La mirada de ambos estaba fija en el otro, lo único que Maki podía hacer en ese momento era intercalar su mirada entre Nico y Ren. Se encontraba algo inquieta al respecto, principalmente porque el hombre había traído muchas desdichas a la vida de Nico.

Nico sentía enojo al ver al chico ahí, no le importaba que Maki estuviera trabajando en su caso, simplemente algo en su interior sentía rechazo absoluto. Pero ya no eran unos adolescentes, ahora eran adultos maduros, en la medida de lo posible. Por lo que trato de calmarse y tomarlo de la mejor manera posible.

Ren por su parte se sentía nervioso y hasta cierto punto, avergonzado. No era tonto, ese rostro sin duda lo recordaría siempre, y por cómo lo miraba ahora mismo, sabía que Nico si tenía muchos resentimientos guardados.

No era para menos, Maki le dijo que todo lo que hizo había arruinado la vida de Nico, se sentía mal al respecto. Y finalmente, al notar que ninguna de las chicas diría absolutamente nada, decidió dar el primer paso, aclarando su garganta.

-Di-disculpen la interrupción, solo quería saber cómo estaba Maki...- decía dando un par de pasos hacia atrás. Deseaba salir de ahí en cuanto antes.

-Estoy bien, Nico chan me llevará a casa. Umi dijo que un policía te escoltara de vuelta. Él está en el primer piso, pídele su identificación antes de irte con él- Maki explicaba al chico lo necesario. También estaba algo nerviosa por la situación en la habitación.

- De acuerdo, gracias... Por todo, te debo la vida- comentaba él, llamando aún más la atención de Nico.

La pelinegra lo miro más detalladamente, el tenía un vendaje en gran parte de su pecho y un parche en la mejilla. Umi le había dicho que hirieron a Maki en un pabellón mientras escoltaba a alguien... Así que solo llegó a la conclusión de que Maki estaba herida por culpa de él.

-Ve a casa, y por favor, ten mucho cuidado- Finalizaba la abogada, tratando de hacer que el chico se fuera de una buena vez.

Pero para desgracia de la abogada, él se quedó aún de pie ahí, mirandolas a ambas.

-Si, gracias... - él agradecía, para después quedarse en silencio un par de segundos, tomando el valor suficiente. -Nico... Yo lo siento...- se atrevió a soltar.

La pelinegra dejó de verlo y trató de contenerse, no quería sentirse de aquella forma, con odio y enojo. Ella no era así, pero todo lo sucedido resultaba sumamente doloroso. Tenía tantas cicatrices que no había logrado olvidar, muchas derivadas de ese chico.

Lo perdió todo en un abrir y cerrar de ojos, su familia, su vida escolar y a la persona que amaba, todo por un deseo egoísta del chico.

Ren solo observó como Nico apartaba la mirada de él, siendo Maki la única que podía ver qué expresión hacia Nico en ese momento. Se seguía sintiendo nervioso, pero no dejaría pasar la oportunidad, no quería seguir cargando con el remordimiento.

-Sé que te hice daño... Yo de verdad lamento lo sucedido- continuaba hablando el chico. -Si tan solo pudiera hacer algo para compensarlo...- seguía disculpándose, hasta que Nico volvió la vista a él con total seriedad, haciendo que callara.

-¿Compensarlo? ¿Puedes regresar el tiempo? ¿Puedes hacerlo para evitar que mis padres me echen de casa a raíz de esas fotos? ¿Para evitar ese sentimiento de nerviosismo todos los días antes de los almuerzos?- comenzaba a hablar Nico, mirando igual de seria al hombre. - ¿Puedes devolverme los mejores años de mi vida, desperdiciados en trabajar como esclava por un sueldo miserable, que no podía mantener mi carrera y una casa? No solo perdí mi casa, perdí la oportunidad de ser alguien en la vida porque no pude ayudarme ni yo misma... - continuaba hablando, cada palabra era más y más dolorosa, no solo para Nico, sino para Maki y Ren. - Perdí a la persona que amaba por tu causa...-

Los ojos de Maki miraron hacia abajo, sintiéndose culpable también. Aunque también fue una víctima, no dejaba de pensar en que si se hubiera quedado en lugar de huir, quizá, tan solo quizá las cosas hubieran sido diferentes.

