré sin dudarlo ni un momento. Y por sobre todo, aun contra la voluntad de todo mundo... No volveré a dejar sola a Maki- aclaraba, mirando con determinación nuevamente a la mujer mayor.

-No soy nadie para detenerte a ti o para influir en las decisiones de ella. Solo espero que cumplas con tu palabra y mi hija no vuelva a derramar una sola lágrima por tu causa- finalizo la mayor.

Nico simplemente se quedó de pie, mirando como la mujer le daba la espalda y se dirigía al interior de la casa de Maki. Sabía que la madre de Maki no la recibiría con los brazos abiertos, de hecho, ni siquiera estaba preparada para enfrentarse a la mujer. Afortunadamente, pudo dejar en claro sus intenciones y la mujer no le detuvo en ningún momento.

"-Supongo que ella no se meterá en esto-" pensó Nico dejando escapar un suspiro.

Finalmente, la pelinegra también se marchaba del lugar, sin embargo, no iba con destino a su trabajo en BiBi, sino que se dirigía al hospital donde Eli estaba internada, tenía que encontrarse con alguien y así mismo, tenían un trato que cumplir.

.

Nico bajó del taxi que la trasportó hasta la entrada del gran hospital que atendía a Eli, inmediatamente que bajó, su mirada llego hacia una hermosa chica de cabello corto y castaño. Cuando la mujer cruzó mirada con ella, sus facciones se pudieron apreciar algo serias.

"-Carajo, Hanayo si que da miedo cuando hace esa expresión-"Pensó la mayor mientras se acercaba y tragaba pesado.

-Me alegra mucho que no me hayas hecho esperar- Hanayo hablaba primero, manteniendo su mirada seria y serena en la mayor.

-Primero que nada, hola. Y segundo ¿Dónde está Rin? Creí que vendrían las dos, es importante- miró a la castaña tratando de obtener una respuesta.

-Rin-chan vendrá más tarde, aún está trabajando, envió un mensaje diciéndome que llegará dentro de 40 minutos- Hanayo explicaba. – De igual forma, me gustaría que comenzaras a decirme ¿qué diablos está sucediendo? ¿cómo es que apareciste de nuevo? ¿por qué debería donarle mi médula a la persona que traiciono a una de mis mejores amigas, solo por qué la otra persona que rompió su corazón me lo pide? - La castaña estaba sumamente intrigada y dejaba a flote su curiosidad ante tantas preguntas con las que bombardeo a Nico.

-¡Wow! Dame un respiro. Responderé a todas tus preguntas, pero creo que Eli también debe estar presente y darte su versión. Creo que será más fácil de digerir así- Nico se sentía abrumada por la intensa interrogación de Hanayo.

-Bien, entonces vayamos adentro de una buena vez, no puedo esperar- y con la misma tranquilidad, Hanayo entraba al hospital, seguida de Nico.

Después de ser redirigidas a la habitación de Eli, por fin entraban, logrando ver a la artista en cama y a su lado, Honoka conversaba con ella. La rubia abrió los ojos en sorpresa ante la presencia de Hanayo en aquel lugar y después miró de igual forma a Nico, tratando de encontrar respuesta ante la presencia de la japonesa castaña.

-Hey Eli ¿Cómo te sientes?- Nico saludaba primeramente, caminando más cerca de la cama de la joven artista.

-Yo... no he mejorado mucho, pero... eso no es lo importante ahora mismo- Contesto desconcertada, mirando nuevamente a Hanayo, quien tenía muy mala cara. Era claro que la chica sabía ya que ella y Maki habían dado por terminado su matrimonio.

-No entiendo que está sucediendo ¿Por qué estas en un hospital? Nico, necesito respuestas ya- Hanayo no estaba dispuesta a perder el tiempo, necesitaba una explicación pronto o de lo contrario se marcharía.

Eli seguía sin entender que era lo que la amiga de Maki estaba haciendo ahí, y mucho menos porque Nico la había traído.

-Eli, se que estás confundida, pero te diré ya mismo que sucede. Veras, Hanayo y yo nos conocemos desde la escuela preparatoria, ella, Rin y Maki eran muy unidas cuando yo me gradué y comencé a ir a la universidad. Hanayo es una posible donante, ya que tienen el mismo tipo de sangre, ella está aquí para someterse a estudios y saber si puede donarte médula ósea...- comenzaba explicando y después hizo una pausa, los nervios la invadían porque no estaba segura de como reaccionaría Eli al saber que la condición era que le dijera la verdad a Hanayo y Rin.

