Maki observaba detenidamente a la pelinegra frente a ella. Sonreía de una forma sumamente brillante, quizá Maki estaría conmovida y hasta cierto punto, fascinada con aquella sonrisa, de no ser por lo que llevaba en brazos.

Aquel era el primer día que Nico se encargaría de cuidar de Dia. La abogada estuvo aliviada cuando Nico la llamó para informarle que oficialmente había dejado su empleo en BiBi y que podría comenzar a encargarse de Dia tan pronto terminara de ordenar algunos asuntos. Durante ese periodo de tiempo, Maki estuvo ansiosa y nerviosa, pues bien sabía que Dia no estaba del todo feliz con la situación y que la aceptaba únicamente para poder estar con ella más tiempo.

Ver a Nico ahí frente a su puerta a las 9:00 AM con una pequeña sorpresa en brazos la dejaba algo inquieta.

-¿Maki?- Nico la llamó por su nombre, estaba preocupada de lo que pudiera estar sucediendo en la mente de Maki o de si estaría de acuerdo con su sorpresivo invitado. Se maldijo mentalmente por no haberle preguntado a la pelirroja si estaba bien. Se sintió culpable.

-Vaya... no espere a este pequeño- fue lo primero que salió de los labios de Maki, quien se agachaba un poco para mirar a la pequeña bola de pelos en los brazos de Nico.

-Lo siento ¿Estás molesta?- preguntó rápidamente Nico, a lo que Maki simplemente le dedicó una tenue sonrisa mientras la miraba.

-Tranquila, solo fue sorpresivo, estoy segura que Dia estará contenta de llegar y verlo- aclaraba Maki mientras acariciaba la pequeña cabeza del pomerania blanco y esponjoso que Nico cargaba en brazos.

Nico entonces se sintió aliviada de la respuesta de Maki, sabía que la mas alta no era muy afin a tener mascotas, no desde que su cachorro Momo se había perdido cuando tenía 14 años. Pero realmente aquel pequeño polvoron esponjoso era necesario para ella, de alguna manera le ayudaba a no estar tan nerviosa ante el inminente momento de estar a solas con Dia en aquella enorme casa.

Era su compañía.

-Me aseguraré de que no haga ni un solo destroso, yo me haré responsable de cualquier cosa- dijo la pelinegra, tratando de hacer sentir segura a Maki al respecto, después de todo llevo un perro a su casa sin preguntar. -Y espero que aligere las cosas entre Dia y yo- confesaba, ganándose una mirada curiosa de Maki.

-Así que es eso... Es nueva adquisición, ahora entiendo porque no lo ví en tu departamento- Como pensó, Maki definió rápidamente eso, después de todo era hija del prodigioso médico Nishikino...

-Lo siento, debo verme patética, abrumada por una niña de 12 años- se sentía sumamente apenada de haberse visto atrapada por Maki, pero la abogada simplemente se acercó hasta ella y acarició su espalda.

-Tranquila, entiendo perfectamente tus nervios. A decir verdad, cuando Dia llegó a casa por primera vez, también fue abrumador para mi- Maki comentaba con cierta melancolía todo para después suspirar. - En fin, se que a pesar de tus nervios harás un gran trabajo. Al pequeño puedes dejarlo salir al jardín trasero, estoy segura que le gustará- comentaba Maki mientras llamaba a Nico con uno de sus dedos y le daba un breve recorrido en el hogar.

Nico bajó al pequeño cachorro sin nombre y siguió a la abogada alrededor de la casa; todo estaban tan limpio y ordenado, justo como recordaba que era la pelirroja.

-Dia llega a las 4:00 pm a casa, hay comida hecha en el refrigerador, pueden comer juntas cuando llegue. También hay ingredientes por si deseas cocinar algo por tu cuenta- Comenzaba a explicar. - Los viernes dejo un poco de dinero sobre la nevera, es día de película, así que Dia ordena una pizza y vemos una película juntas- señalaba el sitio donde dejaba dinero.