-¿Puedes hacer que recupere algo de eso?- volvió a preguntar la mayor, mirando fijamente al chico, quien también bajo la mirada.

-Yo...- trato de decir algo, pero su voz no pudo salir más allá. Simplemente no pudo completar algo coherente para decir.

-No, no puedes... Y como no puedes hacerlo, no quiero escuchar ninguna de tus disculpas- Nico aclaró para después suspirar con cansancio y fastidio. -Porque tus disculpas solo te van a dar paz a ti, no van a pegar mis fragmentos de vuelta... Ni los de Maki- dicho ésto, Nico se puso de pie y caminó hasta una de las esquinas de la habitación, tomando la silla de ruedas compactada y abriéndola para que Maki subiera en ella.

Todo permaneció en silencio un breve momento, logrando escucharse únicamente los movimientos de Nico y la silla de ruedas, cuando por fin pudo armarla, se acercó hasta la cama, mirando a la Pelirroja con una expresión seria.

-Umi dijo que subas a la silla, así que por favor, hazlo- Maki no objetó en absoluto, con ayuda de Nico logró subir a la silla de ruedas.

Ambas estaban listas para irse, pasando de largo del chico, quien aún estaba de pie cerca de la entrada. Justo cuando Nico abrió la puerta de la habitación, por fin pudo decir algo.

-No puedo regresar el tiempo, Nico- dijo primeramente, para después volver a mirar a ambas mujeres, quienes le daban la espalda. -Pero sé que puedo hacer algo... Lucharé por compensarlo de alguna manera... Te lo debo- finalizó, notando como Nico detuvo su andar un breve momento, para después simplemente seguir empujando la silla de Maki y seguir caminando.

Nico tenía la cabeza hecha un lío, no se sentía bien. Jamás imaginó encontrarse con ese chico ahí, jamás imaginó su "arrepentimiento" solo daba vueltas y vueltas en sus dolorosos recuerdos. Cada palabra agresiva, cada empujón, la mirada de asco y decepción de sus padres, la rabia en los ojos del señor Yazawa, la tristeza y decepción en los ojos de los señores Nishikino, cada palabra cargada de frustración en Hanayo y Rin, y sobre todo, los ojos llenos de dolor y lágrimas en Maki.

Cada momento, cada palabra, cada sentimiento; era algo que no la abandonaba desde que vio a Ren en esa habitación.

-¡Mamá!- la voz de Dia la hizo volver, estaba tan sumergida en sus pensamientos que ni siquiera se percató del momento en el que ya habían llegado al primer piso.

-Dia ¿Todo bien?- Maki le sonrió a la menor mientras extendía sus brazos para abrazar a la chica.

Dia solo se abrazó a su madre, dándole un contacto lleno de cariño para después separarse un poco.

-Si tú estás bien, entonces todo está bien- era la única respuesta de la menor, terminando por separarse del abrazo.

Umi se levantaba de dónde estaba y miraba a Nico, notó de inmediato que la de ojos carmin no estaba del todo bien, algo le disgustó, algo la tenía incómoda. Pero no debía meterse, aquellos eran asuntos de Maki, por lo que simplemente suspiró y se dirigió a Nico.

-Gracias por llevarla de vuelta, Nico. Asegúrate de que haga caso y descanse- Umi decía primeramente, esto mientras tomaba sus cosas para marcharse.

-Claro, las cuidare bien- contestó, dedicándole una tenue sonrisa a la otra mujer.

Umi decidió no decir más y esta vez se dirigió a su mejor amiga.

-Por favor, espero que te quedes quieta al menos cinco dias. Dia va a acusarte conmigo si no te comportas- amenazaba a la pelirroja en la silla, quien solo rodó los ojos.

-Si mamá, me portare bien- contestaba con la misma ironía de sus gestos.

-Es en serio, Maki. Y nada de atarearte con el caso. Chan e Ikose van a ayudarme debidamente, así que por favor descansa con tranquilidad- Umi pedía esta vez dándole una sonrisa a la Pelinegra menor.

-No te preocupes tía Umi, yo la cuidare- Dia le sonreía a la jefa de policia quien solo acarició su cabello.

-Cuento con ello, ahora debo irme, hay mucho por hacer- Umi finalmente se disponía a marcharse, despidiéndose de madre e hija y al último, miró una vez más a Nico. - Cualquier cosa, puedes llamarme, Nico san- y sin esperar más, Umi se marchó.