-Eso es grandioso, pero...-

-Mi donación tiene precio, Eli. Y no se trata de dinero...-

La artista pareció más confundida ante la actitud de Hanayo, puesto que la joven siempre era sumamente alegre y cariñosa.

-Tienen que decirme que diablos está sucediendo, ¿por qué conoces a esta alimaña? – Hanayo interrogó.

Eli entonces entendió de inmediato cual era la condición, poniéndola aún más nerviosa y rápidamente le dedico una mirada molesta a Nico, quien simplemente sacó la lengua de forma juguetona después de exclamar un nada arrepentido "-Ups-"

-No quiero su sangre... no puedo decirle nada de esto- Eli exclamo, frunciendo ligeramente el ceño.

-Pe-pero Eli, necesitas el trasplante. Por favor piensa en Maki y Dia... el médico dijo que no había tiempo...- Nico trató de persuadir a la rubia.

-Esto no era parte del trato ¿Qué pasa si ella le dice algo a Maki?-

-¿Por qué lo haría? Si le decimos la verdad, ella cooperara sin problemas-

-Pero se trata de Hanayo...-

-¿Y que tiene que sea Hanayo?-

-Pues ¡Es Hanayo! ¿Dices que la conoces? -

-Ugh... ¿Sigues igual de torpe? - Esto último se lo preguntó Nico a la mencionada, quien hizo una evidente expresión de indignación.

-¡Claro que no!- se defendió de inmediato, todo para después hacer un silencio suspensivo. -Quizá aun se me van las ideas...- admitió, si embargo, tan rápido como admitió, se puso firme. -Pero no voy a arruinar nada ¡Más les vale hablar o no donaré nada y Maki sabrá que tú y Eli hablan a sus espaldas! – amenazó.

Eli entonces se enojó más, Nico había hecho algo muy estúpido al traer de donante a una amiga de Maki con la promesa de decirle lo que ocurría. Le diría a Nozomi que regañara a Nico después de que salieran de ese aprieto.

-Hanayo-san, por favor... sé donante para Eli, ella está muriendo...- Honoka irrumpió la absurda pelea, rogando a la otra castaña con expresión seria. Hanayo al escuchar a la chica, cambió su expresión a una sorprendida.

-¡Honoka!- la artista reprendió a su mejor amiga, pero esta la ignoro.

La enfermera simplemente se levanto de donde estaba y caminó hasta Hanayo, sujetando sus manos y dedicándole una mirada llena de preocupación y suplica.

-Por favor, si Eli-chan no recibe un trasplante de médula, morirá pronto... te lo ruego, no te vayas- seguía suplicando.

Hanayo no pudo resistirse a esa mirada suplicante, una que dejaba ver demasiada angustia. Por lo que simplemente suspiro y, por primera vez, desde que se reunió con Nico, le dedicó una suave y amable sonrisa a la mujer frente a ella.

-Lamento venir a aumentar tu angustia. No me iré, pero debes entender que me prometieron saber porque una de mis mejores amigas esta destrozada llorando en casa... solo quiero saber que sucede para saber como ayudar...- Hanayo razonó con la joven enfermera quien simplemente asintió, denotando menos angustia.

Nico entonces miró a Eli, su mirada también le rogaba a la artista a que hablara, ya que era necesario, por lo que la rubia finalmente, tras un suspiro más, por fin se decidió a hablar.

-Escucha Hanayo, sé que lastimé a una persona importante para ti y que solo intentas protegerla... a decir verdad yo también hice todo esto para protegerla a ella y a mi hija- Comenzaba a hablar Eli. – Tengo cáncer, Hanayo. Voy a morir irremediablemente. Si yo puedo usar el poco tiempo que me queda para asegurarme de que Maki no se aferrará a mi recuerdo y podrá seguir adelante sin mí, así lo haré... por eso busque a Nico... por eso ella está aquí... ella es la indicada para cuidar lo más importante que tengo en la vida. Es mi último deseo- Eli apretaba las sabanas entre sus manos y bajaba la mirada.

Hanayo entonces, tras un breve silencio entendió absolutamente todo, entendió porque Eli había roto el corazón de Maki, entendía porque ella se había alejado. Pero no terminaba de agradarle en absoluto.