Nico escucho cada una de las cosas que Maki le decía, perdiéndose ocasionalmente en la figura de la abogada dándole la espalda, era tan hermosa para ella.

-Si necesitas de mi presencia, no dudes en llamarme, estaré aquí en cuanto pueda salir- Maki indicaba a Nico mientras ambas se dirigían a la salida del hogar. -Tienes mi número, Dis por cualquier inconveniente, también tiene el de Umi, si es una emergencia, no dudes en llamar- la japonesa finalizaba mientras tomaba unas llaves con un colgante en forma de zapatillas de ballet y proseguía a salir del hogar seguida de Nico.

-Entiendo, mantendré todo en orden ¿De acuerdo?- Nico aseguraba. Miró entonces como Maki se dirigía a un auto color celeste y lo abría, aquel seguramente era el auto de Eli, por lo que cayó en cuenta que aún tenía algo que cumplir y era sacar lo que estaba oculto bajo el asiento de ese auto. -¿Y... tu auto?- preguntó inconscientemente, ganándose una mirada curiosa de Maki.

-La aseguradora me lo entregará en un par de días, así que mientras usaré este- Maki explicaba mientras mantenía la puerta abierta. -S-supongo que mañana me tomaré un momento de limpiarlo a fondo y sacar todas las cosas que Eli dejó aquí- explicaba Maki con completa tranquilidad.

-Se-seguro... suerte con ello- contesto Nico forzando una sonrisa ante lo dicho por la menor. -Ten un lindo día Maki- se despedía de la pelirroja, quien le sonrió, mostrando esa sonrisa tan única y despidiéndose con la mano.

Nico se quedó ahí un par de segundos, mirando como el auto celeste desaparecía de su vista para después entrar a la casa, siendo recibida por el pequeño pomerania.

-Eli y yo estamos jodidas, pequeña galleta- le decía al cachorro que solo ladeó la cabeza curioso y desentendido.

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Maki llegaba a su trabajo con completa normalidad, estacionando el auto en su lugar asignado y bajando con algo de pereza. Entró inmediatamente a las oficinas, notando un pequeño caos alrededor, estaba curiosa de lo que sea que estuviera ocurriendo y a la vez se sentía nerviosa, tanto movimiento solo significaba una cosa. Alguien grande estaba en problemas legales.

Justo vio a uno de sus compañeros pasando apresurado con algunos documentos en mano, así que lo detuvo rápidamente.

-Chan ¿Qué diablos está pasando? ¿Por qué tanto alboroto?- le preguntó al joven quien soltó un suspiro cansado.

-Uno de los socios de Sunrise Entretaiment fue acusado de lavado de dinero... Umi está que muere. Creo que deberías ir con ella- informaba Chan a Maki, quien simplemente suspiró.

-Gracias, mantenme al tanto de lo que suceda afuera. Si se trata de un socio de esa empresa, los periodistas no tardarán en estar afuera obstruyendo el paso, por favor, manda seguridad afuera- informaba Maki.

Tan rápido como dejo a aquel lugar, se dirigió a la oficina de Umi, lugar donde entraban y salían tanto hombres trajeados, como personal de policía. Cuando por fin ingreso, había dos hombres escoltando a uno más, quien era el que estaba discutiendo acaloradamente con la jefa de policía.

-Es inaceptable, ese maldito gusano debe pagar por ensuciar el nombre de mi empresa- el hombre de mayor edad decía aquello mientras golpeaba con su puño el escritorio de Umi.

-Yo entiendo la gravedad del problema pero entienda que no puedo realizar un juicio tan fácilmente. Gracias a los testigos que presentó, ya se ordenó la detencion del sospechoso y está siendo trasladado aquí- Umi respondía al sujeto con voz calmada pero firme.

-¡Pura basura! ¿Quieres dinero para apresurar todo? Pídelo y deshagamonos de esto de una maldita vez- aquel hombre insinuó con completo descaro logrando que Umi se enfureciera.