La pelinegra simplemente suspiró y comenzó a empujar la silla de Maki una vez más, dispuesta a tomar un taxi y volver, cuando en la salida logró ver de nuevo a Ren, él llegaba hasta una mujer y la abrazaba para después darle un rápido beso en los labios, después, justo como dijo Maki, un oficial les pidió que lo siguieran para escoltarlos.

"-Miralo, es feliz con su esposa, logró ejercer una empresa... Arruinó tu vida y el lo tiene todo-" cruzó aquel pensamiento por su mente, por lo que rápidamente sacudió la cabeza para dejar de hacerlo. "-No... El no importa, basta...-"

Y aunque intento estar bien y mantener su mente despejada y tranquila, no pudo evitar estar en completo silencio en el camino de regreso a la casa Nishikino, cosa que claramente Maki notó.

Cuando llegaron finalmente al hogar Nishikino, Nico pagó por el taxi y bajo para ayudar a Maki, pasando el brazo de la abogada por sobre sus hombros y sirviendole de apoyo. Dia por su parte, ayudo a bajar las pertenencias de su madre, y finalmente, ingresaron al hogar.

-Dia, ¿Podrías subir primero y abrir la puerta de la habitación de Maki?- la mayor pedía a la niña, quien simplemente asintió y se apresuró a hacerlo.

Nico llevo a Maki hasta el primer escalón, tratando de ser lo suficientemente fuerte para ayudar a la abogada.

Les resultó una tarea un poco complicada, pero lograron subir las escaleras y llegar a la habitación de Maki, dónde finalmente la japonesa pudo recostarse.

-Eso fue complicado, gracias por ayudarme a subir- agradecía Maki. Su voz fue suave, aún estaba consternada por la forma en que Nico había reaccionado con Ren.

La pelinegra simplemente asintió y comenzó a quitar las pantuflas y calcetines de Maki, manteniéndose seria y en silencio.

-Nico chan... Lo siento- repentinamente, la abogada se disculpaba con ella. Fue hasta ese momento en el que Nico levantaba la mirada para ver a Maki.

Maki por su parte bajaba la cabeza, estaba decepcionada de si misma, todo lo que dijo Nico en esa habitación, de alguna manera se sentía culpable, como si parte de la culpa le perteneciera o fuese ella una causa de que Nico terminara así.

-Pero ¿Por qué te disculpas?- preguntó intrigada, notando como Maki en respuesta solo soltaba un suspiro.

-Todo lo que dijiste ahí... Yo sé que lo habíamos hablado a solas tu y yo, pero... De alguna manera, desde ese día, he pensado que si no hubiera sido una cobarde, si me hubiera quedado para ti, tal vez las cosas hubieran sido un poco mejor- comentaba Maki, aún manteniendo la cabeza baja.

Nico lo entendió finalmente, Maki la había tratado de aquella forma tímida todo ese tiempo debido a la culpa, sus palabras en aquella sala de hospital habían sido la última gota que obligo a Maki a dejar salir esa preocupación de su interior.

Maki no solía hablar sobre cómo se sentía, cuando algo la agobiaba prefería estar en soledad, o simplemente lloraba hasta sentirse un poco mejor, bajando el nivel de las penas que la ahogaban hasta poder respirar un poco y que volviera a llenarse, comenzando a ahogarla nuevamente, era como un círculo interminable y tortuoso en el que Maki se sumergía constantemente.

No, no era culpa de Maki, porque ella huyo impulsada por el constante hostigamiento de terceros y la cobardía de Nico, ella lo sabía bien, por lo que se apresuró a sujetar la mano de Maki.

-No eres culpable de nada, Maki chan. Es cierto, me hubiera sentido mil veces mejor de tenerte conmigo, pero el resultado hubiera sido probablemente similar. No podía permitir que tu familia y los Toujou se encargarán de una responsabilidad que no les pertenecía- Nico trataba de hacerle ver a la mas alta que nada de eso debía afectarla como lo había hecho hasta ahora.

-Pero... Al menos las noches de lágrimas hubieran sido menos...- soltaba Maki, aun manteniendo la cabeza baja. -Al menos hubiera luchado junto a ti...-

Nico entonces comenzó a sentir como su corazón palpitaba con más intensidad. Las palabras de Maki eran increíblemente dulces a su parecer, la reconfortan de una forma que bien sabía, pues Maki era la única que podía hacerla sentir así.