-Eli-cjam... lo siento mucho- Hanayo se acercaba a la rubia y posaba su mano en el hombro de la mayor. -Pero... ¿Sabes lo que esta chica le hizo a Maki? La quebró lentamente, destrozó su corazón, Maki ni siquiera se despidió de nadie aquel día... El dolor era tanto que decidió dejar todo atrás y desaparecer ¿realmente crees que ella es la indicada para cuidar lo que más amas? ¿Aún cuando ella ya destrozo a Maki?-

-¡No es así! Ni tu ni nadie sabe lo que sucedió ese día- Nico irrumpió con molestia, estaba cansándose de que la señalaran por eso.

Hanayo entonces se giro hacia ella y la encaró firmemente.

-¿No? ¿Llamarás mentirosa a Maki? Ella te vio en primera fila a ti y a Nozomi besarse en el almacén ¿la llamarás loca como todos los infieles lo hacen?- echó en cara.

-¿¡Besándonos!? No me jodas... A Nozomi ni siquiera le gustan las mujeres- la pelinegra contestó irritada. -¡Mis padres me echaron de casa porque descubrieron que amaba a Maki! Incluso mi padre me abofeteo de tal forma que mi mejilla terminó morada aquel día. Nozomi estaba solamente abrazándome- explicaba aun exasperada.

-¿Ah sí? Pues Ren no dijo eso, el afirmó que las vio llegar abrazadas e intimas escabulléndose a los almacenes el día de nuestra graduación, como ocultándose de todos. Y fue él quien le dijo a Maki de su sucia artimaña- volvió a afirmar Hanayo.

Nico entonces se olvido de su ira y dejó a la vista su expresión llena de sorpresa ¿Ren? Su compañero, el joven apuesto y popular por el que todas suspiraban... ¿Qué tenía que ver él en todo eso?

-Espera... ¿Ren, Iwamura Ren? ¿El idiota que todos creían santo, pero me agredía a sus espaldas? - Nico preguntó a la castaña, quien se desconcertó por el cambio repentino de Nico y por lo dicho por ella.

-Si Ren... ¿él te intimidaba? - preguntó sorprendida. - él siempre decía que lograba verte de forma intima con Nozomi- Contestó Hanayo.

Nico se quedó consternada, tratando de asimilar lo que Hanayo había dicho, ese chico otra vez... sabía que él había intentado acercarse a Maki, incluso conocía los rumores de que ellos dos salían, pero conocía a Maki, confiaba en ella y le dio nula importancia a ese asunto, incluso usó los rumores a su favor. Pero que Hanayo hablara de él la hizo sospechar muchas cosas.

Sujetó con cansancio el puente de su nariz, antes de levantar la vista hacia Hanayo nuevamente. - ¿Alguna vez escuchaste a Ren hablar con Maki? - preguntó, a lo que Hanayo simplemente negó.

-Cuando aparecía, él se alejaba y dejaba a Maki conmigo y Rin-chan... de alguna manera Maki siempre estaba seria después de hablar con él. No nos agradaba del todo, siempre estuvimos cerca de Maki-chan , en la medida de lo posible- Hanayo continuaba explicando.

Nico siguió incrédula... ¿Por qué él volvía a aparecer en sus recuerdos? No fue nada agradable sus vivencias con aquel chico. Para todos era un modelo a seguir... pero para ella fue una molestia.

-Escucha Hanayo, por favor... te diré todo lo que yo sé, pero ahora mismo es importante que Eli reciba un donador- Nico le pedía a la castaña indirectamente que por favor aceptara el proceso. – Aquí hay una versión que desconozco y que Maki si conoce, así como hay una versión que yo conozco y Maki no... hablemos de eso después de saber si eres candidata... te lo ruego-

Hanayo no estaba segura del todo, estaba ocultandole algo muy importante a su amiga, el ser la última voluntad de Eli la ponia en jacke, aunado a ello, la expresión de Nico parecía realmente sincera ante su intriga, por lo que simplemente suspiró.

-De acuerdo. Llama al médico responsable, pero una vez sepamos si soy compatible o no, deberás decirme que sucede, y más importante aún... deberás hablar con Maki al respecto, prométemelo-

Le había prometido a Maki que no hablarían más del pasado, pero ese pasado aún arrastraba una relación rota que simplemente no podía continuar así. No podía, si Nico pretendía volver a tener el amor de Maki.

Entonces, finalmente tomó una decisión.

-Bien, lo prometo-

.

.

.