-Escucheme bien señor Jung, ni usted ni nadie puede pagar por ejercer la justicia que usted cree es la adecuada, ya hubo una denuncia por parte de su socio, lo que hace todo más complicado. Así que déjeme hacer mi trabajo y salga inmediatamente antes de que comience a agregar cargos por cohecho al expediente del caso- amenazó con completa firmeza, mirando al hombre con una intensidad que hizo que los dos acompañantes del sujeto retrocedieran.

-No tiene testigos para eso- aclaró el hombre, tratando de hacerle saber a Umi que no lo intimidaba. Cosa que era falsa.

-Me tiene a mí- Maki intervino de inmediato, caminando con completa seriedad hacia el escritorio de su mejor amiga. - ¡Ah! y a las cámaras de seguridad- agrego señalando una esquina de aquella habitación, justo donde se visualizaba una de las muchas cámaras de seguridad que protegían el lugar.

Fue ahí cuando el hombre dejó su lado hostil para dejar ver su enfado y desagrado al verse atrapado y sin poder manejar la situación.

-Sea inteligente señor Jung y retirece. Usted podrá ser un genio eligiendo talentos nuevos para su empresa de idols, pero aquí quienes tenemos el deber y el trabajo, somos la señorita Sonoda, abogados y policías- Maki miraba completamente sería al hombre. -Pueden retirarse- y con completa autoridad, Maki señalaba la puerta a los tres presentes para que salieran de la oficina.

Umi y Maki fueron testigos de como aquel hombre las miraba con ira y repudió como si fuesen inferiores. Con una señal con sus dedos, indico a sus dos acompañantes que salieran primero, una vez que ambos salieron, él les dedicó una última mirada a ambas mujeres antes de salir también. Finalmente Umi soltó un agotado suspiro y se dejó caer sobre la silla de su escritorio.

-¿Dia agetreado eh? Ni siquiera había terminado de poner un pie fuera del auto y ya estaba lleno de gente aquí- Maki decía mientras posaba su mano sobre el hombro de la jefa.

-Esto es un tema delicado, un socio de una empresa menor, acusado de lavado de dinero ¿Sabes lo que eso significa? Problemas con el crimen organizado... - Umi dejaba salir su preocupación.

Maki sabía lo complicado que era aquello, la vida de los abogados y policias estaba en riesgo constantemente cuando se involucranban en casos como éstos.

-Isashi podría tomar el caso, es muy bueno en cuanto a derecho económico- Maki le decía a Umi, quien simplemente negó con la cabeza.

-Él delegado quiere que yo tomé personalmente el caso, también quiere que elija a los 5 mejores abogados para llevar a cabo todo- Umi explicaba mientras masajeaba su cabeza.

-Bueno, puedo ayudarte, de cualquier manera estamos hablando del CEO de Sunrise- Maki decia sin cuidado alguno a lo que Umi negó.

-La denuncia no la realizó el señor Jung... la hizo el socio al que aprendieron, la defensa sería para él- agregaba Umi, confundiendo un poco a Maki.

-Espera ¿Él es el demandado? Entonces ¿Por qué apreendieron al socio?- preguntó Maki confundida.

-El socio alega que encontró incontinencia en el manejo del dinero de los últimos meses. Dijo tener pruebas contra el señor Jung y que él era el culpable, cuándo se solicitó la presencia del señor Jung, el realizó una contrademanda en la cual acusa de esas incontinencias al socio- explicaba Umi. -Jung tiene pruebas y testigos de que el socio miente... o al menos, eso es lo que se alega- explicaba brevemente.

Maki sabía que era un caso complicado y que Umi estaba en la mira, pero no podía simplemente ver a su amiga en problemas y no hacer nada, le debía tanto a Umi.

-No me importan las dificultades, déjame ser parte del equipo que necesitas para este caso- Maki decía seriamente a su amiga, la cual se sobresaltó.