-Entonces ¿Te hubiera gustado quedarte a mi lado?- ignorando por completo todo lo demás, Nivo se enfocó en lo que más estaba haciendo latir a su corazón.

Maki entonces llevo su mano a su rostro, cubriéndolo y desviando la mirada completamente de lado contrario a donde estaba Nico. La pelinegra la había tomado con la guardia baja, o simplemente no se percató de sus palabras para terminar en aquella cuestión y por supuesto, con Nico mirándola con intensidad.

-No lo sé...- salió de los labios de Maki, manteniendo aquella posición evasiva.

Nico entonces sintió emoción y decepción al mismo tiempo, Maki no estaba segura de haber querido quedarse, seguramente por lo ya vivido con Eli, al menos eso es lo que entendía.

Nico solo rio un poco mientras acariciaba con más cariño la mano que sostenía de Maki.

-Contigo, las alegrías eran inmensas y agradables, y las penas se reducían a la mitad cuando me envolvías en tus brazos... Si, definitivamente todo hubiera sido mejor contigo- comenzaba diciendo la mayor, soltando un suspiro y sonriendo tenuemente. -Yo... Sería muy feliz si te hubieras quedado a mi lado...-

Y Maki sintió una increíble invasión en su interior, eran feroces e implacables mariposas golpeteando sus entrañas. No había forma de pararlas en ese instante, quizá, tan solo quizá, si miraba el rostro de Nico, si hacía conección con aquellos ojos, tan solo quizá sabría que decir al respecto.

Lentamente fue levantando la mirada, encontrándose con aquel par carmín, mirándola intensamente, deseosos de una respuesta.

Nico sonreía, sus rosados labios formaban una curva que le daba paz total, calidez...

Conocía esa expresión, sus mejillas ruborizadas y el brillo en sus ojos. Esto solo provocó que el interior de Maki fuera aún más un desastre lepidoptero.

Tragó pesado mientras dirigía lentamente su mano hacia el rostro de Nico, acariciando la mejilla de la pelinegra, sintiendo el calor anidado en ellas y apreciando el bello rubor que tenían.

Y una pregunta en el interior de Maki surgió entre las mariposas, la abogada sabía lo que sentía, pero ¿Y Nico? ¿Sería acaso una señal por parte de la maypr? ¿ Aún sentía algo por ella?

-Nico chan... ¿Acaso tú aún...?- Maki iba a preguntarlo, necesitaba hacerlo, su interior se lo pedía a gritos, pero parecía que el destino no lo quería de esa forma.

El destino era cruel a veces.

-Mamá, te traje algo para...- Dia irrumpía en la habitación, notando lo cerca que estaba Nico de Maki y acomodándose al instante -... Comer...- finalizó su frase.

Nico aclaró su garganta y se incorporó, alejándose de la abogada y Maki por su parte, solo rio nerviosamente, mirando a Dia.

-Muchas gracias cariño ¿Lo preparaste tu?- preguntó al ver a su hija acercarse.

-Si... Lo ví en internet y creí que te gustaría comer algo después de un día tan agetreado- decía mientras se acercaba y entregaba el plato de comida a la pelirroja. -¿Interrumpo?- preguntó inconsciente de la reacción de ambas mujeres.

Nico se tensó y giró su rostro, ocultandolo de Dia, Maki simplemente carraspeó la garganta.

-N-no Dia, nosotras solo... Charlabamos- respondió de forma un poco torpe, temiendo que Dia fuera a molestarse o algo.

-Entiendo. Después de que comas, sería bueno que tomaras un baño, eso relajará tus músculos y podrás dormir mejor- Dia comentaba mientras miraba de reojo a Nico, quien seguía inmóvil evitando la mirada.

-Creo que con esta lesión sería un poco difícil ¿Me ayudarás?- pregunto Maki a la menor, quien simplemente negó.

-Mamá, yo podría llevarte a la ducha pero no sostenerte- comentaba mientras seguía mirando de reojo a Nico. - Pero la señorita Nico seguro te ayuda sin problema ¿Verdad?- Dia esta vez miró directamente a la pelinegra, quien seguía completamente tensa. -¿Señorita Nico?- la llamó insistente.

