Estacionamiento del Departamento de Policía de Raccoon City 7:00 P.M. Lunes 16 de Diciembre 1996

Espero a Jill recostado sobre mi automóvil, después de la última conversación que tuvimos no hemos hablado mucho pero sé que ahora es el momento de hacerlo. Hace mucho frío pero no pienso moverme de aquí hasta que la vea salir.

Por suerte no es mucho el tiempo de espera ya que en un instante estaba parada frente a mí.

-Jill tenemos que hablar. Dije rompiendo el silencio que nos envolvía.

-Te vez cansado si quieres podemos hablar de esto otro día.

-No, prefiero que hablamos ahora. Jill, lamento profundamente lo que pasó el otro día. Me comporté como un estúpido, lamento que hayas pasado por esa situación tan incómoda. Quizá hubiese sido mejor que nunca sucediera nada entre nosotros.

Ella me dedica una mirada triste. -¿Eso crees?

Esa respuesta me toma por sorpresa.-No, yo no creo eso, solo que pensé que tú me dirías que todo lo qué pasó fue un error. En realidad todo lo que quiero es arreglar las cosas entre nosotros. Significas mucho para mí, y no quiero perder lo que tenemos.

Jill me miró fijamente durante un momento, y luego suspiró. Sus ojos reflejaban una mezcla de emociones, y pude sentir la tensión en el aire mientras esperaba su respuesta.

- Chris, yo también lamento como me comporte ese día. Fue un momento difícil para ambos, pero no creo que sea un error lo que vivimos jamás hubiera pensado algo así. Todo lo contrario ha sido el momento más maravilloso de mi vida. Lamento haberme alejado de ti es solo que fueron muchas cosas por afrontar, necesitaba estar sola, recibí tu carta y me sorprendió de grata manera nunca había leído algo tan hermoso luego no sabía cómo llamarte, sé que me porte mal y tenía miedo que estuvieras molesto. No quiero que te sientas como si hubieras arruinado todo. Tenemos una historia juntos, y eso lo es todo para mí.

- Jill, necesito saber si aún quieres estar conmigo. Si esto que compartimos es igual de importante para ti.

Ella se acercó a mí y me tomó de las manos. - Chris, lo que sentimos el uno por el otro es importante para mí. Nuestra vida está llena de peligros, y no quiero que sufras por mi causa. Lo último que quiero es hacerte daño. Chris yo jamás te lastimaría.

-Quiero que sepas que te amo y que haré todo lo posible para que esto funcione. - Le dije sinceramente, mirándola a los ojos con determinación.

Jill sonrió con ternura y acercó su rostro al mío. Nuestros labios se encontraron en un suave y apasionado beso. Era como si todo el peso de la tensión que había estado entre nosotros se disolviera en ese momento. Sus labios eran cálidos y reconfortantes, y sentí que mi corazón latía con fuerza en mi pecho.

Cuando finalmente nos separamos, Jill susurró: -Chris, yo también te amo. No importa lo que venga en nuestro camino, lo enfrentaremos juntos. Siempre estaré a tu lado.

Un sentimiento de alivio y felicidad inundó mi alma. Tomé a Jill en mis brazos y la abracé con fuerza, sintiendo que todo estaba en su lugar en ese momento.

- Jill, no importa lo que ocurra de ahora en adelante prometo que te protegeré. No dejaré que nada ni nadie te haga daño.

Ella asintió con una sonrisa y luego me miró con una chispa traviesa en sus ojos. -Eso suena como una promesa, Chris. Espero que estés listo para cumplirla.

Reímos juntos, y su risa era la música más dulce que había escuchado en mucho tiempo. Sabía que enfrentaríamos desafíos juntos, pero con el amor que compartíamos, estábamos dispuestos a superar cualquier obstáculo.

- Estoy más que listo, Jill. Juntos somos invencibles.

Ella sonríe sin mencionar ninguna palabra aunque no es necesario que lo haga. -¿Que harás esta noche?

-No tengo planes y tú qué tienes en mente.

-Nada importante Claire se fue esta mañana así que estoy libre.

-¿Hablaste con ella de lo ocurrido? Parecía molesta en mi departamento.

-Sí aclaramos todo, te lo contaré todo pero no aquí vamos a otro lugar, te parece en mi departamento.

-Mejor vamos al mío, está más cerca que el tuyo.

-Como tú digas, adelántate yo te sigo con mi carro.

Ella asiente mientras vamos al departamento. Ya estando ahí Jill y yo nos sentamos en el sofá. Antes de salir del RPD habíamos tomado café y donas así que nos centramos de lleno en nuestra conversación.

-Hablé con Claire sobre nuestra relación y lo ocurrido ese día ella también está muy apenada es una lástima que no hayan podido conversar estoy seguro que hubieran sido muy amigas.