-Maki, no. Este es un caso complicado, no quiero que estés en riesgos innecesarios- Umi recalcaba que no dejaría a Maki ser parte.

-Por favor, no puedo simplemente sentarme y ver cómo la prensa y el delegado te comen viva. Por favor, tendré cuidado, hagamos esto juntas- Maki rogaba a su mejor amiga por ser parte.

Umi sabía que Maki quería estar a su lado en este momento tan complicado. Pero se negaba a exponerla, pensaba en los recientes acontecimientos sucedidos en la vida de la pelirroja, en su hija. No quería un colapso de Maki y preocupar a su familia. Por otra parte, Maki era una abogada sumamente capacitada y buena en lo que hacía, así mismo el orgullo laboral de la pelirroja seguiría insistiendo en hacerla parte.

Sabía que no la dejaría en paz tampoco.

-Bueno, tu ganas, solo por favor tenemos que ser lo más confidenciales y cuidadosas ¿entiendes? Este será un caso complicado y por supuesto que tiene su riesgo- Umi terminaba por acceder a la petición de Maki, quien sonrió complacida.

-Grandioso, lograremos esto juntas, ahora... ¿Quien es el socio acusado?- preguntaba Maki a Umi, quien simplemente tomó una carpeta y se la pasaba.

-Un estudiante prodigioso y dueño de su pequeña empresa, un pobre desafortunado, si me lo preguntas- decía Umi mientras soltaba un cansado suspiro.

Maki entonces tomo la carpeta y miró la primera página la cual era el perfil del hombre acusado. Sus ojos se abrieron en gran sorpresa al ver la foto y leer el nombre.

-Tiene que ser una maldita broma...- Susurró mientras leía a un lado de aquella foto el nombre de "Iwamura Ren"

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Nico terminaba de preparar la mesa del comedor, había dejado todo colocado de la mejor manera posible. Así mismo había calentado la comida unos minutos antes de que dieran las 4:00 pm, incluso se aseguró de lucir bien para recibir a la más joven de aquel hogar.

No había recibido llamada de Maki en todo el día, por lo que pensó que quizá la chica estaría muy ocupada, así que solo contaba con la compañía y apoyo del pequeño peludo que dormía cómodamente en el pasto del jardín trasero.

-Bueno, te ves limpia y ordenada; tu cabello está en orden y esa pequeña galleta también se ve adorable- se decía a sí misma mientras se miraba en uno de los espejos que adornaban elegantemente el comedor.

Repentinamente escuchó la puerta abrirse, sintió de inmediato su corazón latir con mucha fuerza. Dia por fin había llegado.

-Estoy en casa- se escuchó la suave voz de la menor mientras caminaba al interior del hogar.

Nico tragó pesado, no sabía si era buena idea ir a recibir a la pequeña o esperar a que ella llegará al comedor.

"-Si dijo "estoy en casa" en porque espera respuesta o un recibimiento, anda... No seas cobarde-" pensó y armandose de valor, caminó hasta la entrada, topando a Dia por fin.

-Bi-bienvenida...- hablo por fin, captando la atención de la joven de 12 años.

Dia sabía que Nico estaría ahí, pero aún así, verla frente a frente con esa boba sonrisa nerviosa en su cara, no le hacía sentir del todo cómoda.

-Gracias... ¿Mamá Maki no ha llamado?- preguntó con normalidad, intentando no hacer mucho contacto visual con la adulta.

-No, quizá esté muy ocupada, pero dejó la comida lista para ti. ¿Te gustaría comer conmigo?- y aún muerta de nervios hizo la riesgosa pregunta.

Dia solo la miró por un par de segundos, antes de simplemente pasar de largo y comenzar a subir las escaleras.

Nico suspiró, la adolescente ni siquiera se dignó a responderle y simplemente se marchaba, dejándola ahí parada y con la mesa servida. Desganada, Nico se sentó en una silla del comedor mientras sujetaba su cabeza con cansancio.