Nico se giró por fin, dejando ver un rostro sumamente avergonzado a Dia.

-Si, yo puedo llevarla a la ducha- decía tratando de sonar con naturalidad y no nerviosa.

-No, si de llevarla a la ducha se tratara, yo puedo empujarla con la silla de ruedas hasta ahí. La ducha es resbalosa y mamá no puede sostenerse firmemente- discutía la menor. -Si no quieres hacerlo está bien, llamaré a la tía Hanayo... O quizá a la señorita Mari...- la saña con la que Dia había dicho aquello, hizo que Nico por fin diera la cara con firmeza.

-No, Umi me pidió que cuidara de ustedes... Yo me encargaré de lo que sea necesario- esta vez, la voz de Nico sonaba más orgullosa.

Dia simplemente sonrió complacida, era tan fácil de convencer.

-¿A alguien le importa lo que yo opino?- Maki pregunto con indignación fingida.

-Le mostraré como tener lista la bañera- Dia pidió a Nico que la siguiera hasta la regadera de la habitación, cosa que la mujer hizo.

Cuando ambas estuvieron dentro, Nico por fin miró a Dia con intriga.

-¿Que se supone que haces? ¿Quieres que muera?- preguntó a la menor que simplemente viro los ojos con fastidio.

-No entiendo porque mamá Eli te eligió, eres tan molesta- Dia respondió mientras abría el agua caliente para llenar la tina de baño.

-¿Qué? Eres muy grosera ¿Lo sabías?- Nico recriminó, ganándose una mirada molesta de Dia.

-Solo contigo lo soy- contestó y después se acercó un poco más a Nico. -A Maki le gusta la fragancia de lavanda y que enciendas la vela de fresas, eso la relaja- explicaba.

Nico sintió su rostro calentarse por aquello de la vela de fresas, justo el aroma favorito de la pelinegra y la fragancia que ella misma ocupaba.

-E-entiendo...- contestó y se puso de pie, lista para ir por Maki, pero Dia la retuvo un breve momento.

-Mucho cuidado de en dónde la tocas...- advirtio con mirada firme. Y sin más salió del baño.

Nico no pudo contestar a eso, simplemente se quedó pasmada un par de segundos antes de reaccionar con un poderoso rubor de vuelta.

Finalmente salió del baño completamente nerviosa, encontrándose con Maki sentada en la cama, la abogada estaba cubierta por una bata de baño únicamente, Nico tragó pesado y se acercó para ayudar a Maki.

-Bien, vamos allá, sostente fuerte- indico mientras ayudaba a Maki a andar como anteriormente. Ambas caminaron hasta llegar a la tina de baño, ahí se quedaron inmóviles un breve momento, tratando de no sentirse sumamente nerviosas.

-Pues... Entra- Nico dijo torpemente, a lo que Maki suspiró cansada.

-Podrias ayudarme a entrar ¿Sabes? No quiero golpearme- contestó.

Nico simplemente asintió y con la mirada baja, sin despegar los ojos del piso, ofreció sus manos a Maki para que está se apoyara y entrara a la bañera.

La mayor simplemente escuchó el deslizar de la bata fuera, y seguido de ello, el contacto de las manos de Maki.

Con algo de esfuerzo y fiel con su mirada al piso, lograron hacer que la pelirroja entrara a la bañera.

-Ah~ es agotador...- fue lo único que dijo Maki, dejándose sumergir en la calidez del agua.

Nico aun mantenía su mirada fuera de Maki y se dirigía a la pequeña repisa del baño, lugar donde estaba la vela de fresa que Dia había mencionado y la encendió; posterior a ello, tomo el jabón líquido de lavanda en la misma repisa y lo dejó al alcance de la abogada.

-¿Cómo lo sabías? Amo tomar un baño de esta manera- Maki dijo al ver el agradable detalle de Nico.

-Intuición, soy muy detallista ¿Recuerdas?- mintió mientras soltaba una risa más tranquila. - Aunque la vela de fresa me sorprendió un poco, pero me hace sentir halagada- mencionaba con toda intención de molestar a Maki, quien solo se ruborizo y rio tímidamente.

-Es tu culpa, por abrazarme tanto cuando lloraba o me sentía estresada- para sorpresa de Nico, Maki admitía que la vela de fresas era por ella.

