Departamento de Policía de Raccon City 13:26 P.M Martes 29 de Abril de 1997
El bullicio del cuartel general de S.T.A.R.S. resonaba a mí alrededor mientras repasaba informes. Jill se encontraba a pocos metros de distancia, sumergida en el análisis de datos, con esa concentración que la caracterizaba.
Nuestro romance seguía siendo un secreto bien guardado, todos en el RDP tenían sus sospechas pero no podían confirmarlo incluso el Capitán Wesker mostraba especial interés en nosotros varias veces lo he descubierto espiándonos, esperando cualquier señal que le confirme que entre nosotros ocurre algo más que lo laboral, lo que él no sabe es que ella y yo mantenemos un vínculo que va más allá de lo físico es más fuerte de lo que cualquiera pueda imaginar que con una mirada nos decimos lo que sentimos, nuestra conexión va más lejos de lo convencional por eso mismo hemos optado por ocultarnos para evitar cualquier atisbo de desconfianza o distracción en el equipo. Mantener la imagen de colegas profesionales es una prioridad, aunque nuestros corazones latieran al mismo compás.
Ella nota mi mirada y me la devuelve con complicidad y puedo sentir un universo de emociones que trascendía las palabras. Esos gestos sutiles como su sonrisa cómplice, son nuestros únicos medios para expresar lo que nos unía en silencio.
El deber siempre estaba primero. Mientras cumplíamos con nuestras responsabilidades, el deseo de revelar nuestro amor se mezclaba con el peso de la responsabilidad que teníamos hacia la ciudad y el equipo. Era un equilibrio delicado entre el corazón y el deber.
Cada día, al finalizar nuestras tareas, anhelaba encontrar un momento para estar juntos, aunque fuera por unos instantes. Esos pequeños momentos eran tesoros escondidos en la rutina, un escape hacia la complicidad que compartíamos en privado.
Nuestra relación clandestina es un baile entre los protocolos de trabajo y los latidos de nuestros corazones. Vivimos en un mundo de secretos, donde nuestras emociones se tejían entre informes y misiones, en un equilibrio frágil entre lo que éramos y lo que deseábamos ser juntos.
La azotea del edificio me ofrece un escape tranquilo del ajetreo de la Estación de Policía varias veces vengo aquí cuando necesito despejar mi mente además también es un punto de reunión con Jill donde podemos estar unos minutos a solas sin las miradas curiosas del resto de los S.T.A.R.S.
Jill se acercó con pasos suaves hasta donde yo estaba, y sin decir palabra alguna, nuestros ojos se encontraron en un silencio cómplice que decía más que cualquier discurso.
-Chris...su voz era apenas un susurro, cargado de ternura.
-Jill...respondí, mi tono suave, completando su nombre con una sonrisa.
Nos tomamos de las manos, es apenas un roce no podemos perder la cabeza y olvidar que seguimos en el RPD sin embargo la conexión entre nosotros se intensificaba con cada latido. La brisa nocturna jugueteaba con nuestros cabellos, creando un ambiente casi mágico a nuestro alrededor.
-¿Cómo has estado, te vi muy concentrada en esos informes, has tenido algún momento para ti?, pregunté, sabiendo que nuestros días eran agitados.
-No mucho, pero este momento aquí contigo lo hace especial, respondió Jill con una mirada tierna.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro. -Eres increíble, ¿sabes?
-Tú también, Chris, dijo con una suave risa. -A veces olvidamos la importancia de estos instantes...
-Prométeme que, sin importar lo que pase, siempre encontraremos un momento así, susurró Jill, con una mirada llena de esperanza y amor.
-Te lo prometo, respondí, acercándome lentamente para rozar su frente con la mía. -Estaré siempre aquí, para ti, en cada uno de estos momentos especiales.
Un destello de complicidad pasó entre nuestros ojos antes de que nos acercáramos lentamente, sellando ese momento especial con un suave y tierno beso que poco a poco se volvería más intenso, y seguiría por muchos otros ignorando todo a nuestro al rededor. Entre susurros de amor y caricias, la noche se convirtió en un testigo silencioso de nuestro romance hasta que escuchamos el ruido de la puerta de la azotea abrirse lo que provocó que nos separáramos de golpe aunque nos relajamos al ver que se trataba de Barry.