Entendía en parte el sentir de Dia, después de todo su primer encuentro había sido desastroso, pero se había disculpado con la menor, entonces ¿Por qué ella seguía odiandola? Simplemente no lo entendía.

No era una mala persona, solo quería ayudar a Eli, solo quería recuperar al amor de su vida, solo quería que Maki pudiera sonreír al ver a su hija en casa como debía ser. Sintió un nudo formarse en su garganta ante la frustración.

-¿Señorita Yazawa?- escucho la suave voz de la niña y levanto rápidamente la cabeza. Ahí estaba Dia, se había cambiado el uniforme a ropa más cómoda. La menor la miraba curiosa. -Fui a dejar mis cosas y a cambiarme, no es adecuado comer con el uniforme puesto- dijo Dia acercándose a uno de los asientos y sentándose.

Nico por un momento pensó que Dia no pensaba comer con ella, pero simplemente había ido a cambiarse, se sintió un poco aliviada por ello.

-Crei que habías rechazado mi oferta- Nico dejaba salir honestamente y le sonreía tímidamente a la niña quien simplemente comenzó a tomar lo que quería comer.

-Llevo más de cuatro meses sin disfrutar la comida casera de mamá Maki. No sería cuerdo de mi parte rechazarla- contestaba con normalidad y comenzaba a comer.

Nico suspiró derrotada, la única razón por la que Dia estaba ahí era porque Maki había preparado la comida. Era obvio que Dia no lo haría por ella.

Sin más, ambas comenzaron a comer en completo silencio. Dia ocasionalmente miraba de reojo a Nico, podía apreciar lo emocionada que se veía comiendo lo que Maki había preparado. En cuanto Nico dió el primer bocado, incluso pudo ver cómo las mejillas de la otea pelinegra se sonrojaban al saborear la jugosa carne con verduras.

-Pareces muy contenta con la comida de mamá- comentaba Dia, provocando que Nico diera un pequeño saltito y después la mirara con algo de sorpresa.

-Si, Maki no siempre tuvo un don con la comida. Hace muchos años que no probaba algo cocinado por ella y me ha dejado muy sorprendida- Nico decía mientras miraba con una sonrisa triste el plato con comida, para después mirar a Dia y dedicarle una gran sonrisa. -Es muy nostálgico-

Por un momento Dia estuvo a punto de corresponder con una sonrisa de vuelta, sin embargo, escuchar que Nico hablé de nostalgia simplemente la hizo recordar que esa mujer de apariencia inocente le había hecho daño a Maki. También recordó la forma en que coqueteo a su madre Maki el día en que Eli se fue.

Se irritó repentinamente.

-Pienso que la comida no es lo único que te gusta de Maki- soltaba aquello haciendo que Nico comenzará a atragantarse con su bocado y comenzará a toser.

No esperó el comentario de Dia, simplemente fue fuertemente sorprendida y en su apresurado intento de negarlo, la comida que estaba por tragar decidió ir a su faringe. Una vez que tosió lo suficiente, miró a la menor.

-¿De-de que hablas Dia? Claro que me gusta Maki, somos amigas desde que ella tenía 13 años- intento responder con normalidad, sin embargo, Dia no se tragó aquello.

-Me imagino, supongo que ver lo bonita que es ahora te conmovió más allá- soltó otro comentario, logrando que Nico de nuevo se pusiera nerviosa. -A puesto a qué si tuvieras la oportunidad saldrías con ella, lástima que mamá Maki esté hablando con otra chica- dijo aquello con total intención de probar a Nico, como esperó, la pelinegra se sobresaltó.

-¿Ma-Maki habla con otra chica?- y torpemente pregunto aquello, haciendo evidente la sorpresa que sintió al respecto.