Recordaba como trató a Maki la primera vez que la vio llorar, simplemente la abrazó y se acurrucó en ella, esperando que la pelirroja hiciera lo mismo, en respuesta, Maki no solo se acurrucó, sino que también enterró su rostro en el pecho de la mayor, aspirando a libre demanda el dulce perfume de fresa de Nico. En aquel entonces era más alta que Maki, por lo que la cabeza de la Pelirroja llegaba a su pecho, posteriormente, cuando Maki creció más, su objetivo cambio al cuello de la mayor.

No solo resultaba calmante para Maki, a decir verdad, también lo era para Nico.

Una hermosa y calmante terapia para ambas.

Nico sonrió ampliamente ante aquel recuerdo y el que Maki haya admitido aquel pequeño detalle.

-Estaré afuera del baño, llámame cuando termines para ayudarte a salir- Finalizaba Nico más calmada y dejando a Maki disfrutar de su baño.

Cuando salió de vuelta a la habitación de Maki, se detuvo un breve momento, observando su alrededor.

Aquel lugar estaba inundado del aroma de la japonesa, un fresco y agradable olor a lavanda, sin embargo, había uno más mezclado en el ambiente, era apenas perceptible para Nico. Por supuesto que reconocía ese pequeño perfume de chocolate, Eli olía así gran parte del tiempo.

Camino hasta uno de los muebles al lado de la cama, la cajonera de Maki para ser exactos. Dia le dijo que ahí guardaba Maki su pijama, por lo que lo abrió, encontrándose con un bonito conjunto color rojo con manchas de leopardo. Simplemente lo tomó y lo colocó en la cama.

Cuando estuvo a punto de cerrar el cajón, pudo ver algo más, ahí abajo de aquella pijama, estaba un anillo brillante y elegante.

"-Te amo con el alma-"

Eso era lo que tenía grabado aquel anillo. No hacía falta pensar demasiado para saber que era el anillo de boda de Maki.

Jamás se percató de en qué momento Maki había dejado de usarlo, quizá desde el día en que ella y Eli se vieron por última vez, realmente no lo recuerda.

Con un sentimiento incierto, cerró el cajón y se sentó en la cama, mirando un poco más los alrededores. Comenzó a sentir que no debía estar ahí, se sentía como una invasora, aquella habitación era el lugar íntimo de Maki y Eli, dónde ellas se abrazaban tras cada jornada, dónde conversaban a solas las dos, dónde reían, dónde consumaban su deseo.

Nico sacudió la cabeza, tratando de que con ello, esos pensamientos se fueran.

No quería pensar de más, si bien era cierto que aquel lugar era especial para las ex esposas, también era cierto que ni Eli y mucho menos Maki estarían molestas de que ella estuviera ahí.

Eli seguro estaría riéndose de ella si supiera lo que pasaba por su mente.

-Nico chan, terminé- Escucho la voz de Maki llamarla desde el baño, así que se apresuró hasta ahí, entrando mientras cubría sus ojos. Aquella "triunfal" entrada solo causó que Maki comenzará a reírse. -Nico chan ¿Que se supone que haces?- preguntó.

-Vengo a sacarte de la bañera ¿Que más?- contesto con normalidad.

-¿Podrías dejar de actuar así? No es como si fuera la primera vez que me miras desnuda- Maki decía con gracia.

-¡Tenías 13 años! No es igual- recalcó Nico a la vez que sentía el calor subir de nuevo a sus mejillas.

-¿Cuál es el problema? Es lo mismo, solo hay un poco más de volumen por aquí y por allá-Maki volvía a reírse de la actitud de Nico.

-Ugh... E-estoy nerviosa ¿De acuerdo?- admitía por fin.

Maki suspiró en respuesta, por esta vez cedería a la actitud infantil de la pelinegra.

- De acuerdo, al menos mira el piso, no quiero que tengas un tropiezo, pásame mi bata- Maki pedia.

Nico hizo caso y abrió sus ojos mirando el suelo, con cuidado tentó la pared hasta dar con la bata de baño de la abogada, después escuchó el esfuerzo de Maki al ponerse de pie para después tomar su bata.

-Listo pequeña cobarde, ya puedes mirar- Maki dijo, a lo que Nico levantó la mirada, encontrándose con una reluciente Maki envuelta y con su rojo cabello goteando.