-¿No se enojó por lo ocurrido?

-Al principio si estaba un poco enojada pero finalmente entendió que lo nuestro es especial. Ella me aconsejó que te diera tu espacio pero para ser sincero me estaba volviendo loco sin saber de ti. Me moría de ganas por venir a buscarte de ser por ella lo habría hecho, incluso si hoy no te hubieras aparecido en la estación, hubiera venido aquí para arreglar las cosas.

- Me alegra saber que todo está resuelto con Claire. No quiero ser una fuente de conflicto en tu vida. Dijo Jill mientras tomaba mi mano y la apretaba suavemente.

-Tú jamás serás un conflicto, todo lo contrario eres importante para mí, y lo que tenemos es especial. No quiero que te sientas insegura o incómoda por nada de esto. Lo que compartimos es real, y nada ni nadie va a cambiar eso.

Ella sonríe mientras yo me acerco. Nuestros labios se encontraron de nuevo en un beso apasionado, sellando nuestro mutuo amor y deseo.

Después de un rato, Jill se separó y me miró con una mirada juguetona. - Chris, ¿qué te parece si olvidamos todos los problemas por esta noche y nos concentramos en disfrutar el tiempo juntos?

Asentí con entusiasmo. - Me parece una excelente idea. No hay lugar en el mundo en el que prefiera estar que aquí contigo.

Entramos a su habitación, donde lo primero que noto es que las sábanas eran diferentes a las del otro día.

-Parece que estos días has remodelado tu habitación. Dije en tono burlón

-No exageres solo cambie las sábanas porque las otras...

No concluyó la frase, se quedó muy pensativa y por alguna razón sus mejillas se sonrojaron.

¿Pasó algo con las sábanas?

-Estaban sucias. Responde aún más sonrojada.

-Sí supongo que las ensuciamos la última vez, ¿es por eso que te sonrojas? Es normal que se ensuciaran nos amamos con mucha pasión además fue tu primera vez. Antes de continuar caigo en cuenta de lo que está pasando

-¿Es eso no? Por eso te pones así, te da vergüenza conmigo por todo lo que ocurrió en esta habitación.

-No puedo negar que algo hay de cierto en eso.

-Tranquila nunca sientas eso conmigo, no tienes por qué avergonzarte. Susurro mientras beso con delicadeza su cuello, mientras ella se deja llevar por mis besos.

Antes de continuar, recuerdo algo importante de lo que aún no hemos hablado.

-Jill hay algo que tengo que decirte.

-¿Que ocurre Chris? Pregunta intrigada.

-Seré muy sincero contigo el día qué hicimos el amor, no me cuide, no use preservativo y termine dentro de ti. Lo que significa que puede existir la posibilidad que hayas quedado embarazada.

-Ella sonríe mientras posa su mano en mi mejilla. -Tranquilo eso no es posible.

-Claro que sí hay una gran posibilidad que ocurra, yo debí haberme cuidado y cuidarte a ti de pasar por esta situación.

-Tranquilízate, no pasará nada, ese día note que no usamos protección así que tome mis propias precauciones.

-¿A qué te refieres con eso? ¿Te tomaste la píldora?

-Sí, así que no hay nada de qué preocuparse.

-Eso es genial significa que podemos hacerlo sin preocuparnos por embarazos no deseados. Susurre mientras me dirigía nuevamente a su cuello.

-¿Tu eres muy experimento en esto?

-¿En qué? Respondí mientras mis manos descendían a su blusa.

-En el sexo. ¿Te has acostado con muchas mujeres?

Sus palabras me dejan paralizado, mientras intento evadir su pregunta.

- Supongo que debo interpretar ese silencio como una respuesta afirmativa.

-¿Porque me preguntas esto?

-La última vez tú me preguntaste a mí sobre mi virginidad, sobre mis anteriores relaciones ahora yo también tengo curiosidad de hacerlo.

-No creo que mi pasado con otras mujeres tiene porque importar, es parte del pasado lo que importa ahora es que estamos juntos y cómo te dije antes, yo jamás me había enamorado, nunca hasta que llegaste tú, además te puedo asegurar que nunca había deseado tanto a una mujer como te deseo a ti. Tú me vuelves loco. No tienes idea las ganas que tengo de hacerte el amor. Porque no olvidamos todo como dijiste hace un rato y nos dejamos llevar lo que sentimos.

Ella asiente mientras se acerca para tomar el control de mis labios, su beso está lleno de pasión y mi cuerpo responde de inmediato.

Me coloco encima de ella posicionándome en medio de sus piernas de manera que sienta mi erección sobre ella.