-Si, se escucha entusiasmada siempre que habla con ella. ¿Cuál era su nombre? Comenzaba con M... ¡Ah sí! Mari Ohara, iremos a comer con ella el siguiente descanso de mamá- seguía hablando, analizando cada gesto de Nico, cada sonido que hacía.

Nico simplemente apretó los puños tratando de contener su nerviosismo, había caído en cuenta que Dia estaba solo molestandola y que al parecer, la menor había notado ya sus intenciones con Maki. Pero no sé dejaría vencer por la menor, por lo que simplemente tomó aire y se aseguró de responder adecuadamente.

-Me alegro mucho por Maki. Si ella es feliz, entonces lo demás no importa- dijo aquello volviendo a sonreírle a Dia, notando como la menor parecía desconsertada.

Justo como esperó, y sonrió satisfecha ante la expresión incierta de la adolescente. -Maki es una mujer maravillosa, ella merece todo lo mejor- finalizó.

Dia desvió la mirada de Nico y regresó a seguir comiendo. No espero que Nico dijera algo tan desinteresado. Por un momento pensó que la mujer se enfadaría al saber que Maki hablaba con esa chica Mari. Pero incluso se alegró por ella...

"-Nico = 1, Dia =0 bien hecho-" pensó la adulta mientras miraba a la joven pelinegra terminar su plato y comenzar a recoger.

Pero vamos, Nico no era una grandulona de 28 años contra una niña de 13. Simplemente quería que la asertividad malintencionada de la pelinegra menor parara y lo logró.

-Dia... ¿Te gustaría algo de postre mientras haces tu tarea?- se animaba a hablar, notando como la menor le devolvía una mirada curiosa.

-¿Maki hizo postre? Eso sí es una sorpresa- contesto la menor. Nico en respuesta negó.

-En realidad el postre lo hice yo- decía mientras se dirigía a la cocina seguida de la menor, ahí Nico llegó hasta el horno y al abrirlo un dulce aroma a chocolate inundó la cocina. Lo que Dia vio ahí, fueron 6 cupcakes de chocolate con muy buen aspecto.

La menor parecía algo dudosa al respecto.

-Si no está rico, mañana podrás comer lo que quieras- le hacía tan tentadora oferta a cambio de que probará sus cupcakes.

Dia simplemente se acercó y accedió a tomar uno de los pequeños panques, realmente olía delicioso y finalmente dio el primer mordisco.

Sus mejillas se ruborizaron, era condenadamente delicioso.

-Cuando hayas terminado tus deberes me gustaría que miraras algo, estoy segura que será una grata sorpresa- Nico le sonreía a la menor, quien comiendo tranquilamente su cupcakes, le dedicaba una mirada curiosa.

-Seamos sinceras, señorita Yazawa. No me agradas y ambas lo sabemos. ¿Por qué estás tan empeñada en sorprenderme?- Dia dejó salir tan crudamente aquello, logrando que Nico sacará una risa incómoda.

-Si, lo sé. Entiendo que no te agrade en lo más mínimo, pero por el momento Maki no tiene a nadie más que pueda ayudarla a hacerte compañía y que puedas quedarte, eso también lo sabemos ambas ¿No es así?- Nico comenzaba, a lo que Dia suspiro en respuesta, pues sabía que la chica tenía razón. -Solo quiero ayudar a Maki. Ella es alguien que... Yo quiero muchísimo-

Dia puso mala cara ante lo último, cosa que Nico notó de inmediato.

-Si, ya se que "la quieres mucho" y eso es una razón más por la que tus intentos de impresionarme no van a funcionar- Dia respondía insinuandole a Nico que sabía que gustaba de Maki.

-Bueno, estás comiendo los cupcakes que hice...- Nico sonreía satisfecha, logrando que Dia desviará la mirada y su adorable ceño fruncido se ruborizara. -Dia ¿Podemos ir al jardín trasero?- Nico pidió, era momento de jugar su carta especial.