Dejó salir el aire que contenía y por fin se relajó, caminando hasta Maki y ayudándola a salir de la bañera con más calma.

Ambas llegaron al dormitorio de vuelta, dónde Nico llevo a Maki hasta la cama para que ella se sentara.

-Lo siento, moje un poco tu ropa- señalaba la abogada a Nico, quien tenía parte de sus pantalones y hombros mojados.

-No importa, me cambiaré llegando a casa- aclaraba mientras le llevaba una toalla extra a la mujer pelirroja.

-¿Te irás? Ya es algo noche, creo que sería mejor que te quedaras- sugería mientras comenzaba a quitar el exceso de agua de su cabello. -Puedo prestarte algo de ropa para que duermas- señalaba el armario.

-Bien, supongo que te haré caso solo porque estás lesionada y seguro quieres que te mime- Nico soltaba con una sonrisa traviesa.

-Estoy cuidándote, tonta- respondía la menor.

Finalmente, Maki indicó a Nico que podía tomar del armario y mientras Maki se vestía en la habitación, Nico se cambiaba en el baño. Cuando por fin terminaron, se reunieron de vuelta en aquella gran cama.

La pelinegra observaba detenidamente a Maki y el como se movía, estando curiosa de nueva cuenta por como es que Maki había terminado con una puñalada en la pierna.

-¿Cuántos puntos te pusieron?- preguntó Nico, quien estaba recostada sobre su estómago en la cama.

-Tres, el médico dijo que debo ir en 7 días a qué me los quiten- respondía Maki, quien estaba cómodamente recostada. -Duele, jamás imaginé que podrían hacerme daño con un trozo de aluminio y una madera- decía mientras suspiraba.

Nico se acercó un poco a Maki, tratando de ver su rostro.

-Me preocupa que te atacaran así, he estado gran parte del día inquieta por eso- confesaba, acariciando la mano de Maki.

-No querían atacarme a mi, querían atacar a Ren. Si no hubiera intervenido, ese sujeto lo hubiera degollado- aclaraba la abogada, repentinamente se puso pensativa.

Lo sabía, habían lastimado a Maki por culpa de aquel chico, eso tenía claramente disgustada a Nico, y sobre todo, preocupada.

-Sé que no soy nadie para opinar sobre tu trabajo, pero, no deberías ponerte en riesgo de esa manera... Por nadie- Nico dejaba ver en su voz la preocupación que sentía.

Maki en respuesta, giró su cabeza hacia Nico, mirando la expresión preocupada de la mujer.

-Es parte de ser abogado, además, no viviría en paz sabiendo que dejé sola a Umi en esto y le hicieron daño- Nico suspiró ante las palabras de la abogada. -Sé que podremos sacar este caso adelante. Pero Jung está jugando muy sucio, estoy segura que él tiene que ver con el ataque de hoy. Ren sabe cosas que lo van a arruinar a él y a todo ese grupo involucrado...- y aunque Umi le dijo que no lo hiciera, ahí estaba, pensando en el caso.

-Tengo miedo de que te hagan más daño... Si algo te sucede, no sé que haría... Me aterra de solo pensarlo- Nico se acercaba a Maki, lo suficiente como para dejar descansar su cabeza sobre el abdomen de la pelirroja.

Esperaría cualquier cosa en respuesta, estaba bien incluso con una mentira, dónde Maki le dijera que se cuidaría y todo estaría bien, aunque no fuera así. Sin embargo, lo que Maki le dijo aquella noche, lleno de un inmenso dolor y preocupación a Nico.

-Yo solo quiero decirte que... En caso de que suceda algo... Por favor, quédate con Dia. Cuidala con todo lo que esté en tus manos y con todo lo que estés dispuesta a dar... Es lo único que deseo...-

Aquella noche, Maki pudo descansar, pero Nico... Ella solo deseaba que todo eso terminará pronto y que Maki estuviera a salvo.

Se quedó observando entre la tenue luz que la luna podía ofrecer, el rostro tranquilo y pacífico de Maki dormir. Ella acariciaba la mejilla de Maki con sumo amor.

"-No tengo mucho que ofrecer, Maki chan. Solo mi vida... Pero si es necesario darla por ti y Dia... Que así sea...-"

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me retrasé un día, pudo disculpas, tuve un par de problemas en casa y bueno... pero aquí andamos.

banzai~