Ese mismo día, Hanayo se sometió a un par de estudios para saber si era una buena donante. Nico después de aquello, acompaño a Hanayo a su hogar, ya que Rin no pudo reunirse con ellas aquel día. Pasaron alrededor de siete días más en los que Nico no se presentó en el hogar de Maki y se limitó a enviar mensajes de apoyo de momento. También trabajó esa semana entera, era su forma de obligarse a mantener la mente ocupada.

Finalmente, recibieron una llamada por parte del hospital, donde ya tenían los resultados de los estudios realizados.

Hanayo era compatible y podía donar médula para Eli.

Ese día, Nico se reunió con Hanayo y Rin para ir al hospital, esta última con el compromiso de acompañar a Hanayo en todo momento, ya que la castaña estaba nerviosa del procedimiento, pues bien sabía que no era nada agradable e incluso era doloroso.

Mientras se realizaba la extracción en Hanayo, Nico estaba en la habitación de Eli junto con Honoka quien cuidaba de ella fielmente.

-El médico dijo que te intervendrán mañana mismo. También dijo que necesitas al menos un mes de descanso en cama con un cuidador, esto para que esté pendiente del recibimiento que tu cuerpo tendrá con el trasplante- Nico explicaba a Eli lo que el médico le había dicho exactamente a ella.

-Yo me encargaré de cuidar de ella, la llevaré a mi casa. Afortunadamente trabajo en el turno matutino, por lo que podre cuidarla toda la tarde y noche- Honoka se hacía responsable de su mejor amiga.

-Es bueno que ella tenga a alguien como tú- Nico le sonreía amablemente a la castaña de ojos azules. -Cualquier cosa que suceda, no dudes en llamarme, también puedes llamar a Nozomi, ella se ofreció a atender cualquier inconveniente-

-Nozomi es un ángel... no puedo entender porque Maki no la toleraba- Eli decía con voz débil mientras reía un poco.

-Ah~ a veces simplemente tu corazón no te ayuda a entender tu alrededor... tampoco es como si culpara a Maki, muchos se la pasaban insinuando que Nozomi y yo teníamos algo, era obvio que eso lastimara a Maki- contestaba Nico, a lo que la artista simplemente calló.

Alguien llamó a la puerta y enseguida, Rin llegaba empujando una silla de ruedas, esta llevaba a Hanayo quien tenía expresión de pocos amigos.

-Dios, acabo de dar a luz...- la voz de la castaña era lo primero en romper con el silencio.

-Que exagerada eres- Rin se burlaba un poco a lo que la castaña volvió a quejarse.

-él dijo que me dolerá el cuerpo los próximos 5 días y que necesitaré que alguien me cuide- comentaba mientras le dedicaba una sonrisa agotada, seguido de aquello, soltó un nuevo quejido. -¡Ow! ¡Voy a moriiiiiiirrrrrr!- lloriqueo.

-Hey Hanayo ¿Qué dijo el médico? – Honoka le preguntó.

-él dijo que me dolerá el cuerpo los próximos 5 días y que necesitaré que alguien me cuide- comentaba mientras le dedicaba una sonrisa agotada, seguido de aquello, soltó un nuevo quejido. -¡Ow! ¡Voy a moriiiiiiirrrrrr!- lloriqueo.

-Ugh, te esperan muchos gritos en casa ¿eh?- Nico se dirigió a Rin, quien simplemente ponía mala cara.

-Ni lo menciones- contesto algo fastidiada para después soltar la silla de Hanayo y dirigirse con Nico. -Sobre lo que nos contaste el otro día a Kayocchin y a mi... yo, lo siento. Jamás pensé lo duro que fue todo para ti- Rin se disculpaba sinceramente con la Nico, quien sonrió amablemente.

-Ya no importa, lo importante es mi ahora. No lo dejaré escapar de ninguna forma- aseguró mientras se levantaba de su asiento. -Bueno, Hanayo cumplió con su parte del trato, tú recibirás mañana tu trasplante y todo mejorará. Ahora es mi turno de cumplir- Nico se dirigía a Eli y se despedía con la mano de ella y posteriormente de las demás presentes.

-¿A dónde vas?- interrogo la artista.

-Veré a Maki, tenemos algo importante que discutir. Ocho años de espera han sido más que suficiente- aseguró.

Eli vio a Nico marcharse con dirección a casa de Maki. Sintió celos de imaginar lo que podría surgir esa tarde, sin importar la situación, siempre sentiría celos por Maki. Porque la amaba más que a su propia existencia.

Prometió amarla hasta el último día de su vida y así sería.

.

.