Al sentirlo ella suelta un leve gemido, aún tenemos los uniformes de STARS pero no tardamos mucho en deshacernos de ellos, en un abrir y cerrar de ojos ella está en sostén y bragas abajo de mí, mientras yo estoy en bóxers acariciando su cuerpo, besando su cuello como loco mientras mis manos la despojan del sostén y puedo sentir sus pechos, es tan excitante, es tan perfecta, no resisto más y me dirijo a ellos para darles atención, empiezo mi labor succionando uno mientras mi mano se encarga de masajear el otro, su respiración se agita y suelta algunos gemidos silenciosos.

Después de unos minutos de estar bajo lentamente hasta las bravas despojándola de ellas, y dirigiéndome hacia su sexo.

Ella al notarlo se sobresalta.-Tranquila solo déjate llevar, esto te gustará. Dije sobresaltado por la excitación.

Al no obtener respuesta continuó bajando hacia mi objetivo, ella aún parece tensa pero me encargo de demostrarle lo bien que se siente apoderándome de su sexo.

Lamiendo cada parte de el con lujuria mientras ella deja atrás la tensión y soltando varios gemidos que inundan la habitación.

A medida que los gemidos aumentaban aumentaba el ritmo de mi lengua embistiendo su sexo de arriba abajo luego en círculos.

Esta tan húmeda, su sexo es tan cálido, se adapta tan bien a mí, esta mujer me encanta, puede llevarme al cielo y al infierno en tan solo un segundo.

Su cuerpo empieza a contraerse hasta explotar llegando así al orgasmo, arquea un poco la espalda y su cuerpo tiembla yo me detengo en lo que ella recupera el aliento.

Aunque no puedo contenerme por mucho tiempo más mi cuerpo me pide a gritos hacerla mía, sentirla, estar dentro de ella.

Me quito los bóxers quedando completamente desnudo frente a ella, que ya se ha recuperado del orgasmo.

-Te dije que te gustaría. Le susurró al oído mientras la tomó entre mis brazos para ponerla de espaldas a mí y juntar nuestros cuerpos.

-Eres perfecta, tú cuerpo es hermoso, piel es tan suave y delicada, tú eres preciosa. Murmuro mientras rozó mi erección sobre su intimidad.

Empiezo a besar su cuello y oreja mientras junto su espalda sobre mi pecho deslizando mi mano sobre sus muslos, subiendo hasta su sexo para acariciarlo despacio con mis dedos.

-Puedo sentir su humedad, ella ya está lista para mí. ¿Quieres sentirme dentro de ti? Susurro mientras aumento el ritmo de mis dedos sobre su sexo.

-Sí te deseo como no te imaginas. Responde agitada.

Introduzco un dedo en su interior para luego sacarlo y volver a meterlo para luego acompañarlo de otros dedos trazando círculos en su interior mientras ella suelta varios gemidos, está tan húmeda que no vaciló en entrar en ella de golpe lo que provoca gemidos en ambos.

Espero a que se adapte a mí para continuar y no lastimarla, ella empieza a moverse lentamente lo que para mí es la señal que está lista para continuar, aumentando el ritmo de las embestidas. Se siente tan bien estar dentro de ella, es un placer que no quisiera que acabara nunca.

Estamos gimiendo como locos, mis embestidas son rápidas y fuertes, hasta que ella explota y puedo sentir su interior contraerse sobre mi miembro lo que me hace sentir aún más en placer, pocas embestidas después alcanzo mi orgasmo liberándome dentro de ella, llenándola de mi semilla, colapsando junto a ella, intentando controlar la respiración.

Salgo de ella lentamente para luego tumbarme a lado mientras intentamos recobrar el aliento.

-Eso fue increíble. Digo aún agitado y con las emociones a flor de piel.

-Vaya que lo fue. Responde ella recobrando el aliento.

Me levanto para tomar las sabanas y cubrir nuestra desnudez con ellas.

Nos encontramos en la cama, abrazados y mirando el techo en silencio. Su sola presencia me inunda de una inmensa paz y tranquilidad.

Jill rompió el silencio. -Chris, ¿alguna vez has pensado en un futuro lejos de todo esto? ¿Un futuro en el que podamos vivir en paz, sin preocupaciones constantes por nuestra seguridad? No sé por qué me pregunta eso en este momento, quizá esté relacionado con el caso que vimos hoy en el RPD quizá eso la ha dejado en qué pensar.

Acaricie suavemente el cabello de Jill y le respondí. Lo he pensado, Jill. Pero siempre parece que hay algo más grande que nos arrastra de vuelta a este mundo. No puedo evitar sentir que estamos destinados a luchar contra las amenazas que se presentan la cuidad.

Lo sé, Chris, pero a veces me pregunto si podemos encontrar un equilibrio entre nuestras vidas como agentes y nuestra felicidad personal.

Creo que podemos, Jill. Somos fuertes juntos, y mientras estemos uno al lado del otro, podemos enfrentar cualquier desafío que se nos presente.