-Chicos perdón que los interrumpa pero Wesker quiere hablar con nosotros nos está esperando en su oficina.
-De acuerdo Barry gracias por avisarnos. Responde Jill para descender por la escalera mientras Barry me observa con un tono acusador.
-¿Te ocurre algo Barry?
-Cuando entre los vi en plena acción y puedo notar que estás... emocionado. Dice haciendo referencia al bulto que sobresale del pantalón mismo que intento ocultar sin mucho éxito.
-No quiero meterme en su vida sexual, son libres de hacer lo que les plazca pero si deberían ser más cuidadosos, cualquiera puede notar que suben aquí para...
-Tranquilízate no es algo que hagamos seguido, te consta que somos cuidadosos es solo que a veces nos dejamos llevar.
-Chris tienen que cuidarse no solo de los S.T.A.R.S sino de la posibilidad de un embarazo no deseado.
Su respecta me deja atónito, espero que no quiera tener esa conversación en este momento. Barry continúa diciendo:
-Sé que ustedes tienen una chispa especial y puedo entender que sientan una gran pasión pero no pueden ignorar que la protección es primero, tú ya eres un hombre hecho y derecho, recuerda que yo te enseñe a usar los preservativos, me consta que estás loco por ella por eso debes cuidarla y cuidarte a ti mismo para evitar algún embarazo. Me quedaría más tranquilo si escuchas mi consejo.
-No quiero seguir con esta conversación pero puedes estar tranquilo ella y yo no vamos a tener bebés. Respondí mientras desciendo por la escalera intentando sobrellevar el incómodo momento. Barry parece que se quedó hablando algunas cosas pero no pude escucharlas porque mí prioridad era escapar de ahí.
Antes de entrar a las oficinas ocultó mi erección y me preparo mentalmente para continuar con la rutina, dentro estaban Wesker y Jill quienes no parecían mantener conversación mientras esperaban al resto de los miembros.
Es una reunión de rutina donde Wesker nos presenta los casos del último mes detallando los sobresalientes, antes de finalizar dice algo que capta nuestra atención.
-Está mañana recibí una carta del ejército donde solicitaban con urgencia la presencia de Jill para una misión de rescate. Afuera están unos agentes esperando por tu respuesta, tenía en mente mantenerme al margen pero estoy interesado en saber la respuesta ya que afecta directamente al equipo.
-¿De cuánto tiempo estamos hablando?
-No lo especifica pero supongo que no serán más de unos días, tú habilidad con la desactivación de bombas te hace una pieza fundamental en cualquier equipo, parece que ellos aún siguen sin poder reemplazarte. Cómo sea la decisión es tuya aunque está demás mencionar que no se puede rechazar una petición formal del ejército.
-Por supuesto, supongo que no tengo otra opción, me gustaría saber de trata la misión.
-Eso te lo puede explicar mejor el Capitán encargado de la misión quien afortunadamente está aquí. Dice mientras abre la puerta y dejaba el paso al Capitán.
Por alguna razón la expresión de Jill cambio, parecía muy sorprendida al verlo, es evidente que ellos ya se conocían antes pero porque Jill tiene esa reacción al verlo, porque lo mira de esa forma como si no pudiera creer que lo tiene enfrente, quien es ese hombre y que significa para ella.
Mi expresión se vuelve tensa no me importa si los demás lo notan, esto no me gusta para nada intento captar la atención de Jill sin mucho éxito. Él tipo tiene la mirada fija en ella desde el momento que cruzo la puerta ignoro a todo el mundo a su alrededor por verla no cabe duda que algo ocurrió entre ellos. Jill desvía la mirada luego de un rato para luego dirigirla a mí yo me mantengo tenso ante la situación hasta que escucho a ese sujeto decir:
-Mucho gusto soy el Capitán Teodoro Thompson de las Fuerzas Especiales Delta.