Dia no estuvo del todo segura de hacerle caso a la de ojos carmin, pero simplemente soltó un suspiro más y siguió a la mayor. No estaba segura de que es lo que trataba la mayor, ¿Por qué pese a todo lo que le había dicho, Nico seguía siendo tan amable? De alguna forma se sentía abrumada por la actitud de la mayor.

Cuando Nico abrió la puerta corrediza que llevaba al jardín trasero, Dia miró lo que ahí esperaba.

Su corazón comenzó a latir con mucha fuerza y su sonrisa inmediatamente se dejó ver en su rostro.

-Oh dios...- dijo sorprendida mientras caminaba hacia el pequeño peludo que al verlas se levantó a recibirlas mientras movía su cola.

Nico observó como la menor se arrodillaba para poder acariciar al pequeño pomerania blanco. Algo en su interior se sintió sumamente contento de ver tal interacción. Y su mente viajó a recuerdos de su adolescencia. Cuando Maki recibió al cachorro que sus padres por fin le habían dejado tener. Un curioso perro al que Maki llamo Momo, parecido a los Golden, recordó que la emoción de Maki fue tanta que su nariz terminó sangrando.

Sabía que Dia no era hija sanguínea de Maki, pero sus gestos y expresiones eran tan similares, que simplemente su corazón se vio regocijado ante tal escena en la que el pequeño perro era abrazado por Dia.

-¿Co-cómo se llama este pequeño?- la pregunta de Dia la sacó de su ensoñación.

-Oh... Él aún no tiene un nombre, lo rescaté hace una semana...- Nico confesaba algo apenada. -Pero, ya que parecen congeniar bien ¿Que te parece si me ayudas a darle un nombre?- proponía a la adolescente, quien por primera vez sonrió genuinamente para ella.

Dia volvió su vista entusiasmada al cachorro que movía su cola ante sus caricias, pensó que era como un esponjoso algodón de azúcar.

-¿Marshmallow? Es como un suave malvavisco- decía primeramente aquello a lo que Nico rio y se comenzó a acercar para agacharse al lado de Dia.

-Tienes razón, pero creo que es un poco difícil de pronunciar- respondía la mayor a lo que Dia pareció volver a pensarlo. -Creo que el se parece más a un polvoron, como una galleta-

- Entonces que sea Coockie, como una suave galleta de polvoron- respondía Dia mientras acariciaba la cabeza del pequeño, el cual soltó un pequeño y chillón ladrido, sorprendiendo a ambas.

-Creo que le gusta su nuevo nombre- bromeó Nico dedicándole una nueva sonrisa a Dia, quien sonrió en respuesta.

Eli y Maki tenían razón, Dia era una niña encantadora. Y tal como la artista le había dicho a Nico, tan solo hacía falta acercarse un poco a la chica para ver lo hermosa que era. Se sintió por primera vez en aquella tarde completamente tranquila ante la cercanía de Dia.

Por su parte, Dia recapituló todos los pequeños detalles que Nico había intentado aquel día, en todo momento fue amable pese a sus provocaciones. Maki tenía razón, la mujer era agradable.

Pero no dejaría que entrara tan fácilmente, Nico tendría que ganarse una oportunidad.

Mientras ambas pensaban aquello, ninguna se percató del par de ojos que las observaba en el marco de ma puerta del jardín. Ahí, la recién llegada miraba con mucho cariño la pequeña interacción que estaban teniendo dos personas muy importantes para ella.

Después de un día tan agetreado y agotador, Maki observaba a Nico y Dia darle un nombre a aquel cachorro.

Quizá, las cosas podían mejorar.

Maki quiso creer fielmente en eso.

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Espero que hayan disfrutado de este capítulo, gracias por esperar. Tuve vacaciones en el trabajo y las aproveché para pasarla con mis seres queridos y jugar con mi xbox que hace tanto no tocaba jajaja, en fin, regresó un viejo mal... ¿cómo otra todo con Maki y Umi llevando el caso de Ren? ¿como marchara todo? ya veremos

Banzai~