.

Maki se encontraba en la sala de su hogar, mirando un par de archivos en su computadora, estos pertenecían específicamente al trabajo. Aunque Umi le dijo que tomara su debido descanso, Maki se negó rotundamente a seguir sin hacer nada en casa después de 7 días. Finalmente Umi accedió a dejarle continuar con un poco de trabajo con la simple condición de que no debía salir de su casa hasta recuperarse.

Claramente Umi no solo se refería a la lesión en su mano derecha, sino a la aflicción que la inundaba. Maki le contó lo sucedido, después de todo era su mejor amiga. La peliazul entendió totalmente por lo que pasaba Maki, por lo que trataría de darle todo su apoyo.

Ya tendrían tiempo de hablar en persona, Umi así lo deseaba. Maki no sabía que se traía entre manos la bella jefa de ojos grandes, pero si sabía que no se escaparía de un posible bombardeo de preguntas.

Suspiró desganada mientras alejaba su computadora de ella y se recargaba en el respaldo del sofá. Por más que intentara concentrarse en su trabajo, simplemente terminaba pensando en Eli. Todo lo que pasaron juntas y como habían sido días tan buenos. Y esos pensamientos a su vez se mezclaban con Nico, chica que no había ido a verla desde hace una semana.

Se sintió como una caprichosa después de pensar en pedirle a Nico que fuera a verla, ella había dicho que cualquier cosa, acudiría a verla. Se vio tan tentada en mentir y hacer que fuera. Pero su sentido de madurez la detuvo al recordarle que Nico era una adulta que también necesitaba trabajar, por lo que se limito a conformarse con los mensajes de animo de la pelinegra, nunca faltaban antes de dormir.

Finalmente dejó de dar vueltas en su mente y optó por levantarse a preparar una taza de té caliente para relajarse un poco, por lo que cruzo la sala en dirección a la cocina, sin embargo, antes de siquiera entrar a la cocina, su timbre comenzó a sonar, distrayéndola de su objetivo principal.

-Ah~ ya voy, ya voy- hablo algo frustrada, dirigiéndose a la entrada de su hogar y abriendo la puerta con una expresión poco amigable.

Una pequeña chispa de emoción creció dentro de ella cuando vio a la persona que llamaba a su puerta. Había querido verla toda la semana y finalmente estaba ahí, sonriéndole tenuemente, algo ciertamente inusual en Nico, ya que, si se trataba de Maki, siempre dedicaría la mejor de sus sonrisas.

-Hola... bienvenida- Saludó amablemente, dedicándole una tímida sonrisa a su amiga.

-Hola Maki, lamento no haber venido en varios días- se lamentaba la de ojos carmín para después mirar hacia arriba nerviosa y posteriormente soltar un suspiro cansado. -Yo realmente vine para hablar hoy contigo... es sumamente importante. Creo que incluso me atrevería a decir que ya no puedo contener más esto...- Nico decía mientras entraba a la casa a indicación de Maki.

-¿Tienes algún problema? ¿Puedo ayudarte de alguna forma? - Maki preguntó, esperanzada a que Nico realmente necesitara de ella y poder ser de ayuda.

-Si... hay algo en lo que puedes ayudarme, de hecho eres la única que puede hacerlo...- continuó la pelinegra, todo mientras jugaba nerviosamente con los dedos de sus manos.

-De acuerdo, dime que es y haré todo lo posible-

-¿Prometes realmente hacer todo lo posible por ayudarme?-

-Por supuesto-

Nico finalmente se armó de valor, tragó el nudo en su garganta y mirando fijamente a los ojos a Maki, dejó salir su angustia.

-¿Qué tenía que ver Ren Iwamura contigo?-

.

.

.


Buenas, espero hayan disfrutado el capítulo. Muchas gracias por leer, guardar, seguir y comentar esta historia.

No soy fan de usar Occ pero como dije al inicio, este fanfic fue escrito originalmente como una historia de Twice (NaMiChaeng/ NayeonxMinaxChaeyoung) y pues, en Love live no hay hombres, asi que tengo que inventar al menos uno.

El siguiente capítulo por fin se aclarará el porque Nico y Maki se separaron y que hicieron mal. (Basado en hechos reales, porque a la vida le encanta darme desarrollos de personaje bien cabrones que termino reflejando en lo que escribo después xD)

El cap de la siguiente semana sera igual en martes, porque me iré todo el fin de semana a ver a Twice al foro sol, en fin.

Banzai~